LA CARTOGRAFÍA COMO PRÁCTICA INDISCIPLINADA
“En aquel Imperio, el Arte de la Cartografía logró tal Perfección que el Mapa de una sola Provincia ocupaba toda una Ciudad, y el Mapa del Imperio, toda una Provincia. Con el tiempo, estos Mapas Desmesurados no satisficieron y los Colegios de Cartógrafos levantaron un Mapa del Imperio, que tenía el Tamaño del Imperio y coincidía puntualmente con él. Menos Adictas al Estudio de la Cartografía, las Generaciones Siguientes entendieron que ese dilatado Mapa era Inútil y no sin Impiedad lo entregaron a las Inclemencias del Sol y los Inviernos. En los Desiertos del Oeste perduran despedazadas Ruinas del Mapa, habitadas por Animales y por Mendigos; en todo el País no hay otra reliquia de las Disciplinas Geográficas.” Suárez Miranda: Viajes de varones prudentes, libro cuarto, cap. XLV, Lérida, 1658. Del Rigor en la Ciencia, en El Hacedor, Jorge Luis Borges, 1960
La cultura contemporánea ha heredado la compleja operación de redibujar el mapa de la subjetividad colectiva. El menester de este ejercicio es la consecuencia inmediata al fracaso del modelo de representación moderno, arrastrado desde la Ilustración como un ‘sistema de la apariencia’ gestionado por la Institución. La articulación panóptica1 de este sistema, trajo consigo la creación de una serie dispositivos representativos que evidencian la estrategia de control de la Institución Occidental: los Mass Media, como mecanismo de acotación de la noticia; la Historia, instrumento con el que se selecciona la memoria; el Sistema Democrático, como forma de gobierno en la que se delega la autonomía política de los individuos; el Arte, como representación de la subjetividad colectiva; y la Cartografía, a través de la cual se gestiona la visualización y delimitación del territorio. De esta manera se proyecta la imagen de un mundo perfectamente definido y domesticado bajo los esquemas del hombre blanco occidental, lo que Derrida 1
Al referirme al Panóptico lo hago, evidentemente, a la metáfora foucaultiana. Foucault. M. Seguridad, territorio, población: Curso en el Collège de France (1977-1978). Fondo de cultura económica, Buenos Aires, 2006.
desarrollaría a partir del esquema ‘etno-fono-falo-logo-céntrico’2, y donde toda forma de vida alternativa queda negada mediante la invisibilización. Es la urgencia de rescatar la vida, en su naturaleza híbrida y múltiple, en lo que se centra el compromiso de redibujar la representación el mundo, y este reto sólo puede tomar forma a través del planteamiento de una crítica al sistema de representación moderno y la desobediencia al esquema institucional. Comenzando con el desmantelamiento de la imagen unitaria del mapamundi y las relaciones de poder que bajo este subyacen, mediante capas superpuestas de realidades múltiples, que favorecen la emergencia de nuevas historias, subjetividades y formas otras de imaginar el mundo. Nuevos mapas de realidades, que renuevan el concepto de cartografía, a través de un detournement de su función institucional. Un tipo de cartografía, que genera territorio en lugar de delimitarlo, que amplía la visualidad del mundo, que produce conocimiento; una cartografía indisciplinada. ________________________________________ Según la RAE, el indisciplinado es el que quebranta la disciplina. Terminológicamente, la disciplina responde al sometimiento de unas normas que pueden ser morales (deontológicas) o doctrinales. Estas dos acepciones del término indisciplinado nos posibilita plantear dos derivaciones. Por un lado, la indisciplina como posición antagónica frente a la imposición de un modelo de comportamiento consensuado, un modelo que responde a la necesidad de los diferentes sistemas de poder de controlar las sociedades a través de la creación de unos patrones éticos colectivos excluyentes. De esta manera, la indisciplina no sólo responde a una determinada inclinación crítica, sino al mismo tiempo, a una actitud alternativa que ha sido excluida. Por el otro, una postura que sobresale de un ámbito de saber disciplinar, eliminado las fronteras de conocimiento impuestas por la hiperespecialización, lo que desde hace un tiempo viene a llamarse post-disciplinar, extra-disciplinar, in-disciplinar. Más allá del 2
DERRIDA J. El mundo de las luces por venir (Excepción, cálculo y soberanía). [conferencia] Universidad de Niza, 27 agosto de 2002, publicada en Votous. Deux essais sur la raison, Galilée, Paris, 2003.
