Cordillera Catálogo 3 años Galería Virtual
Autoras Cordillera Galería Gimena Castellón Arrieta Diseño y Edición Cordillera Imagen de Portada: Matilde Peña Pieri|Artista en Cordillera 9
Corrección de textos Adrede Editora Diseño de portada Cordillera Fotografía Las fotos pertenecen a los artistas Proyecto Apoyado por la Embajada de Argentina en Chile
Gestión 2019
ISBN: Propiedad Intelectual: ©De los textos: sus autores ©De las imágenes: sus autores ©ADREDE EDITORA, 2015. Colección Trabajo de Campo. Eduardo Castillo Velasco 895, Ñuñoa, Santiago de Chile www.adrededitora.cl - info@adrededitora.cl Impreso en Chile por: Productora Gráfica Andros Prohibida la reproducción parcial o total sin permiso escrito de la editorial. Todos los derechos reservados
Este libro digital es una compilación del trabajo realizado por Cordillera Galería desde el 2016 a la fecha. Durante todo este tiempo se desarrolló esta labor de manera virtual, en publicaciones issuu abiertas y gratuitas. Con la edición del material reunido, se quiere mostrar una guía de acceso visual para incentivar la exploración del contenido virtual; contenido generado gracias al aporte de artistas, creadores, antropólogos e historiadores, por nombrar algunos. Como una forma de dejar en claro manifiesto nuestro cambio de eje, se imprimió el último catálogo elaborado el mes de Septiembre del presente año, situando a Cordillera en una proyección futura dentro de la temática feminista. Por otro lado, se buscó reunir los textos generados en estos 3 años, creando un pequeño libro compilatorio llamado palabras intrusas, allí se encuentran aquellos textos realizados para cada edición de las publicaciones en formato fanzine. El último elemento es un esfuerzo por visualizar el lugar geográfico al que pertenecen los artistas y escritores convocados, creando así un gran tejido humano en el que se puede ver cartográficamente los lugares en los que Cordillera ha activado el quehacer artístico. Esperamos que el contenido sea un aporte para quien busque información relacionada a ampliar el conocimiento de artistas activos que proponen nuevas miradas en el arte. . ¡Espiar! Cordillera 
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Jimena Brescia (ARG) Jason Mena (PR/MX) Daniel Reyes León (CL) Danilo Cicive (ARG) Bruno Jara Ahumada (CL)
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Vicente Grondona (ARG) Joaquín Cociña (CL) Jimena Travaglio(ARG) Alexandra Gil Jiménez (CO) Carolina Sandoval Pardo (CL)
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Alejandra Mizrahi(AR) Teresa Giarcovic(CO) Elena Bellatoni (CL) Francisco Drisaldi (AR) Mona Sepúlveda (CL)
Lulú Lobo (AR) Massi Díaz (AR) Sara Paniagua (ESP) Laurel Ponturo (AR) Camila Ayala (CL)
Daniel Fitte (AR) Ezequiel Montero Swinnen (AR) Patricio Dalgo (EC) Virginia Guilisasti (CL) Israel Matus (CL)
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Rachel Harrison (CL) Rafael Guendelman Hales(CL) Javier Rodríguez Pino(CL) Agustín González Goytía (AR) Sonia Álvarez Contreras (CL) Josefina Astorga (CL) Francisco Estarellas(AR) Fredy Clavijo Cuartas(CO) Soledad Pinto (CL) Ricardo Castro Rossel(CL)
Simón jara (CL) Carlos Silva (CL) Miguel Rodríguez Sepúlveda (MX) Isabel Santibáñez (CL) Regina Calcaterra (AR)
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Walter Barrios (AR) Hemilio Vargas Vera (PE) André Strahinja Bousquet (CL) Agustín Rodríguez (AR) Matilde Peña Pieri (CL/UR)
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Paula Valenzuela Antunez (CL) Nicolás Guardiola (AR) Jojo Salazar (CL) Marlov Barrios (GUA) Carmen Esnaola (AR) Florencia Mellado(CL)
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continuará... Cordillera Galería Virtual http://cordilleragaleria.tumblr.com/ Catálagos online https://issuu.com/search?q=cordilleragaleria Redes sociales https://www.facebook.com/cordilleragaleria/ https://www.instagram.com/cordilleragaleria
Palabras intrusas
Cordillera Galería 2016 2017 2018
En cada inauguración Cordillera Galería invita a acercarse a las artes visuales a partir de las palabras. Tomando atajos desde la antropología, la música, la poesía, la investigación y ojalá muchos otros caminos más en lo que se viene en adelante. Los textos de los colaboradores funcionan como trailers de una película extraña que sucederá en capítulos/salas. ¿Cómo ingresar a la sensibilidad de las obras desde la virtualidad, cómo convocar a una atmósfera que nos haga permanecer frente al clic? Intentamos dejar la respuesta de estas dudas en las manos/letras de: - María Florencia Rua - Juan Manuel López Manfré - Luján Stasevicius - Johan Mijail - Sebastián Morfes - Antonio Calibán Catrileo - Nicolás Guglielmetti - Gabriela Claro Pignataro - Mariano Granizo
1/ La posibilidad de una línea que en el ritmo de la ondulación contenga la voz de un territorio por Cordillera Galería. 2/ La última generación de los recuerdos analógicos por Juan Manuel López Manfré
3/ Soy un ave exótica, efecto residual: artefacto extranjera por Gabriela Claro Pignataro 4/ Sobre crear romper y ocupar por Luján Stasevicius
5/ Proctopoéticas: Amor vegetal. El ano solar latinoamericano. por Johan Mijail
6/ Bicileta de ruta y otros poemas por Sebastián Morfes 7/Hacia una poética del hilvan
por Antonio Calibán Catrileo
8/ El futuro es distinto a lo que en internet pensaba por Maria Florencia Rua 9/ Sobre la obra por Nicolás Guglielmetti 10/ Verbo y afasia por Mariano Granizo
1/ La posibilidad de una línea que en el ritmo de la ondulación contenga la voz de un territorio
por Cordillera Galería
Cordillera surge de un síntoma que empieza en el mundo real para encontrar continuidad en lo virtual: Todos los años cantidad de artistas viajan en busca de nuevos lugares para explorar, para fortalecer su voz propia y para entenderse en el otro. Cada año en esos viajes las redes entre unos que llegan, otras que están, generan una trama que gracias a las redes sociales de distinta índole se transforman en una masa de acción, un equipo que genera una propia cartografía. Cordillera tiene como propósito realizar una experiencia de doce muestras, en principio. Artistas de distintos países conectados en su perfil de gestores de plataformas y activadores de materialidades y locaciones limítrofes, exhibirán sus trabajos generando una visualidad en palimpsesto. Distintas voces cantan a distintos territorios, pero en esta situación fuera de mapa nos preguntamos, desde donde y hacia donde llega lo local en un artista que muestra en cordillera. La cordillera tiene una particularidad, siempre parece que está más cerca, y siempre parece que es más misteriosa. En esta galería cada mes se propondrá una trama de cinco artistas donde cada uno desde su propio universo y con su impronta personal, exhibe en la sala que le es asignada. Cada mes un artista emergente, de distinta nacionalidad, tiene por primera vez su individual. Hay algunas pocas reglas que nos hemos puesto en Cordillera, una es que sean solo doce muestras, otra, no repetir artistas, una más, hacer un catálogo por muestra que además incluya el texto de alguna persona que linde con las artes en su hacer o pensar, pero que su formación sea totalmente otra. Entonces cada mes un antropólogo, sociólogo, arquitecto, físico, etc. nos expandirá el universo visual para poder navegar este contenedor de imágenes con una brújula quizás no tan familiar. Los artistas que inauguran la galería en el mes de Agosto tienen,
como mencionamos más arriba, la experiencia de generar o haber generado, plataformas y dispositivos para que otros puedan comunicar. Jimena Brescia, desde Argentina cuenta con dos experiencias muy interesantes que además implican expandir un poco el habitual circuito de exhibición de Buenos Aires. La primera experiencia se llamó MIMICROMUSEO, la segunda UNDERMUSEO. La anécdota personal, una herencia entregada y quitada, sirve como activador para que artistas muestren colecciones privadas de obsesiones y trabajos en el límite de serlos. Por un lado un local empotrado dentro de una galería comercial, por otro, un sótano dentro de una especie de cité, locación que lentamente fue extendiéndose a los interiores de algunos departamentos generando espacios de exhibición y diálogo un tanto inesperados. En ambos casos las palabras, colaboración y barrio, hacen eco con el andar de un tren que no deja de pasar. Las actividades artísticas se mixan de un modo muy natural con la vida recreativa de quienes allí viven. Estos dos proyectos ya concluidos dejaron sin duda una marca, un antecedente en los emprendimientos artísticos periféricos de la la ciudad de Buenos Aires. Jason Mena, por su parte funda la Embajada, una sede de residencia e interacción donde artistas de diferentes tipos encuentran un equipo dispuesto a acompañar las investigaciones que surjan. La embajada hace existir lo que no tiene domicilio, un sentimiento de patria contenedora que es un principio de ficción. Un lugar de encuentro que para un puertorriqueño en México ha sido tiempo, meses, años de hacer suyo un lugar que no posee embajada de su propio país de origen. Daniel Reyes León, tiene tres plataformas creadas bajo los principios antes mencionados; Baco Batuco Arte Contemporáneo, Adrede Editora y la revista Arte y Crítica. Al igual que en el caso de Jimena y Jason, Baco busca la desplazar la escena local de la geografía que
habitualmente los contiene para poner a los artistas contemporáneos a repensarse fuera del sistema central, en este caso del instalado en Santiago. Las locaciones que se abordan son en general una gran negociación con fantasmas y mitos locales, los materiales mutan y los artistas se sienten libres de experimentar, generando nuevos espacios de reflexión. Arte y Crítica, hoy queda todo su archivo online, fue una revista necesaria y de referencia para poder hablar de un lado b, desde un discurso político y formador del arte por fuera del mainstream. La editorial publica libros de arte, una situación que requiere de entusiasmo y fortaleza ya que los impuestos al libro en Chile, lo vuelven una actividad sisifesca. Danilo Cicive, desde Bahía Blanca, y hace ya algunos años funda Perfecta Galería junto a un grupo de amigos artistas de la ciudad. La galería se transforma en un faro para muchos agentes culturales que habían dejado la ciudad para vivir en Buenos Aires, y da visibilidad a los locales que encuentran al fin un lugar donde poder generar trabajos más arriesgados. En este número la muestra individual de artista novel va a cargo de Bruno Jara Ahumada. Un trabajo que nos ayuda a recordar que el humor también puede pertenecer a todo esto, que tomarse las cosas a juego es una cosa seria, y requiere de mucho trabajo. Pulir la autobiografía, revisar el grosor de malla, de lo que se queda en el ritual del artista, en el taller y lo que sale en obra. ¡Gracias por visitar la galería! CORDILLERA
2/ La última generación de los recuerdos analógicos
por Juan Manuel López Manfré
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ecuerdo un primer momento en que comencé con el arte de perderme. A los 5 años, mi forma de salir del mundo era el piano de mi mamá que estaba un piso arriba, en el departamento de mi abuela y mi tía abuela. Me sentaba en el taburete, levantaba la tapa del teclado y comenzaba a tocar. Las cosas que me pasaban cuando hacía sonar las notas y dejaba que los sonidos se apaguen solos. Creaba obras improvisadas y efímeras que interpretaba solo para mi. La técnica: la de un niño que no sabe tocar el piano. No podía terminar nunca de experimentar los sonidos que daban las teclas y las combinaciones entre ellas. No sabría decir si las emociones que iba sintiendo me conducían a tocar o lo que tocaba despertaba en mí esas emociones. No obstante, puedo afirmar que cuando entraba en el living de la casa de mi abuela y me sentaba en el piano, el mundo no existía porque me perdía en una temporalidad y lenguaje lejos del territorio de los relojes y las palabras. Este recuerdo es, de alguna manera, nuevo. Apareció -mejor dicho irrumpió- en mis pensamientos en medio de una clase en la Universidad. No pude escuchar más al profesor. Me sumergí en la memoria y me dediqué a tratar de recordar todo de esas tardes sentado en el piano del departamento de la calle Miller. Me detuve en la intensidad leve de la luz que entraba por la ventana, los adornos que decoraban los estantes, las fotos arriba del piano, la mesa grande, las teclas amarillentas del instrumento. Quise recuperar la sonoridad de las músicas que improvisaba: obras temporales, sentimentales, que sólo sonaban para mi. Quizás, esta anécdota sea útil para describir algunos elementos de las sensibilidades de los jóvenes de una generación que nació en un mundo y vive en otro, que recuerdan recuerdos analógicos en un mundo digital. Aquellos que se los puede reconocer por “tener la misma altura frente al horizonte de problemas de su tiempo” (usando palabras de Julián Marías), están configurando a través de varios procedimientos, una nueva forma de vincularse con elementos fundamentales de la vida. El tiempo. La obsesión metodológica de habitar por completo el tiempo, querer detenerlo como gesto romántico ante la desesperación de la desaparición del mundo conocido en la niñez. Aprender las viejas técnicas como lenguas
muertas que necesitan volver a la vida. El parentesco. Con el ahínco y estrictez de los etnógrafos clásicos, se trazan árboles genealógicos y se los estudian. Es importante conocer los vínculos que nos preceden. No hay que dejar que se pierdan, pero no hay que querer repetirlos. Nunca se trata de volver atrás, la idea es tomar elementos del pasado con la intención de querer construir el futuro. El amor. El encuentro de las nuevas soledades. Se busca desear y elegir los vínculos humanos y no aceptarlos por la imposición de las instituciones sociales como el matrimonio y la familia. Nos encontramos con la posibilidad de que este sea el tiempo de los nuevos románticos, portadores de otros espectros de lo sensible que se reconcilian con la nostalgia y el gesto obsesivo, y los transforman en tecnología de rescate, de saber y de potencialidad de futuro. Buscando algo tan familiar y exótico a la vez como habitar el tiempo para volver a contar historias.
