ISSN 2462 - 9650
Recuperando el papel social de la Ingeniería Edición Nº 5 | 2017 - 1
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LA INSOPORTABLE NECESIDAD DE APRENDER
| EDITORIAL
Alexei Ochoa 05
POCAS PALABRAS MUCHOS NÚMEROS
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LA FACHADA DEL CHÉ
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MÁS QUE UN CONGRESO
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A PLOMO Y PÓLVORA
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AMOR PASAJERO
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INCRÉDULO IMAGINARIO
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EXTRANJEROS EN LA UN
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SOPIGRAMA
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SUDOKU HEXADECIMAL
Alejandro Cárdenas
Sergio Andrés Marín
María Fernanda Gutiérrez Sánchez Juan Diego Díaz González Juan Diego Díaz González Juan Diego Díaz González
PROYECTO ELÉCTRICA
Apoyan Facultad de Ingeniería Dirección de Bienestar Programa Gestión de Proyectos Sede Bogotá
PERIÓDICO CORRIENTE ALTERNA NÚMERO 5 . SEM 01-2017 . ISSN 2462-9650 UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA FACULTAD DE INGENIERÍA SEDE BOGOTÁ
Proyecto Eléctrica es un Grupo Estudiantil de Trabajo y Extensión de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Colombia - Sede Bogotá y parte de la Asociación de Ingenieros Electricistas y Electrónicos de la Universidad Nacional - AIEEUN que tiene como lema: “Ingenio e innovación con intención solidaria”. Busca a través de su trabajo mejorar las habilidades académicas y humanas de los estudiantes, además de incidir en la sociedad de manera solidaria a través de sus proyectos, disminuyendo al mismo tiempo las brechas entre la Sociedad, la Universidad y la Industria.
Corriente Alterna es un periódico de los estudiantes de la Facultad de Ingeniería, donde se comparten las opiniones de la comunidad respecto a diversos temas, manteniendo una comunicación constante e independiente entre la academia. Dicho periódico forma parte de la Universidad Nacional de Colombia y de los estudiantes vinculados al grupo de trabajo Proyecto Eléctrica. Los textos presentados en la siguiente publicación expresan la opinión de sus respectivos autores y la Universidad Nacional no se compromete directamente con la opinión que estos pueden suscitar.
CONTACTO peun_fibog@unal.edu.co /proyectoelectrica /CorrienteAlternaUN Univerisdad Nacional de Colombia Sede Bogotá Cra 45 nº 26 - 85 Edificio Uriel Gutiérrez www.unal.edu.co proyectoug_bog@unal.edu.co /gestiondeproyectosUN pgp.unal.edu.co issuu.com/gestiondeproyectos
Los textos presentados en la siguiente publicación expresan la opinión de sus respectivos autores y la Universidad Nacional de Colombia no se compromete directamente con la opinión que ellos puedan suscitar.
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comité editorial
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Ignacio Mantilla Prada Jaime Franky Rodríguez Oscar Arturo Oliveros Elizabeth Moreno José Ismael Peña Reyes Oscar Suarez Palacios
René Alexander Soto Pérez Alexei Ochoa Duarte David Enrique Santos Borja Luis Alejandro Cárdenas García Mechanical Engineering// Bill Burris//Tomada de: https://www.flickr.com/photos/ billburris/389449033/
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N
uevamente, y como se ha hecho a lo largo de las cinco ediciones de este periódico estudiantil, el comité editorial extiende un saludo a todas las personas que han apoyado la labor de este grupo de trabajo estudiantil, el cual, en pocas palabras, consiste en romper las barreras existentes entre la academia, la sociedad y el sector empresarial, recuperando el sentido social de la Ingeniería, desde una visión que permite la construcción desde la diferencia. Proyecto Eléctrica y Corriente Alterna son conscientes de la necesidad imperante de unir esfuerzos junto con otros grupos estudiantiles, los cuales, desde sus distintas miradas, enfoques, metodologías, ideas y proyectos, aportan a la construcción de una educación integral, puesto que, con sus actividades, complementan la formación que se recibe en las aulas de clase. Han sido días y noches de reflexión y búsqueda de alternativas las que han llevado a estos grupos de estudiantes a continuar y no desistir con la labor titánica de enriquecer su paso por la Universidad, aportando algo a ella, ya sea desde el ámbito académico, cultural, deportivo o comunitario. No obstante, a diario se puede apreciar la existencia de una gran cantidad de estudiantes, quienes únicamente ven a la Universidad como un lugar de paso, con el que interactuarán lo menos posible, durante un tiempo, limitado por la duración de sus programas académicos. Esto, unido con el individualismo propio de la sociedad y el conformismo de inscribir las materias con los profes con los cuales se sacan buenas notas sin importar el aprendizaje que se haga de la temática, conduce a la Universidad a una encrucijada de la cual es difícil salir, pues se convierte en un círculo vicioso que continúa inmóvil, con una inercia bastante considerable. De esta manera, se pierde el sentido social que deben tener las universidades públicas para con el país; esto, teniendo en cuenta que se hace extensión a las grandes empresas pero no se dirige a las comunidades nece-
EDITORIAL edita : alexei ochoa duarte estudiante de maestría en ingeniería de sistemas y computación miembro del proyecto eléctrica y del comité editorial de corriente alterna facultad de ingeniería universidad nacional de colombia s ede bogotá
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LA INSOPORTABLE NECESIDAD DE APRENDER
sitadas, y, si se llega a hacer, se adopta una visión paternalista, donde se considera al estudiante o profesional como la persona capaz de solucionar todos los problemas de la comunidad, aun cuando las personas de la comunidad poseen un conocimiento común, el cual puede ser potencializado por la misma comunidad, los estudiantes y profesionales, mediante la participación activa, ya que se puede obtener una visión más holística, la cual permita una solución más adecuada para todos. La Universidad Nacional debe recuperar, con la ayuda de la Comunidad Universitaria, ese sentido participativo, propositivo, crítico y transformador que la ha caracterizado durante gran parte de su existencia. Por tal motivo, la interdisciplinariedad y los procesos de construcción colectiva del conocimiento, así como el fortalecimiento de las actividades estudiantiles, pueden ayudar a tener una visión mucho más amplia de la academia, lo que permitiría no solo un avance individualista de la misma, sino una transformación hacia una sociedad más justa. En este momento histórico, en que se está empezando a construir paz en el país, la educación, y las ganas de aprender y desarrollar conjuntamente alternativas, juegan un papel crucial y de gran importancia para recorrer un camino que lleve a Colombia hacia la dignidad en cada uno de los aspectos de la vida. Después de esta reflexión, que esperamos haya tocado sus fibras más sensibles, extendemos una invitación bastante entusiasta para que valoremos mucho más a nuestra alma máter, y, desde nuestro quehacer diario, busquemos la manera de aportar a la construcción de una educación que fortalezca el aprendizaje integral del estudiantado, con la utilización de nuevas metodologías y herramientas, las cuales permitan complementar lo que ya se está haciendo desde la Comunidad Educativa.
