Revista Desequilibrio No. 3

Page 1

ISSN: 2027-3010

3 núm

DESE QUI L BR O

Revista del Colectivo de Economía


Contacto DESEQUILIBRIO colecono_fce_bog@unal.edu.co Colectivo de Economía

REVISTA DESEQUILIBRIO Volumen-Numero 3 / ISSN 2027-3010 Universidad nacional de colombia Facultad de ciencias económicas El Colectivo de Economía, realizador de la revista Desequilibrio, es un grupo de estudio de la Universidad Nacional que busca construir nuevas perspectivas a través del debate argumentado. De esta manera, se intenta generar diferentes alternativas frente al actual sistema económico y el modelo de desarrollo que consigo trae. Rector Ignacio Mantilla Prada Vicerrector Diego Fernando Hernández Director Bienestar Sede Bogotá Oscar Oliveros Coordinadora Programa Gestión de Proyectos Elizabeth Moreno Decano de la Facultad de Ciencias Económicas Jose Guillero García Isaza Asesor de Dirección de Bienestar Beethoven herrera Valencia Director del Departamento de Economía Álvaro Martin Moreno Rivas

Universidad Nacional de Colombia Cra 45 No 26-85 Edificio Uriel Gutiérrez Sede Bogotá www.unal.edu.co Contacto PGP proyectoug_bog@unal.edu.co proyectougbog@gmail.com ugp.unal.edu.co /gestiondeproyectosUN issuu.com/gestiondeproyectos

Derechos de Autor y Licencia de distribución. Atribución – No comercial. El material creado por usted puede ser distribuido, copiado y exhibido por terceros si se muestra en los créditos. No se puede obtener ningún beneficio comercial y las obras derivadas tienen que estar bajo los mismos términos de licencia que el trtabajo original. Desequilibrio es una revista de investigativa de la Universidad Nacional de Colombia y de los estudiantes vinculados al Colectivo de Economía Los textos presentados en la siguiente publicación expresan la opinión de sus respectivos autores y la Uni-

COMITÉ EDITORIAL Dirección William Chavarro Edición Ana Lucía Barrera Camilo Rodríguez Ramos Carlos Rojas Isabel Rivadeneira Bahamón Sofía Tellez Barbosa Corrección de Estilo Albalucia del Pilar Gutiérrez Diseño y Diagramación Nikole Angie Calderon Castaneda (PGP)

versidad Nacional no se compromete directamente con la opinión que estos pueden suscitar.


«Una educación desde la cuna hasta la tumba, inconforme y reflexiva, que nos inspire un nuevo modo de pensar y nos incite a descubrir quiénes somos en una sociedad que se quiera más a sí misma.» Gabriel García Márquez


Necedad e irreverencia estaban en su esencia. Sustancias inapelables de unos cuantos estudiantes que, guiados por las rimas de la inconformidad, decidieron sembrar y pensar utopías para que desde la academia crítica cosecharan transformaciones para la agónica realidad. Cuanto más preguntaban para simplificar, más compleja se volvía la verdad; y, conscientes de que no eran ni tan jóvenes ni tan viejos para saberlo todo, llevados por la ansiedad, la inquietud, la pasión, la fantasía, la recursividad y por el placer de descubrir nuevos mundos e imaginar nuevas posibilidades, nació el germen que, con el soplido del viento del sur epistemológico, creció y se configuró en el Colectivo de Economía. Ya son dos décadas de incólume lucha académica en los que hemos atizado los cimientos del paradigma. Cuatro lustros de recorridos por caminos recónditos. Veinte años de construir academia alternativa. Habiendo destrozado las cadenas del miedo, nos lanzamos por la segunda edición de la revista Desequilibrio. Seguimos en nuestra ineludible tarea de construir una academia crítica que no omita los conocimientos ni aplaste al diferente, una academia que no se enmarque en la guerra fría, ni mucho menos en la caliente, que desde la reflexión, el inconformismo y la inquietud sea capaz de entender y transformar la realidad. Una academia para la paz. El presente volumen pretende dar cabida a muchas posiciones, a los marginados y a los abrigados, a la armonía y al ritmo, a lo refinado y a lo profundo, al arte y al artista. Saludamos así a nuestro lector y lo invitamos a caminar sin perder la dirección, aunque el destino sea desconocido, a maravillarse por lo minúsculo y a pensar y escribir nuevas utopías. Forjaremos juntos, la academia alternativa


4

DeathtoStock_Creative Community


Desequilibrio

¿QUÉ ES EL COLECTIVO DE ECONOMÍA? Luis Ángel Numpaque Estudiante de Economía de la Universidad Nacional de Colombia Miembro Colectivo de Economía

5


6 El Colectivo de Economía es un grupo de estudio de la Universidad Nacional de Colombia, que tiene la intensión de ser referente de la tarea ineludible de forjar alternativas al actual sistema económico, social y teórico dominante. Está compuesto por estudiantes de la Universidad Nacional y de otros centros académicos interesados en construir nuevas perspectivas a través de un debate argumentado en el que se relacionen la academia y la realidad.

Historia El Colectivo de Economía nace en 1994 como experiencia colectiva dada a raíz del Congreso Latinoamericano de Estudiantes de Ecoznomía, realizado en la Universidad Nacional. Se proyecta como un esfuerzo permanente por reflexionar acerca de las dinámicas sociales contemporáneas, intercambiando experiencias desde las múltiples perspectivas y tendencias, de la actualidad. En consecuencia, el grupo mantiene un programa de lecturas y discusiones, y ha participado en diferentes escenarios como congresos, festivales, foros, entre otros. Estos complementan las actividades del colectivo y fomentan el debate de la realidad de nuestras sociedades, además, recuperaran la capacidad colectiva para la reflexión crítica sobre la realidad contemporánea. Para la primera década del nuevo milenio, el Colectivo de Economía participó en espacios organizativos de ámbito nacional. En el año 2004 sale a la luz el primer número de nuestra revista Desequilibrio. La publicación pretendía dar cuenta de distintos fenómenos que determinan nuestras vidas y esbozar un panorama alternativo. Bajo la misma inquietud, en el 2008 se realiza la publicación del primer número de Desequilibrio y en el mes de mayo de 2009 se da a conocer a la comunidad académica. Asimismo, otras preocupaciones del colectivo han sido la educación popular y el cine como mecanismo de expresión. En el año 2011 el Colectivo desarrolla dos producciones audiovisuales sobre la nueva metodología de la medición de la pobreza en Colombia y las diferentes perspectivas académicas en torno a aquella realidad colombiana. Desde entonces el Colectivo de Economía ha mantenido una dinámica académica contante, siempre transversalizada por los pilares que definen nuestra actividad: sembrar utopías y generar academia alternativa.


Para el año 2014, con ayuda del Grupo de Socioeconomía, Instituciones y Desarrollo, se llevó a cabo un seminario intersemestral que contó con la participación de estudiantes y profesores de todo el Distrito. El mismo año, y con el apoyo de distintas entidades, se realizó el seminario internacional de «El pensamiento de Marx en el siglo XXI».

Al presente, el Colectivo cuenta con diferentes espacios en los que sus miembros participan activamente: Seminario Permanente de Economía Crítica, Cine-foro María Cano, presentación del programa radial Debates Económicos, investigaciones sobre el ordenamiento agrario en Colombia. Además, nos aproximamos a la publicación del tercer número de la revista Desequilibrio y a la realización de un encuentro distrital de estudiantes de ciencias económicas. «Armados con la crítica, empujados por el desamparo y la sed, dirigimos nuestras fuerzas conscientemente hacia un solo destino, cosa que dispersos y desorganizados jamás podríamos. Nuestro destino es el futuro, al que el pasado insiste en detener. Y para avanzar hacía este, de la misma manera que aquel que trabajando dota de medios al labriego para que cultive la tierra que nos apaciguará el hambre, de igual manera dotaremos de las herramientas, posibles dentro de nuestras ciencias, para construir muchos otros mundos diferentes a este que no es ni el único ni el mejor mundo posible.» ¡Sembrando utopías, construyendo academia alternativa!

Desequilibrio

Actualidad

7


8

Campesino-Luz Adriana Villa


Desequilibrio

EL CAMPESINADO COMO CLASE SOCIAL. UNA CRÍTICA AL ENFOQUE «TERRITORIAL» DE LO RURAL1 Tatiana Andrea Lote Rayo1 Miembro del Colectivo de Economía 1 Este trabajo es realizado en el mes de octubre de 2014 durante una experiencia de intercambio académico en la Universidad Estatal Paulista «Júlio de Mesquita Filho» (UNESP) - Brasil, y contiene muchas de las discusiones y reflexiones realizadas por el Laboratorio Economía, Espacio y Poder, proyecto interfacultades de la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá, liderado por los profesores William Chavarro Rojas y Darío Indalecio Restrepo Botero. 1 Economista, estudiante de Maestría en Estudios Políticos, IEPRI, Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá. Correo Electrónico: taloter@gmail.com

9


10

Introducción En el mes de mayo de 2014 el Departamento Nacional de Planeación (DNP) realizó el lanzamiento de la Misión Rural, cuya principal tarea será proponer una serie de políticas para «saldar la deuda histórica con el campo», en medio de una coyuntura trascendental para el país: el proceso de paz entre el Gobierno nacional y las FARC —este es el proceso que más ha avanzado en la historia de las negociaciones con esta guerrilla—. La Misión está conformada por un equipo de académicos, tanto nacionales como extranjeros, y es liderado por el economista José Antonio Ocampo. Dentro de los participantes internacionales se encuentra Julio Berdegué, investigador del Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural y consultor de agencias multilaterales como el BID, la FAO y el Banco Mundial1, quien un par de meses después de lanzada la Misión presentó algunas de sus discusiones preliminares, entre ellas la correspondiente a la definición de lo rural. De acuerdo con Berdegué (2014), en Colombia, como en otros países de América Latina, se ha empleado históricamente una definición de lo rural que «es producto de una idea anticuada del desarrollo y del progreso» y que, por tanto, es preciso evaluar y reformular. Es así como, según el investigador, el DNP y Misión Rural proponen una nueva definición que: […] expresa esencialmente una mirada territorial de lo rural2. Lo rural no es lo que sobra, ni lo tosco e inculto, ni el pasado, sino aquel segmento de Colombia cuya vida social se organiza bajo la influencia primordial de las actividades primarias (no solo la agricultura, también la minería, la pesca, el turismo...) y los servicios ecosistémicos3 (el agua y el aire limpios, la biodiversidad, y ese espacio de la cultura que solo surge de la larga relación de los seres humanos con la naturaleza de que Colombia goza en una abundancia y riqueza que nunca deja de impresionar). (Berdegué, 2014, ¶ 4)

1 Entre otros trabajos, participó en la preparación del informe del Banco Mundial 2008: «Agricultura para el Desarrollo». 2 El subrayado es mío. 3 El subrayado es mío.


Desequilibrio

Dada esta concepción, que sin duda fundamentará la política pública para el campo colombiano en el probable escenario de posconflicto, el objetivo central del presente trabajo es rastrear el andamiaje teórico de esa mirada «territorial» de lo rural, a partir de una crítica a las conceptualizaciones y deconstrucciones conceptuales que dos reconocidos antropólogos sociales brasileros hacen sobre «el campesinado» y «lo rural»: Mauro William Barbosa de Almeida (2007) y María José Teixeira Carneiro (2008). El debate con los autores, que considero se inscriben en esa perspectiva «territorial» que defiende la Misión Rural, girará entonces alrededor de cómo abordar hoy el problema de la conceptualización del «campesinado» y de «lo rural», sin negar las condiciones estructurales de esa clase social, ni la disputa por el acceso, uso y control de la tierra y el territorio, que continúan vigentes en el espacio rural de muchos países latinoamericanos y de Colombia concretamente. El trabajo está organizado de la siguiente manera: en la primera sección desarrollo la discusión sobre la conceptualización de «campesinado», dialogando exclusivamente con Almeida (2007). En la segunda sección realizo el debate sobre la conceptualización de «lo rural», incorporando a Carneiro (2008) en la discusión. En la tercera sección, a partir de los elementos esbozados en la crítica a los autores, construyo una defensa del campesinado como clase social. Finalmente, en la cuarta sección, presento algunas consideraciones finales.