3/ Soy un ave exótica, efecto residual: artefacto extranjera
por Gabriela Claro Pignataro.
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eo en las cosas el eco de algo que no puedo nombrar. Una planta aparece, de pronto su ruido. Un tic tac para criar una secuencia florida. La primavera llegará tarde o temprano, como todo aquello que no puede ocultarse. A veces se extraña, se mira la espina de alguien que es un recuerdo: digo mi nombre al revés. Aparezco. El espacio, la casa, la cosa. Las paredes hablan. Temer los datos, el lugar. Qué historia, se dice. Estoy frente a la ventana, con la cara pegada al vidrio; es decir, si quiero puedo acercar la llanura de mi piel al cristal y sentir el frío de la primavera inestable que se transfiere en la tarde gris de este martes. Desde el balcón de un quinto piso, sin edificios haciendo guardia enfrente, la ciudad se desarma como un cuadro, un Hopper gaucho-urbano. La bruma profusa, clareando del fondo hasta acá; escalonándose las torres y antenas descendiéndose de la línea del horizonte hasta llegar a las casas bajas. El barrio, mi barrio, mi pequeño reinado que no adueño. Las tejas partidas, las terrazas descuidadas, el punto santa clara de los cables telefónicos en la esquina. En diagonal a mí, cinco pisos debajo del nivel de mi peso falsamente suspendido, y cruzando la calle: la casa de la ochava. Parece deshabitada, no me animaría a decir “abandonada”, tan sólo sin trazos visibles de reacciones humanas en este período de observación. Quisiera que me tomasen una foto cuando estoy así de callada, para poder recibir mi contorno como una forma por fuera de mí. Salirme del lenguaje para nombrarme como nombro las cosas que existen: casa, perro, árbol, nube, ella-yo. Tengo puesto un pantalón negro con arabescos blancos. Un pantalón fresco, suelto, dónde mi cuerpo oscila en el espacio entre la piel y la tela. ¿Cómo se llama aquello que existe entre dos periferias? La periferia de la piel y la de la prenda. Ese espacio aerial, invisible pero existente. La periferia de la vista y la superficie del objeto, la distancia entre la palabra y el oído. El trayecto entre el pensamiento
y la manifestación. Como la fuerza que mantiene a los imanes repelidos, alejados, un flujo magnético que no se traza en el espacio sino a través de la conducción sensorial de los dedos que sostienen los imanes hasta la decodificación del cerebro. Así, es eso que quiero explicar y no puedo. La dimensión del fortín que se levanta en el desierto. El desfasaje entre el sentimiento y su efecto en el tacto. No lo veo desplegado en el movimiento de los labios y la lengua, pero aún así, se siente en alguna capa magmática del cuerpo. Entonces irreverentemente, existe. Como ese flujo magnético capaz de plegar las geografías plateadas, o alejarlas. La fuerza es la misma, la cercanía o el deslizamiento opuesto dependen de la cara que se muestre. Y en esta amabilidad de los metales, se reduce el universo. La fuerza siempre es la misma para detener o avanzar el tiempo. La potencia, la sustancia irreducible es la misma: la elección cualitativa es la libertad del ojo que mira. No es un acto de fé. Vagabundeo por la ventana y entre el paisaje y yo está mi propio reflejo tenue en el vidrio. Somos dos entonces mirando el barrio, y una la que se mira aunque sin verse. La soledad templada del que escucha, que siempre escucha. La abstracción del que escucha lo que no se oye; la del náufrago, el preso, el escapado, el irredimido. Volverse invisible sin desmaterializarse. Suena el teléfono y no atiendo. Hoy no debería estar en casa, por lo tanto nadie que me busque me estaría llamando. Y si así fuera, podría estar desde luego, en cualquier lado. Afuera de todo, adentro mío. Un camello llevando su propia reserva de energía en los días. La joroba que no pesa, ese es el único equipaje portable, biodegradable. Sospecho que todo lo demás es, transitorio, por lo tanto contingente. Eso es algo que me enseñaron las iguanas. Recuerdo la primera vez que aparecieron en el barrio, muchos veranos atrás también.Las iguanas son como oráculos estacionales, su presencia se adelanta a las cigarras y grillos; independientes de los alguaciles. Estos pequeños dinosaurios, surcan las paredes, los ladrillos, las fachadas de horribles azulejos como evidencia de una
ciudad que olvidó las leyes esenciales. Hijas pródigas de la naturaleza, las iguanas resisten a la modernidad desde su piel escamosa, su desplazamiento veloz. Sus caritas de velociraptors en miniatura, atestando rápidas miradas a las grietas. La primera vez que las vi, me asusté y asombré; ese embeleso de lo desconocido cuando somos chicos. Estar de frente a un nuevo mapa móvil, que respira y nos huye. Una vez, un espécimen muy grande se paseó delante de mí mientras regaba las plantas. Lentamente me acerqué, la tomé de la cola. Cesó su movimiento de colibrí reptante, un péndulo que se detiene. Un ruidito casi inaudible, un crack en escala liliputiense y la iguana desandó su cuerpo. Un transformer. Y me quedé con la cola entre los dedos. Artefacto, brote nuevo, efecto maravilloso. Quisiera que me tomen una foto, donde me sienta respirar y el corazón latir frente al infinito movimiento de las cosas. El punto infinito. Si somos el punto infinito, la mínima expresión del universo, una pequeña totalidad en sí. El punto no tiene partes, no se puede partir, pero las construcciones parten de él. La línea, el plano y el volumen; la casa, el templo, la nave espacial y la bomba nuclear. Su existencia devela, que siempre hay algo oculto. Algo adentro del punto que no se disuelve jamás y viaja en el tiempo. Intocable. Si hallamos nuestro origen, punto desde donde todo puede construirse, romperse, perderse y volver. Mellar el escombro, hacer piel ceniza, hambre basura, cuerpo reactivo. Porque el punto es, estar en casa. Quisiera que me tomen una foto, donde me sienta respirar y el corazón latir fuerte. Ser salvaje excitación de una tribu descubriendo
un nuevo río y darle un sonido entre los dientes; ser el miedo abismal de estar abriendo la puerta de algo jamás visto. Cruzar la frontera. Y no olvidarlo nunca. Poder volver siempre que se quiera. No olvidarlo nunca. Recordar el camino de las piedras centellantes en el barro. Estoy en la selva. Quiero que me saquen una foto y no me puedan clasificar. Como esas aves exóticas arremolinándose en lo alto de las Yungas. Sin conciencia de sí, hermanas del todo. Traspasándose los milenios en la memoria del canto. Quisiera que me saquen una foto, donde me sienta respirar y el corazón latir fuerte. Para entonces volver a mi nombre, pero de otra forma. Y no olvidarlo nunca. Ser efecto residual del paisaje. Ser algo amputado articulación involuntaria extrañado el brazo fantasma manifiesta espectral su movimiento signo de una metamorfosis masticada hacia adentro ritmo dominó modifica las aguas el mar puede volverse todo el río, devano cortajeo devengo: artefacto-extranjera//
4/ Sobre crear romper y ocupar
por Luján Stasevicius
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Para qué sirve el arte? A veces parece que todo se apaga, que nada produce sentido, que nuestras narrativas se vuelven absurdas. Que todo se maneja a otro nivel, un nivel por fuera del alcance cotidiano en el que subsistimos, pero que a la vez ese todo deja su marca indeleble en lo que nos rodea. Nos volvemos espectadores indefensos, como sostiene Nicolás Bourriaud, en un sistema computadorizado animado por algoritmos. Es descorazonador, sí. Ver los hilos pero no poder cortarlos, manipularlos aunque sea. Es lo que le pasa al ciudadano que se despierta en la dictadura del mercado; nada de lo que tiene es suyo, ni siquiera sí mismo, pero al mismo tiempo no puede detenerse, porque en esa pausa se le va la vida. ¿De qué nos sirve el arte, en todo esto? ¿Puede desandar hipotecas, puede convencer a los bancos? ¿Puede regular la flexiblización laboral? ¿Quizás acaso pueda volver explícito todo lo abstracto que impunemente nos define, traer a la fuerza esos fantasmas para que rindan cuentas? No. Por supuesto que no. Pero al mismo tiempo tal vez sí. Tal vez el arte puede, pero puede otra cosa.
