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A la manera N贸rdica Valores compartidos para una nueva realidad

Global Utmaning Swedish Institute


Valores compartidos para una nueva realidad: A la manera Nórdica

¿Qué tienen los nórdicos de especial? En comparaciones internacionales, nada menos que según el índice de competitividad global del Foro Económico Mundial, los países nórdicos se encuentran por lo general a la cabeza o muy cerca de los primeros puestos. En un meta-índice que es un conjunto de 16 índices globales diferentes como (competitividad, productividad, crecimiento, calidad de vida, prosperidad, igualdad, etc.) los cuatro países nórdicos principales − Suecia, Noruega, Dinamarca y Finlandia − encabezan la lista.1 ¿Cuáles son las razones? ¿Existe algo así como un “Modelo” común para los nórdicos en particular, y si así fuera, será perdurable? ¿Es sustentable, o aún más, es transferible a otras partes del mundo? En este pequeño informe nos gustaría brindar fragmentos de aquellas que creemos son algunas de las explicaciones posibles del éxito relativo de las sociedades nórdicas. Estaríamos verdaderamente complacidos si estas experiencias lograran mejorar la comprensión de nuestro modo de hacer las cosas e inspiraran el debate y el desarrollo en otras partes del mundo. Los valores compartidos también hacen referencia a la acción de compartir valores y experiencias con los demás. El hecho de que los países nórdicos demostraran tener capacidad de recuperación durante la crisis financiera reciente pareciera ser en gran parte, el resultado de otras profundas crisis que la región nórdica sufriera anteriormente en las décadas de los años 80 y 90. Durante estos periodos de crisis, los países nórdicos renovaron y modernizaron sus economías respectivas de tal manera que algunas veces esto constituyó un quiebre para con las reglamentaciones y los sistemas impositivos anteriores. Klas Eklund (economista senior del SEB Bank de Estocolmo y profesor adjunto de economía en la Universidad de Lund) sostiene por lo tanto, en su contribución: “Nordic capitalism – lessons learned” (Las lecciones aprendidas del capitalismo nórdico) que lo que debemos perseguir no es un "modelo nórdico" libre de crisis, sino una "experiencia nórdica", es decir, las maneras eficaces de superar crisis profundas. Sin embargo, de allí surge la pregunta de porqué los países nórdicos fueron capaces de enfrentar esos desafíos. Aquí, la cohesión social parece haber jugado un papel fundamental en la posibilidad de aplicar reformas drásticas. El segundo artículo de Henrik Berggren (historiador, anterior editor político del periódico sueco Dagens Nyheter) y Lars Trägårdh (historiador, profesor en Ersta Sköndal University College) aborda este tema precisamente, en su contribución: "Social Trust and Radical Individualism” (El individualismo radical y la confianza social). Muchos ven a los países nórdicos como una especie de compromiso entre el socialismo y el capitalismo. Este no es para nada el caso, según Berggren-Trägårdh. Es más bien, la combinación del individualismo extremo y un estado fuerte que ha logrado desarrollar el terreno fértil para una economía de mercado eficiente: Menos limitados por las obligaciones morales, legales o prácticas dentro de la familia, las personas de ambos sexos se vuelven más 1 Fundación Tällberg, 2009

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flexibles y se disponen para el trabajo productivo en una economía de mercado. La igualdad de género ha dado como resultado índices de fertilidad más elevados y una participación femenina en el mercado laboral mayor que en otras partes de Europa. El rendimiento económico también se beneficia de los costos operativos bajos, generados mayoritariamente gracias a la confianza social, el respeto por la ley y los bajos niveles de corrupción. De acuerdo con ciertos estudios2 son los países más modernos e individualistas, más especialmente los países nórdicos, los que se caracterizan por una confianza social tan marcada. Creemos, al igual que los tres autores, que compartir los valores no es suficiente. Los valores deben traducirse también en las instituciones, las normas y la legislación. Los valores culturales y sociales no son fácilmente transferibles a través de las fronteras, pero los sistemas y las políticas que han dado pruebas de su funcionamiento podrían servir aún como fuente de inspiración para otros.

Estocolmo, 20 de diciembre de 2010

Jacob Wallenberg Presidente de Investor

Kristina Persson, Directora de Global Utmaning y The Nordic Association

2 Estudio Mundial de Valores, Eurobarómetro , Encuesta Social Europea (ESS, por sus siglas en inglés) Encuesta Europea de Valores (EVS, por sus siglas en inglés)

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Klas Eklund

El capitalismo nórdico: Lecciones aprendidas Durante la crisis financiera reciente, los cuatro países nórdicos principales demostraron tener capacidad de recuperación. Sufrieron durante la depresión económica pero se recuperaron bastante rápidamente. Ninguno de ellos atravesó ninguna crisis bancaria devastadora. A pesar de que el mercado inmobiliario danés recibió una paliza, ninguno de estos países muestra un déficit presupuestario peligroso, y ninguno de ellos tiene problemas de cuenta corriente. Su capacidad de recuperación ha reavivado el interés internacional en lo que a veces se denomina como “El modelo nórdico”. Sin embargo, uno debe ser muy cuidadoso al utilizar ese término. Es difícil encontrar algún tipo de patrón común nórdico que pueda ser transferible a otros países. De hecho, en asuntos de importancia, los países nórdicos siguen diferentes estrategias económicas. Esto se hace aún más evidente en cuanto a su postura frente al euro. Finlandia es miembro de la Unión Europea y ha adoptado el euro. Dinamarca es miembro de la UE, con la opción de excluirse de la unión de monedas, pero aún así mantiene su moneda estrechamente fijada al euro. Suecia es también un miembro de la UE, sin la opción de excluirse de la unión de monedas; no obstante, no es un miembro de la euro zona y tiene un régimen de moneda flotante. Por último, Noruega, no está en la UE ni en la euro zona. Cuatro países, cuatro estrategias diferentes. Por supuesto, existen similitudes económicas. Los cuatro son economías pequeñas y abiertas con ingresos per cápita elevados. Todos tienen un sector público bastante grande con impuestos altos, y todos tienen un estado de asistencia y seguridad social inclusivo. Pero tienen historias y estructuras diferentes. El país nórdico más rico, Noruega, basa su creciente riqueza en gran parte, en los ingresos provenientes del gas y del petróleo. La economía de Dinamarca está basada en el transporte y la agricultura; Suecia ha prosperado en la industria fabril, en la pulpa y el papel, las telecomunicaciones y el diseño. La estructura industrial de Finlandia es similar a la de Suecia pero el sector de fabricación no es tan amplio. Dinamarca y Suecia tienen los índices más altos del mundo de impuestos con relación al producto interno bruto (GDP, por sus siglas en inglés). Finlandia tiene impuestos más bajos.

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Aprender de crisis anteriores Lo que es más importante, es que los países nórdicos no han estado exentos de crisis. Por el contrario, se podría afirmar que una de las razones más importantes de su éxito relativo actual se debe a que sufrieron profundas crisis en los años 80 y 90, y fueron capaces de aprender de estas. Todos ellos las utilizaron para modernizar sus economías, reformar sistemas algo conservadores y hacerlos más flexibles. En este sentido los países nórdicos constituyen casos de cambios radicales. En unas pocas décadas han pasado de ser economías de un desempeño pobre a uno fuerte. Pero no hay un patrón común claro en sus estrategias de crisis. Los daneses iniciaron su cambio tan lejos como a fines de los años 70, los noruegos tuvieron su crisis en los años 80, mientras que los suecos y los finlandeses no la sufrieron hasta los años 90, lo que ocurrió de un modo más brutal. 

Dinamarca solía tener la economía más turbulenta del área nórdica, sufriendo tanto de inflación, como de un elevado índice de desempleo. Se hizo miembro de la Unión Europea ya en 1973 (muy por delante de Finlandia y Suecia) y decidió pronto que una moneda fija era necesaria para superar la inflación y la falta de credibilidad en la política económica. En 1982 la corona danesa se fijó al marco alemán. Una serie de 5


estrictos programas de austeridad implementados en los años 80, especialmente el llamado la “cura de la papa”, hicieron posible la estabilidad y el tipo de cambio creíble, pero al mismo tiempo hicieron subir el desempleo. Como respuesta, la política del mercado laboral se flexibilizó mucho más. Con el tiempo, esto dio como resultado una baja en la inflación y un mercado laboral que mejoraba gradualmente. 

Noruega sufrió una crisis inmobiliaria y financiera prolongada a fines de los años 80, luego de un auge crediticio mal administrado, que terminó en una crisis sistémica y la nacionalización de los bancos principales. A principios de los años 90, el gobierno, los trabajadores y la administración, llegaron a un acuerdo por el cual una política fiscal restrictiva debería contribuir a estabilizar la producción y el empleo, y las políticas salariales deberían apuntar a la competitividad en el sector exportador, mientras que la política monetaria fue orientada en un principio, hacia un tipo de cambio estable. Durante la crisis de la moneda europea en 1992, los encargados de las políticas monetarias adoptaron en cambio, una inflación proyectada y aceptaron una moneda flotante.

