SESION 2 Ética Pública
CONTENIDO: 1. Introducción 2. Ciudadanía y ética pública Conceptualizando la Ética pública. 3. Ética pública 4. Ética pública, servidoras y servidores públicos. o Ética Pública e institucionalidad del Estado.
Objetivo de la sesión Al final de esta sesión usted estará en capacidad de establecer los aspectos que caracterizan a una ciudadanía ética y una gestión pública apegada a principios y valores tanto éticos como civiles, en el desempeño de su función como servidor, en defensa del bien común.
Introducción.Esta sesión tiene por objeto dar a conocer a los participantes los elementos y consideraciones imprescindibles para propender a una ética y eficiencia de los empleados públicos en la Administración Pública, identificando procedimientos y conductas prácticas de una ética aplicada a la profesión del servicio público, para la mejora de la administración, evitando errores y aplicarlos en su vida profesional y de su entidad. El objetivo de la prestación de servicios públicos es la consecución del bienestar social, por lo que no debe nunca renunciar a una mejora continuada de las condiciones de vida de la colectividad, prestando una atención especial a aquellos sectores más desprotegidos.
El ser humano en el camino tiene que elegir, y puede elegir bien o mal, puede apropiarse del máximo de oportunidades o puede dejarse expropiar por la inercia o las estructuras vigentes. Conoceremos cuáles son los deberes de las instituciones y los servidores públicos que emanan de la Carta Magna para consolidar un modelo de Estado moderno y una gestión ética enmarcado en el Plan del Buen Vivir y para ello deberá existir corresponsabilidad entre los actores sociales y gobierno.
Ciudadanía y ética
Cada uno de los ciudadanos en cuanto somos parte de una comunidad política que es el Estado, gozamos de todos los derechos y libertades que nos garantiza la Constitución, y al mismo tiempo adquirimos deberes y obligaciones, teniendo presente que nuestras libertades van hasta donde comienza la libertad de los demás. La ciudadanía es un proceso en construcción, que implica el desarrollo de capacidades y habilidades a través de la corresponsabilidad y el involucramiento propositivo en los asuntos, situaciones o hechos que se producen en un determinado territorio, comunidad, ciudad o país, con la finalidad de mejorar y transformar la calidad de vida de las personas y colectivos, es decir desde lo público. En concomitancia con lo anterior, el ciudadano/a es quien desarrolla su ciudadanía, es decir, va siendo parte de los asuntos públicos desarrollando capacidades y habilidades. Esto implica que los ciudadanos/as deben contar con un mínimo de destrezas y conocimientos (deberes, derechos, leyes, enfoques sociales y políticos) para ejercer de mejor manera su condición de ciudadano en relación a los diferentes niveles de participación. Sin participación no puede haber construcción de la ciudadanía. La ciudadanía concebida actualmente, conjuga el ejercicio de nuestros derechos y el cumplimiento de responsabilidades como ciudadano/a de un estado de derecho. La ciudadanía no existe en estado puro, forma parte de una comunidad determinada delimitada en un espacio geográfico específico y con referentes de
identidad y pertenencia, por lo que es necesario un autoreconociento de ser miembro de una comunidad y luego el reconocimiento de los otros que son parte de la misma. El Art. 83 de la Constitución determina las responsabilidades de todos los ecuatorianos/as, lo cual es importante también conocerlas y asumirlas dentro del compromiso de la participación y construcción de ciudadanía. (…) La soberanía radica en el pueblo… y se ejerce a través de las formas de participación directa previstas en la Constitución…”, Arts. 61 y 95 al 102, derechos de participación; y los artículos 56-60, derechos de las comunidades, pueblos y nacionalidades; Art. 85, la participación en la formulación, ejecución, evaluación y control de las políticas públicas y servicios públicos-
Sin embargo, teniendo en cuenta que el fin último de la Función Pública es el bien común, nos inclinamos hacia una concepción más amplia, acorde con la definición avanzada por Manuel Villoria, por la esta disciplina es la que trata de establecer lo que está bien y mal para la colectividad Lo público.