El «campesinado» En su trabajo, Almeida (2007) realiza un recorrido por cuatro corrientes teóricas —o narrativas agrarias— del siglo XX que han trabajado alrededor de la categoría «campesinado», a saber: 1. Culturas agrarias, en la que se considera central la comprensión de las particularidades lingüísticas, religiosas, tecnológicas y sociales como constituyentes de las culturas campesinas; 2. Sociedades parciales campesinas, conocida también como de Estudios sociológicos, de la que hacen parte autores como Robert Redfield, George Foster, Sidney Mintz, Eric Wolf y James Scott, y cuyo resultado fue la construcción de un modelo de estructura social campesina amarrado por relaciones de parentesco y compadrazgo, controlado por una ideología particular y

11


12 subordinado a una sociedad cuyo poder se concentra en las ciudades; 3. El campesinado como sistema económico y como clase, cuyo elemento central fue el papel de los campesinos como componentes funcionales para la acumulación capitalista, sea en la forma de «modo de producción campesino» (tal como fue concebido por Chayanov) o en la de proletarios disfrazados; y 4. Economía campesina y ecología, que emerge en la década de 1970 como una combinación de ideas anteriores (de autores como Steward, Chayanov, Polanyi y Boserup), y plantea que las unidades campesinas de producción son eficientes cuando se comparan con las empresas agrícolas y se evalúan en su interacción con los recursos naturales, de manera que «deja de ser un destino inexorable la modernización tecnológica y social de las unidades campesinas de producción». (p. 164) Luego de reseñar estas corrientes teóricas, el autor afirma que todas se enmarcan bajo una única narrativa: la de la historia de la modernización. Así, sostiene que la categoría de «campesinado» permitía abarcar una enorme variedad de elementos locales bajo un único lenguaje teórico, el de las «grandes narrativas» o «historias universales», dentro de las cuales «los campesinos eran actores —secundarios, coadyuvantes o centrales, dependiendo del punto de vista—» (p. 168). Sin embargo, agrega, esas grandes narrativas perdieron el poder de convicción, acabaron, se desgastaron, murieron y con su muerte sobrevino la muerte del campesinado como imagen, como categoría. Así las cosas, para Almeida (2007), «la muerte del campesinado significa el hecho del fin de una imagen campesina que aglutinaba trazos en un hecho social total y que introducía ese hecho social total en una historia universal» (p. 172). Para el autor, la muerte del campesinado es entonces el fin de un código, la muerte de un sistema de pensamiento que anclaba a este sector a leyes de la historia o a leyes estructurales. No obstante, ¿realmente murió ese paradigma teórico; no tienen más lugar las grandes narrativas; acaso mudaron las condiciones estructurales del campesinado? Defiendo entonces que «el campesinado» está inmerso en el modo de producción capitalista, que hace parte de esa estructura y que, por tanto, se encuentra permanentemente en relación con ella. Con todo, reconozco que, como afirma Restrepo (2013), la historia no se reduce a una historia de racionalidad dominante: la lógica económica, porque la historia está hecha por acto-


Desequilibrio

res sociales y políticos concretos y por los conflictos que entre ellos acontecen. Los procesos y realidades son dinámicos y emergen de los múltiples conflictos entre intencionalidades, estrategias y racionalidades, esto es, entre actores sociales y políticos en el marco del modo de producción capitalista. Así, lejos de cualquier determinismo —en que pueden caer las grandes narrativas agrarias—, contemplo la ocurrencia de resistencias campesinas, sin perder de vista que el campesinado está articulado, de una u otra forma, al modo de producción capitalista. Entonces en el capitalismo, como sostiene Bartra (2011), si el campesino lanza productos al mercado, estos asumen la forma de mercancías capitalistas, de la misma manera que sus medios de producción aparecen como capital y el rendimiento destinado a su consumo —de subsistencia— forma parte del capital variable global. Con esto parto del entendimiento de que el campesino está ligado al ciclo del capital global y que es allí donde tiene lugar su explotación que «[…] se desarrolla, únicamente, por medio de la instancia económica y adopta la forma de intercambio desigual de valores» (p. 54) en tres mercados específicamente: 1. De productos, como vendedor de sus productos y como comprador de insumos y medios de producción; 2. De crédito, a través de la tasa de interés; y 3. De trabajo, porque se ve forzado a vender su fuerza de trabajo por un valor inferior al de su reproducción. Esta explotación que, en este caso, es estructural, se encuentra apoyada en un «complemento de primer orden» (Bartra, 2011, p. 57): los mecanismos de coacción o dominación extraeconómica, que no son más que las formas de control ideológicas, políticas, jurídicas, etc. Por todo lo expuesto hasta aquí, desde esta perspectiva, el carácter de «campesino» se lee a partir de su condición de explotación que, aunque estructural, puede ser superada según la correlación de fuerzas que se configure entre los actores sociales y políticos, en los territorios concretos, y en cada momento de la historia. Ahora bien, volviendo a la tesis de Almeida sobre la muerte del campesinado como megaconcepto o categoría anclada a las grandes narrativas agrarias del siglo XX, cabe examinar dos planteamientos centrales que emplea en su argumentación: 1. La imposibilidad de las teorías estructurales de incluir en sus análisis la diversidad propia del campesinado y sus múltiples realidades: indígenas, negros, pescado-

13


14


15

Desequilibrio


16 res, mineros artesanales, etc.; y 2. La dificultad para definir el espacio rural, dado que ya no es tan clara la frontera entre las «sociedades parciales» y la sociedad global. Respecto al primer planteamiento, el autor afirma que las teorías estructurales dejan de lado a las «masas rurales marginales al capitalismo» (Almeida, 2007, p. 164) y que entonces el concepto «campesinado» pierde la capacidad de iluminar una multitud de objetos y características que no fueron eliminados por la modernización ni por la globalización. Frente a esto aclaro, en primer lugar, que justamente esas condiciones de explotados y marginales emergen por —o en el marco— de la modernización y de la globalización y es entonces en ese marco en donde deben ser situadas y analizadas. En segundo lugar sostengo, siguiendo a Bartra (2011), que más allá de la categoría, lo «campesino» es y ha sido […] esquivo por naturaleza. Su verdadera imagen, como su concepto, es difícil de capturar. […] no se trata de la natural plasticidad de todos los grupos sociales, sino de un polimorfismo substantivo y estructural. Porque el campesino, a diferencia de otras clases, tiene un soporte material múltiple, diverso y oscuro. (p. 67) Tal polimorfismo substantivo y estructural del que habla Bartra se refiere a una condición difusa del campesinado dentro del modo de producción capitalista, dado que su naturaleza —la del campesinado— se mueve entre los atributos de poseedor de la tierra, de los medios de producción y de la fuerza de trabajo. En palabras de Bartra (2011): «El campesino es un poco hacendado, un poco burgués y un poco proletario» (p. 67). Reconociendo esta condición, además de la fuerza de los cambios y las migraciones —que también responden a lo estructural—, admito que la comprensión del campesinado pasa de forma ineludible por la comprensión de su diversidad histórica, étnica, cultural, económica, productiva, lingüística y territorial.

Lo «rural» Respecto al segundo planteamiento, Almeida (2007) asevera que los grupos sociales han perdido una referencia espacial continua —debido principalmente a migraciones y diásporas—, de manera que los


En este punto hallo importante llamar la atención, nuevamente, sobre los factores estructurales que conducen a tales migraciones campesinas. Volviendo a Bartra (2011) «[…] el campesino vende una parte de su fuerza de trabajo porque su renta como productor directo no es suficiente para garantizar la reproducción simple» (p. 45) y, en la mayoría de casos, esa posibilidad de vender parte de su fuerza de trabajo se encuentra lejos de casa, trasciende las fronteras regionales e incluso nacionales. A pesar de esta realidad, «el núcleo duro de la socialización campesina está aún en la comunidad agraria» (p. 79), en el territorio de origen, en los que quedaron. En este orden de ideas, la migración o el desplazamiento de los campesinos hace parte del carácter estructural del campesinado, lo constituye, lo define. En lo que compete a este segundo planteamiento de Almeida sobre las transformaciones del espacio rural, cabe detenerse y dar una mirada al trabajo de María José Carneiro (2008): «Rural» como categoría de pensamiento. En él discute básicamente dos implicaciones del debate de la sociología rural: 1. La oposición entre campo y ciudad como realidades espaciales y sociales discontinuas, y 2. La actividad agrícola como referencia casi exclusiva para calificar el espacio rural, sea apara afirmar su fin o para definir sus nuevos parámetros dentro de su especificidad. La autora propone esta discusión basándose en el hecho de que hoy lo rural […] pasa a ser visto como lugar de otro tipo de trabajo, ya no restringido a la producción de alimentos y de materias primas para las industrias, sino destinado a la producción de bienes simbólicos que alimentan la industria cultural y la comunicación entre universos culturales distintos, sean de origen urbano o de origen rural. (p. 25)

Desequilibrio

territorios dejan de corresponder a un único grupo social y se convierten en lugares de pasaje de muchos grupos sociales diferentes. Así, el autor sostiene que, en el fondo, lo que sustentaba en extremo la noción de campesinado era la conexión entre un suelo y un pueblo […] pero esa conexión de grupo social, ideas y cosas —encerradas en un territorio discreto y aislado del exterior— deja de tener peso para iluminar el mundo de migrantes móviles, de familias-red dispersas entre diferentes zonas geográficas según los flujos migratorios, de estrategias de reproducción que accionan diferentes técnicas y espacios. (p. 171)

17


18 Así, para Carneiro (2008), a partir de los años 60 la cuestión ambiental empieza a motivar un cambio de mirada hacia el medio rural, «estimulando nuevas formas de ocupación del espacio y engendrando una nueva imagen de lo rural identificada con una ruptura entre la tierra productora y la tierra como paisaje y reserva patrimonial» (p. 24). Sin embargo, ¿es realmente la cuestión ambiental la que genera estas nuevas dinámicas en el espacio rural? ¿Esas nuevas formas de ocupación del espacio corresponden únicamente al uso de la tierra como paisaje y como reserva patrimonial? Como respuesta al primer interrogante, planteo que las nuevas dinámicas económicas, sociales y culturales que se presentan en el espacio rural latinoamericano, por lo menos desde finales de la década de 1980 —esto es, en el marco de los procesos de apertura de las economías nacionales—, responden a la búsqueda de nuevos espacios de acumulación de capital, es decir, de territorios que posibiliten la máxima valorización del capital. Con esto, y en respuesta al segundo interrogante, encuentro que no solo se produce una ruptura entre la tierra productora y la tierra como paisaje y reserva patrimonial, sino entre la tierra productora (en términos agrícolas) y la tierra como reservorio de recursos genéticos, energéticos y minerales; como espacio vital de residencia, recreación y descanso; como factor de equilibrio ecológico y equilibrio territorial (en el sentido de contrarrestar los efectos del despoblamiento); como depósito de saberes ancestrales y como muchos otros atributos o condiciones que hoy hacen de la tierra —o de los territorios rurales— espacios idóneos de valorización del capital. Así las cosas, es preciso comprender esas transformaciones de la ruralidad de manera estructural, como resultado de un proceso de ampliación de los espacios de reproducción del capital que hoy no solo envuelve otras esferas materiales de la producción —más allá de la agrícola— sino que abarca también esferas inmateriales como los saberes y las prácticas tradicionales. Entonces, reconociendo la existencia de tales transformaciones y destacando su carácter estructural en el marco del modo de producción capitalista, cabe ahora preguntarnos por las implicaciones que estas tienen en la aprehensión y uso de la categoría «rural», que es justamente el propósito de Carneiro, como veremos a continuación.