POCAS PALABRAS
MUCHOS
NÚMEROS
alejandro cárdenas estudiante de ingeniería eléctrica
C
uando comencé a escribir este artículo tenía algunas ideas en mi cabeza; sin embargo, no lograba aclarar ninguna de ellas y no sabía cómo empezar. Así estuve durante algún tiempo, escribiendo, borrando, volviendo a escribir sin poder concretar alguna de dichas ideas. Entonces percibí que tengo varias deficiencias para comunicarme escrita y oralmente, y es que, en los cinco semestres que llevo estudiando Ingeniería Eléctrica he escrito muy poco para comunicarme. Durante mi proceso de aprendizaje, los números han sido los protagonistas y las letras han pasado a un segundo, o quizás, tercer plano; esto ha ocasionado que no haya fortalecido mis habilidades escritas y, a mi parecer, a varios de mis compañeros les sucede algo similar. Los ingenieros debemos ser capaces de solucionar problemas que afectan a la sociedad, y en esto es lo que se sustenta la educación que actualmente recibimos; no obstante, es también igual de importante poder comunicar estas soluciones con la sociedad, ya que, finalmente, es esta la que se verá beneficiada. Claramente, en una sociedad hay
gran variedad de pensamientos y, si deseamos transmitir nuestras ideas con cada integrante de esta, debemos tener la capacidad de comunicarnos con cada uno de ellos; es aquí donde es posible que tengamos problemas los ingenieros. Tener una gran solución de un problema es tan importante como comunicarla con la sociedad; es por esto que, en la educación de un ingeniero, se debería incentivar las habilidades escritas y orales, no solo al final de la carrera, o durante un corto tiempo; por el contrario, esto debería ser un constante trabajo de aprendizaje y práctica para que, así, al finalizar con su educación, tenga las capacidades suficientes para lograr comunicarse con muchas personas. Una posible solución sería incentivar a los estudiantes a escribir en gran parte de las materias relacionadas con ingeniería; por ejemplo, en el primer semestre de ingeniería eléctrica escribimos bastante sobre temas relacionados con lo que sería nuestra profesión y muchas de nuestras ideas; empero, este escenario no se ha vuelto a repetir en ninguna de las demás asignaturas de mi ingeniería, y yo, personal-
mente, creo que si esto se realizara, en, por lo menos, una materia por semestre, nuestras habilidades escritas serían mejores y nuestra formación como ingenieros sería más integral. Sé que la implementación de esto no es fácil, pues los contenidos de las materias ya son lo suficientemente extensos y, tal vez, el tiempo no alcanzaría; por ello creo que lo más importante es incentivar el trabajo autónomo en los estudiantes. Quizás, el desarrollo de unas cartillas guías en este tema pueda colaborar con este trabajo y la orientación en horarios extraclase; aunque es claro que se debe socializar este trabajo en clase y realizar una retroalimentación por parte del profesor. Teniendo presente lo anterior y para darle un cierre a este texto, creo que la actual educación en ingeniería debe reorientarse un poco, dando mayor importancia a las habilidades de comunicación, sin afectar los temas bases de ingeniería y, para ello, es necesario un esfuerzo tanto de nuestro educadores como de nosotros, como futuros ingenieros.
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U
n miércoles, a mitad del segundo semestre de 2016, en la Universidad Nacional de Colombia, despertó la “Plaza Ché” sin el rostro del “Ché” Guevara, pintado en la cara sur de la pared del auditorio León de Greiff, imagen tomada de la famosa fotografía que realizó Alberto Korda en 1960. Siendo alrededor de treinta años de su primera aparición, esto causó controversia no solo en estudiantes sino en medios de prensa nacionales; medios como la Revista Semana (2016, octubre 19); Noticias Caracol (2016, octubre 19) y otros varios que hicieron alusión al espacio en blanco y a la connotación que poseía este hecho para los estudiantes y la comunidad de la universidad pública más antigua de Colombia. Había sido borrada la imagen del Argentino Ernesto Guevara, símbolo de revolución, rebeldía, lucha, ideales, entre otras connotaciones ideológicas y sociales, las cuales, incluso, varían de acuerdo con la perspectiva, estas hacen que su imagen se mantenga en la fachada de la Plaza Central de la UN. Se desconoce quién la borró; sin embargo, sus intenciones son claras y compartidas por muchos estudiantes entrevistados por Semana, “la imagen de un guerrillero no puede representar a los estudiantes” (Semana, 2016 octubre 19). Personalmente creo que la imagen del Ché no posee las mismas connotaciones que tenía en los 70, es un símbolo muy superficial para la actualidad y para
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LA FACHADA DEL
CHÉ sergio andrés marín estudiante de ingeniería industrial
las nuevas generaciones, que, como yo, hacen parte de la Universidad. Creo fuertemente en el poder de una ciudad blanca; en el respeto, la inclusión y la representación de paz; así como también creo en el arte, pues en estas convergen la multiculturalidad y la diversidad. Sin embargo, existen otras visiones que enriquecen la diversidad de corrientes de pensamiento que deben existir en la Universidad; que consideran que se debe relacionar más a la Universidad con el pueblo, y que basados en la frase del Che argumentan Que la universidad se pinte de negro, que se pinte de mulato, no sólo entre los alumnos, sino también entre los profesores, que se pinte de obrero y de campesino, que se pinte de pueblo, porque la Universidad no es el patrimonio de nadie y pertenece al pueblo (…) (Che Guevara, 1959, web, negrillas fuera del original). Estas dos visiones, no deben ser antagónicas entre sí, deberían buscar una manera de complementarse, entendiendo que un campus de clase mundial no puede estar sesgado a una corriente de pensamiento, mucho menos imponerla para toda la comunidad; por el contrario, debe abrirse y abrazar la diversidad que se encuentra en el mejor claustro académico universitario del país, pues nuestra Universidad es mucho más que una imagen, pensamiento o corriente. En sus espacios e instalaciones, La Universidad Nacional de Colombia posee la mayor riqueza cultural, social e interdisciplinar del país, no solo por su sesquicentenario de servicio académico, sino por el alcance regional que tiene en las distintas Sedes del país. Es aquí donde quiero hacer
bibliografía semana . (2016 , octubre 19) . ¿ quién borró la imagen del che en la nacho ? en : semana . com . recuperado de : http : // www . semana . com / nacion / articulo / borran - la - imagen - del - che - guevara - en - la universidad - nacional /499528
noticiascaracol . (2016 , octubre 19). ¿quién borró al ‘che’ guevara de la universidad nacional ?
en : noticiascaracol . com . recuperado de : http :// noticias . caracoltv . com / bogota / bogota / quien - borro al - che - guevara - de - la - universidad - nacional #! che guevara . (1959). discurso al recibir el doctorado honoris causa de la universidad central de las villas . recuperado de : https :// marxists . catbull . com / espanol / guevara /59- honor . htm
una fuerte crítica hacia los medios, los cuales generan controversia por una imagen y se olvidan de las tremendas crisis sociales, económicas y académicas que afronta la Universidad a causa del papel ausente del gobierno, el cual se supone debería hacerse cargo de aquellas necesidades y problemas de la Universidad en cada una de sus Sedes. Somos nosotros, la comunidad universitaria quienes también tenemos una responsabilidad para con la Universidad, a fin de que sobrepase aquellas fronteras y pueda ser ícono a nivel de Latinoamérica y el mundo. Nos pertenece la visión de exponer su potencial en todas las áreas del conocimiento, su cultura, su arte, su infraestructura, la comunidad, la economía y la diversidad en cada rincón de la Ciudad Universitaria. Tomemos una posición activa en el crecimiento de nuestra “alma máter”, no sólo basta con quererla sino en cuidarla, impulsarla desde nuestras disciplinas y conocimientos. Hace más de 40 años, la Plaza Central de la Universidad recibía el nombre de “la Plaza Santander”, a causa de la estatua que allí se encontraba; no obstante, fue tumbada en medio de una revuelta y luego recibió al “Ché”; puede que, en unos años, la imagen del Ché sea cambiada por la de Jaime Garzón o cualquier otro personaje, tal vez más reciente, tal vez más representativo; mas, la universidad ha de permanecer y crecer como la mejor Universidad, del mismo modo, nosotros creceremos con ella, nuestro paso por la Universidad deja una huella, y tú ¿qué huellas vas a dejar?