- Es función del Estado la Construcción de lo Público. Lo público es lo de interés o utilidad común, que atañe al colectivo, por ende a la autoridad de allí emanada, lo que es accesible a todos. Lo público es aquello que conviene a todos, para la dignidad de todos; pro ejemplo: la justicia, la vigilancia de las calles, los servicios domiciliarios, la educación. La corrupción tiene que ver con una distorsión de lo que es el concepto de lo público, pues lo conciben como “lo que es de nadie” Lo público se configura en aquellos lugares en donde se toman las decisiones, en los espacios educativos y de producción del saber, en los medios de comunicación, en el Estado y en espacios no estatales, en los organismos de elección pública, en los espacios de discusión y concertación, entre vecinos , en las empresas audiovisuales, y en general en aquellos lugares donde se producen y distribuyen los bienes simbólicos que dan sentido colectivo a la sociedad. Los servidores públicos tienen responsabilidades especiales en la construcción de lo público, porque de ellos depende el manejo de los Bienes Públicos, por excelencia: el Estado y la aplicación de las leyes. Un Estado bien administrado es la base de la equidad, la gobernabilidad y la autoridad pública. Para contribuir en la construcción de lo público, es condición que el servidor público actúe desde criterios éticos, que son los que le permiten dar prioridad al interés común sobre el personal.
Pregunta 1: a. ¿Explique qué es para usted un ciudadano? b. ¿Qué considera usted que es ser un ciudadano ético?
Actividad 2 Vaya al artículo 83 de la constitución y analice las responsabilidades que tenemos como ciudadanos. En una tabla coloque a la izquierda las responsabilidades y a la derecha la descripción de una acción que aplique de manera concreta esos mandatos. Inserte cuantas casillas necesite para los ejemplos.
El ciudadano ético.- es el que, además de cumplir con principios y valores en el ámbito personal, conoce y se preocupa por el manejo que se está haciendo de la cosa pública (es decir lo que es de todos) y está dispuesto a vigilar su uso y destino. El conjunto de ciudadanos responsables y comprometidos a participar en la solución de los problemas y ponen en práctica los principios y valores positivos, sustentan la ética pública como un quehacer permanente que permite construir una cultura ética. De ahí que la ética es participación, entendida como derecho y deber de los ecuatorianos, implícita en el artículo 1 de la Constitución. 1 Conceptualizando la ética pública.-
Concepto.- La ética pública formalmente se la define como la ética de la función pública, por lo tanto hace alusión al comportamiento de los servidores
Teniendo en cuenta que el fin último de la Función Pública es el bien común, nos inclinamos hacia una concepción más amplia, acorde con la 1
(…) La soberanía radica en el pueblo… y se ejerce a través de las formas de participación directa previstas en la Constitución…”, Arts. 61 y 95 al 102, derechos de participación; y los artículos 56-60, derechos de las comunidades, pueblos y nacionalidades; Art. 85, la participación en la formulación, ejecución, evaluación y control de las políticas públicas y servicios públicos-
definición avanzada por Manuel Villoria, por la esta disciplina es la que trata de establecer lo que está bien y mal para la colectividad Actividad 3: Complemente el concepto anterior con lo que dice el Art. 3 numeral 4. De la Constitución. -----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------La ética pública es parte de la ética social, por tanto involucra nuestro comportamiento individual con respecto al grupo social que nos rodea, la esfera de lo público y la Administración. La ética pública nos compete desde dos perspectivas, como ciudadanos mandantes y corresponsables de la gestión pública; y, desde la perspectiva del Estado, los órganos del poder público y los servidores, como mandatarios del pueblo, obligados a garantizar el goce de los derechos a todos los ecuatorianos, asumiendo el reto de ejercer un liderazgo positivo en los espacios donde incidimos. Desde este punto de vista, el concepto de ética va más allá del concepto de bien y mal en términos morales individuales para entrar en el campo de la ética cívica expresada en la Constitución, cuyo bien supremo es el bien común. El Ecuador es un Estado constitucional de derechos y justicia (Art 1 ), por lo tanto la defensa y respeto a los derechos de los demás se convierte en el eje de la ética pública, para construir una sociedad pluralista, en la que los valores y normas comunes puedan relacionarse entre sí y coincidir; y, el reconocimiento de todos los sujetos sociales, abra el diálogo de saberes y culturas; reconociendo que todos los ecuatorianos estamos en capacidad de aportar para el desarrollo del país, en igualdad, sin importar raza, origen, edad, sexo, educación, cultura, nivel económico o social; respetando las diferencias, haciendo nuestras las necesidades de los demás. Los derechos están reconocidos por la Constitución en el título II, los cuales, serán de inmediata aplicación por y ante cualquier servidora o servidor público, plenamente justiciables (Art. 11), con el fin de garantizar el “buen vivir”, es decir, vivir en condiciones dignas y en paz, en sana convivencia con los demás.