Desequilibrio

La autora, a partir de la idea de que los cambios de la ruralidad no solo se expresan en nuevas configuraciones socio-espaciales sino también en «nuevas identidades sociales que emergen de relaciones conflictivas resultantes de la disputa por imágenes e intereses distintos sobre esos espacios» (p. 26), plantea que estamos frente a un proceso de construcción de múltiples identidades que constituyen al individuo en la sociedad contemporánea y sugiere entonces «el uso del término “localidad” para universos empíricamente referenciados, ya que esta noción no define la naturaleza rural o urbana de un grupo o de sus prácticas» (p. 9). Frente a este planteamiento manifiesto algunos acuerdos y discordancias. Por un lado, considero importante el llamado que hace la autora a comprender, como ella lo expresa, «la complejidad del proceso de descomposición y recomposición de universos sociales y culturales» (p. 34), porque con esto reconoce el carácter dinámico del espacio rural, su incesable reestructuración y la diversidad de procesos y actores sociales que lo integran o constituyen. Así, reconozco en las consideraciones de Carneiro una perspectiva que rescata la imperiosa necesidad de pensar el espacio rural —y el espacio en general— en clave de conflictividad, esto es, como un entramado de relaciones de poder que, aunque se materializan en lo local, están sujetas a relaciones externas —o, si se quiere, globales—. En este orden de ideas, coincido con la autora en su concepción de «lo rural» como realidad dialéctica que exige, por tanto, la observación atenta de las intencionalidades en disputa y de las relaciones de fuerza entre los actores sociales y que demanda, además, una lectura juiciosa de las particularidades locales, sin perder de vista las dinámicas más amplias o generales. Sin embargo, por otro lado, me distancio del énfasis que Carneiro pone en el elemento cultural como definitorio de las transformaciones rurales porque considero que las mudanzas en las configuraciones socio-espaciales (dentro de las que se halla la aparición de nuevos valores, hábitos y, en síntesis, de identidades) responden al carácter que, a lo largo del tiempo, van adoptando los espacios y los actores —y sus relaciones— dentro del proceso de acumulación y circulación del capital. En esta medida, sugiero que la percepción de «lo rural» como fenómeno cultural, no contribuye mucho en la comprensión

19


20 de la complejidad de esas nuevas realidades rurales porque no ofrece explicaciones satisfactorias de las dinámicas y relaciones que suscitaron su emergencia, en el marco del modo de producción capitalista.

El campesinado como clase social Dadas entonces las críticas que elaboran Almeida y Carneiro a las categorías «campesinado» y «rural», respectivamente, regreso ahora al primer autor para examinar su propuesta de superación de la crisis de la categoría «campesinado». Se trata de lo que él llama «nuevo nominalismo» o «nominalismo antropológico»; se trata de «las antropologías de la floresta, del sertão, del mar» (Almeida, 2007, p. 173). Con esto, Almeida hace una reivindicación de lo local: Los problemas locales, con todo, son globales: son problemas relacionados con paisajes naturales (mares, bosques, sabanas, ríos) y con aquellos que los disputan —pobladores «tradicionales», agencias del Estado, megaempresas», así como con las consecuencias de esas disputas para el futuro. Los actores, sin embargo, no son más puros y es difícil describirlos como clase o como campesinos. (p. 176) En esta propuesta de Almeida, tal como en la de Carneiro, halló fundamental el llamado a dirigir la mirada hacia lo local, hacia las realidades concretas, hacia los contextos particulares y sus especificidades pues, como también reconoce Wolf (2003), «los campesinos funcionan fundamentalmente dentro de un escenario local» (p. 122). Sin embargo, no estoy de acuerdo con la necesidad que Almeida plantea de renunciar a la categoría «campesinado» para aprehender la realidad en su conflictividad, en su dialéctica y en la dimensión de lo local. Al contrario, reafirmo la categoría «campesinado» como una categoría política que refiere a una clase social y, por tanto, reafirmo la condición del «campesino» como sujeto político. En los párrafos que siguen intentaré argumentar este planteamiento. Siguiendo a Wolf (2003), parto de que «el término “campesino” indica una relación estructural, no un determinado contenido de cultura» (p. 121). Tal relación estructural se configura en el marco del modo de producción capitalista y, contrario a lo que afirma Wolf, considero que es dinámica —y no fija— pues depende de la correlación de


Desequilibrio

fuerzas entre las partes o elementos de la estructura, a lo largo de la historia. Sin embargo, pese a este carácter variable de la relación estructural, hay ciertos rasgos que definen la condición campesina dentro de la estructura. Para Wolf (2003) son tres básicamente: 1. El campesino es productor agrícola; 2. El campesino posee el control efectivo de la tierra —y por tanto de sus procesos de producción—; 3. El campesino tiene por objetivo su subsistencia y no la reinversión o la ampliación de su escala de operaciones —«su punto de partida son las necesidades definidas por su cultura» (p. 120)—. Respecto a los rasgos definidos por Wolf me encuentro en desacuerdo únicamente con el segundo, debido a que en países como Colombia los arrendatarios y colonos han jugado un papel fundamental en la historia del campesinado, que ha sido justamente la historia de la lucha por la tierra. Así, no considero que el control efectivo de la tierra sea un rasgo definitorio del campesinado, como sí lo son: 1. Su condición de productor agropecuario, por la cual la tierra es su principal medio de producción; 2. Su objetivo de reproducción propia y la de su familia; y 3. El trabajo familiar como elemento organizador o regulador de la producción. Estos tres rasgos dan forma a la condición campesina, que puede resumirse en la unidad del trabajador con los medios de producción, condición en la que no se encuentran ni el capitalista, ni el terrateniente, ni el trabajador. Esta particularidad de la condición campesina configura el lugar del campesinado como clase explotada dentro de la estructura, en la medida en que lo sitúa en una posición asimétrica en «los tres tipos de mercado en los que la producción campesina ocurre: el de productos, el de dinero y el de trabajo» (Bartra, 2011, p. 25). En este sentido, la reivindicación del campesinado como clase es la de «una parcela de tierra y medios para trabajarla» (Bartra, 2011, p. 11), condiciones que le permitirían su subsistencia y la reproducción de su estatus social, al librarlo de la necesidad de vender su fuerza de trabajo —es decir, de proletarizarse— y de su posición en extremo desigual en los mercados de capital y de productos. Sin embargo, las reivindicaciones del campesinado no se limitan a una porción de tierra. La demanda por una «nueva reforma agraria» en palabras de Almeida (2007, p. 180) abarca no solo la posesión o propiedad de la tierra —y de todo lo que sobre y debajo de ella se encuentra, como el agua, los bosques, los manglares, los minerales, etc.—, sino su uso y control por parte de las comunidades de acuerdo

21


22 con sus prácticas, saberes, tradiciones y cosmovisiones. Así las cosas, «en los últimos tiempos la palabra de orden ha sido “autonomía” y, aunque sobrevivan los clientelismos, domina una brisa emancipadora que va del movimiento social a la gestión económica y de esta a la insurgencia cívica anunciando inminentes vendavales libertarios» (Bartra, 2011, p. 78).

Consideraciones finales A través de la discusión acerca de la vigencia de la categoría «campesinado», logré ampliar la perspectiva estructural —que considero la más adecuada para comprender las realidades rurales latinoamericanas y, concretamente, colombianas—, incorporando elementos como el carácter dinámico o cambiante del espacio rural, la diversidad del campesinado, la emergencia de los procesos a partir de los conflictos entre actores sociales y políticos y la importancia de las miradas hacia lo local, manteniendo la perspectiva global y estructural. Finalmente, en oposición al enfoque «territorial» de lo rural que la niega, ratifico la vigencia de la categoría «campesinado» —dada la condición estructural en la que aún hoy se encuentran los campesinos— y la existencia del campesinado mismo como clase social que continúa en la lucha por la reforma agraria —en su acepción amplia, referida anteriormente— y que ante la «encrucijada civilizatoria […] pide la palabra y reivindica, por cuenta propia, un nuevo modelo de hacer» (Bartra, 2011, p. 97).


23

Desequilibrio

Almeida, M.W.B. (2007). Narrativas agrárias e a morte do campesinato. Ruris Revista do Centro de Estudos Rurais, IFCH, Unicamp. Vol. 1 nº 2. Setembro de 2007. Pp. 157-188. Bartra Vergés, A. (2011). Os novos camponeses. São Paulo: Cultura Académica. Berdegué, (julio 2014). Colombia Rural, uma mirada optimista para um mejor futuro. En Revista Dinero. Disponible en http://www.dinero.com/opinion/columnistas/articulo/una-mirada-optimista-colombia-rural/199142 Carneiro, M. (2008). “Rural” como categoria de pensamento. Ruris 02 (01), 2008, pp.09-38. Restrepo Botero, D. (2013). Procesos de descentralización en Bolivia y Colombia, 1980 – 2005. Una propuesta de economía política espacial comparada. Tesis para optar por el título de Doctor en Historia, Universidad Nacional de Colombia, Departamento de Historia, Facultad de Ciencias Humanas. Wolf, Eric (2003). Tipos de campesinato latino-americano: uma discussão preliminar. En Bela Feldman-Bianco y Gustavo Lins Ribeiro (orgs.) Antropologia e Poder. Brasília: EdUnB; Campinas: Editora da Unicamp.

Referencias


24

Gerd Altmann, Public Domain CC0


Desequilibrio

EXPLICACIONES AUSTRIACAS Y ESTRUCTURALISTAS DE LA CRISIS FINANCIERA INTERNACIONAL DE 2008 Juan David Rojas Calle Estudiante de Economía de la Universidad Nacional

25


26

Introducción Se pretende presentar las causas de la crisis financiera internacional de 2008 que expone Huerta de Soto, como representante de la escuela Austriaca, además de mostrar la postura de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe: CEPAL, como eje central de la escuela estructuralista latinoamericana, que presenta una postura considerada como multidisciplinaria; por último, se analizará la forma en la que se debe entender la crisis, basada en la postura de las dos escuelas de pensamiento económico expuestas y adjuntando conceptos fundamentales introducidos por Olivier Blanchard, Hyman Misnky y Guillermo Calvo.

Contextualización de la crisis La crisis financiera internacional de 2008 es considerada como la peor desde aquella surgida los años 30. Se dio a partir del declive de un pequeño sector financiero estadounidense, el referente a los préstamos hipotecarios de alto riesgo (subprime) que representaba apenas el 20 % de la totalidad de los préstamos hipotecarios, y el 4 % de los activos financieros de dicho país. Sin embargo, este decaimiento presentó un efecto dominó que logró desencadenar secuelas contagiosas a lo largo del mundo. Las razones por las cuales se da la crisis divergen desde las dos teorías que se manejarán en el presente ensayo, lo cual lleva a que la narración de los hechos sea también diferente. Según Titelman, Caldentey y Pineda (2009): De acuerdo con un ejercicio analítico realizado por Greenlaw et al. (2008)1, en la crisis actual subprime una pérdida de 200.000 millones de dólares (como la que sufrió el sector apalancado de los Estados Unidos) puede provocar una contracción total de los activos equivalente a 2 billones de dólares. (Titelman et al., 17) La anterior cita se encuentra bajo el supuesto de que la reducción del apalancamiento (nota aclaratoria #1) fue del 5 %, que, por cierto, es un valor bastante recatado en comparación con lo que sucedió en la realidad. En cuanto a la pérdida de riqueza financiera en todo el mundo se 1Fuente: Greenlaw D. et al. (2008), “leveraged losses: lessons from the mortgage market meltdown”, U.S. Monetary Policy Forum Report, No 2, Chicago, U.S. Monetary Policy Forum


dice que llegó a 50 billones de dólares tan solo en 2008, lo que es equivalente aproximadamente al PIB mundial de este mismo año.

