Modulo 2 unidad 6 20

Page 1

Módulo II. El aprendizaje en la Universidad

UNIDAD 6

MEDIACIÓN PEDAGÓGICA DE LAS TECNOLOGÍAS45

La primera parte de esta unidad, hasta “ámbitos de mediación”, ha sido escrita por Daniel Prieto Castillo. La segunda parte, “Gestión del conocimiento, alfabetización y aprendizaje en tiempos de San Precario”, es obra de Carlos Eduardo Cortés. 45

175


Módulo II. El aprendizaje en la Universidad

Ubicación temática En algunos momentos, y no pasan del todo las cosas, se pensó que la tecnología aplicada al aula podía solucionar todos los problemas de la enseñanza y del aprendizaje. Así, en las décadas del 60 y de 70, las inversiones de recursos audiovisuales para la escuela, en todos sus niveles, incluida la universidad, fueron mayúsculas en los países en desarrollo. Pero poco y nada cambió con esa incorporación masiva de aparatos, muchos de los cuales terminaron discontinuados y guardados en depósitos. Ninguna tecnología reemplaza la relación entre los seres humanos, sobre todo cuando de educación se trata. De eso estamos seguros. Pero ello no quiere decir que rechacemos o pretendamos ignorar las posibilidades de ciertos recursos, algunos ya tradicionales, otros enmarcados en las nuevas tecnologías de la información. En esta Unidad nos ocupamos, en primer lugar, de la tecnología y de sus ofertas a la educación. Y lo haremos desde los llamados a la creación de una sociedad de la información y del conocimiento, que vienen creciendo en los últimos años. Nosotros consideramos que el uso intensivo de las tecnologías no es posible sin una apropiación de los lenguajes de diferentes recursos tecnológicos y del reconocimiento de las formas de percepción y de atención de los destinatarios de los mensajes que aquéllos posibilitan. Los puntos trabajados en esta Unidad son los siguientes: Una sociedad de la información y del conocimiento Nuestros aportes Incorporar toda la cultura Instancias de aprendizaje y tecnologías Los impresos El audio Planificar el uso de medios Lo visual Lo audiovisual Tecnologías de la información y de la comunicación Ámbitos de mediación

176


Módulo II. El aprendizaje en la Universidad

Hipertexto e hipermedia Las redes Las tecnologías en la educación Los entornos de aprendizaje En torno a la complejidad y a los contextos El reto de la “metaforicidad” El reto informacional El reto de la re-mediación El reto del aprendizaje ensanchado

177


Módulo II. El aprendizaje en la Universidad

Una sociedad de la información y del conocimiento A comienzos de la década del 80 estaban echadas las cartas en relación con lo que significaría una sociedad de la información. Aceleraban la marcha en esa dirección los países industrializados, en ese eje que incluye a Estados Unidos, la Unión Europea y Japón. Lo sucedido en esos años es parte de nuestra historia, como educadores y como instituciones educativas, a lo que se añade todo lo acaecido con la vida cotidiana. A la velocidad de la luz podemos enviar y recibir información, y también a tal vértigo de comunicación es posible desencadenar guerras y vaciar las arcas de un país. Para nosotros, todos quienes participamos en este posgrado, las tecnologías digitales constituyen una suerte de destino, no podremos eludirlas ni ahora ni jamás, porque sus recursos penetran con toda fuerza en nuestras maneras de enseñar y, sobre todo, en los modos de aprender. Entraremos al análisis de las tecnologías en la educación a través de una revisión de lo que implica moverse en el ámbito de la información y del conocimiento. De numerosas experiencias vividas en Latinoamérica, hemos aprendido lo siguiente: -Se puede hablar de un todavía generalizado analfabetismo tecnológico de estudiantes y docentes en relación con el aprendizaje en todos los niveles y establecimientos educativos. -Se avanza hacia una sociedad de la información con gente que en general no está preparada para localizarla, procesarla y aplicarla a la solución de sus problemas cotidianos y laborales. -El sistema educativo, en todos sus niveles, no se ha apropiado de las posibilidades de la tecnología en general y de las tecnologías de la información en particular, para mejorar sus procesos de enseñanza aprendizaje. -El sistema educativo no ha desarrollado una capacidad, ni en sus docentes ni en sus estudiantes, de aprovechar las tecnologías para la solución de necesidades,

