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Andrea Arias, Akza Consultancy

Andrea Arias Directora de Proyectos de Energía de Akza Consultancy

Hace falta voluntad política para iniciar la transición energética

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Desde la Cumbre Mundial del Clima, Joe Biden aseguró que su país alcanzará la neutralidad de carbono para 2050; mientras tanto en México se ha priorizado regresar el control del sector energético a Pemex y a la CFE.

Por Omar Barrientos Nieto

Para Andrea Arias, Directora de Proyectos de Energía de Akza Consultancy, es una buena señal que Estados Unidos, uno de los países con mayor número de emisiones contaminantes, retome su papel contra el cambio climático que fue ignorado durante la administración de Donald Trump.

Durante la Cumbre Mundial del Clima, Joe Biden trazó la meta principal para su país: que logre la neutralidad de carbono para 2050. En este sentido, Andrea Arias asegura Estados unidos tendrá que realizar diversos cambios para lograr su objetivo y volver a competir en el escenario energético internacional.

“El país había perdido relevancia internacional en este tema y dejó de competir contra China, Rusia e incluso Arabia Saudita, que tiene unas metas impresionantes en transición energética. Es un compromiso que requiere cambios, se puede considerar como una reforma. La intención de la Cumbre era mostrar a todos los países que Estados Unidos tiene a intención de alcanzar la neutralidad de carbono para 2050”.

Arias expuso que Estados Unidos, a través de su Departamento de Energía, establecerá lineamientos en diversas áreas que beneficien al medio ambiente y reduzcan las emisiones de CO2. Sin embargo, explicó que con una fuerte oposición republicana, la administración de Biden tendrá límites políticos para actuar.

“Realizarán una hoja de ruta, que provendrá directamente del Departamento de Energía, donde se establecerán lineamientos en movilidad eléctrica, hidrógeno, captura de carbono, energías renovables, sobre todo eólica y solar. Esa será la ruta. Pero es importante saber que Estados Unidos está muy limitado en temas de política interna, los republicanos demandan que se perderán empleos con las acciones del gobierno de Biden, quien está intentando crear un bloque internacional para presionar a las estructuras internas de su país”.

Los retos en México

Luego de los anuncios realizados por Biden durante la Cumbre Mundial del Clima, Arias detalló que el principal reto al que se enfrenta México para iniciar la transición energética es la voluntad política. Señaló que en el país ya existe la legislación que permitiría

Estados Unidos está muy limitado en temas de política interna, los republicanos demandan que se perderán empleos con las acciones del gobierno de Biden”

Andrea Arias

La voluntad política es lo principal para iniciar la transición energética” Andrea Arias

Para ver la entrevista con Crystal Mendivil, escanee el código.

Andrea Arias / Foto: Cortesía

impulsar las renovables y reducir las emisiones contaminantes.

“El primer reto es la voluntad política, es lo principal para iniciar la transición energética. El país ya tiene la legislación. Cuenta con una ley de transición energética, una ley general de cambio climática. El papel ya lo tenemos. Además, hay metas establecidas: el 35 por ciento en generación de fuentes renovables para 2024. Será difícil cumplir con este compromiso”.

En la Cumbre, México expuso el programa Sembrando Vida. Sin embargo, la directiva en Akza Consultancy aseguró que los resultados de esta iniciativa federal no han sido los mejores; además, señaló que el evento tenía como objetivo mostrar las acciones y la voluntad de los países para descarbonizarse “Era necesario mostrar mucho mayor voluntad. Esta Cumbre era para ver cuál es la voluntad de los países para seguir las metas y nuevos lineamientos que está trazando Estados Unidos.

Desde la actual administración se ha iniciado una ofensiva contra las energías renovables y se entorpeció el mercado eléctrico”

Andrea Arias

Entonces, el principal objetivo es la ausencia de voluntad política, además de las reformas a las leyes de Hidrocarburos como de Industria Eléctrica que están poniendo en el centro a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y a Petróleos Mexicanos (Pemex)”.

Andrea Arias refirió que el total de emisiones a nivel mundial, México produce entre el 1.5 y el 2 por ciento. Por lo tanto, el país es uno de los mayores emisores de gases contaminantes en Latinoamérica: “Esto podría parecer poco teniendo emisores con un 17 por ciento. Sin embargo, el país es uno de los mayores emisores en América Latina y a nivel mundial. Somos un país cuya palanca de desarrollo es el sector energético. A mayor demanda habrá mayor consumo y emisiones”.

CFE y Pemex sin intención de cambios

Andrea Arias aseguró que la CFE y Pemex no tienen intención alguna para transitar hacia las energías renovables. En este sentido, señaló que es posible que no haya inversión suficiente en renovables durante la actual administración.