Actividad 4 a) A partir de los párrafos anteriores, resuma en pocas líneas, lo que significa ética pública. b) Cite3 ejemplos de acciones que realiza usted como ciudadano para cumplir sus deberes con el Estado y 3 acciones que signifiquen un incumplimiento de las obligaciones con el Estado. ( Referirse a situaciones diferentes en el primer caso y el segundo)
Ética pública, servidoras y servidores públicos ¿Cuál es la razón de ser del servicio público? La razón de ser del servicio público es la prestación de servicios para la satisfacción de necesidades de la población. El servidor público es un administrador del bien común. Como lo expresa el Art. 1 de la Constitución, los órganos del poder público somos mandatarios del mandante que es el pueblo:, (Art. 1), esto significa que los servidores públicos hemos sido elegido para la dignidad de administrar esos bienes que nos han confiado y que son de todos los ecuatorianos, a quienes por tanto debemos rendir cuentas. La ética del servidor público implica actuar conforme a los principios morales y con lo establecido por la Constitución, que nos dispone promover el bien común y anteponer el interés general al interés particular; administrar honradamente el patrimonio público, denunciar y combatir los actos de corrupción; practicar la justicia y la solidaridad, promover la unidad, asumir las funciones públicas como un servicio a la colectividad; rendir cuentas a la sociedad y a la autoridad, respetar y reconocer las diferencias,….. (Art. 83) Los deberes primordiales del Estado constantes en el Art. 3 de la Constitución, establecen el garantizar el efectivo goce de los derechos, planificar el desarrollo nacional, erradicar la pobreza, promover el desarrollo sustentable y la redistribución equitativa de los recursos y la riqueza, para acceder al buen vivir, promover el desarrollo equitativo y solidario de todo el territorio, proteger el patrimonio natural y cultural del país, garantizar a sus habitantes el derecho a una cultura de paz, a la seguridad integral y a vivir en una sociedad democrática y libre de corrupción.
Se hace evidente que a través de sus entidades, el Estado tiene una gran responsabilidad social sobre el rumbo que siga el país y la suerte de su población, a través del cumplimiento de los fines que le son propios.
Actividad 5: Investigue cuál es la misión de su institución, en función de eso determine qué derecho está obligada su institución a garantizar a los ecuatorianos. i usted no está activo en un empleo, puede basarse en la planificación estratégica de la Contraloría. El papel del funcionario público es pues, indiscutiblemente ético, sin su participación no se podrían ejecutar los programas y políticas públicas; sobre todo aquellas que están orientadas a ejercer los derechos de los diferentes sectores de la sociedad; su valor ético esta expresado en la acción del servicio eficaz, eficiente, transparente y equitativo que debe brindar a los ciudadanos independientemente de las connotaciones ideológicas, religiosas o de otra índole; y, por mandato constitucional, un garante de derechos
El cumplir una función pública significa tomar decisiones frecuentemente complejas para responder a asuntos que interesan y afectan a la sociedad; por ello el rol que cumple el funcionario público es fundamental en el desarrollo del país, ya que de sus acciones y decisiones dependerá el bienestar colectivo. Por ello es importante que las instituciones cuenten con un código de ética que oriente el desempeño de los servidores públicos, el cual debe ponerse en vigencia real y no sólo ser una declaración teórica.