El arte contemporáneo trabaja, se mete en el medio, ocupa su espacio. No puede ayudarnos, en el sentido que no puede responder plegarias. No le pedimos que mejore nuestras condiciones, sería injusto. Pero sin embargo también lo hace. El arte nos muestra que todavía es posible poner el cuerpo, que todavía tenemos algo material con lo que apostar, que no somos obsoletos. Desde ya, no es una cura, sino una prognosis. No existe cura por otra parte, como no existe el todo, porque el todo se cancela, porque es igual a la nada. Existimos nosotros, no el todo. Y en nosotros se transmite y se especifica el síntoma. Esto nos lo deja
claro la obra de arte, cuando la contemplamos, pero a la vez formamos parte de ella, la completamos. Habilitan las obras, entonces, una forma particular de ocupar con el cuerpo, de ponerlo en escena y retomar, así, como en un manifiesto, la posición del agente, del hacedor, a través de la performance pero también a través de la metonimia del trabajo. Estamos a merced, pero también seguimos siendo. Tenemos derecho a seguir siendo, aunque eso se reduzca a ocupar un espacio.
El arte es, entonces, un quiebre en la pasividad de lo abstracto que permea lo cotidiano. Nos demoramos en una sucesión de días en los que somos leídos, interpretados, codificados y catalogados en sistemas que no están a nuestro alcance ni en nuestro poder, pero que tienen la libertad de marcarnos arbitrariamente, dejarnos cicatrices.
Frente a esta abstracción sádica, la respuesta es seguir poniendo el cuerpo, no como víctimas dóciles, sino como espacio de resistencia. Volver a producir manualmente, dejar(se) ver, personalizar la marca, son respuestas que, una vez más, rompen con la placidez de lo virtual. Mecanizar en la diferencia, cortar, copiar y exhibir son, en este sentido, un intento de definir y activar, en lugar de prestarse inocentemente a ser particionados en bits y homologados a datos contiguos. Para eso sirve el arte.
5/ Proctopoéticas: Amor vegetal. El ano solar latinoamericano.
por Johan Mijail
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l amor vegetal es una cita que va del texto al sexo. Es una detención, un rescate analético. El cholerío. Es un carnaval latinoamericano, un pliegue. Es este tiempo donde aprendo el calendario maya desde mi culo, intentando, contradictoriamente, producir conocimiento del cielo, del universo completo. El ano solar de Bataille reescrito desde un juego textual que aspira a cambiar la ruta hacia un ciclo sagrado de 260 días. Entonces es el espacio que ocurre en la distancia que hay entre la tierra de las flores y el cielo de los pájaros, la tierra de todas las plantas, donde pongo los pies: donde los pones. El cielo de todas las aves, de cualquier organismo con alas. Mi ano también es el lugar donde ocurren eventos astronómicos, una fiesta de sensaciones y astros, el lugar de una cosmología kuir que te está diciendo: llámame indígena, negrona. El ano solar latinoamericano es una escritura glífica, donde sobresales en el tiempo. Una escritura glífica que no es heterosexual ni de occidente, sino logogramas que te van describiendo dónde está la próstata para que la estimules: es latinoamericana, también. Como un mapa de lecturas rotas que va reconstruyendo claves performativas, porque esto es sobre todo una performance que desde su propia performatividad no hace más que contribuir a la imaginación transfeminista. Es por ello que apuesta a lo plural, a la metáfora de la apertura del espacio anal, del cuerpo. En vez de escribirse sobre cerámicas, el ano solar latinoamericano del amor vegetal se escribe en un cuerpo logosilábico que espera a ser interpelado, cuestionado. Aquí, tú también eres el sol, y debería de ocurrirte un frenesí amoroso, deberías de ocurrir de la misma manera que un volcán en erupción. Aquí, es otro momento: ya no circula sangre debido a que el ventrículo izquierdo del corazón te ofrece savia y un vehículo donde todo se transforma en paradoja aunque estamos más cerca de poder experimentar procesos fotosintéticos, lograr una quietud. Ahora, las plantas no solamente se elevan al ritmo del sol, sino que salen de un ano que no es pasivo, que no es homosexual, sino
un posicionamiento que resiste a una violencia epistemológica, a la historia, a la diferencia sexual. “Y su coito polimorfo está en función de la uniforme rotación terrestre”, marina. El amor vegetal es entonces la negación de que las plantas son fálicas ya que devienen al menos en estas páginas una realidad horizontal, una siesta. Además, se constituye en la siguiente opinión: el falo es una hipótesis del pene. Pene no es sinónimo de falo. El cuerpo del ano solar latinoamericano está de forma horizontal para dejar que todas las ideas, que toda la imaginación, que todas las palabras circulen aligerando el espesor de esta inflamación, de esta forma de hacer política desde la pordiosería. Las plantas acostadas, saliendo de un ano esperando mitosis ahí donde la escritura se te mete por la piel, también y te afecta el ánimo, las células, tu vida. La escritura de la disidencia sexual que propone el cuerpo del ano solar latinoamericano como un sistema inmunológico que en vez de funcionar como defensa, te empeora para bien, te abre la herida: dejando el dolor interior al descubierto. Plantas acostadas como aquella mujer¹, que escribe un manifiesto preguntándonos a todas cuál es el lugar del cuerpo activista cuando ella no se podía levantar de su cama. Como Onetti, claustrofóbico cambiando el mundo mientras hacía de su universo imaginativo un lugar nunca común, de esa cama donde casi no quiso o no pudo levantarse.
¹ Esa mujer a la que hago referencia es Johanna Hedva. Una activista norteamericana que escribe un profundo manifiesto y análisis cuestionando el lugar del cuerpo activista y como ella a pesar de estar aquejada por un problema de salud, levanta su puño, desde la cama cuando escucha las protestas relacionadas al “Black Lives Matter” (Las vidas negras importan). Llegué a ella gracias al texto que leyó Hillary Hiner el lunes 5 de diciembre para una presentación que hicimos junto a Jorge Díaz de nuestro libro “Inflamadas de retórica: escrituras promiscuas para una tecno-decolonialidad” (Editorial Desbordes, 2016) en la biblioteca Nicanor Parra de la Universidad Diego Portales en Santiago de Chile. Puede leerse ese manifiesto en el siguiente link http://www.maskmagazine.com/notagain/struggle/sick-woman-theory
6/ Bicileta de ruta y otros poemas
por Sebastián Morfes
Lecho Ninguna huida imperceptible ni lenta. El humo de lo que se perdió en este día oscurece los vidrios del living que se convierten en el mejor informe celebrando el brillo de quien con o sin lucha perdió. En el teléfono un mensaje. En la computadora notificaciones sin leer. Dormido después de este día desperté horas más tarde extrañado y me perdí. La ventana está abierta y las luces de la calle no tiemblan. Calculo es tarde para un llamado. Igual imagino a vos durmiendo con la puerta casi cerrada, el teléfono en la mesa de luz, tu brazo avanzando como el de una nadadora deportiva que toca al fin el borde de la pileta y alcanza un celular sonando. Hablamos. Te saco del plan caníbal del sueño. Además de tu voz, el micrófono del celular toma esa reconocible respiración de tus hijos; de día espían el peligro atrás de tus piernas a esta hora que cada auto abre una corriente en la cabeza respiran y luchan por un lugar en el lecho como desconocidos de este viaje que conocimos empezado. La luna con cada palabra empieza a bajar las cabezas y dirigir los sueños, el movimiento de la tierra, la suerte de los que transitan el río, el funcionamiento normal de las máquinas que hacen que con esta sensación que no nos lleva a ningún lado vayamos conduciendo esta charla que resiste como una planta en la sombra de un pasillo.
Bicicleta de ruta Cuando vuelvas a tu casa en bici después de un día de trabajo no esperes calles vacías, tampoco un cielo despejado, mejor que el que te esperaba en la puerta de tu casa con una caja de herramientas por un arreglo se demore y no cumpla. Mejor las nubes tejiendo un día gris y mejor que las puertas de los autos se abran sin aviso y que elijas en cada maniobra, en cada frenada brusca la orden para volver a la pista, la que sigue la abeja por los patios conocidos donde, como un tesoro, el polen se esconde. Que pase de todo: roturas mecánicas, pinchazos distracciones, que revienten bichos contra tus ojos que vuelvas con la bici en hombros como como si cargaras un compañero baleado, y seas otro chofer jugado en la velocidad, mejor mucho, pero mucho mejor que creer que todo lo que hoy respondía a tu control haya seguido el camino del estudiante incauto que ante cualquier obsesión cree seguir un camino luminoso al conocimiento. Ojalá no pares hasta llegar y los que viajan con vos, esos fantasmas suspendidos en el ruido de tus ruedas zumbando en el asfalto, te acompañen siempre. Que te hagas amigo del dolor de rodillas y la grasa en el pantalón te recuerde que venís de una oficina, que vas a ningún lugar próspero. Sin tentarte por el camino más corto que en el regreso a tu ruta aparezca un consejo liviano como el mundo que recorrés y pasa.
Redonda Bajo la la luna vuelvo a mi casa y voy atento al ruido de la cadena de mis oraciones y escapo al de las repeticiones: pienso que en este punto del camino avanzo menos y los pozos, y mis dudas y las investigaciones de unos chicos que vuelven de amerika crucé a dos que se peleaban a los gritos-. Voy derecho mil kilómetros hasta que el cielo se quede quieto. Ahí doblo. Pero ellos -esos chicos que crucé - están sacudidos por cimbronazos esta noches; se quedan solos después de escribir en la cesura negra de los contratos adultos. Una chica se abraza a otro que parece ser su amigo como si fuese un palo en un mar infinito. El viento le mueve el pelo a él y a ella le seca la saliva de la sonrisa. Las bolsas de basura descansan en la vereda como las boyas de los pescadores oscilan en la superficie de la ría. En mi cabeza me estrello, me recupero, voy vengo en maniobras sobre la espuma que junta la Avenida Córdoba.
Una luz nos enseñó el camino más corto a un bar cheto Por una cortada, bajo los árboles de copas mutiladas las obligaciones del día se apagaban como una vela de decoración; quedaba la estación más esperada del día, como dice ese poeta del que no nos hacemos cargo: “como el niño espera el día de su cumpleaños”. Por una cortada bajo los árboles de copas mutiladas una luz nos enseñó el camino más corto a un bar cheto. Las manchas de uso escribían en el blanco de los sillones sobre aquello que se diluye, un mensaje público que creímos dedicado solo para nosotros. Comimos con la mano a eso, unas verduras hechas en una sartén antigua, y los dedos se nos encendieron como víboras electrificadas. Parecíamos iluminados en el fondo del mar, mover la cabeza con el arrullo de la hora. Por una cortada bajo los árboles de copas mutiladas un policía de la milicia metropolitana nos enseñó el camino más corto a un bar cheto. Y mientras una gaseosa se vaciaba atizamos el ritmo de una charla que se interrumpía por presencias: un ficus de maceta, una mosca urbana alejándose de la falsa gravedad. Marcábamos con un chasquido de párpados el ritmo de todo, picando burbujas en la lengua, dura, como los cobayos sostienen el alimento que roen. Por una cortada bajo los árboles de copas mutiladas una intuición nos enseñó el camino más corto a un bar cheto. Antes de que los besos pongan pausa al motor de los hábitos ladrillo tras ladrillo apoyamos otro bloque sobre aquel baldío exuberante. Se embolsa una mediasombra prolija que filtra la luz cenicienta del cielo imitando la respiración de un cuerpo asombrado, manso. Por una cortada bajo los árboles de copas mutiladas el error nos enseñó el camino más corto a un bar cheto. Los bombazos del pecho, los cubiertos percutiendo contra el piso o las rodillas, cuidándonos de golpes sorpresa, las servilletas abolladas y el importe de la cuenta eran
nada a comparación de todos los golpes al bongó que la bachata sumaba al ritmo mínimo necesario para mantener encendido un cuerpo. Anoche, copas mutiladas, luz, bar cheto.
