UNContexto - Publicación estudiantil de la Universidad Nacional de Colombia - Sede Bogotá nro. 2

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Publicación de los estudiantes de la Universidad Nacional de Colombia _______________________________ Bogotá, Número 2,2002 ww w . g e o c i t i e s . c om / u n c o n te xt o - uncontexto@yahoo.com

Juventud

Más que ‘corazófvagab y profundos desengaño Los ‘expertos’ en Juventud han evidenciado algunas de las características y problemáticas de esta población pero ¿cómo se ven * los jóvenes a sí mismos?

,

Los riesgos estadísticos de serjove Incapacidad de los jóvenes para or *amzarse Juventud y Nación, el reto del ere í miento Consejos Locales Juveniles Pandilleros, nómadas de la ciuda Encuentro distrital de colegios El retorno a los sueños posible

Páginas4a9 Foto: A n d re a V e rg a ra

Opinión

Educación superior, indicadores de exclusión Las cifras evidencian que en este país no estudia quien quiere, sino quien puede. Páginas 16-17 mmrnm.

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Opinión

Críticas al referendo Las fallas form ales y es tructurales del referendo desde las perspectivas política e histórica

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Editorial Lectores Inform e especial Política Medio am biente Educación Deportes Vida universitaria A rte y cultura PalabrArte

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¿Quiere ser periodista, fotógraf@, diagramador (a) o ilustrador (a)? Haga parte del equipo de UN CON/ex/o. Reuniones los miércoles 18 de diciembre y 19 de febrero a las 5 p.m. Lugar: Polideportivo, oficina 002 C Informes tel. 3152280 uncontexto@yahoo.com


Una sección PalabrArte L..

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EDITORIAL / 2

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— , la universidad Sobre lecturas y escrituras en

UN CONtexto Una realización de la Unidad de Comunicación Estudiantil (Unicomes) Comité editorial

Andrea Vergara, Literatura Santiago Giraldo, Ciencia Política Denis Rojas, Sociología Rodrigo Estrada, Español Donka Atanassova, Sociología Juan Carlos Pérez, Literatura Oscar Ortíz, Psicología Milton Castro Asesor editorial

Hernando Escobar Vera Comunicador Social - Periodista Ilustración

Femando Patarroyo, Arquitectura Andrea Vergara, Literatura Fotografía

Cristian Mesa, Trabajo Social Andrea Vergara, Literatura Diseño logo

Milton Castro Coordinadora Unicomes

Diana García CONELAPOYODE: Rector

Víctor Manuel Moncayo Vicerrector de Sede

Leopoldo Muñera Ruiz

La culpa la tuvo una sospecha. La editora de Arte y Cultura tenía el presen­ timiento de que las actividades de escribir y leer en un ambiente académico no se reducen a las referencias bibliográficas que nos dan al comienzo del semestre como parte del programa de cada asignatura. Y su sospecha se confirmó a través de una encuesta sobre lecturas y escrituras reali­ zada por este medio en diferentes faculta­ des. Wilde, Gonzalo Arango, Albert Camus, Walter Scott, B orges, G erm án Espinosa, Salinger, Femando González, C o elh o , N eruda, Gómez Jattin, Al­ fonsina Stomi, Ri­ chard Bach, Umberto Eco, Robin Cook, Miller, Sade, Arreóla, Dostoievsky, Nietszche, Thomas Mann, Vallejo, Octavio Paz, Newman, Dickens, Rimbaud, Antonio Caballero, Cortá­ zar, G arcía M árquez, Cervantes, Jairo Aníbal Niño, Lezama Lima, Savater, J J . Benítez y muchos más, aparecieron al lado de las lecturas académicas de los estudian­ tes encuestados. Para ellos, la lectura no es una zona que se visita solo por obligación; también es el territorio del placer, del gusto solita­ rio, cómplice y reposado, del encuentro con el autor en las páginas de un libro. En medio de la Levedad, la Rapidez, la Exac­ titud, la Visibilidad, la Multiplicidad y la Con­ sistencia (Seis propuestas para el próxi­ mo milenio de Italo Calvino) de esta épo­ ca virtual y mediática, la literatura se con­

figura como un mundo paralelo a la vida del estudiante. Pero no se hablará en este editorial de la literatura solo como lectura. La encuesta reveló que los estudiantes también escriben. Además de los escritos académicos; los re­ latos, poemas cuentos, guiones y diarios tras­ cienden las paredes, zonas verdes y porte­ rías del claustro académico para insertarse en cuadernos, escri­ torios y papelitos ar­ chivados en carpetas. Esto d em u estra que existe una litera­ tura escrita por los estudiantes. Una lite­ ratura que anhela, re­ produce, cura, esti­ mula, responde, cues­ tiona y registra nues­ tra realidad como jó ­ venes y estudiantes. Tomando en cuenta la necesidad de dar cabida a esas otras posibilidades de comuni­ cación, UN CONtexto ha creado una sec­ ción de cuento y poesía para que al lado de las expresiones de la realidad más miméticas, estén las más transfiguradoras, las lite­ rarias. Que existen porque hay jóvenes, que leen y escriben con la pasión de quien cree que los libros no han desaparecido y no desapa­ recerán por más facilidades y opciones que nos den la tecnología y los adelantos científi­ cos. Existen porque hay personas que tienen en la escritura y en la lectura la realización de mundos posibles. Mundos posibles que UN CONtexto quiere ayudar a comunicar a través de la nueva sección PalabrArte4

«Existe una literatura que anhela, reproduce, cura, estimula, responde, cues­ tiona y registra nuestra realidad como jóvenes y estudiantes».

Directora de Bienestar

UN CONtexto, Número 2, 2002

Flor Alba Romero Jefe de Unidad de Gestión de Proyectos

Elizabeth Moreno Dirección UN CONtexto

Polideportivo, oficina 002 C uncontexto@yahoo.com www.geocities.com/uncontexto Dirección Unidad de Gestión de Proyectos

Unidad Camilo Torres Bloque B 7 oficina 502 Tel. 3152280 - 3165000 ext. 18762

pyjjpl fin de complementar las visiones de la realidad: s mediadas, que se comunican con lenmuj0pm'i(uiiM acadérMñ), a partir de esta edición, UÑ^CONtexto d d \ 'i cabida a las visiones trasjiguradoras de la coiiaianida las expresiones de mundos posibles, la recreación litera a través de una st&wán destinada a la creación artística.


Por Hernando Escobar Asesor editorial

Opinión / La heterogeneidad de posiciones de los lectores frente a los artículos eviden­ cia la diversidad humana en la UN

LECTORES / 3

Entre las dos orillas o todos en la misma orilla

“Tendenciosos, vendidos, manipuladores, guardianes del status quo", son términos con los que he escuchado que algunos (o muchos) estudiantes de la Universidad Na­ cional califican a los medios masivos y a sus periodistas, en coherencia, quizás, con la posición crítica que se espera de ellos. Pero, al margen de que los medios masivos merezcan esas críticas y muchas otras, ¿en realidad estas valoraciones son producto de juicios o prejuicios?, ¿comprenden los estu­ diantes la dinámica de una sala de redac­ ción y la complejidad de la función perio­

dística?, ¿serían capaces de hacer un me­ jor periodismo que el que critican?.. A tra­ vés de las publicaciones estudiantiles, inclui­ da esta, se pueden esbozar respuestas. Queda lanzado el reto a quienes quieran medirse frente al rigor periodístico. Y el reto no es pequeño porque, si las críticas son justificadas, hay mucho por construir en orden a que el periodismo se oriente más al bien común y dé herramientas suficien­ tes a la opinión pública para que esta deci­ da si conserva o transforma el entorno ac­ tual y qué medios utiliza para ese fin.

En un medio como UN CONtexto, donde cualquier estudiante de la Universidad Nacional tiene una posibilidad real de que sus artículos se publiquen o de tomar parte en la definición de las políticas editoriales, la responsabilidad sobre lo que no se publica recae tanto sobre el Comité Editorial del medio, como sobre la comunidad estudiantil que no aprovechó la posibilidad de fijar en la agenda los temas que considera importantes.

El tropel

«Me pareció de gran interés la sec­ ción en la que hablaban de cómo nos veían las personas a los estudiantes de la ‘Na­ cho’, nos ven como ‘tirapiedras y revol­ tosos’ pero no se imaginan el gran capital humano que se encierra en este claustro. En esta sección se usaron frases ‘impac­ tantes’ por el hecho de que son la verdad y nos duela saber la imagen que tienen de nosotros y los términos que usan para referirse a la UN». Diego Torres, Matemáticas

«El informe especial está muy bueno, casi completo... los artículos desperta­ ron la curiosidad de saber qué opina la contraparte, es decir ‘los aguacates, tom­ bos...’, en realidad son un elemento infaltable en el ‘tropel’ y por tanto en los artículos». Catalina Méndez, Biología

«Es claro que nosotros, los que con­ vivimos la mayor parte del día entre estas aulas, no estudiamos para graduarnos como revoltosos ni tomamos cursos para ser tirapiedras». Javier Belalcázar, Matemáticas

«El artículo La luz, otra manera de hacer­ se ver es una clara invitación a abandonar la exaltación a la violencia tal como se manifiesta en el ‘tropel’. La idea de pensar formas inno­ vadoras y diferentes de protestar se identifica mucho mejor con la universidad que la simple ostumbre de hacer un juego ‘piedras vs. ga­ ñí donde la única ganadora es la confron-

«Viendo el artículo que se refiere al ‘tropel’ me di cuenta de que muchas ve­ ces uno como estudiante es indiferente a las problemáticas de la Universidad... Este primer número de UN CONtexto me parece muy bueno porque nos invita a dejar esa posición indiferente para reflexio­ nar un poco más acerca de estos proble­ mas».

Ricardo Blanco, cod. 161918

Edwin Jiménez, cod. 152671

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Críticas al editorial y al informe especial «La afirmación hecha en el edito­ rial: “ .. .todo nuestro entorno social co­ mienza a cuestionar nuestra conduc-. ta” propone dos escenarios: la ‘bue­ na’ y la ‘mala’ conducta y claramente sienta posición sobre ello ... lo que su editorial considera es que para que “la sociedad colombiana vuelva a tener uni­ versidad” y para que la UN revalide su papel histórico debe desterrarse la ‘mala conducta’ que se supone está re­ presentada en lo revolucionario, el ateísmo -como si el catolicismo hipó­ crita form ara científicos de nuestra realidad y el deslizamiento a simpati­ zar con el comunismo... »Por otra parte, ¡protesto! por la in­ clusión de Laureano Gómez (ideólogo de la derecha radical) como ejemplo de (egresados de) la Nacional. Qué error más triste. Quizá Gaitán, por su­ puesto Camilo, pero no Laureano. La historia ha dado cuenta de sus accio­ nes (¡claro muchachos ello no se ha titulado en la prensa santa de Santos). »Por último, quiero saludar el ex­ celente trabajo El tropel, rito y reto, reflexión meritoria y a la vez, polémi­ ca y no puedo terminar sin cuestionar la afirmación de la compañera Yenni Echeverría en su escrito El llanto que trae el viento... acerca de que “ ...los estudiantes han tenido que adaptarse a la cotidianidad del tropel para que no impida que accedan al conocimiento académico que persiguen”. ¿Qué lo impide querida amiga, ¿el tropel? o ¿la sujeción mecánica y sumisa a la clase magistral?». Paúl Cáceres, Economía

UN CONtexto, Número 2, 2002

Los principales consensos en las críticas frente a la primera edición de UN CONtexto fueron en torno a su diagramación, por eso en esta edición el Comité editorial le apostó a un nuevo diseño con más espacios y mayor bre­ vedad en los textos. Frente a los artículos, las opiniones estu­ vieron divididas: lo que para unos lectores fue motivo de halago, para otros fue de regaño. Esto concuerda con el espíritu incluyente que persigue este medio estudiantil, que procuró dar cabida a todas las visiones que reflejan la diversidad humana de la Universidad Nacional; pero también evidencia el peso que tuvo la opi­ nión de cada autor en sus artículos, con la cual cada lector podía estar de acuerdo o en des­ acuerdo (como lo manifiestan en sus cartas), y la falta de artículos más informativos e investigativos, que den cuenta de los hechos para que el lector pueda construir su propia opinión y no tenga que conformarse con la del autor y con la, a veces, escasa información que se le cuela entre sus extensas apreciaciones perso­ nales.

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r Por Denís Rojas y Rodrigo Estrada

^ Análisis noticioso / Edad dorada y crítica

INFORME ESPECIAL/4

ser joven

UN CON texto. Número 2, 2002

Los riesgos de

Aunque por m omentos nadie se percate, encontrar­ Acceso a la educa­ se entre los quince y veinti­ cuatro años no ofrece solo ción, desempleo, ventajas. La presencia más altas tazas de sui­ que proporcional de las per­ sonas de este rango de edad cidios y homici­ en los índices de suicidios, dios, son algunos homicidios y desempleo; así de los temas que como su ausencia en los de acceso a la educación y su ponen en peligro el escasa participación en las presente de los que esferas donde se toman las decisiones que les atañen, lo algunos conside­ indican. ran el futuro del Según proyecciones del Dañe, la población del país país: los jóvenes. para el 2002 se ría de 43.834.117, de los cuales Foto: A n d re a V e rg a ra 8.412.096 estarían entre 15 y 24 años, es decir, el 19.19 por ciento. Sin embargo, según reportes de sus estudios y su inexperiencia, el jóvenes permanezcamos desconociendo de la misma entidad, durante 2000 repre­ medio ambiente que los rodea, la esca­ nuestro estado y sean los demás, los ‘adul­ sentaron el 32.6 por ciento de las víctimas sa o nula capacitación para el trabajo tos’ y especialistas en juventud, los que de homicidio, 9250 casos, y el 33.3 por cien­ son determinantes que restringen las definan lo que el joven hace, siente, ado­ to de los suicidios, 778 casos (recuadro). oportunidades de empleo estable de los lece y necesita y que al lado de clichés, jóvenes... La inserción laboral es un pro­ como “los jóvenes son el futuro del país” Educación y empleo ceso inestable para aquellos que no han no se generen programas y propuestas logrado obtener estudios superiores. Son En cuanto al acceso de esta población para solucionar los problemas que afec­ a la educación, la situación varía de acuerdo los sectores de manufacturas, construc­ tan el presente y que ponen en peligro el ción, comercio y servicios los que más a sus condiciones socio - económicas. Se­ futuro de la nación. gún datos de 1997 del Mi­ En todo caso, el tema nisterio de Educación Na­ Juventud es dem asiado cional, tan sólo el 56.04 por Estadísticas de mortalidad, año 2000* amplio y este informe es­ ciento de la población en­ pecial (mucho menos este tre 16 y 18 años de edad Las tres principales causas de mortalidad entre los jóvenes de 15 a 24 años artículo) no tiene la pretense encontraba en el siste­ son: ción de abarcarlo. Solo de ma escolar (secundaria y Porcentaje sobre el total nacional Causa C asos dar unas puntadas a un pa­ universidad). Pero a esas 32.60 Homicidios 9250 oportunidades solo estaba norama general que debe­ 19.03 Accidentes de tránsito 1359 accediendo el 33 por cien­ ría inquietar a quienes es­ 33.33 ■ Ssuicidios 778 to de los jóvenes que vi­ tán proyectando el futuro * Fuente: D añe vían fuera de las cabece­ de este país y a los jóve­ ras municipales. nes que lo viviremos. los demandan en ocupaciones poco ca­ De la misma forma, de las personas El presente número de UN CONtexto lificadas (vendedores, ayudantes, men­ entre 19 y 25 años, solo el 23.85 por ciento da cuenta de algunos ámbitos en donde sajeros, empleados domésticos). Ha­ asistía al colegio o la universidad, con 0.27 los jóvenes son protagonistas, llevan a cabo cia esos mismos sectores orientan su por ciento en el nivel de posgrado. Y de sus proyectos, sueñan, viven, se encuen­ búsqueda de empleo generando exceso nuevo, la proporción de habitantes de las tran y se desencuentran y dejan ver que de oferta».1 Según Idipron, para 1997 áreas rurales fue notablemente inferior: el tener 20 años implica más que “un cora­ el desempleo de los jóvenes correspon­ 8.86 por ciento en colegio o universidad, día al 44 por ciento del desempleo total. zón vagabundo y profundos desengaños" ♦ cero en posgrado. Y del escaso acceso a la educación se desprenden otros problemas: «La tempra­ na deserción de la escuela, la baja calidad

El panorama no es muy alentador, sin embargo, las expectativas siempre están latentes. Lo peligroso es que los

1 Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la Juventud- Idipron. Proyecto Atención Inte gral a Jóvenes. «Trapecistas». 1997. Bogotá D.C.


Por Santiago Giraldo Ciencia Política

INFORME ESPECIAL / 5

¿Hasta qué punto una ju ­ ventud incapaz de organi­ zarse representa peligro para el sistema?

F o to : P re n s a E s tu d ia n til

La juventud, entre la desidia y el desencanto A veces los integrantes del movimiento estudiantil cuentan los resultados de las Asam­ bleas Triestamentales Superextraordinarias: “ ¡Hubo un debate buenísimo! Discutimos durante 23 horas sobre quién debía moderar la reunión...”. ¿Qué peligro puede generar el movimien­ to estudiantil para el sistema si ni siquiera lo­ gra motivar a 50 estu­ diantes para que asis­ tan a una reunión? Los jóvenes de la UN son sistémicos para el de­ sarrollo de los progra­ mas institucionales y gubernamentales. Por ejemplo, ¿qué es lo que encierra la pedrea que se repite a pesar de causar daños a la UN y a la socie­ dad? ¿Qué se puede sentir cuando se quema un bus en el que trabaja una persona de la cual dependen cinco niños? Debe tener una explicación amplia basada en la simbología, en la tradición y en la mitología, pero, ¿vale la pena sacrificar la legitimidad de la UN por conservar una tradición, en la que ‘encapu­ chados’ bloquean el tráfico y esperan a que llegue la policía para intercambiar piedra por gas hasta que la piedra se acaba?

«Los jóvenes somos re­ productores del sistema pues no generamos nin­ gún tipo de amenaza para este».