El servidor público, al asumir un cargo expresa su compromiso y vocación para atender los asuntos que demanda la ciudadanía, adquiriendo simultáneamente una responsabilidad por sus actos, lo cual se verá reflejado en el pronunciamiento de la sociedad. 2
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(Art.83 Responsabilidades, Art. 11 numeral 9)
Vocación de servicio La valía del servidor público se basa en la noble misión de poner sus facultades al servicio de la colectividad y no de intereses particulares; sin importar su rango jerárquico el funcionario público vale por lo que es; sabiendo que es su deber luchar contra la corrupción. Guiado por intereses generales Existen medidas para mejorar el entorno ético en las instituciones como son las normas de control interno, administración de riesgos, rotación de funciones, reglamentos, políticas de recursos humanos, delegación de autoridad, capacitación, coordinación de acciones, adhesión a las políticas organizacionales, evaluación al personal, controles al sistema de información, código de ética, y otros. Pero estas medidas por sí mismas no pueden garantizar la ética en la actuación de los servidores, es el compromiso del funcionario lo que garantizará la ética de la institución.
Su compromiso garantizará la ética de la institución
Liderazgo ético del Servidor Público.- Desde el punto de vista ético, el servidor público es un claro referente para el conjunto de la sociedad, según sean las formas en las que ejerce su autoridad, preste el servicio para el que ha sido contratado, disponga de los recursos públicos que se le han encargado para su administración, y los fines que orienten su gestión. El liderazgo implica ejercer combinadamente cuatro papeles; el de gerente o administrador de los recursos públicos que se le han encomendado; el de promotor o emprendedor, para encontrar creativamente los mejores usos de esos recursos, con la mayor calidad y la mayor cobertura poblacional posible en la atención de las necesidades de la población; el del político, como capacidad para convocar a los diferentes sectores sociales y mantener su apoyo hacia la gestión; y como gobernante o estadista, para velar por el bienestar de los ciudadanos y garantizar el cabal cumplimiento de los mandatos constitucionales. El ejercicio del liderazgo ético del servidor público se dirige, fundamentalmente a la creación de valor público dentro del ámbito en que opera.
Actividad 6 En base a lo aprendido elabore un perfil completo del servidor público ético, que encierre aspectos de la constitución y lo expuesto en el manual, Usted debe establecer las características que debe tener un servidor público idóneo y enumerarlas.
Ética pública e institucionalidad del Estado.¿Cómo es el modelo de un Estado que permita el fortalecimiento de la ética? La concepción del Estado moderno impone dejar atrás un modelo de organización de estructura piramidal, jerárquico, de subordinación y dependencia, y pasar de la gestión por objetivos a gestión por principios, valores y ética, en base a una estructura abierta, flexible, donde el mando no controle sino que lidere, la comunicación fluya en lugar de ser fuente de poder; donde se evalúe más que los conocimientos, las actitudes, donde exista trabajo en equipo y se acerque a la ciudadanía buscando la satisfacción de sus aspiraciones.3 La cultura ética se concibe como el conjunto de valores que una nación es capaz de generar y que constituye un factor diferencial para el desarrollo. Las instituciones públicas las hacemos sus funcionarios, por lo tanto el reto de construir un buen gobierno (local o nacional), implica contar con servidoras y servidores públicos con una sólida cultura ética, absolutamente convencidos de la dignidad e importancia de su tarea, sabiendo que su mayor compromiso es que su trabajo debe responder a las necesidades de la sociedad y orientar su desempeño en beneficio del bien común y defensa del patrimonio público que nos han encargado administrar.
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En este proceso están involucrados las organizaciones e instituciones empresariales, las organizaciones profesionales y la opinión pública, moderno.