Tanto en Finlandia como en Suecia, la década de los años 80 fue un periodo de inflación elevada y de monedas débiles. Ambas naciones atravesaron varios ciclos de devaluación, con la consiguiente alza en la inflación. Ambas, como Noruega, tuvieron problemas para controlar las secuelas de la desregulación del mercado crediticio, y ambas sufrieron un shock económico a principios de los años 90; Finlandia soportó el colapso del comercio con la Unión Soviética y Suecia los altos índices de interés para proteger un tipo de cambio fijo. Las consecuencias fueron crisis bancarias, seguidas de severas recesiones con niveles descendientes del producto interno bruto (GDP, por sus siglas en inglés) y un crecimiento rápido del desempleo. Los números eran asombrosos. En Suecia, el déficit presupuestario llegó al 12 por ciento del producto interno bruto (GDP, por sus siglas en inglés), y la tasa de interés clave del banco central alcanzó su nivel máximo al 500 por ciento. Se cuadruplicó el desempleo; en Finlandia, la desocupación alcanzó casi el 20 por ciento. No fue posible sentar las bases para el cambio sin antes abandonar las políticas monetarias duras en 1992, pero un periodo de políticas fiscales restrictivas hizo que la recuperación fuera dolorosa.

De modo que el desempeño económico nórdico en las décadas de los años 70 y 80 no fue muy exitoso, por no decir algo peor. En cambio, los cuatro países sufrieron una profunda recesión. Sin embargo, desde entonces, estos países se han desarrollado. La razón, no obstante, no es que los impuestos hayan aumentado o que los beneficios se hayan tornado más generosos o ninguna otra acción que se pueda asociar con un “modelo nórdico”. Por el contrario, la política económica en los cuatro países, se ha modernizado, en distinta medida, en gran parte debido a las reformas de mercado. Cambio de política La política de alta inflación de las décadas anteriores ha sido reemplazada por inflaciones nacionales proyectadas tanto en Suecia como en Noruega, cuyos bancos centrales han sido los pioneros. Dinamarca y Finlandia, por supuesto, adhieren al objetivo del Banco Central Europeo (ECB, por sus siglas en inglés). En este sentido, todos tienen inflaciones 6


proyectadas, si bien en el caso danés es a través de un tipo de cambio. Las chapuceras prácticas presupuestarias de antaño, se han reemplazado por estrictas normas presupuestarias. Tanto en Suecia como en Finlandia, la restricción fiscal alcanzó aproximadamente el 7 u 8 por ciento del producto interno bruto (GDP, por sus siglas en inglés) a mediados de los años 90, principalmente a través de la reducción de gastos. En Suecia, los objetivos presupuestarios nacionales actuales son más estrictos que en la euro zona, y obligan al gobierno a demostrar un considerable excedente en los años buenos como para poder obtener un pequeño excedente sobre el ciclo económico en su totalidad, encaminados a reducir la deuda pública. En Noruega, los ingresos provenientes del gas y del petróleo deben manejarse de acuerdo con normas estrictas para poder mantener el presupuesto del gobierno más o menos equilibrado. La mayor parte de los ingresos se coloca en un fondo de riqueza soberana, el Fondo Global de Pensión del Gobierno, para inversiones y necesidades futuras. Por otra parte, una “norma de política fiscal” limita el déficit presupuestario estructural no petrolero sobre un ciclo económico completo al 4 por ciento del beneficio real esperado sobre el Fondo. En los cuatro países, varios mercados han sido desregulados. Se redujeron los impuestos, como también los niveles de beneficios. En Suecia, la relación impositiva (los ingresos tributarios totales como porcentaje del producto interno bruto (GDP, por sus siglas en inglés)) cayó del 56 por ciento a fines de los años 80, al 47 por ciento este año. El gasto ha bajado aún más rápidamente, transformando un déficit presupuestario en un excedente estructural. Tanto Finlandia como Suecia, principalmente por el trauma político provocado por las profundas recesiones, fueron capaces de conseguir que se aprueben programas de reforma integral. En solo algunos años, a mediado de los años 90, un marco macro-económico radicalmente nuevo se puso en marcha, con bancos centrales independientes, normas presupuestarias estrictas, desregulación y niveles de beneficio reducidos. Este marco ha posibilitado un ambiente estable y de baja inflación en ambos países. En Suecia, un nuevo sistema de pensiones públicas de contribución parcialmente definida reemplazó al tradicional sistema de beneficio definido. Y además, Finlandia y Suecia estaban bien posicionados para cosechar enormes beneficios de la “nueva economía”. Tienen empresas de informática y telecomunicaciones de nivel mundial, como también una tradición de buena gestión internacional. El resultado ha sido un rápido crecimiento de la productividad. Dinamarca se benefició del comercio internacional en expansión y de la creciente demanda de productos agrícolas. Noruega, por supuesto, ha ganado gracias a la demanda en permanente crecimiento de energía y materias primas. Debería tenerse en cuenta, sin embargo, que estos cuatro países nórdicos no han sido inmunes a las tensiones sufridas por los otros países durante la crisis reciente. El mercado inmobiliario danés ha recibido un duro golpe, debido a su alta valuación anterior a la crisis, y la deuda privada es aún alta. En Suecia, algunos bancos prestaron en exceso a los países bálticos, los que sufrieron una terrible caída. Los precios inmobiliarios suecos están cada vez más altos, haciendo temer a algunos economistas que se avecine una nueva burbuja. Aún así, como grupo, a los países nórdicos les ha ido mejor que a la mayoría de los países. Y marcados por las heridas de las crisis bancarias de principios de los años 90, los bancos nórdicos no se aventuraron en exóticos y peligrosos derivados de crédito. 7


En mi opinión, esta historia de éxito relativo nórdico se debe en gran parte a la administración de la crisis de los años 80 y 90. Aquí hay, por supuesto, una lección para los países de Europa continental: una estrategia de reforma rápida y decidida puede producir mejores resultados que una extendida y sin carácter.

¿Una experiencia nórdica en administración de la crisis? Las lecciones de política de la experiencia nórdica demuestran que es posible para las economías acosadas por la crisis recobrar la estabilidad y recuperarse. Sin embargo, debemos tener en cuenta que a todos los países, les hizo falta pasar por crisis profundas para precipitar los programas de reforma necesarios. Pero esta conclusión, por supuesto, trae a consideración un asunto más fundamental. ¿Qué hizo posible que los países nórdicos sacaran provecho de sus respectivas crisis? Rahm Emanuel, anterior jefe del estado mayor del Presidente Obama, famoso por su sarcástica frase, dijo: “Nunca dejen que una buena crisis se desperdicie.” Aún así muchos países lo hacen. ¿Cómo es que los países nórdicos no desperdiciaron la suya? ¿Existen elementos comunes en la manera nórdica de administrar las crisis que sean beneficiosos y puedan ser emulados en otros países? ¿Existe una determinada “experiencia nórdica” de la cual podamos aprender?

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Una vez más, es casi imposible crear patrones a seguir por parte de otros países, en momentos y con características diferentes. Y como se vio anteriormente, los cuatro países siguieron estrategias diferentes en cuanto a política monetaria, política salarial, etc. Aún así, se encuentran ciertos rasgos comunes en la manera en que estos países enfrentaron los desafíos. Los cuatro tienen una tradición de políticas de búsqueda de soluciones por consenso, el ejemplo obvio en este caso es el acuerdo noruego entre el gobierno, los trabajadores y la administración. Además, sus economías son abiertas y el proteccionismo está fuera de toda consideración. Los sindicatos tienen una actitud positiva frente a las nuevas tecnologías. Y todos ellos, en mayor o menor medida, comparten la idea de que los sistemas de licencia por enfermedad y seguro de desempleo deberían conformarse de manera que ambos sean generosos y promuevan el crecimiento. Esto crea una cierta cohesión social, que puede tener efectos beneficiosos sobre la creación de políticas y el crecimiento. La combinación de leyes laborales liberales, es comparativamente fácil contratar y despedir, con niveles de beneficio generosos y una política de mercado laboral activa, fue apodada flexiguridad, ya que apunta a combinar la seguridad y la flexibilidad. Sin embargo, este sistema, no siempre funciona de la manera prevista. No ha evitado el aumento del desempleo a largo plazo ni durante la crisis reciente. Como tampoco ha sido capaz de evitar la formación de un gran grupo de inmigrantes estructuralmente desempleados, que ahora está provocando grietas en países anteriormente homogéneos. No obstante, puede que sea una parte importante de la respuesta a las preguntas acerca de la experiencia nórdica. Sin embargo, esto plantea nuevas preguntas y nos exige pasar al próximo nivel de análisis: ¿Cómo es que los países nórdicos han adoptado este modelo de flexiguridad, con su fuerte énfasis en el trabajo y la ética laboral? En este punto, el desdichado economista, debe ceder la palabra a los historiadores. Este tema, precisamente, es analizado en el próximo ensayo de Lars Trägårdh y Henrik Berggren.