ensimismamiento de la interdisciplinaridad y la transversalidad, la in-disciplina permite generar redes de conocimiento horizontal, al margen de toda articulación institucional y equivalentes a la actividad de la curiosidad humana. Estas dos definiciones nos permiten abrir una perspectiva desde la que abordar la complejidad de las prácticas artísticas actuales. Los comportamientos artísticos indisciplinados, apelando por el cuestionamiento de los esquemas de representación dados, se desarrollan desde la desobediencia de la norma y la hibridación disciplinar, tal y como trataré de argumentar en los siguientes dos puntos. 1. En 1305, en la Cappella degli Scrovegni de Padua, Giotto inventa el cielo azul. Lo hace oponiéndose a la dictadura del dorado y desobedeciendo el dogmatismo estético del Cristianismo. El artista indisciplinado lo es en cuanto sujeto emancipado. La aprehensión de la condición de libertad actúa como detonante de una serie de modificaciones en las expectativas estético-artísticas. Son esas explosiones de emancipación, lo que ha posibilitado la renovación de la visualidad, lo que permitió el cambio en los paradigmas artísticos de cada momento histórico; impulsos de emancipación que luego fueron disfrazados por la Historia del Arte a través del mito del genio. Si la indisciplina significa pues, rescatar la autonomía individual para poder ejercer un pensamiento independiente, ello implica la posibilidad de ver desde una cierta perspectiva el presente, a través de un zoom crítico que desvele el disentimiento y las problemáticas que los postulados de nuestra época ocasiona. Es por ello, que para poder replantear la representación del mundo, es estrictamente necesario hacerlo desde una posición indisciplinada. En las prácticas artísticas actuales, esta postura se reconoce fácilmente dentro de las prácticas artísticas activistas, prácticas artísticas en las que ha crecido de manera evidente en los últimos años la preocupación sobre el espacio urbano, el territorio y su representación cartográfica.
Los trabajos desarrollados por colectivos como Hackitectura, Bureau d’Etudes, Iconoclasistas o RoToR, demuestran la necesidad de redibujar mapas desde una perspectiva antagonista, fruto de la crítica institucional y la ‘indignación’, con todo el valor político que este último término ha adquirido en los últimos meses. Mapas críticos que visibilizan la complejidad de las relaciones de poder que subyacen bajo una pretendida imagen globalizada del mundo, que discuten los modelos de representación territorial, que batallan por la visibilización de la realidad periférica, y que se desarrollan bajo el compromiso de la transformación social y política a través de la desobediencia y la indisciplina.
Desplazamiento de la Frontera Sur, Hackitectura y Frontera Sur, Cádiz, 2006-2007.
Pero puede ser que determinadas formas de arte indisciplinado operen más allá del campo de batalla, puede ser que desde la marginalidad se estén generando otras formas de operación cartográfica, puede incluso que ‘los indisciplinados no sepan quienes son’3.
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Estas palabras remiten al texto Los indisciplinados no saben quiénes son, donde Martí Peran planteaba ya esta doble acepción del término, advirtiendo la presencia de vida más allá de la trinchera. PERAN M.
Preocupados estos días por el linchamiento que la esfera artística institucional ha sufrido tras el resultado electoral, nos olvidamos que el reto está ahora en generar otros modelos culturales. De la misma manera que el ‘periodismo de trinchera’ acaba por apaciguar la noticia, focalizar el interés de las prácticas artísticas contemporáneas únicamente en su capacidad de construir barricadas, excluye buena parte de aquellas que se dedican a producir nueva realidad. Para poder redibujar el mapa del mundo, para ser realmente indisciplinado, es necesario salir de los circuitos convencionales, y ello implica abandonar el epicentro de la lucha, para empezar a construir desde los márgenes, desde la periferia, sin tener que esperar a que se conceda la oportunidad de responder. Romper la disciplina que la Institución ha impuesto sobre la representación, significa retomar la gestión de la misma a través de la autorrepresentación y la producción de realidad nueva. Generar experiencia pasa por multiplicar los puntos de vista del mundo, por recocer la multiplicidad de espacios donde sucede la vida, por ampliar el mapa más allá de la noticia, más allá de Plaza del Sol, dándonos la vuelta, como Simon Lee y Eve Sussman, hacia los balcones.
Imagen del video Balcony, Simon Lee & Eve Sussman, 2011.