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n congreso internacional es una oportunidad para explorar varios mundos. Hablo de mundos porque cada persona es un mundo, la ingeniería es un mundo, la nacho es un mundo, Bogotá es un mundo, Colombia es un mundo, otro país es un mundo. Todos exploramos esos mundos durante un viaje a un congreso internacional. Y es que explorar nos lleva a conocer, reconocer y desconocer. En este caso, y solo como ejemplo para argumentar mi afirmación, usaré mi experiencia personal en el viaje que hice a San Francisco, Estados Unidos, a presentar parte de mi trabajo de doctorado en el congreso americano de ingenieros químicos (AIChE). El AIChE se realiza anualmente en una ciudad de Estados Unidos y, según había escuchado, es el congreso más grande de ingeniería química en el mundo. Es una dimensión que no concebí hasta que llegué al hotel donde se realizaba. En las calles cercanas, caminaban más de 50 personas con escarapelas que los identificaban 08
como participantes. Y no eran solo estadounidenses, eran chinos, indios, europeos, latinoamericanos, tampoco solamente estudiantes de posgrado, eran profesores, empresarios, estudiantes de pregrado. Y no estaban solo en la calle, cuando entré a la recepción del hotel había más de 100 personas, y era tan solo la recepción. Así me di cuenta, solo por exploración, de que el AIChE reúne a más de 5000 personas cada año. Ingenieros químicos: no estamos solos en el mundo, y me atrevo a extrapolar esto a otras ingenierías.Entonces,cuandorealicé mi registro, me entregaron un libro, que pesaba más que un directorio, con la programación del congreso. Más de 100 salas de conferencias en simultáneo durante 6 días de 8 a.m. a 7 p.m. sobre diversos temas de la ingeniería química. Todos los participantes tenían un rol: los estudiantes de posgrado presentando su trabajo, los profesores dirigiendo charlas y contactando colegas para futuros trabajos, las empresas recogiendo ideas y contactando alianzas con universidades, estudiantes de
pregrado presentando posters. Fue ahí cuando dimensioné la magnitud del evento. Claramente, supe que mi presentación no iba a ser una presentación, sino una de las tantas. Pero aun así, sentí alegría de estar ahí y hacer parte del congreso. Conocí que las universidades en Estados Unidos y en Europa son capaces de investigar y crear conocimiento (teorías) porque sus empresas y países son capaces de invertir en un estudio que dará frutos en 10 o 15 años. Los profesores y estudiantes tienen tiempo y recursos para explorar varios caminos, y equivocarse, si es necesario. De esta manera, también reconocí que los proyectos de investigación en Colombia (incluido el mío) están obligados a entregar resultados aplicables y rentables en menos de 4 años. Tanto nuestra industria como nuestro estado quieren “tocar” la innovación que pretenden que hagamos en 4 años y con 25 millones de pesos (en mi caso). Y eso lo conocí y reconocí observando el alcance, objetivos y discusiones de las presentaciones a
MÁS QUE UN
CONGRESO maría fernanda gutiérrez sánchez estudiante de doctorado en ingeniería química
las que asistí (incluida la mía). Y de nuevo me atrevo a extrapolar este panorama a las otras ingenierías. Así mismo, desconocí el camino que deberíamos tomar: ¿Debemos cambiar repentinamente nuestro “tipo de investigación” al de los países “desarrollados” sabiendo que nuestras historias y nuestros presentes son tan distintos? ¿Cómo convencemos a un estado con problemas graves de corrupción y a una industria sin visión que deben invertir mucho más en investigación y esperar un resultado a largo plazo? Con nuestro “tipo de investigación” estábamos allí estudiantes de doctorado, profesores y estudiantes de pregrado. Y debo decir que sentí orgullo por la presencia de los estudiantes de pregrado. Siete estudiantes de ingeniería química trabajaron durante un año (yo los vi en el laboratorio incluso los sábados) desarrollando un carro que funcionara a partir de conceptos de ingeniería química para participar en un concurso del AIChE (Chem-E-car). Para llegar al evento de San Francisco, tuvieron
que ganar a nivel nacional, con su carro Panelita. Y luego, en San Francisco, compitieron con las mejores universidades del mundo, y obtuvieron el quinto lugar, con una mención especial por lograr el mejor promedio de resultados en las pruebas. Cuando hablé con ellos, inicialmente, no entendía por qué estaban un poco tristes (¡estaban en San Francisco con todo pago!), pero luego entendí que ellos vieron muy cerca la oportunidad de ganar y se les escapó de las manos. Y ese es solo el mundo de la ingeniería química. Si pasamos al mundo de la universidad, leí en las escarapelas más de 50 universidades distintas (y seguro no leí ni la mitad). Reconocí que los que íbamos por parte de la nacho éramos pocos, comparados con universidades de Estados Unidos y Europa; mas, éramos muchos comparados con universidades latinoamericanas. Y aquí, también quiero reconocer el esfuerzo de la Universidad Nacional, y específicamente de la Dirección de
Investigación de Bogotá (DIB), por el apoyo económico a los estudiantes y profesores en los programas de movilidad internacional. Si pasamos al mundo de Colombia, escuché más de 10 acentos distintos, manejé otra moneda, hablé otro idioma. Reconocí que China está apostándole a la investigación y haciendo un esfuerzo por comunicarla en otro idioma. ¿Y dónde queda el mundo que es Bogotá? En conocer el sistema de transporte de San Francisco, nombres de calles, atracciones turísticas; en reconocer que estamos muy lejos de tener parques de más de 8km de largo dentro de la ciudad, y en desconocer que, allí, también hay indigencia y pobreza. ¿Y el mundo que soy yo? Lo que conocí, reconocí y desconocí, en este congreso, me ha llevado a escribir esto; así, espero haber podido dejar ver que TODOS (profesores, estudiantes de posgrado, estudiantes de pregrado, empresarios) podemos (y debemos) explorar los mundos que nos trae un evento de este tipo.
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A PLOMO Y PÓLVORA juan diego díaz gonzález estudiante de ingeniería electrónica
É
Ilustración: Yara Alejandra Saavedra Ortega (Ingeniería quimica)
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l llegó a su casa, su olor se podía confundir con el de los cerdos, es más, los cerdos huían de su olor, chillando como si les estuviesen cortando la garganta; y es que eso era lo que hacía el desagradable olor que llegaba del interior de ese hombre. Un hombre que pasaba sus días en el trabajo y sus noches en las cantinas. La mujer cuya vida había pasado junto a Él estaba tan acostumbrada a ese hedor, como los cerdos a su chiquero. Ella había crecido con Él y dos hermanos más, los cuales habían muerto años atrás; Uno resultado de una riña en una cantina del pueblo, la misma que frecuentaba su padre cuando aún vivía, el otro murió por una mordedura de serpiente mientras estaba de cacería en uno de los bosques de la zona. Ahora Ella y su hermano (el del hedor a cerdo) eran los únicos que quedaban de la familia y quienes podían trabajar, puesto que no se podía contar ni con su madre, quién se encontraba a punto de morir en un hospital en una ciudad lejana, donde solo la acompañaba una hermana que bien podría tener todos los años del mundo, ni con un bebé, cuyo cruel y despiadado destino fue nacer en ese “hogar”.