Moesta et errabunda de las callecitas de Guaminí recuerdo en igual medida el aullar de los molinos y el sonido de los caños de las bicicletas contra los postes de madera. Pero aparte, a vos Florencia Parva bajando la vista ante los chabones esas tardecitas de verano de aquel año lleno de crisis.
7/Hacia una poética del hilván
por Antonio Calibán Catrileo
H
ace algún tiempo atrás leí en una revista un texto que hablaba sobre el concepto de hilván. En él, Mauricio Pezo, explicaba desde su punto de vista lo que significaba esta palabra, esto me hizo pensar en la profundidad que tiene el gesto de coser y de los textiles en general, de cómo se puede establecer algún punto de reflexión a partir de este lugar. Pensarse desde el textil como un ejercicio no solo ligado a este oficio, sino viéndolo como un territorio de pensamiento crítico, de afiliaciones políticas, de resistencias y nudos. La cita era la siguiente:
La palabra hilván viene de hilo y vano. Es “aquella costura de puntadas largas con que se une y prepara lo que se ha de coser después de otra manera”. Hilvanar es una tarea nada ociosa aunque sepa provisoria. Sus puntadas, torpes y exageradamente visibles, siempre se reemplazan por una sutura camuflada con los textiles del traje. Pero los buenos hilvanes difícilmente se borran. De inmediato me arrojó la pregunta de si el hilván, en su constitución etimológica nos permite trazar una reivindicación del “hilo vacío” pensando sobretodo en que el hilván es un gesto, un ensayo, una prueba antes de coser la pieza definitiva. En ese lugar del ensayo y de las posibilidades que este nos da veo una actitud que me conmueve, que me re-mueve también. Pensar el hilván como un hacer y des-hacer, como un cuerpo ensayado, una sutura, un enlace. Nuestras filiaciones políticas y afectivas se dan a través del hilván. Quisiera pensar(me) y pensarnos de esa manera. El hilván es una huella, una marca que pese a no ser definitiva nos transforma, es altamente performativa y su potencial la convierte hoy en mi estandarte. Mis textos y múltiples devenires se trazan y piensan desde el hilvanar. Yo, cuerpo hilvanado, nombrado por mis padres como Jaime Antonio Araya Miranda. Mapuche tercera generación, de nacionalidad chilena: desato mis coseduras, deshilacho mi bandera y lo que con ello he de cargar. Negar el nombre es una actitud que visibiliza los problemas que he ensayado durante mi estadía en la Escuela Ad Llallin. a través de una bitácora personal y de la práctica textil, he podido revisar mi infancia, entendiendo que el tiempo occidental funciona desde un plano lineal,
moderno y modernizador, que Chile es Violencia, por eso mismo escojo negar mi nombre, como un gesto político y afectivo que se vincula con la práctica textil. Ante la imposibilidad de constituirme como un todo, veo en el pliegue la oportunidad de conectarme rizomáticamente con otrxs, que también están en mi situación champurria. Yo, cuerpo hilvanado, ensayo y error, ni lo uno ni lo otro. Demasiado blanco para autodenominarme mapuche, demasiado desconfiado y violentado para sentirme chileno. En esos pliegues perdí la esperanza de encontrar los orígenes y la identidad, como si se tratasen de algo fijo y cosificado. La escritura es en el fondo hilván. El textil nos enseña a poder reconocer esto, porque la práctica de la tejedora está asociada al trazo de lo visible y de lo invisible, inmersa por lo tanto en una red de memoria ancestral, la tejedora tiene un rol muy importante dentro de todas las sociedades. Por eso mismo, mi cuerpo hilvanado desea tanto devenir tejedora, como una manera de poder levantarme y recuperar el nombre mapuche que mi familia borró tras haber llegado a Santiago a comienzos del siglo XX. La bitácora del hilván es la humilde manifestación de un proceso de aprendizaje, pero también de múltiples desprendimientos de conocimientos colonizadores. Urdir, hacer el tonon, entender la lógica con que opera cada técnica textil es explorar una infinita posibilidad de generar un pensamiento crítico e intelectual que se manifiesta en el gesto de tejer, pero también decanta en otras formas visibles como lo es para mí el ejercicio poético y visual. Por eso mismo mi bitácora son fotocopias de archivos y recortes personales, preguntas sobre mi potencial mapuchidad, nudos que me plantean otra forma de teorizar, de vivir negando también esa forma de humanidad occidental, tan pomposa y separadora, que piensa desde un lugar asimétrico las cosas, separando a la humanidad de la naturaleza, del día y la noche, de lo femenino y lo masculino. Esa idea de la dualidad me ha costado entenderla bien, claro está que la aprendí cuando era chileno en mi familia, en la escuela, con los amigos, con el amor, el sexo. Pero luego tras conocer las complejidades de las técnicas ngeren, ñimikan y ñimin, he comprendido que la dualidad es solo una de las formas en que se puede ordenar el pensamiento y la supuesta realidad, pero que también coexisten de
forma simultánea otros ordenamientos, en ese ir y venir, el rakizuam (pensamiento) se levanta, de este modo, la presencia de ñimikan me abre otras posibilidades para entender el mundo: dos son colores de base y uno es el que dibuja, la pareja se teje recíprocamente y el otro flota sobre ellos libremente, se abre al dibujo, despierta en los dedos de la tejedora la memoria ancestral, trayendo al presente dibujos que aparecen de generación en generación. Con la mente, pareciera que se hilvanan los dibujos etéreos, para ello la pareja los puede contener, para que el hilván aparezca y deje de ser vacío, que intente infinitas posibilidades de ser, de estar presente. Trazar nuestro territorio y resistencia a través de la poética del hilván es entender que nuestros cuerpos y textiles son parte de una misma cosa, así como también comprender que lo humano es invento de lo humano, que en ese ensimismamiento occidental no nos logramos comunicar con el resto. Ante eso, el hilván aparece como una posibilidad, un gesto pequeño pero no menos potente de pensar que en ese ensayo previo al cosido de la prenda, queda una evidencia, un trayecto liminal que hoy me levanta a creer en otras posibilidades de nombrarme. Por eso, mi nombre es también territorio y violencia. No pretendo desprenderme de él, sino por el contrario morenizarlo, hacerlo hilván.
8/ El futuro es distinto a lo que en internet pensaba
por Maria Florencia Rua
Somos la falla de un lago, sonreí.
La música es un plan de evasión. Una montaña tiró error y acá estamos:
dando vueltitas en la pista de aterrizaje. El avión estrellará
y con sus partes haremos una amistad mutante. Ayer Billy me dijo:
no hay secretos entre nosotras. Transamos lento
en el baño de la fiesta. Una luz violeta
condujo nuestras lenguas.
Y un pensamiento sobre príncipes rusos. Meamos
en la canción equivocada. Salida.
Hay una torre incendiada en mi mente. O hubo.
Triángulo, triángulo, cuadrado, redondel. Los escombros caen, el ruidito a oro.
Fugacidad y corazón,
en el asfalto está escrito.
Y una frase que no se llega a leer.
Nobody baby but...
Nunca nada se llega a leer, qué mierda. Continuar.
Hay un pasto
y es verde entre el cemento.
Un fueguito se prende con ramas para hacer calor.
No es parte de un hechizo,
es la inteligencia entrenada. De chica jugabas
a que en la arena armabas casas. Y amabas como venganza.
Pero esas casa-s fueron destruidas. ¿Dónde vivirás ahora? Las piletas son caras,
profundas conocen secretos.
¿Qué harás además de ordenar el tiempo? No llores…
Existe internet y programas de acompañamiento.
Hay un tipito arriba de un caballo rosa en busca de aventuras. Y cigarrillos.
Almacena dióxido de carbono para escupir brillitos.
Los brillitos son peligrosos. Detectan la imbecilidad, cuidado.
Billy:
te vi morir y temblé y bailé.
Mi cuerpo tampoco
entiende la velocidad. La voracidad. La velleza.
El tipito soy yo llorando arriba del caballo.
Perder es una fantasía dice mi caballo. Perdí
dice mi caballo.
El dolor nos organizaba cuando la maldad
disparaba sobre nosotras.
Ahora el dolor es el paisaje, cómo salir de él.
Un sueño de espadas y bombas, también nombrar a las cosas que todavía no existen.
En el dolor, hay un gatito y quiere comer,
daré de comer al gatito. Gatita,
te llamarás Confusión,
seré tu padre y una odalisca las noches arriesgadas.
Tú serás paciente y generoso conmigo.
En el futuro,
irás con tu nombre y un trueno
a sentarte en el parque. La plata nos ayudará.
Hablaremos el idioma de las amigas.
9/ Sobre la obra
por Nicolás Guglielmetti
Desearía, querida innombrable, barrerte con las mosquitas muertas por el flyt para evitarte el beso de padrino en la frente y equivocarte tan rechoncha de realidades flacas en la cesura de los libros ahuesados que te regalé al pedo y así propagar un fanatísmo estéril a la oda repetida y sistemática, apoyada en los muslos felonios de las colegialas que aun creen en el amor mientras el sol le recorta las cajitas de Baggio durazno con pulpa recalentada,
pero ahora que lo pienso querida te deseo y el bien es un mal necesario que se avejenta en las braguetas aunque en eso arrastre el sentimentalismo tan aborrecido por la fauna crítica de estos tiempos que me dan la espalda y me llena el culo de arena como en ese tipo de refriegas estivales donde inducíamos nuestros instintos hasta reducirlos a eso. No te voy a decir más, los coxis blancos sobreexpuestos entre lagartos y ponzoñosos alacranes que confían en la abyección de sus colas bordolínas desconociendo del avance de la ciencia y el suero pero me fui y volvamos, envueltos y asados en toallones traídos de Disney desde el menemato buscábamos la sobra de la sombra o una letra m siquiera o varias, repararnos aunque fuera un segundo.
Nos desvanecíamos sobre una brasa hasta que uno retomaba y estaba ya en sus cabales. Cantaba algún tema que nos remitiera a la adolescencia o al bostezo o imitaba el sonido del cencerro o una cabra en los oídos del otro.
Seguro lo olvidaste como esos peluches que excusábamos para lambarnos las caderas hasta sacarnos la culpa un segundo siquiera antes de arrojarnos al baño y desviarnos en los tocadores a leer grafitys blancos para guardarlos en la parte blanda de los ojos y sacarlos por las extremidades y volverlos a meter en el archivo memorial para recuperar alguna frase con suerte mañana. ¿Cuántos libros viejos llevaban tus lágrimas y se trasferían al sueño indecente de otras indeseables?
Otras manipuladoras e ingenuas, pálidas y solitarias peregrinas frotándose los pezones y musitando palabras de orden púdico en el desorden de la pubertad. ¿Entendés a lo que me refiero?
También te pasaría una y otra vez parte de ese cassette pegado con cinta donde jurabas por lo que creías ser.