La UN no ha sido capaz de presentar propuestas tan creativas como quizás de­ bería esperarse. Es muy difícil observar la situación de una Asamblea Estudiantil en la cual’se enfrentan grupos de interés para decidir cosas que le importan, o le debe­ rían importar, a la comunidad académica. La meta allí es destruir la propuesta del otro porque tiene una bandera diferente a la mía. Se analiza la situación utilizando la función costo - beneficio que tanto le gus­ ta al sistema capitalista. Qué ironía. Los jóvenes de la UN están cargados de revanchismos, de pensamientos secta­ rios. En la UN no hay un movimiento estu­ diantil inteligente. No hay una propuesta articuladora, no hay una meta por alcan­ zar, no hay una consigna que defender, no hay un propósito que una a sus estudiantes y sin ese propósito, los estudiantes segui­ remos prefiriendo ‘echamos un picadito’ antes que entrar a una Asamblea. ¿Qué tiene que hacer el sistema políti­ co colombiano para detener la ‘amenaza’ del movimiento estudiantil de la UN? Nada. Absolutamente nada. No hay amenazas para el sistema que se gesten en la UN. Solo se tiene que preocupar por desviar el tráfico durante unas horas y por preparar a un escuadrón, de jóvenes, que esté listo a intercambiar gases por piedra ♦

UN CON texto, Número 2, 2002

El aspecto fundamental de la ju ­ ventud colombiana es su capacidad para ser funcional al sistema. Ayuda a su reproducción. Es una copia de la ‘sociedad civil’: la representan, la uti­ lizan, pelean en su nombre, la ponen a marchar, la masacran... Y nosotros, los jóvenes, tal y como la ‘sociedad civil’, dejamos que nos representen, que peleen en nuestro nombre, que nos obliguen a marchar, que nos masacren. No tenemos claro qué significa ser miembro del club de la juventud, qué beneficios trae. Lo que sí es claro es la función del joven: si se es joven, en Colombia, se puede servir para la gue­ rra. Puedes tener el honor de ser uno de los 40.000 reservistas que se pre­ tenden vincular a las Fuerzas Arma­ das, o puedes proteger los intereses de la ‘sociedad civil’ en los otros dos frentes que la ‘defienden’: guerrilla y autodefensas. Los jóvenes somos reproductores del sistema pues no generamos nin­ gún tipo de amenaza para este. No lo ponemos a prueba, quizás por eso es que nunca tienen en cuenta nuestras opiniones. Solo servimos para llenar escenarios y sumar votos; nuestra energía es utilizada como fuerza des­ tructora y, en algunas ocasiones, como mano de obra poco calificada, fácil­ mente manipulada y enajenada, des­ humanizada. Las demás opciones que hay para la juventud están reducidas a menos del 15 por ciento de la población jo ­ ven del país. Los que por casualidad tenemos opción de estudiar, intenta­ mos escoger la carrera que nos per­ mita mantener nuestro negocio... de taxis libres. Y los otros, los que saben cómo reproducir el capital de empre­ sas, multinacionales, en el futuro de­ cidirán que el 15 por ciento podrá estudiar, el 40 por cien­ to se irá a la guerra, el 40 por ciento a la d euda y el 5 por ciento a la re p re s e n ta ­ ción. La juventud colombiana sigue en el letargo. Parece que se hubiera con­ tagiado de la izquierda nacional. Cada fracción, cada partido, cada movimien­ to y cada individuo tiran para su lado. No importa que todos quieran lo mis­ mo: Unos quieren que la marcha se haga con capucha, los otros desean que la movilización se haga con la cabeza cubierta... Y en los auditorios le la UN sucede lo mismo.

Opinión /¿Para qué ser joven?


Por Comuna Universitaria*

Opinión / Los jóvenes de una nación joven, el reto del crecimiento

INFORME ESPECIAL / 6

Nación

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De un tiempo para acá, lo joven y lo juvenil se han convertido en lugar común cuando se habla de encuentros, políticas, agendas, programas institucionales, etc. Los jóvenes aparecen hoy como un sec­ tor diferenciado; sin embargo, los facto­ res que determinan esa diferenciación no son claros, se confunde la relación con la producción, los límites generacionales, los gustos y estilos de vida y en algunos momentos lo que muchos llaman espíri­ neración colec­ tu. Así, frecuentemente escuchamos ha­ tiva de una formación blar de los jóvenes trabajadores, los jó ­ social específica, entendida a venes ciudadanos, los jóvenes adultos, partir de patrones organizativos rela­ etc. Cada vez el término es más usado y cionados con factores productivos, deter­ más confuso. minantes culturales, divisiones territoria­ Si bien los jóvenes existen como un les y mecanismos de poder. El registro de sector poblacional, es necesario contar los recuerdos, la selección de los mismos con más elementos argumentativos para y la movilización a partir de la emoción pensar la construcción sectorial; esta no colectiva son el caldo de cultivo en donde puede definirse únicamente a partir de se forman y construyen las naciones. Su las características formales que encasi­ existencia se sustenta a través de la re­ llan lo joven. Sus posibilidades de ubicar afirmación de un plebiscito diario que ge­ certeramente unos derroteros y los ca­ nera identidad como comunidad imagina­ minos para su consecución están direc­ da y por la ubicación de un origen común tamente relacionados con su contextuaa partir de la postulación política de una lización interna (como sector) y externa etnohistoria definida que se sustenta en (en el país y el mundo). la continua expansión y recreación. Este texto es una contribución muy Juventud y nación existen en términos breve, que más que dar generales pero son respuestas quiere am ­ Recuadro aprehensibles en con­ pliar los interrogantes textos sociales parti­ Proyecciones del Dañe que rodean el tem a. culares. Las dos son Surge también de pen­ para el 2002 creaciones humanas. sar a Colom bia en su Nuestro contexto Población Edad dim ensión nacional y p a rtic u la r d e sta c a 4.206.048 15-19 dar cuenta de que es tanto para la juventud una construcción muy 15-24 8.412.096 como para la Nación joven, una relación a 11.898.121 15-29 determinantes espe­ partir de la cual se pue­ cíficos. De esta ma­ 15-34 15.384.146 de ahondar en la re ­ nera, se es jo v e n 24.613.957 05-34 flexión de lo juvenil. cuando un sujeto se 43.834.117 Total La juventud es una e stá p rep a ra n d o y construcción social que formando, cuando se permite diferenciar las realizan prácticas determinadas por una comunidades y las sociedades genera­ autonomía relativa, cuando la superviven­ cionalmente. Como tal se sustenta en las cia depende directamente de otros, cuan­ relaciones culturales y en supuestos físi­ do los sueños son más fundamentales que cos, biológicos y psicológicos que gene­ los hechos, cuando la ubicación en la di­ ran una forma argumentativa que repro­ visión social restringe la actividad y la duce los condicionamientos de orden de decisión, impuesta por la tradición y la au­ la sociedad. toridad. Se es joven cuando se está for­ mando el carácter; cuando se está en un La nación se sustenta en el redescu­ rango específico de edad que varía debrimiento, la reinterpretación y la rege-

pendiendo de la institución, cuando la fuerza vital se concentra en el prestigio del desarrollo físico. Se es joven cuando no se es adulto, cuando la impotencia pue­ de más que la posibilidad. Según las esta­ dísticas y en orden al rango de edad que se agrupe en la definición, los jóvenes pue­ den estar entre población significativa y mayoría (ver recuadro). La Nación denominada Colombia es una Nación inconclusa que todavía no ha desarrollado los procesos de redescubri­ miento, reinterpretación y regeneración. Su origen es incierto y lo es más el plebis­ cito diario que le permite ser en sí, cons­ truirse como identidad. Como Estado Nación fuera de inconclusa es abrumadamente joven, 180 años de incompetencias y barbarismos le signan un derrotero de impotencia más que de posibilidades. Ser joven en un país joven está direc­ tamente relacionado con la posibilidad de la construcción nacional. Para ser, la Na­ ción necesita romper con las ataduras im­ puestas y los tradicionalismos amañados a intereses particulares. Para existir, la juventud necesita romper las limitaciones impuestas por generaciones que han va­ ciado de vitalidad la movilidad y la trans­ formación social. De alguna forma, pensar lo juvenil como constructo y como posibilidad orga­ nizativa implica hablar de dar respuesta histórica a un proceso nacional, cuya ma­ duración no puede estar sustentada por la exclusión y la dominación ♦ *cornunauniversitaria@ yahoo.coni


Por Edwin Guzmán Sociología

Análisis noticioso / Pri­ meras elecciones de CLJ

a legitimidad Entre la legalidad y

El 27 de septiembre se eligieron los Consejos Locales Juveniles en todo el Distrito Capital. Es­ tos consejeros son representantes legales de los jóvenes ante las instituciones, deben ser voceros de sus preocupaciones y propuestas. Pero ¿qué beneficio puede brindar a los jóvenes este espacio de participación? ¿Es en realidad una participa­ ción juvenil o un trampolín de muchas personas que ven en los jóvenes posibilidad de manipula­ ción? ¿Es una oportunidad para que decidamos o para que nos utilicen como títeres? ¿Cuál es el fin que persigue este nuevo estamento?

INFORME ESPECIAL / 7

El 27 de septiembre se eligie­ ron los Consejos Locales de Juventud. Este artículo cues­ tiona el proceso de elección y las posibilidades de acción de los elegidos.

Por fa lta de d iv u lg a c ió n o in d ife re n c ia , los jó v e n e s b o g o ta ­ nos no p a rtic ip a ­ ron en e l p ro ceso de e le c c ió n de los C o n c e jo s L o c a le s J u v e n i­ le s / F oto : C ris­ tia n M esa

La participación

dos concretamente en la Ley 375 de juventud de 1997 y el Decreto presidencial 089 de 2000; en Bogo­ tá con el Acuerdo del Concejo 33 de 2001 y con el Decreto 858 de 2001. Como se ve, es un gran res­ paldo jurídico al proceso, pero otra es la influencia de la ley o norma en el comportamiento humano. Desde esta perspectiva todo cambia. Con tan solo el 20 por cien­ to de votos en B ogotá se refleja una deslegi­ timación del proceso. ¿Los jó ­ venes no quieren un espacio para ser escucha­ dos expresando sus ideas y emocio­ nes? ¡No! Quieren un espacio tam­ bién para decidir sobre su futuro, condición que no tienen estos con­ sejos, ellos no son nada más que un colegio para la consultaría y voce­ ría, pues las decisiones y presupues­ to lo siguen manejando los mismos monopolizadores locales. La experiencia de los CLJ se rea­ lizó en Antioquia, pero no precisa­ mente para escuchar a los jóvenes y disponer de su conocimiento para la sociedad, sino como posibilidad de frenar el fenómeno social del pandillismo y las masacres que este traía. Los jóvenes de las comunas fueron llamados a participar para frenar la

Los jóvenes no creen en el proceso, no ven la necesi­ dad de votar o no recono­ cen a los candidatos.

Antecedentes El proceso tiene vertientes importantes a con­ siderar, una es el marco legal que posee, con una e constitucional (Artículo 45) pero desarrolla­

oleada de asesinatos entre ellos. No na­ cen los CLJ con el ánimo participativo que expresan sus principios, sino es un entretenimiento ante procesos juveniles de alguna forma contestatarios. Es más, el concepto de juventud nace histórica­ mente de la necesidad de ingresar per­ sonal a laborar a una temprana edad. Según la Ley 375, los jóvenes son per­ sonas entre 14 y 26 años, rango que desconoce las construcciones cultura­ les de los sujetos ante los demás para relacionarse. El concepto de juventud no tiene edad ni una sola forma; por lo tanto no se habla de un solo concepto de juventud sino de juventudes.

El futuro ¿Qué pasará durante estos tres años que dure la gestión de los primeros con­ sejeros? Debemos tener en cuenta, que es la primera vez que se realiza en Bo­ gotá y por lo tanto los jóvenes son inex­ pertos y con un importante grado de in­ genuidad. Hay preocupación sobre gru­ pos sectarios con mucha fuerza como las juventudes del Mira, que están en todas las localidades, son cristianas de derecha y guiadas por un senador. La intención de este artículo es invi­ tar a la indagación en cada una de las localidades por parte de los jóvenes so­ bre los CLJ, también para ejercer pre­ sión y velar por nuestros intereses. No pedimos solo un espacio para hablar y ser escuchados, pedimos una construc­ ción de los jóvenes para los jóvenes. Mientras tanto debemos conocer a quie­ nes nos representan ♦

UN CONtexto, Número 2, 2002

El proceso de inscripción de votantes tuvo se­ rias dificultades en los dos periodos que se abrie­ ron para constituir el censo electoral. El primero fue un desastre en algunas localidades porque no llegó a los jóvenes desescolarizados y no cubrió a los estudiantes. El segundo fue realizado del 5 al 29 de agosto, aunque obtuvo cierta mejoría, el cen­ so electoral no alcanzó a ser representativo de la población juvenil. Este resultado tan bajo no era esperado porque en cada una de las localidades se invirtieron entre 10 y 25 millones en publicidad. Las dos localidades con mayor cantidad de ins­ critos, fueron Kennedy y San: Cristóbal, con cerca de 10.500 y 8500 en cada una; sin embargo, los jóvenes no acudieron a las urnas. Por más publici­ dad, video conciertos y es­ tímulos culturales promovi­ dos por las Alcaldías. Por ejemplo en San Cristóbal votaron el 10 por ciento, es decir, 850 personas. En el resto de Bogotá el resulta­ do fue similar: votaron el 20 por ciento de los inscritos en toda la ciudad. Este dato arroja un índice de participación ju ­ venil bajo. Los jóvenes no creen en el proceso, no ven la necesidad de votar o no reconocen a los candidatos. ¿Qué puede estar sucediendo? Pue­ den ser dos cosas: primera, que los jóvenes no saben de los Concejos Locales de Juventud (CLJ), lo cual puede ser cierto ya que la divulgación se comenzó con solo cuatro meses de anterioridad y con un personal insuficiente para la gran demanda de la población. Segundo, los jóvenes no creen en este tipo de participación, no reconocen el proce­ so de instalación de los CLJ en Bogotá, o simple­ mente no les llama la atención.


r Por Santiago Giraldo Ciencia Política

Los bachilleres colom­ bianos tienen una gran difi­ cultad: deben abandonar sus sueños y el trabajo acu­ mulado durante los últimos años de secundaria con el fin de dar el salto hacia la universidad. Los sueños ju ­ veniles del colegio quedan entonces en la mitad de ese salto, enterrados entre los señalamientos y embarradas de 'prim íparas’ y en el afán por encontrar una adaptación lo menos dolorosa posible, que aumente las posibili­ dades de una vida universitaria estable y una futura y muy anhelada vinculación la­ boral. Con la intención de construir un puen­ te; cimentado con todos los objetivos, me­ tas y sueños de la secundaria, más de dos­ cientos jóvenes, próximos a dar el salto, se reunieron el 12 de octubre en la Universi­ dad Nacional para encontrar propuestas de articulación entre el trabajo de la educa­ ción secundaria y la superior. Organizado por RedUniPaz Estudian­ til, grupo de trabajo interuniversitario de Bo­ gotá, y el Grupo Conciencia Social, del co­ legio Cafam, el Primer Encuentro Distrital de Colegios fue el primer paso por alcan­ zar una continuidad entre los últimos años del colegio y la vida universitaria. Un vídeo que identificaba la problemá­ tica de un colegio bogotano con la que muchos participantes se identificaron y un panel especializado, motivaron el trabajo de

i INFORME ESPECIAL / 8

Reseña / Primer Encuen­ tro Distrital de Colegios

Puentes

elaborar conciencia frente a un conflicto inédito en los parámetros mundiales. La educación y los estudiantes de secundaria no pueden ser ajenos a proponer y construir salidas diferentes y creativas al conflicto co­ lombiano. Se entendió la educación como elemento transformador que debe tener articulación en todo su recorrido y se defendió la pos­ tura de la construcción de escenarios de paz desde la educación misma. El Encuentro Distrital de Colegios, motivó la participación de los jóvenes en una guerra diferente, guiada por la escue­ la y enfocada a construir los caminos pa­ cíficos del país del futuro. Guerra dada por los odontólogos para construir la sonrisa nacional, por los médicos para darles sa­ lud a los colombianos, por los abogados para encontrar leyes justas y eficaces, por los agrónomos para recuperar el campo y por los ingenieros para mejorar las estruc­ turas sociales del país. Los jóvenes participantes en el Encuen­ tro, se comprometieron a librar esta gue­ rra constructiva en contra de la violencia irracional con un propósito común: evitar, ante todo, tener que explicar ante genera­ ciones futuras, inútilmente, por qué los co­ lombianos matan a los colombianos ♦

para la transformación la tarde en el cual se realizaron diez talleres interactivos divididos en tres ejes principales: construcción de paz, educación y articulación de iniciativas juveniles. Cada uno de ellos constaba de dos momentos: diagnóstico y pro­ puesta, los cuales ayudaron a construir colectivamente bosquejos de proyectos, fundamentados en el conocimiento bá­ sico de las problemáticas tratadas. Los grupos organizadores recogie­ ron las iniciativas de los estudiantes par­ ticipantes y plantearon una estrategia de continuidad que se basa en tres pro­ gramas que ayudan a cumplir los obje­ tivos trazados inicialmente: red de me­ dios de comunicación escolares, cons­ trucción de líneas de investigación que vinculen a la secundaria con la univer­ sidad y que tengan como objeto de es­ tudio a la educación en sus diferentes formas, y la continua formación y ac­ tualización a través de talleres que tra­ ten la problemática nacional, regional y local. Tomando la base académica como el actor principal, el Encuentro intentó

Mayor información: guascas @yahoo.com, oficinadepaz@yahoo.com

Testimonio / La desidealización de las nuevas generaciones

Retorno a los sueños posibles La ju v e n tu d representa el p erio d o de transición entre la niñez y la adultez, entre la dependencia y la autono­ mía, p ero m ás allá de las definiciones biopsicológicas, es el p eríodo de la esperanza fre n te a la utopía.

UN CONtexto, Número 2, 2002

Por Alejandro Jiménez, estudiante de bachillerato, Iparm

De repente, aquellos lugares que solían ser nuestro mun­ do la casa, el colegio, el parque parecen diminutos compara­ dos con la ciudad y el mundo a los que nos enfrentamos sin la ayuda de nuestros padres. Poco a poco nos abrimos campo entre los adultos con un sentimiento de libertad que se estre­ lla contra la realidad: violencia y pobreza a las que los adultos parecen resignados. Entonces se esperaría de la juventud que sintiera ganas de cambio, de revolución, como en los 60 y 70. Que admirara las ideas del ‘Che’ Guevara, Mao Tse Tung, o cualquier líder que nos muestre ese mundo de utopías que soñamos tener. Una perspectiva que se ve plasmada a veces en las pare­ des. Sitio donde todos hemos posado alguna vez la mirada para leer los ideales de las luchas populares a partir de los jóvenes, la revolución social que pide a gritos Latinoamérica, o simplemente mensajes que den lugar al sueño socialista por un mejor futuro♦

Los 60 y 70 parecen, a veces, tener continuidad en esas paredes: una época propicia para las protestas, las manifesta­ ciones que contaban con la unión de los estudiantes para de­ fender sus derechos o simplemente donde proyectaban su país deseado. Pero mientras que lo esperado sería que la juventud signi­ ficara “etapa en la que los jóvenes no pueden darse por venci­ dos, en la que luchan por sus ideales, en la que siguen adelante sin importar las caídas y los tropiezos porque saben que todo lo imaginado se puede lograr”, los jóvenes de ahora se en­ cuentran en la sumisión a causa de la situación que se vive en el país, y de esta forma los estudiantes nos contaminamos de aquella violencia, intolerancia y apatía que se ve en los medios de comunicación, los noticieros, la calle, y hasta en las aulas de clase. Ahora solo espero que la nueva juventud pueda ver algo de aquel sueño que se creyó posible en los años 60 y 70. y de esta forma tener mi propia utopía de un país mejor, un lugar donde me sienta seguro de ser colombiano, donde la bandera se con­ funda con el cielo y los mares, o en donde podamos hablar de educación pública, igualdad social, derechos reales.. e e mi sueño, el sueño de un joven, ojalá sea el de muchos *uros.