Ella se encargaba de la comida, de los animales en el corral viejo y maltrecho, de la huerta casera y del cuidado del bebé, por supuesto. La casa siempre estaba sucia y maloliente, ninguno de los dos se preocupaba por el aseo de la casa ni por el de ellos mismos. Ella no recordaba haber visto a su hermano tomar un baño y Ella lo tomaba muy de vez en cuando, su único contacto con el agua era al momento de cocinar y eran solo sus manos las que recibían limpieza, y cuando bañaba al bebé. Ese día, Ella se encontraba en la cocina intentando amamantar a su bebé. Ese bebé era lo único de verdadero valor para Ella. De toda la casa, él era el único que recibía un baño a la semana, lo cual era realmente inusual. El padre del bebé había desaparecido hacía mucho tiempo, de hecho fue después de que se le pasara la borrachera; Pero eso no le importaba a Ella. Sería capaz de criar a su hijo Ella sola, aunque su hermano era un verdadero problema. El bebé no paraba de llorar, no quería comer y su pañal estaba sucio, toda la mañana había estado llorando a intervalos, Ella ya tenía bastante trabajo atrasado, no había
podido alimentar a los cerdos, ni cambiar de potrero a los terneros ni tampoco recoger la cosecha de fríjol; además, el almuerzo aún no estaba listo, su hermano se enojaría demasiado, como de costumbre. -¡Eeeey! –Gritó Él enfurecido y lleno de mal ánimo desde la mesa.– ¿Dónde putas está mi almuerzo? -Todavía no está listo, pero no se demora. –Respondió Ella con voz dócil, mientras un leve dolor de cabeza comenzaba a causar molestias.– -¿Cómo que no está listo? –Dijo mientras se levantaba de la silla y se dirigía a la cocina.– -He estado muy ocupada con el bebé y… ¡PUM! –El sonido del puño de él contra la puerta la interrumpió. El bebé empezó a llorar.– -Me importa un culo su bebé, a mí me tiene el almuerzo a la hora que es –dijo exhalando pestilencia desde sus entrañas.– -¡Pues se espera! – gritó Ella. Él la observó detenidamente, vio la determinación en sus ojos, dio media vuelta y volvió a la mesa.–
Ella dejó a su bebé aún llorando sobre el bagazo. Se dispuso a revolver, con el cucharón de madera, la sopa. Mientras su hermano estaba afuera sentado en una silla contra la pared, con su cabeza un tanto inclinada hacia abajo y sus manos entrelazadas sobre sus piernas abiertas. El bebé se calmó un poco, Ella lo arrulló entre sus brazos por algunos
minutos, la impaciencia de su hermano crecía. La sopa estuvo pronto, la sirvió en un viejo plato de metal y se la llevó. La puso sobre la mesa, y esperó a que él la probara. Él tomó la cuchara, tomó un buen sorbo de sopa, su rostro no dejaba adivinar nada. Puso la cuchara de nuevo en el plato, se levantó y con un movimiento rápido botó el plato de sopa al piso. -¿Esta mierda qué es? –Dijo con una voz calmada pero enojada. Su aliento golpeó la cara de Ella.– Esto sabe inmundo, parece lavazas para cerdos. -Y acaso ¿usted qué es sino un cerdo? –En ese momento, él le propinó una fuerte cachetada.–
A Ella le hervía la sangre, no podía creer que se hubiese atrevido a golpearla con tal fuerza. Lo miraba fijamente, con odio, rabia, ira y muchos otros sentimientos que solo hacían que quisiera matarlo y él lo sabía. Él retrocedió unos cuantos pasos sin dejar ver el miedo; mientras tanto. Ella se sentía bastante humillada y no pensaba dejar eso así. Se volteó, entró en la cocina y tomó una macheta con la que cortaban las estillas de madera para la estufa de leña. Salió rápidamente dispuesta a atacar a su hermano y a vengarse de la humillación. Él, que vio las intenciones de su hermana tomó una de las butacas y la usó para defenderse del ataque que se aproximaba. Ella se abalanzó sobre Él, daba machetazos a la butaca esperando arrebatársela.
-¡Hijo de puta! – Gritó Ella sin pensar siquiera que compartían la misma madre– no sea cobarde, ¿por qué no intenta pegarme otra vez?
Seguía atacando a su hermano con rabia y desenfreno, pero él se protegía con increíbles reflejos, usando la butaca que ya tenía bastantes marcas de los sitios donde su hermana daba los machetazos. Él no decía nada, estaba demasiado concentrado en bloquear los ataques de Ella. De repente, la macheta se quedó trabada en la butaca, que ya había perdido una de suspatas.Élaprovechoestemomento para abalanzarse sobre Ella. Ella cayó de espaldas, con su hermano intentando agarrarla por la garganta y la butaca con la macheta trabada separándolos. Todo esto ocurría con el llanto del bebé como fondo de la escena. Pero ninguno de los dos prestaba atención a esto, estaban muy concentrados en su encarnizada pelea. Ella empujaba con todas sus fuerzas hacia arriba mientras él con su propio peso buscaba estrangularla. Ella logró empujarlo con tal fuerza que el quedó sentado en el piso. La butaca y la macheta estaban a igual distancia de Él y Ella. Se miraron entre sí, la adrenalina estaba controlando el momento, ambos estaban agitados y deseosos de sangre; se abalanzaron por la macheta llegando a esta primero Él, que a la vez tomó la butaca. -Ahora si va a ver lo que es bueno perra– Dijo él con voz gutural, a la vez que una sádica sonrisa se dibujaba en
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su rostro y se ponía en pie–¿no estaba muy enérgica?– Él se acercó a Ella con la macheta en la mano derecha y la butaca en la izquierda. Ella, quien no era alguien fácil de asustar reaccionó rápidamente, se puso en pie de un brinco y corrió hacia el cuarto de su padre. - ¡No corra perra! –Gritó él con la potencia del trueno–
Ella entró y vio en la pared lo que buscaba, la escopeta de su padre, la tomó junto con la mochila donde se guardaba la munición, unos cartuchos naranjas y rojos, con una punta de metal, la cargó rápidamente, introduciendo uno de los cartuchos con pulso firme y sin perder de vista la entrada de la pieza. Casi al tiempo de tener cargada el arma su hermano se asomó a la puerta, quien al ver el arma instintivamente se apartó de la puerta justo a tiempo para evitar el disparo. Ella no perdió tiempo y rápidamente la cargó, con pulso firme y sin perder de vista la entra, mientras se encaminaba hacia esta. Escuchó los pasos de su hermano dirigirse a la cocina. Entró en pánico, ya sabía lo que haría su hermano, salió rápido, sin precaución alguna y vio casi demasiado tarde la macheta que se dirigía hacia su rostro, alcanzó a poner frente a Ella la escopeta que, al recibir el machetazo, la golpeó en la frente, al no tener la suficiente fuerza para parar totalmente el ataque. Perdió el equilibrio y se balanceó