No hacía falta que viera los dedos de tus pies. Una y otra vez. Enrostrada en la desgracia de mis omoplatos o lamiendo el tatuaje que imaginé en el cuádriceps y nunca me dejaste hacer
porque tenías razón, las cosas no duran para siempre, la carne se endurece.
Hasta el mejor polvo acaba de una manera u otra y los poemas , los conceptos y los nombres tarde o temprano
van a repetirse en cosas con denominaciones poco específicas o cargadas de significados con laderas comillas. ¿that is the cuestión?
Tocarle el culo a las preguntas para que salten con respuestas potentes como cachetadas y recibirlas en ese estado de gracia locuaz donde poder coexistir con la locura y la relatividad de las cosas que no se llaman por su nombre ni por su apodo. ¿Qué es el éxito? ¿Por qué le falta una letra a ese cartel a la salida del baño? ¿Por dónde le damos salida a nuestros principios y por qué le ponemos saliva a la antesala del fiasco? ¿Cuál es el objeto? ¿Cuál es la inacción?
El sujeto que invoca la oración y después huye en la levedad del ser solo aparece para el final de la película y te lo cuenta segundos antes de que acabe. Just do it baby.
Parte de este enredo debéselo a tu espejo, ese que usted en su cuadro de honor desprecia y se pierde como yo o uno de mis tantos múltiplos. Entrando y saliendo.
Creando realidades, deshaciéndolas en la mansalva, saneando en la malversación. Desayunándonos ¿viste gordita? el cariño se potenciaba.
A mayor adiposidad mayor nada. Ahora que lo recuerdo la lógica no entra en esta y vos ahí disgregandote en loop.
Aún parezco verte como una bailarina en la maleza por los caminos vecinales donde nadie chusmeaba. Hallando la luz, sacudiéndonos los talones y las plantas con la boca reseca de furor.
Con cardos rusos en los pelos y las comisuras. Jóvenes , aturdidos, derrochando adjetivos. Metiéndolos en los bolsillos de cada punctum para que no estallen los cristales ni nos delaten los baquianos que rondan los cuadros bajos para que no le achuren el ganado. ¿Lo recordás?. Todo lo perdido de lo inmanente. Cuando metíamos los dedos en las orbitas de las vacas de las cuales solo hallamos el cráneo.
Toda esa voluntad se fundaba en la fiaca. Pachorrientos y eternos, arrumacos y cliques de encendedores y bocas y molestos de desgano nomás.
Éramos eso, los primeros dolores, nuestras alianzas en el cuero.
¿Te acordás cuando contábamos lunares? Hoy buscá las Tres Marías si querés zafar.
10/ Verbo y afasia
por Mariano Granizo
A
salvo, a salvo e inmóvil. Pero sin dejar de ser un verbo. La pintura y la literatura recorren un camino similar. Yo te veía moviéndote, como si fueras a surgir de la tela para tomarme del cuello y hacerme reaccionar. Porque lo contrario a ese verbo constante, en el que viven lo literario y lo trazado en una pintura, sos vos, soy yo: inmóviles descifrantes. Lawrence Durrel con su cuarteto de Alejandría, que puede ser resumido, si cabe el término, a una imagen: una mujer caminando por las calles de Alejandría, el puerto de fondo, el mar azul turquesa y los hombres de su vida acechándola. ¿Es posible que esté allí todo? No ha hecho más que construir una pintura utilizando diversas miradas, en cada uno de los libros, para la misma historia. ¿Y si sólo fuera un manchón azul? Quizá también lo lograra, en una interdependencia que retroalimenta los significados. Joyce demoró la edición de su Ulises porque no encontraba el azul Grecia que necesitaba para la tapa, para dar la idea de ese mar (¿de palabras, de ideas?) que atravesó aquél Ulises de Ítaca, resignificando al suyo, más mundano y escatológico, que atravesaba las calles de Dublín. (¿Dublín sería un verde que brilla hasta cegarnos?) Pero siempre hay un verbo presente, aunque sólo veamos una línea cruzando la tela. Porque esa tela pone en movimiento ideas, porque forma parte (en su razón de ser) del verbo (acción) que es el fluir constante (hacia atrás y hacia delante, caprichosamente) de la historia del arte (ya no de la pintura, ya no de la literatura, del arte indefinible e incapsulable). Pinturas que son verbo-acción-movimiento en los planos elegidos por David Lynch, réplicas de planos ya creados por Edward Hopper algunos, verbalización de esas capturas de la vida diaria estadounidense. ¿Qué verbaliza el característico embaldosado rojizo de Lynch? ¿Importa, podría ser unificado ese sentido? Vuelvo a vos y a mí, leyendo una pintura, verbalizando con afasia, tratando de resumir estúpidamente el mundo a un significado. Pero sólo hay verbo que es el trazo dado por la mano, sea cual fuere el material. Verbo y afasia: no se puede estar a salvo frente a un lienzo.
Cartografía 3 años
Cordillera Galería 2016 2017 2018
En adelante se recomienda ver en doble página.
Para obtener los catalogos Pedir los catálogos en pdf a en pdf : cordillera.galeria@gmail. escuela.de.vuelo@outlook.com
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Cordillera Galería Catálogo 1 serie nueva 2018 Editado Chile 2018 Todos los textos pertenecen a los artistas salvo P3 y P5-7 cuyo autor es Cordillera Galería P13 a P18 cuyo autora es Claudia Cofré Cubillos p41 cuyo autor es Joaquín Sánchez Editado por: Cordillera Galería | Gimena Castellón Arrieta Gestión Cordillera: Mónica Sepúlveda Para reproducción de las imágenes solicitar permiso o pedir contacto con los artistas a escuela.de.vuelo@outlook.com Jimena Croceri(ARG) Constanza Alarcón Tennen(CL) Liliana Zapata(BO) Constanza Giuliani(ARG) Paz Sandoval Fuentes(CL) Nelda Ramos(AR) http://cordilleragaleria.tumblr.com/
Cordillera es un espacio virtual de arte actual que busca dar visibilidad a proyectos y expresiones relacionadas con lo contemporáneo. Cordillera nace entre Chile y Argentina y se expande a todo el mapa. Cada artista nuevo es un punto que expande la cartografía.
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Jimena Croceri(ARG) Constanza Alarcón Tennen(CL) Liliana Zapata(BO) Constanza Giuliani(ARG) Paz Sandoval Fuentes(CL) Nelda Ramos(AR)
Cordillera y la energía que hace aparecer las cosas.
Hace tres años y medio que vine a vivir a Santiago de Chile dejando la ciudad de Buenos Aires atrás, luego de vivir por 14 años en la calle Pringles. En 2016, me enteré que estaba embarazada. Estaba sorprendida, feliz y asustada también. Muchísimas cosas en la cabeza y en el corazón, y además lejos de mi familia, amigos, país. Con mi pareja decidimos fortalecer esa decisión de estar juntos dándole la bienvenida a Greta en nuestras vidas. A partir de ahí, para mi: madre, artista, migrante, ni tan joven ni tan promesa, el panorama laboral en lo artístico empezó a generarme miedos. Creo que si preguntara cualquier mujer podría salir a responder fácilmente, cuál es el miedo si es una decisión feliz mente tomada: El MIEDO ES A ------------. Miedo a desaparecer. A que ya nadie te tenga en cuenta, porque tener hijos en el arte es un lío, para las mujeres. Porque te pausas por lo menos dos años, porque estas “desconcentrada” y dejan de confiar que vas a poder, porque al no visibilizar las situaciones familiares y los niños en los ámbitos artísticos parece
que no existieran o no fueran compatibles. Hay situaciones lógicas que ameritan que la madre pase más tiempo a cargo en algunas etapas de la crianza, pero en general toda actividad puede ser compartida. Pero atención, al suceder que la mujer en general está peor paga que el hombre, a la hora de elegir quién saldrá a hacer frente a lo laboral para traer sustento al hogar, la mujer cae en pausa y es el hombre el que sale. Y así se construye un círculo vicioso de desaparición y desvalorización. Esta imagen me perseguía y comencé a idear una manera de estar activa incluso en esa pausa. Tenía en ese momento casi diez años de trabajo en las artes y había conocido a muchas personas, viajado, residido, generado puentes. Se me ocurrió generar trama entre los contactos que había recolectado con los años en mi propio trayecto. Decidí realizar un encuentro virtual de todas esas voces. Así apareció la galería, Cordillera, que significaba que no solo iba a estar activa sino que esa energía que ponía en movimiento podía servir a
muchos más. Cuando pensé en Cordillera como mi proyecto postnatal para no desaparecer, siento que algo se me olvidó. La cantidad de hombres en el primer número ya hablaban de que nos cuesta. Nos cuesta tener accesible en la memoria las artistas mujeres. Porqué? Porqué en la escuela, en la prensa, en la radio, en los consejos de los tutores artistas, en los libros de historia del arte y en las elecciones de curadores siempre suenan más nombres de hombres. Y ahí estaba yo replicando un modelo en mi flamante proyecto surgido de una problemática, netamente femenina: la desaparición postnatal. En el tercer ciclo del proyecto me siento a reformular todo y a hacerme cargo de la génesis de Cordillera. Cordillera nace de ser mujer en el arte actual, con todo su degradé, y para eso trabajará en adelante. Sin borrar al Otro, pero ganando cancha. Para qué empiecen a sonar más próximos los nombres de todas las increíbles mujeres que el arte contemporáneo hace trabajar aceleradamente antes de los treinta por temor a dejar
de ser atractivas para la escena. Accionemos sobre ese temor, reescribámoslo, mastiquémoslo y como siempre hacemos, hagamos que eso sirva para algo. Desde la primera muestra la web de la galería cuenta con una sección editorial donde se cuelgan todos los catálogos digitales que se van generando en cada edición. Ahora a este catálogo se le sumarán los statements de los artistas, para que sabiendo sus intenciones para con el arte, pueden seguirlos y convocarlos para otras acciones. Entonces Cordillera ahora se transforma también, mes a mes, en un archivo que va siendo alimentado por la trama que se extiende en cada sala de la galería. Para cada muestra se editará un catálogo descargable en pdf y que dará cuenta de un estado de la cuestión respecto de artistas trabajando. Sus investigaciones, sus proyectos, sus ideas, estarán al alance de un clic, para no volver a quedar regulando cuando nos preguntan: qué artista mujer me recomiendas o si sabes de alguna artista mujer que esté
trabajando con tal o cual tema. Cordillera abraza la idea de un archivo accesible que refleje el trabajo de muchas, de a poco, generando en su devenir material de consulta gratuito en su formato pdf y se proyecta como un libro coleccionable que será lanzado durante 2018. Desde Cordillera, extendiendo la cartografía del inmenso territorio de mujeres de todas las edades activas en las artes, los invitamos a la próxima inauguración para ver los trabajos de: Constanza Giuliani (AR) Constanza Alarcón Tennen ( CL) Jimena Croceri (AR) Liliana Zapata (BO) Paz Sandoval (CL) Invitada especial: Nelda Ramos ( AR)
Gimena Castellón Arrieta Dirección http://castellonarrieta.tumblr.com/
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Claire Fontaine: artistas ready-made y huelga humana
Para Claire Fontaine no es relevante individualizar a cada miembro del grupo, dado que Claire Fontaine funciona como una subjetividad en sí misma. Con su nombre hace referencia por un lado a la conocida marca francesa de libretas y útiles escolares del mismo nombre y alude también a Fontaine, el famoso ready made de Duchamp. Claire Fontaine también es un nombre de mujer, por esta razón, nos referiremos al colectivo como Claire, siempre en femenino. Claire Fontaine es una práctica colectiva, donde todos son ayudantes, la dirección es un centro vacío. Claire Fontaine no puede separar las formas del contenido, que en la mayoría de los casos atiende a un cuestionamiento constante sobre la impotencia política y la crisis de la singularidad que están muy presentes en el arte contemporáneo. Claire Fontaine se declara como una “artista ready made” ¿qué significa esto? Significa que tanto ella, como otros artistas contemporáneos son el equivalente subjetivo de un “urinario” o una “caja de Brillo”, es decir, el artista en sí
mismo se ha desplazado hacia un objeto que tiene un valor intercambiable, al igual que sus obras. Claire aborda la cuestión del “artista ready made” no desde la perspectiva de la muerte del autor, sino desde los procesos de subjetivación y su relación con el poder. La artista observa una crisis de la singularidad, citando a Foucault que postulaba que el poder produce más que reprime, y su producto más relevante son las subjetividades, como sabemos nuestros cuerpos están atravesados por las relaciones de poder y nuestros devenires están orientados en función de los medios con los que nos oponemos a ese mismo poder o con los que abrazamos sus flujos. La cuestión, para Claire, no es tanto investigar el cambio en las formas en que las obras han sido creadas en las últimas décadas, sino lo que ha cambiado en la estructura de las subjetividades de los artistas como resultado de la propagación del mercado del arte. Una demanda importante de Claire Fontaine es que el artista contemporáneo se ha convertido en una singularidad cualquiera (Whatever-
singularity), término utilizado por Giorgio Agamben, es decir, subjetividades uniformes, intercambiables, que producen obras difícilmente diferenciables, se crean genéricos de arte a favor de la explotación económica. Hombres sin cualidades, desde un diagnóstico histórico se ha ido empobreciendo la subjetividad, desembocando tristemente en la proliferación del “yo” en todos los productos de consumo, incluidos los del espíritu. El intento del poder democrático en los últimos años por producir una equivalencia entre seres que los separaba todo: la clase, la raza, la cultura, etc., ha valido para que en definitiva se transforme todo esto en un universalismo de grandes superficies. Esta crítica, de alguna manera, estaba presente en la estética relacional, como dispositivos recientes, dinámicas micropolíticas, que recrean una y otra vez una instancia de acercamiento participativo (“democrático”) con el espectador, pero que en definitiva legitima el consenso, configura un paisaje de lo visible y lo pensable, pero no interrumpe esa configuración de un orden dado.
