Sistema de Formación
Curso Inicial
Estrategia de desarrollo de los animadores adultos
Documento de apoyo 7
Asociación de Guías y Scouts de Chile
Material transitorio de trabajo
Rol de los animadores adultos Perfil general de los animadores adultos que necesitamos
Se necesitan como guiadoras y dirigentes no solo personas competentes para la función que desarrollan, sino también líderes que logran ser mejores personas gracias al compromiso con su tarea educativa.
Hombres y mujeres de buena voluntad, adultos y jóvenes adultos, que poseen madurez y equilibrio personal y que gozan de libertad para innovar porque conocen el método scout. Son capaces de compartir un proyecto de futuro, saben motivar y generar compromisos y están conscientes que son responsables de una tarea educativa en beneficio de los jóvenes, en cuyo desempeño ellos y ellas se desarrollan como personas. Organizadores y educadores
Al estar ambas tareas orientadas a un fin educativo, la mayoría de las veces la organización y la educación se presentan vinculadas en la práctica y la frontera entre unas y otras funciones no siempre es nítida. Sin embargo, para efectos didácticos, las analizaremos brevemente por separado.
En una Unidad los líderes adultos actúan indistintamente como organizadores y como educadores. Actúan como organizadores en cuanto crean condiciones estructurales que facilitan el proceso educativo: planificar, captar recursos humanos y materiales, supervisar, definir estrategias, instalar estilos de dirección. En general todo lo que se refiere al gobierno de la Unidad no son funciones propiamente educativas, pero influyen en su ambiente y en el aprendizaje. Los líderes se desempeñan como educadores en la relación educativa directa con los jóvenes, ya sea orientando, acompañando, contribuyendo a la organización de las actividades o participando en la evaluación para su aprendizaje. 1
Rol de los animadores adultos
I. Funciones de guiadoras y dirigentes de Unidad como organizadores Diseñar la Unidad
Generar compromisos
Se guardianes de la misión
Funciones de guiadoras y dirigentes como organizadores
Administrar la visión
Motivar
Diseñar la Unidad La formación suministrada a los dirigentes y el propio método scout, constituyen una información general que debe ser comprendida en su totalidad y luego adaptada a una Unidad determinada, atendiendo a las circunstancias de su entorno y a las características de las personas que la integran. La esencia del diseño consiste en organizar todos esos componentes para que se desempeñen como un todo en una realidad determinada. Esa información “de terreno” solo la tienen los líderes de “esa Unidad”. Conociendo bien el método y teniendo buen criterio, nadie podría hacerlo mejor que esos líderes, sin olvidar que no hay dos realidades idénticas ni dos Unidades iguales.
Ser guardianes de la misión Al hablar de los fundamentos nos referimos a la misión del Movimiento. Mantener a una Unidad bien diseñada, apuntando siempre en dirección a la misión, significa velar porque se aplique plenamente el método scout, creando las condiciones que generan el clima educativo. Esa tarea no corresponde a nadie más que al equipo de dirigentes. Sin olvidar que velar por la misión es también dar un testimonio personal de ese propósito.
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Administrar la visión La visión de una Unidad es la imagen que todos sus integrantes tienen de su propio futuro y que se expresa en sus objetivos anuales. Cuando esta imagen es compartida se convierte en una fuerza de impresionante poder en el corazón de todos los miembros, creando un vínculo común y dando coherencia a todo lo que se hace. Para ello los dirigentes actúan como administradores de la visión, cuidando que ella se intensifique y enfrentando a la vez los factores que la pudieran deteriorar. Si descuidan la visión, corren el riesgo que los equipos olviden sus conexiones recíprocas y la acción adquiera un carácter burocrático.