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brevemente. Su hermano cargó de nuevo contra Ella, sin darle tiempo de acomodar la escopeta en ángulo de tiro, así que decidió retroceder varios pasos. A pesar de esto, Él seguía lanzándole machetazos a diestra y siniestra, mientras gritaba maldiciones a todo pulmón; la adrenalina y el instinto de sobrevivir se habían adueñado de sus cuerpos. Cuando Ella chocó contra la baranda que determinaba el fin del corredor de la casa, la escopeta se le disparó con dirección al techo, dejando un agujero en el. Él intento atestar un golpe mortal a su hermana, la cual lo eludió pero no del todo, pues la macheta alcanzó a cortarla en el brazo derecho. El bebé seguía llorando, la causa de su llanto se debía a una picadura de araña en uno de sus pequeños muslos; no era mortal pero causaba mucho dolor al pequeño. Sin embargo, tendría que esperar un buen rato para que se le atendiera, la encarnizada riña entre la mujer que lo intentaba cuidar y el hombre de olor desagradable aún tenía que encontrar un desenlace. El dolor era insoportable, pero tendría que hacer su mayor esfuerzo o de lo contrario su hermano acabaría por despedazarla a machetazos. Tomó firmemente la escopeta por el cañón y asestó a su hermano un fuerte y sordo golpe que por lo menos una costilla le rompió. A la vez que él se doblaba de dolor, Ella ese lanzó hacia el lado derecho, corrió lejos de Él y de la casa, mientras cargaba nuevamente
la escopeta. Su vida y muy probablemente la de su hijo dependían de conseguir un tiro certero. Cuando Él se recuperó del golpe recibido, empezó a perseguirla, quejándose un poco por el dolor en su costado; blandía la macheta de aquí para allá, mientras, en su rostro, se dibujaba una sonrisa que hacía juego con sus macabros ojos. Ahora, su hedor parecía tangible, como si fuera un manto que lo cubría de pies a cabeza. A sus oídos, llegaban los sonidos de los cerdos en la cochera, del bebé que lloraba en la cocina, la respiración agitada de su hermana corriendo, el pasto moviéndose a la entrada de la casa, el viento susurrándole que debía atrapar a su hermana, quitarle la cabeza de un tajo y luego al bebé, cuyo llanto empezaba a producirle un insoportable dolor de cabeza. Sí, eso era lo que iba hacer. El viento siempre es un buen consejero. Ella terminó de cargar exitosamente la escopeta, pero su hermano estaba muy cerca ya de Ella y no alcanzaría a girarse y volarle las tripas, primero llegaría la macheta a su cabeza o brazos. Tenía que alargar la distancia, podía sentir la corriente de viento que producía la macheta a sus espaldas, junto con el asqueroso olor de su hermano. Hizo un giro rápido a la izquierda, se dirigía hacia la tupida platanera; allí, su hermano no podría usar la macheta con facilidad, se enredaría con los vejucos y la macheta se trabaría con las matas de plátano. Aunque Ella también tuviera el
campo de tiro un poco obstruido, sabía que lo lograría. A punta de plomo y pólvora lo lograría. Llegó rápidamente a la platanera, un silbido proveniente de atrás la hizo agachar por instinto más que por reflejo, la macheta cruzó a pocos centímetros de su coronilla y se estrelló contra un vástago de plátano. Ella siguió corriendo al interior de la platanera, echando un vistazo a su hermano, quien le pisaba los talones. Vio que tenía la oportunidad de disparar, se dio la vuelta, se enfrentó cara cara a él y disparó. Ella se acababa de dar la vuelta y apuntaba directamente hacia Él, reaccionó justo a tiempo y se botó detrás de unas matas de plátano que formaba una trinchera aceptable, su sonrisa se esfumó, eso había estado muy cerca, y ahora tenía una oportunidad. El arma estaba descargada y disponía de unos cuantos segundos para hacer su jugada. Así que se levantó lo más rápido que se lo permitió el dolor en sus costillas; pero Ella ya no estaba a la vista, se había escondido. Ella sabía que sin el arma cargada tenía menos oportunidades, estaba ganando tiempo y los matorrales le brindaban ayuda. Tenía que pensar en la forma de hacerla salir desprevenida, con la guardia baja y con la escopeta descargada. En el silencio, el tiempo se detuvo y de nuevo su fiel consejero el viento le susurró la solución a su problema. No podía creer que no hubiese pensado en eso antes.
El bebé lloraba en la cocina, el bebé. Ella acaba de cargar la escopeta cuando escuchó los pasos de su hermano, primero lento, caminando, intentando no hacer ruido, pero Ella estaba atenta; luego fueron tomando velocidad, corriendo, mas estos no se acercaban; al contrario, el sonido llegaba cada vez de más lejos. Un súbito horror causado por el entendimiento la estremeció. Era obvio, demasiado como para no darse cuenta en un principio. ¡Él iba por su hijo! Salió de entre los matorrales lo más rápido que pudo, un agudo dolor en su brazo derecho, la herida abierta casi profería gritos propios pero eso a Ella no debía importarle. Lo vio correr hacia la casa, el miedo se hizo más grande, debía detenerlo. Colocó la escopeta contra su hombro intentó apuntarle, pero las matas de plátano se interponían en su camino. Lo que ella había considerado su ventaja ahora jugaba en su contra. Cómo daba vueltas el mundo. Aun así, decidió hacer el tiro. El estallido hizo que perdiera el equilibrio por un momento; Él se volteó y allí estaba Ella. Su rostro dejaba ver el pavor que se adueñaba de todo su cuerpo, la impotencia y el hecho de haber sido engañada había hecho que sus ojos destellaran con furia, una furia que solo las estrellas conocen, por el hecho de no poder moverse, de no poder hacer nada más que mirar. Ella estaba muy lejos, él llegaría mucho antes donde su querido sobrino, entonces
tendría el control de la situación, aunque realmente lo que quería era matar al chiquillo, sacarle las tripas, arrancarle la garganta, su lloradera lo tenía con un horrible dolor de garganta, aunque no tan horrible como su hedor. Luego se ocuparía de su hermana, la cual también, a su parecer, merecía una enorme lección, las costillas rotas y los tiros en su contra se los pagaría con sangre. Escuchó una segunda detonación y una punzada de dolor en el brazo lo obligó a soltar la macheta. Ella le había dado, al menos una de las esferas de plomo le había impactado el brazo, hizo caso omiso al dolor, tomó la macheta de nuevo y corrió en dirección a la cocina. Ella estaba desconcertada, creyó que con ese tiro le derribaría, pero no fue suficiente; ya estaba muy cerca de la cocina y no había dejado la macheta aunque eso hubiese dado igual; allá adentro había muchas cosas con las cuales hacer daño a su amado hijo, a lo único que le daba sentido a esa inmunda vida. Corrió lo más rápido que pudo, aunque eso no fue suficiente; el pánico la había dominado, se tropezó, cayó de bruces, todo pasaba en cámara lenta, su hermano entró en la cocina, su bebé lloraba desconsoladamente, una fría lágrima resbaló por su rostro, al tiempo que un grito de agonía, que surgía desde lo más profundo de su garganta, era ahogado por la detonación de un disparo, no pudo pensar en más que la muerte de su hijo.