178


Módulo II. El aprendizaje en la Universidad

tomando en cuenta el entorno de cada establecimiento y las posibilidades de sus integrantes. Ampliemos el alcance de la expresión: El primer grado de analfabetismo corresponde al cómo del funcionamiento de una determinada tecnología, desde las marchas de un motor hasta el sistema digital en el trabajo con la computadora. El segundo grado es el del lugar social de las tecnologías: ¿quiénes las producen, qué ganamos y qué perdemos con ellas, adónde nos lleva una innovación irrefrenable ligada a menudo a un consumo también irrefrenable? El tercero es el espacio que ocupan las tecnologías en nuestras relaciones y en la vida cotidiana, como recursos para el aprendizaje. Primer punto para la reflexión: ¿cómo avanzar hacia una sociedad del conocimiento con fuerte apoyo de las tecnologías desde ese analfabetismo tecnológico? Una sociedad del conocimiento tiene tres condiciones de posibilidad imposibles de dejar de lado: -saber leer; -saber escribir; -saber comunicarse con los demás. Me refiero, con el primer punto, no sólo a la tan necesaria alfabetización tecnológica. Me refiero a la capacidad de dar, de reconocer sentido a lo que se lee. En 2001 el senado de Estados Unidos aprobó un sistema para asegurar ese camino: todo niño a los ocho años de edad debe ser capaz de dar sentido a lo que lee. El método corresponde a cada Estado y cada establecimiento, pero el control lo hace el gobierno federal. Una medida semejante se tomó para asegurar el camino hacia una sociedad del conocimiento. Saber escribir: me refiero en primer lugar a la escritura de puño y letra, que tanto hemos cultivado en los sistemas educativos de nuestros países. Y me refiero también a la escritura tecnológica. Sin la primera, la segunda se estrecha, pierde posibilidades para

esta

marcha

hacia

el

desarrollo de la construcción

de

conocimientos. Es conocida por ustedes nuestra obsesión por la escritura en esta posgrado.

179


Módulo II. El aprendizaje en la Universidad

Saber comunicarse con los demás, porque si algo nos mueve en estos comienzos de siglo es la necesidad de la interacción humana, no sólo de la interactividad con los programas. Y para promover la comunicación necesitamos crear entornos de aprendizaje donde se la practique, oportunidades sociales de relación. El segundo problema en el orden de esta exposición es el del aprendizaje. Si hablamos de “sociedad del conocimiento”, lo hacemos sin lugar a dudas de “sociedad del aprendizaje”. Es preciso reconocer la presencia del tema en la agenda educativa de nuestros países, tanto por los avances en su comprensión durante el siglo XX como por lo sucedido en varios casos con las reformas educativas. Desde la discusión en torno a la calidad, ¿qué conocimientos construir? Al respecto señala el pensador alemán Hans Magnus Enzensberger: “Nada de esto cambia el hecho de que gracias a la evolución, hoy como ayer disponemos de un motor de búsqueda incomparable: el mejor de todo sigue siendo todavía nuestro cerebro”. 46 Y, en ese uso intensivo del cerebro, Tedesco propone, como papel de la escuela “preparar para el uso consciente, crítico y activo de los aparatos que acumulan la información y el conocimiento.”47 Para ello es necesario, frente a tendencias neodarwinianas que pretenden volver a cuestiones genéticas para diferenciar a individuos, y hasta pueblos, con mayor o menor capacidad de aprender, “…desarrollar con más fuerza que nunca la confianza en la capacidad de aprendizaje de todas las personas.” Aprender sentido de solidaridad asociado al sentido de pertenencia, con apertura a las diferencias, para lo cual será necesario crear entornos de aprendizaje que permitan experiencias pluralistas y democráticas en las escuelas. En orden a conocimientos a construir, el punto de partida es cada ser en particular, sus capacidades, sus destrezas, sus formas de expresión y de relación. Pero ello va ligado siempre a un contexto social y cultural. Construir conocimientos de la propia cultura, no sólo de lo que existe de ella para ser objeto de aprendizaje, sino también de lo que será necesario rescatar para poder leerse en ella. 46 Enzensberger, Hans Magnus. “Los apóstoles del capitalismo digital”, Buenos Aires, Diario Clarín, 30 de enero de 2000. 47 Tedesco, Juan Carlos. “La política educativa en la sociedad del conocimiento y de la información”, Revista Aportes para el Estado y la Administración Gubernamental, Buenos Aires, 2001. 180