En esta escuela (tomando a Huerta de Soto para hablar de los austriacos) se postula una expansión monetaria del Banco Central como el nodo inicial del cual se generarán las bases de la crisis. Estas expansiones monetarias realizadas por la Reserva Federal de los Estados Unidos (de ahora en adelante FED), entre el año 2000 y 2005, generaron una reducción de la tasa de interés del 6,1 %, en el 2000, al 1 %, en el 2005, (ver gráfica 1), fruto del exceso de liquidez en la economía que lleva a los bancos comerciales a aumentar sus préstamos. Los inversionistas, por su parte, demandarán dicho dinero con el ánimo de llevarlo a sus proyectos de inversión, que a medida que baja la tasa de interés se vuelven cada vez más atractivos. Proyectos que antes no eran rentables pasarán a serlo, esto llevará a formar lo que Huerta de Soto denomina como «burbuja especulativa y euforia financiera», tal y como sucedió con el precio de las viviendas (ver gráfica 2), esto produce bienes que finalmente no serán demandados y obedecen a la ambición empresarial. Esta expansión crediticia no desemboca en crecimiento económico (como se tiende a pensar), pues los recursos invertidos son absolutamente cortoplacistas e insostenibles a largo plazo. Desde esta perspectiva, como dice el autor: «achacar la crisis al mal proceder de los bancos es confundir los síntomas con las causas», pues los banqueros simplemente actuaron conforme a los incentivos monetarios que les impusieron, mientras que el autor de estos incentivos (la FED) fue quien alteró el funcionamiento del mercado con políticas monetarias expansivas.

Desequilibrio

Huerta de Soto2

Recomendaciones La principal recomendación presentada es dejar la economía en manos de la «eficiencia» del mercado, lo que generará un proceso de saneamiento de los errores cometidos y, a su vez, un aumento del des2Economista Español perteneciente a la Escuela Austríaca, doctor en Ciencias Económicas de la Universidad Complutense de Madrid.

27


28 empleo, para lo cual se propone liberalizar el mercado laboral. Además postula lo que se llamará «el modelo monetario ideal» para la perspectiva austriaca, el cual contrasta con las posibilidades reales de aplicar los principios expuestos (ver cuadro 1).

Comisión económica para América Latina y el Caribe: CEPAL Postura estructuralista de la crisis La crisis desde la perspectiva cepalina adquiere matices que se podrían catalogar como complementarios a los austriacos, pues aun cuando las expansiones monetarias de la FED son un hecho histórico y trascendental para el desarrollo de la crisis, pues generan perturbaciones que incentivan a invertir en malos proyectos, este contexto se ve empeorado por las innovaciones financieras y la falta de regulación, que impiden generar una objetiva valoración del riesgo de los activos financieros. Por lo tanto, el pensamiento estructuralista latinoamericano establece que las razones monetarias no son lo suficientemente fuertes como para lograr desencadenar todos los sucesos desafortunados de dicha crisis, aun cuando cataloga de irresponsables las masivas emisiones de la FED. Se plantea que los mercados financieros son incapaces de autorregularse, sin importar qué tan grandes y desarrollados se encuentren; ante la liberalización absoluta de los mismos será inevitable prevenir crisis futuras. Según la CEPAL, se dice que la crisis obedece a la combinación de varios factores, a continuación se presenta la conexión entre ellos. La magnitud del mercado financiero fue tal que llevó a una constante innovación en este sector; dicha innovación desencadenó, entre otros, el proceso de financiación por fuera del balance (nota aclaratoria #2 y cuadro #2), que impidió el adecuado estudio de riesgo, debido a la opacidad de información. La euforia ocasiona apalancamientos financieros de forma excesiva y procíclica (nota aclaratoria #1 y gráfico#3); genera en la fase expansiva la burbuja financiera reflejada en el aumento de precios de los activos (gráfico #2), mientras que en la fase recesiva la venta conjunta de activos hace bajar el precio e impide el pago por parte de los deudores a los bancos, esto se ve reflejado en la quiebra masiva de empresas, la reducción de la demanda agregada, la contracción del crédito y el aumento de la tasa de interés. El efecto dominó que llevó a expandir


la crisis se genera a partir de la reducción en el PIB mundial y en el comercio internacional a causa de los flujos de capitales en países emergentes, que producen lo que se conoce como crisis en balanza de pagos.

Recomendaciones

El mejor camino para entender la crisis Para lograr entender la crisis de la mejor manera, se debe tener en cuenta que la teoría propuesta por Huerta de Soto, aun cuando se encuentra cargada de una gran intuición económica, no tiene las bases suficientes para culpar de manera aislada a las políticas monetarias expansivas, más que su fiel creencia en la «eficiencia» del libre mercado. En cuanto a la propuesta de dejar que el mercado solucione los errores, no se puede establecer el lapso de tiempo en el cual esto sucederá, condenando a la economía a una «recesión indefinida» junto con altas tasas de desempleo por un periodo incierto. Por su parte, la teoría estructuralista latinoamericana, en manos de la CEPAL, presenta un análisis de forma multidimensional, que tiene en cuenta los factores regulatorios, monetarios, especulativos, financieros, entre otros, sobre la crisis financiera y la forma en la cual se presentó el mecanismo de propagación en la mayoría de países en el mundo. Sin embargo, es pertinente complementar sus postulados con el análisis de Minsky respecto a la inestabilidad del sistema financiero y el de Calvo sobre la crisis en balanza de pagos, por los efectos de la parada en la entrada de capitales acompañada por la salida de los mismos en países emergentes, y, por último, con el de Blanchard, como postura ortodoxa que le dará gran relevancia teórica a las posturas Cepalinas, con su visión contemporánea de las políticas económicas, que evidentemente fue marcada por la crisis de la que se ocupa el presente ensayo.

Desequilibrio

Se presentan las siguientes recomendaciones, tanto para evitar el surgimiento de las crisis, como su expansión a otros países: aplicar políticas macroeconómicas contra cíclicas, disminuir la deuda externa, acumular Reservas Internacionales (de ahora en adelante RIN) y, por último, incentivar regulación financiera contracíclica, es decir, aumentar las exigencias en la bonanza y disminuirlas en la recesión.

29


30 El trabajo realizado por Minsky permite entender las crisis financieras desde una perspectiva que introduce conceptos clave trabajados por Keynes, Schumpeter, Kalecki, ente otros. Se dice que las intervenciones gubernamentales son absolutamente necesarias en medio del sistema capitalista actual, pues se ha mostrado históricamente que la economía no se comporta según los preceptos de Smith y Walras. El sistema capitalista se ha caracterizado por un sofisticado sistema financiero, que a su vez enmarca los procesos de inversión en un sistema de deudas. Todo esto tiene como intermediarios a los bancos (concebidos como empresas que buscan tener beneficios, para lo cual generan innovaciones). Se identifican tres tipos de actores en dicho sistema a partir de su relación entre la renta y su deuda: financiación cubierta, especulativa y Ponzi (notas aclaratorias #3,4 y 5). Los conceptos y la visión clara del sistema financiero por parte de dicho autor, lo hacen un referente infalible a la hora de estudiar cualquier crisis, sin embargo, además de lo dicho previamente, sus dos teoremas fundamentarán la propuesta del presente ensayo para concebir la crisis del año 2008. Según los teoremas, en un periodo considerable de bonanza económica y de inflación, se generan tendencias a asumir cada vez más riesgos, por ello las estructuras se trasladan de financieras cubiertas a especulativas y Ponzi, y las que ya eran Ponzi se quiebran debido a su capacidad de impago, esto se presenta ante políticas monetarias contractivas que buscan mantener la inflación en niveles muy bajos. Precisamente este tipo de políticas consideradas como ortodoxas serán las que se replantearán por parte de Blanchard. Rethinking Macroeconomic Policy es un paper que ha generado gran conmoción en el mundo académico, pues Blanchard, a pesar de ser considerado como un académico ortodoxo, presenta en su texto un replanteamiento de la forma en la que se deben gestionar las políticas macroeconómicas. La hegemonía que se le ha brindado al carácter monetario ha desencadenado el establecimiento de inflaciones muy bajas, a tal punto que le impiden a la política monetaria impulsar a la economía en fases recesivas, incluso se incurre en el riesgo de caer en una trampa por liquidez. Así las cosas, se le debe brindar la importancia que merece a las políticas fiscales y a las regulaciones financieras, estableciendo un uso balanceado de estos tres instrumentos de política económica. Lo anterior lleva consigo implantar inflaciones acordes con el funcionamiento


Las consecuencias de hacer caso omiso a las recomendaciones realizadas por la ortodoxia, desde la crisis pasada, se evidencian en la crisis que el mismo Ocampo (2009, p. 9) reconoce como: «[…] la peor coyuntura económica mundial desde la gran depresión de los años treinta», así que con el ánimo de prevenir la presencia de este tipo de crisis, se deben reconocer los esfuerzos de Blanchard, como una nueva guía para los «policy makers». Como última referencia se presenta la importancia de la teoría establecida por Calvo, pues permite entender a cabalidad la forma en la cual actúan las crisis en balanzas de pagos, en países emergentes, ya que este es uno de los mecanismos de contagio hacia los demás países del globo. Las paradas repentinas o sudden stops en la entrada de capitales generan un aumento en el tipo de cambio entre la moneda local y el dólar, lo que a su vez materializa el riesgo cambiario haciendo que la deuda externa del país aumente considerablemente, medida en moneda local. La devaluación de la moneda local se asocia con la crisis financiera debido a dos factores esenciales. El primero se asocia con el impacto interno en el país que genera reducciones en el PIB y aumentos del desempleo, y, el segundo, en materia internacional, es el culpable de la contracción en el comercio internacional debido al elevado costo de adquirir bienes en dólares. El trabajo de Calvo es esencial para la CEPAL pues, como es sabido, su énfasis en materia de investigación se remite a países emergentes o en vía de desarrollo, así que la teoría de los sudden stops se acopla de manera ejemplar al análisis que se pueda realizar sobre las implicaciones de la crisis de 2008 en los países latinoamericanos y del Caribe. Además de

Desequilibrio

de la economía, además de adquirir comportamientos prudenciales con el ánimo de entablar políticas contracíclicas que permitan superar de la mejor manera posible las crisis. Ante el colapso que experimentaron muchos países en desarrollo a partir de la consecuencia de las crisis asiática, rusa y latinoamericana de fines del siglo pasado, la ortodoxia económica termino por aceptar que las medidas de liberalización financiera deben acompañarse de mejor regulación y una revisión prudencial […] pero esta recomendación no se aplicó al centro del capitalismo financiero mundial, en el que continuó el proceso de desregulación. (Ocampo, 2009, p. 11)

31


32 presentar esta teoría se generan recomendaciones de política económica, pues el único objetivo de estudiar las crisis debe ser entenderlas a cabalidad para lograr esclarecer los errores del pasado, a partir de los cuales se implanten caminos alternativos de políticas económicas que eviten la réplica de las indeseadas fases recesivas del ciclo económico. Acumular RIN, reducir al máximo posible la deuda externa y tener un prestamista de última instancia son las recomendaciones de Calvo. La primera permitirá bajar el tipo de cambio desacumulando RIN e inyectándole dólares a la economía, la segunda evitará la posibilidad de impago de la deuda externa y la última actúa como seguro para evitar los problemas de la materialización del riesgo cambiario. Luego de presentar las razones por las cuales los tres autores, mencionados previamente, son referencias esenciales a la hora de establecer la mejor forma de entender la crisis, y teniendo en cuenta que las soluciones presentadas por la escuela austriaca, en manos de Huerta de Soto, son riesgosas e inciertas, es momento de utilizar las herramientas que han respondido de mejor manera al análisis de la crisis financiera de 2008.