Por Paulo Estrada Derecho

Opinión / Culturas juveniles, otra verdad que escuchar

INFORME ESPECIAL / 9

Nómadas de la

ciudad

Los estigmas alrededor de las pandillas juveniles han facilitado los procesos de exclusión por la cual se niegan las oportunidades a quienes las integran.

Este llamado de atención que le hacen a la sociedad, en ocasiones por medio de un lenguaje duro y que puede parecer violento se puede in­ terpretar como una exigencia que ha­ cen a esos adultos que en estos mo­ mentos se encuentran ciegos vivien­ do de forma irracional. Todos los días por medio de su actitud y sus

actividades suelen preguntar a los vecinos del barrio, padres, maestros y a las mismas autoridades, cómo hacen para ser tan autómatas, por qué están tan ensimismados con el trabajo y la producción que olvidan la educación y socialización de los sentimientos. Interrogan si será po­ sible que con su forma de actuar es­ tén construyendo sociedad y, de ser así, ¿qué clase de sociedad? Aque­ lla donde nunca han tenido cabida los jóvenes, porque son el futuro o porque son un desastre. La sociedad reacciona frente a ellos de manera mecánica, irracio­

nal y solapada, mientras ellos le ense­ ñan que puede haber otra oportunidad y lo demuestran por medio de su creación artística, develando nuestra estupidez m atutina, nuestra alineación laboral, nuestra miserable educación, nuestras instituciones como sirvientas de la re­ producción del sistema que nos oprime, nos da menos espacios y nos hace más dependientes, más sujetos a... Esta contracultura juvenil siempre ha estado tildada de peligrosa para el conglomerado social (nosotros, las ‘per­ sonas de bien’) el cual, ha reaccionado ‘anulándola’ y restableciendo el orden por medio de mecanismos de exclusión y de inclusión o normalización. Esta reacción social nos muestra quién pue­ de ser más violento, quién persigue y criminaliza actos, quién señala, quién di­ ferencia e ignora, quién invisibiliza otras culturas. La estrategia de anular esta cultura se da por medio de la exclusión como ejercicio diario y de la inclusión social a través de diferentes institucio­ nes, grupos carismáticos, gnósticos, las ong, centros de resocialización y hasta el gobierno distrital que hace su aporte con programas de prevención y trata­ mientos terapéuticos con el fin de que se restablezcan a la sociedad acatando sus normas y valores. Puede parecer que la intervención social a esta población tenga principios altruistas y busque el bienestar de los afectados, pero la realidad demuestra que, simbólicamente, exime sentimien­ tos de culpa y por otro lado, resulta fun­ cional a megaproyectos que buscan una exclusión territorio espacial, para dar la impresión de ciudades habitadas por su­ jetos con los mismos intereses y metas. Son perseguidos porque gritan lo que la sociedad prohíbe, el contenido de su música desnuda al empresario y al obre­ ro, los colores de sus murales golpean la vista lineal del transeúnte#

UN CON texto, Número 2, 2002

En Bogotá existe una cultura nómada que de­ bemos aprender a aceptar, respetar y reconocer. Aquella formada por quienes toman como estilo de vida la calle, a conciencia o por fuerza mayor, por insuficiencia o exceso de verdad, por las dro­ gas o por la droga de la calle, o del trabajo, o del sexo, o de la televisión, o de lo que nos regale esta sociedad de consumidores y consumidos. De esta cultura hace parte aquel joven que se encuentra en tránsito entre el parche y la calle, el único hábitat aceptado por él y que lo acepta. Fren­ te al discurso y representación dominante que se tiene de los jóvenes pandilleros y habitantes de la calle, podemos contrastar su realidad desde otra óptica y escarbar en capas más profundas, en aquellas que evita ver la sociedad. Estos jóvenes que padecen las inequidades del desarrollo y el confort de la ciudad, vi­ ven otra cara, tienen otra mirada y sacan conclu­ siones bastante divergen­ Las e s té tic a s tes a las presentadas por d e las c u ltu ra s ju v e n ile s se han los diarios oficiales. Se a lim e n ta d o de las c o rrie n te s puede encontrar que su c o n tra c u ltu ra ­ actitud beligerante y su le s , in c lu id o s reacción contra el esta­ los p a rc h e s o g a lla d a s y mento es por motivos de n d illa s / Foto vida más que por ideolo­ pCa ris tia n M e s a . gías. Su cultura es una al­ ternativa a sus necesida­ des y a nuestra ensoña­ ción, su verdad es tan fuerte que crea una for­ ma de vida capaz de po­ nerlos cara a cara con la ley y lo que esta representa. Estos jóvenes irreverentes y descuidados, al­ canzan a desprenderse de las ataduras que im­ pone la sociedad dominante a través de meca­ nismos contraculturales, que se pueden entender como formas de diálogo que nosotros no alcan­ zamos o no queremos entender. Sus formas aso­ ciativas, sus expresiones artísticas y musicales, su vestimenta, su jerga y hasta su manera de re­ solver conflictos marcan una contundente dife­ rencia con la sociedad homogeneizada y repre­ sentan un rechazo frente a ella en términos sim­ bólicos, dando lugar a la creación de una contracultura urbana producto del desarraigo, la marginalidad, la violencia, pero sobre todo, la búsque­ da de un reconocimiento.

G r a ffitis , m ú s ic a , ro p a : a lg u n a s e x p r e s io n e s d e la s m ú l t i ­ p le s f o r m a s d e s e r e n la c iu d a d .


Por Óscar Ortiz Psicología

Opinión / Colombia se prepara para decidir

Reforma política,

' Encuesta de creencias sobre e lN * gobierno del presidente Alvaro Uribe Vélez Tache sus opciones, recorte la encuesta y háganosla llegar a la oficina 002 C del Polideportivo o por correo electrónico. El formato electrónico está disponible en la web del periódico.

¿referendo o refrendación? Breve descripción y crítica al referendo impulsado por el Ejecutivo. Un argumento que dio populari­ dad a Uribe durante las elecciones, fue el de la revocatoria al Congreso. Con el pretexto de asegurar tal re­ vocatoria Uribe prometió un referendo mediante el cual se votaría el tema de reforma política. Y cumplió. El primer día de su mandato presentó el proyecto ante el Congreso y, has­ ta hoy, cuando espera su paso por plenarias, es muy poco lo que el Go­ bierno ha cedido en el texto original; por el contrario, paulatinamente ha ido anexándole artículos que no tie-

UN CON texto, Número 2, 2002

El s e n a d o r C a rlo s G a v iria , ha c a lific a d o co m o re g re ­ s iv a la vis ió n d el e s ta d o fre n te a la p o s ib le re p e n a liz a ció n d e la ‘d o s is p e rs o n a l’ m e d ia n te el re fe re n d o .

nen nada que ver con reforma políti­ ca, y que atentan contra el libre voto y el libre desarrollo de la personali­ dad, mientras que los temas inicia­ les: revocatoria al Congreso, parla­ mento unicameral, etc., se disolvie­ ron en los mares de la dialéctica ejecutivo-legislativo. El texto consta de 22.553 ca­ racteres (el artículo que está leyen­ do tiene 4822), de los cuales desti­ nados en su mayoría a unas induc­ ciones que violan los Artículos 378 de la Constitución y 33 de la Ley 134 de participación ciudadana, que ver­ san sobre el derecho a elegir libre y claram ente aquello por lo que se vota. Además, la complejidad de los textos llevaría a aumentar el tiempo de sufragio por votante, el incremen­ to de mesas y recursos logísticos, ele­ vando el presupuesto a 140 millones (en las últimas elecciones fue de 70 millones), según la registradora na­ cional Alma Beatriz Rengifo.

> ¿Usted votó por Alvaro Uribe Vélez en las presidenciales? Sí Voté por otr@ No voté

Aunque el clim a general en el Congreso, contadas excepciones, es de adhesión al articulado, se siente la zozobra que genera la posibilidad de reducir el referendo a un plebis­ cito mediante el cual se afiance el proyecto político de Uribe. Así, po­ dría perderse de vista la intención de pedirle al electorado un voto de de­ cisión que implicaría la transición his­ tórica hacia una democracia participativa, a cambio de un voto a ultran­ za por una persona: el presidente. Esto no sería otra cosa que refren­ dar la política tradicional, a través de un referendo que, paradójicamente, emergió con el supuesto fin de trans­ fórmala. Ahora bien, al referendo todavía le falta recorrido. Primero, debe pa­ sar en plenaria, lo cual no es proble­ ma en un parlamento que adhirió muy temprano a las filas victoriosas del uribismo; más no es tan claro que el texto pase sin ser tocado como lo desea el Ejecutivo. Incluso, ciertos uribistas como Claudia Blum y Ciro Rodríguez, han pasado propuestas de reforma al texto, para incluir un artí­ culo sobre la reelección presidencial, que no deja de recordamos el caso Fujimori. Por otra parte, el referendo pue­ de caerse fácilmente al pasar por la Corte Constitucional que tiene el deber de proteger el derecho al libre voto. Pero, la última palabra la ten­ drá la población. Se necesitan tres millones de votos aprobatorios, con los cuales parece contar el Gobier­ no, pero la votación total debe supe­ rar la mitad del censo electoral, es decir, algo más de seis millones de electores, votos que se encuentran embolatados, y que obligaron a la in­ clusión del artículo de anulación de la despenalización de la dosis perso­ nal que, por su polémica, no tiene otro objetivo que el de aumentar la base de votantes. Así que debemos pen­ sar muy bien si le haremos el juego al Gobierno, o si le exigiremos algo más de respeto ♦

> Si votó por él, ¿se arrepiente de haber­ lo hecho? Sí No > Al final del mandato de Uribe Vélez en el 2006, ¿usted cree que el país estará: •En materia económica Mejor Igual Peor No sé •En Derechos Humanos y libertades individuales Mejor Igual Peor No sé •En materia de Paz y Convivencia Mejor Igual Peor

No sé

■En corrupción política Mejor Igual

No sé

Peor

> ¿Cree que el impacto de las políticas del gobierno de Uribe Vélez sobre la Univer­ sidad Nacional será: Notablemente negativo Notablemente positivo No tendrá mayor impacto No sé > ¿Usted teme que las políticas guberna­ mentales de Uribe Vélez propiciarán la per­ secución para las personas con pensamiento crítico frente a su administración, de izquier­ da, ecologistas y otros cuya libertad de pen­ samiento y expresión se supone que garantiza la Constitución de 1991 ? Sí No No sé > A su juicio de los últimos siete presi­ dentes colombianos, ¿cuál pasará a la historia como el peor? Turbay 78 - 82 Betancur 82 - 86 Barco 86 - 90 Gaviria 90 - 94 Samper 94 - 98 Pastrana 98 - 2002 Uribe 2002 - 2006

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> ¿Cuál como el mejor? Turbay 78 - 82 Betancur 82 - 86 Barco 86 - 90 Gaviria 90 - 94 Samper 94 - 98 Pastrana 98 - 2002 Uribe 2002 - 2006

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Por Mario A. Velasco Ciencia Política

Opinión / Una mirada histórica a los intentos de reforma

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En la historia política colombiana, los intentos por reformar las costumbres y el modelo político han sido múltiples y de di­ versos tipos. Desde 1936, con la llamada ‘Revolución en Marcha’, propuesta por el presidente López, el país se ha visto some­ tido a una reorganización, fundamentalmen­ te institucional. Sin entrar en el debate, en­ tre el logro o no, del cambio de las estruc­ turas políticas, es claro que ninguna de las aspiraciones se ha cumplido totalmente, te­ niendo otro denominador común, el arrai­ go costumbrista y continuista de nuestro propio sistema político, en el que el bipartidismo, de alguna manera, ha logrado que los momentos más dramáticos de nuestra historia reciente, no terminen modificando estructuralmente el país. En las última dos décadas, las reformas al sistema político (que han sido so­ bre todo al sistema electoral), vie­ nen generándose como avances democráticos, haciendo ilusionar a la población con la posibilidad de un cambio. A pesar de que se han establecido acciones democratizadoras, como la elección popular de alcaldes y gobernadores, así como los mecanismos de participación, inscritos en la Constitución de 1991, la realidad política no ha cambia­ do, y por el contrario el clientelismo, el excesivo incremento buro­ crático y una nefasta corrupción, se vie­ nen incrementando de manera acelerada.

Reforma política, en veremos

Aunque las críticas al referencia que más han trascendido a la opinión pública han sido las formales, una visión histórica permite evidenciar un transfondo común con otras iniciativas de este tipo: las refor­ mas no son estructurales.

El Referendo

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un falso imaginario político que es demasiado largo y confuso para la población común, la cual es la que va a decidir. Hasta ahora, estas son las críticas fun­ damentales que se le han hecho a este pro­ ceso, pero el tema aún trae otro nivel de consecuencias: con el referendo el Gobier­ no y en especial el Presidente, obtendrán mayor capacidad de m aniobra sobre el Congreso y con esto el poder para realizar sus políticas, al sentirse relegitimado por haber realizado lo que ellos lla­ marán una reforma política o por lo ¿El r e fe ­ menos su inicio, lo cual no es nada rendo obedece a cierto. Debe tam bién entenderse, una v e rd a ­ que el tema económico, es primor­ d era dial en el cuestionario de referendo, in te n c ió n de re fo rm a y que ante la confusión que éste pre­ e s tr u c tu r a l senta, puede generar la aprobación o es solo u na e s tr a ­ de normas en contra de los menos te g ia favorecidos. p o lític a del p re s id e n te Lo más dramático de este intento U rib e ? de reforma constitucional, es que, en el imaginario de la población, por lo el carácter costumbrista, tradicional y menos por un buen tiempo, quedará el sen­ continuista de la política colombiana timiento de que este gobierno llevó a cabo que se ha observado anteriormente para un cambio del sistema político, de su clase concretar una reforma constitucional. política y con esto de la sociedad, sobre lo El Gobierno entonces, produce una ini­ cual se ha expuesto que no es verdad. Esta ciativa, que se estudia en el Congreso estrategia política, juega nuevamente con y que de ser aprobada, en las plenarias la ilusión de una población necesitada de de Senado y Cámara, será votada por mejores condiciones sociales para su so­ la población. brevivencia y amplía la brecha entre unas simples modificaciones y un cambio real Ahora bien, el problema es que este de la política y sus estructuras. mecanismo, de llevarse a cabo, no con­ cretará cambios estructurales en la La reforma política, no debe ser un política colombiana, en primer lugar, tema más de quien detenta el poder en un porque el referendo es una acción para momento histórico, una sencilla política gu­ modificar asuntos concretos, y no múl­ bernamental, sino una verdadera acción tiples como los que propone; en segun­ que se concrete en una política de Estado, do término, los temas sobre los cuales esto es, que trascienda a los gobiernos hace cuestionamientos, son económi­ venideros y se incorpore como una nece­ cos, sociales y no estrictamente políti­ sidad social, que se estudie y plantee se­ cos, lo cual complejiza aún más el pro­ riam ente# pósito de cambio, y, en tercer lugar, por­ “una convocatoria que se hace al pue­ blo para que apruebe o rechace un pro­ yecto de norma jurídica o derogue o no una norma ya vigente”. Sin embargo, si se entiende políti­ camente el referendo actual, se puede afirmar, que es el síntoma real de la imposibilidad de una reforma política seria desde el propio sistema político (una autorreforma institucional), dado

UN CO N toío, Número 2, 2002

Los últimos dos gobiernos, han busca­ do llevar a cabo la reforma política, por medio del Congreso, y en los dos casos (por diferentes circunstancias) no se ha conse­ guido. Por otra parte algunas propuestas sobre el tema se han hecho desde grupos políticos, que han presentado la iniciativa de un plebiscito, el cual no ha pasado de ser más que una experiencia, algunas fir­ mas y en algunos casos una herramienta electoral, para acoger simpatizantes. Pero, ¿qué es el tan sonado referendo?, en principio es un mecanismo de par­ ticipación democrática de la ciudadanía, establecido en el Artículo 103 de la Consti­ tución, reglamentado posteriormente en la .ey 134 de 1994, donde se define como

POLITICA /11


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Opinión / Alternativas de Por Camilo Valbuena resistencia frente a la Ciencia Política globalización o L. J

POLÍTICA /12

Movimientos sociales

UN CON texto, Número 2, 2002

En el inmenso mundo domi­ nado por la globalización, la lucha por la vida resurge y se materializa en las esfe­ ras del multiculturalismo. El conflicto es una de las característi­ cas fundantes de lo social, es el protago­ nista de las prácticas humanas signadas por las guerras, el diseño de armas de destruc­ ción masiva, la apropiación de lo geográfi­ co, la pregunta por el Estado; pero más aún, en la dimensión de lo cotidiano, el mundo del trabajo y las pasiones más íntimas de cada universo personal. Unos cuantos se­ gundos del relato humano, el instante pre­ sente, encuentran un ethos complejamen­ te definido por una interacción más densa entre sujetos hijos de las más diversas sub­ jetividades. Con la globalización se escriben nue­ vos renglones del conflicto en la historia universal. Para explicarla aparecen ideas imaginadas unívocamente, como proceso inexorable, lineal y evolutivo; el fin de la historia según los menos, que reduce la compenetración de los mundos a una ideo­ logía: el neoliberalismo. La globalización así entendida queda resuelta en el saber tecnócrata, su culto a la competitividad y una libertad igual a consumo, y un consumo restringido al valor de cambio. Sistema mundo, sociedad teledirigida, era de la información, imperio... en el nue­ vo orden mundial el poder se reconfigura. Las decisiones políticas se centran en ins­ tituciones de gestión trasnacional, aniqui­ lando cualquier espacio de disertación, emitiendo recetas para todo malestar so­ cial infuncional, acogidas en espacios lo­ cales de participación, sin discutir los con­ tenidos que responden a un concepto de lo público. Esta Sociedad Civil asiste al es­ trecho momento de interlocución que ofre­ ce la democracia liberal. El saldo social es de 1300 millones de personas que sobrevi­ ven con menos de un dólar al día, y en 20 años, de 8.000 millones de habitantes de los cuales el 85 por ciento tendrá un nivel de vida precario, tal como lo señala el in­ forme de Amnistía Internacional del 2001. Algunos, sin embargo, le apuestan a la vida. Persisten en todo el mundo humanos inconformes que se reúnen y se escuchan, se agrupan y se movilizan. Ante el carác­ ter de la dominación, los movimientos so­ ciales se articulan no en forma incluyente sino resistente.

en los discursos del poder

C a m p a m e n to p e rm a n e n te p o r la d efen sa d el bosqu e tr o p ic a l. M in d o , E c u a ­ d o r I Foto: C a m ilo V a lb u e n a