(Ética Pública y Corrupción, Manuel Villoria Mendieta, pp. 112).
los ciudadanos individualmente y, también, del Estado, las entidades económicas y y asociaciones civiles, las actividades dentro de una concepción de un Estado
Debemos prepararnos cada uno para esa participación, aprendiendo nuestros derechos y deberes, pero también desarrollando competencias sociales y fomentando el trabajo en equipo en la escuela. Función social de la Administración Pública.- Las entidades del Estado están orientadas a prestar un servicio público, y su legitimidad se sustenta en la eficiencia y calidad con las que brindan sus servicios y satisfacen las demandas de la comunidad, dentro de un marco de valores compartidos que promuevan los Derechos Humanos, el bien común y la dignidad de las personas.
A continuación realice la siguiente actividad.
Actividad 7: “El puente” Observe la lámina que tiene ante usted. El puente “El aparato público, puente entre la ciudadanía y el Estado". Observe la lámina, usted verá personas que tienen la necesidad de cruzar de una orilla a otra del río; analice en qué condiciones lo hacen, qué debilidades y fortalezas se manifiestan tanto en el puente como en las personas; qué peligros enfrentan.
El aparato de la Administración Pública, es simbólicamente un “`puente” entre la ciudadanía y el Estado en cuanto somos el medio para que los ciudadanos
accedan a las prestaciones de servicios y viceversa; de nosotros depende que el Estado pueda llegar a la ciudadanía, para satisfacer sus necesidades y que se pueda alcanzar un mayor grado de desarrollo. El “puente” de la Administración pública puede adolecer de deficiencias similares a las de este puente de la foto, es decir puede tener agujeros que encierran grandes peligros para los ecuatorianos, como atentar contra la seguridad o la vida misma de los ciudadanos, pueden ocasionar que las instituciones no cumpla con su misión, o que el Estado no alcance los fines para los cuales existe. Cada una de esas tablas representa un aspecto de la gestión ausente o deficitaria las cuales afectan de una manera u otra a la población, generando a la vez desconfianza e inseguridad. En esos términos, los cables que sostienen el puente, así como cada una de esas tablas representan un aspecto de la gestión.
Responda: a) Qué aspecto de la gestión constituyen puente.
los cables de la estructura del
b) Piense, qué clase de “puente” es usted como servidor-a, qué “tablas” le podrían estar faltando al servicio que presta y los efectos sociales que tendría. Por ejemplo, una de esas tablitas faltantes en el puente puede ser la ausencia de planificación, cuyo efecto social sería, por ejemplo en el caso de un hospital, el desabastecimiento de medicinas y muerte de pacientes. Reflexión:
En esta imagen del puente vemos que los resultados de la gestión pública, depende por un lado de que exista una sólida estructura, una visión compartida por todos los miembros de la organización, controles internos eficientes, planificación, organización, coordinación, supervisión, control, seguimiento; políticas, procesos bien diseñados, hacer un buen uso de sus recursos, pero sobre todo una actitud ética por parte de cada uno de quienes hacemos la institución, la cual sustentará la confianza de la ciudadanía en la institucionalidad del Estado y favorecerá la gobernabilidad.
Confianza. Y Gobernabilidad.- Una de las tareas más trascendentales y urgentes que tienen las entidades del Estado y los servidores públicos en su papel del liderazgo social, es la construcción de confianza de la población en sus instituciones. Cuando tenemos confianza en nosotros mismos y/o en los demás, nos sentimos más seguros para actuar, menos vulnerables y más dispuestos a correr riesgos, a planear y a cometer nuevos retos, nos abrimos al cambio; al contrario, cuando confío me encuentro con los otros, acojo, delego y me sintonizo con los demás para actuar conjuntamente. La confianza es condición indispensable para el trabajo en equipo, para la acción en red, para el diálogo y la participación social.
¿De dónde proviene la confianza? La confianza es el resultado de la apreciación de los juicios que hacemos sobre nosotros mismos o acerca de los demás: juicios de veracidad, de idoneidad y de inclusión.
Veracidad, cuando percibo veo que existe congruencia entre el decir y el hacer de los otros; Idoneidad cuando la persona a quien encomiendo una tarea tiene los reconocimientos, habilidades y destrezas para cumplir, la idoneidad es indispensable para la delegación de funciones, el trabajo en equipo y los intercambios; alguien experto en el oficio, o que los productos adquiridos son de buena calidad; Inclusión cuando percibo que el otro se preocupa por mi bienestar, que identifica mis inquietudes y necesidades, y que las tomará en consideración en su comportamiento; se percibe la disposición y actitud de los gobernantes y administradores de lo público para incluir al colectivo en los beneficios de las acciones que realizan.