Módulo II. El aprendizaje en la Universidad

Nuestros aportes Sin embargo las tecnologías de la información y de la comunicación no llegaron a nuestras tierras como quien viene a inaugurar los tiempos, como si nada hubiera sucedido antes. América Latina ha aportado mucho a la comunicación y la educación, desde los textos maravillosos de Simón Rodríguez hasta los caminos abiertos por Paulo Freire y las búsquedas en torno a la comunicación educativa y la mediación pedagógica.48 Detengámonos, para ilustrar esos aportes, en el actual llamado a la interactividad. El siglo XX nació signado por la creencia en el todo poder de los medios de comunicación. Durante más de siete décadas nos debatimos en contra del modelo unidireccional, desde los argumentos a la altura de la primera gran guerra: los medios, los diarios, provocaron la contienda, hasta los vertidos en torno a la propaganda nazi y el remate de ese tipo de lógica en la crítica a la publicidad y a la manipulación de masas. El siglo, abierto a la sombra del todo poder de los medios, de la influencia sin mediaciones en masas obedientes, se cerró con un canto a la interactividad y a la iniciativa de individuos y grupos, a la libertad de elegir caminos para el aprendizaje, a la ruptura de viejos moldes en las maneras de enseñar y de aprender. Ninguna casualidad en todo esto. El viraje fue preparado por una revolución tecnológica y por incansables búsquedas en el conocimiento de lo que significa aprender. Un ejemplo, a mi entender, histórico: cuando Seymour Paper comprendió que la inteligencia artificial no le alcanzaba (por allá por el 76), fue a abrevar conocimientos en la fuente de Piaget y pudo incorporar a su sistema LOGO los fundamentos y las experiencias de la epistemología genética.49 Pero el descubrimiento de la interactividad y de la interacción suena tardío si se piensa en todo lo hecho en América Latina para superar esas formas de unidireccionalidad y de poder. La concepción dialógica de la educación, los aportes a la participación de la comunicación y la educación popular, se vienen sosteniendo de manera ininterrumpida en nuestras tierras desde la década del 60. 48 El precioso texto de Freire Cartas a Cristina, publicado por Siglo XXI, narra cómo el autor brasileño fue construyendo su propuesta teórica. La comunicación educativa ha sido promovida desde la década del 60 por autores como Mario Kaplún, Francisco Gutiérrez Pérez y Juan Díaz Bordenave. 49 Paper, Seymour. Jaillissement de l’esprit, ordinateurs et apprentissage, Paris, Ed. Flamarion, 1980. 181