¿Como afrontar entonces el reto de la globalización? Articulando iras de la resistencia sin limites en lo territorial, pero iras definidas constantemente a partir de un diálogo referente a una experiencia particular con el espacio. Los movimientos de resistencia global se han hecho visibles a través de una apuesta por lo simbólico y por las iras comunes como estrategia de identidad y de convocatoria. Se pueden distinguir varios momen­ tos en que se potencia: En 1993 se rea­ lizan los Encuentros Intercontinentales por la Humanidad y contra el Libera­ lismo, organizados por el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional, EZLN, fírme opositor al Nafta. El 30 de no­ viembre de 1999, el movimiento con­ grega a 50.000 personas de todo el mundo en Seattle, levantándose con­ tra la ronda del milenio que intentó celebrar la OMC. La movilización con­ tinuó en Davos, Bangkok, Washington, Praga, Niza, Québec, Gotem burgo, Barcelona, y Génova, y sé sitúa en con­ tra del FMI, el Banco Mundial, OMC, Unión Europea, ALCA o, como el Foro Social Mundial de Porto Alegre, en opo­ sición abierta al Foro Económico Mun­ dial, de Nueva York. El movimiento se consolida en lo global y lo local simultáneamente. Va­ rias iniciativas llegan a consolidar re­ des de gestión en las cuales las alter­ nativas a la globalización capitalista se realizan en el ejercicio de resistencia, tal como las apropiaciones del Movi­ miento Sin Tierra y las tomas de los Okupas, que son proyectos de retomo

a un campo con futuro de modestas agru­ paciones locales, o el diseño y aplicación de talleres para aprender a leer y escribir. Otras como el EZLN, transitan por una ética distinta, la de la confrontación arma­ da por un ejercicio democrático radical en el diálogo sin represiones. En palabras del subcomandante Marcos, «la Lucha por des­ aparecer». Los colectivos que forma el movimien­ to de resistencia se articulan globalmente por internet, congregando y denunciando en c e n trale s de in fo rm a c ió n com o indymedia.org, nodo50.org y rebelión.org. Entre los grupos más reconocidos están Attac, Green Peace, Global Trade Watch, Oil Watch, Amazon Watch, Via Campesi­ na, Focus en Global South, Drop the Debt y los Monos Blancos. En Ecuador se vive un capítulo de esta lucha en el bosque nublado de Mindo con­ tra las petroleras Repsol, Yps, Agip, Oxi, Kerr McGee y Pérez Companc, el gobier­ no de a dólar y los jueces a sueldo del Oleo­ ducto de Crudos Pesados, OCP. Acompa­ ñados por el campamento permanente de Quito por la justicia social y la dignidad de los pueblos, convocado por la Acción Glo­ bal De los Pueblos (AGP), los habitantes de Mindo y compañeros de diferentes par­ tes del mundo resisten viviendo en los ár­ boles del bosque protector, al lado del oso de anteojos, la neblina y los trabajadores de la carretera que traerá los tubos con que la OCP proyecta atravesar este eco­ sistema campeón en biodiversidad. La lu­ cha se da en todas estas dimensiones, ra­ zón por la que soldados antimotines en buses de la OCP desalojan y destruyen las plataformas de los árboles. Los volunta­


POLÍTICA /13

rios, los Ruskis, son procesados y encarcelados una y otra vez; o de­ portados si son de otra nacionalidad. Sin embargo, Mindo resiste. En Colombia estas lecciones tie­ nen escasa difusión. Las opciones de convocatoria y articulación diva­ gan entre gigantescos seminarios nacionales que congregan a la bu­ rocracia de la retórica de lá paz o los tropeles que queman energía sin correspondencia en interlocución po­ lítica. Otros, los invisibles, siguen en la resistencia. En Arauca los u'w a hacen retroceder a la Oxi, los raspachines del Putumayo proponen al-

«Persisten en todo el mundo huma­ nos inconformes que se reúnen y se escuchan, se agru­ pan y se movili­ zan. Los movi­ mientos sociales se articulan no en forma incluyente sino resistente». temativas a los cultivos de coca, jó ­ venes lideran proyectos de sobera­ nía alimentaria mediante el retomo al campo. Es necesario escuchar un poco más a los ausentes de la historia ofi­ cial. El reto de la convocatoria se asume en la guerra de los símbolos, resignificándolos y cambiando las prácticas culturales; en el ejercicio de la resistencia, para incidir en los discursos dominantes y subvertir el poder. Se actúa en conjunto agluti­ nando realidades diversas que se en­ cuentran en la m ovilización. Los enemigos son comunes, identifica­ dos y su forma de atacar es homo­ génea. Un ejército de compañeros de todas las nacionalidades crece en silencio. Los que dominan aumen­ tan la represión, porque saben que lo que está en juego es el orden so­ cial. Llevan al delirio la manipula­ ción mediática, imaginan leviatanes globales y exhiben su poderío de des­ trucción delatando al fin el miedo ante la incertidumbre. Para los otros, los más, la resistencia es la feliz incerti­ dumbre, la fiesta del todo por hacer, ucha por la vida, el derecho a las utopías♦

Opinión / Las voces del paro A llí estuvimos el 30 de octubre, en las calles, con una p e ­ queña grabadora, buscando esas vo­ ces que se pierden, como si el viento se las llevara hacia el pasado, como si pocos quisieran escucharlas.

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Por Juan Carlos Pérez, Literatura ¿Cuántos marchábamos? Es difícil sa­ berlo, porque a nuestro lado estaban pre­ sentes los 84 trabajadores pertenecientes a la USO que, según denuncian sus com­ pañeros, han sido asesinados por el Esta­ do tras oponerse a la privatización de Ecopetrol. También caminaban los maestros, estudiantes, obreros y campesinos que han pagado con su vida el delito de querer un país mejor. Por eso sé que éramos muchos más de los que parecíamos. “En este pueblo, todo aquel que se atre­ va a contradecir las políticas, el modelo económico, los organismos represivos del Estado, corre el riesgo de ser judicializado, despedido, asesinado”, asegura Joaquín*, sindicalista de la USO . Y otro le respon­ de: “nos marchitan una flor, pero con eso no acaban la primavera”. Quizás por eso, ante la pregunta: ¿por qué la gente no sale masivamente a mar­ char? Pedro*, estudiante del colegio Esta­ nislao Zuleta responde: “por miedo a las represalias que tenga el gobierno”. Pero también es cierto que no es solo el miedo, es también la falta de información y de cla­ ridad frente a lo que realmente pasa. Los grandes medios de comunicación juegan un papel muy importante en la desmovili­ zación de la gente. “Como estudiante los ve uno como el medio de recreación, pero cuando se pone a pensar que detrás de esas cámaras, de esos periódicos, hay fuer­ zas políticas moviéndose, uno comprende lo que es la manipulación de la informa­ ción”, afirma Freddy*, estudiante de CED Pablo VI de Kennedy. Es también claro que para enfrentar las políticas del gobierno y la desinformación de los medios hace falta un trabajo político porque, como me dijo Clara*, trabajadora de la salud: “mientras el pueblo no tenga conciencia, mientras no se haga un traba­ jo político, el pueblo no saldrá a las calles m asivamente”.

Ingeniosas consignas como estas denun­ ciaban la realidad: “¡El gobierno de Uribe es paraco.. para continuar con el hambre, para continuar con el desempleo, paraco... ntinuar con la represión!”. La sonrisa que nos cau­ saba agitar estas consignas nos llenaba de energía, logrando unidad entre los marchan­ tes, al comprender que existe un rechazo general frente al gobierno. El balance, desde el optimismo tan pro­ pio de los luchadores populares (porque para ejercer esa difícil labor en este país se ne­ cesita mucho optimismo), es positivo. «En el caso de los estatales (trabajadores) con­ sideramos que es un éxito, en el caso del resto de la población, entendemos que es un proceso, que esta jornada es una de las mu­ chas que tenemos que hacer», analiza Joa­ quín. Un trabajador perteneciente a Sintracueducto comenta: “el pueblo está decidiendo dejarse de pendejadas, y entendiendo que lo importante es la unidad”. Ojalá, escuchára­ mos el llamado de una trabajadora del San Juan, hospital que lleva tres años en resis­ tencia, defendiendo el derecho a la salud; ella dice: “Quiero que la gente se organice mucho más para que el próximo (paro) sea mucho mejor”. El balance general que deja la marcha es positivo, puesto que se han unificado en cierto grado sectores sociales (sindicalistas, trabajadores, sector educativo, ong, vende­ dores ambulantes) en un rechazo a las polí­ ticas antidemocráticas gubernamentales en medio de un estado de conmoción interior en donde el autoritarismo prima sobre el derecho. Entre las entrevistas recogidas existen planteamientos comunes frente a la necesidad de que la gente conozca y sea conciente de las causas reales de los pro­ blemas del país, esta movilización es un paso lleno de esperanza, en busca de condiciones dignas de vidaé * L as fuentes p idieron que no se publicaran sus n o m ­ bres reales.


Por Luis Jairo Silva y Luz Fabiola Cárdenas* Universidad Distrital

Reseña / Alternativa agroecológica para el uso racional del suelo

MEDIO AMBIENTE /14

Agroforestería, por la diversidad y la productividad La plantación de especies agrícolas o forestales sembradas como monocultivo, presentan dificultades en la producción, ya que las plagas o enfermedades van a afec­ tar potencialmente a todas las plantas, te­ niendo en cuenta que pertenecen a la mis­ ma especie. La ganadería en terrenos de vocación forestal, además de compactar el suelo, con el tiempo produce erosión y de­ teriora el ecosistema. La A groforestería com bina especies forestales y agrícolas, y especies pecua­ rias que hacen más eficiente el proceso productivo. La mayor diversidad, producto del cultivo de diferentes especies, contri­ buye al aumento de insectos benéficos que controlan las plagas y disminuyen la inci­ dencia de las enfermedades en campo por la barrera que representan las mismas plan­ tas. Al tener varios estratos de copas, se reduce el impacto de las gotas de lluvia sobre el suelo, disminuyendo significativa­ mente el proceso erosivo.

La convivencia de especies agrícolas, forestales y p e­ cuarias se constituye como una estrategia para mejorar la producción en el campo, para la sustitución de culti­ vos ilícitos y la conserva­ ción del suelo.

UN CON texto, Número 2, 2002

La d iv e rs id a d d is m in u y e los rie s g o s d e p la g a s , e n fe r m e d a d e s y ero s ió n y fa v o re c e una m a y o r pro; d u c tiv id a d .

En el ámbito económico, los sistemas agroforestales hacen más eficiente el uso del suelo, considerando que el área utiliza­ da originalmente para una plantación ho­ mogénea, puede ser empleada para la pro­ ducción de especies agrícolas, forestales y pecuarias; situación que mejora los ingre­ sos y garantiza la sostenibilidad alimenta­ ria, especialmente a los pequeños produc­ tores. De otro lado, la implementación de estos sistemas contribuye con la conserva­ ción de los suelos y sostenibilidad de la producción en sectores de vocación fo­ restal.

Los sistemas agroforestales pueden ser implementados como una estrategia para el mejoramiento de la producción y el rendimiento, además de proporcio­ nar la oportunidad de generar resulta­ dos con menos utilización de agroquímicos y consecuentemente disminución en los costos de producción. Los culti­ vos agrícolas, con baja o nula utiliza­ ción de agroquímicos y aplicación de extractos de plantas para el control de plagas y enfermedades, pueden acceder a los mercados de productos verdes en los que los precios son más altos.

Del 68 por ciento de los suelos del país (aproximadamente 75 millones de hectá­ reas) de vocación forestal, 45 millones están cubiertos por bosque y 30 millones están desprotegidos; causando erosión y pérdidas económicas, e inundaciones en el invierno y déficit hídrico en el verano. Una alternativa para el uso de gran parte de estos suelos es la implementación de sistem as agroforestales. De las cifras mencionadas anteriormente 163.000 hec­ táreas de suelos de vocación forestal es­ tán siendo explotados con cultivos ilíci­ tos. Teniendo en cuenta que en los siste­ mas agroforestales se plantean ciclos pro­ ductivos con especies diferentes con di­ versos plazos de producción, estos siste­ mas pueden representar una estrategia en la sustitución de cultivos ilícitos; con­ siderando que las áreas en las que se es­ tablecen estos son óptimas para los sis­ temas agroforestales y la posibilidad de generación de ingresos para los produc­ tores. En la actualidad los asesores de estos cultivos son en su mayoría especialistas en una sola área: veterinarios, zootecnis­ tas, agrónomos, forestales, biólogos, etc. Es por esto que la Universidad Distrital Francisco José de Caldas esta promovien­ do un diplomado en Agroforestería, cuyo objetivo primordial es lograr que los es­ pecialistas en cada área, conozcan los componentes de los sistemas agrofores­ tales, mediante clases teóricas y prácti­ cas en diferentes pisos climáticos ♦ In fo rm e s : te l: 3 3 7 6 8 9 4 / 3 3 7 6 6 4 8 . E - m a i l: l u f a c a t o @ h o t m a i l . c o m . lsilva@ fenix.udistrital.edu.co *L uis Jairo Silva H. es ingeniero forestal y Luz F ab io la C árdenas T. es ingeniera agrónoma. A m ­ b o s son d ocentes de U niversidad Distrital.


r Por Rodrigo Estrada Español y Filología Clásica

conocim ientos hay que tragarlos con apetito.

Anatole France

Opinión / Repaso a los vicios de la enseñanza

EDUCACIÓN /15

Las alas amputadas de los estudiantes La e d u c a c ió n tra d ic io n a l ha p e rm itid o q u e se d e s ta q u e n los e s tu d ia n te s q u e log ran e n c a ja r en sus e s q u e m a s v e r tic a le s e in c u e s tio n a b le s . P ero ¿qué p ueden h a c e r con lo ap re n d id o -si es q u e lo re c u e rd a n los ju ic io s o s y los d e s ju ic ia d o s , años d esp u és , c u an d o e n fre n ta n e l m undo re a l? / Foto: P rensa e s tu d ia n til

que fue mi primera frustración? o ¿por qué, en vez de estar tratando todo el tiempo de que nos sentáramos bien, nos peináramos, nos cortáramos las uñas y embetunáramos los zapatos, no nos presentaron al divino Odiseo para que nosotros descubriéramos luego que era el mejor ejemplo de señorío y pruden­ cia a seguir? El profesor de filosofía trataba de hablar lo más enredado posible, hacién­ donos creer que la filosofía era como mirar a través de un vidrio opaco. Bien lo dijo el gran Brandabarbarán de Bo­ liche, que la labor del filósofo no debe ser sacarle los ojos al estudiante sino abrírselos. La historia debe ser más que una cantidad de fechas que pon­ gan a prueba la memoria, y la geogra­

fía no tan solo un catálogo de montañas, golfos y penínsulas. Al ver la historia tan aburrida, la filosofía tan enredada, las ma­ temáticas tan frías, la geografía tan am­ plia, la literatura tan larga y sin dibujos, y así casi todas las materias, el estudiante tiene dos opciones: o se somete al profe­ sor y a la verticalidad de esa relación, o pierde por completo el interés por el juego. Cualquiera de las salidas es detestable. Nunca descubrirá lo admirables que pue­ den ser esos mundos. Suele suceder que los estudiantes en la universidad sienten que ya aquello se ha superado. ¡Pues no! Estar en la universi­ dad, y hablo de la Nacional concretamen­ te, aunque nos da muchas ventajas acadé­ micas y culturales, no nos saca de la cloa­ ca en la que estamos metidos. Los más destacados siguen siendo tan solo los más obedientes, sumisos y conformes; los más inquietos, desvergonzadamente, se pasan al otro extremo y se convierten en los más revoltosos. Los vicios que trae consigo la educa­ ción ‘superior’ son tan solo la continua­ ción de los del colegio... Muy sabio aquel duque Pentapolín de Trapisonda que solía decir que la universi­ dad pulía las piedras pero también opaca­ ba los diamantes. Si usted, al igual que yo, no comprendió la afirmación, creo que es­ tamos en el lugar indicado ♦

UN CON texto, Número 2, 200?

Cuenta Ernesto Sábato, cómo Pedro Henríquez Ureña, humanista nicaragüen­ se que fue su maestro de adolescencia, no descuidaba ningún tema sobre lo humano, y de este modo solía estar muy atento a los aportes que pudiera hacerle cualquiera de sus alumnos de bachillerato. La imagen que yergue Sábato de aquel maestro, en su li­ bro de ensayos Apologías y Rechazos, me parece tan sorprendente, tan lejana a lo que normalmente se vive en el medio educati­ vo, que no puedo evitar mirarlo como un pasado mítico. Tristemente, el panorama educativo vigente es desolador. Tratemos de recordar aquel momento, quizás repetido, en el recreo o descanso, cuando aún estudiábamos en el colegio. Alguno de los compañeros, el menos tole­ rante, con un poco de rabia, mirando el re­ loj y notando que faltaban tan solo dos mi­ nutos para que sonara el timbre que indi­ caba que comenzarían dos largas horas de clase de español, pronunciaba lo que se escribirá seguidamente: “¡Jueputa!, ¿quién se inventó el estudio?”. En medio de este ambiente que aún se vive y que, sospecho, en mucho tiempo no va a cambiar, suelen surgir los llamados ‘buenos estudiantes’. Hacen todas las ta­ reas, procuran no hacer mucho ruido y al final del bachillerato llevan una gran ale­ gría a su casa: el mejor Icfes. Muchos de ellos también pasan en la UN, estudian In­ geniería, Medicina, o Sociología, son exito­ sos y a los treinta y cinco años... ¡tenga su patada! Error: nadie le dijo que la vida gol­ peaba duro. El colegio dejó una gran cantidad de datos, que como dice Estanislao Zuleta, afortunadamente se olvidan porque para nada sirven; por el contrario, nunca ense­ ñó cosas verdaderamente estimulantes, que nos interesaran por nuestras dudas de mo­ mento. Un ejemplo: ¿por qué a mí no me contaron que por allá en tiempos del César romano; había un señor que se llamaba Publio Ovidio Nasón, y que había escrito un libro llamado El arte de amar que me podía enseñar cómo conquistar a aquella

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7

r Opinión / No todos los que quieren pueden estudiar en Colombia

Por Milton Castro

EDUCACIÓN /16

Según la Encuesta Nacional de Ho} 2002, la población en edad dt 3 T 7 4 L 000 personas, la poblacic activa es de 19’950.000, el númen 16 ’374.000 y el de desocupados e tasa global de participación es de i esas condiciones económicas, ¿quU a la educación supe

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UN CON texto, Número 2, 2002

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Tal vez a algunas personas les parece que hablar de exclusión en el actual con­ texto, no es más que un acto de infantilis­ mo, o de sustento paternalista, ya sea por parte del Estado o por parte de algún «be­ nefactor» bonachón. Sin embargo, no me extenderé en tratar de dar explicaciones largas, extensas y panfletarias, sino en ubi­ car algunos indicadores sacados de las ci­ fras oficiales que, bajo una óptica critica, cobran relevancia.