Rol de los animadores adultos Motivar A través de los múltiples intercambios que sostienen con los jóvenes, los líderes adultos convocan sus conductas y contagian entusiasmo por el logro de la visión compartida, por las aventuras que se preparan, por el fortalecimiento de los pequeños grupos, por el cumplimiento del calendario de actividades, por el compromiso con su crecimiento personal y por todo lo que se hace en la Unidad. Uno de los campos en que más se aplica la motivación de los dirigentes es en la promoción de las actividades, que si bien son ideadas y propuestas por los jóvenes, a menudo se necesita despertar su imaginación, deslizar ideas, sugerir iniciativas y ayudar a mantener el entusiasmo para que la actividad tenga atractivo, aventura y emoción.
Generar compromisos Todo el método scout, con mayor intensidad a medida que los jóvenes crecen, es una motivación constante a que ellos y ellas ejerzan su capacidad de optar y tomar decisiones. Tomada una opción, la guiadora y el dirigente procuran que los jóvenes trasciendan de la motivación al compromiso, tratando que incorporen en su vida las opciones que han tomado. Para lograrlo, procuran que los jóvenes renueven constantemente el sentido de la opción elegida. Un trabajo sin sentido no genera compromiso, a lo más acatamiento. Hay que decir también que compromiso es una palabra recíproca, que alude a la instauración de una mutualidad en la relación. La etimología de la palabra, “juntos a favor de una misión”, se refiere precisamente a ese aspecto. Un líder scout no es un comprometedor profesional que permanece ascéptico ante el compromiso generado. Por el contrario, invitar a alguien a asumir un compromiso es también asumirlo uno mismo. El que compromete a otro asume el compromiso de ser testimonio de aquello que le da sentido al compromiso.
II. Condiciones básicas de los animadores adultos como educadores
Condiciones básicas de guiadoras y dirigentes como educadores
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Tener tiempo y comprometerse por un período determinado
Establecer relaciones empáticas
La empatía consiste en la capacidad de reproducir en uno mismo los sentimientos de otra persona y así comprenderla, “poniéndose en su lugar”. La empatía con los jóvenes requiere además la capacidad de asombrarse con ellos y ellas, entusiasmarse con sus proyectos y “entrar en la aventura”, identificándose con el ambiente de descubrimiento que forma parte de la atmósfera de nuestra Unidad. Supone también silencio interior, tiempo y disposición para escuchar, aptitud para observar, capacidad de entender y valorar lo que se está escuchando, y sobre todo, control de la ansiedad, dejando que el otro tome la iniciativa.
La cantidad de tiempo necesario para formar parte del equipo de dirigentes depende del tamaño de la Unidad, del número de guiadoras y dirigentes que forman el equipo y de la intensidad del plan puesto en marcha. Para rendir lo mejor de sí mismo, cumplir plenamente y hacer las cosas sin precipitaciones, el tiempo promedio que se necesita oscila entre 4 y 8 horas semanales. Además, es recomendable que un dirigente se comprometa a servir en un cargo por un período previamente establecido, idealmente por 3 años. Esto dará continuidad al trabajo común y estabilidad a la Unidad, y en el plano personal permitirá “crecer en la función” y disfrutar haciéndolo cada vez mejor.
Conocer a los jóvenes
Participar activamente en la comunidad
Conocer las características psicológicas y las necesidades educativas de la edad de los jóvenes que pertenece a nuestra Unidad es muy necesario, pero no basta. Se necesita además conocer la personal e irrepetible forma de ser de cada joven, la que depende de innumerables factores que provienen de su naturaleza, de su familia, del ambiente en que actúa y, en general, de su historia personal. Para acompañar a alguien en su crecimiento hay que saber eso.
Los pequeños grupos no aprenden en el aislamiento, por lo que el método scout les propone que actúen integrados en su comunidad cercana e interesados en la comunidad lejana, el mundo global en que hoy vivimos. Los dirigentes que sirven de modelo a esos grupos tienen que ser un testimonio de esa propuesta. No están habilitados para ser líderes scouts quienes carecen de una inserción social clara, por modesta que sea, y que dan la sensación de querer escapar de sus responsabilidades refugiándose en el ambiente protegido del Movimiento.