Conclusiones La crisis debe concebirse, tal y como lo hace la CEPAL, desde una perspectiva multidimensional, teniendo en cuenta la importancia y las repercusiones del irresponsable manejo monetario por parte de la FED, especialmente entre los años 2000 y 2005, pero sin descuidar los demás aspectos que hacen de esta crisis una de las peores de todos los tiempos. La creencia en la autorregulación de los mercados financieros llevó a dejarlos en absoluta libertad, dándole paso a las «innovaciones» financieras realizadas, desde la perspectiva de Minsky (basada en Schumpeter), con el ánimo de aumentar las ganancias de los bancos, concebidos como una empresa más. Sin embargo, se dieron casos reprochables de manejos inadecuados del apalancamiento financiero y financiación por fuera del balance, lo que llevó a riesgos excesivamente altos y opacó la calidad de información en el mercado, empujando a los agentes a tomar decisiones erróneas que engendraron la burbuja financiera, junto con la euforia y el elevado precio de los activos, para luego llegar al punto de inflexión en el cual se ofrecieron masivamente, lo que redujo su precio e impidió el pago de los créditos que dieron origen al apalancamiento.


Notas aclaratorias

Desequilibrio

Por su parte, la contaminación de la economía mundial se presentó gracias a la reducción del PIB mundial y del comercio internacional. El último es fruto del pánico que se expande rápidamente y lleva a generar en gran parte del mundo lo que se conoce como crisis en balanza de pagos. Ello permitió que el aumento en el tipo de cambio redujera tanto los índices de comercio internacional como el PIB de las economías emergentes. Las recomendaciones que se deben seguir, sin lugar a dudas, deben llevar un equilibrio en las políticas macroeconómicas contracíclicas con énfasis en la política fiscal y la regulación financiera; estas últimas generarán un contexto de confianza internacional que se reflejará en reducciones de las RIN, pues aun cuando acumular reservas internacionales es una manera de blindar las economías, no cabe duda del alto costo de oportunidad en el que se incurre.

1) El apalancamiento financiero (activos/capital) se entiende como la financiación externa con el ánimo de invertir en proyectos, los cuales generarán un porcentaje de ganancia mayor al que se paga por la financiación. Se comporta de manera pro cíclica debido a que en periodos de auge las expectativas llevan a adquirir gran cantidad de activos (haciendo que suba su precio), y en periodos de recesión el pánico lleva a vender masivamente los activos (haciendo que baje su precio). Se muestra que elevados niveles de apalancamiento pueden llevar tanto a ganancias extraordinarias, en bonanzas, como a pérdidas catastróficas, en crisis. 2) La financiación por fuera del balance consiste en formar nuevas organizaciones, con el ánimo de endeudarlas para adquirir activos que se trasladarán a la organización original. Esto es comúnmente conocido como establecer «vehículos de titularización», de esta forma los balances presentados en la organización original contienen aumentos en los activos sin aumentar las deudas, ya que estas últimas se presentan en balances de las organizaciones creadas. 3) La financiación Cubierta es aquella que logra cumplir con todos su pagos contractuales adquiridos al momento de endeudarse, es decir que sus flujos de dinero son suficientes para pagar tanto los intereses como la deuda principal.

33


34

Muerte Y Doncella

4) La financiación Especulativa es en la se logra cumplir con los pagos según su cuenta de ingresos, que usualmente alcanza a cubrir únicamente los intereses pero no la deuda principal; se ven entonces obligados a refinanciar sus pasivos. 5) La financiación Ponzi, por su parte, es en la cual sus flujos de efectivo no alcanzan para cubrir los intereses ni mucho menos su deuda principal, así que se ven obligados a vender o prestar sus activos para pagar el interés, disminuyendo sus activos a costa de los pasivos. En este tipo de financiamiento el margen de seguridad de los acreedores es muy bajo y sus rentabilidades dependen de las burbujas.


Título: Tasas de interés de las operaciones de mercado abierto de la Reserva Federal. Fuente: Machinea, J. (2009), La crisis financiera internacional: su naturaleza y los desafíos de política económica. Revista CEPAL, Edición 97, Abril, pp. 33-56

Desequilibrio

Gráfico #1

Gráfico #2

Título: Índice de precios de las viviendas en EEUU Fuente: Ffrench-Davis, R. (2009). Crisis global, flujos especulativos y financiación innovadora para el desarrollo. Revista CEPAL, Edición 97, abril, pp. 57-75

35


36

Gráfico #3

Título: Apalancamiento de instituciones financieras. Fuente: Titelman, D, Caldentey, E.P, Pineda, R. (2009), ¿Cómo algo tan pequeño terminó siendo tan grande? Crisis financiera, mecanismos de contagio y efectos en América Latina. Revista CEPAL, Edición 98, agosto, pp. 7-34.

Cuadro #1

Título: Influencia modelo monetario. Fuente: Huerta de Soto, J. (2010)


Título: Etapas del proceso de financiación del balance, securitización y sus consecuencias para la evaluación del riesgo. Fuente: Titelman, D, Caldentey, E.P, Pineda, R. (2009), ¿Cómo algo tan pequeño terminó siendo tan grande? Crisis financiera, mecanismos de contagio y efectos en América Latina. Revista CEPAL, Edición 98, agosto, pp. 7-34.

Desequilibrio

Cuadro #2

37


Acerca de la CEPAL. (s/f). Disponible en http://www.eclac.org/. Blanchard, O. Dell’Ariccia, G. Mauro, P. (2010). Rethinking Macreoeconomic Policy. International Monetary Fund, Ferrero. Calvo, A. Izquierdo, A. Talvi, E. (2006). Sudden Stops and Phoenix Miracles in Emerging Markets. American Economic Review, 96(2), pp. 405-410. Ffrench-Davis, R. (2009). Crisis global, flujos especulativos y financiación innovadora para el desarrollo. Revista CEPAL, Edición 97, abril, pp. 57-75 Huerta de Soto, J. (2010). Algunas reflexiones complementarias sobre la crisis económica y la teoría del ciclo, procesos de mercado: Revista Europea de Economía política, Vol. VII, No 2, otoño, pp. 193-203. Huerta de Soto, J. (s/f). Disponible en http://www.jesushuertadesoto.com/ Machinea, J. (2009). La crisis financiera internacional: su naturaleza y los desafíos de política económica. Revista CEPAL, Edición 97, Abril, pp. 33-56. Minsky, H. (1992). The financial instability hypothesis. Economics Working Paper Archive, no 74, Nueva York: The Levy Economics Institute. Ocampo, J. (2009). Impactos de la crisis financiera mundial sobre América Latina. Revista CEPAL, Edición 97, abril, pp. 9-32. Rosenthal, G. (2010). La crisis financiera y económica de 2008 y su repercusión en el pensamiento económico. Revista CEPAL, Edición 100, abril, pp. 29-39. Titelman, D., Caldentey, E., Pineda, R. (2009). ¿Cómo algo tan pequeño terminó siendo tan grande? Crisis financiera, mecanismos de contagio y efectos en América Latina. Revista CEPAL, Edición 98, agosto, pp. 7-34.

Referencias

38


39

Desequilibrio


40

Sacca


Desequilibrio

SURREALISMO NEOCLÁSICO Camilo Rodríguez Estudiante de Economía de la Universidad Nacional de Colombia Miembro de la Asociación Colombiana de Estudiantes Universitarios ACEU

41


42 Después de que el último rayo de sol se acostase sobre el imponente y desafiante océano Pacífico, la coqueta y pomposa Luna guía nuestros pasos en la penumbra. Sin electricidad que nos distraiga, enfocamos nuestros sentidos a la percepción social y natural del entorno. El rugido del mar y el chiflido de la naturaleza evocan en nuestra alma la curiosidad innata ¿Qué es qué? ¿Quién es quién? ¿Por qué es así? ¿Por qué no? Empezamos así una marcha hacia la utopía que nos promete una respuesta. ¿Cuántos pasos habremos de dar para satisfacer nuestro ser curioso e inquieto? Aseguraría un autor Uruguayo que una respuesta abre más preguntas y que el sendero es bastante extenso. Me surge así una pregunta fundamental. ¿Llegaremos a dar respuesta a todas nuestras preguntas? ¿Lograremos encontrar fin a los de caminos de nuestras inquietudes? ¿Tendremos perfecta información? Al marchar entre el sendero de las inquietudes, algunos ingeniosos europeos decidieron que esta utopía humana era un canto onírico del subconsciente romántico. Consideraron que el conocimiento no es construcción hacia una utopía y le buscaron un final. Entonces, aseguraron que el sujeto podía tener perfecta información. Ese es uno de los fundamentos filosóficos de la economía neoclásica. Entre otras de sus surrealistas filosofías establecieron que el individuo representativo busca maximizar su utilidad, es decir, una persona promedio intenta obtener el mayor beneficio en su diario vivir. Parece lógico el último supuesto ¿no? Claro que lo es. Una persona guiará su accionar por sus gustos y preferencias, cabe anotar, que casi siempre tendrá una serie de restricciones que limiten su toma de decisiones. ¿Qué pasa cuando puedo tomar la decisión entre dos actividades que me dan el mismo beneficio? ¿Cuál elijo? Posiblemente resolvería combinar entre las dos actividades en busca de aumentar la satisfacción o escoger la que menos esfuerzo implique para su desarrollo. Ejemplificando la tesis neoclásica, si una persona quiere consumir un chocolate, se dirige al mercado más cercano y se encuentra con que hay dos chocolatinas que le generan igual beneficio1, entonces, decide finalmente comprar la que menor costo tiene. Es preciso resaltar que el precio no es la única causa de discriminación

1 En cuanto a sabor hablamos.


Desequilibrio

de consumo entre dos bienes que den la misma satisfacción. Hay muchas condiciones para tomar en cuenta al momento de consumir un bien o servicio. ¿La compra de la chocolatina sería una decisión racional? Revisemos una definición de racionalidad. «La conducta de una persona es racional si actúa en función de lo mejor para sus intereses, dada su información» (Aumman, 2014). Cuidado, Aumman en ningún momento menciona que el individuo tiene perfecta información, solo que dado cierto conocimiento actúa en función de sus intereses. Es decir, si el individuo solo conoce la chocolatina de marca A y le gusta su sabor, es racional si la consume, igualmente es racional si conoce todo el mercado de chocolatinas y consume la de su preferencia. Un supuesto no explícito en la teoría económica es que el ser humano en su diario vivir no solo intenta maximizar la utilidad, sino además busca minimizar el costo. Es decir, busca mayor satisfacción mientras se paga menos. Ejemplificaré un caso en el cual esta racionalidad económica es demasiado confusa. Por definición, el agua es incolora, inodora e insípida, por ende, se supone que el agua de grifo y la de botella deberían ser un bien idéntico en sus cualidades, son mercancías legales y deben tener condiciones de potabilidad aptas para su consumo. De esta forma, el agua de botella2 y la de grifo parecen ser bienes idénticos, pero se prefiere el consumo de la primera sobre la última. Entonces ¿qué causa la preferencia sobre el agua embotellada? ¿Podría ser el precio un factor importante para determinar el consumo? ¿La gente consume agua embotellada porque es más limpia que la de grifo? Analicemos un poco la última posibilidad. Revisemos varios significados de potabilidad, uno de la OMS y otro de la Alcaldía de Bogotá. «El agua de consumo inocua (agua potable) no ocasiona ningún riesgo significativo para la salud cuando se consume durante toda una vida, teniendo en cuenta las diferentes vulnerabilidades que pueden presentar las personas en las distintas etapas de su vida» (Organización Mundial de la Salud, 2006). Según la Alcaldía de Bogotá, la potabilidad se define como «aquella que por cumplir las características físicas, químicas y microbiológicas, en las condiciones señaladas