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Se puso en pie como pudo, en su dolor dejó la escopeta olvidada en el suelo; intentó correr pero solo podía dar pazos torpemente, como si estuviera borracha; de hecho lo estaba, borracha de dolor, de un amargo dolor. Sus sollozos iban a ritmo con sus lágrimas. De repente, vio una sombra que salía de la cocina; luego, vio al hombre que la producía. Se quedó petrificada, patidifusa, perpleja, no entendía lo que veía, un hombre que no era su hermano llevaba en brazos a su bebé, un hombre que no era su hermano llevaba un revólver colocado en la cintura. Un disparo. Ella había escuchado un disparo, su hermano no llevaba ningún arma de fuego y en la cocina no había alguna. Una luz de entendimiento iluminó sus ojos. Cuando Él entró en la cocina le pasó lo mismo que le pasaría a su hermana unos minutos más tarde: se quedó petrificado. Un hombre de cabello cano, de una estatura promedio, con arrugas contorneando sus ojos, la comisura de sus labios y su cuello, estaba en la cocina con su sobrino en brazos. El tiempo para él se detuvo pero no para el hombre de pelo cano, quién sacó de su cintura un revólver, lo miró
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a los ojos con una mirada que no dejaba adivinar ningún tipo de sentimiento, apuntó hacia Él y disparó. De repente, Él sintió que sus piernas no lo sostenían y cayó de bruces, su mirada se fue perdiendo en las sombras que lo acobijaban en sus fúnebres brazos, estaba muriendo; en ese momento, recordó que había escuchado el pasto de la entrada moverse, su amigo el viento se lo había advertido, ¡su amigo el viento se lo había advertido! Pero él se había limitado a escuchar lo que quería, a entender lo que quería y hacer lo que quería. Ahora moría como otro quería. -¡Mi hijo! –Dijo Ella aun sollozando, caminando con los brazos extendidos hacía su bebé– ¡Está vivo! -Tiene una picadura de araña, supongo que debo llevarlo al puesto de salud –dijo el hombre cano, sin dirigirse realmente a ella, hablaba para sí mismo–. -¡Hijo mío! –Ella no podía decir nada más, estaba en un estado de euforia y shock que nunca había conocido. –
Cuando Ella estaba a escasos siete metros, el hombre cano apuntó contra Ella. Los nervios de la pobre mujer ya estaban a punto de colapsar, este era un golpe que no vio venir y lo único que pudo hacer fue caer de rodillas, ver con
sus ojos casi saliendo de sus órbitas, rojos de tantas lágrimas maternas y pronunciar sus últimas palabras. -Cuídelo bien y dígale que lo amo – Dio una última mirada al bebé que ahora reposaba en brazos de un desconocido que estaba dispuesto a matarla y ella nunca sabría por qué. Cerró sus ojos y esperó la detonación que cerraría su existencia. –
Una vez el hombre cano dejó atrás el cuerpo sin vida de Ella, se dirigió al pueblo, debía llevar al bebé al puesto de salud para tratar la picadura de araña, esperaba con todo su corazón que no hubiese sido venenosa porque de lo contrario el niño no viviría para llegar al médico.
- Se fuerte pequeñín, tu abuelo te cuidará –Dijo con una voz muy tierna y cariñosa–.
Tu padre hubiese estado muy feliz de verte.
A MOR PASAJERO
juan diego díaz gonzález estudiante de ingeniería electrónica
É
l, sentado en la buseta, viendo el sol morir tras el horizonte irregular. Ella se sube, se sienta junto a él, se sienta con él. Ella no alcanzó a ver la reconfortante muerte del sol, que trae descanso, por estar viendo las manos fuertes y ajadas de él. Se miran e intercambian una cálida sonrisa, ella ve en esos ojos marrón tan cansados una pequeña chispa de felicidad, que necesita combustible para arder intensamente; él, en esos ojos azules, ve la rutina carcomiéndola, pero también nota que un pequeño brillo se escondía detrás del mar de sus ojos. - Soy Elisabeth. - Lindo nombre. - Eres pésimo mintiendo – ella ríe con ánimo y él se sonroja un poco–. -Soy Camilo, que de hecho sí es un buen nombre –una pequeña sonrisa terminó la frase–. - Lo estás haciendo de nuevo –una dulce melodía disfrazada por una divertida risa–.
Camilo voltea a ver de nuevo por la ventana de la buseta, nota cómo Elisabeth hace lo mismo a su lado. - He visto mejores –dice Camilo en un tono seco–. - ¿Mejores qué? -Atardeceres –
Hace una pausa como buscando en el enorme archivador que es su memoria, con cajones marcados con etiquetas blancas que dicen: “cumpleaños familia” “deberes pendientes” “nombres de conocidos” “nombres recién archivados” “decepciones” “atardeceres”. ¡Ese es el cajón!– menos edificios, menos autos, menos personas.
Elisabeth pronuncia una larga lista de emes sin separar los labios. - Estos son los únicos que conozco, ¿sabes? - Eres pésima mintiendo –rieron al unísono–. - ¡Bueno! Pero ya no recuerdo los demás, así que me tengo que conformar con estos. - Eso es triste –Camilo baja la mirada–. - Lo sé, mi memoria es muy mala. - No, yo me refería al hecho de conformarse.
Ella se quedó callada, no sabía qué decir, estaba perpleja. Pero quedó aún más perpleja cuando Camilo puso una de sus manos sobre las de ella y le brindó una cálida sonrisa. Dentro de ella algo se salió de sus rieles, su cordura, quizá, nada importante al fin y al cabo. Él volvió a mirar por la ventana, exhaló sobre la superficie del vidrio pero este no se empañó, Camilo río suavemente. Se volteó hacia Elisabeth. Se encogió de hombros y dijo: - No lo logré - ¿Qué pretendías hacer? –Preguntó Elisabeth con verdadera intriga–.
Camilo tomó una de las manos de ella y la puso sobre la de sí mismo con las palmas ambas hacia arriba y con la mano libre dibujó una carita feliz con su dedo índice. - Para ti ¿cómo sería un día perfecto? –Lo sorprendió esa pregunta, suspiró y contestó–. - Uno con comida ilimitada –ella se desternilló de la risa–. - ¡Oye! Responde con seriedad –lo dijo a intervalos de esa contagiosa risa–. -¡Hablo en serio! ¿Qué podría ser mejor que comida ilimitada? Podría acabar con el hambre mundial o quizá solo con la mía. -Eres un insensible –sin embargo la risa (sí, aún sigue riéndose) no la dejaba hablar muy bien–
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Una vez el ataque de risa la dejó respirar bien, apoyó su cabeza en el hombro de aquel tipo, quien, sin ser verdaderamente guapo, le atraía bastante, le empezaba a gustar esa sonrisa cálida que no se desdibujaba de su rostro ¡¿Por cuánto tiempo lo piensa hacer?! En serio que su cordura se había salido de sus rieles, no llevaba de conocerlo más de media hora y ya se estaba recostando en su hombro, ya se había olvidado de su esposo. Al pensar esto, el rubor se apoderó de su rostro, Camilo le echó un vistazo pero no pareció darse cuenta de lo sonrojada que estaba o si lo hizo lo disimuló muy bien. Esto la tranquilizó, así que cerró lentamente sus ojos, escuchando los tranquilos y quedos latidos del corazón de él o de ella, incluso podían ser los de ambos sincronizados perfectamente. - Y para ti ¿cómo sería un día perfecto? – preguntó Camilo. Pronunció una e extendida–. -Déjame pensar –se enderezó en su asiento, se frotó la barbilla en tono pensativo– creo que uno con mucho helado, muchas risas y un tren descarrilado.