“Nos vemos de parte de la CFE y de Pemex la intención de un cambio hacia energías renovables. La CFE tiene el control del sector eléctrico y podría generar un cambio hacia la energía limpia. Sin embargo, lo que hemos visto con la reforma a la Ley Eléctrica es que se busca que el mercado de generación vuelva a la CFE. Esto significa que no habrá inversión adecuada ni en tecnología ni en segmentos de negocio que transiten a la energía renovable. El monopolio ha regresado a la CFE y está acompañado de un plan agresivo contra las renovables. Tenemos una CFE que licita centrales de ciclo combinado basadas en gas. Falta voluntad política para transitar hacia las renovables”.

El panorama actual del mercado energético mexicano está lleno de incertidumbre. Además, con los cambios en las regulaciones del sector, se ha generado un vacío de Estado de Derecho. Para Andrea Arias es necesario que las autoridades respeten las condiciones de inversión de diversas empresas.

“Parece que hay una falta de Estado de Derecho. Cuando una empresa invierte en ciertas condiciones se deben de respetar las reglas con las que ingresa. Estamos perdiendo inversiones. Diversas empresas planean una inversión a dos años y después buscarán irse por las condiciones en las que se encuentra el mercado mexicano”.

Finalmente, señaló que desde el gobierno federal las energías renovables han recibido diversas críticas. Además, la actual administración ha priorizado que CFE y Pemex recuperen su papel monopólico en el sector energético, dejando a un lado a las alternativas limpias. Asimismo, instó a la población a buscar la eficiencia energética y a utilizar fuentes renovables, como los paneles solares.

“Desde la actual administración se ha iniciado una ofensiva contra las energías renovables y se entorpeció el mercado eléctrico. Las plantas de la CFE producen más caro y sucio, contaminan. En tanto, se ha buscado regresarle el mercado de petrolíferos a Pemex, sin incentivos de transición energética. Regresar a los monopolios no ayuda a que los mexicanos tengan energía eléctrica y combustibles más baratos, eficientes y menos contaminantes. Desde los hogares se debe impulsar el uso de paneles solares, hacer estrategias de eficiencia energética. Estas crisis nos hunden en una pobreza energética”, concluyó.

Opiniones del Sector

Por: Juan Antonio Gutiérrez

Es especialista en tecnologías de hidrógeno y funge como Secretario de la Sociedad Mexicana del Hidrógeno desde el año 2018.

Sobre la SMH: La Sociedad Mexicana del Hidrógeno es una asociación civil sin fines de lucro fundada en 1999 con el interés de reunir a los actores interesados en el hidrógeno, formar recursos humanos capacitados y proporcionar información del tema a los tomadores de decisiones del país.

hidrogeno.org.mx

Ambición climática + Madurez tecnológica + Decremento de costos = Nueva ola del hidrógeno

El hidrógeno es actualmente un tema ampliamente discutido en foros de energía renovable, de medidas de mitigación del cambio climático, almacenamiento energético, electromovilidad e incluso en foros de descarbonización del transporte marítimo o de la aviación. ¿Se trata entonces de un energético hasta ahora desconocido pero que podría salvarnos de la dependencia de los combustibles fósiles?

Para nada: el hidrógeno es una sustancia de la cual el mundo consume actualmente más de 70 millones de toneladas anuales. Se usa principalmente como materia prima para la refinación de crudo (eliminación de azufre en diésel y gasolinas, principalmente), para la síntesis de amoniaco (importante precursor de muchos fertilizantes) y en aplicaciones de menor demanda como son la hidrogenación de grasas alimenticias, de algunas resinas sintéticas o en la producción de vidrio plano.

En algunos procesos como la producción de etileno o de cloro, el hidrógeno se obtiene como un sub-producto que en algunos casos se ventea al medio ambiente, pero en otros se aprovecha como un energético: ya sea en combustión en calderas o inyectándolo a mezcla con gas natural en turbinas de generación eléctrica. Esto significa que ya se conoce desde hace mucho tiempo su capacidad como energético. ¿Entonces por que hasta ahora se habla tanto de él? Hay varias razones:

El hidrógeno que actualmente el mundo consume es en un 95% producido por reformado de gas natural o por gasificación de carbón, con una huella de entre 9 y 10 kg de CO2 emitidos a la atmosfera por cada kilogramo de hidrógeno. El hidrógeno del que se habla actualmente y el que se vislumbra como un vector de descarbonización es hidrógeno azul o verde. Ambos hidrógenos deberían tener, de acuerdo con el esquema de certificación de garantías de origen de hidrógeno “CertifHy”, 60% menos huella de carbono que el hidrógeno convencional. La diferencia entre azul y verde es entonces la materia prima y el método para producir el hidrógeno: el azul a partir de reformado de metano o gasificación de carbón con captura y secuestro de CO2; el verde a partir de agua y energía eléctrica renovable en un proceso llamado electrólisis.