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Henrik Berggren/Lars Trägårdh

La confianza social y el individualismo radical

La paradoja en el corazón del capitalismo nórdico Desde una amplia perspectiva global, la región nórdica puede parecer de una trascendencia insignificante. La población de los países nórdicos combinada es de solo 25 millones de personas, pero en términos cualitativos existe un argumento en favor de la viabilidad de la línea nórdica del capitalismo. Como Klas Eklund expone en su artículo, la región ha resurgido en buena forma de la reciente crisis financiera, con excedentes presupuestarios y bajos niveles de deuda pública. Desde una perspectiva más prolongada, los cuatro principales países nórdicos se caracterizan por gozar de crecimiento continuo, estabilidad política a largo plazo, instituciones transparentes, adaptabilidad tecnológica, mercados laborales flexibles, economías abiertas y altos niveles de educación. Todos estos factores tienden a colocar a los países nórdicos a la cabeza de las listas del ranking internacional tanto en términos de poderío económico como en calidad de vida. También se ha afirmado que esto permite a los países nórdicos estar mejor equipados para enfrentar los desafíos fundamentales en relación con la sustentabilidad en general y el calentamiento global en particular. ¿Cómo podemos entonces, explicar el éxito relativo del capitalismo nórdico en un mundo globalizado? Una posibilidad es que los nórdicos son extraordinariamente serviciales por naturaleza, son racionales y menos tendientes a sucumbir ante la atracción del egoísmo del mercado que otros pueblos. Si ese fuera el caso, no hay mucho por aprender desde el exterior, excepto que el mundo sería un lugar más razonable pero a la vez posiblemente más aburrido si estuviera habitado solo por suecos, daneses, noruegos y finlandeses. Sin embargo, si suponemos que los ciudadanos de los países nórdicos son en general, similares a los otros seres humanos en sus pasiones, tanto buenas como malas, entonces otros factores entran en juego como: las prácticas sociales, las instituciones a largo plazo y las experiencias históricas que sustentan al capitalismo nórdico. Esto no implica que existe un modelo nórdico en libre movimiento que pueda ser aplicado en otros países. Pero sí significa que algunos aspectos del capitalismo nórdico podrían ser pertinentes al enfrentar los problemas de la globalización, la fragmentación social y la inestabilidad del capitalismo financiero moderno. La autonomía individual y la confianza social ¿Cuáles son entonces, las características más sobresalientes de la sociedad nórdica que son específicamente relevantes para la eficiencia de su economía? Tradicionalmente, los observadores externos han enfatizado la solidaridad social, la capacidad de subordinar el interés individual a la racionalidad colectiva. A menudo, este acento en la solidaridad se ha entendido en oposición a la lógica fundamental del mercado: ciertos bienes colectivos han sido convertidos en bienes “no comercializables” y efectivamente retirados de la fría lógica de la sociedad de mercado. De hecho, esta fue una perspectiva, que Marquis Childs hizo famosa allá por los años 30, cuando escribió Suecia: la posición intermedia, insinuando que

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Suecia había encontrado un camino hacia un equilibrio saludable entre el socialismo altruista y el capitalismo egoísta, para usar la cruda oposición de aquella época. Pero esto es, en el mejor de los casos, una media verdad. Este énfasis en la solidaridad social esconde el poderoso, para no decir extremo individualismo que define las relaciones sociales y las instituciones políticas en los países nórdicos. En realidad, es precisamente la armonía fundamental entre el contrato social nórdico y los principios básicos del mercado, que sostiene que la unidad básica de la sociedad es el individuo y que un objetivo central de la política debería ser maximizar la autonomía individual y la movilidad social, a la que vemos como la clave para la vitalidad del capitalismo nórdico. Desde una perspectiva europea, los nórdicos no sostienen actitudes de izquierda particularmente fuertes en cuanto a la igualdad de clases versus la libertad individual, la equidad salarial versus las diferencias salariales basadas en el mérito o la propiedad del estado versus la propiedad privada de las industrias. Como Ole Listhaug lo expone: “Esto bien podría demostrar un nivel de individualismo más alto y el apoyo a los principios de mercado que lo que tradicionalmente se les atribuye a los ciudadanos de Escandinavia”. Individualismo nórdico Aunque mucho se ha escrito acerca de los aspectos institucionalizados del estado de bienestar social nórdico, pocos le han prestado atención a su lógica moral subyacente. Si bien el camino no ha sido siempre recto, uno puede distinguir en el transcurso del siglo XX una ambición predominante en los países nórdicos no para socializar la economía, sino para liberar al ciudadano individual de toda forma de subordinación y dependencia dentro de la familia y la sociedad civil: los pobres de la caridad, los trabajadores de sus empleadores, las esposas de sus maridos, los niños de sus padres, y viceversa cuando los padres llegan a la ancianidad. En la práctica, la primacía de la autonomía individual, ha sido institucionalizada a través de una plétora de leyes y políticas que afectan a los nórdicos tanto en asuntos minúsculos y mundanos como también mayores y drásticos. La interdependencia dentro de la familia se ha minimizado mediante la tributación individual de los cónyuges, las reformas a las leyes de familia han derogado las obligaciones de mantener a los padres ancianos, el cuidado de niños más o menos universal permite que las mujeres trabajen, los préstamos para alumnos sin recursos examinados en relación con los ingresos de padres o cónyuge brindan a los adultos jóvenes un alto grado de autonomía en relación con sus familias, se brinda a los niños un estatus más independiente mediante la abolición de los castigos corporales y un fuerte énfasis en los derechos del niño. En conjunto, esta legislación ha transformado a los países nórdicos en las sociedades más individualizadas y menos dependientes de la familia de la tierra. Con seguridad, la familia sigue siendo una institución social central en los países nórdicos, aunque también se encuentra imbuida de la misma lógica moral que acentúa la autonomía y la igualdad. La familia ideal está compuesta por adultos que trabajan y no dependen económicamente del otro, y por niños que son alentados a ser igualmente independientes tan pronto como sea posible. En lugar de que esto implique menoscabar los “valores familiares” podría ser interpretado como una modernización de la familia como institución social. Si bien se acepta el hecho de que el compromiso conyugal ya no es la norma, la “nueva familia nórdica” toma la paternidad seriamente, tanto en un sentido demográfico (los países nórdicos tienen índices

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de natalidad más elevados que otras culturas familiares más tradicionales en el sur de Europa) como en términos del tiempo que los padres, casados o no, pasan con sus hijos. En términos cuantitativos, la información de la Encuesta mundial de los valores, confirma este panorama, indicando que los países nórdicos sobresalen como un conglomerado de sociedades en las que se pone gran énfasis en la importancia de la realización propia y la autonomía personal. En el lenguaje de la Encuesta mundial de los valores (WVS, por sus siglas en inglés), los nórdicos se caracterizan por su adopción de los “valores independizantes de auto expresión”, por un lado, y de los valores “seculares-racionales” por el otro.

The Inglehart Values Map visualizes the strong correlation of values in different cultures. Countries are clustered in a remarkably predictable way.

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Secular-Rational Values

Valores seculares racionales

Traditional Values

Valores tradicionales

Survival Values

Valores de supervivencia

Self Expression Values

Valores de autoexpresión

Factor Score

Puntuación de los factores

Figura 1 Una consecuencia de este individualismo radical es que relativamente hablando, los pueblos en los países nórdicos están más dispuestos a aceptar la economía de mercado tanto como 12


consumidores que como productores. Atados en menor medida por las obligaciones morales y legales dentro de la familia, pero aún protegidos del riesgo extremo por una red de seguridad universal, ellos se vuelven más flexibles en el mercado laboral, mientras que como consumidores individuales han desarrollado necesidades de largo alcance de productos y servicios que anteriormente satisfacían dentro de la familia tradicional. Esta orientación de mercado se impone de varias maneras en los países nórdicos, sobre todo por un sistema de seguro social que se basa en el nivel de ingresos del receptor ganados en el mercado laboral abierto, creando por ello, un incentivo hacia el trabajo pero al mismo tiempo brindando la cobertura adecuada de la enfermedad, el desempleo y la licencia por paternidad. Actualmente, el ejemplo más famoso es el sistema danés denominado “flexiguridad.” A esto se debe agregar el legado histórico que enfatiza la igualdad en el acceso a los bienes esenciales, no solamente a la seguridad social y la jubilación, sino también a la educación. Esto se traduce en una larga historia de inversión en los individuos y de provisión del acceso a recursos que les permiten maximizar su valor en el mercado. Históricamente los países nórdicos, los países con las tasas más elevadas de alfabetización, han estado durante largo tiempo a la cabeza en lo que hace a la educación básica y la inversión en investigación. Las bases institucionales de la confianza social La imagen de una sociedad de mercado fuertemente individualizada repleta de consumidores solitarios puede parecer fría y materialista. Si bien esto puede ser verdad en cierto sentido, el fenómeno social significativo es que el individualismo nórdico no ha llevado a la anomia, a la alienación y la ruptura de la confianza general que la teoría social tradicional ha asociado con el cambio de la cálida comunidad (Gemeinschaft, por su término en alemán) a la fría sociedad (Gesellschaft, por su término en alemán). La suposición subyacente de estas teorías es que la confianza surge en comunidades pequeñas muy unidas donde existe un alto grado de interdependencia. Una investigación más reciente ha demostrado, sin embargo, que son precisamente los países más modernos e individualistas, los que se caracterizan por una amplia confianza social que se extiende más allá de la esfera íntima de la familia y los amigos para incluir a otros miembros de la sociedad. Una vez más encontramos que los países nórdicos (y los Países Bajos) sobresalen en estudios como el Estudio Mundial de Valores, la Encuesta Social Europea, la Encuesta Europea de Valores y el Eurobarómetro. Además de poner énfasis en la realización propia del individuo, estos países se caracterizan por tener un alto grado de confianza social: más del 50% de los encuestados afirman confiar en otras personas incluso en los extraños. Esta confianza social, varía con un alto grado de confianza en las instituciones comunes, como el sistema de justicia, la administración pública, las instituciones del estado, etc. La confianza generalizada – Una comparación internacional