Saber apoyar a otra persona para que crezca
Guiadoras y dirigentes necesitan disponer de ciertas actitudes y competencias que los habiliten para que el joven y la joven los reconozcan y acepten como interlocutores válidos de su crecimiento personal. Esto supone capacidad de los líderes para crear un vínculo que les permita ayudar a los jóvenes en tareas tales como fijarse objetivos personales, desplegar esfuerzos constantes para lograrlos, saber reconocer y admitir carencias y avances, tener tolerancia al fracaso y voluntad de recomenzar, saber integrarse en su equipo, aprender a relacionarse con quienes no son sus amigos y tantas otras tareas propias de su crecimiento.
Tener voluntad de aprender y crecer
En un sistema centrado en el aprendizaje, como es el caso del método scout, aquellos que lo aplican deben ser los primeros en estar dispuestos a aprender continuamente. La actitud de aprendizaje forma progresivamente la capacidad educativa, que se refleja no solo en la información que manejamos, sino también en nuestra habilidad para compartir significados, saber escuchar, conducir procesos y hacer bien las cosas. Y no solo crecer en la función, sino también desarrollarse como persona, para bien de los jóvenes y de sí mismo. 4
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Saber conducir y evaluar actividades
Además, en aquellas situaciones en que pudiera existir riesgo para la integridad física o la vida, no es posible experimentar con el aprendizaje por ensayo y error. Guiadoras y dirigentes deben entonces imaginar y detectar las potenciales situaciones de riesgo que están implícitas en las actividades que se desarrollan, identificando las conductas que minimizan el riesgo, estableciendo límites y transfiriendo a los jóvenes la capacidad de autopercibir y autocontrolar el riesgo, con respeto absoluto a los límites.
Esta condición agrega a la capacidad de motivación y compromiso las de organizar y analizar. Y no solo eso, sino también la destreza adicional de saber cómo ayudar a otros a que se organicen y aprendan a ejecutar y evaluar por sí mismos. Esto implica aprender a sostener el esfuerzo de los jóvenes generando a la vez capacidades individuales y de equipo que a ambos los hagan progresivamente más autónomos.
Hacer equipo
Todo el método scout está cruzado transversalmente por la dinámica de los equipos. De ahí que los líderes deben ser capaces de trabajar con otros, aportando talentos personales y valorando los aportes que los demás hacen. Trabajar en equipo no sólo es trabajar junto a otros, sino “integrado” con otros, lo que supone condiciones personales para tolerar y manejar la divergencia y finalmente hacer converger las ópticas individuales.
Trabajar en equipo con los padres
La familia aporta pertenencia y afecto, dos factores protectores fundamentales para nuestros jóvenes. El joven es parte de esa estructura básica y se le reconoce como tal, sin necesidad de afiliación ni requisito ninguno; y la familia, salvo situaciones patológicas, es el único lugar en que se proporciona al joven un cariño gratuito que no exige a cambio ninguna contrapartida afectiva. Adicionalmente, con excepción de ambientes u hogares en que existe un daño social o psicológico severo, la familia satisface las necesidades básicas, protege la integridad física, promueve el desarrollo, trasmite valores en forma no verbal y conecta al hijo con el mundo externo. Dados estos hechos, no es posible postular que nuestro Movimiento practica un método que aporta valores para la vida sin que guiadoras y dirigentes interactúen en todo lo posible con los padres de nuestros jóvenes.
Percibir y controlar el riesgo
Como toda empresa humana las actividades guías y scouts están expuestas a un cierto riesgo. Más aún tratándose de un sistema de confianza, que promueve el aprendizaje de los jóvenes facilitando el ejercicio de su libertad. Actuando fuera de sus controles habituales los jóvenes son más independientes, pero no necesariamente más autónomos, lo que aumenta el riesgo.
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III. Riesgo, prevención y responsabilidad Conductas a observar La condición exigida a los animadores adultos respecto de la percepción y control del riesgo, hace necesario que desde el Curso Inicial se insista a guiadoras y dirigentes sobre la relevancia de este delicado aspecto.