La razón por la que ahora se habla tanto de hidrógeno es por que las tecnologías de captura y secuestro de carbono, de generación eléctrica renovable y de electrólisis han llegado a un nivel de madurez tecnológica suficiente para adoptarse en condiciones de trabajo reales y a gran escala. Lo anterior permite que los costos de inversión decrezcan y que como consecuencia: el gas hidrógeno sea cada vez más barato. Por otra parte: esto coincide con que la comunidad internacional está cada vez más enfocada en desarrollar esfuerzos para mitigar los efectos del cambio climático. El ejemplo más importante de esto es el Acuerdo de París, que busca frenar el calentamiento global a máximo 1.5 - 2 °C respecto a la temperatura global promedio de la era preindustrial.

Ambición climática + Madurez tecnológica + Decremento de costos = Nueva ola del hidrógeno.

Para entender al hidrógeno y no sufrir desilusiones tempranas es importante romper un paradigma que nos dejó el petróleo: “Un solo energético puede salvarnos como sociedad y permitirnos energizar aplicaciones de pequeña, mediana y gran escala”. La denominada “transición energética” es un camino que nos llevará

Foto: Cortesía

de los combustibles fósiles hacia una matriz diversa de soluciones para cada sector consumidor de energía.

En movilidad, por ejemplo, convivirán los vehículos híbridos, los eléctricos a baterías y los eléctricos a hidrógeno atendiendo cada uno a un nicho específico: los de baterías serán más adecuados para aplicaciones civiles, donde un auto está la mayor parte del tiempo estacionado y requiere autonomías intermedias, mientras que los de hidrógeno estarán destinados a las aplicaciones de alta demanda de energía, altas autonomías y alta tasa de uso: como el transporte carretero o ferroviario de mercancías.

En la industria ocurrirá lo mismo: una parte del calor necesario vendrá de equipos que se transformaron de combustión a eléctricos, otra parte de tecnologías de concentración térmica solar y alguna porción adicional de hidrógeno en combustión. ¿Cuánta será la participación del hidrógeno en cada aplicación? La respuesta depende de las necesidades del sector adoptante y de la capacidad de cada país o región para producir el hidrógeno de bajas emisiones necesario. Algunos países como Japón o Corea del Sur ya anticipan que no serán capaces de producir el hidrógeno que demandarán después de 2030 y han comenzado a explorar las posibilidades de importarlo desde Australia, Arabia Saudita o Chile.

A nivel global, se cuenta con pronósticos del futuro del hidrógeno. Uno de los más robustos es de la Agencia Internacional de Energía (IEA) quienes han desarrollado distintos escenarios para el futuro energético del mundo. El Escenario de Desarrollo Sustentable es el más favorable

Share of hydrogen in final energy demand 70% 60%

50% 40% 30% 20%

10%

0%

Shipping Aviation Road transport

IEA 2020. All rights reserved. Chemicals iron and steel

hacia las tecnologías limpias y en él se cumplen los objetivos de mitigación de cambio climático globales. Dentro de este escenario, el mercado del hidrógeno crecerá de 70 millones de toneladas anuales en 2019 a más de 500 millones de toneladas en 2070, de las cuales más de 300 millones vendrán de electrólisis del agua y el resto de fuentes fósiles que usen sistemas de captura y secuestro de carbono.

Hacia 2070 se vislumbran tres aplicaciones como las más demandantes de hidrógeno: la navegación, la síntesis de combustibles sintéticos y el transporte terrestre.

En la navegación, el reto de la descarbonización es que el uso de alternativas como las baterías es poco viable, debido a las altas autonomías necesarias (días o semanas) y al gran peso de estos sistemas. El hidrógeno, por su parte podría ser alimentado a las embarcaciones en forma de amoniaco, permitiendo el consumo de un combustible con bajo impacto ambiental y que requerirá pocas adecuaciones a la infraestructura de recarga y consumo de combustible de los barcos.

Los combustibles sintéticos serán combustibles líquidos como el diésel o queroseno o gaseosos como el metano que serán producidos en plantas químicas a partir de CO2 capturado del aire o de procesos industriales y de hidrógeno bajo en carbono. Los combustibles sintéticos líquidos serán de gran importancia para la aviación, por ejemplo, donde aún no hay claridad sobre la viabilidad de llevar un combustible gaseoso a bordo y donde existe una infraestructura desplegada amplia tanto de consumo como de dispensado de hidrocarburos en aeropuertos.

El uso en el transporte terrestre estará destinado a vehículos de celdas de combustible que conviertan el hidrógeno en electricidad para impulsar un tren motriz eléctrico. Se estima que hacia 2070 el 50% de los camiones de carga pesada serán impulsados por hidrógeno.

La buena noticia para México es que es un país que cuenta con un alto potencial de energía renovable (solar y eólica), una extensión territorial amplia y que geológicamente es un candidato para las tecnologías de secuestro de carbono, debido a la gran cantidad de yacimientos salinos y yacimientos agotados de petróleo que tenemos en el país. Muy pronto deberán reunirse los actores interesados del sector energético en México y explorar las posibilidades para sacar el mayor provecho de nuestro potencial de cara a este nuevo energético en el mundo: el hidrógeno.

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