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Denmark

Dinamarca

Sweden

Suecia

Netherlands

Países Bajos

Finland

Finlandia

United Kingdom

Reino Unido

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España

Ireland

Irlanda

Germany

Alemania

EU15

UE15

Estonia

Estonia

Austria

Austria

Luxembourg

Luxemburgo

EU25

UE25

Belgium

Bélgica

Total

Total

Hungary

Hungría

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Slovenia

Eslovenia

Portugal

Portugal

Malta

Malta

Italy

Italia

France

Francia

Bulgaria

Bulgaria

Cyprus (south)

Chipre (sur)

Greece

Grecia

Romania

Rumania

Czech Republic

República Checa

Slovakia

Eslovaquia

NM S 10

NM S 10

Latvia

Latvia

Lithuania

Lituania

Poland

Polonia

Figura 2 Desde un punto de vista económico, la confianza social y el cumplimiento del estado de derecho se traduce en una gran ventaja sistémica, que esencialmente podemos describir en términos económicos como “bajos costos de transacción.” Aquí, debería agregarse, se incluyen no solo los costos de transacción económicos puros o directos relacionados con una necesidad menor de recurrir a contratos escritos, protecciones legales, juicios y una enorme cantidad de papeleo burocrático, sino también los costos de transacción políticos que constituyen cargas indirectas e ineficiencias que a la larga se traducen como costos financieros. Un claro ejemplo de cómo una combinación de confianza social y respeto por el estado de derecho da como resultado menores costos de transacción es la encuesta topográfica de Suecia (Lantmäteriet) que ha venido registrando la posesión de las propiedades desde el siglo XVII. Debido al registro exacto de los límites de las propiedades y la confianza general en la imparcialidad de esta agencia del estado, la cantidad de litigios sobre los derechos de la propiedad ha sido insignificante, lo que disminuye los costos económicos para el individuo y a la vez evita muchas posibilidades de conflicto social. Otro ejemplo son las relaciones del mercado laboral en los países nórdicos, las que si bien no siempre son pacíficas, se han caracterizado por un respeto mutuo de los contratos negociados entre los empleadores y los sindicatos. Debería tenerse en cuenta que en la mayor parte del siglo XX, la legislación política ha jugado un papel mucho más pequeño en la regulación de las relaciones en el mercado laboral que los acuerdos voluntarios entre 15


sindicatos poderosos y federaciones de empleadores igualmente poderosas, a menudo a nivel nacional. ¿Cuáles son las raíces históricas del contrato social nórdico? Como hemos mencionado, la confianza social y la confianza en las instituciones también varía con bajos niveles de corrupción. Históricamente, la región nórdica también sobresale como una “comunidad de derecho”; en realidad, era una comunidad de derecho antes de que se consolidaran los estados nórdicos. El estado de derecho era esencial para el contrato social que sostenía el estado emergente, y el cumplimiento de la ley de parte del Rey y su administración era crucial para la legitimidad del estado. La confianza y la fiabilidad de las instituciones depende por lo tanto de la aceptación del estado de derecho, pero aún más importante es hasta qué punto los valores implícitos en la ley formal también son internalizados y arraigados como normas sociales. O en otros términos, la medida en que las leyes, las reglamentaciones y las instituciones se ven como legítimas, como el resultado de un proceso de toma de decisiones democrático basado en los valores comunes, determinará qué tan bien estas funcionen. Mientras más aceptados e internalizados, menos destacado será el espectro de la corrupción y la ilegalidad. El eje central alrededor del cual se forma el contrato social nórdico es la alianza entre el estado y el individuo, la que llamamos “individualismo estatista”. Aquí un énfasis en la autonomía individual coincide con una visión positiva del estado como un aliado no solo de los ciudadanos más débiles y vulnerables, sino de la ciudadanía en su totalidad. Esto se une a una visión negativa de las relaciones desiguales de poder entre los individuos en general y las instituciones jerárquicas en particular, como la familia patriarcal tradicional y las denigrantes organizaciones de caridad en la sociedad civil. En este sentido, el modelo nórdico difiere tanto de su homólogo angloamericano como del de Europa continental. A continuación (Figura 3) intentamos capturar estas diferentes dinámicas de poder en los modernos estados de bienestar social gráficamente como un “triángulo dramático” mediante el contraste de la posición del estado, la familia y el individuo en los Estados Unidos, Alemania y Suecia. En los países nórdicos, como se indicó, el estado y el individuo forman la alianza dominante. En los Estados Unidos, los (derechos) individuales y los (valores) de la familia superan al estado (siempre visto como una amenaza a las libertades). En Alemania, finalmente, el eje central es el que conecta el estado y la familia, con un rol mucho más pequeño ya sea de los derechos individuales al estilo estadounidense o de un énfasis nórdico sobre la autonomía individual.

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Relacione de poder en los modernos estados

Estado Alemania

Familia

Suecia

Estados Unidos

Individuo

Esto pasó a un primer plano después de la Primera Guerra Mundial, cuando los países nórdicos emprendieron un esfuerzo conjunto para modernizar la legislación de familia en cada país, que con algunas variaciones, dio como resultado la legislación matrimonial más igualitaria de género de acuerdo a los estándares europeos generales de la época. Estas leyes determinaban que el marido y la mujer eran iguales en términos del contrato matrimonial, aunque fueran responsables de distintas áreas dentro de la disposición doméstica. El igualitarismo de la sociedad nórdica es por supuesto, una característica frecuentemente observada en la vida política y social en estas sociedades. Esto también es cierto acerca de la relevancia de la igualdad de género. Se ha destacado en una investigación comparativa que ambas, la igualdad y la igualdad de género guardan correspondencia con una cantidad de otras virtudes sociales y bienes colectivos, incluidas la confianza social, la felicidad y el desarrollo económico. Lo que menos se destaca, ya que la igualdad en la literatura académica se relaciona a menudo con la ingeniería social y la política colectivista, es que la igualdad en el contexto nórdico es inseparable del individualismo y el valor de la autonomía. Según lo que hemos denominado “una teoría sueca del amor”, las relaciones auténticas de amor y amistad son solo posibles entre individuos que no dependen el uno del otro o que se encuentren en relaciones de poder equivalentes. Por lo tanto, la autonomía, la igualdad y el individualismo (estatista) están inseparablemente ligados entre sí. Cualquier revés político y cultural que pueda afectar este compromiso con la autonomía personal, un estado fuerte y la igualdad social, siendo las típicas críticas el conformismo, la soledad y una burocracia indiscreta, debería tenerse en cuenta la parte positiva: los ciudadanos, sintiéndose facultados para ello, aceptan las demandas de la modernidad y se disponen a tomar compromisos para alcanzar la eficiencia económica y la toma racional de decisiones. 17