Los indisciplinados no saben quiénes son. Indisciplinados. La posición del arte en las fronteras del diseño. Marco de Vigo, disponible en: http://www.martiperan.net/print.php
2. Otro de los modelos adoptados por la Institución como forma de control fue el de la hiperespecialización. La hiperespecialización segrega el saber impidiendo crear formas de conocimiento en red, intersecciones y encuentros de ideas, así como dejar paso a una teoría crítica e impulsos emancipadores. En el simposio Crítica d’art en un món global (2005)4, Pilar Bonet denunciaba cómo el trabajo dentro del ámbito de la gestión cultural se convierte cada vez más en una práctica profesional derivada de una formación especializada. Ello tiene que ver con la reconversión de los estudios superiores en los nuevos planes de estudios europeos, que bajo paradigma económico-empresarial del capitalismo globalizado, se inclinan de manera evidente hacia una formación profesional. Frente este modelo hegemónico, han aparecido en los últimos años diferentes grupos, plataformas y redes de investigación, desde los cuales poder abordar la complejidad de la visualidad actual considerando las dislocaciones geográficas, el fracaso del sistema de representación institucional, la crisis de subjetividad y experiencia, así como el carácter mestizo e indisciplinado inherente en las prácticas artísticas de la Época Global. Entre muchos otros, el departamento de Visual Cultures del Goldsmith College (Londres), la Middlesex University (Londres), el Institut National d'histoire de l'art (París), la University of Art and Desing Linz, el MIT Program in Art (Cambridge), La Universidad Tangente (París) o el grupo de investigación de la Universitat de Barcelona, Culturas Visuales Globales, en el cual se inscribe la presente investigación, ejemplifican la necesidad de generar archivos y mecanismos competentes para el estudio de este tipo de prácticas incatalogables. Pero más allá de las plataformas de estudio, sería pertinente analizar la indisciplinariedad como forma de arte, teniendo en cuenta los factores previamente descritos con los que la visualidad opera en la actualidad.
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BONET P. Jo vull ser curadora. [conferencia] Simposio Crítica d’art en un món global, ACCA-MACBA, Mataró, noviembre 2005.
Las prácticas artísticas contemporáneas se desarrollan a través de múltiples medios y formatos de la visualidad. La hibridación de los procedimientos, práctica habitual desde los inicios de la Posmodernidad, ha dado paso a la indisciplinariedad. Esta indisciplina del medio abre las posibilidades a la experimentación artística en todos los ámbitos, como permitir generar baterías de litio a partir de muestras de sudor a ciudadanos desempleados para iluminar un mapa del índice de paro en la ciudad de Nueva York (Waste to work, Olivia Robinson & Daniela Kostova, 2010), el estudio demográfico del imaginario olfativo de una comunidad (Scratch ‘N Sniff NYC, Nicola Twilley, 2010) o representar la topografía de las voces de los diferentes miembros de una comunidad a través de espectogramas (Topografía de una voz, Imogen Stidworthy, 2008-2009).
Topografía de una voz, Imogen Stiworthy, 2008-2009.
Sería ardua, por no decir absurda, la tarea de clasificar y etiquetar cada uno de estos trabajos bajo las metodologías caducas de la Historia del Arte. No obstante, sí sería posible encontrar en ellos procesos de trabajo aproximados que nos permitiera una perspectiva para abordarlos, como es el caso de la proliferación de investigaciones
territoriales, la búsqueda de otros modelos de representación, la multiplicación de los puntos de vista de la subjetividad colectiva, la arqueología de la memoria y la construcción de archivos. Procesos en los que se evidencia una voluntad cartográfica, un intento de recuperar la gestión de la visualidad del mundo a través de todos los medios posibles, una práctica cartográfica indisciplinada.
Imagen del video Still Sahara Chronicle, Ursula Biemann, 2007.
Trabajos como el mapa del negativo de la memoria de Lima (I[NN]MEMORIAM, Rogelio López Cuenca, 2001), las guías de espacios vacíos de Lara Almarcegui (Amsterdam, 1999 / Lund, 2005 / Sao Paulo, 2006 / Bilbao, 2008) o Still Sahara Chronicle5 (Ursula Biemann, 2007) demuestran ese despliegue de procesos cartográficos, y al mismo tiempo ponen en cuestión la existencia de la figura del cartógrafo, omnipresente y único responsable de la representación de un mundo gestionado por la disciplina a la que pertenece. Al respecto, las comisarias del proyecto Dislocación, apuntaban al referirse al trabajo de Ursula Biemann: 5
Este trabajo se desarrolló dentro del proyecto The Maghreb Connection, iniciado en el año 2005.
