Palacio Presidencial de Cerro Castillo
Durante la Colonia –siglos XVII, XVIII e inicios del XIX– se denominó a Cerro Castillo como colina de la “Primera Hermana”, la que unida aún al cerro Agua Santa conformaba la primera de las siete elevaciones que definían el vasto territorio perteneciente al millonario comerciante portugués don Francisco Álvarez. El poblamiento de la zona comenzó a fines del XIX y está asociado a la llegada del Ferrocarril a la Estación Miramar, que comenzó a funcionar en 1886. Cerro Castillo domina con sus vistas prácticamente a toda la ciudad como también algunos de los balnearios más populares de la zona, como el de Caleta Abarca. A sus pies se encuentra un ícono de la Ciudad Jardín: el Reloj de Flores. El lugar se relaciona estrechamente con la historia de Viña del Mar, albergando hasta hoy inmuebles de gran valor arquitectónico. Uno de sus principales atributos es su carácter netamente residencial, y una tranquilidad que llama la atención del visitante, pese al ajetreo constante de la ciudad.
Palacio Presidencial El Palacio Presidencial de Cerro Castillo cumple el rol de residencia de descanso de los Mandatarios y lugar de reuniones ministeriales y diplomáticas. De marcado estilo neo-colonial, la obra es fruto del trabajo de los arquitectos Luis Browne y Manuel Valenzuela y constituye uno de los edificios más bellos y de mayor tradición de Viña del Mar. Su construcción se inició en 1929, gracias al impulso de doña Graciela Letelier Velasco, quien sugirió a su esposo, el Presidente Carlos Ibáñez del Campo, construir la vivienda de veraneo de los Mandatarios en la puntilla del Cerro Castillo, en una Ciudad Jardín que se encontraba en pleno apogeo. Desde entonces, el edificio ha sido ocupado por diversos Presidentes, adquiriendo un rol aún más protagónico con el emplazamiento del Congreso Nacional en la ciudad de Valparaíso. El Concejo Municipal aprobó la designación del Palacio como edificación histórica y/o arquitectónica el 9 de mayo de 2000. En 2005, en tanto, se declaró a Cerro Castillo como Monumento Nacional en la categoría Zona Típica o Pintoresca, y en la categoría de Monumento Histórico, el Palacio Presidencial.
Construcción
Con una inversión cercana a los tres millones de pesos de la época, el Palacio Presidencial se emplazó en los terrenos del Fuerte Callao, construido después de la guerra con España, en 1866. Posteriormente, durante la revolución de 1891, el fuerte sirvió como plaza de las tropas Balmacedistas. La construcción del palacio, que cuenta con 2.260 metros cuadrados de superficie, estuvo a cargo del ingeniero Fortunato Castro, bajo la administración de la firma norteamericana Fred T. Leig. El edificio fue entregado al Gobierno de Chile en enero de 1930 y la prensa de la época lo calificó como "uno de los más suntuosos y de mejor gusto arquitectónico de Sudamérica”. Con estructura y cimientos de hormigón armado y cubierta de teja, la construcción cuenta con detalles de varias épocas de la arquitectura española y mexicana, incorporando patios exteriores e interiores, y elementos como la madera, rejados en fierro, arquerías, chimeneas sobresalientes y el uso de molduras decorativas en hormigón y yeso. De la construcción original del fuerte, se mantuvieron los cañones que adornan los jardines y se removieron los enormes muros de albañilería que alcanzaban los dos metros de espesor, dos polvorines y una casamata que era el lugar de permanencia de los soldados. En el frontis del edificio, se plasman los escudos de Chile, Valparaíso y Viña del Mar. Los jardines originales fueron diseñados por el paisajista Carlos Ibáñez, un familiar del presidente del mismo nombre, alrededor del año 1930.
El edificio cuenta con tres pisos y un subterráneo, con varios ambientes destinados a encuentros de trabajo y reuniones. Su mobiliario es ecléctico ya que ha ido variando de acuerdo a las modificaciones que ha realizado cada Mandatario. En la planta inferior están los salones, un comedor, la cocina, servicios y tres terrazas escalonadas en la ladera del cerro. En el ala izquierda se ubica el gabinete del Presidente, que entre otros muebles cuenta con un fino escritorio de trabajo de madera nativa con cubierta de cuero negro, en juego con el imponente sillón presidencial. Posee además una biblioteca, mesas de arrimo de diferentes modelos, una mesa de centro con cubierta de cristal y base de piedra ónix y, al igual que el comedor, los muros están revestidos de fina madera nativa con bordes reticulados. En el segundo nivel se encuentran los dormitorios del Jefe de Estado y sus visitas, sumando ocho habitaciones. La pieza principal cuenta con un sofá inglés y una mesa Butler. En el primer y segundo piso destacan sillones Luis XIV, una mesa Pembroke, arrimos ingleses, mesas laterales inglesas, sillas Reina Ana, sofás y sillones Trigalle. El último piso, distribuido en dos torres, alberga la biblioteca, una sala de radio, un despacho y un observatorio. Actualmente existe un ascensor interior que conecta las dependencias entre el subterráneo y los niveles superiores
Los Presidentes A través de los años, los Presidentes han dado distintos usos al Palacio. Se dice, por ejemplo, que en el gobierno de Pedro Aguirre Cerda la casa presidencial recibió a delegaciones de obreros que disfrutaron de las bondades del parque y la alberca. Por su parte, el Presidente Salvador Allende solía recibir a grupos de escolares de escasos recursos y a hijos de oficiales que cumplían cargos en puntos fronterizos, con quienes compartía tardes de esparcimiento y deporte. Pero no todos los Mandatarios se deleitaban con el Palacio. Se recuerda, por ejemplo, que don Juan Esteban Montero no disfrutaba del lugar, lo que le llevó en un momento a pensar en transformarlo en un Hogar de Niños, idea que no prosperó. Del mismo modo, el Presidente Alessandri Rodríguez pensó en vender la vivienda, sin embargo terminó por rendirse a su belleza. Durante el gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle (1996 - 2000) se llevó a cabo el proyecto Alboretum, destinado a recuperar el parque del Palacio, que en un área de 2.500 metros cuadrados reúne especies nativas, sumadas a un total de 15 mil metros cuadrados de parques en total, donde se conjugan especies de alto valor botánico y ornamental introducidas, tales como palmas y araucarias exóticas.
La casa y los jardínes del Palacio Presidencial de Cerro Castillo son escenario tradicional de la fotografía oficial de los Mandatarios y sus gabinetes, que se toma previo a la Cuenta Pública del 21 de Mayo. El Palacio también ha sido sede de importantes encuentros internacionales como la VI Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, la II Cumbre de Las Américas, la Cumbre de Líderes Progresistas y la reunión de Unasur, entre otras actividades.
Fuente: El Cerro Castillo. Hacia la valoración de su historia y patrimonio, antecedentes para una declaración de zona típica. Dyna Escudero Fuica y Ana Luisa Hernández Suárez. Dic. 2002 Fotografias: Archivo Histórico Patrimonial del Viña del Mar