Teatro, puro teatro Salón Rojo, La Habana, 1991 + Actor’s, Barcelona, 1992 Gloria Giménez Reportaje fotográfico que contiene dos portafolios realizados por la fotógrafa Gloria Giménez durante los años 1991 y 1992. Dos años siguiendo el proceso introspectivo del actor-artista en su interiorización del personaje que convertirá en la expresión artística comunicativa con el “otro” el espectador. Imágenes que el blanco y negro analógico, con luz ambiental o de la propia escenografía dan rotundidad poética a los actores-artistas.
Salón Rojo, cabaret de la Habana de 1991, donde los sueños y las
esperanzas de los camerinos de candilejas llenos de plumas y lentejuelas de precaria elegancia, mallas desgarradas que proyectan la huida hacia un escenario de sueños y libertades de mares abiertos. Artistas envejeciendo en el escenario, esperando el salvoconducto hacia los soñados encerados. El Salón Rojo se remonta a la década de los 50, cuando fue inaugurado como casino y ligado a los negocios de la mafia italo-norteamericana. Su condición de Casino ofrecía salvoconducto de otras trasgresiones en la isla. Figuras de la camorra negociaron para constituir esta casa de juegos (1952-1958), en 1961 abre como Salón Rojo y una cartelera dedicada exclusivamente al disfrute de la música auténticamente cubana, donde los isleños acuden como lugar de preferencia. Su decadencia y autenticidad desde los oscuros camerinos a los que se llega a través de un laberinto de pasillos, en los que Gloria Giménez se introduce y fotografía el cúmulo de esperanzas e ilusiones, creando una energía comunicativa de un reportaje que saben será proyectado en otro mares. El Salón Rojo fue destruido a finales de los 90 para reabrirlo en 2003 “fusionando modernidad y elegancia”, donde se sirven cocktails y cenas para los turistas y es junto al Tropicana uno de los cabarets mas concurridos en la actual Habana.
Actor´s ensayos y puesta en escena, Barcelona 1992. La verdad y la mentira en los personajes, estudiado simulacro ó la verdad bien ensayada en sí misma. La proyección de lo gay, de la transexualidad como un espacio donde interpretar ambiguos símbolos del drama, puro teatro. Gloria Giménez, se introduce en el proyecto desde la lectura de textos y los ensayos realizados en un almacén donde los actores construyen su personaje con el modelaje y las intervenciones del director. Durante meses fluyen creativamente los diseños de vestuarios, escenografía, coreografía, iluminación. Los actores impregnan su piel del personaje formando un modelage que les interioriza su identificación y es exteriorizado en su expresión, proyectados en el negativo fotográfico, toma a toma, hasta su estreno en el Teatro Villarroel en 1992.
Teatro, puro teatro de la vida y del escenario humano en los que Gloria Giménez se introduce como en el mejor de los elementos embelleciendo la decadencia, acostumbrada a penetrar en lo profundo del inconsciente, del blanco y el negro de lo humano y a poner en el objetivo lo que es esencial.