¿Es el ejemplo nórdico del capitalismo sustentable? La muerte inminente del modelo sueco o nórdico ha sido anunciada muchas veces. Se remonta al desencanto de la Guerra Fría con la festiva perspectiva de Childs de una “posición intermedia”, la cual sonó mejor durante la era de la Depresión y el Nuevo Trato. Y desde entonces ha sido un repetido cliché, especialmente en los Estados Unidos. Hasta cierto punto, el fracaso de estas predicciones puede remontarse al malentendido compartido tanto por entusiastas como por críticos, a saber, que los países nórdicos se erigieron sobre un compromiso entre el socialismo y el capitalismo. Para los críticos eso significaba que dado el tiempo suficiente, los costosos e improductivos elementos “socialistas” del modelo terminarían por aplastar a los productivos aspectos “capitalistas” que habían podido perdurar. Sin embargo, como ya hemos afirmado en este ensayo, estos argumentos se basan en suposiciones erróneas que tienden a minimizar la vitalidad y coherencia fundamentales del capitalismo nórdico. Por supuesto, esto no significa que estos países son más inmunes a las recesiones y las crisis financieras mundiales que otros países capitalistas, o que no se han retrasado económicamente en el tiempo por malas decisiones políticas a nivel nacional. Sin embargo, en general, el capitalismo nórdico ha demostrado ser sorprendentemente sustentable, desde luego, según las mediciones y datos que se encuentran actualmente a nuestra disposición. Sin embargo, pueden surgir preguntas acerca de la relevancia y sustentabilidad futuras del modelo. Algunos afirman que la creciente diversidad étnica, racial y religiosa asociada al influjo de refugiados constituye un profundo desafío para la cohesión social de la sociedad nórdica. Las consecuencias políticas ya son visibles en el surgimiento de partidos antiinmigrantes a lo largo de los países nórdicos. En la medida en que los inmigrantes y las minorías se perciban tanto como una carga para el sistema de bienestar social como una amenaza para la cultura nacional, también surgen preguntas acerca de si un marcado apoyo a un sistema de servicios sociales tributario puede sustentarse. Otra argumentación pesimista se centra en el impacto del neoliberalismo sobre el contrato social nórdico. Los alarmistas apuntan a las tendencias hacia la creciente inequidad económica y la introducción de sistemas de vales, y la privatización en la educación, la asistencia médica y las jubilaciones. Tales desarrollos, se argumenta, con el tiempo llegarán a socavar la universalidad del clásico estado de bienestar social nórdico a favor de un sistema más pluralista caracterizado por alternativas privadas, basadas en el mercado que conducirán a la segregación y a un deterioro en la confianza social. En contra de esta perspectiva desalentadora, centrada actualmente en el surgimiento de los partidos políticos antiinmigrantes en los países nórdicos, es bastante posible, no obstante, contrarrestar con un panorama más optimista. El argumento central es esencialmente muy sencillo y se apoya en dos ideas: (1) que la lucha por la libertad y la prosperidad individual (la vida, la libertad, la búsqueda de la felicidad) es un instinto bastante universal, y (2) que este deseo puede cumplirse solamente en un contexto social, legal e institucional que lo permita. Desde este punto de vista, el marco institucional nórdico se caracteriza precisamente por su capacidad de promover tanto la confianza/fiabilidad social en las instituciones y el estado de derecho, como la autonomía individual consecuente con la lógica de la sociedad de mercado. Desde esta perspectiva más optimista, es más posible que la atracción de la libertad individual y la seguridad social combinadas lleve a “naturalizar” a los inmigrantes con el paso del tiempo, a que estos constituyan un desafío serio para la cultura nórdica y su sistema 18


institucional. Y con respecto al desafío neoliberal, la retórica de “escuelas libres”, “libertad de elección” de los prestadores de atención sanitaria y la introducción de un componente privado en el paquete del plan de jubilaciones del gobierno, estos sistemas permanecen aún altamente regulados dentro de los confines de la lógica moral de igualdad de acceso a los bienes públicos fundamentales. Aún cuando estos elementos de mercado dentro del sector público plantean preguntas relativas a la responsabilidad, la calidad y la justa distribución de la salud, la educación y otros servicios, estos todavía funcionan dentro de un sistema que es muy diferente de una sociedad verdaderamente influenciada por el mercado como la de los Estados Unidos. Por lo tanto, la combinación de fuerzas morales y culturales que sostienen el contrato social nórdico y el firme marco institucional que promueve esta aparente coexistencia paradójica del individualismo emancipador y la seguridad social, bien pueden constituir una mayor ventaja sistémica en una sociedad de mercado globalizada y un atractivo arreglo desde el punto de vista del individuo. Si es lo suficientemente fuerte como para aguantar el impacto polarizador de la inmigración y el aumento en la diversidad, combinado con las diferencias en riqueza, ingresos y acceso a la educación y al trabajo que se extienden, es una pregunta empírica que debe volver a plantearse continuamente. ¿Hay lecciones para aprender de la variedad nórdica del capitalismo? Obviamente, muchas de las características sobresalientes del capitalismo nórdico son idiosincrásicas. Se han originado debido a la combinación de factores contingentes, que van desde los recursos naturales y la geografía hasta las creencias religiosas y las coincidencias políticas. Pero esto también es cierto del modelo clásico de la economía de mercado que a menudo ha sido presentada como „universal‟. Las experiencias de modernización británica y estadounidense específicamente, se han generalizado en verdades históricas que se han aplicado a otras culturas, a veces con gran éxito y otras con asombrosos fracasos. El punto no es que esté errado en principio tratar de emular otras culturas exitosas (¿de qué otra manera podría aprender algo la humanidad?), sino que deberíamos hacerlo con gran ponderación y, lo que es más importante, no suponer a priori que solo un tipo de capitalismo es relevante como fuente de inspiración. Sin embargo, no es tarea fácil identificar y transferir una experiencia como tal, de manera que se convierta en accesible y útil. Sin duda, existen una cantidad de lecciones importantes implícitas en el desarrollo del capitalismo nórdico. La primera es que las referencias imprecisas a los “valores” y la “cultura,” no serían útiles; lo que se necesita es un análisis realista de instituciones y políticas concretas. Sin embargo, hasta las leyes, políticas e instituciones específicas, están lejos de ser fácilmente traducidas y transferidas a otros ámbitos con tradiciones y experiencias históricas diferentes. Aún así, nos gustaría destacar un grupo de instituciones y políticas que sí tienden a instrumentar un conjunto de experiencias en los países nórdicos, que han mantenido los aspectos socialmente destructivos del capitalismo alejados al tiempo que siguen manteniendo la dinámica de la economía de mercado, vigilando si estas podrían ser aplicables en otras partes del mundo. 1. El capitalismo nórdico demuestra que el individualismo no necesariamente lleva a la fragmentación social, la desconfianza y la potenciación a corto plazo de los intereses materiales. Promover la autonomía individual a través de la política puede, por el contrario, llevar a una mayor cohesión social si es que se realiza de manera igualitaria. Una menor dependencia y estructuras patriarcales más débiles significan que más personas se sienten 19


facultadas y satisfechas con sus vidas. Esto es especialmente importante para la mujer, que desea participar en el mercado laboral sin renunciar a la posibilidad de convertirse en madre. En sociedades jerárquicas y autoritarias donde al deseo individual de autonomía no se le otorga el suficiente espacio, es posible que surjan tensiones políticas mientras que la confianza social y la fiabilidad en las instituciones posiblemente disminuyan. Desde este ángulo, promover políticas como los sistemas educativos de igualdad de género, la tributación individual, el cuidado de niños universal y la legislación de familia antipatriarcal parece ser una idea generalmente buena, aún si entra obviamente en conflicto con normas tradicionales de larga trayectoria en algunas culturas. Este puede no ser el momento correcto para insinuar que la Unión Europea debería extender su mandato en relación a la soberanía nacional de los estados miembros, pero desde una perspectiva más prolongada podría ser necesario desarrollar una política de familia común y más individualizada si es que Europa va a continuar siendo económicamente viable. 2. El capitalismo nórdico también demuestra la ventaja sistémica de tener una visión positiva del estado, no solo como un aliado de los débiles sino también como el promotor de ideales de igualdad y autonomía individual. El acento en la confianza social y la fiabilidad en las instituciones comunes del estado, no es extraño, por supuesto, a los países nórdicos, como tampoco lo es la conciencia de que no se puede sostener una visión positiva del estado si las divisiones sociales y económicas se agrandan demasiado. En realidad, los objetivos de mantener bajo el nivel de desempleo y de tener sistemas de bienestar social que estén atados al empleo y a la ética del trabajo no son específicos de los países nórdicos, pero constituyen objetivos centrales para la mayoría de los estados de bienestar social europeos. Sin embargo, estos son perseguidos con diversos grados de éxito. En los países nórdicos, la confianza social, la fiabilidad en las instituciones del estado y la igualdad relativa coinciden. Quizá más crucial para el ciclo de reacciones positivas que ha logrado estabilizar las economías nórdicas en un equilibrio productivo, haciendo posible la movilidad social individual, la eficiencia económica y la igualdad relativa sostenida, sea el grado y el alcance de la inclusión de los ciudadanos y la sociedad civil en el proceso de gobierno. La experiencia nórdica sugiere que cuanto más ocurre esto, se obtendrá más confianza y más fomento de la confianza y habrá mayores posibilidades de que los valores clave y los hechos sociales permanezcan en armonía. En este sentido es aconsejable alentar el desarrollo de procesos deliberativos de gobierno. Las iglesias, los sindicatos, las beneficencias y otras asociaciones en la sociedad civil deberían ser apoyados, consultados e involucrados mediante comisiones, mesas redondas y otros foros de interacción entre el estado y la sociedad. En los países nórdicos tal interacción entre el estado y la sociedad civil ha sido institucionalizada y convertida en rutina de manera tal que puede brindar inspiración útil. 3. Un estado fuerte y una autonomía individual no constituyen una amenaza para la sociedad civil, son en cambio sus prerrequisitos. Los ciudadanos que se unen no solo para protegerse del abuso arbitrario de intereses creados comerciales o del estado sino que en cambio para aumentar su potencial para la realización personal y la independencia personal probablemente realicen contribuciones positivas a la sociedad en su totalidad. Esto posibilita un compromiso más constructivo, en el mejor de los casos, o un enredo demasiado cercano al estado (el dilema del corporativismo), en el peor. Un ejemplo son las relaciones del mercado laboral en los países nórdicos, donde los sindicatos no han tenido, por lo general, una visión estrecha y egoísta de su rol en la sociedad sino que por el contrario, han asumido una responsabilidad macroeconómica. Para lograr esta responsabilidad social, es necesario 20


que ésta y otras organizaciones populares sean apoyadas tanto a través de la legislación como por medio de subsidios económicos que alienten la formación de una red de sociedad civil inclusiva y efectiva. Ante la realidad, las sugerencias anteriores pueden parecer la expresión final de una especie ilusoria de ingenuidad nórdica. Como lo ha expuesto el eminente sociólogo de Cambridge Göran Therborn: “Desafortunadamente, en mi ciertamente parcial opinión, el panorama de Europa como la Escandinavia del mundo no es muy probable.” Pero aún habiendo muy poco que transferir a otras culturas en la experiencia histórica nórdica, efectivamente trae un punto importante a la discusión: las políticas económicas que están destinadas a complacer tanto nuestro deseo de autonomía individual como nuestra necesidad de comunidad y seguridad pueden ser extraordinariamente exitosas.