2 Para este artículo no analizaremos el agua saborizada ni el agua con gas.

43


44 en el presente decreto y demás normas que la reglamenten, es apta para consumo humano». (Sistema para la Protección y Control de la Calidad del Agua para Consumo Humano, 2007) Básicamente, el agua potable es la que no representa riesgo cuando se consume, entonces, el agua del grifo y la de la botella deberían cumplir las características de ley exigidas para el consumo. Pero ¿el agua de grifo en Bogotá es potable? El acueducto de Bogotá extrae agua del Páramo de Chingaza, esta se transporta por una infinidad de tuberías dejando a su paso distintos embalses y diferentes plantas de control. Finalmente, el agua llega a estaciones de abasto ubicadas tácticamente en las diferentes localidades de la capital. De allí, el agua se transporta directamente a los hogares. En las estaciones de abasto, el Acueducto de Bogotá realiza diez pruebas diarias para verificar el estado de pureza del agua. Estas mediciones con estándares internacionales se consolidan mediante un nivel de riesgo y se muestran en el siguiente cuadro:

Nivel de riesgo

Porcentaje

Sin riesgo apta para consumo humano

0 % - 5 %

Bajo

5,1 % - 14 %

Medio

14,1 % - 35 %

Alto

35,1 % - 70 %

Inviable sanitariamente

70,1 % - 100 %

Título: Índice de riesgo de la calidad del agua para consumo humano EAB ESPIRCA Fuente: http://oab.ambientebogota.gov.co/es/indicadores?id=249

El informe mensual del Acueducto de Bogotá sobre la calidad del agua en las estaciones de abasto demuestra que en las mediciones mes a mes desde enero de 2009 realizadas en la Capital el índice más alto de contaminación se dio en enero de 2009 con un riesgo de 1,05 %,


Estrato

Tarifa $ por

Desequilibrio

un porcentaje considerablemente menor al límite de riesgo para el consumo humano. Es importante recordar que según la calificación de riesgo acogida por el Acueducto de Bogotá, un porcentaje mayor al 5 % es un inconveniente para la salud. El Acueducto de Bogotá hace pruebas diarias en las estaciones de abasto por localidad para conocer la calidad del agua. Si en estas se demuestra que su consumo no tiene riesgo para la salud, la única posibilidad para la contaminación es que esta se produzca entre la estación de abasto por localidad y la llave del grifo, pero esta opción se puede descartar en edificaciones construidas desde el año 1997, dado que la ley colombiana exige materiales y tratamientos especiales para el transporte del agua con el fin de disminuir la probabilidad de contaminación. Es posible asegurar que el agua embotellada y la del grifo bogotano son semejantes en calidad, ambas poseen condiciones biológicas y químicas que permiten su consumo, ambas son potables. Entonces ¿cuál será la razón para la discriminación en el consumo entre estos dos bienes? En la economía, el precio es una causa importante para determinar la preferencia en el consumo. Ahora, si ambas aguas tienen unas condiciones objetivas similares y se prefiere el consumo de la de botella, podríamos pensar que esta es menos costosa que la del grifo, ¿no? El cobro de agua en Bogotá se hace por metro cúbico y se diferencia según el estrato, el siguiente cuadro muestra la tarifa por estrato y el número de viviendas en cada uno de estos.

Número de viviendas

Mt cúbico 2014 Estrato 1

749,01

178.697

Estrato 2

1.498,02

725.308

Estrato 3

2.122,19

748.768

45


46 Estrato 4

2.496,70

253.877

Estrato 5

3.869,89

73.779

Estrato 6

4.119,56

54.894

Promedio por m cúbi- 1943,136779 co $ tarifa 2014 Promedio

por

cm 0,001946

cúbico $ tarifa 2014 Título: Promedio de costo de agua. Descripción: La presente tabla hace un promedio del costo de agua basado en el número de viviendas por estrato y el costo del agua en cada uno de estos. Fuente: Autor

El precio promedio por mililitro de agua del grifo en Bogotá es de $0,0019 frente a un precio de $5,23 para la misma cantidad de agua embotellada. ¿Por qué el agua embotellada es tan costosa? Investigaciones realizadas en Francia, Alemania, España, México, Ecuador y Uruguay demuestran que entre el 60 % y el 70 % del costo de producción del agua corresponde al envase; entre el 5 % y el 11 % corresponde a la tapa; y entre el 4 % y el 7 % a las etiquetas. Estas investigaciones aseguran que el costo de producir el agua como tal oscila entre el 2 % y el 4 %. Entonces, entre el 69 % y el 88 % del costo de producción del agua embotellada se debe al empaque, entre el 2 % y el 4 % a la extracción y purificación del agua, y el resto, a pago de nómina, costos de mantenimiento, etcétera. No compramos agua en botella, sino una botella con agua. Evidenciamos así que el precio no es un factor suficiente para que la gente prefiera consumir agua embotellada, ya que esta es 2752 veces más costosa que el agua de grifo. ¿Entonces cuál es la razón para preferir el consumo de agua en envase? Hasta el momento no he podido encontrar de forma objetiva la causa de este comportamiento de consumo. Solo he logrado inferir que la gente considera que el agua de botella es realmente limpia mientras


Desequilibrio

que la del grifo está llena de virus y patógenos3. Quizás la gente se sienta seducida por la presentación del agua embotellada, tal vez, como algunos aseguran, el sabor sí es distinto o simplemente, consumen agua envasada por facilidad. La finalidad de este artículo es que el consumidor, tenga más información sobre el mercado del agua para que pueda tomar una decisión racional de consumo. Me tomaré el atrevimiento de adicionar algunos comentarios. Primero, ya comprobé que el agua de grifo y botella son semejantes en potabilidad y que la segunda cuesta 2752 veces más que la primera. Segundo, al comprar agua en botella se paga más por la botella que por el agua, recuerde que a estos envases les toma 1000 años degradarse de forma natural, y que por normatividad legal difícilmente se reciclan. Dado que las botellas son derivados del petróleo, la producción de nuevos envases afecta en gran medida a la naturaleza, sin mencionar las graves consecuencias para la economía del país. Finalmente, mi recomendación es que las personas que aún tengan miedo por la contaminación de las tuberías de su casa4 compren un purificador para el hogar, son muy útiles porque hay tuberías que tienen más de cincuenta años y su nivel de pureza es cuestionable. Usted ya tiene información sobre el mercado del agua. Siguiendo la definición de Aumman, puede tomar una decisión racional, usted es quien resuelve si agua de grifo o embotellada, está en libertad de determinar qué consumir. No puedo juzgar su decisión.

3 Cuidado, el mercado del agua solo lo he analizado para el caso de Bogotá. 4 Seguramente el lector se habrá preguntado si este análisis es válido para hogares construidos antes de 1997. Y claro que lo es, incluso, el uso de purificadores de agua en edificaciones muy antiguas es casi obligatorio.

47


Acueducto de agua y alcantarillado de Bogotá. (2014). Certificación sanitaria de la calidad de agua para consumo humano. Bogotá. Acueducto de agua y alcantarillado de Bogotá. (Octubre de 2014). Acueducto de agua y alcantarillado de Bogotá. Disponible en http://www.acueducto. com.co/wpsv61/wps/portal/!ut/p/c5/hY47DoJQEEXXwgpmeF8oiSKgwNMgCjTkxRDE8LEwJuxeiI0NMlOee88MFDBtr99NrV_N0OsWMihEaZlJlEifoJJki4HjupagjJ4ZnXguyo3n-EyGiIpcEEnMkxOmCcWArrSv872fhMd3NgaK2 6GKPBORf_k__8xxYRyE2B-6CtIVS84hE5BDIRe-3bPDxNuq1rcRnl2G Asociación de Entes Reguladores de Agua Potable y Saneamiento de las Américas. (2007). Las tarifas de agua potable y alcantarillado en América Latina. World Bank. Aumman, R. (2014). Razón pública. Disponible en http://razonpublica.com/ index.php/recomendado/2711-guerra-y-paz.html Ministerio de Desarrollo Económico. (Noviembre de 2000). Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico CRA. Disponible en http://cra. gov.co/apc-aa-files/37383832666265633962316339623934/4._Sistemas_ de_acueducto.pdf Observatorio ambiental de Bogotá. (2013). Agua potable de Bogotá es apta para consumo humano. Bogotá. Observatorio ambiental de Bogotá. (Octubre de 2014). Índice de riesgo de la calidad del agua para consumo humano EAB ESP- IRCA. Disponible en Observatorio ambiental de Bogotá: http://oab.ambientebogota.gov.co/es/ indicadores?id=249 Organización Mundial de la Salud. (2006). Guías para la calidad del agua potable. Biblioteca de la OMS. Secretaría Distrital de Planeación, (2011). Bogotá, ciudad de estadísticas. Bogotá. Sistema para la Protección y Control de la Calidad del Agua para Consumo Humano. Decreto 1575 de 2007 (9 de Mayo de 2007).

Referencias

48


49

Desequilibrio


50

CC0 Public Domain


Desequilibrio

MÁS ACÁ DE LA CIUDAD Y DE LA SELVA Camilo Eduardo Sánchez Quinto Estudiante Economía Universidad Nacional

51


52 Ahí estaban sentados los negociadores de las FARC, susurraban entre ellos y se reían de vez en cuando; los dos mediadores —uno de Cuba y el otro de Noruega— trataban de adentrarse en una conversación, pero el idioma les representaba una barrera; por último, en el salón blanco, estaba la muchacha encargada de redactar acuerdos en común. El reloj de mi muñeca marcó las diez en punto e inmediatamente se abrió la puerta: los negociadores del Gobierno. Se sentaron, varias miradas se cruzaron, hubo un saludo agreste, y continuaron negociando. Llevaban varios meses deliberando el punto de participación política, pero habían evitado tratar si finalmente el grupo insurgente pagaría cárcel antes de pasar a la política. La negociación se fue cristalizando a medida que se fue haciendo inevitable pasar por esta parte. Los guerrilleros no iban a aceptar pasar años en la cárcel: ¿entonces… para qué serviría el partido político? Y tenían en Colombia a una población apoyando constantemente para que la paz se diera. El Gobierno tenía a su favor el Marco para la Paz, pero también a una comunidad internacional y a una población que no permitiría que la paz fuera la justificación para la impunidad. Unos gritos me hicieron volver al salón. Varios de los negociadores se habían parado y discutían candentemente… —¿Qué harán en cargos de elección pública?— reclamaba Luis Carlos Villegas—. ¡La mayoría apenas estudió la primaria! —En el campo— increpó ‘Pablo Catatumbo’— las cosas son diferentes: no necesitamos estar entregando una casa y una carretera todos los días; necesitamos resolver lo que aqueja a nuestra gente, problemas que en la ciudad no se viven. ¿Ha ido usted a la selva? Y continuaron varios minutos desgarrándose en argumentos propios, refutando la posición del contrario. Hubo insultos y entonces los mediadores llamaron al orden. —Pero por ustedes es que los campesinos cultivan cocaína —introdujo Oscar Naranjo—. ¿Ese es el modelo que quieren desarrollar? —¿Dónde piensan meter más presos? —prosiguió ‘Iván Márquez’—. Las cárceles no dan abasto, y sacándonos de los pueblos donde solo llega el ejército puede que empeoren el conflicto, ¿saben que existen grupos interesados en ocupar las tierras que dejemos? tierras con muchas riquezas… ¿Y qué van a hacer con los soldados? ¿Des-


Desequilibrio

pedirlos, jubilarlos, que continúen en las montañas siendo la ley? Y si los campesinos siembran coca, es porque es más fácil salir a vender un kilo de coca, que llevar un bulto de papa sobre una mula. ¡No hay garantía de progreso! Los mediadores no lo habían logrado: el salón ya era un partido de futbol donde las tribunas se atacan incesantemente, nada más. Sonó la sirena citadina: estábamos a mitad del día. Frank Pearl solicitó un receso. No dudaron en aceptarlo. Fue un respiro que no duraría por mucho. La discusión se había hecho insostenible. Colapsó. Los negociadores del Gobierno se pararon y se dirigieron a la puerta: lejos de un acuerdo. Todo negro, una bocanada de aire y un día más de guerra ¿Por qué?... —¡La paz! no se trata de venir a defender lo que cada parte piensa y cree sobre la resolución del conflicto, se trata de moverse hacia el mejor consenso. Dejaron de escucharse los pasos. —¿Para quienes? No para nosotros, no. Para los que están en Colombia. ¡Ustedes! —le temblaba la voz— ¿Imponiéndose y con argumentos forzados es como piensan llegar a gobernar? ¡Ustedes! ¿Así es el país que representan? Porque seremos los que estamos, los más interesados en que esto llegue a algo, pero es el colombiano que ha perdido un familiar por la guerra pero tiene la esperanza de vivir en paz, el colombiano que ve cómo cada día crecen los desplazados arrojados a la miseria, el colombiano que le es indiferente la guerra, pero si termina no aceptará que sean los que matan quienes lleguen sin obstáculos al poder, los que necesitan soluciones, alternativas; una salida a un problema de décadas. Hubo un profundo silencio. —Y también están los que esperan que esto se derrumbe, los que quieren guerra y sangre como solución, los que quieren…que el país siga así. Si en verdad quieren medir su superioridad frente al otro, que sean los colombianos quienes decidan. Ahora sólo… permítanle a Colombia seguir soñando un futuro más posible. Abrí los ojos: yacía aún agitada detrás de su computador, sin moverse de la silla y con una mirada temerosa. Era ella ¿Cómo podía ser posible? Todos permanecíamos inmóviles. —Pelean, sí, —corté el silencio— por sus posiciones. Todos me miraban.