No podemos dejar de resaltar el papel de sometimiento que cumple el sector fi­ nanciero en el actual esquema. No hay mejor ejemplo que el Upac. Bajo esta for­ ma se ha subyugado al pueblo colombia­ no, esclavizándolo con la esperanza de ‘la casa propia’, bajo esta forma hemos visto cómo lo que alguna vez fue un sueño hoy no es más que una absurda pesadilla, tan real, que no solamente se han quedado sin el inmueble por el cual trabajaron varios años (o toda su vida) y por el cual debie­ ron restringir sus posibilidades de consu­ mo y bienestar; sino que, además, se han quedado endeudados con el banco, que si­ gue parasitando los ingresos individuales y familiares para garantizar los niveles de rentabilidad defendidos ferozmente por el establecimiento. Ni qué hablar del papel político que cumple el endeudamiento ex­ terno como forma de expoliación de paí­

ses dependientes como este, supuesta­ mente, con la finalidad del crecimiento eco­ nómico y el desarrollo en infraestructura que reclama el ‘progreso’ de las fuerzas productivas del país. Este punto es importante, ya que se ha promovido últimamente la financiación de la educación superior por medio del en­ deudamiento (invidual-familiar) como una alternativa novedosa y deseable, que como ya se ha dicho, no es otra cosa que la venta de una ilusión muy difícil de rea­ lizar en la actual sociedad. Para nadie es una noticia nueva, el hecho de que un tí­ tulo profesional no garantiza ni siquiera un leve mejoramiento en los niveles de in­ greso. Mucho menos, significa la posibili­ dad laboral como un objetivo mínimo de dicha ‘inversión’ económica. Es así como además de constituirse las matrículas en una forma abierta de exclusión, también se constituye, por tanto, en una forma obsoleta de expoliación y bajo la promesa de un ‘futuro profesional’, se hipoteca el poco y casi nulo incremento en el ingreso prometido con el ‘título’, ligado por supues­ to a esa estructura de consumo mentó, carro, beca y corbata) que c de por sí, el ser ‘profesional’, blar de las universidades e i tecnológicas de ‘poco pe penas certifican una que otra


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EDUCACION /17 90 I 00 1

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Hogares, para enero del d de trabajar es de ición económicamente ñero de ocupados es de )s es de 3 ’576.000. La de 62.9 por ciento. Con quiénes pueden acceder upe rio r?

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privilegio, producto de la crisis económica que atraviesa el país, lo que acentúa aun más el proceso de exclusión de los secto­ res populares en dichas instituciones, en una competencia desigual entre el sector ‘público’ (estatal) y el ‘privado’(con re­ cursos). Desigualdad que se manifiesta de múltiples formas en la baja calidad de la educación estatal primaria y secundaria y en la alta demanda de la educación esta­ tal superior. En la universidad, el ingreso por con­ cepto de matrículas, que producto de la lucha estudiantil no se ha incrementado en lo presupuestado desde la creación de la Ley 30 de 1992, y que se estimaba alre­ dedor del 30 por ciento del presupuesto general de la Universidad en el espacio del pregrado; de todas formas alcanza cer­ ca de 4 por ciento del presupuesto global, sin incluir las matrículas de posgrado que, haciendo cuentas por encima, son 187 pro­ gramas, con un promedio de 25 estudian­ tes, o simplemente calculando los 2960 estudiantes matriculados para el primer semestre del 2001, por 7 salarios mínimos nos da: 6.228’600.000. Esto ya permite ubicar las cifras aproxi­ madas que se manejan, tan sólo en la Uni­ versidad Nacional. Estos recursos ingre­ san por medio del rubro venta de servi­ cios y utilidades de la deuda. Es importan­ te recalcar que el componente actual de autofinanciación ya ha alcanzado en oca­ siones el 35 por ciento del preupuesto glo­ bal. lo que sitúa a la UN como una de las 50 empresas más rentables de Colombia. Por otra parte, mirando el dato de ins­ critos para la Universidad Nacional, que son aquellos que lograron conseguir los 40.000 para la inscripción (lo que deja de lado a un buen conjunto de la población), en la sola sede de Bogotá se inscribieron para cursar el primer semestre del 2002 cerca de 80.000 personas, de las cuales no ingresa ni siquiera el 7 por ciento. Ah, el proceso de inscripción deja tam­ bién buenos ingresos, aproximadamente en el año son 70 mil los inscritos para el pri­ mer semestre y 50 mil para el segundo, lo que nos da por encimita, anualmente 4.800

Total 5.580.184 5.7X1 ,(J77

millones de pesos, por tan solo permitirles presentarse a la ‘prestigiosa’ Universidad Nacional. Es fácil ahora identificar que aquellas familias que se sostienen con menos de 2 Salarios mínimos mensuales (más del 90 por ciento), jamás lograrán acceder a los denominados posgrados y demás figuras de ascenso escolar ofrecidas por las ins­ tituciones de educación superior; sin em­ bargo, cualquier universitario sabe lo que implica ser un profesional sin ‘especialización’ y por supuesto sin experiencia la­ boral. Por supuesto, los desocupados y desempleados ni siquiera pueden soñar con el acceso a un proceso de formación profesional. Para no extender demasiado el análi­ sis me gustaría que la gente observara los niveles de exclusión que se derivan de la distribución del ingreso más o menos es­ bozados en las tablas, al igual que la dife­ renciación real entre hombres y mujeres con relación a éste, ya que se nos habla de la igualdad de condiciones de género y que se muestra en cabeza de una minis­ tra de educación que viene a feriar lo poco que queda del sector estatal y a vender la gran propuesta de una “Revolución Edu­ cativa”. ¿Explotación educativa? También vale la pena resaltar que estas cifras cobijan principalmente la población urbana, por­ que la situación laboral y de distribución del ingreso en lo rural es mucho peor. ¿Quiénes pueden entonces ingresar o sos­ tenerse en las actuales circunstancias y condiciones? ¿No resulta entonces que lo que se esconde en últimas es un proceso de exclusión y explotación más? No faltará quien siga afirmando que es un problema individual por falta de ga­ nas y/o capacidad de ‘autosuperación’, o sino mire el “sí se puede” de la Copa América, Pop Star, Pedro el Escamoso, Protagonistas de novela, Quién quiere ser millonario y demás chupos de entre­ tención; mientras, se vende el cerrejón, se privatizan las empresas de servicios pú­ blicos, se aprueban impuestos de guerra, se masacra la población y se cierran hos­ pitales, colegios y universidades. Sin embargo, algunos entendemos lo profundamente político del trasfondo de tan importante discusión. M antener un pueblo en la ignorancia es una forma de continuar la dominación y facilitar la ex­ plotación ♦ 1. T om ado de eIem pleo.com , m arzo de 2002

UN CONítx/o, Número 2, 2002

para un mercado laboral en sobreoferta y generalmente desfazados de las necesi­ dades del capital. “La educación superior se ha conver­ tido en un negocio bastante interesante para algunos países desarrollados. En ge­ neral los países de la OCDE (Organiza­ ción para la Cooperación y el Desarrollo Económico) ingresan unos 15.000 millo­ nes de dólares anualmente por las matrí­ culas de los extranjeros” 1 Ahora bien, el negocio en Colombia en este punto es ma­ nejado por las entidades ‘educativas’ pri­ vadas, quienes pueden estar facturando una matrícula promedio de 1 millón 700 mil, en un mercado que cuenta con cerca de 580 mil estudiantes según las cifras de planeación, el 67 por ciento y aproxima­ damente el otro 33 por ciento (290 mil) es cubierto por el sector estatal. Esto nos da un valor aproximado de 900 mil millones, aproximadamente unos 380 millones de dólares, que mueve la in­ dustria privada de la educación superior en Colombia, o en la industria de la ‘dis­ tribución simbólica especializada’, que por cierto, es controlada principalmente por las entidades financieras, quienes son en última instancia las que definen la posibi­ lidad real de estudiaren una ‘universidad’ en este país; porque en lo que respecta al sector estatal, ese 33 por ciento es infla­ do por la cifra de la formación técnica y tecnológica. La cifra global no llega si­ quiera al 20 por ciento que son cerca de 130 mil estudiantes, los que resultan un sector privilegiado que cuentan con un sub­ sidio estatal materializado en la oferta de cupos de las universidades estatales (que insisten en denominar como públicas), este sentido, este ‘subsidio’ ha lle'clase media’ (léase pequeña irocracia) a pelearse este

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Reseñas / Eventos académ icos

En 1992 se daban cita más de mil delegados de distintos países de Lati­ noamérica en los recintos de la U N, Bogotá, para el I Eles (Encuentro Lati­ noamericano de Estudiantes de Socio­ logía) De lo que se trataba, intuían los organizadores de entonces, era de re­ tomar la noción de Latinoamérica, an­ darla y conversarla, describirla e inter­ pretarla y en medio de todos esos ca­ minos, transformarla. Hoy, una década después, si alguien pregunta por los derroteros de esos hombres y mujeres quizás se encuen­ tre con nuevos procesos de asumir lo regional, lo urbano, la noción de sujeto, los estudios culturales, y claro, muchos de ellos andarán fraguando utopías en­ tre los levantados sociales de estos días. Pero el objetivo puntual del Eles, la bús­ queda y creación de la noción de latinoamericaneidad, se fue diluyendo en los siguientes años. Este año el Eles y el Felaa se reali­ zaron en Quito. Las expectativas ha­ cían pensar que del camino recorrido por la Sociología y la Antropología po­ dríamos ir definiendo un proceso de encuentro construido y hecho por no­ sotros. Sin embargo, triunfó la inercia de la incertidumbre que invade la So­ ciología. Latinoamérica se mostró des­ hecha. A pesar de la coyuntura de le­ vantamientos y protestas que la carac­ teriza hoy, los sociólogos prefirieron dis­ cutir sobre la vigencia de Canclini. Los auditorios y salones dispuestos para el

VI Encuentro Latinoamericano de estudiantes de Sociología

F oto : D e n is R o jas

evento no incluían la posibilidad de un espacio colectivo de discusión que die­ ra claves de lo latinoamericano. Y en­ tonces nuestra América aquella de la que habló Martí apareció (en las char­ las informales, en los recorridos noc­ turnos, en la música y los barrios de Quito) llena de sentido en sí misma. Dar cuenta allí de la realidad y del es­ tado de la sociología en el continente salvó el Eles, el encuentro nunca es en vano.

UN CONterto, Número 2, 2002

Encuentro Nacional de Estudiantes de Historia Unos cuarenta estudiantes de His­ toria de la sede de Bogotá de la UN, de los cuales 13 fueron ponentes, par­ ticiparon en el II Eneh que se realizó en la Universidad de Antioquia entre el 20 y el 23 de agosto de 2002. Se escucharon los nuevos aportes investigativos a partir de ponencias comentadas por estudiantes de dife­ rentes universidades. Los enfoques abordados fueron bastante amplios: historia colonial, económica, ciencia y tecnología, política, militar, arte, medios de comunicación. Las fuentes de ar­ chivo como insumo de los textos se hicieron presentes, invitando a nue­ vas investigaciones que exploren mi­ nas documentales como la oral o in­ cluso la literatura. Igualmente, se realizó un panel cen­ tral sobre la enseñanza de la Historia y la situación de la Educación en Co­ lombia desde una perspectiva históri­ ca, como elemento fundamental para la construcción de un nuevo país. Tam­

EDUCACIÓN /18

bién se llevó a cabo una Asam blea Nacional de Estudiantes de Historia, en la cual se discutió acerca de la si­ tuación de las carreras y cursos de His­ toria en las universidades participan­ tes. Las críticas también aparecieron. Entre otras, se dijo que el espíritu de diálogo se redujo a conversaciones ais­ ladas, es decir, las conclusiones no sur­ gieron como resultado de debates entre ponentes y participantes, sino como propósitos predeterminados que versaron sobre proposiciones concre­ tas ya realizadas de textos, técnicas, pedagogías, enfoques y posturas que nutrieron la disciplina histórica en re­ lación con otras ciencias sociales. Se está en espera de elegir a la próxima sede del evento. La Universi­ dad Javeriana de Bogotá ha pasado un proyecto que se espera sea aprobado lo más pronto posible. De ser así, el III Eneh se realizaría en el 2004 en Bogo­ tá ♦

Para eso como siempre hay que con­ versar y andar con los de ahora, los de antes y los de mañana, mantener la dig­ nidad, la confianza, la bondad y la pa­ ciencia como principios básicos para asumir nuestra experiencia y nuestra ca­ pacidad de impresionarnos. Lo político es la acción de la capacidad de asom­ bro, la voluntad de poder desde la com­ prensión, la capacidad de amar como causa y consecuencia permanente ♦

Simposio colombiano de Neurociencias Por Diego Forero, Medicina El 15 y 16 de agosto del 2002 se realiza­ ron en el auditorio principal del Instituto de Genética de la UN el I Simposio Colombia­ no de Neurociencias y la I Jomada Interna­ cional de Conferencias en Neurociencias, organizados por el Grupo de Investigación en Enfermedades Neurodegenerativas de la UN. En el evento participaron conferencistas y asistentes de las carreras de Medicina, Biología, Sicología, Física e Ingeniería de Sis­ temas de las universidades Nacional, Los Andes, Javeriana, La Sabana, Manchester, New York, Industrial de Santander, Rosario y el Instituto Nacional de Salud. El II Simposio se hará en el 2003 en la Universidad Javeriana y se planea la reali­ zación de la Red Colombiana de Neurocien­ cias. Así mismo, en marzo del 2003 se reali­ zará el I Congreso Colombiano de Bioquí­ mica y Biología M olecular♦ Inform es: daforerog@ yahoo.com


Por Rodrigo Estrada Español y Filología Clásica

Crónica/La sub 21, una mirada desde adentro

DEPORTES /19

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Cinco para las seis, madrugarle al

fútbol y a la vida Llega el día de la convocatoria y a uno ni se le pasa por la cabeza que aquel a quien nunca se le había visto, de guayos Tony y mirada huraña, es a quien se le abrazará un mes y medio después por haber logrado encontrar con su ayuda lo más sagrado, emocionante e importante, el gol. Es la primera prueba, se juega un parti­ do y allí se empiezan a sacar cuentas: ese está muy gordo, el otro es muy tronco, este es bastante indisciplinado y aqueste tiene una lesión jodida en la rodilla, la titular es mía. Bueno, no es tan fácil. El entrenador se llama Jhon Fáber Ló­ pez, es estricto y lo primero que exige es puntualidad. Yo creo que está muy acerta­ do, si se llega temprano a la cita, se llega temprano al balón. El fundamentador téc­ nico es Asdrúbal Arenas, es callado, muy discreto, para mí que algo se trae. Son se­ rios, y uno que fue como por no dejar, se siente comprometido al instante. Al otro día habrá que madrugar nuevamente. “Cinco para las seis empezamos” dice el profe y nos deja reflexionando sobre aquello de la puntualidad.

Las madrugadas

Sum amos y em pezam os a hacernos amigos y empezamos a ser ahora sí un equi­ po. El ambiente que se respira en los ‘én­ trenos’ es agradable y alguno de nosotros señala que la estamos pasando chévere. Dicen que acá en la Nacional no hay fut­ bolistas. Y va uno a ver y es verdad; lo que puede encontrar la gente en este equipo es la serie de personajillos llenos de mil gra, donaires: un paisa ventrílocuo, dos

Cada ocho días, contra renombrados equipos, la selección sub 21 de fútbol se bate en peligrosísimos duelos, donde además del partido, se juegan el ho­ nor y la fam a de la Uni­ versidad Nacional. ocañeros bien chistosos, el eslabón per­ dido, toda clase de cosas raras. Bien lo dice Valdano, un partido de fútbol es equivalente a tres semestres de estudios universitarios. El profesor insiste en que por la espalda no se debe agredir al contrario. El fútbol es así, un deporte noble, o eso pretendió ser des­ de el principio, es por eso que el fuera de lugar es la regla más antigua. Decía Albert Camus que lo poco que sabía de moral y responsabilidades se lo debía al fútbol. Todas estas cosas, quizás sin dar­ nos cuenta, las aprendemos al punto; es un deporte de conjunto, para que esto funcione hay que apoyar siem pre al compañero, guardarle siempre la espal­ da. Son principios básicos de vida que nos lega el fútbol. Un día cualquiera la mala fortuna nos agrede y volvemos a perder, y allí vienen las dudas: ¿por qué me jodo yo la vida levantándome a las 5 a.m. para ir a un lugar donde no la pasa uno ché­ vere? Pareciera que no le bastara a uno con la cantidad de problemas que muy bonitamente consigo trae la vida. Es un problema de voluntad: para ganarle a Millonarios primero tenemos

que ganarles a nuestros miedos y a nues­ tras limitaciones mentales. “Sábete, San­ cho, que no es un hombre más que otro si no hace más que otro. Todas estas borras­ cas que nos suceden son señales de que presto ha de serenar el tiempo y han de sucedemos bien las cosas; porque no es posible que el mal ni el bien sean durables, y de aquí se sigue que, habiendo durado mucho el mal, el bien está ya cerca”, le dice don Quijote a su fiel escudero Sancho Panza y qué razón tiene. Llega Millona­ rios, le ganamos y le damos un paseo que nadie cree porque esos de la Nacional son unos ‘romos’. Sí, seguro que tienen razón porque va uno a patear para un lado y sale el balón pa’l otro. Bueno, pero ya hemos aprendi­ do que para hacer gol hay que apuntarle al juez de línea, y así nos mantenemos en la pelea, en una cam paña sin precedentes donde equipos que antaño no nos dejaban ver una, se han visto sometidos bajo el yugo de esta poderosísima escuadra. Escuadra que conformamos todos, desde las directi­ vas hasta los tres o cuatro hinchas que nos acompañan sin falta a cada batalla. La labor no es fácil, el ‘entreno’ termi­ na y hay que correr a la clase y procurar no quedarse dormido, hacer la tarea, lavar el uniforme y dormir bien porque otra vez hay que levantarse temprano. Y ser fuerte aquí, allá y acullá. Qué lo mueve a uno a hacerlo: ser un animal pasional. Observen con suficiencia los gestos del rostro y los movimientos de los brazos en la celebra­ ción de un gol. Qué lo mantiene a uno: te­ ner en la balanza de la vida un platillo de razón que nos indique que hay que traba­ jar fuerte para sencillamente, no seguir sien­ do tan romos ♦

UN CONtexto, Número 2, 2002

Cinco para las seis el jueves, cinco para las seis el viernes otra vez, el sábado tam­ bién. .. y empiezan a desfallecer uno a uno los de no muy férrea voluntad, hasta que la cosa parece querer coger forma. Pero aún estamos lejos, viene Seguros La Equidad y nos empaca cuatro y nos hace ver como unos niños. El arquero llora. Hay que se­ guir entrenando, el torneo empezará en dos sem anas, no es tiem po suficiente para aprender a jugar fútbol, pero el DT se las ingenia y pone a cuatro jugadores inteligen­ temente seleccionados en la línea del fon­ do: el uno mide 1.60 mts, el otro sabe ju ­ gar... voleibol, el otro... tiene más carne un chorizo por el lado del nudo, y el otro está tieso de la cintura y es amotriz. Lo bueno es que saben pegarle y muy duro... a los contrarios. Con esto evitamos que nos hagan goles y los nuestros los hacemos de milagro o por error.

S e le c c ió n sub 21 de fú tb o l / Foto: K ■ A rc h iv o p a r tic u la r


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Crónica/ Delegación de Por Alonso Oviedo levantamiento de pesas en Equipo de pesas, UN Nacional U niversitario ¿Habrá alguno que levante más que yo, ese chiquito será más fuerte? Inquietud, nervios y vi­ vencias previas a la competencia, que mide los resultados de entre­ namientos, dietas y sacrificios. No es m isterio que la m ejo r p a rte del entrenamiento de levantamiento de pesas es la competencia. En realidad, todos los que una vez e n tre n am o s, lo hacem os p a ra com petir. Inicialmente, supongo, pensamos en vemos bellos, pero finalmente no podemos hacer nada contra el destino cruel que así no lo quiso. Las competencias son el verdadero baróm etro de lo que hemos alcanzado. Todos los quilos de antes tienen valor únicamente si pueden levantarse en una plataforma de competencia oficial. En competencia, el país sabe al fin lo que hemos estado haciendo durante varios años: enfrentar los temores, entrenar arduamente, ejercer la disciplina. Aunque las más de las veces, particularmente si vamos de visitantes, el país se enterará... de lo que hicimos en noches anteriores. ¿Qué hemos hecho nosotros los del equipo de lev a n tam ien to de p esas en e sta s ‘n oches anteriores’? Déjenme contarles aquello que en Barranquilla nos pasó.