La generación de confianza en la ciudadanía hacia los administradores de los recursos públicos contribuye sustancialmente a la gobernabilidad, entendida ésta como el conjunto de condiciones que hacen factible a un gobernante el ejercicio real del poder que formalmente se le ha entregado para el cumplimiento de los objetivos y fines bajo la responsabilidad de su cargo. Esta gobernabilidad se origina en le grado de legitimización que los gobernados conceden a la autoridad, en función del reconocimiento de:
Su competencia e idoneidad para administrar la entidad en el logro de los objetivos estratégicos, lo cual se relaciona directamente con la Eficiencia.
El cumplimiento de principios y valores éticos y la priorización del interés general sobre el particular, es decir la práctica de la integridad.
La comunicación para hacer visibles la forma como se administra y los resultados obtenidos, o sea la Transparencia.
La ética, cimiento de la confianza.La interacción social se asienta sobre una base de confianza que cada persona otorga a los demás dentro de un criterio de buena fe en función de las normas que son comunes y asumimos todos las van a respetar y que no es otra cosa que el pacto ético indispensable para que el colectivo pueda subsistir y reproducirse en sus aspectos materiales y espirituales. Sin ética, cada quien actuaría de manera desarticulada y destructiva, generándose un caos de confianza devastador de inconmensurables proporciones, que haría sucumbir el sistema social. La confianza es vital en la vida cotidiana de cualquier persona, pero lo es mucho más para quienes representan el interés público, (Compilado de :(USAID, Modelo de Gestión Ética para las instituciones”)
El Estado genera confianza entre la ciudadanía cuando la Administración Pública orienta su gestión hacia la efectiva consecución de los fines sociales que le dan sentido y legitiman su existencia, a través del juicio de inclusión del que hablábamos en párrafos anteriores. Para ello, toda entidad pública necesita una administración eficaz y responsable, que le permita sostenerse en las mejores condiciones posibles, y lograr un equilibrio óptimo entre su administración y sus fines que le permita avanzar en la construcción de confianza de los ciudadanos frente al Estado. Lo público y la responsabilidad social Para la entidad pública ser responsable socialmente es sinónimo de construir lo público, por cuanto significa ocuparse de promover y proteger el interés común sobre el privado, y destinar los recursos públicos en la búsqueda del bienestar para la mayoría. El Estado Social tiene la gran responsabilidad de construir lo público a través de la implantación de procesos participativos reales y de una política social
incluyente, orientada al mejoramiento de la calidad de vida de toda la población, en particular de los más vulnerables, como expresión de la función redistributiva de la riqueza social que le compete, y de la búsqueda de la igualdad social. Y dado que la gestión del Estado se realiza a través de las organizaciones que lo componen -las entidades estatales-, no será posible avanzar en la inclusión social y en la consolidación de una sociedad más equitativa, sin una gestión en dichas entidades que dirija la acción estatal hacia el efectivo cumplimiento del mandato constitucional. Así la ética, cuando la entidad actúa con responsabilidad social y como garante de lo pública genera altos niveles de legitimidad por la confianza que inspira a la ciudadanía.
RESUMEN.-
En este capítulo hemos estudiado la ética pública como aquella que define lo que está bien y mal para la colectividad, y que la Constitución garantiza como sustento de la gestión pública; que involucra tanto a los ciudadanos individualmente, como a las organizaciones e instituciones del Estado, las entidades económicas y empresariales, las organizaciones civiles, los profesionales y la opinión pública dentro de una concepción de Estado moderno, regida por los principios que recoge la Constitución vinculada directamente con el tema de los derechos, responsabilidades y las obligaciones del Estado en cuanto mandatario del pueblo que es el mandante, por ende un administrador del patrimonio que pertenece a todos los ecuatorianos para consolidar un modelo de Estado moderno regido por principios éticos.