Se tapó la boca rápidamente como lo hubiera hecho un niño después de decir una palabrota frente a su madre, de nuevo su rostro era un tomate. Camilo primero pestañeo varias veces como si viera borroso, luego rompió en carcajadas. En su divertida plática habían olvidado que viajaban con otras personas que de pronto se podrían molestar con tanto alboroto. - ¿De casualidad te refieres al tren de la cordura? –Dijo Camilo–. - ¿Ahora lees la mente?
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-No, pero dudo mucho que quieras ver un genocidio mientras te ríes a carcajadas y comes helado, o ¿sí? –
Por primera vez borró la sonrisa de su rostro para darle paso a un gesto de detective frente a su interrogado; esto le hizo mucha gracia a Elisabeth–. - ¡BANG! Diste en el blanco –
Acompañó la frase con un disparo del cañón formado por sus dedos índice y corazón, mientras el pulgar hacía de seguro. Luego acomodó un mechón de cabello rubio detrás de su oreja. Se encontró de nuevo con la mirada de Camilo, lo que fuera en un inicio solo una pequeña chispa, ahora era una llama viva y juguetona, que hacía más claros sus ojos marrones. Camilo, a su vez, se encontró con que el sol en ese mar de ojos azules estaba saliendo de su escondite, y daban origen a un brillo deslumbrante, un brillo azul que dejaría ciego a un ciego y guiaría a un barco en una oscura y espesa noche. -¿Hay algo que hayas deseado hacer desde hace mucho tiempo? – Elisabeth pronunció estas palabras con cierto matiz de ilusión perdida. - Haber sido hijo de algún petrolero multimillonario de Dubái, pero ni modos y ¿tú? -Creo que viajar por el mundo entero, pero ser la esposa de algún petrolero multimillonario de Dubái no estaría mal. - ¿Y por qué no lo has hecho? - No conocí a ninguno –respondió un poco distraída, notó el silencio y luego la risa de Camilo– ups creo que respondí lo que no era –Elisabeth río también– .
Camilo mira de nuevo por la ventana de la buseta, Elisabeth gira en su dedo el anillo de matrimonio, lo mira
IlustraciĂłn: Yara Alejandra Saavedra Ortega (IngenierĂa quimica)
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sin verlo, lo toca sin tocarlo, intenta recordar cuántas veces, desde que se casó, había reído tanto, intentaba recordar hace cuánto no se sentía tan a gusto en un lugar. No lo podía recordar. Se sacó el anillo del dedo y lo sostuvo con su dedo índice y con el pulgar; luego, dirigió su mirada hacia el joven que se perdía en la ventana de la buseta, viajando muy lejos de su cuerpo, estaba allí sin estarlo. Por la mente de él solo se cruzaban las noches de viaje aburrido, sin la compañía de Elisabeth, parecían tan lejanas, intentaba irse muy lejos de allí pero por más que lo intentara, por más que estuviera acostumbrado a hacerlo no podía. Ella lo sostenía, no le permitía irse, tampoco es que él quisiera, pero ella estaba casada, quizá tenía hijos, una familia y él no quería destruirla. -Estoy cansada –Camilo se volvió hacia Elisabeth, quien contemplaba el anillo en su mano derecha– no quiero seguir con él. No lo amo. - Entonces ¿por qué estás con él, por tus hijos? -¿Hijos? No, nada de eso, no hemos querido tener, él vive muy entregado al trabajo y además… –Camilo puso un dedo sobre sus labios, le dedicó una sonrisa y ella hizo lo mismo–. - Yo también estoy cansado, terminemos con esta zozobra ¿te parece bien? - Ok.
Se pusieron en pie, fueron hasta la puerta de la buseta, le dijeron al conductor que se bajaban allí, este los vio con indiferencia cobró los pasajes correspondientes de cada uno y abrió la puerta, bajó primero él, extendió su mano a Elisabeth para ayudarla a bajar. La brisa de la noche temprana los abrazó; jugó con el largo cabello rubio de ella, al igual que lo hizo con su falda, que le llegaba a la mitad de la pantorrilla, una falda azul como sus ojos. La buseta arrancó, ahora, ellos quedaban atrás, en el pasado de la buseta, pero en el presente de aquel
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viejo puente de piedra. El cielo estaba cubierto en lo más alto de estrellas que envidian el brillo azul de los ojos de Elisabeth; en la parte más baja, se veía, de un tono amarillento por la luz que emite, la ciudad, no muy lejos de allí. -Es hermoso, nunca me había detenido a verlo –Elisabeth abraza suavemente al hombre que la sacó de la buseta, de la rutina–. -Esto es lo que había querido hacer desde hace mucho tiempo –mira de nuevo a la mujer que encendió esa peligrosa llama del amor en su interior y no puede reprimir el impulso de besarla–.
Sus labios suaves y dulces provocan un incendio dentro de él, siente que todo su ser estalla en sentimiento, abraza fuerte a Elisabeth, su aroma lo invade, lo rodea, lo abraza también. Es un beso largo, lleno de emociones, de sentimientos y de deseos. - ¡Escapemos! –dice ella en un murmullo hipnótico–. - ¡Dalo por hecho!
Se acercan al muro del puente, abajo, a varios metros, se escucha el leve correr del agua, él toma la mano de Elisabeth, ya no tiene el anillo de bodas, lo ha dejado en la buseta, no sabe si fue intencional o solo lo olvidó, pero eso ya no importa, ni eso ni nada, todo pasa a un segundo plano, excepto ese mar en esos ojos, ese sol en ese mar, ese brillo en ese sol. Se sube al muro y luego la ayuda a ella, están uno junto al otro, uno con el otro, se paran en el borde del muro de piedras grandes, ven el lejano vació que se abre hacia ellos y para ellos, para dos amantes agotados, para dos amantes pasajeros. Se miran uno al otro como si buscaran aprobación, finalmente se dejan caer. Se miran de nuevo, se besan de nuevo, se aman por primera vez ¡¿Por cuánto tiempo lo piensan hacer?! Solo será pasajero.