DEPORTES / 20

Barranquilla Una jornada pesada en

L as p esa s le han re p re s e n ta ­ do im p o rta n te s triu n fo s a la UN / Foto: A rch iv o p a r tic u la r

Midiendo rivales El viaje fue particularmente bueno, porque a diferencia de todos los otros viajes, fuimos en avión y no en bus (no importa si el viaje es a Manizales o a Argentina, siempre es en bus. Supe de un grupo que debía ir a Cuba; no sé cómo termino eso). Bajarse en el aeropuerto es una experiencia in te re sa n te . Al lle g a r, se p u ed en ver las delegaciones de las otras universidades. Para algunos una experiencia agradable: los ganadores seguros, que pueden saludar a los dem ás y tra ta rlo s de ‘m u c h a c h o s’. Para otros, atemorizante: “¿Habrá alguno que levante más que yo? ¿Ese chiquito será más fuerte?”. Y para otros una reconciliación con el lado bonito de la vida: “Ah, he venido a disfrutar del deporte, porque por ningún m otivo voy a ganarle a ese mastodonte” . L uego de los reco v eco s logísticos, llegamos al hotel que nos acogerá por cuatro días: camas más duras que el piso de cerámica quebrada que cubre el cuarto, probablemente con fines ortopédicos; ventiladores cuyo trabajo está entre refrescar el cuarto y ahuyentar el humo que su propio motor produce, huéspedes muy amables pero un poco infecciosos (los murciélagos suelen ser más tranquilos que los ratones, y por ello, preferidos en los cuartos) y un televisor que distrae, particularmente, porque la señal deja la mayor parte a la imaginación. Hecho el reconocimiento, pasamos al control de peso. L a b alan za es im p lac a b le con la indisciplina. No importa cuántas veces haya dicho

uno al entrenador que estaba cuidando la dieta, comiendo solo frutas y agua, la balanza revelará las escapadas a las frita n g u e ría s del S a litre y la combinación de chicharrón y bandeja paisa ‘light’. Aquí comienza el calvario para muchos: no comer más que agua y regaños en casos extremos. Para otros solo comer ensalada, para otros con un poquito de carne; cosa que no es difícil en el restaurante del hotel: no dan mucha en todo caso. El beneficiado es el que está subiendo de peso, siem pre hay uno de esos. Los que no nos podemos entretener comiendo, nos entretenemos jugando. Los ju egos más ridículos, pero entretenidos sin duda, salen de los deportistas: el que más puños aguante en el estómago o cualquier otra parte que tape la trusa de competencia, o el que pueda vencer en combate a un com petidor de otro equipo, (si no ganamos dentro de la plataforma, lo hacemos por fuera). Los días de competencia son entre atemorizantes y aburridos. Ve uno a

UN CONtexto, Número 2, 2002

«La balanza revelará las escapadas a las fritanguerías y la com­ binación de chicha­ rrón y bandeja paisa (lighty»

los otros competidores, y sin importar lo bueno que uno sea, la intranquilidad no deja de venir. Se e n tre n a uno duram ente para generar confianza y una bu en a actitu d . Los m ejo res entrenamientos para algunos son pre competencia: levantan más peso con mayor facilidad. Para otros es el via c r u c is : se sien ten d é b ile s, atemorizados, torpes. Por supuesto, eso se pasa, particularmente gracias a la intervención del entrenador, que conoce bien los artilugios de la m ente del co m p etid o r. Los dem ás, los que esperan, pasan la mayor parte del día durmiendo. La m aleta está llena de libros, pero por alguna razón uno no sabe para qué sirven hasta que se regresa a casa. Finalmente, por las noches, la rutina del juego, de la relajación, llega. Y todo lo que pasó, bueno, que no pasó durante el día, fin a lm e n te tie n e sentido. Ciertamente el deporte de pesas es uno de los más herm osos que hay. Y la competencia un evento deportivo de im p o rta n c ia . Sin em bargo, probablemente exista una sola razón real para practicar este deporte: para que, alguna noche de competencia, un buen amigo le dé el mejor golpe de su vida, (créanm e, esos m iserables se superan cada año) y poder reírse hasta no poder más. Estoy seguro que ha valido la pena, y por cinco segundos que es una pena*


r Por Wilson Gutiérrez

^ Cuentos / Fútbol

DEPORTES / 21

León Tomó el balón de las manos de Lostau y sin mirar a Almeyda, que se había acercado tanto que pisa­ ba el punto blanco, lo puso en el césped después de apartarlo sua­ vem ente con la m ano derecha. Estaba tan absorto que no enten­ día lo que el paraguayo le decía, sólo pensaba en aquel remoto pe­ nal en la calle octava del Barrio Manrique, hacía ya más de diez años, cuando después de un parti­ do de tres horas y media, y llegada la noche, no hubo más remedio que disputar los dos millones de pesos a tiros penales. Patearon todos y él era el último, el quinto. Estaba verraco porque más de siete ve­ ces estuvieron por encima del mar­ cador y el loco siempre salía de su improvisado arco, dos ladrillos a cinco pasos, y siempre la perdía en un lujo y siempre les empata­ ban. Estaba puto con todo el mun­ do porque los doscientos del case los había conseguido empeñando la moto, que era lo único que te­ nía. Por eso, cuando le tocó pa­ tear el penal para definir el picao, pensó pegarle un puntazo a que­ marropa, que fuera a estrellarse allá en el almendro de la otra es­

quina, cosa que si ese hijueputa le metía la mano, no le quedara sirvien­ do ni el meñique. Y con esa rabia con­ tenida cogió la pelota, que le cabía en una sola mano, le quitó el casco que le faltaba poco para desprenderse, la co­ locó sobre la equis marcada con ladri­ llo sobre el asfalto, dio cuatro pasos atrás para tomar impulso sin mirar a nadie, y cuando cerraba los puños para emprender carrera, Patricia, la menor de las Rodríguez, gomosa del fútbol e hincha del Nacional, le gritó desde la azotea: ¡Paquete! ¡Paquete! Y sólo ese grito bastó para serenarlo: -Paque­ te su gran puta madre malparida, -dijo suavecito, y así, con ese mismo tono, empujó la pelota, rastrera, cerca del ladrillo izquierdo del arquero, que lo ha­ bía esperado en el centro confiado del taponazo, y que cuando quiso reaccio­ nar, ya la pelota rodaba extraviada para siempre pegadita al andén calle abajo y el volante auriverde de la nú­ mero catorce alzaba sus brazos de héroe en la noche capitalina. Patricia, quien seguía el partido por televisión desde su casa en Manrique, gritaba de alegría mientras le repetía a sus her­ manas: -Yo siempre les dije que Leito era un calidoso#

Desazón

2, 2002

estos momentos me gustaría tener algo de plata, no mucha, la suficiente como para tomar un carro a cualquier parte e iniciar, aunque sea por un día, una nueva vida. Ahora entiendo por qué la gente se aventura en empresas inúti­ les. Definiría esta sensación como “out side”. Padezco vivencialmente la no­ ción de “fuera de lugar’’: El pase es perfecto. Quedo mano a mano frente al arquero. Bien perfilado, con todo el ángulo de tiro. Recepciono de buena forma. El arquero se la juega abajo. Alcanzo a verlo. Le levanto el balón con el toque justo: una jugada majes­ tuosa. El balón penetra. La red se in­ fla. El público aclama. Apoteosis. Se abre el marcador faltando dos minutos para el final. Bandera arriba. Todo es vano. Había salido un segundo antes de entre los centrales. Un segundo, un instante, una eternidad ♦

UN CON texto, Número

Regular. Este ha sido un día re­ gular. Sólo espero que el polvo de esta noche no sea regular. Hasta la música que ahora suena la siento regular. Tengo hambre aunque cené normalmente hace una hora. Es la angustia. Se me antoja comer gal­ gueñas. Quiero comer galletas de dulce con leche, o algo así. Quiero comer gelatina. O un ponqué Ramo Tradicional con un kumis. Quiero comer algo que realmente me gus­ te. Necesito salir de este letargo re­ gular en el que no me siento ni de­ fraudado ni satisfecho. A todo lo que he hecho hoy le ha faltado algo. Quiero que termine. No me impor­ ta si mañana todo lo que haga me salga mal ad nauseum. Creo que es preferible a esta sensación de lo que pudo haber sido y no fue. En


Por Rodrigo Estrada Español y Filología Clásica

Inevitablemente el lenguaje suele estar en constante evolución. Esta norma es la que ha hecho que en los días presentes no nos comuniquemos en latín o quién sabe en qué otra remota lengua, y también es la que hará que en algún futuro hablemos al­ guna extraña mezcla, quizás, entre español e inglés, o por qué no, algo que tenga que ver con el japonés. Aunque algunos puristas se resistan a ver ‘desaparecer’ la lengua española, pa­ rece inevitable que algo así suceda. Hay que recordar que es el uso de la lengua el que determina la entrada de algún nuevo término al diccionario, y si seguimos dete­ nidamente la manera de hablar, e incluso de escribir, de un joven, y para no ir muy lejos, de un joven de la Universidad Nacio­ nal, nos damos cuenta de que el español ya no es el que muchos añoran. La tristeza que esto genera en algunas personas es bastante infundada, basta re­ cordar que el mismísimo español, una de las lenguas románticas, es decir romances, fue producto de la mezcla del latín vulgar con algunas de las lenguas nativas de la península espa­ ñola. Y que finalm ente en esta lengua vulgar y baja, (me refiero al español), que no po­ día llegar a igualarse con el latín culto o el griego en su elegancia y en sus estructu­ ras, se escribieron obras tan magníficas que en la literatu­ ra universal acaso igualen o superen La O disea o La Eneida. De aquí surge un gran problema. Aunque es cierto que el español no debe resis­ tirse a las nuevas formas que impone el uso (no perdamos de vista que estamos ha­ blando concretamente del uso que le da la juventud universitaria), también hay que tener en cuenta que cualquier barbarismo aceptado puede provocar los adefesios más detestables en nuestra lengua. ¿Hasta qué punto, entonces, deben ser permitidos to­ dos aquellos neologismos que le dan nue­ vas formas al español?

Opinión / Los estudiantes VIDA también ‘m altratan’ el [UNIVERSITARIA / 22 idiom a

Que la lengua evolucione...

¿Hasta dónde? El español seguirá adqui­ riendo nuevas form as pero ¿hasta qué punto su mal uso debe ser el motor de su transformación ? M uchas veces se escucha que el mejor español del mundo es el que se habla en Bogotá. Es necesario no se­ guir promoviendo mentiras. Hay que empezar por entender que el español de Cervantes era el mejor, pero también que el es­ pañol de García Márquez es el mejor español. Es decir, que el español de alguno o de algunos no es una m arca por superar. Esto, sin embargo, no evi­ ta que algunos tengan un excelente manejo de la lengua ni que otros la mal­ traten hasta quedar can­ sados, por supuesto, los que los escuchan. Se supone que en la universidad se encuen­ tran los estratos culturales más altos de la ciudad. Entonces, si Bogotá tiene, como muchos afirman, el mejor uso del español, se deduciría que son los estu­ diantes quienes mejor manejen la len­ gua. Esta sería una elegante interven­ ción: "Pues a ver, yo pienso que en cuan­ to a la organización yo pienso que está bien estructurada... o sea se siente la

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evolución de un semestre del primero al último, sin embargo yo pienso que sería bueno replantear, cómo se diría, a quienes se les asignan las materias, en cuanto a profesores...” . Aunque las intervenciones del hablan­ te dependen del espacio, es decir, no se habla igual cuando se está ante los amigos que cuando se está llevando a cabo una exposición ante un profesor, hay ciertos errores frecuentes en estas diversas situa­ ciones. Se podría tomar un ejemplo al azar que es, sin lugar a dudas, un error ya bas­ tante arraigado: se suele decir “llegué de prim eras”. En este caso no hay concor­ dancia con el verbo en el número. No se trata de poner un problema a cualquier in­ tervención que se haga, de ponerse a ju ­ gar casi de manera pesada al gramático; es una actitud bastante molesta a la cual tendemos los estudiantes de Español. Pero como estudiantes de la Universidad Na­ cional deberíamos preocuparnos un poco más por no seguir propagando todos aque­ llos vicios que no le hacen bien al lenguaje. ¿Que cuál es el parámetro que se debe seguir? Es una pregunta bastante compli­ cada de responder. Por lo menos ha de saberse que los que se siguen actualmente casi con unanimidad, no son los más ade­ cuados; me refiero a la internet y los otros medios masivos de comunicación. La invi­ tación, finalmente, es que siendo conscien­ tes de que la lengua evoluciona, nos man­ tengamos un poco más atentos a los cam­ bios, aunque sea tan solo por conservar un poco la estética, es decir, no más ‘pailas’, ‘darsegarras’, ‘videos’ etc. Al menos, no cada tres o cuatro palabras ♦

L A ftE F O ñ M A A LA E D U C A C IÓ H .

Nfl


Por Óscar Ortíz Psicología

Humor / Disertaciones VIDA sobre la vigilancia en la UNIVERSITARIA/23 Universidad Luego de Expedición Robinson y Popstar, llega el nuevo Reality Show, desde los barrotes de la Universidad Nacional:

¿Y dónde está

el celacho? del watchman, se lanzan en estampida con cara de gángsters llevándose por de­ lante a quien sea. Otros han optado por el camuflaje, archivando en su ropero el saco de lana virgen y las boticas, convir­ tiendo la entrada en una pasarela a lo M i­ lán, con coquetos modelitos que harán fu­ ror en la San Toto o en El Poli, pero que en la nacho no pasan de petardos', por­ que hay que ver a nuestros Guacanemes, Cipagautas y Viracachás embutiendo su vernácula humanidad entre esos chiros, cual Martín de Francisco en traje y cor­ bata (y es que hasta sus indómitos pe­ lambres los embadurnan de gel para pa­ sar por inadvertidos gomelos). Claro que no falta el primíparo que piensa que el ob­ jeto de ¿y dónde está el celacho?, es en­ contrarlo y, muy candorosamente, se de­ tiene plácido en la puerta buscando su car­ né para exhibirlo orgulloso, haciéndose acreedor a las arengas de los más anti­ guos... esos que conocieron una universi­ dad más libre y de puertas abiertas. Vale la pena anotar que este año la taza de muertes ha sido nula, lo cual es motivo de alivio para las directivas, y de orgullo para nuestra comunidad. Ya que­ daron atrás las imágenes morbosas que inundaron los medios, al encontrar en ellas una excusa para vender sus pasquines amarillistas, y vamos recuperando el or­ gullo de pertenecer a una de las universi­ dades más importantes de Latino­ américa, generadora y constructo­ ra de paz en el país. Lo que no podemos olvidar es que los problemas reales aún siguen allí, con pedidita de carnet y todo: atraco dentro y fuera del Campus, hurto de equipos, proliferación de jí­ baros, etc. Ojalá, en lugar de jugar a las escondidas con los vigilantes, reflexionemos acerca de la efecti­ vidad de las medidas actuales contra la delincuencia. Y como la seguridad es un asunto común, al ver un atraco, un robo, armas en el Campus, etc., hagámonos oir y gritemos: ¿Y dónde está el celacho?

«Hay que ver a nuestros Guacanemes, Cipagautas y Viracachás embutiendo su vernácula humanidad para desfilar en las porterías sus últimos chiros de moda». orientado buscando la salida. Sin embargo, la creatividad de los de la Nacho no tiene límites. Algunos obser­ van el puesto de control mientras cruzan el peatonal de la 30 y, al menor descuido

UN CONtexto, Número 2, 2002

Un equipo de profesionales especiali­ zados en técnicas de observación, requi­ sa y rastreo, equipados con la más sofis­ ticada tecnología (léase ojímetro), y con más de mil horas de servicio en la Central de Abastos, se en-, cuentra apostado en las rejas de acceso al Campus. La misión de los estudiantes, si deciden aceptarla, es cruzar la barrera sin ser detectados para no so­ meterse a la engorrosa tarea de buscar entre sus morrales reple­ tos de libros, agendas, cosméti­ cos, disquetes, planos, maque­ tas, bolígrafos, fuchis e incluso dosis personales, el dichoso carnet. Usted no podrá evitar la risa al ob­ servar las hilarantes escenas en las que los estudiantes esgrimen todo su ingenio >ara burlar la intrincada barrera, levanta­

da por los hábiles sabuesos, en su afán por llegar a tiem­ po a presentar un parcial o una exposición, o simple­ mente para cumplirle una rom ántica cita a su bien amada pareja; incluso, y es mi caso en particular, im­ pelidos por una urgencia urinaria o intestinal. Se lan­ zan a la trampa con arrojo, y claro, son los primeros en ser interpelados por los co­ losales mastines que con su célebre frase ‘carné a la m ano’, se están tornando un tanto monotemáticos. Mas no se confíe, la estrategia de los men in blue se encuentra milimé­ tricamente planificada. Por ejemplo, mientras que el acceso por la 45 es por la izquierda, en la 26 es en sentido inverso, de manera que el desprevenido peatón es atrapado al transitar en contraflujo; de otro lado, los sentidos de ingreso y egreso son cambia­ dos aleatoriamente, y no ha faltado el des­ pistado que por andar pensando en las del gallo se estrella olímpicamente contra una reja cerrada, y queda por instantes des-


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^ Grupos de trabajo

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CAEIM/N

UN CONíejtfo, Número

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En el Senado de la Re­ pública cursa en este mo­ mento un proyecto de ley que “reconoce y protege las unio­ nes y p arejas del m ism o sexo”, frente al cual se di­ fundieron comunicados de rechazo y respaldo por par­ te -de el ex presidente Julio César Turbay Ayala (entre otros firmantes) y el Grupo de Apoyo y Estudio de la Di­ versidad en la Sexualidad de la UN, respectivamente. Los argumentos que es­ grime Turbay, quien junto con otros personajes reconoci­ dos, firmó comunicados, pu­ blicados los domingos 10 y 17 de noviembre en El Es­ pectador, son que este pro­ yecto de ley apunta a un “matrimonio homosexual dis­ frazado”, que “va contra la moral y la ley de Dios”, que es contrario a la naturaleza porque ésta “establece la di­ ferenciación y complementariedad entre el hombre y la mujer”, que “las relaciones hom osexuales facilitan y propagan las enfermedades de transmisión sexual”, que el proyecto “es fruto de pre­ siones internacionales e in­

Debate / Reconocimiento a las uniones y parejas del mismo sexo Grupo de la Universidad Nacional res­ ponde a comunicado de Turbay Ay ala en el que él se opone a proyecto de ley que ‘reconoce y protege las uniones y parejas del mismo sexo gerencias foráneas” , que las culturas griega y roma­ na su c u m b ie ro n po r la “práctica difundida de la homosexualidad” y que el proyecto es totalitario por censurar la crítica a la unión homosexual. “El Proyecto no censu­ ra la crítica a la unión ho­ mosexual. Lo que hace es reclamar el respeto por los derechos que a ésta le de­ ben corresponder... publi­ car un comunicado como el referido (el de El Especta­ dor), que promueve la ex­ clusión social y la discrimi­ nación, haciendo uso del poder económico y desde un uso abusivo del poder de clase... sí que es totalita­ rio”, responde el grupo de la Nacional en otro comu­ nicado difundido “en aras de contestar y aclarar las imprecisiones del texto (de Turbay), que consideramos lesivas para el Estado So­ cial de Derecho, la convi­ vencia pacífica en la tole­ rancia, la inclusión social y, por ende, para la consecu­ ción definitiva de la paz en Colombia”.