Todas las actividades guías y scouts tienen riesgos implícitos que deben minimizarse. Es responsabilidad de guiadoras y dirigentes evitar que en nuestras actividades ocurran accidentes. Con ese objeto es necesario observar las siguientes conductas: 1. Prevenir Emplear un tiempo en imaginar y detectar las potenciales situaciones de peligro que están implícitas en las actividades que se desarrollen, identificando las conductas que minimizan el riesgo y estableciendo claramente los límites. 2. Informar Dar a conocer a todos los riesgos existentes de una manera clara y directa, inhibiendo las conductas peligrosas. Cuando corresponda, debe agregarse un sistema de anuncios y señales. 3. Mantener la prevención y la información Mantener constante la actitud de prevención, reiterar continuamente la información sobre el riesgo y conservar la señalización en buen estado. 4. Estar preparado para socorrer con efectividad Si no obstante que se mantuvieron constantes las medidas de prevención e información se produce un accidente o situación de riesgo, hay que estar preparado para: • saber qué se hará en ese caso; • disponer en el lugar de los elementos que se necesitan para socorrer; y • conocer con anticipación qué medidas se tomarán para que la acción de socorro sea oportuna y no deje al descubierto otras áreas potencialmente peligrosas.
Minimizar el riesgo implícito Todas las actividades que hacemos tienen riesgos implícitos. Es tarea de los responsables evitar que las actividades de guías y scouts produzcan accidentes. El equipo, los materiales, el itinerario de una excursión, los medios de transporte, el tipo de actividad, el lugar en que se desarrolla, la ubicación de la cocina, el manejo del fuego, los alimentos que se consumen, la vestimenta, la ubicación de las carpas, los cambios de programa, todo lo que hacemos y todos los medios que utilizamos contienen un riesgo y pueden ser causa de enfermedad o accidente, por lo que deben recibir una atención cuidadosa, coincidente con nuestra preocupación por la seguridad de los jóvenes. 6
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Ejemplos de áreas de riesgo y medidas de prevención Equipo y materiales
Las cajas de materiales deben mantenerse en buen estado, evitando astillas, alambres, excesos de peso y latas o hierros punzantes o cortantes que sobresalgan. Transporte Durante el viaje todos deben tener asiento y se debe mantener el orden, evitando juegos físicos de cualquier tipo y que los niños saquen la cabeza, los brazos o el cuerpo por las ventanas. Es recomendable que los dirigentes se sienten “estratégicamente” entre los niños. Alimentos Se debe verificar la fecha de vencimiento de los alimentos que se compran y cuando se sale de excursión o campamento se deben mantener en lugar fresco, seco y alto, en recipientes limpios, correctamente tapados, fuera del alcance de animales e insectos. Vestimenta Evitar que los niños se mojen vestidos, permanezcan con ropa húmeda, soporten frío en forma prolongada, experimenten cambios súbitos de temperatura o mantengan húmedos los calcetines o mojados los zapatos. Salud y Cualquier enfermo cuyos síntomas superen los de una afección medicamentos infantil habitual en una salida al aire libre, debe ser derivado a un médico o centro médico. Fuego y cocina Mientras haya un fuego encendido, deberá haber en su proximidad un adulto que asume la responsabilidad por ese fuego, evitando que los niños corran riesgos al manipularlo o curiosear. Baño recreativo Todos los dirigentes deben saber nadar y uno de ellos, al menos, debe ser capaz de desempeñarse como salvavidas. Si no se dan estas condiciones, el programa de actividades no debe contemplar baño recreativo para los niños. Actividades al aire Se debe prevenir sobre los cursos de agua torrentosos, las libre y en exteriores laderas empinadas, las quebradas abruptas, los árboles frondosos o de ramas quebradizas, que ejercen atracción sobre los niños y son causa de eventuales accidentes. República 97, Santiago, tel (56 2) 26899000 http://www.guiasyscoutsdechile.cl 7