Módulo II. El aprendizaje en la Universidad

Y no sólo por el llamado al trabajo educativo en las relaciones cara a cara. La búsqueda de la participación se extendió en los setenta a la comunicación alternativa, con todo tipo de materiales y experiencias dirigidos a lograr formas participativas de relación. Lo hecho por la radio en Latinoamérica en el terreno educativo ha constituido, y constituye, una labor incansable en el terreno de la educación y de la construcción del conocimiento. Pienso en los 30 años de vigencia de la Asociación Latinoamericana de Escuelas Radiofónicas, ALER, organización que además de la labor radiofónica, dedicó esfuerzos a la investigación y a la capacitación. Pienso en el Instituto Costarricense de Educación Radiofónica, ICER, el Instituto Guatemalteco de Educación Radiofónica, IGER, el Instituto Hondureño de Educación Radiofónica, IHER; pienso en los proyectos de educación a distancia, en Radio Sutatenza, de Colombia, en todos los esfuerzos de alfabetización por radio. La interactividad, desde el punto de vista comunicacional, fue uno de los grandes aportes de Latinoamérica. Hay más: el llamado al respecto por la diversidad cultural fue atendido durante décadas por emisoras bolivianas, guatemaltecas, dominicanas, a través de programas en quechua, creol y toda la riqueza de los idiomas mayenses. Y más aún: el cultivo durante más de 30 años de la lectura crítica de la comunicación, como antecedente de lo que se viene pidiendo en la actualidad en relación con la oferta de internet.50 Quiero señalar con estas referencias que el espesor de la cultura pedagógica de América Latina no es nada despreciable, tanto por las propuestas innovadoras como lo atesorado por los propios educadores en su trabajo cotidiano. Cultura pedagógica existente en los sistemas no formales y formales. Porque en nuestra variada realidad social no es posible pasar por encima de tanta experiencia, de tanto esfuerzo de promoción y acompañamiento del aprendizaje realizado a menudo en condiciones precarias, en el marco de la retirada del estado de sus funciones fundamentales.

50 CENECA. Educación para la comunicación, Santiago de Chile, Ed. UNESCO, 1992. Aparici, Roberto (coord.). La revolución de los medios audiovisuales, Madrid, Ed. de la Torre, 1993. 182


Módulo II. El aprendizaje en la Universidad

Hay un tesoro de experiencias y de saberes que guarda en cada país el sistema educativo. Porque si “nadie está totalmente equivocado”, es preciso reconocer el valor de lo desarrollado por generaciones de educadores. A menudo, cuando vienen las propuestas de cambios a través de reformas, se tiende a considerar que nada de lo hecho sirve, que una nueva teoría y una nueva manera de trabajar los conocimientos vienen a inaugurar los tiempos desde cero. No llegamos de ninguna manera con las manos vacías a esta sociedad del conocimiento. No es bueno plantear el salto tecnológico por encima de nuestra cultura y de nuestros saberes, de lo acumulado por generaciones de comunicadores y educadores. La cuestión acá es por demás crucial: ¿desde dónde se construyen conocimientos? Fundamentalmente desde la propia cultura, desde el reconocimiento de lo que se ha sido y es. Como veremos en el módulo III de este posgrado, el camino recorrido por la universidad argentina es por demás rico y variado en ofertas y en realizaciones. Todo lo hecho y vivido constituye nuestro espesor cultural, lo que podemos aportar a la red de redes en una proyección a escala planetaria. Pero se nos abre aquí la dificultad de la falta de registro, de expresión de grandes ámbitos de nuestra cultura. Incorporar toda la cultura En 1982, cuando hicimos la investigación para el gobierno de México, había comenzado en Canadá el proyecto Telidón, que tenía como propósito incorporar al mundo digital toda la cultura canadiense. La expresión puede resultar ambiciosa en extremo. Pero ese era el propósito. Como sucede que no toda la cultura está sistematizada y comunicada, fue necesario investigar, recuperar procesos, volcarlos al papel y a la imagen para luego digitalizarlos. En esto México ha mantenido un proceso ininterrumpido de producción para la educación. Funcionan en ese país ocho canales educativos con alrededor de 30.000 aulas remotas. Los antecedentes se remontan a la década del 70. En la actualidad se procede al armado de la Videoteca Nacional Digitalizada, sobre la base de