Adem ás aclara que el proyecto persigue el respe­ to por las personas que asu­ m en la h o m o sexualidad como forma de vida, que “las parejas del mismo sexo existen y funcionan, como pueden, en la sociedad co­ lombiana, que los argumen­ tos esbozados en el conte­ nido citado, carecen de pro­ fundidad y seriedad y caen en un tratamiento irrespon­ sable y falaz de la temática de la homosexualidad”. Adicionalmente, invitan a quienes quieran respaldar el proyecto de ley a llenar un formato por triplicado y enviarlo a su sede en el Centro de Estudios Socia­ les (CES), oficina 501, Uni­ dad Camilo Torres, Ciudad Universitaria. El texto com pleto del comunicado de Gaeds UN, y el de Turbay se pueden c o n su lta r en la p á g in a www.geocities.com/gaedsun. Allí también está disponible el formato de apoyo al pro­ yecto que aquí se reprodu­ ce en recuadro para recor­ ta rá

VIDA UNIVERSITARIA/24

Reseña / Colectivo de Estudio Dabukuri Dabukuri, es una iniciativa estu­ diantil de carácter académico que recién nace en la Facultad de Cien­ cias Económ icas. Conscientes de nuestra realidad objetiva y nuestro compromiso como estudiantes de la Universidad pública colombiana, op­ tamos por el camino organizativo como herram ienta indispensable para dirigir nuestras inquietudes. La misión del Colectivo, radica en desarrollar un trabajo académico de análisis, discusión y acción en tomo al acontecer económico y po­ lítico colombiano y el contexto lati­ noamericano. Del mismo modo, la visión del grupo de estudiantes que conforman este proyecto, está en fundar una sede de trabajo coheren­ te, científico y constante, en donde se labore en función del espíritu aca­ démico y crítico, que sin desligarse del sentido común, nos guíe en los primeros pasos en virtud de satisfa­ cer nuestros profundos deseos de aporte social. El colectivo encuentra en la lec­ tura, la interpretación, la proposición y el debate, los instrumentos esen­ ciales para construir conclusiones de trabajo académico. En principio, se pretende dirigir la mirada del colec­ tivo hacia el análisis de la situación universitaria en su carácter público, para más adelante, cuando la inicia­ tiva y la acción se hayan acercado significativamente, plantear un alcan­ ce superior para el estudio, que in­ volucre diversos temas coyunturales de interés para las Ciencias Eco­ nómicas y en general para el análi­ sis social ♦ *dabukuri fceun@ hotm ail.com

*g a ed s_un@ yahoo.com

YO___________________________ ID EN TIFIC A D O CON____ N U M E R O ______________________ Estoy de acuerdo con el proyecto de ley No. 85 que cursa actualmente en el Senado de la República de Colombia que reconoce a las parejas del mismo sexo. FIR M A ______________________ _______________________________________ _ YO___________________________ ID EN TIFIC A D O CON____ N Ú M E R O ______________________ Estoy de acuerdo con el proyecto de ley No. 85 que cursa actualmente en el Senado de la República de Colombia que reconoce a las parejas del mismo sexo. FIR M A _______________________________________________________________ YO____________________________IDEN TIFIC AD O CON_ N Ú M ERO ______________________Estoy de acuerdo con el proyecto de ley No. 85 que cursa actualmente en el Senado de la República de Colombia que reconoce a las parejas del mismo sexo. FIRM A ____________________________________ .J


Por Mike Silva Lingüística

Segunda entrega de una compilación que recoge la historia del cine en Colom­ bia. Espere la última parte en la próxima edición.

Historia / Cine en Colom­ ARTE Y CULTURA/25 bia, segunda entrega compañía nacional de cinematógra­ fos-, en Cúcuta se adaptó el Salón del Palacio Municipal a Teatro GuzmánBerti. Así mismo, en Cartagena, sur­ gió el teatro Variedades que pertene­ cía a la empresa de kinematógrafos y el Rialto de Belisario Díaz. Este pro­ ceso tomó lugar entre 1912 y 1913. Por su parte en Bogotá, además de los que hemos nombrado anterior­ mente, se encuentran los del Nuevo Circo de San Diego, el de Caldas 1917-, y en mayo de 1918 se estre­ naría el Moderno. Años más tarde, en 1920, se cuenta el Real y el Cine­ rama, lo que nos remite a pensar que para tal época, había cuatro salas que proyectaban periódicam ente cine y

esfuerzos de hacer cine colombiano de fic­ ción. El triunfo de Allá en el trapiche re­ novó el material y los sueños de crear estu­ dios e industria permanentes. Sendero de Luz, de 1943, con guión de Jaime Ibáñez, significó la entrada al cine de los dramati­ zados radiales o radionovelas. A finales de los sesenta y comienzos de los setenta se establecen dos actividades cinematográficas el cine marginal, un cine de contra-información y de didáctica políti­ ca, un cine de consigna, al tiempo analítico y emocional, que produjo en las concien­ cias la idea de que sin fomento oficial, sería imposible hacer cine colombiano competiti­ vo. Es en este momento que surge la ley de sobreprecio de las entradas de los ci­ nes, con la obligación de exhibir en cada

Industria cin

familia di A l tiempo que declama su respeto a la tradición, el cine introduce y legitima grandes cambios sociales. [...] Los empresarios y caciques van expresan­ do en el cine sus ideas de la diversión, de la unidad familiar, de la sexualidad y de esa vertiente estética que es lo bonito. Carlos M onsiváis 1

El cierre de estudios y talleres de revelado en Bogotá y Cali, determi­ naron la caída de la empresa que ha­ bía sido una de las más importantes en el inicio de la difusión del cine en Colombia, retirando a los Di Doméni­ co del negocio. Paralelam ente, se abría paso a la empresa más grande de distribución cinematográfica del país. Hacia la década de los 30, la em­ presa bogotana Colombia Films fue la única que se interesó por hacer cine de ficción, pero sin ningún éxito. Sin embargo, en los cuarenta, hubo varios

sesión un cortometraje de producción na­ cional, lo que produjo alteraciones en la ca­ lidad de producción y en la administración . de los cortometrajes. A finales de los setenta surge otro mo­ vimiento: el cine aficionado, que estuvo limitado por la carencia de métodos de pro­ ducción y por su difícil acceso al público, pero para lo cual se creó la Compañía de Fomento Cinematográfico (Focine) que per­ mitió la realización de un gran número de películas colombianas. Para los ochenta se observan realiza­ ciones muy densas y costosas debido al des­ acuerdo que se presentó en cuanto al tipo de largometrajes que sé debían producir. Posteriormente, en los noventa, Focine des­ aparece y se dice que desde entonces “el cine colombiano ha permanecido en un es­ tado cataléptico, del cual no sabemos cuan­ do pueda salir”3♦ Notas: 1 M O N S IV Á IS , C arlos. La c u ltu ra p o p u la r en el ám b ito urbano: el caso de M éxico. En: H E R L IN G H A U S , H erm ann, W A LTER, M o n ik a (E d.). P o s­ m odernidad en la Periferia. E nfoques latinoam erica­ nos de la n ueva teoría cultural. L anger Verlag: B erlín 2 M A R T ÍN E Z P.. H ernando. H istoria del cine c o ­ lom biano. A m érica L atina editores: B ogotá, 1978. Pag.: 20. 3 A R E N A S , F ernando y M A S T E R , Lía. C ine c o ­ lom biano: m udo y parlante. En: E ntreextrem os, Latin A m erican C inem a. S egundo núm ero, N ew York, 1997.

UN CON/erto, Número 2, 2002

A finales de 1908 o a principios de 1909, Vicente y Francisco Di Doménico parten de Italia con el fin de buscar fortuna en América con la explotación del espectá­ culo cinematográfico. Traían consigo un equipo compuesto por dos proyectores, un generador y películas para ser exhibidas, que les sirvieron para pagar el viaje de San­ ta Marta a Girardot y posteriormente a Bo­ gotá. Ya en la capital, organizaron una se­ rie de presentaciones en el Veracruz, en el salón del Bosque y en el Parque de la In­ dependencia con un proyector portátil y un dínamo que funcionaba a base de mani­ vela. Posteriormente las técnicas se fue­ ron perfeccionando y Francisco importó pro­ yectores con sistemas que permitían una mejor visualización para los espectadores. El número de teatros en el país fue au­ mentando así como la afición por el cine. En Bucaramanga se inauguró el Teatro Garnica, e:. Medellín y Barranquilla el Junin y el Colombia; respectivam ente, siendo los propietarios los hermanos Di Do:n; en Cali el Cine Olympia -d e la

seis teatros que lo programaban ex­ clusivamente2. Ya para 1924 se agre­ garía el Faenza. En 1927, fecha del lanzamiento mundial del cine sonoro, inició activi­ dades Cine Colombia. Era un período de dificultades económicas, lo cual convertía en un riesgo la inversión de grandes capitales en negocios como la distribución de películas, por eso se limitaron a la explotación de éstas. Después de haber comenzado una pe­ queña cadena de teatros en varias ciu­ dades del país, en 1928, Cine Colom­ bia adquiere la empresa pionera de los hermanos Di Doménico con todos sus elementos de producción.


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i Reseña/ Medea de Lars Von Trier

Por Johnier Aristizábal Ciencia Política

L “Ella sostiene de los pies a su hijo, mientras él, haciendo uso de su inocencia, decide convertirse en la ultima huella de la venganza consumada. Mientras tanto Jasón busca desencadenar su fu­ ria, escapar de la tragedia que parece inminente. Montado en su caballo sus perros persiguen sin sentido los rojos que ahogan el valle. Ojos los ro­ jos. Pasajero involuntario del espacio trasgresor, por fin encuentra el último mensaje, la última co­ ordenada que le indica su posición: La razón que antes decidía su poder se ha perdido en la in­ coherencia de aquello que ahora ocurre y ocurre y ocurre y ocurre...”

ARTE Y CULTURA / 26 J

Medea

o la locura de la razón

%&$(¿¿/** A l otro lado aguardando secretam ente la llegada de la embarcación, M edea ancla su cuerpo al territorio perdido. Otra vez la razón, se impone como tiranía del beneficio, como anulación del deseo. Sus contradicciones la han llevado a morir en su trascendencia. Su alternativa es escape constante de la memoria cul­ pable. Se siente acechada p o r si misma. Su viaje no es un transcurso más bien actúa en lo contrario. ¿Qué? Tal vez el naufragar sobre algo que p o r si mismo no se hace presente, que no se demuestra ahí pero que está en todo lo que ahora le pertenece. De allí su imposibilidad de capturarlo. La captura supone la anulación del otro o de lo otro p o r reafirmación de si mismo. Medea captura a Jasón para capturarse a s í misma en una tragedia que supone la anulación de ambos. Entre ellos sus cloacas ya no valen como referencia de s í mismos, sólo existen en la im placabilidad de la memoria de los otros; es una existencia que deviene como prueba de la tragicomedia de la razón.

Trato con ellas olvidarme de mi deseo... Nos son familiares las tinieblas. Ellas envuelven nuestro cuerpo cuando la luz se confunde con el tiempo. Son el caparazón endeble del desarraigo en el retorno; en la recuperación del secreto perdido Si son un viaje. Un viaje que hace pla­ centero el dolor solo si nos olvidamos de la condena. Pero... ¿Cómo liberarse de ella, la hija perversa del verdugo?♦

La razón puede llegar a dominar el deseo y la pasión, pero difícilmente escapará al juicio implacable que la condena. ¿Quién la condena? La locura en su involuntad.

“Una vida humana es un viaje a las tinieblas. Un destino que solo un Dios puede concebir y que ningún hombre se atreve a concebir” Trato con las palabras esconder lo que claman mis ojos Trato con ellas, esas terribles traicioneras, seducir a mi presa Trato con ellas destruir mi certeza

Hernández-Signos UN CONtexto, Número 2, 2002

VISITE El Museo de Arte de la Universidad Nacional ha querido unirse a la serie de homenajes que se han otorgado al maestro Manuel Hernández con una exposición que recoge trabajos inéditos así como obras de los años sesentas a noventas, y un conjunto de dibujos que representan en muchos casos los aspectos más arriesga­ dos y desconocidos del artista. Visitar la exposición de Manuel Hernández es, sin duda, la oportunidad de ob­ servar una obra madura y espiritual solo posible a través del estudio de la pintura como reflejo del hombre y de su pensamiento, una pintura silenciosa y lírica, única en la historia del arte colombiano de los últimos cincuenta años Lugar: Salas 1 y 2 del Museo de Arte Fecha: 14 de noviembre de 2002 a 28 de febrero de 2003 Entrada libre.

http://uk.geocities.com/ proyectoatlantida PÁGINA WEB SOBRE LITERATURA COLOMBIANA CONTEMPORÁNEA


Por Low Vito

Crónica / Rau, la fila, el cielo y la ciudad

ARTE Y CULTURA / 27

Plásticas/ SAI ,Ó N C A N O 2002

No acepte imitaciones Del 16 al 20 de septiembre la sala 1 del Museo de Arte albergó la XXIX ver­ sión del Salón Cano. Durante cinco días convivieron bajo un mismo techo, dife­ rentes y ricas propuestas artísticas car­ gadas de humor, crítica y reflexión en tomo a la realidad actual y la cotidiani­ dad. Llama la atención una tendencia a buscar nuevos lenguajes expresivos a partir de la inversión de las posibilida­ des técnicas de los materiales. La fi­ delidad, propiedad de la fotografía, se cuestiona mediante la distorsión y alte­ ración de la imagen. La pintura busca ser una mimesis de la reproducción en serie de una imagen sobre el papel. Un buen recorrido por el arte joven universitario. ■

Literatura/ Encuentro

La caja de Pan­ dora El jueves 19 de septiembre se llevó a cabo en el salón oval del edificio de posgrados de Ciencias Humanas, el en­ cuentro de escritoras La caja de Pan­ dora: escritoras y escritura con la par­ ticipación de Piedad Bonett, Mercedes Guhl y Andrea Vergara. Estas tres au­ toras, hablaron del oficio de la escritu­ ra, la relación entre creación y acade­ mia y los procesos creativos.

Magnas Ventas El viernes 11 de octubre se realizó el lanzamiento de la novela Magnas Veritas. Intimidades al desnudo, escri­ ta a cuatro manos por Olga Cecilia Soto y Fernando Acevedo. “Una serie de cuadros literarios”, como a bien tuvo lla­ marla Germán Yances y que, como un caleidoscopio, a través del recurso de la memoria, nos trae “los recuerdos del amor, la sensualidad y el erotismo del despertar de los sentidos”.

UN CON texto, Número 2, 2002

Literatura/ Lanzamiento

Gente. Ruido. Frunas y a pocas cuadras los prostíbulos. El olor oxidado de la ciudad, que nos tragamos todos sin derecho a protestar, nos hace uno solo. Intento caminar sin agotarme desde la carrera décima: esa maraña de ladrones, cielos rotos, lágrimas de niños, orines de gamin y mujeres que aman por contrato. Llego a la bien recordada Plaza de Bolívar, donde las palomas mueren ahora de hambre y al lado de ellas caen los fotógrafos y sus polaroid. Bolívar está más solo que nunca y ha decidido esconderse, se arrepiente de haber libertado a esta condenada partida de infames. Pero el encanto de ser piedra no se rompe. Sobre los bordes de la Catedral Primada, los gamines se orinan y se hacen la paja. Otros cagan, otros piden monedas. Otros, toman chocolate y tama­ lean en la Puerta Falsa. Se cuentan también algunos niños escolares, que han sido obligados a ir al museo del 20 de Julio, a ver un florero, que no entienden porque nunca tiene flores, es un florero triste. Mi espíritu empieza a conmoverse y lo disfruto. Visualizo entre las ramas de pelos largos y sombreros y algunos paraguas la tan prestigiosa y saturada siempre de filas, Biblioteca Luis Ángel Arango. No conozco a Luis Ángel Árango, pero conozco a Luis Eduardo Arango, y pienso si tendrán algo que ver. Mi corazón, mi mente, y casi mi cuerpo, están todos juntos volcando su atención a la gran exposición de arte europeo: RAU en Colombia. Ruidos. Gritos y malestar, el cielo es bondadoso y decide detener su molesta llovizna que empezaba a mojar mis ilusiones de culturizarme. Nadie podrá interponerse entre la historia del arte y mi ser sensible. Ahora me concentro en los ruidos; la gente murmura, otros maldicen, la mayoría suelta carcajadas inofensivas, varias mujeres gritan, a pulmón en mano, cantatas que invitan a los transeúntes, a los ciudadanos, a estos bichos urbanos, a comprar el souvenir, y extienden casi sobre sus narices un pliego de papel periódico mal impreso, que alberga todas las obras de la exposición Rau, en tamaños terriblemente económicos, pocos les paran bolas, casi nadie les compra, al lado de estos museos transportados al papel, ven­ den frunas, cigarrillos, patacones, maní de sal y de dulce, taquitos, y otra serie de souvenirs, más propios del cine, que del museo. Pero no importa, la gente tiene que sobrevivir de alguna manera. La fila y la cola, llegan hasta la esquina de la carrera cuarta y voltean, en ese momen­ to un sentimiento de mal-estar y de emoción me invade, aun intento creer que en el museo se presentarán las Popstars y, por eso la fila. La gente se cansa y descarga sus cuerpos sobre las paredes, otros se echan al suelo, otros sacan comida, cigarrillos y otros juegan parqués. El sol nos mira con lentes oscuros y una sonrisa canalla. Las nubes se rascan el ombligo y otras se miran el piercing. Algunas niñas hacen lo propio. Las viejas bien peinadas, se suben a sus suntuosas camionetas y dejan al chofer haciendo fila, mientras se encierran, suben los vidrios y escuchan Diomedes Díaz. Sin embargo la gente es feliz. Esta partida de bichos urbanos, sienten que esto no se repetirá, como no se repitió el concierto de los Gunners ni el de Elton John. La mitad de la gente que espera la fila, nunca ha entrado a un museo, no saben lo aburrido que es. Me imagino el raido, los niños pegando mocos en las paredes, los chistes malos: “ ¡Ese Rau pintó todo eso!”, los vigilantes, obligándome a hacer un recorrido sincrónico e inducido, y cronometrándome el tiempo justo para que yo viva la experien­ cia estética, en no más de 80 segundos debo haber entrado en catarsis, según las reglas del museo. Veo esa perspectiva tan alucinante de gentes mamadas, bostezando y ha­ ciendo hambre, solo por ver a Rau, la fila me asusta y me enoja a la vez. Pienso cuán culto es nuestro pueblo. Doy la espalda a la cultura, me fumo un cigarrito y destapo un paquete de frunas ♦.