INCRÉDULO IMAGINARIO juan diego díaz gonzález estudiante de ingeniería electrónica
si te digo que el encierro del alma nos protege de nosotros mismos ¿me creerías?
si te digo que te amo, que por ti yo daría mi vida, que nadaría los siete mares, y andaría los montes y paisajes ¿me creerías?
si te digo que vendarte los ojos te salva de caer al abismo, que encender un farol en un cuarto oscuro te quita la visibilidad, que amar con toda el alma te priva de la libertad ¿me creerías?
no, ¿verdad? no lo hiciste antes ¿por qué habrías de hacerlo ahora, cuando vuelas en la tierra y caminas en el aire; ahora que encendiste la luz de la oscuridad, apagaste la claridad de la noche, soplaste hacia tus entrañas y lloraste sobre la fría arena de la playa de tu memoria?
son muchas las razones que llenan el yeso papel del listado arrugado de los corazones que existen como uno solo en la mente que se niegan a existir en algún otro sitio fuera de mí, fuera de ti, de lo extraño o de lo frecuente.
razones que nunca se cansaron, se cansan o se cansarán de mostrar lo impertinente de mi grito inaudible a los ojos de la conciencia, a los oídos de la inconciencia; porque el paisaje interno no se turba con el leve clamor de un fuerte amante ni con la angustiosa felicidad del débil; porque a pesar de todo, de los pasillos laberínticos de la mirada, de la hoz asesina de tu sonrisa, del murmullo suave de tu cabello, sigo siendo solo un incrédulo sin prisa. 19
EXTRANJEROS EN LA UN corriente alterna
venezuela Corriente Alterna (CA) Entrevistado (E)
CA: ¿De qué país es? E: Venezuela. CA: ¿Qué carrera estudia? ¿En qué Universidad? ¿Semestre? E: Ingeniería de Sistemas y Computación en la Universidad Nacional de Colombia sede Bogotá, 1er Semestre. CA: ¿Por qué decidió realizar un intercambio académico en Colombia? ¿Tenía otros países opcionales? E: No realicé modalidad intercambio; ingresé a la UN por admisión regular. Sí, tenía otros países en cuenta, como México y Brasil. CA: ¿Cómo conoció a la Universidad Nacional y por qué la seleccionó para el intercambio? E: Conocí la UN porque hace más o menos un año llegue a Bogotá, y escuchaba que de las Universidades, la Nacional era la mejor. CA: ¿Cuáles considera las principales diferencias entre la educación de su Universidad y la Universidad Nacional? E: Siento que en la UN, a diferencia de otras Universidades en Venezuela, está mejor estructurada, y hay mucho más apoyo y financiación que con respecto a las Universidades de allá. CA: ¿Qué experiencias académicas ha tenido durante su estancia en la Universidad Nacional? E: Por ahora ha sido muy grata mi experiencia en la Nacional, he aprendido mucho de los colombianos.
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CA: ¿Cuáles aspectos considera más fuerte en la educación de la Universidad Nacional? ¿Cuáles los más débiles? ¿Cómo mejoraría estos puntos débiles? E: Los aspectos más fuertes en la educación de la UN, diría yo, que su exigencia y educación de alta calidad; obliga a los estudiantes a estar siempre en constante aprendizaje. En los puntos débiles, no podría identificar muchos en estos momentos, pero, referente a mi carrera, siento que se están utilizando todavía herramientas muy viejas para el aprendizaje de los estudiantes; ya deberíamos estar utilizando otras metodologías que usen herramientas tecnológicas más nuevas. CA: Describa culturalmente la Universidad Nacional. E: La UN es una universidad que goza por su gran multiculturalidad; es como una zona en la que tus pensamientos son libres y puedes expresarte fácilmente. CA: ¿Realizaría de nuevo un intercambio con esta Universidad? E: No estoy de intercambio, pero de ser así, lo realizaría.
italia Corriente Alterna (CA) Entrevistado (E) CA: ¿De qué país es? E: Italia. CA: ¿Qué carrera estudia? ¿En qué Universidad? ¿Semestre? E: Tercer semestre de maestría en Ingeniería de Telecomunicaciones.
ciones e investigaciones sobre algunos argumentos (cosa que no me gustó mucho).
CA: ¿Cómo conoció a la Universidad Nacional y por qué la seleccionó para el intercambio? E: Tenía como opción la Nacional y otras 2 privadas. Me gusta mucho la política de las públicas y el hecho de que se encontraba gente de cualquier estrato, quienes merecen estar allá por las capacidades intelectuales que tienen. Además, me gustan las actividades internas de la Nacional, así como la disponibilidad de los profesores.
CA: ¿Cuáles aspectos considera más fuerte en la educación de la Universidad Nacional? ¿Cuáles los más débiles? ¿Cómo mejoraría estos puntos débiles? E: Más fuertes: hay poca gente en las clases, entonces, el profesor puede enfocarse más en cada uno de los estudiantes. Más débiles: algunas tareas o cosas que tenía que hacer en casa me parecieron totalmente inútiles. Para algunos proyectos los profesores no nos dieron bastantes bases académicas para desarrollarlos correctamente. Mejorar: integración de las clases con gente especializada en los campos que no son de pertenencia del profesor; dar mayor disponibilidad para acceder a los laboratorios, fijar horarios donde el profesor esté disponible para recibir a los estudiantes y clarificar dudas.
CA: ¿Cuáles considera las principales diferencias entre la educación de su Universidad y la Universidad Nacional? E: Mi universidad tiene una preparación mucho más teórica, hay más gente en las clases, no hay obligación de presenciar las clases; no hay tareas diarias, sino fechas predefinidas para exámenes, proyectos y pruebas orales.
CA: Describa culturalmente la Universidad Nacional. E: Culturalmente es simplemente increíble. Me gustaría “menos gobierno” y “más jóvenes”; pero, igualmente, crea atmósferas y ambientes culturales muy agradables. Seguramente es una universidad que consejería.
CA: ¿Qué experiencias académicas ha tenido durante su estancia en la Universidad Nacional? E: Muchos proyectos y muchas tareas como presenta-
CA: ¿Realizaría de nuevo un intercambio con esta Universidad? E: En la Universidad sí, en Bogotá no creo.
CA: ¿Por qué decidió realizar un intercambio académico en Colombia? ¿Tenía otros países opcionales? E: Sí tenía otros países pero el primero que elegí fue Colombia y me aceptaron. Lo elegí para descubrir la cultura de este país y para la historia que tiene la Nacional.
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S S O P I G R A M A P I G R A M A
Antes de comenzar a buscar en esta sopa de letras, debes encontrar la respuesta a las pistas dadas.
pistas : 1.Apellido del primer hombre en el espacio. 2.Animal favorito de Nikola Tesla. 3.Colombiano cuyo apellido da nombre a un cráter de la luna. 4.Ingeniero francés que construyó una gran torre para la Exposición Universal de París en 1889. 5.Sistema operativo de uso libre, cuyo kernel fue creado por Linus Torvalds. 6.Videojuego creado en 1984 por Alekséi Pázhitnov.
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7.País donde nació la primera mujer que viajó al espacio exterior. 8.Nombre de un ingeniero civil y entrenador de fútbol chileno que dirigió al Manchester City. 9.Invento realizado por Alfred Nobel. 10.Escudería de la fórmula 1 fundada por un italiano llamado Enzo. 11.Ciudad de nacimiento del primer campeón del mundo de ajedrez de la era moderna, Wilhelm Steinitz.
12.Una de las cementeras más importantes del mundo. 13.Ingeniero naval que fue presidente de los Estados Unidos entre 1977 y 1981. 14.Aplicación utilizada en dispositivos móviles, creada por Brian Acton y Jan Koum. 15.Dolph Lundgren, ingeniero químico sueco tuvo su primer papel importante como actor en esta saga.
SUDOKU
HEXADECIMAL reglas : 1.Hay que completar las casillas vacías con un solo dígito hexadecimal del 0 a la F. 2.En una misma fila no puede haber dígitos repetidos. 3.En una misma columna no puede haber dígitos repetidos. 4.En una misma región no puede haber dígitos repetidos. 5.La solución de un sudoku es única.
F 3
0 B
9
5 9
8 4
D 5
A C
7
5
F
6
E
3
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F
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Recuperando el papel social de la IngenierĂa