Claire Fontaine afirma: “todos somos artistas ready made”, igual que cuando en mayo del 68 se decía en Francia que “todos somos judíos alemanes”, pero ¿qué quiere decir realmente esto?. Si en términos de subjetividades, los seres contemporáneos formamos parte de una estandarización, sometida a todo tipo de formateo, no hay lugar para cultivar la “excepción propia”. El contexto actual relacionado con el poder, la economía y el control, donde las ciudades se han convertido en centros comerciales o parques temáticos, y donde participamos de un riesgo globalizado, que aumenta la incertidumbre y por tanto el control. Resulta complicado en este contexto generar un laboratorio de subjetividades fuera del entorno normalizado. No obstante mediante el arte se podría intentar algo. Está claro que el arte no cambia el problema, pero si puede acompañar un proceso de cambio. Claire, es un nombre femenino, es evidente que las mujeres están poco representadas en cualquier contexto creativo, por lo cual la artista tiene en
cuenta algunos movimientos feministas que se encuentran entre las expresiones políticas más importantes de nuestro tiempo. Claire menciona las revueltas del año 77 italiano que irrumpen en la escena, sacando a la luz un montón de problemas heredados del mayo del 68, donde en vez de llevarse a cabo una verdadera revolución, se vio como aumentaban de manera enmascarada los fascismos, el machismo, el colonialismo, etc. No se consiguió una “emancipación real”, sino más bien un pack caducado del American way of life de los años ’50 norteamericanos. Afortunadamente si se observó en esos años un intenso desarrollo del trabajo intelectual colectivo y la propuesta de nuevas formas de vida, para Claire el movimiento feminista fue clave en el desarrollo de estas nuevas formas de vida colectivas. “Basta de madres, basta de mujeres, basta de hijas, destruyamos las familias” se escucha gritar en las calles. Ya no se protestaba frente al estado o en contra del empleador, simplemente querían estar fuera de cualquier
aparato político de dominación, aquellos movimientos eran manifestaciones de la huelga humana. Dentro de la teorización que hace Claire al respecto del tema de las estrategias, encontramos la idea de “huelga humana”, inspirada justamente en las feminis-tas italianas de los años ’70. En una entrevista realizada por John Kelsey, le pregunta, a propósito de la idea de huelga humana ¿Cómo funciona en el trabajo de Claire Fontaine la no-producción? ¿O es que no funciona? Y Claire contesta que funciona a modo de un horizonte omnipresente, pero al que no se llega nunca (It functions like an omnipresent horizon one never reaches). El concepto de huelga humana surge en un contexto militante, en un contexto donde se movilizaban para paralizar la movilización total (eran los silencios agresivos de las feministas). La huelga humana constituye una forma de conducta individual o colectiva que vendría a romper una dinámica nociva y políticamente reaccionaria, y cambia según las circunstancias, no siempre la noproducción o la interrupción son opciones posibles, se supone que la
Claire Fontaine: artistas ready-made y huelga humana
huelga humana revelaría las formas en que la temporalidad oficial supedita y restringe la temporalidad de las luchas y tam-bién todo lo relacionado con los efectos, las conductas y la existencia cotidiana. Por tanto la huelga humana no es una solución, sino un problema complementario tanto para quienes la practican como para quienes la sufren, es una forma de desplazar el problema. Pero ¿qué ocurre en el arte? Es difícil pensar hoy en día en una interrupción o una paralización en el arte contemporáneo, como sabemos el arte circula a una velocidad simultánea a los flujos del mercado y la información. Sin embargo estos síntomas se habían manifestado anticipadamente en el arte, tal es el caso del arte dadá, del urinario de Duchamp y sus demás ready made, más adelante el arte pop y algunas expresiones del arte conceptual, todas estas manifestaciones del arte influyeron en la transformación de la producción del objeto de arte, y también en cuanto a la producción de artistas. Los artistas experimentaron cierta lucidez en la relación con los
objetos de la vida y de consumo, produciéndose un énfasis en la relación que tenemos con los objetos, incluidos los objetos de arte, se transforma la relación entre el artista y su práctica. Ya no se puede hablar de la obra de arte en la época de su reproductividad técnica, entendida en una época fordista de producción, Claire Fontaine propone ahora hablar de la obra en la época de su singularidad cualquiera, en una época calificada de posfordista, en la que la producción a la carta, inmediata, ha sustituido el almacenaje de existencias, los únicos bienes que siguen produciéndose en cadena, dice Claire, sin saber ni por qué ni para quién, son los trabajadores, incluidos los artistas. Existe en el arte contemporáneo una crítica compartida sobre la homogeneización de nuestras condiciones de vida, la estética relacional de Bourriaud presenta ejemplos de prácticas revolucionarias de artistas que deberían fomentar y propiciar una especie de antiuniformización de los comportamientos mediante la creación de “utopías de proximidad”. Si bien se activan
ciertas micropolíticas que llaman la atención sobre algunas cuestiones que no funcionan del todo bien, no terminan de ser un dispositivo contundente que genere realmente un disenso. Es interesante el análisis que hace Claire para mostrar la oposición entre el artista relacional y el artista ready made, aunque es válida la pregunta ¿si el público del urinario habría reaccionado de la misma manera que lo hace hoy el público de la estética relacional? La gran diferencia es que el ready made no pretendía la interacción con el espectador, sino lo contrario, mostrar un objeto desposeído de su valor de uso, que concierne a la vida y no al arte. Lo que Claire señala es que hoy en día se indica como inapropiado no el objeto que el artista descontextualiza o la instalación que crea con elementos cotidianos, sino el lugar que ocupa él mismo como artista. En el afán de encontrar la originalidad, se genera un múltiple de singularidades cualquiera. Para Claire el artista es un proletario más y como tal, también le han expropiado el uso de la vida, parece ser que
el único uso que el artista podría hacer de su vida se reduce a su trabajo artístico. Pero el trabajo es una parte de la vida y con diferencia no la más importante. En el régimen estético de Rancière todo está en un plano de igualdad, todo es igualmente representable, la libertad absoluta del arte se identifica con la pasividad absoluta de la materia sensible. Pero frente a esa potencia que dormita, inquieta bajo la superficie de lo real, un despliegue de mensajes publicitarios y una cantidad de tareas estúpidas saturan el tiempo y el espacio. Mientras no se produzca una interrupción, seguiremos siendo “extranjeros” para nosotros mismos, seguiremos siendo “parientes” de las cosas. Claire sospecha que el régimen estético de Rancière que se dice democrático sea más bien una pantalla. El proceso de extrañamiento está en estrecha relación con el arte, pero con el arte como fuente, como el dispositivo que produce una interrogante, y no con el arte como lugar de realización de los efectos esperados. Para Claire esto se explica porque el arte es un
espacio de desfuncionalización de las subjetividades. Las singularidades surgen en él, emancipadas de toda utilidad. Como espacio puramente estético, el mundo del arte, entraña una crítica potencial de la organización de la sociedad en general y de la organización del trabajo en particular. A pesar de la crítica a Rancière sobre el régimen estético del arte, la idea de la singularidad que surge en el arte como espacio puramente estético es parte de una eficacia estética que se produce -tal como advertía Rancière- por una discontinuidad entre las formas sensibles de producción artística y las formas sensibles a través de las cuales es aprehendida por el espectador. La ruptura estética entre forma sensible, significado y efectos, son la eficacia de un disenso, que produce una reconfiguración de la experiencia común de lo sensible. Para Claire Fontaine, las ideas de Benjamin son bastante relevantes y están presentes en las obras que desarrolla. Una de ellas, la idea sobre el devenir extranjero como acto revolucionario, presente en el
texto de Benjamin crítica de la violencia (1920) habla de que los trabajadores organizados son, aparte de los estados, el único sujeto de derecho que posee el derecho a ejercer la violencia. Pero ¿puede llamarse violencia a la huelga? ¿Puede una simple suspensión de la actividad, una no-acción, ser asimilada a un gesto violento? Después de todo, no, contesta Benjamin, porque equivale a una simple “ruptura de relaciones”. Ocurre una interrupción del curso habitual de las cosas, una movilización, una llamada que sigue a una desmovilización. Foucault señalaba que la reivindicación implícita de toda revolución es “tenemos que cambiarnos nosotros mismos”, de esta manera el proceso revolucionario se convierte en medio a la vez que en meta de ese cambio, dado que esta transformación tiene que crear para sí un contexto posible persistencia. En este sentido Benjamin dice que una huelga verdaderamente radical sería un “medio sin fin”, un espacio donde toda organización jerárquica ligada a la burocracia política se derrumbaría frente a la fuerza de
los acontecimientos. En el arte este “medio sin fin” nos recuerda a la “libre apariencia” de la obra ligada a la indeterminación estética, esta obra sin voluntad, muda, que sin embargo produce un efecto en el otro, debido a su propio silencio. Por un lado, la voluntad del autor deja de tener poder competente para determinar el significado y los efectos de la obra, y por el otro lado, el espectador, que puede ser cualquiera, adopta el carácter de sujeto anónimo. No hay jerarquía entre la inteligencia y la sensibilidad. La obra ociosa no tiene ningún fin, no puede ser instrumento para ningún propósito, no obstante según Rancière, siguiendo a Schiller, la libre apariencia contiene la promesa de una nueva comunidad libre. Y de ahí la paradoja que la conquista de esta promesa implica, en la medida que el arte recupere su funcionalidad, es decir, anular la distancia estética y con ella la libertad y la autonomía propia del arte. Claire Fontaine se pregunta ¿si habría alguna manera de llevar a cabo una huelga que no sea ni corporativa ni sindical, sino más
amplia y ambiciosa? Advierte que el asunto es complejo, pero tal vez y precisamente a causa de nuestra carencia de singularidad, donde la pregunta por la esencia del ser tiene un carácter más inmediato: “Decididamente, el hombre tiene que ser alguna cosa —escribe Agamben—, pero esa cosa no es una esencia, no es ni siquiera una cosa: es el mero hecho de su propia existencia como posibilidad o potencia.” Claire señala que ya las feministas italianas habían soñado con una huelga que fuese una interrupción de todas las relaciones que nos identifican y nos someten mucho más que cualquier actividad profesional. Las feministas italianas entendían en qué consistía una acción radical que verdaderamente alterara el orden establecido más allá del trabajo e incluso de lo material. Su reivindicación partía de un cambio de actitud con respecto a su propio cuerpo y con las relaciones tradicionales con las que el poder domina de forma silenciosa. Este tipo de huelga que interrumpe la movilización total y que “permite cambiarnos
a nosotros mismos” es lo que Claire Fontaine define como huelga humana. Porque es más general que la huelga general y porque tiene como meta la transfor-mación de las relaciones sociales informales que están en la base de la dominación. El carácter radical de este tipo de revuelta es que no conoce ningún resultado reformista con el que podría satisfacerse. Esta manifestación no contiene ninguna solución, simplemente contiene la idea de -sea como sea- acude a la llamada, ¡movilízate!