Angela Liliana Ramírez* Centro de Estudios Sociales

Ensayo / ¿Qué dicen los hallazgos arqueológicos sobre la gente?

ARTE Y CULTURA/28

Los atributos estilísticos de las figuras humanas perm i­ tirían identif icar patrones decorativos y otros aspectos de la vida en civilizaciones extintas.

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Estudio estilístico de las figurinas

UN CON texto, Número 2, 2002

Tumacu - La Tolita Enigmáticas y fascinantes, las repre­ sentaciones fem eninas han captado la atención de eruditos y aficionados desde la época en la que se produjeron los pri­ meros hallazgos de las llamadas Venus del paleolítico superior, en el antiguo continen­ te. No nos resultan ajenas las imágenes de mujeres con senos exuberantes y ca­ deras de exageradas proporciones, co­ m únm ente asociadas con co n cep to s como erotismo y fertilidad. Disciplinas como la arqueología y la historia del arte han intentado aproximar­ se a los misterios que encierran estas pie­ zas. Las tendencias interpretativas han sido variadas. Las explicaciones abarcan desde cultos a la Gran Madre, hasta su vinculación con procesos didácticos que tendrían como fin la instrucción y prepa­ ración de las generaciones más jóvenes, pasando por hipótesis que las relacionan con autorretratos y cuestiones de autorepresentación. Sin embargo, si amplia­ mos un poco el marco conceptual, tem ­ poral y geográfico, nos encontramos ante una recurrente y prolífica producción de representaciones humanas (no solo feme­ ninas sino también masculinas, asexuadas y bisexuadas) a través de diversas épo­ cas y distintos lugares y dentro de múlti­ ples contextos. En Colombia, desde la península de La Guajira hasta el sur de Nariño, y desde el litoral pacífico hasta la Cordillera O rien­ tal, encontramos figuritas antropomorfas de gran heterogeneidad, no solo en cuan­ to a los materiales y medios de expresión, sino también en lo que atañe a las carac­ terísticas morfológicas y rasgos iconográ­ ficos representados. Niños y ancianos, hombres y mujeres, guerreros y danzan­ tes, hilanderas y chamanes, personajes extraordinarios en diferentes poses y

variados atuendos, estatuillas de asombro­ so realismo o más esquemáticas y estili­ zadas, dan pie a un sinnúmero de interro­ gantes en torno a su función, uso y signifi­ cados. Entre las figuras humanas que más han suscitado admiración y curiosidad, están las piezas cerámicas procedentes de la de­ nominada área arqueológica Tumaco-La Tolita. Esfa zona se extiende desde el bajo río San Juan en la Costa Pacifica caucana hasta la ensenada de Atacames en la provincia de Esmeraldas, Ecuador. Poco se sabe a ciencia cierta sobre los hacedo­ res de tan sorprendentes piezas pero de acuerdo con los resultados de las excava-

ciones arqueológicas realizadas en el área, se les sitúa dentro del periodo de los De­ sarrollos Regionales (s. V a.C. - s. V d.C.) y se les atribuyen los indicios más tem ­ pranos de la metalurgia en Colombia. Ya que no contamos con información etnohistórica sobre estas poblaciones, pues al momento del arribo de los contingentes europeos otros grupos ocupaban la región, es menester sacar el mejor provecho de los datos disponibles, es decir, de aquellos suministrados por el registro arqueológi­ co. En condiciones ideales, los objetos ar­ queológicos deben ser recuperados en el desarrollo de excavaciones controladas, como parte de investigaciones profesio­ nales. Sin embargo, contamos con gran cantidad de piezas pertenecientes a mu­ seos y colecciones particulares que, en su mayoría, son el fruto de actividades de guaquería. Aunque estas piezas brindan pocos datos con respecto a los contextos en los cuales fueron halladas, no se pue­ de pasar por alto la información potencial que contienen. El Museo Arqueológico-Casa del Mar­ qués de San Jorge, el Museo del Oro y el Museo Nacional, en Bogotá, cuentan con una importante colección de figurinas y cabezas antropomorfas, completas y frag­ mentadas, provenientes del área Tuma­ co-La Tolita. Su descontextualización, más que resignación y desconsuelo, es un es­ tímulo para desarrollar propuestas concre­ tas de investigación que, haciendo con­ ciencia de las limitaciones a las que se enfrentan, puedan aprovechar y validar la información disponible y sus alcances. Son varias las alternativas de estudio para es­ tos materiales arqueológicos. Una de ellas, es el análisis estilístico que implica la t cripción de atributos formales y la bú


ARTE Y CULTURA/29

queda de patrones decorativos y que pre­ tende indagar sobre aspectos de la vida y la interacción social de los individuos y las poblaciones que elaboraron dichos ob­ jetos. El estilo puede llegar a ser un con­ cepto bastante ambiguo y elusivo, debi­ do a que es equiparado con categorías que operan a otro nivel como cultura, etnia, pueblo y sociedad, entre otras. Se hace entonces ineludible la necesidad de precisar los parámetros bajo los cuales este concepto pueda ser delimitado y em­ pleado dentro de la investigación arqueo­ lógica. En términos generales, el estilo, defi­ nido de acuerdo con la Teoría del Inter­ cambio de Información1, hace alusión a la parte de la variación formal de los ar­ tefactos que pueda estar relacionada con la participación de tales objetos dentro de procesos de intercambio de información. Visto desde esta perspectiva, el estilo ad­ quiere una dimensión más significativa, por cuanto se le asocia con la transmisión de mensajes de índole diversa y no sólo con •los aspectos formales de los atributos de­ corativos. Así, la función comunicadora del estilo le confiere per se un carácter dinámico e integral dentro de la matriz cul­ tural dentro de la cual se generan, trans­ miten y reciben los mensajes. En un nivel más particular, el estilo opera como una unidad analítica que per­ mite identificar y aislar elementos, moti­ vos y diseños decorativos para luego tra­ tar de explicar su ocurrencia, propieda­ des y distribución espacial, en término*

de los sistemas de creencias, formas de pensamiento y comportamiento social de fabricantes y usuarios. La idea central que subyace a esta propuesta es que la elabo­ ración de objetos y las características tec­ nológicas y estilísticas en ellos plasmadas, responden a determinaciones culturales

La e s c u ltu ra de fig u ra s en la Edad de P ied ra es ra ra . La fa m o s a V en u s de W illen d o rf, o b je to q ue m id e m eno s de 1 2 ,7 c e n tím e tro s d e a ltu ra , es, p ro b a b le m e n te una de las e s c u ltu ra s m á s a n tig u a s p a ra fo m e n ta r la fe r tib ilid ad . La b a s e de e s ta c o n je tu ra h ay que b u s c a r­ la e n te ra m e n te en las s u g e re n te s p ro p o rc io n es d e la fig u ra fe m e n in a , q ue e x a g e ra n las p a rte s re p ro d u c to ra s d el cu erp o y e m p e q u e ñ e c e n la c a ra y los b razo s.

con respecto a las formas de existencia social y requerimientos medioambientales de los entornos particulares a los cuales pertenecen. Dicho de otro modo, toda creación material es producto de una ca­ dena de decisiones conscientes e incons­ cientes y de un proceso de selección de alternativas posibles, que en definitiva, están delimitadas por las normas del sis­ tema cultural. Los atributos estilísticos plasmados en los objetos llevan la impronta de los men­

sajes que transmiten. Estos mensajes al tiempo que reflejan preferencias estéti­ cas, también revelan adscripción y perte­ nencia a determinados grupos, y proce­ sos de identificación y diferenciación so­ cial. En el caso particular de las figurinas antropomorfas, puede afirmarse que su elaboración estuvo ligada con la negocia­ ción de las tensiones sociales y que los mensajes transmitidos por ellas tienen que ver con la diferenciación sexual y la dis­ posición de los papeles desempeñados por hombres y mujeres como miembros so­ ciales activos. Es de esperar que el análisis estilístico de las piezas antropomorfas Tumaco-La Tolita permita: (1) identificar y describir atributos decorativos; (2) determinar pa­ trones de decoración; (3) elaborar un sis­ tema de clasificación de las piezas de acuerdo con sus características; y (4) identificar correspondencias entre los pa­ trones decorativos y la representación de rasgos sexuales. Esto con el propósito de rastrear elementos estilísticos que permi­ tan conectar la producción de figuras hu­ manas con los roles sexuales, y de esta forma acercarnos al significado de estas estatuillas, con la esperanza de que, en el futuro, podamos develar el misterio que encierran ♦ 1 V er W OBST, M artin (1977) «Stylistic behavior and Information exchange», Essays in honor o f Jam es G riffin , A nn A rbor, A nthropological papers o f the U niversity o f M ichigan 61:317-342. * A ngela L iliana Ram írez es m iem bro del P rogram a de E cología H istórica del C entro de E stu d io ' S o ­ ciales (CES).

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UN CONtexto, Número 2, 2002

Enriquezca este medio de comunicación estudiantil con su voz y su pluma. Para vincular­ se a UN CONtexto solo es necesario que sea estudiante de la Universidad Nacional. Envíe sus artículos (máximo 4500 caracteres con espacios), ensayos sobre investigaciones (máximo 9000), reseñas sobre grupos de trabajo, fotos, ilustraciones, cuentos, poemas y demás creaciones a uncontexto@yahoo.com antes de las fechas de cierre (entre más pronto llegue su artículo más probabilidades tendrá de ser seleccionado para el próximo número) o, si desea hacer parte del Comité editorial, háganoslo saber al mismo correo o en el teléfono 3152280 (3165000 ext. 18762). El tema del próximo Informe especial será el bienestar de los estudiantes universitarios. Cierre edición 3: 20 de diciembre de 2002. Cierre edición 4: 4 de abril de 2003 Cierre edición 5: 4 de junio de 2003


36 Por Marata Aluna, Trabajo social C uando som os chicos Todo es eterno Todo es grande no existen p en um bras en el corazón Y las rodillas lastim adas al caer Son sanadas p o r los am igos Cuando som os chicos N o hay charquitos N i m ares de olvido A nuestro alrededor C uando sos chico Podes volar Con solo c erra r los ojos O darle un beso a m am á Pero cuando creces Y te llenas de prejuicios Los sueños de astronauta Se quedan en tu luna O en algún p oem a Que haces cuando creces H ablando de cuando eras chico ♦

Soñando lo inesperado Por Seudónimo, Taller de redacción, Unicomes Juan Alejandro está tendido sobre una alfombra de hierba, enfrentado al firmamento crepuscular que va dando paso al nacimiento de la noche pintada de estrellas y luna llena. En sus oídos penetra la melodía de los grillos y el canto de las primeras ranas; respira la frescura de aquel solitario paraje alumbrado por unas pocas luciérnagas, mira su reloj, aún hay tiempo para el destiempo. Enciende un cigarrillo tan arrugado como su corazón, piensa en su soledad, desearía poder sacar de su pensamiento las miradas, las palabras y los aromas con la misma facilidad con la que expulsa el humo de sus pulmones. Está allí buscando al olvido que lo ha dejado olvidado. Observa como se consume el delgado cilindro de tabaco. Viene el recuerdo a posarse en su mente, el de aquella tarde de su agosto número veinte, en la biblioteca del pueblo. Él hacía fila para el teléfono de moneda, la vio salir de la sala de música, ella iba como siempre, con sus gafas, su bufanda y sus inescrúpulos llevando en su mano el estuche de la viola que Juan le había regalado. Mientras la veía caminar sentía envidia del instrumento, ‘la muñeca’, como Luciana la llamaba, hacían hasta hace poco un trío perfecto, ahora él estaba con la soledad y ella sola para ella.

UN CON texto, Número 2, 2002

Rememoraba la turbulencia de sentimientos que aquel momento le había causado, quiso que su odio la odiara, que aquel grito mudo que le anudaba la garganta tuviese la fuerza de su rabia y de su amor juntos, quiso que sus viejos tenis grises fueran las botas de siete leguas para desaparecer en un segundo; se apresuró a abandonar el recinto, quería escapar de la lástima y la ironía que ella guardaba en su mochila. Sin saber como llegó hasta aquel lugar riéndose de sí mismo a pesar de todo aún la extrañaba, la soñaba, la esperaba... definitivamente no había más remedio, sólo la pre­ sencia de aquella enigmática mujer podría hacerlo sentir un poco mejor. Tal vez la trajera el viento, tal vez su pensamiento, sólo quería que ella cumpliera su promesa. El sueño cerró sus ojos. El sueño reprodujo su deseo, ella llegaba bien entrada la noche, se acercaba muy sigilosamente y se despedía sin hablar, se despedía con el lenguaje que les pertenecía, sin el disfraz de la palabra y el contenido del silencio, le dejaba i a muñeca’, acompañada de las partituras de su última composición, llegaba a cumplir la promesa de interpretarla solo para él y dejársela como un inmortal recuerdo. Luciana tocó el instrumento con el alma más que con el cuerpo, al terminar le dio un beso helado que lo devolvió a la vigilia. Se incorporó sintiéndose angustiado, sin poder discernir la realidad de sus elaboraciones inconscientes, se dirigió al café acostumbrado, el diario exhibido en la entrada registraba en primera plana el suicidio de una joven en u pasillo de la biblioteca, la noche anterior, con los ojos abiertos, tal vez esperando la mira­ da del personaje que tanto am ó»


Creación literaria

PALAERARTE / 31

No todo lo que brilla es oro Por Germán Segura, Lingüística Desperté a las 11 de la mañana, mej dirigí a la nevera y encontré una mar­ ca que me era poco familiar, y me; pregunté por qué razón no sabía de su existencia, era una de las 45 marcas de cerveza existentes en mi putrefacta nevera, era cruel­ mente llamativa, se encontraba al lado de unos huevos viejos con bas­ tante cebolla y tomate, que se ha­ bían dañado al caerles la sangre del hígado que le había comprado a Mondacon, a mi degenerado perro Mondacon. Aquella cerveza era como una gan­ grena que ataca muy lentamente a un órgano vital, si así era, ejercía en mi po­ drida masa encefálica ese poder de de­ cir sí, tómame, he esperado tanto tiempo y por fin me has visto, ¡no lo pienses m ás! PITSCH, AAHH ¿Cómo decir no? ¿Cómo decir no a una Amstel Light importada de Holanda cuyo valor sobrepasa los dos dólares? ¿Cómo coño estaba esta cerveza pasada si todavía tenía el sello de importación? Malparidito alcohol me has hecho tomar durante la última sema­ na Metrosinc y jugo de guayaba, esperando que se me cierre el moyeye, para no seguir gastando papel Palco. Pero tranquilo, tu tranquis que yo fresquis, algún día nos volvere­ mos a topar por el camino. ¡Cúidate que voy a acabar contigo!♦

Llegaron en la madrugada

Sublimación Por Alejandra Pineda. Lingüística

Tomás pensaba, lentamente ob­ servaba al cielo, respiraba el aire que llegaba hasta su piel... Hacía tan solo dos horas que había llegado a la colina más verde de un pueblo ale­ daño a Bogotá. Su decisión de visi­ tar de nuevo este lugar fue motiva­ da por el hecho de sentirse a sal­ vo... ¿A salvo de qué? Si sus ami­ gos y vecinos lo abordaban frecuen­ temente para saber de su vida, para acompañarlo; si su mejor amigo, el celador de edificio, lo escuchaba cuando él lo necesitaba; si dos amigas más, a quienes conoció en un bus urbano mientras leía una revista de caricaturas, también lo querían; si sus padres lo llama­ ban diariamente desde Popayán; si su novia... sí, no tenía novia porque no quiso nunca compro­ meterse. Pero le ardían los hue­ sos, se le descomponía la men­ te cada vez que se acordaba de eso, de su cuerpo, de su voluntad excesiva para aco­ ger el mundo, por intentar ser refugio de quienes no cono­ cía, él tampoco se conocía, o bueno, sabía que era ama­ do por muchos, que sus pa­

labras tocaban el alma de algunos dolientes de la vida, pero ¿y su cuer­ po?, ¿la carne?, ¿la piel? El sentirse un ser demasiado es­ piritual lo había hecho perder el sen­ tido de la materialidad; desde su ni­ ñez comenzó a deam bular hasta encontrar su supuesta felicidad, y la había encontrado (o por lo menos eso creía), veía el mundo como él mismo lo había creado. Fue feliz hasta que sintió la tierra, la colina que lo abrazó en un sueño denso por primera vez, un año atrás; desde ese día no dejaba de visitar ese lu­ gar todos los m iércoles, aunque siempre le incomodara la presencia de la misma mujer que lo observa­ ba desde lejos, en un valle de flo­ res. Él estaba aún allí, imaginando, desbordando su pensamiento, sacri­ ficando su espíritu altruista, vacian­ do su cuerpo de afecto ajeno, aco­ modando su caverna; sí, ya no se­ ría igual... De pronto, la mujer que lo observaba se acercó, se estaba haciendo más humana, entonces le tocó el brazo y le dijo: -Qué pena padre Tomás, se aca­ bó el tiempo. Lo esperamos pronto en Fantasía Virtual. Son $6.500♦

Por Juan Carlos Pérez. Literatura

Si escribe poemas, cuentos y demás asun­ tos que involucren la creación literaria este espacio está abierto a sus textos.

UN CON texto, Número 2, 2002

Todo ha quedado revolcado. Al entrar, cual­ quiera pensaría que los objetos, rebelándose con­ tra el orden de lo cotidiano, decidieron arrojarse unos contra otros hasta quedar finalmente regados por el suelo. Pero las hojas rotas de un libro, las astillas colgando de la puerta, la colchoneta con sus tripas de algodón desparramadas, son detalles que dejan ver la actividad de una mano destructora. Nada quedó im­ pune ante la escrutadora mirada de los ojos justicieros. Ni el baúl de la abuela, ni el frutero de porcelana, ni la caja de música en donde la bailarina danzaba al compás del vals. Hasta las arañas temblaban en sus rincones porque se sabían sospechosas de tejer redes clandesti­ nas. Pero la búsqueda fue infructuosa. Los verdugos no encontraron más que el polvo que acumula el tiempo en los resquicios olvidados de la casa, no encontraron más que los rastros que vamos dejando enredados a lo largo de nuestras vidas: viejas fotos, cartas de amor, poemas de ado­ lescencia; porque lo que ellos buscaban no estaba allí, porque lo que ellos buscaban nunca lo encontrarán. Ellos nunca podrán ver la llama que arde, rebelde, en el corazón del pueblo*


Fotos por Andrea Vergara

Acontecimiento / Semana Universitaria

VIDA UNIVERSITARIA / 32

Memoria / Aniversario del homicidio de Giovanny Blanco El 7 de noviembre se completó un año desde el homicidio de Giovanny Blanco, estudiante de Medicina, ocurrido durante una pedrea. Su recuerdo permanece en la memoria de quienes lo quisieron y en las paredes de ¡a Universidad Nacional las cuales, a vece funcionan como memoria para sus estudian ti


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