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La ruta de los anguleros de Bizkaia
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El río Butrón, de 30 km de recorrido, se nutre en su origen de las aguas que descienden de los montes Mendigana y
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Bizkargi. Tras atravesar el pueblo de
Morga y recibir las aguas de Errigoiti en Olabarri, aumenta su caudal gracias a los arroyuelos que vienen de Sollube.
A partir de Fruiz el río avanza por un valle bastante amplio atravesando
Mungia, la zona en la que, en su camino hacia el mar, el rio sufre en mayor medida las consecuencias de la actividad humana, debido a la densidad de población y la actividad industrial que se desarrolla en el municipio. Aguas abajo, el río se adentra en una zona más rural, donde el Butrón recupera el hábitat natural en su transcurso. La ruta de los anguleros, se desarrolla precisamente en este tramo, en el que el rio se convierte en ría, y el agua dulce se funde con el agua del mar, bajo la influencia de las mareas que penetran desde el estuario, propiciando refugio a las angulas que, desde Aprovechando los días cálidos del verano, nada como disfrutar del ocio realizando actividades que conjugan el deporte con la contemplación de la naturaleza. Y eso es precisamente lo que nos ofrece la ruta de los anguleros, una travesía en kayak o de pie sobre una tabla de surf a remos a lo largo de 5km, en la desembocadura del rio Butrón.
antaño y aun hoy, se pescan de manera artesanal. El cauce depende de las mareas, excepto en la parte cercana al castillo, y el río fluye lento creando meandros. Todas las tierras son depósitos aluviales del Cuaternario. El trayecto se realiza en función de la marea, siempre a favor de la corriente, partiendo bien desde el estuario en Plentzia o bien desde el Castillo de Butrón, una antigua torre medieval que fue un importante bastión en las guerras de banderizos. En el siglo XIX la torre del linaje de los Butrón fue transformada en un castillo de estilo romántico, al estilo de los castillos alemanes, por el Marqués de Cubas. Los jardines que rodean el castillo son un magnífico parque botánico que reúne un amplio catalogo de árboles de especies exóticas incluyendo las secuoyas más grandes de Bizkaia. Desde el punto de vista del paisaje, en el recorrido, se distinguen dos partes bastante diferentes. En la parte de atrás del valle el rio es muy estrecho, encajado en tierras de uso forestal, y en un gran tramo de las orillas se conserva el recubrimiento de árboles. Más adelante el Butrón se abre y el cauce se ensancha. Allí imperan los limos, y el entorno de las marismas y la ría se abre paso a través de tierras agrícolas y urbanas. La zona del estuario, bien conservada, se abre a la bahía de Txipio, entre los cabos de Barrikaondo y Astondo, hasta que las aguas desembocan en el mar en los arenales de las playas de Plentzia y Gorliz, cuyas dunas se recuperan ahora al eliminar la carretera y parte de las edificaciones que durante décadas robaron su espacio A pesar de que una parte de la ría sufra la presión humana y de las carreteras, se conservan grandes superficies de vegetación de las marismas y se pueden encontrar excelentes muestras de diversas especies, como la Spartina marítima, la Salicornia ramosissima el Juncus maritimus, hasta los carrizales entre otras. Río arriba, en la zona a la que no llega la marea alta, podemos encontrar poblaciones de plantas acuáticas y se conserva el bosque de galería, tan importante desde el punto de vista ecológico. Allí hay tanto plantas leñosas como herbáceas. También la fauna es de gran interés. La ría de Plentzia, como todas las que conservan una parte de su hábitat original, es un área de descanso para las aves migratorias relacionadas con el entorno acuático. Para algunas también es un lugar en el que pasar el invierno. Grazas reales, cercetas, martines pescadores, láridos y cormoranes encuentran aquí su refugio. El recorrido, bien en la modalidad de paddle surf o en kayak ofrece una experiencia inolvidable de dos horas apta para cualquier deportista ocasional o poco experimentado.
The route by kayak or stand up paddle surf offers an unforgettable 2-hour adventure perfectly suited to the occasional or not particularly experienced sports person
The elver-fishers’ route
On warm summer days, nothing better than combining sport with the pleasure of being surrounded by nature. And that’s precisely what you’ll get on the elver fishers' route, a kayak or a stand up paddle board outing on the River Butrón estuary.
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The 30 km of the River Butrón are fed at their source by the water running off mounts Mendigana and Bizkargi. Once through Morga, swollen with water from the Errigoiti in Olabarri, the flow of the Butrón increases thanks to the little streams running off mount Sollube. From Fruiz, continuing towards the sea, the river wends its way along the bottom of a rather wide valley, through Mungia, where it suffers the greatest consequences of human activity due to the local population density and industrial activity. Downriver, the
Butrón recovers its natural habitat on entering a more rural area.
The elver-fishers’ route is precisely to be found in this stretch, where the river becomes an estuary and fresh water runs into the sea, mingling with the incoming tides to provide shelter for the elvers still fished today using ancient artisan methods. The stream bed depends on the tides, except for the part nearest the castle, and the river flows slowly, meandering is it goes. All of the soil is alluvium from the Quaternary period.
The route depends on the tide and always follows the current. It starts either from the estuary in Plentzia or from Butrón Castle, an ancient medieval tower and important bastion in the War of the Bands. In the 19th century, the Marquis of Cubas had the Butrón lineage tower decked out in fairy-tale guise similar to Bavarian castles. The gardens surrounding the constructions form a magnificent botanic garden with a long catalogue of exotic trees including the biggest giant redwoods in Bizkaia.
From the landscape point of view, there are two rather different parts along the way. In the part to the rear of the valley, the river is very narrow, boxed in by forestry land, and a long stretch of the banks is still covered in trees. Further down, the Butrón spreads over muddy marshland as it wends its way through cultivated and urban terrains.
The estuary, well preserved, opens out on to Txipio bay between the Barrikaondo and Astondo headlands until flowing into the sea at the Plentzia and Gorliz beaches. Here the dunes have been recovered thanks to elimination of the road and part of the buildings that for years had been occupying their space.
Despite the pressure of humans and roads, the estuary continues to boast large expansions of vegetation on its marshlands, home to fine specimens of different species, including Spartina maritima, Salicornia ramosissima, Juncus maritimus and reedbeds.
Upriver, out of reach of the high tide, you can find populations of aquatic plants and a gallery forest, hugely important from an ecological point of view. Here there are both woody and herbaceous plants.
The fauna too is enormously interesting. Just like all estuaries that preserve part of their original habitat, Plentzia is a resting place for migratory birds and some even choose to stay on over winter. Grey herons, Eurasian teals, kingfishers, gulls and cormorants all find shelter here.