53


54 —¡Pero nosotros qué! ¿Dónde están las posiciones de la comunidad estudiantil, de la docente, de la campesina, de la profesional; de la ciudadana? Como si los únicos habitantes del país fueran ustedes y no existiera a quién representar y proteger. No sabía qué hacer —De la Calle y su cohorte se sentaron lentamente— ¿Todo esto sí era realidad? Empezaron a discutir, la muchacha me hizo un guiño —o ¿quizá, era un cuento que no tendría final?— Ya no había insultos ni peleas. —¿Será posible un país donde la vida sea democracia y sus representantes nuestra máxima expresión? Donde aquellos domingos suscitaran emoción, esperanza, satisfacción, alegría… —las palmas reales permanecían estáticas mientras ella digitaba intensamente— y no solo ambición, poder, corrupción, indiferencia y frustración. Aquellos se abotonaban sus guayaberas, los otros acomodaban su traje —¿qué pasó?— varios estrechamientos de mano y otras tantas caras sonrientes frente a un papel. De un lado, un sinnúmero de hombres encabezados por De la Calle y ‘Jesús Santrich’; del otro, una decena de fotógrafos con sus cámaras. Mi estadía en la isla había acabado. Estaba dos hombres detrás del micrófono. ¿Ella? A unos milímetros de ser invisible. Aún dudo que fuera colombiana.


55

Desequilibrio


56

Lavando ropa


Desequilibrio

ENTREVISTA CLAUDIA LÓPEZ Y JAIME CAYCEDO Realizada por Camilo Rodríguez Estudiante de Economía de la Universidad Nacional de Colombia Miembro de la Asociación Colombiana de Estudiantes Universitarios ACEU

57


58 Las presentes entrevistas fueron realizadas a Claudia López y Jaime Caycedo. Ambas versan sobre el proceso de paz por el que atraviesa Colombia desde el año 2012. A ambos ponentes se les realizaron preguntas idénticas, esto en con el fin de que el lector pueda comparar y analizar diferentes perspectivas sobre el mismo tema1. 1. Desde el año 2012 se lleva a cabo un proceso de paz, tanto el Gobierno como las Farc- EP deciden tener una agenda de 6 puntos para discutir. ¿Considera que con esta forma de llevar el proceso de paz el Gobierno colombiano reconoce a las Farc-Ep como actor político? Jaime Caycedo: No existe la menor duda. Es el hecho de dialogar lo que los reconoce como actor político. Es la diferencia realmente existente entre la ultraderecha militarista y la corriente principal de la burguesía dominante en el momento actual. 2. ¿Cree usted que en los diálogos deberían incluirse otros sectores? Ganaderos, campesinos, estudiantes, entre otros. ¿Por qué? Jaime Caycedo: El tema de la paz concierne a la nación, en su conjunto, esto es, a todas las clases sociales del país. Las razones no serán las mismas para las clases dominantes y para los oprimidos. La idea de la paz por una vía política, cuya esencia es el diálogo y la búsqueda del acuerdo ha sido la bandera de las clases populares, del movimiento popular y de los combatientes revolucionarios. Las clases dominantes se han visto compelidas por tres razones fundamentales a la solución política. La primera, porque no lograron derrotar la rebelión armada. La segunda, por el riesgo de los estallidos sociales a causa de la acumulación de desigualdades, persecuciones, discriminaciones, formas de represión y, a la vez, desproporcionados privilegios para un puñado de multimillonarios y transnacionales en un contexto latinoamericano de cambios, lo que exige nuevos métodos de dominación. La tercera, por el peso en ascenso del costo de la guerra en un ambiente de crisis capitalista mundial, que aconseja «terminar las guerras innecesarias». Naturalmente, al resto de la sociedad le conviene abrir espacios a la democratización, a formas más equitativas de la con-

1 En algunas preguntas, Claudia López se abstiene de responder.


3. El Gobierno asegura que en los diálogos no se negocia el modelo económico ni político del país. Las Farc consideran que para llegar a la paz se debe hacer una Asamblea Nacional Constituyente. ¿Está de acuerdo con Gobierno o Farc? ¿Tiene una posición distinta a los dos anteriores? ¿Cuál? Jaime Caycedo: Un gran sector de la izquierda democrática ha defendido la necesidad de cambiar el modelo económico, social y político existente que ha incluido la guerra contrainsurgente de carácter permanente como una de sus formas de acumulación y dominio. Lograr este propósito exige cambios en la política, en el Estado, en las formas de producción y organización actualmente existentes, lo que conlleva un proceso que necesariamente trasciende los diálogos de paz. Son necesarios cambios en la consciencia social que permitan comprender a la mayoría de la población el vínculo entre este proceso de diálogo para los acuerdos de paz y su conexión con reformas que ataquen las desigualdades sociales y políticas que generaron y reprodujeron la guerra como una forma de dominación. La esencia de esa nueva consciencia es que el cambio necesario es posible si se unen muchas voluntades desde el campo popular y cada persona comprende que su aporte es necesario y eficaz, si se apropia de la idea democrática como constituyente primario. Un proceso constituyente, una asamblea constituyente y un gobierno democrático de amplia base popular pueden lograr una paz incluyente, justa y constructora de la justicia social.

Desequilibrio

vivencia democrática, a la coexistencia necesaria con alternativas de fondo a la crisis estructural del país frente a la crisis capitalista y a la humanización profunda de la sociedad colombiana.

4. ¿Con silenciar los fusiles de las Farc habrá paz en Colombia? Claudia López: No basta con firmar un papel y que los señores de las Farc o las Bacrim entreguen unas armas. El gran desafío del Estado colombiano y de la generación de colombianos vivos hoy es lograr algo que en 200 años de historia independiente y 100 años de historia republicana no hemos logrado: consolidar una sociedad y un Gobierno que tome la decisión de tener el monopolio de la seguridad y la justicia exclusivamente por mecanismos públicos e instituciona-

59


60 lizados. La paz del país depende de lo que nosotros hagamos, de que nosotros entendamos que somos la generación que tiene que unir esa Colombia urbana, (con más Estado, con más mercado, con más oportunidades) con esa Colombia rural y profunda sin Estado, instituciones ni oportunidades. Si nosotros no entendemos la magnitud de esa tarea no vamos a lograr superar ni el paramilitarismo, ni la guerrilla, ni las demás formas de seguridad y justicia privada que han marcado la historia del país. En eso consiste el desafío de la paz. Jaime Caycedo: Esa idea no tiene sentido, ni siquiera si el Estado los silenciara también. 5. Los integrantes de las Farc aseguran que tomaron las armas por las deplorables condiciones económicas, políticas y sociales del país. Si las causas del conflicto persisten. ¿Puede haber paz? Claudia López: Aspiramos al fin del conflicto armado con las Farc y el ELN, pero sin duda Colombia va a seguir teniendo desafíos de seguridad y en política social. Por ende, debe existir un gran esfuerzo para la etapa del posconflicto. Jaime Caycedo: Las deplorables condiciones económicas, sociales y políticas no explican por sí solas las causas de la guerra. La guerra contrainsurgente que ha existido en Colombia es una forma de la guerra civil prolongada e integrada a formas de la dominación de clase sumamente crueles e hipócritas. Ha sido, desde sus orígenes del medio siglo XX, una guerra anticampesina, en el doble propósito del desarraigo, de la liberación de fuerza de trabajo para deprimir el salario y favorecer la acumulación de capital y de tierras por una vía violenta. Pero su gran pretexto ha sido el anticomunismo como expresión de la política de contención de clase del movimiento popular, de la izquierda social, de las ideas comunistas y de la satanización de muchas variantes del pensamiento crítico democrático desde el imperialismo. La estrategia contrainsurgente estadounidense del enemigo interno comunista fue derrotada por la revolución cubana y paulatinamente por los procesos avanzados latinoamericanos. La oligarquía colombiana es el bastión tardío de un mundo que ya no puede seguir existiendo. La victoria del pueblo colombiano en esta batalla por la paz será la de conquistar una democracia real, con nuevos horizontes a la batalla por la igualdad social.


Desequilibrio

6. En tantos años de guerra que lleva el país, se han cometido crímenes ¿Cuál cree usted que debería ser el tratamiento para estas violaciones? ¿Amnistía? ¿Indulto? ¿Cárcel? Claudia López: No habrá paz sostenible sin un marco de justicia transicional para todos los actores del conflicto que juzgue con el mismo estándar todos los delitos cometidos en esta guerra fratricida. Establecer ese marco es el desafío de este Congreso, si de verdad quiere ganarse el ribete de ser el de la paz. Si de verdad queremos paz, queremos reconciliación, no solo tenemos que desmovilizar a las guerrillas y someterlas a un proceso de justicia transicional. También tenemos que recoger los cabos sueltos del narcoparamilitarismo y sus puntales económicos y políticos, y de aquellos miembros de la Fuerza Pública que violaron la ley para someterlos a un mismo marco que garantice justicia para las víctimas. Jaime Caycedo: Los comunistas, entendidos como un movimiento de luchas, de resistencias, de esfuerzos por despejar espacios a la intervención política de los trabajadores y el pueblo, y de contribuir a fortalecer una cultura democrática han sido objeto de la persecución política, una de las causas eficientes de la paranoia contrainsurgente de las clases dominantes y del militarismo. A partir de allí muchísimos (as) compatriotas han sufrido persecución, cárcel, desaparición forzada, asesinatos fuera de combate. El reclamo por verdad, justicia, reparación y compromiso de no repetición va más allá de las víctimas. Si el origen de tantos crímenes está en el terrorismo de Estado, el país y el Estado tienen que cambiar. Para remediar tal situación estructural no hay una «justicia de transición», debe crearse una justicia permanente, confiable democrática, justa. Por ejemplo, la sociedad no puede seguir conviviendo con el paramilitarismo, con una Policía militarizada, corrupta y criminal, con una Inteligencia militar en manos del fascismo y de los intereses mafiosos, con leyes de «seguridad ciudadana» que criminalizan la inconformidad ciudadana. Un nuevo momento de la vida social de paz democrática pondrá fin a las graves consecuencias derivadas de la guerra, atribuibles a unos y otros participantes. Para ello, el proceso constituyente debe proponer nuevas instituciones, para una justicia realmente eficaz.