183


Módulo II. El aprendizaje en la Universidad

150.000 horas de programación, con el propósito de incorporar al sistema por lo menos un tercio de esta cifra..51 Otro ejemplo: En 1994 la Universidad de Chile creó su web con un propósito: incorporar toda la institución a la red. El término que acabo de subrayar suele ser demasiado ambicioso, siempre queda algo de esos intentos totalizadores. Pero la Universidad de Chile mantuvo esa decisión hasta sus últimas consecuencias; toda significaba a octubre de 1999 el mantenimiento de una página viva sostenida por 60 personas, con detalles como los siguientes: información completa sobre las carreras, cursos y seminarios, directorio académico con detalles sobre la respectiva disciplina, las publicaciones y la producción intelectual, las actas del Consejo Superior, las publicaciones periódicas, la radio, 1000 publicaciones de texto completo, las 33 revistas, el catálogo en línea de las bibliotecas, la digitalización de todas las obras de los museos de arte que dependen de la institución, lugares especiales

para

la

cultura

chilena,

programas

interactivos

para

educación

permanente…52 Cuando se decide un paso semejante, es preciso estar muy bien parado como organización para darlo. Porque, ¿qué incorporará a la gran red quien no tiene qué incorporar? La clave de lo sucedido con la Universidad de Chile está en lo previo al salto tecnológico. Y, sobre todo, descansa en un punto al cual quiero referirme con especial énfasis: la producción intelectual. Si ésta no se ha consolidado, si no se la ha trabajado desde la construcción de conocimientos y desde la voluntad de comunicación, difícilmente podrá alimentarse este mundo que nos ha tocado. Por eso, cuando llega la autopista de la información, suele suceder que no muchos transitan a través de ella, tanto por la falta de sistematización de sus conocimientos como por ausencia de voluntad de comunicación. Pero queremos detenernos en los límites impuestos por la falta de recuperación de la cultura. Mal podemos construir conocimientos a partir de una cultura que pocos 51 El Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa, ILCE fue encargado por el gobierno de México para llevar adelante un proyecto nacional de educación a distancia con el uso de las tecnologías de la información y de la comunicación. Trabajé en ese organismo a fines de la década del 70, éramos unas 40 personas en total, hoy se desempeñan 900. 52 Ortúzar, Gabriela, “El Web de la Universidad de Chile: nuevas tecnologías aplicadas a los servicios de información universitarios”, ponencia presentada en el IV Seminario Internacional Las Nuevas Tecnologías y la Educación Superior, Santiago de Chile, CLADES-CEPAL, 13 al 15 de octubre de 1999. 184


Módulo II. El aprendizaje en la Universidad

se ocupan de recoger, de investigar. Construir conocimientos de la propia cultura, entonces, de forma de rescatar la pluralidad y la diversidad de voces. Hemos señalado al respecto, con un juego de palabras: no es fácil avanzar hacia el hipertexto sino tengo el texto. Necesitamos construir textos sociales en los cuales leernos. En el mundo digital, es sabido, quien no produce productos culturales es casi inexistente. Necesitamos construir conocimientos desde la propia cultura educativa, encarnada no sólo en la producción intelectual, sino en la experiencia de instituciones y educadores. Un modo casi perverso de llevar adelante el trabajo hace que año a año se pierdan esos tesoros, a través de seres que se jubilan, que van siendo dejados de lado como si lo que poseen no fuera de alguna manera patrimonio de todos. Necesitamos una vigorosa recuperación de esas experiencias a través de memorias de procesos, de historias de vida, de impulso a la producción intelectual por parte de los mismos educadores. Construir conocimientos no sólo como novedades con pretensión de absolutas, sino también recuperar, sacar a luz lo que existe, abrir alternativas a la creación de textos sociales a cargo de quienes vienen sosteniendo con sus prácticas cotidianas la educación. El derecho al conocimiento es también el derecho a la producción de conocimientos, a la recuperación de conocimientos, a la comunicación de conocimientos. Los sistemas educativos pueden, en este sentido, aprender muchísimo de sí mismos. Lo que planteamos con toda fuerza es que no se puede construir conocimientos al margen de los conocimientos ya construidos y, sobre todo, al margen de nuestras culturas. Estamos ante un reto histórico sin precedentes: la necesidad de recuperar, registrar,

sistematizar

y

comunicar

nuestras

culturas,

nuestros

saberes

y

experiencias en el campo de la educación, para seguir aprendiendo de ellos. Esto conlleva inversiones, investigaciones, esfuerzos generales de todos los sectores: estados, sociedad civil y empresas. Porque quien se queda con las manos vacías de