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Kristina Persson/Emelie Persson (research)

La inclusión se encuentra en el núcleo del modelo nórdico ¿Cuál es la razón que explica el éxito relativo del modelo nórdico? Los dos artículos anteriores han brindado dos respuestas diferentes. Klas Eklund enfatiza que los países nórdicos, al ser golpeados por crisis económicas serias en los años 80 y 90, organizaron rápidas y exitosas respuestas e implementaron una buena gestión de la crisis. El artículo Berggren–Trägårdh destaca el individualismo, apoyado por un estado fuerte, como el factor más importante. Ambos artículos reconocen a la confianza generalizada en la sociedad como un factor importante. Quisiera agregar un cuarto factor como la base del modelo nórdico: la inclusión, y el hecho que el modelo nórdico de bienestar no es principalmente una política para beneficiar a los pobres sino una serie de políticas que se centran en el empleo, la productividad, la protección social, y la inclusión basados en la ciudadanía y la solidaridad. Thandika Mkandawire, profesor de Desarrollo africano en la Escuela de Economía de Londres, hace la observación de que los países nórdicos adoptaron políticas sociales en una etapa inicial de la industrialización y a niveles de ingreso per cápita mucho menores que otros países. Según Mkandawire, el modelo nórdico prueba que los pactos sociales y otros acuerdos similares en un orden democrático pueden dar como resultado la estabilidad política que se necesita para el crecimiento económico. La cohesión social fuerte y la confianza se sostienen mediante una serie de políticas de inclusión. El modelo de bienestar nórdico. Más que solo la provisión de servicios del sector público La provisión de bienestar en los países nórdicos es universal y está basada en los valores esenciales de la igualdad de oportunidades, la solidaridad social y la seguridad, los servicios de salud, la educación y la cultura para todos. Existen no obstante, diferencias interesantes entre los países nórdicos en cuanto a la manera como se organizan las políticas de bienestar. Por ejemplo, Dinamarca ha ido más allá que los demás países al dar participación al sector privado en los servicios de bienestar y brindar opciones para los usuarios. Los daneses también se destacan por su “modelo de flexiguridad” en el mercado laboral, como también por su énfasis en la asimilación en política de inmigración, en contraposición a la estrategia de integración que ha caracterizado a Suecia, por ejemplo. En Finlandia, el sector de voluntariado ha desempeñado un papel fundamental en la provisión de cuidados para los ancianos. En Noruega, la provisión de servicios de bienestar social por parte del sector público ha sido más dominante que en ningún otro lugar. Fuente y lectura recomendada: The Nordic Council: The Nordic Welfare Model

A continuación, por razones de espacio, hemos decidido explicar cómo se construye el modelo de bienestar mediante ejemplos suecos en lugar de intentar brindar un panorama nórdico más amplio.

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El sistema de bienestar sueco se ha ido reformado a través del tiempo debido a las nuevas condiciones económicas. Se aplicaron una serie de reformas estructurales en la década de 1990 como parte de la gestión de crisis, particularmente una reforma importante del sistema de jubilaciones. Los impuestos, la base para el bienestar universal Suecia está entre los países del mundo que gastan el mayor porcentaje del producto interno bruto (GDP, por sus siglas en inglés) en servicios sociales, superada solo por Francia, según las estadísticas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD, por sus siglas en inglés) para el 2007. El dinero se dispone para la educación financiada por los impuestos en su totalidad y la asistencia social fuertemente subsidiada por los impuestos, entre otros. Todos los residentes suecos tienen acceso a los servicios médicos, la educación es financiada por impuestos y todos los ancianos reciben una jubilación básica garantizada por el estado. Para aquellos que pierden su trabajo, se encuentra disponible el servicio de desempleo y muchos programas de educación continua y reeducación se financian por medio de impuestos. Los sistemas de beneficio se han restringido desde 2007. Además de estos beneficios básicos, muchos trabajadores gozan de otras ventajas dependientes de su salario, sector o lugar de trabajo. Ciertos hombres de negocios o empleados a nivel gerencial, por ejemplo, pueden percibir jubilaciones considerablemente más elevadas. Para financiar estos servicios sociales, todos los niveles de gobierno reciben su parte correspondiente de ingresos tributarios: la municipalidad, diputación provincial (o región), y el gobierno nacional. Todos los impuestos, incluidos los municipales, se recaudan a través de la Agencia sueca de Administración Tributaria. El pago de los impuestos es relativamente sencillo: Los impuestos sobre la renta se deducen automáticamente de su salario una vez al mes y se pagan directamente a la Agencia sueca de Administración Tributaria. Toda persona tributa individualmente, incluso hasta estando casada. La declaración de la renta obligatoria anual puede ser tan sencilla como enviar un mensaje de texto desde su teléfono celular directamente a la Agencia sueca de Administración Tributaria para confirmar la retención del año fiscal anterior. Curiosamente para algunos, Suecia no tiene un impuesto a la herencia ni a la riqueza, y la tasa del impuesto inmobiliario ha sido reemplazada por una tarifa municipal más baja. Los impuestos sobre la renta devengados se han reducido desde 2007, como también las contribuciones de seguridad social para los jóvenes. Carga fiscal como % del GDP en 2008: Dinamarca: Suecia: Finlandia: Noruega: Reino Unido: 35.7% Japón: Estados Unidos:

48.2% 46.3% 43.1% 42.6% 28.1% 26.1% 23


México: promedio de OECD:

21.0% 34.8%

Fuentes y lectura recomendada: Sweden.se: Taxes and society OECD Statistics

La autonomía local Los municipios suecos, la diputación provincial y las regiones son responsables de la provisión de una proporción importante de todos los servicios públicos. El derecho a la autonomía, incluido el derecho a recaudar impuestos, está estipulado en la Constitución. Los impuestos se recaudan como un porcentaje del ingreso de los habitantes. Los municipios y las diputaciones provinciales/regiones deciden sobre sus propias tasas impositivas. La tasa impositiva general local/regional promedio es del 30 por ciento. Los ingresos tributarios representan aproximadamente dos tercios de su ingreso total. Los gobiernos locales y regionales de Suecia tienen una gran dosis de libertad para organizar sus actividades como les parezca conveniente. Sus responsabilidades están reglamentadas en parte en el Acta de Gobierno Local y en parte en leyes y ordenanzas que cubren áreas específicas como por ejemplo, la Ley de servicios sociales, la Ley de planificación y construcción, la Ley de educación y la Ley de Salud y Servicios médicos. El alcance de la autonomía local y regional también se ve afectado por las decisiones tomadas en la Unión Europea. A fin de asegurar la imparcialidad, se ha implementado un sistema con el objetivo de redistribuir los ingresos de los municipios, las diputaciones provinciales y las regiones de acuerdo a las necesidades locales o regionales. Este sistema de compensación es administrado por el Estado. Además hay subvenciones del Estado que pueden ser tanto generales, es decir, por habitante, como dirigidas. Las actividades de gestión privada financiadas por impuestos deben ofrecer servicios a los habitantes bajo las mismas condiciones que las aplicables a los servicios públicos similares. Esto significa, por ejemplo, que las personas pagan lo mismo por un servicio independientemente de si este es brindado por el sector público o por una empresa privada. En algunas áreas, como en la recolección de basura, el transporte público y la atención odontológica, hace ya mucho tiempo es común para los municipios, las diputaciones provinciales y las regiones, conseguir los servicios de manera externa. Una reforma en 1992 permitió a las empresas privadas a administrar escuelas financiadas por impuestos, y recientemente el mismo sistema se extendió a los jardines de infantes e instalaciones de cuidado infantil. Fuente y lectura recomendada: SKL: Local self-government