61


62 7. Las Farc buscarán llegar a diferentes cargos de representación popular ¿Le gustaría ver a algún miembro de las Farc discutiendo en el congreso? ¿Por qué? Claudia López: Los miembros de las Farc primero deben responder ante la justicia, reconocer y reparar a las víctimas y ofrecer garantías de no repetición mediante la entrega o destrucción de sus armas. Las condiciones de participación política son aún materia de discusión y no conviene anticiparse. Jaime Caycedo: Es absolutamente claro que los movimientos insurgentes aspiran a ser parte de la vida política. Una de sus razones de luchar ha sido la exclusión política histórica, la persecución a las organizaciones de izquierda y los movimientos sociales, en fin, el desconocimiento por la doctrina del Estado de su carácter de los rebeldes políticos. La idea peregrina del procurador y de los uribistas de que los insurrectos que van a suscribir un tratado de paz duradera para poner fin a una rebelión histórica vayan a parar a la cárcel es un disparate demencial. Pienso que será muy importante para Colombia que nuevas fuerzas y figuras ciudadanas se incorporen a la construcción del nuevo país y participen plenamente del debate público. 8. Es bien sabido que el proceso de paz tiene muchos enemigos ¿cree usted necesario defenderlo? ¿Cómo hacerlo? Claudia López: Exigiendo a las partes que el proceso se adelante y concluya lo más pronto posible. La legitimidad del proceso en buena parte depende del hecho de que no haya dilaciones y que las Farc no abusen más de la paciencia y generosidad de los colombianos. Jaime Caycedo: En el momento actual hay que defender el proceso de paz. Defenderlo de la ultraderecha fascista y del militarismo extremista. Pero defenderlo asimismo de la vacilación, el doble lenguaje, la maniobra tahúr y la presión ofensiva de los escenarios de la guerra. En medio de un gesto de paz de la insurgencia, consistente en un cese de fuego unilateral e indefinido el esfuerzo desde la lucha popular va encaminado a reclamar el cese bilateral, las medidas de desescalamiento de operativos ofensivos, punto final a ejecuciones, «falsos positivos», amenazas en nombre del orden existente, desapariciones forzadas, represión de la Procuraduría, detenciones de la Fiscalía por rebelión, reconocimiento de la calidad de presos


Desequilibrio

políticos, debido proceso, condiciones de dignidad y respeto de los derechos humanos. Se reclaman plenas garantías para las personas, movimientos y procesos comprometidos en la búsqueda de la paz. Lo que significa actuación del poder ejecutivo y la Fiscalía. Se requieren resultados de las investigaciones de los crímenes y las amenazas, hasta el presente no hay ni un solo detenido. En cambio, 25 campesinos de Sumapaz están siendo procesados por rebelión. Es inadmisible. El Frente Amplio por la Paz, la Democracia, la Soberanía y la Justicia Social plantea como uno de sus propósitos la defensa del proceso de diálogo. Ha aceptado ejercer la veeduría del cese al fuego unilateral. Pero tiene entre sus metas, además, promover el debate, el diálogo y la pedagogía para contrarrestar el papel negativo de los medios y de sectores del propio establecimiento. La gran movilización en defensa del diálogo por el cese bilateral, el desescalamiento y los presos políticos será bastión de este frente amplio. El Frente estima que la lucha social, agraria y obrera va a implicar una clara delimitación y confrontación con la política oficial del gobierno de Santos, en sus medidas que se colocan en contravía de la justicia social, de los derechos laborales, de los campesinos, indígenas, afro y raizales, del medio ambiente y las libertades. Estas luchas son fundamentales para ampliar la base popular del movimiento por la paz, para crear conciencia y ganar nuevos aliados a favor de la estrategia de la paz justa, democrática e incluyente para construir la justicia social. 9. ¿Cómo podemos los estudiantes aportar al proceso de paz? Claudia López: Fundamentalmente haciendo pedagogía sobre por qué es una alternativa preferible a la guerra eterna y en las implicaciones de los puntos que ya están acordados. Jaime Caycedo: El movimiento estudiantil puede ser un gran animador del proceso de diálogo, al mismo tiempo que crítico de la política educativa, socioeconómica y de las patinadas del Gobierno en relación con las libertades y la autonomía universitaria. La paz requiere un movimiento estudiantil y una organización unitaria en lucha, que retome las banderas de 2011. Que contribuya a la discusión del país que se quiere construir en lo rural, con la necesidad de la reforma agraria, de la soberanía alimentaria, del rechazo a los TLC, la defensa de los territorios indígenas,

63


64 afro, el fortalecimiento de las Zonas de Reserva Campesinas, ante la locomotora minera, ahora en estado crítico, todo en diálogo activo con la Cumbre nacional agraria, étnica y popular. Como futuros (as) trabajadores debe importar el debate sobre el trabajo, el empleo, el salario, la estabilidad, la negociación colectiva, la seguridad social, las pensiones, el régimen laboral. Y como sujetos inmediatos, el presupuestos educativo, las medidas de privatización, la infraestructura de las universidades públicas, las becas y facilidades, el bienestar estudiantil, la defensa de la autonomía actualmente cuestionada por la política de Gina Parody. Es vital el debate sobre una nueva ley universitaria junto con la movilización para lograrla con las mayores conquistas para democratizarla. Asimismo la soslayada discusión acerca de la orientación y el compromiso de la academia con el pueblo, el para qué y para quién las ciencias y los saberes, en la actualidad enajenados por las lógicas del mercado. Desde estas y otras perspectivas el medio educativo y la universidad tienen que estar en la avanzada del debate sobre la nueva Colombia.


65

Desequilibrio


66

UN PUEBLO CAIDO Juan David Bar贸n Bernal Estudiante de Econom铆a de la Universidad Nacional


Desequilibrio

Suenan las voces de un pueblo, las calles se tiñen de aire polvoriento, las madres lloran entre el fuego violento, tan solo les queda la lágrima de un muerto. Corazón en llamas se hace ceniza, el Gobierno de fieras ataca a su pueblo, el futuro de un país se aferra a la lucha, las jóvenes almas en luto marchitan. Aparecen vestigios de una persecución maldita, el llanto de un amante padece en letanías, los derechos se vuelven un juego gobiernista, va corriendo la sangre de un pueblo que implora justicia.

67


68

RUSH HOUR Sergio Malag贸n Estudiante de Econom铆a de la Universidad Nacional


El gris de sus caras y formas abigarradas pasa tan rápido por el gélido asfalto que no puedo detallar quiénes son.

Todos corren en su rutina, no hay tiempo ni para respirar, pues cada segundo es vital. El ruido estrepitoso que viene de las calles, abigarrada algarabía indetenible, los estertores de los carros acompañados de éter gris oscuro, dulce veneno del oro negro.

Desequilibrio

Todos corren en su Rush Hour y colosos gigantes erguen de la tierra, cada vez más grandes, van llenando el ambiente de un frio estremecedor.

Presos todos, esclavos de su monotonía y su dinero, esclavos de sus carros y hasta de sus ropas, luchan por cumplir un horario que les han impuesto para así construir familia y criar más esclavos modernos. Pasan setecientos, ochocientos caballos de fuerza repletos de gente, cada quien a lo suyo, cada quien en lo suyo, no existe sino el híper yo. Pobres bestias que habitan la jungla de cemento, pobres bestias nacieron en cadenas, pobres bestias nacieron doblegadas.

69


70

SANTA BLASFEMA Pedro Javier Villanueva Hernรกndez Estudiante de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia


Me entregó una espada profana de hierro, madera y tristezas, para matar a los opresores y cortar las cadenas. Me enseñó una oración blasfema de libertad, igualdad y condena, para resucitar los sueños y enterrar la pobreza.

Desequilibrio

Me trajo a este mundo miserable de mierda, me protegió de los miserables, me ocultó entre la miseria.

Me condenó a vivir, condenándose ella. ¡Santa blasfema!, por parir de tu vientre un demonio, por parir una pena. ¡Santa blasfema!, me has condenado, bendita condena. ¿Por qué me has abandonado en este mundo miserable, de miserables y miserias?

71


72

DE LIRIO Pedro Javier Villanueva Hernรกndez Estudiante de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia


Es tan grande su dolor que las venas estallan en pensamientos grisáceos de tristeza y simpleza, en ríos de sangre que germinan por entre los dedos manchando el papel, ahogando las penas. Penas de noches de lirio, penas de noches de poeta, penas de noches eternas en que el tiempo se alimentó de palabras hasta volverlas invisibles y ajenas.

Desequilibrio

Esta noche la tristeza vaga por las esquinas oscuras del sepulcro donde el amor murió, lastima los rincones y acaricia la soledad del poeta que en medio de la melancolía recita un poema de amarga alegría, un poema de luminosa tristeza.

Y de aquellas noches, y de aquel poema solo queda un recuerdo, solo queda una pena: ¡Penas de un maldito escritor de palabras, penas de un maldito poeta, penas de noches malditas de penas! Cada noche, cada pena, sus malditas palabras resucitan en medio del miserable silencio manchando las paredes, lacerando los cuerpos, desgarrando el alma, matando el pensamiento.

73


74

TE VIVO Y TE SUEテ前 Juan David Barテウn Bernal Estudiante de Economテュa de la Universidad Nacional


Desequilibrio

Suena cada paso lentamente, se acerca el atardecer. Me miras, te contemplo mis pensamientos se disuelven en el café. Me sonríes, te anhelo arde una melodía en fuego. Te agachas, suspiro el placer es un lenguaje vivo. Te acercas, te siento mi respirar se agita al viento. Te volteas, te pienso el frio empaña los espejos. Te marchas, me muero el anochecer está desierto. Desapareces, despierto eres tan solo un sueño.

75


76

RECUERDOS DEL CORAZÓN Lissy Yurani Gualtero Marin Estudiante de Estadística de la Universidad Nacional de Colombia


Desequilibrio

La playa se ha dormido en tu silencio, las olas ya no vienen a suspirar, triste se queda el tiempo sin tu presente, tristes suenan las notas de mi corazón, grabadas se quedaron sobre la arena, todas las ilusiones que yo tejí, pero el viento y el agua borraron sus huellas, nadie sabrá en la vida lo que escribí. ¡Dónde voy a encontrar un amor como tú! Un amor como tú que nació al escuchar el ruido del mar bajo el cielo azul, nunca más hallaré quién comprenda mi amor, pues no habrá otro querer que sepa escuchar a mi corazón. Las velas de los barcos lloran tu ausencia, las rocas que recogen tu dulce voz, tristes y acongojadas sin tu presencia, tristes suenan las notas de mi corazón, puede que otro verano no pueda verte, puede que incluso pienses que te olvidé, ¡Siempre con toda el alma yo te amaré!

77


78

DIONISIOS Sergio Malag贸n Estudiante de Econom铆a de la Universidad Nacional de Colombia


Las piernas ligeras se movían en un vaivén eterno saltando soles, el mar rojo vino tinto nos exigía sumergirnos en él, la música deliraba vibrando en los cuerpos, las notas musicales saltaban de oído en oído, de alma en alma.

Desequilibrio

Sombras extrañas bailaban en los ditirambos máscaras de colores se vestían, era un bacanal para honrar a Dionisio, todo era colorido, cálido, erótico sensual, sexual, ilimitado.

Se ufanaban de sus glorias hasta fenecer, uno a uno fue cayendo la música cesó los cuerpos no vibraron más, las piernas se hicieron pesadas, no hubo baile y el vino se hizo negro, la eternidad se acabó y no hubo Dionisios.

79


Se terminó de imprimir en las instalaciones de GRACOM Gráficas Comerciales, Ubicada en la Ciudad de Bogotá, Colombia, en la Carrera 69K N° 70-76, a los 30 días del mes de Noviembre de 2015. El tiraje es de 300 ejemplares en papel ivory de 90 gramos. Las fuentes utilizadas, Ubuntu y Mohave


FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS DIRECCIÓN DE BIENESTAR DIRECCIÓN DE BIENESTAR UNIVERSITARIO ÁREA DE ACOMPAÑAMIENTO INTEGRAL PROGRAMA GESTIÓN DE PROYECTOS


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.