185


Módulo II. El aprendizaje en la Universidad

la principal fuente de su ser y de sus conocimientos no puede pretender avanzar gran cosa en tiempos tan complejos.53 Ahora bien, en la realidad de América Latina la sociedad del conocimiento aparece como una utopía. Vivimos en una dura orfandad de conocimientos y de distribución de información, acorde con las condiciones de vida de nuestros países, enmarcadas en una desigual distribución de la riqueza que no ha hecho más que acentuarse en los últimos años. Esto nos sitúa de lleno en una necesaria diferencia de términos: no es lo mismo globalización que universalismo. Escuchamos en Costa Rica una

exposición de

Carlos Roberto Garretón 54: “En el universalismo de los derechos humanos los actores son los pueblos, los Estados y los organismos de que se ha dotado la comunidad internacional. Los primeros demandan derechos, reclaman por sus violaciones, se organizan para defenderse, tanto en el ámbito local, nacional como internacional. (…) La globalización, por el contrario, ha sido desarrollada básicamente por el mundo de los negocios. Carece de reglas, salvo las que el mercado impone. Los pueblos no juegan rol alguno, salvo el de consumir y satisfacer los apetitos de las grandes empresas y, particularmente, las del sector financiero. (…) De allí el carácter profundamente

antidemocrático

del

neoliberalismo

globalizado.

Con

el

universalismo ganan las personas y los pueblos.” Es en ese plano del universalismo donde se sitúan los siguientes principios propuestos por la UNESCO: 

La Sociedad de la Información deberá estar basada en un fuerte compromiso con los derechos humanos y libertades fundamentales y deberá asegurar la completa realización del derecho a la educación y todos los derechos culturales, así como la libertad de expresión como derecho humano fundamental.

En la Sociedad de la Información, el acceso al dominio público de información y conocimiento con fines educativos y culturales debe ser lo más amplio posible.

53 Castells, M., La era de la información. Economía, Sociedad y Cultura. Alianza Editorial, 1998. 54 Garretón, Carlos Roberto. “Como afecta el proceso de globalización al goce de los derechos humanos”, presentación al II Encuentro Internacional de la Radio por una Cultura de Paz, San José de Costa Rica, junio de 2002. 186


Módulo II. El aprendizaje en la Universidad

La información debe ser de alta calidad, diversificada y confiable.

La Sociedad de la Información debe asegurar la diversidad de lenguajes, escrituras y culturas.

En las tecnologías de la información y la comunicación quien no se manifiesta a través de su producción intelectual y cultural, no existe. Y nosotros, como universidades,

como

culturas,

como

países,

venimos

existiendo,

creando,

conociendo, resistiendo, desde hace unos cuantos siglos. Ninguna tecnología nos inaugurará el ser y el conocer. Tenemos mucho que aprender de otras culturas, pero se trata de reafirmarnos en ese ser y ese conocer para formar parte de este polifonía de la sociedad del conocimiento. Hemos manejado una suerte de hipérbole al manifestar que las tecnologías son para los educadores un destino. Aún cuando todavía la red de redes no alcanza a cubrir ni al diez por ciento de la humanidad, los pasos que se van dando casi a diario

en

el

terreno

de

la

educación

son

maravillosos.