Los niños y la paternidad 24


En 1979, Suecia fue el primer país en prohibir las palizas y los azotes a los niños, convirtiéndolos en delito penal. Para proteger los derechos de los niños y cuidar sus intereses Suecia Ha designado un Defensor del pueblo. El defensor del pueblo está obligado a cumplir con la Convención sobre los Derechos del Niño de las Naciones Unidas de 1989 y aplicarlas en la sociedad sueca. Los padres llegan a percibir un total de 480 días de licencia remunerada por niño, la que debe ser solicitada antes de que el niño cumpla los ocho años de edad. En realidad, la mayor parte de la licencia parental es tomada por las madres. Los padres actualmente solicitan alrededor del 20 por ciento de toda la licencia parental, pero la cifra está aumentando. Cada padre tiene 60 días de licencia reservados específicamente para él o ella, lo que implica que esos días no pueden ser transferidos al otro padre. El subsidio parental se grava como otro impuesto y cuenta para la jubilación. Para 390 de los 480 días, el monto es el mismo que para el beneficio por enfermedad: El 80 por ciento del ingreso basado en los beneficios, dependiendo de cuánto gana. El subsidio parental máximo es de 874 coronas suecas (aproximadamente 140 USD) por día. Para los 90 días restantes el subsidio es de 180 coronas suecas por día en el caso de niños nacidos a partir del 1. ° de julio de 2006. De lo contrario, el subsidio es de 60 coronas suecas. El padre de un bebé recién nacido recibe 10 días de licencia adicionales en conexión con el nacimiento del niño, y 20 días de licencia para mellizos. Un padre o madre que adopta un niño está facultado para tomar licencia paga durante 1.5 años a partir del momento en que el niño queda bajo su cuidado. Es normal que los padres colaboren cuando nace un niño. Los niños y la educación La Ley de Educación Sueca establece que todos los niños y jóvenes deben tener igual acceso a la educación independientemente del género, de dónde vivan o de los factores sociales o económicos. Todos deben asistir a la escuela por lo menos durante nueve años en Suecia. No deben pagar por sus estudios. A todos los niños se les debe ofrecer un lugar en una clase de preescolar a partir del periodo de otoño del año en que cumplen seis hasta que comiencen la escolaridad obligatoria a los siete años. La etapa preescolar es seguida de la escuela primaria, la escuela secundaria y la escuela intermedia antes del bachillerato, cada periodo escolar dura tres años. Después de esto tienen la opción de quedarse para estudiar los tres últimos cursos de la enseñanza media. Se ofrece cuidado infantil a los niños entre 6 y 12 años antes y después del horario escolar. Suecia y Finlandia son los únicos países en el mundo que sirven el almuerzo en forma gratuita a todos los alumnos. La escuela secundaria (el danés gymnasium) es gratuita y no obligatoria. Los alumnos que han completado la escuela intermedia con al menos un examen aprobado en sueco, matemáticas e inglés tienen derecho a un lugar en la escuela secundaria. Prácticamente todos los alumnos que terminan la escuela obligatoria comienzan la escuela secundaria. El número de escuelas independientes (o “libres”) en Suecia está creciendo, y la elección de la escuela está vista actualmente como un derecho. Se asigna a cada niño la financiación para su educación, desde el preescolar hasta la escuela secundaria inclusive.

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Las escuelas independientes deben ser aprobadas por el cuerpo de inspección de escuelas y seguir los planes de estudio nacionales y los programas de estudio. El nueve por ciento de los alumnos de la escuela obligatoria y el 20 por ciento de los alumnos de la escuela secundaria asisten a escuelas independientes. • La mayor proporción de presupuestos municipales, el 45 por ciento, se destina a la educación. • Alrededor del 70 por ciento de la educación, y del conjunto de las operaciones municipales, está financiado por los impuestos municipales. Otra financiación incluye cuotas, alquileres y subvenciones del estado. Las municipalidades también brindan guarderías para los niños a partir de un año hasta que comiencen la escuela. Para el cuidado de niños en preescolar, los padres pagan el 8 por ciento del costo. En el otoño de 2008, el 85 por ciento de los niños entre uno y cinco años se inscribieron en preescolar o en hogares de día de cuidado familiar. El porcentaje ha ido aumentando durante muchos años, especialmente entre los niños de un año de edad. Hay una cuota máxima a pagar para cada niño en cuidado que a partir de 2009 pasó de 1,260 coronas suecas (alrededor de 200 USD) por mes para el primer niño, a ningún cargo en absoluto para el cuarto niño. La educación consciente de género es cada día más común en las guarderías/preescolares suecos. Todos los niños deberían tener las mismas oportunidades en la vida, independientemente del género. Fuentes y lectura recomendada: Swedish Government Report: The Politics of Pre-School (pdf) Sweden.se: Cuidado infantil

Igualdad de género El subsidio parental, el cuidado infantil, los almuerzos escolares y las actividades extraescolares para los niños cumplen un papel importante para la igualdad de género en Suecia. Las mujeres suecas participan en el mercado laboral casi en el mismo grado que los hombres, y hay más niños por mujer que en la mayoría de los otros países europeos. En 2008, el índice de fertilidad total en Suecia fue de 1.91 niños por mujer, comparado con el promedio de la UE de 1.6, con valores tan bajos como alrededor del 1.4 en países como Italia, España, Portugal, Alemania y Polonia. La Ley contra la discriminación en dos secciones principales trata acerca de la igualdad de género en el lugar de trabajo. Primero, está el requisito por el cual todos los empleadores deben trabajar activamente y perseguir objetivos específicos para promover la igualdad entre los hombres y las mujeres. Segundo, la ley prohíbe la discriminación y obliga a los empleadores a investigar y tomar medidas en contra del acoso. Los empleadores no deberían tratar injustamente a un empleado o al postulante para un trabajo que está, ha estado o estará de licencia parental.

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La Ley de la violencia contra la mujer entró en vigor en 1998. Toda violencia, abuso y degradación psicológica a la que una mujer sea sometida se suman. La pena para este delito, la violación flagrante de la integridad de una mujer, es de un máximo de seis años de prisión. Fuente y lectura recomendada: Sweden.se: Equality Eurostat: Fertility

La educación superior La educación superior en Suecia está financiada mayormente por los ingresos tributarios. A partir de 2011, sin embargo, se introducirá el arancelamiento para los alumnos de fuera de la UE/EEA (Unión Europea/Área Económica Europea, por sus siglas en inglés respectivamente) y Suiza. El gobierno cree que la educación superior sueca debería competir en lo que se refiere a buenas condiciones y calidad, y no solamente por brindar educación gratuita. El Gobierno ha destinado recursos para dos nuevos programas de becas para permitir a aquellos alumnos que no pueden pagar aranceles para estudiar en Suecia. El ochenta por ciento de la financiación para las universidades y los colegios universitarios suecos proviene del gobierno. Un 7 por ciento adicional proviene de otras fuentes públicas, y el 12-13 por ciento restante de fuentes privadas e ingresos financieros. Todos los alumnos suecos que estudian en una universidad o colegio universitario tienen derecho a la asistencia financiera, que consiste en un componente de subvención y un préstamo. La devolución del préstamo depende del ingreso, y deberá ser reembolsado para el cumpleaños número 60 del alumno. Fuentes y lectura recomendada: Sweden.se: Education Studyinsweden.se

Atención sanitaria y bienestar social El sistema de atención sanitaria sueco está financiado por el contribuyente y mayormente descentralizado. En 2005, las diputaciones provinciales y el gobierno central acordaron en instituir una garantía de atención sanitaria. Esto significa que ningún paciente debería esperar más de 90 días una vez que se haya determinado la asistencia que necesita. Si el límite de tiempo expira, se ofrece asistencia a los pacientes en algún otro lugar; el costo de la cual, incluido cualquier costo de viaje, está a cargo de su propia diputación provincial. Las garantías de atención cubren todos los eslabones en la cadena de atención. Cualquier persona que necesite atención debe ser tratada por un médico dentro de los siete días. Después de la derivación, la atención especializada debe brindarse dentro de los 90 días.

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El costo de internación en un hospital es de 80 coronas suecas por día. Las cuotas de los pacientes para la atención primaria varían entre 100 y 200 coronas suecas según la diputación provincial. Para visitas a especialistas, hay una cuota adicional de no más de 300 coronas suecas. Rige un costo máximo para limitar los costos de un individuo. Luego de que un paciente haya pagado un total de 900 coronas suecas durante un año, las consultas médicas dentro de los 12 meses de la primera consulta son gratuitas. Existe un límite similar para las prescripciones médicas, de manera que nadie paga más de 1,800 coronas suecas en un lapso de 12 meses. Todos los proveedores de atención médica que reúnan los requisitos de la diputación provincial tienen el derecho a montar un centro de salud que se reembolsa con fondos públicos de esta. Por ejemplo, deben brindar asistentes sociales o psicólogos, servicios comunes de salud a domicilio y servicios de emergencia hasta las 9 p.m. Todos los centros de atención perciben la misma paga por cada paciente que se trata. El sistema general de seguridad social incluye subsidios por enfermedad. Los empleadores se hacen cargo de la provisión de la paga por enfermedad para los primeros 14 días de la enfermedad de un empleado. Para enfermedades más prolongadas, el sistema de seguridad social otorga un máximo de 364 días de subsidios por enfermedad al 80 por ciento del ingreso basado en los beneficios del empleado. Un adicional de 550 días de subsidios por enfermedad está disponibles a un nivel más bajo (75 por ciento), y para enfermedades serias, pueden otorgarse periodos de subsidios más prolongados. Rigen reglas específicas para los alumnos y los desempleados. Los programas generales de bienestar social en Suecia abarcan a todos, pero existen también programas especiales dirigidos a las necesidades de las personas con discapacidades. Una de las reformas más importantes relativas a la ayuda complementaria, la Ley de apoyo y servicios para las personas con determinadas deficiencias (LSS, por sus siglas en inglés), fue adoptada en la década de 1990 por el Parlamento sueco. Una característica importante de este programa de reformas de gran alcance, fue otorgar a las personas con discapacidades el derecho a la asistencia personal gratuita. Además de los servicios sociales generales, los municipios tienen a su cargo la provisión de asistencia social en la forma de ayuda financiera. Esto está pensado como una red de seguridad de último recurso para personas con problemas económicos temporarios, y se desembolsa después de una evaluación individual. La asistencia social incluye la ayuda compensatoria basada en un estándar nacional y también cubre otros gastos comunes necesarios para asegurar un estándar de vida razonable. Fuentes y lectura recomendada: Sweden.se: Health care Socialstyrelsen: Social assistance Försäkringskassan: Social assurance