CLAUDIA COFRÉ CUBILLOS Claudia Cofré Cubillos Investigadora PhD en Bellas Arte
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Jimena Croceri | El primer peine fue una mano Constanza Alarcón Tennen | Colección de vistas indirectas Liliana Zapata| Constelaciones Constanza Giuliani| Todos los yo. Escenas periféricas Paz Sandoval Fuentes | Los entundados-Juguemos en el Bosque BONUS TRACK- Nelda Ramos | Abrigo
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Jimena Croceri (ARG)
Jimena Croceri nació en 1981 en Cutral Có, Argentina. Se graduó en la Lic. de Artes Visuales en la Universidad Nacional de las Artes y participó del Programa de Artistas de la Universidad Torcuato Di Tella en el año 2013. Durante el 2014 fue becaria del Centro de Investigaciones Artísticas de Buenos Aires. Recientemente recibió la beca de viaje de la colección Oxenford con destino Amazonas. Ha trabajado en variedad de medios, incluyendo la escultura, la performance y la instalación. Sus obras funcionan como experiencias poéticas, abiertas y orgánicas. Exhibió individual y colectivamente en Argentina, México, Alemania y Francia. En el 2018 recibió la beca Roberts para realizar una residencia en Escuela Flora Ars+Natura, en la ciudad de Bogotá (CO)
Mi práctica es una caracterizada por la intención y la resistencia, la prueba y el error. Un laboratorio donde los resultados varían en forma e intensidad pero no por eso son más o menos exitosos. Todas las partes tienen su protagonismo en la obra, sin reñirse. El tiempo, el azar, la colaboración, el acontecer de los elementos; no disminuyen la autoría pero tampoco la colocan en primer plano. Mi acercamiento a las cosas en una especie de rodeo donde la materia misma va dejando sus souvenires. -
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El primer peine fue una mano
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Constanza Alarcón Tennen (CL) bio
Constanza Alarcón Tennen (Santiago, Chile. 1986) es una artista multidisciplinaria. Su trabajo incluye instalaciones sonoras, videos, esculturas y performances, entre otros. Se graduó de la licenciatura en artes de la Universidad Católica de Chile el 2009 y de un Magíster en Escultura en la Universidad de Yale el 2015. Su trabajo ha sido exhibido internacionalmente en proyecciones de video, muestras colectivas e individuales en lugares como la XIII Bienal de Artes Mediales (Chile), Museo de los Sures (Brooklyn, NY), Instituto Cervantes (NYC), The Chimney (Brooklyn, NY), Die Ecke (Chile), B.A.S.E Tsonami (Chile) y el Museo del Bronx (Bronx, NY). Recibió una Beca CONICYT el 2013, un FONDART el año 2012 y el premio Susan H. Whedon Award for outstanding student in Sculpture al graduarse de su magíster en Yale . Además de su práctica artística, Constanza es profesora y ha contribuido en publicaciones como O1 Magazine vol. I, Precog Magazine vol. II, CLANCCO Art and Law Blog y curó una proyección de video llamada Ojo Transamericano en Parsons, NYC. Además, es una participante activa en proyectos relacionados a género y feminismo como Grupo < > y TRACC, y traduce textos de arte a través de VIA TRADUCCIONES. Constanza vive y trabaja en Santiago.
experiencias (incluso las del paisaje) caben en un mundo donde la subjetividad es considerada inconveniente o incluso peligrosa. Paralelamente he desarrollado un cuerpo de obra que nunca parece quedarse quieto en una posición fija o materialmente cómoda. Y tan cambiante e insatisfecho como el territorio donde vivo, mi trabajo se ha desplazado hacia la exploración de la experiencia de fenómenos radicales. Trabajo con restos de eventos, fragmentos y residuos de información que resguardamos en la intimidad de nuestra memoria tanto privada como colectiva. Me intriga lo que no se puede retener o representar, y lo que queda fuera del registro, (ya sea por magnitud geológica o decisión política). Desde el colapso entre historias ficticias, familiares y biográficas, a performances basadas en la memoria acústica de terremotos, enfoco mi práctica en una pregunta respecto qué hacer con la deficiencia al leer experiencias como archivos históricos o registros numéricos. Especialmente cuando por su naturaleza, han sido dejados fuera de la Historia hegemónica. -
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Me gusta pensar mi práctica artística como el resultado de una mirada periférica. Periférica porque se establece fuera de formas normativas de contar y recordar. O quizás porque no hay otra manera de ver cuando vives en este lugar. Inicialmente, mi interés se enfocó en nuestra relación con el territorio, pero progresivamente mutó hacia una mirada más personal y política respecto a cómo las
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Colección de vistas indirectas Un pequeño compilado sobre la insistencia en mirar a través de.
The Book of Grass, Arseny Tarkovsky. (1945)
No soy una ciudad amurallada al costado de un río, Soy el emblema de la ciudad No el emblema, la estrella sobre el escudo en el emblema de la ciudad.
No ese visitante celestial en la negrura del agua, soy el nombre de la estrella.
No una voz, no una vestimenta en esa costa lejana, sólo puedo brillar. No un rayo de luz más allá de tu visión, soy una casa en ruinas por la Guerra. No una casa en lo alto del murallón, Soy la memoria de tu hogar.
No tu amigo, sino alguien enviado por el destino; soy el sonido de un balazo distante. Te guío por la estepa a lo largo de la costa. y me recuesto en la tierra húmeda. Me convierto en el libro del pasto nuevo mientras me hundo en vientre nativo.
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Liliana zapata (BO) bio
entre lo micro y lo macro, lo orgánico y lo Liliana Zapata, artista visual, nace en La Paz artificial, lo natural y lo científico, lo humano y Bolivia. Estudió en la Academia de Bellas Artes el territorio. Hernando Siles en La Paz, Bolivia, egresando con una mención en Escultura. En 2008, realizó En cada proyecto es tan importante el final estudios en la École Supérieure des Beaux-Arts como el propio proceso que exige la materia, en Le Mans, Francia. siendo la contemplación final necesariamente más detenida para poder captar todo lo que se Ha participado de proyectos de residencias de arte esconde. contemporáneo nacionales e internacionales: La residencia KIOSKO en Santa Cruz, Bolivia; Considero que las pequeñas cosas a menudo JUSTRESIDENCE en Madrid, España; RESIDENCIA pasadas por alto, tiene el potencial de cambiar INTERNACIONAL CAMPUS BIENAL en Buenos nuestra forma de ver el mundo. Aires, Argentina; RESIDENCIA MAM CHILOÉ. Chiloé,Chile; entre otras. Con el fin de continuar su formación y poder desarrollar sus proyectos artísticos. En su ciudad natal, ganó el Primer Premio en la especialidad “Otros medios” del LIX. Salón Municipal de Artes Plásticas Pedro Domingo Murillo el 2011; obtuvo el Premio Joven de la Feria de Arte Emergente JUSTMAD en España el 2015; el mismo año ganó su segundo premio internacional: Emerging Bolivian Artist Award, en Londres, Inglaterra.
Entre sus exposiciones individuales destacan: INCISIONES, en el Museo Nacional de Arte en La Paz, Bolivia el 2013; METAMORFOSIS SILENCIOSAS en la Sala Mustang Art Gallery (MAG) de Elche, España el 2015; CONSTELACIONES puntos de fuga en NUBE Gallery, Santa Cruz, Bolivia el 2016 y RE[HABITAR] con CO galería en Montecarmelo. Santiago de Chile, Chile el 2017.
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Como si de una misión arqueológica se tratara, me interesa indagar sobre la estructura de los objetos y los materiales que a su vez responden a condiciones de su entorno. Mis proyectos multifacéticos incluyen esculturas, dibujos, videos, acciones e instalaciones en espacio público, obras que activan una argumentación discursiva en permanente contraste y diálogo
+info: https://lilizapata.wordpress.com/ lili.zapata.zelada@gmail.com
Constelaciones Puntos de fugas
CONSTELACIONES Puntos de fuga El trabajo de Liliana Zapata se centra en la observación y el compromiso con la vida cotidiana. Sus proyectos multifacéticos incluyen esculturas, instalaciones, vídeos, dibujos y acciones públicas, obras que activan una especie de argumentación discursiva que pone en relieve una evidente tensión entre la escultura y el video o entre la acción y la fotografía. Esta tensión se centra entre aquello que pasa en tiempo real y aquello que sucede en un tiempo imaginario, explorado en el deambular como punto de partida para reconocer los pliegues del universo urbano.
La ciudad es vivida por la artista y los puntos de inflexión son los espacios entre los muros, como una continuidad de desvíos. El orificio es un secreto que, para quien lo descubre, ofrece una posibilidad de sustraerse del ruido urbano y de la saturación de imágenes. Aislarse es una acción que transfiere toda experiencia maximalista a un silencio vital; es un ejercicio que supone la eliminación del tiempo a favor del espacio; es un refugio para la racionalidad.