Sin

duda

somos

imprescindibles como docentes la tarea de enseñar y de aprender, pero hay torbellino creativo en el plano internacional que no deja de crecer, con propuestas para todas las edades y todos los niveles del sistema. Pero en la sociedad del conocimiento la condena a quedarse sólo en el terreno del consumo de información es en realidad quedarse a la cola de una marcha incontenible hacia formas innovadoras de educar y de educarse. Continuaremos nuestro análisis de las tecnologías, para pasar luego a revisar recursos tradicionales y recursos propios del mundo digital. Instancias de aprendizaje y tecnologías Pregunta general: ¿De qué manera se promueve y acompaña el aprendizaje, es decir, la tarea de construirse y de apropiarse del mundo y de uno mismo, desde las instancias con el apoyo de tecnologías? Partimos de la afirmación anterior: emplear tecnologías es, en primer lugar, reconocer su valor pedagógico, es decir su capacidad de comunicar y de ser

187


Módulo II. El aprendizaje en la Universidad

utilizada para llegar a la información, producirla y aplicarla; para crear a la vez con esos recursos y para acceder al goce estético y al juego. Retomemos cuatro instancias básicas del aprendizaje: la institución el educador el grupo los medios y materiales La institución apoya la promoción y el acompañamiento del aprendizaje cuando dispone y aplica adecuadas tecnologías de gestión (no me detendré en ellas, me refiero a recursos que van desde los diagnósticos, el diseño de estratégicas de comunicación interna y externa, las maneras de lograr el sentido de pertenencia, entre otras posibilidades), cuando prevé espacios y tiempos para el encuentro y el intercambio de informaciones y experiencias; cuando se centra en lo seres que la componen y no en esquemas burocráticos, cuando desarrolla un sistema ágil de medios y materiales (desde el libro hasta el acceso a redes)... Y todo lo que cada uno de ustedes quiera agregar. Puesto que la aplicación de la tecnología depende directamente de la concepción que se tiene de la educación y del aprendizaje, un educador empecinado en pasar información las utilizará con ese fin. Dicho de otra forma: no se trata de introducir una tecnología para cambiar la manera de educar. Toda tecnología depende siempre de dicha manera y no hay mágicas transformaciones gracias a ellas. Por lo tanto, las posibilidades de una tecnología se reducirán o se ampliarán a la medida de las concepciones del sistema educativo en general y de cada educador en particular. El educador apoya con tecnologías la promoción y el acompañamiento del aprendizaje, en primer lugar cuando las conoce en sus lenguajes y posibilidades comunicacionales. Y no sólo las nuevas tecnologías de la información son suficientes. Porque también hay nuevas tecnologías en el campo de la gestión y de la relación grupal. Se trata, entonces, de apropiarse de múltiples recursos, tanto de relación institucional y grupal como de medios en general. Veremos en detalle los siguientes:

188


Módulo II. El aprendizaje en la Universidad

recursos impresos recursos de audio recursos visuales recursos audiovisuales tecnologías de la información y de la comunicación Cada uno tiene sus inflexiones discursivas y sus posibilidades de comunicación. No intentaré aquí un desglose en detalle, pero me ocuparé de hacer un análisis desde la educación, tomando en cuenta lenguaje y comunicabilidad en relación con la percepción. Los impresos El texto impreso, tal como circula en nuestras universidades, aparece como una tecnología dura, en el sentido que se da al término en computación. En general son propuestos textos mal mediado desde la forma e incluso desde el contenido. Nos hemos detenido en esto en el módulo anterior. Un texto mal mediado desde la forma es aquel que no se preocupa para nada por el tamaño de la letra, el largo de las líneas, la diagramación y la estructura... Y mucho menos por las imágenes, que en general brillan por ausentes en publicaciones empecinadas casi siempre en pasar información a cualquier costo. En cuanto al contenido, encontramos a menudo una ausencia de interlocución, con la atención centrada sólo en el tema y en la transmisión de información. No pretendemos, con esas afirmaciones, criticar sin más el libro en sentido tradicional. El trabajo sobre una obra es precioso, sobre todo cuando existen el tiempo y el entusiasmo por el tema. Pero estamos invitando a un esfuerzo de mediación también en los textos. Reconocemos que se ha avanzado mucho en esto. Las editoriales universitarias presentan innovaciones valiosas en lo que hace al diseño y no son pocos los colegas preocupados por un esfuerzo de mediación. El drama son las fotocopias, en especial cuando circulan descontextualizadas de sus textos originales, confundidas con otros materiales, cuando son fotocopias de fotocopias. En el módulo anterior insistimos en la producción de materiales por parte de los docentes, con los recursos de la mediación pedagógica, sobre todo en lo relativo a