El mercado laboral 28


Los niveles de empleo en el mercado laboral nórdico son altos, con el 71.4 por ciento de mujeres entre los 16 y 64 años participando en la fuerza laboral, comparados con el 76.8 por ciento de los hombres en el mismo intervalo de edades. La región nórdica se encuentra a la vanguardia en lo que respecta a la igualdad de género, pero un gran número de mujeres aún trabajan a tiempo parcial. En 2009, el 19.8 por ciento de las mujeres en Suecia trabajaban a tiempo parcial, comparado con el 10 por ciento de los hombres. El promedio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD, por sus siglas en inglés) es del 26 por ciento de las mujeres y el 8 por ciento de los hombres. A partir de febrero de 2011, la tasa de empleo de Suecia era del 64.6 por ciento de la población total, y la tasa de desempleo era del 7.8 por ciento. El desempleo juvenil (jóvenes entre los 15 y 24 años) era del 24.2 por ciento, pero muchos de estos eran estudiantes que buscaban trabajo mientras estudiaban. La larga tradición Sueca de políticas del mercado laboral del gobierno, dio como resultado una amplia variedad de beneficios para el empleado, entre ellos, por lo menos cinco semanas de vacaciones pagas, más de un año de licencia por paternidad y las contribuciones del empleador para la jubilación. Los convenios colectivos han desempeñado un papel fundamental en el logro de estos beneficios, junto con una cultura de cooperación bien establecida entre empleadores, empleados y sindicatos. Cerca del 70 por ciento de los trabajadores suecos pertenecen a un sindicato. Las organizaciones sindicales más grandes incluyen a la Confederación de Sindicatos Suecos (LO, por sus siglas en inglés) principalmente para trabajadores manuales, la Confederación de Funcionarios y Empleados de Suecia (TCO, por sus siglas en inglés) para trabajadores no manuales y la Confederación Sueca de Asociaciones Profesionales (SACO, por sus siglas en inglés), para trabajadores profesionales con títulos universitarios. Los sindicatos brindan a sus millones de miembros, pólizas de seguro especiales, capacitación y representación para las negociaciones contractuales así como también apoyo legal. El modelo sueco implica que los salarios están principalmente regulados en convenios colectivos. Los sindicatos y las organizaciones patronales negocian los acuerdos colectivos y establecen los sueldos y salarios. No hay intervención del gobierno en las negociaciones salariales ni en el cumplimiento de los convenios colectivos, si bien en la etapa final de las negociaciones, si ambas partes llegan a un punto muerto, un mediador público puede ser convocado para ayudar a lograr un acuerdo final. Los convenios colectivos regulan las condiciones de trabajo: los sueldos y salarios, las horas de trabajo, la paga por enfermedad, etc. Estos acuerdos incluyen el seguro para los empleados, como el seguro por enfermedad y por accidente. Desde 2006 el gobierno ha reformado el mercado laboral para mejorar los incentivos laborales. Se ha reducido el impuesto a la renta del trabajo. Las contribuciones de seguro social del empleador se han reducido tanto para los jóvenes como para ciertos grupos específicos que vuelven al mercado laboral después de una larga ausencia. El sistema de beneficios por desempleo también se ha hecho más riguroso. Todas estas reformas han constituido factores importantes en la gestión de la crisis Sueca durante la recesión que se inició a fines de 2008. El mercado laboral sueco es más flexible en la actualidad que a principios del siglo 21. Fuentes y lectura recomendada:

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Statistics Sweden: Labour market Sweden.se: Employee rights Swedish Trade Union Confederation: Labour market (pdf) Sweden.se: Trade unions OECD Statistics

Los ancianos La salud y los servicios sociales para los ancianos constituyen una parte importante de la política de bienestar sueca. De los 9.3 millones de habitantes de Suecia, el 18 por ciento ha superado la edad de jubilación de los 65 años y recibe una pensión. Se estima que este número aumentará al 23 por ciento para el año 2030, momento en el que uno de cinco suecos se supone alcanzará la edad de jubilarse. En 2008, la expectativa de vida en Suecia era de 78.6 años para los hombres y 83.2 años para las mujeres. Suecia tiene la proporción más grande de personas de más de 80 años entre los estados miembros de la UE, que asciende al 5.3 por ciento de la población. Debido a que más y más ciudadanos en este grupo etario gozan de buena salud, sus necesidades de atención han disminuido desde la década de 1980. La mayor parte de la atención de ancianos está financiada por los impuestos municipales y subvenciones del gobierno. En 2008, el costo total de la atención de ancianos en Suecia fue de 91.8 mil millones de coronas suecas. Solo el 4 por ciento de la financiación provino de los pagos de los pacientes. La mayor parte de la atención de ancianos es provista por los municipios. Algunos han optado por subcontratar sus servicios de atención. Todos están autorizados a elegir si desean que la asistencia en el hogar o su alojamiento especial sea administrado por operadores públicos o privados. Los ancianos que permanezcan viviendo en sus hogares pueden recibir varios tipos de asistencia para que la vida sea más fácil. Cuando una persona mayor ya no es capaz de arreglárselas con las exigencias de la vida diaria, puede solicitar asistencia de los servicios de ayuda hogareña municipal. El grado de ese cuidado está sujeto a evaluación. Las personas discapacitadas o seriamente enfermas pueden obtener asistencia durante todo el día, lo que significa que pueden permanecer en sus hogares toda su vida. Los ancianos y los discapacitados también tienen derecho a los servicios de transporte en taxis o en vehículos especialmente adaptados. Esta opción está disponible para aquellos que están incapacitados de utilizar el transporte público común para trasladarse. En Estocolmo solamente, se realizan casi tres millones de viajes cada año utilizando estos servicios. Al planificar en vivienda y áreas de vivienda, los municipios suecos deben asegurarse de que se adapten a las necesidades de los ancianos y las personas con discapacidades. Apenas más del 17 por ciento de los habitantes del país mayores de 80 años viven en viviendas especiales donde miembros del personal están de guardia día y noche. Estas

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viviendas son asignadas por los municipios. La mayoría de aquellos que necesitan atención y ayuda durante todo el día sufren de demencia. Fuente y lectura recomendada: Sweden.se: Elderly care

Pensiones: El sistema de pensiones sueco consta de tres partes, una pensión nacional, una pensión ocupacional (financiada por el empleador) y los ahorros de pensiones privados. Las personas aportan a su pensión nacional, que está basada en los ingresos, durante cada año de trabajo. Hay una pequeña porción de la pensión nacional denominada pensión garantizada. Esta es para aquellas personas que han tenido muy poco o ningún ingreso en su vida. La pensión garantizada les proporciona un monto mínimo por mes. En caso de que la pensión garantizada no sea suficiente, la pensión alimenticia para los ancianos les brinda una última red de seguridad para garantizar un estándar de vida digno. Un total del 18.5 por ciento de sus salarios y otros beneficios tributables se destinan a la cuenta de pensión pública cada año. El dieciséis por ciento se dirige a la cuenta de pensiones de renta, cuyo valor crece junto con las tendencias de ingresos en Suecia. Esto significa que las pensiones siguen las tendencias generales y el desempeño de la economía, condición indispensable para un esquema de pensiones sustentable. El otro 2.5 por ciento se dirige a la cuenta de pensiones por primas la que cambia de acuerdo al desempeño de los fondos en los que se invierta. Además del ingreso real, ciertos conceptos le dan derecho a recibir una pensión, por ejemplo, los años que permaneció en su hogar cuidando de niños pequeños, la compensación por enfermedad o por actividad que recibe, el servicio militar que desempeñe o los estudios de educación superior que siga. También puede decidir cuándo desea retirarse, como algunas personas que lo hacen tan temprano como a los 55 años de edad. Pero la pensión basada en la renta y la pensión por primas solo puede percibirse a partir de los 61 años. En 2009, la edad promedio efectiva de retiro en Suecia era de 66 años para los hombres comparada con el promedio de la OECD de 65, y 64 años para las mujeres, comparado con el promedio de la OECD de 63. Sin embargo, independientemente de la edad a la que se retire, el monto total de su pensión se mantiene igual. En consecuencia, si se decide por una jubilación anticipada, sus pagos mensuales se reducirán en concordancia. También es posible seguir trabajando hasta la edad de 67 años y de esa manera aumentar su pensión. Fuentes y lectura recomendada: Sweden.se: Pensions Swedish Pensions Agency OECD report: Older workers OECD Pensions indicators

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