Título: CONSTELACIONES puntos de fuga Año: 2016 Soporte: Fotografía digital impresa empresa en papel sticker Dimensiones: 40 x 100 cm
Registro fotográfico de intervenciones realizadas en diferentes muros de la ciudad de La Paz – Bolivia.
Un hueco implica escavar un espacio y reorganizarlo de modo que la velocidad encuentra la quietud y un silencio, que permite sentir otro espacio que puede ser uno mismo (la respiración).
Liliana Zapata busca un ángulo más esencial que permite preguntar qué es lo que mueve a la humanidad en su dimensión corporal básica. La artista nos invita a detenernos en un tiempoespacio de sueño; nos llama a un hueco para sentir que respiramos y para recordarnos que tenemos un corazón que late. La primera acción la realiza perforando su propia casa-estudio. Es el punto inicial del proyecto; un agujero por donde escucha, escapa y transita por los recovecos de las ciudades de la Paz, Bolivia, componiendo con minúsculos restos sonoros, en este viaje por rincones insospechados, explora nuevos patrones como una chispa que vuelve a activar el sonido de la propia tierra. Puntos perforados trazan una constelación de metonimias, metáforas, y posibilidades de sueños y deseos que iluminan un nuevo camino. Texto por Joaquin Sánchez (Artista curador)
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Constanza Giuliani (CL) bio 1984. Mendoza Argentina. Estudia Licenciatura y Profesorado en Artes Visuales en la Universidad Nacional de Cuyo. Mendoza. Entre 2008 y 2013 codirige “Costado Galería” en Mendoza. Ganadores del Premio “En Obra” 2008 Barrio Joven. Como apéndice del proyecto de Galería crea Arte Cabeza, una clínica de arte para artistas noveles. En 2012 recibe una beca completa otorgada por YPF y U.T.D.T. para realizar el Programa de Artistas de la Universidad Torcuato Di Tella (Buenos Aires), bajo la tutoría de la artista y pedagoga Mónica Girón. Durante 2013 participó como artista bienalista en la Bienal de Arte Joven de Buenos Aires y asistió a los encuentros mensuales en Mendoza de Yungas Arte Contemporáneo. Ha realizado la Residencia Palacio Piedras 2017. Residencia Eskff en Mana Contemporary (New Jersey, Estados Unidos) 2015 y la residencia de Curatoría Forense Social Summer Camp (Villa Alegre, Chile) 2015. Tambien fue seleccionada para el Encuentro Marabunta en 2015. En 2016 es seleccionada para realizar el programa anual de tutorías BLOC en Santiago de Chile. Realiza su primer exhibición Individual “ El Corazón de un Mundo” en Piedras Galería. Buenos Aires. En Setiembre recibe el Tercer premio adquisición de pintura. Concurso UADE Artes Visuales 2016. Durante 2017 realizó en México dos exposiciones individuales: Presentando en Material Art Fair su comic “ A Tear for You” en un Solo Project : “Qué te pasa ya sé que estás solx”. Y en P.A.P.I. ( Programa de Arte Público Independiente) La muestra “Primavera en el baño” con pinturas y el proyecto itinerante “Dibujos para llevar”. 2017. En 2018 Presentó su tercera muestra individual ¨Vanguardia Transformer¨ en BSAS. Ha participado en muestras colectivas en Argentina, Perú, Chile, Brasil, México, España y Estados Unidos. Actualmente vive y trabaja entre
Santiago de Chile y Mendoza.Argentina.
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Durante los últimos años he desarrollado un trabajo inspirado en el comportamiento del cuerpo humano contemporáneo y sus relaciones sociales atravesadas por lo hiper conectivo de las redes. Me interesan los devenires y gestos de la personalidad que transitan desde la intimidad al universo exterior, ya sea virtual, ficcional o real. Estos cuerpes /personajes mutan mientras se observan asimismes; retuercen y redimensionan su imagen desde la intimidad. Construyen y reconstruyen una identidad de entre-casa hacia el mundo. Esos cuerpes/ personajes son Narciso ondulando en el agua o en la pantalla de su celular. Es el feed back y la alienacion, es la reduccion o expansion politica. Es una expresion y un gesto entre miles posibles. Las bases formales del trabajo se anclan en la práctica del dibujo y la pintura. Valiéndome actualmente del aerógrafo, herramienta que permite la hibridación de estas actividades, desarrollo un imaginario visual cercano al surrealismo, al cómic, la animación y el grafitti. Realizando pseudo cuentos, cómics y fanzines, he comenzado a investigar la escritura experimental en la pintura y en las artes gráficas. El texto muchas veces se vuelve forma y compite o se mezcla con las imágenes. A través de construcciones ficcionales, elementos literarios como la fábula y la poesía aparecen de forma experimental. -
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Todos los yo. Escenas perifericas.
Las imágenes en B/N pertenecen al cómic ¨This is me¨ . Actualmente editado por Editorial Fuerza y Posibilidad https://www.instagram. com/fuerzayposibilidad/ (Sta Fé. Arg). El mismo fué creado en la residencia Palacio Piedras en BS AS 2017. ¨This is me¨ Cuenta el discurrir de la vida de un gusano y sus mascotas; Un dia como cualquier otro, ensayan una poesía que luego transforman en canción y hasta deciden formar una banda a la que llaman Montañas de Basura. El gusano, la rata y el gato son parte de un imaginario que se articula como metáfora del dialogo interior (texto manuscrito) entre un personaje y sus personalidades. La obras a color representan escenas posibles de ¨ This is me¨ que no se encuentran en el cómic; éstas pinturas en aerografía alcanzan diversos formatos y exploran el universo de estos personajes por fuera de la vigneta.
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Paz Sandoval Fuentes (CL) bio (1984, Santiago, Chile) Tras la muerte de su padre, abandona la carrera de kinesiología para entrar en el año 2014 a la escuela de artes visuales, en el año 2017 realiza una residencia en Barcelona, lugar en que investiga sobre temas de identidad territorial. Es licenciada de la escuela de artes visuales en el 2018. Actualmente realiza ayudantías de fotografía y es integrante del recién conformado colectivo CRUDO. En paralelo trabaja medio tiempo en una granja ubicada en la V región.
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Trabajo principalmente la biografía y el testimonio, me interesa rescatar fragmentos de vida que han tenido una carga emocional importante ya que en esos relatos las personas que narran su historia son capaces de transmitir imágenes que permiten percibir de manera cercana lo que ocurrió en su vida. Tal vez este interés viene desde muy atrás, cuando mi abuela me relataba historias que le habían ocurrido a ella y otras que habían sucedido en el pueblo donde ella vivía, éstas son las imágenes que quiero hacer mías, pero también me interesa hacer visible mis propias imágenes, no tengo aprehensiones con esto porque siento que pueden ser de ayuda para alguien más. Me gusta mirar a las personas, sobre todo, intentar sentir lo que sienten ellas y así poder ampliar mi campo de experiencias que considero son la base del aprendizaje. ¿Por qué quiero aprender? No es para llenarme de conocimientos, lo hago para sensibilizarme, para decir cosas que de otra manera no me atrevo, para nombrar y hacer visible aquellos temas que por temor no nombramos. Durante mis últimos trabajos me he dado cuenta de manera más consciente que las vivencias se repiten, mi historia (que en un principio me pareció un monstruo indomable) tuvo un
significado más amplio cuando coincidió con la historia de otros. Lamentablemente no empecé en este camino con una historia que contar fácil, tuve la tarea de recordar experiencias de infancia que me perturbaron por mucho tiempo: abuso y violencia. Pero como dije anteriormente, soy bucle de una situación que le ocurre a muchos más y cuando de verdad me di cuenta de eso, concluí que lo importante es lo que puedo aportar con las herramientas que he aprendido y que he aprehendido en el arte, desde entonces me considero vocera de mis propias inquietudes y temores, espero que de alguna manera también lo sea para quién lo necesite. Tal vez sonó muy ligero cuando anteriormente dije las palabras: “abuso y violencia”, pero no es mi intención significarlas así, lo que quiero es que se nombren tantas veces que ya no de miedo pronunciarlas: abuso y violencia, abuso y violencia…Mientras más fácil sea decirlas, será menos probable que sean hechos normalizados por no ser nombrados. Intento que mis líneas de trabajo sean amplias. En pintura me he interesado en la re-interpretación de dibujos de menores que han sido abusados, en video y performance me refiero a temas relacionados con la diferencias de género, en cómo ha sido facilitado a través de la religión el menosprecio hacia la mujer. Recopilo testimonios de personas abusadas y también me interesan las relaciones que se generan en las plataformas de citas para adultos en donde se hace evidente la relación objeto-mujer.
Los entundados Juguemos en el bosque (serie)
1. Los Entundados 2018
Recopilación de archivos testimoniales Cajas de luz Medidas Variables 2. Juguemos en el bosque (serie) Óleo sobre tela 35x40cm Juguemos al caballito El visitante Iremos a un lugar muy bello La Mecedora El cuco
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Nelda Ramos (ARG) bio
Agitadora Cultural, Performer, Artecorreista, Docente, Investigadora en Artes (cat. III MEN), Artista Visual. Le interesa el cruce de las prácticas, su producción oscila entre la performance, la instalación, fotografía y video. En el año 2002 realiza su primera Performance y en el 2003 se inicia en el Arte Correo. Ha tomado seminarios y clínicas de obra con Regina Galindo, Hernán Marina, Rodrigo Alonso, Alicia Romero, Marcelo Giménez, Verena Stenke y Andrea Pagnes . Artista invitada Venice International Performance Art Week y Bienal de Albania. Organizó, co-organizó y curó, Zonadeartencción, Sale con Fritas, Intercambio de Procesos Artísticos, Sábados de Súper Acción, Amor Fraterno, Bienal Deformes entre otros. Profesora EMBA Carlos Morel y Universidad Nacional de las Artes, docente Maestría en Teatro y Artes Performáticas, Docente y Coordinadora Académica Posgrado en Medios y Tecnologías para la Producción Pictórica.
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Ahora soy yo, entera Es hermoso Es terapéutico Es político
El Arte es acción – la acción de pintar, de escribir, de generar en común_unión, entonces mis proyectos, están pensados desde el cuerpo. Existe una conexión total del cuerpo, la performance me atraviesa e intento proyectarlo. Vivo, pienso, sueño y respiro gracias al ARTE, porque no puedo separarlo de la VIDA.
_ +info: http://neldaramosperformance.blogspot.com www.facebook.com/NeldaRamosArte
Abrigo Instructivo de Acción - Pensar/nos a la distancia... un ABRIGO para los dos, no necesitamos nada +
Videoacción, Nelda Ramos
Música – sonata e interludios para piano John Cage
INDICE
cordillera 1/18
Cordillera y la energía que hace aparecer las cosas.
p5
Claire Fontaine: artistas ready-made y huelga humana
p13
El primer peine fue una mano
p20
Colección de vistas indirectas
p28
Constelaciones Todos los yo. Escenas periféricas Los entundados-Juguemos en el Bosque
Abrigo
p39 p48 p57
p67
Cordillera Galería _ Esta edición cuenta con el apoyo de Adrede Editora, Embajada de Argentina en Chile, Baco Batuco Arte Contemporáneo.
http://cordilleragaleria.tumblr.com/