“Sahara Chronicle no intenta construir una narrativa homogénea o contemporánea de un fenómeno que tiene raíces en la África colonial, la que es diversa y frágil en su actual organización social y experiencia humana. En el trabajo no utiliza una voz autoritaria u otro dispositivo narrativo para hacer la conexión, más bien el significado está producido por el espectador, que tiene que extraerlo de los intersticios entre los vídeos, es decir de las líneas de conexión entre los puntos donde la intensidad migratoria es mayor, que es el estiramiento más invisible al ojo. En dispersar el punto de vista, se reconoce al mismo 6
tiempo el proceso múltiple y cooperativo del conocimiento producido en el camino.”
No existe pues, una manera de hacer cartografía, sino que ello deriva de las herramientas que el artista estime necesarias para llevar a cabo procesos concretos.
Roman Cities Project, Armin Linke, en Phenotypes/Limited Form, work in progress.
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Dislocación, [Exposición] Comisariada por Ingrid Wildi Merino & Kathleen Bühle. Museo Nacional de Bellas Artes, Santiago, Chile, 7 septiembre - 7 noviembre 2010, disponible en: http://www.dislocacion.cl/art-biemann-es.php
El archivo online desarrollado por Armin Linke 7, posibilita a través de la herramienta del hipertexto, acceder a una representación-otra del mundo. La multiplicación de mapas virtuales, gracias a plataformas como meipi.org, open street map o megafone.net, funcionan como archivos visuales donde los usuarios pueden consultar, incorporar y modificar datos sobre problemáticas urbanas concretas habitualmente invisibilizadas en los medios de representación institucionales. Ello nos conduce a la idea de que la práctica cartográfica constituya en sí misma una forma de archivo. Una forma de archivo que produce conocimiento y que se presenta como alternativa al modelo enciclopédico.
Qué diversión navegar por los canales. Salomé. Canal invisible. Trabajadoras sexuales de Madrid, en megafone.net, Antoni Abad, 2005.
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LINKE, A. [sitio web] disponible en : http://www.arminlinke.com/
No obstante, frente a las evidentes grandes posibilidades que brinda la tecnología como herramienta en las prácticas artísticas indisciplinadas, con la pervivencia de los discursos interdisciplinares corremos el peligro de caer en la estetización de la tecnología, la reminiscencia de la tratadística, las ferias de máquinas y las ‘estaciones experimentales’8.
Para redibujar el mapa de la subjetividad colectiva, para producir conocimiento y nuevos discursos, para proyectar nuevos modelos de representación, para crear impulsos de emancipación; la cultura contemporánea tiene el compromiso y la urgencia de aprehender a vivir, y ello conlleva replantear la imagen establecida del mundo utilizando tácticas cartográficas; una cartografía indisciplinada que derribe el mito del esencialismo maniqueísta, una cartografía que repiense los códigos establecidos, tal y como la definieron Paul Domela e Imogen Stidworthy en En el primer círculo: “.. Una cartografía a través de la cual se despliega una reflexión extendida sobre el hecho lingüístico, en la que se exploran aspectos como los encuentros y los conflictos de comunicación que genera el lenguaje, y los malentendidos provocados por la transferencia de significados entre lenguas, así como las ideas de opacidad y de resistencia relacional.”9
Resulta evidente advertir que el término cartografía salpica hoy discursos de toda índole, lo que repercute de manera negativa a la hora de tomarlo en consideración, especialmente desde esferas académicas. En su afán por clasificar y organizar la vida, la Academia no concibe el estudio indisciplinado, menos aún cuando este viene acompañado del tópico del momento. Pero puede que sea el propio hecho de que lo cartográfico atraviese en la actualidad tan diversos espacios de conocimiento, tan heterogéneos discursos y tantas formas de concebirlo, lo que impulsa la idea de que se trata de algo mucho más grande de lo que parece. 8
Estación experimental. [exposición] Comisariada por Andrés Mengs y Virginia Torrente, LABoral, Centro de arte y creación industrial, Gijón, 28 octubre 2011 – 9 abril 2012 9 En el primer círculo. [exposición] Comisariada por Paul Domela e Imogen Stidworthy, Fundació Antoni Tàpies, 7 octubre 2011 – 5 febrero 2012
¿De qué hablamos cuando hablamos de cartografía? ¿No será acaso que la cartografía implica algo más allá del estudio topográfico de la Geografía y su representación en el mapa? ¿No es que habrá que ir a buscar el mapa imposible a la marginalidad de la vida, donde se encuentran sus ruinas? ¿No será que exista también una indisciplina de la indisciplina?
DIANA PADRÓN ALONSO Barcelona, diciembre 2011.