189


Módulo II. El aprendizaje en la Universidad

la mediación de los contenidos, en cuanto a las estrategias de entrada, desarrollo y cierre. Queremos volver sobre ese punto, porque los docentes tienen siempre la posibilidad de generar sus propios textos para ofrecerlos a sus alumnos como material de estudio, esto dentro de la amplia gama de la producción intelectual, desde un artículo para una revista, un libro completo hasta un cuaderno de cátedra. La clave de un material pasa por una pregunta que ningún autor puede dejar de hacer: ¿para quién escribo? Si uno no tiene presente a su interlocutor, comienza a alejarse cada vez más de él. El audio La utilización del audio como recurso educativo es muy esporádica en las aulas universitarias y en todo caso se intenta hacer algo con aquél a través de unas pocas emisoras. Sin embargo, el audio, con el uso de las grabadoras, podría convertirse en una herramienta preciosa para los jóvenes, sobre todo si les diéramos oportunidad de trabajar no sólo con el texto, sino también con el contexto. La recuperación de testimonios, el registro de voces capaces de enriquecer el espacio profesional, constituyen aportes innegables a cualquier labor educativa. Y el audio tiene su lenguaje, porque el oído se caracteriza por ritmos y por una determinada curva de la atención. Hacer mensajes en audio significa ponerse en el lugar del otro para pensar en su escucha y en sus posibilidades de sostenimiento del interés y de la percepción. Nos interesa destacar esos dos caminos: el audio como apéndice de lo escrito, como parte de un programa dedicado a llevar información y a conducir paso a paso al interlocutor; el audio en general, como un recurso en sí mismo, que si bien complementa lo escrito adquiere un mayor protagonismo y despliega más a fondo sus posibilidades expresivas y comunicativas. El uso del audio, como recurso para el aprendizaje, también requiere una adecuada mediación pedagógica. Hay todo un camino recorrido en nuestros países en

190


Módulo II. El aprendizaje en la Universidad

relación a formatos útiles para este medio, que tienen sus reglas de juego en función de las posibilidades de atención de los interlocutores. Nos interesa aquí destacar la entrevista y la crónica, como técnicas valiosas para la labor en el aula. La primera permite recuperar lo que otras personas opinan o testimonian sobre el tema en cuestión. Llevar al aula voces de especialistas o de personas vinculadas a un problema, es fundamental para enriquecer los caminos del aprendizaje. Y la entrevista requiere en primer lugar un conocimiento del tema por parte del entrevistador (en nuestro caso el alumno o incluso usted mismo como educador), un conocimiento de los antecedentes de la persona a entrevistar y un manejo de los tiempos y de los puntos a tocar. Para ello es necesaria la planificación previa, sobre la base de las preguntas a realizar, y una conversación con el entrevistado antes de encender la grabadora, para situarlo en los asuntos a tratar. La crónica "es la exposición, la narración de un acontecimiento, en el orden en que fue desarrollándose. Se caracteriza por trasmitir, además de información, las opiniones del cronista. Más que retratar la realidad, este género se emplea para recrear la atmósfera en que se produce determinado suceso" (Los géneros periodísticos, Leñero y Marín).55 Los autores reconocen la crónica informativa, que se limita a informar el orden de un suceso; crónica opinativa, que a la información añade la opinión del comunicador, y crónica interpretativa, que se ocupa también del porqué del suceso. Este recurso es de sumo valor, siempre y cuando se haya perdido un tanto la inhibición frente al micrófono. Registrar una visita a una fábrica, por ejemplo (o a un banco de documentación importante, o a un centro cultural) con comentarios del propios estudiantes, con entrevistas breves, con puntos de vista del docente que los acompaña, con los sonidos del lugar, permite traer al aula un material muy rico. Esto también requiere de planificación y de involucramiento en lo que se está viviendo en esos momentos para dar lugar a una buena crónica. El audio no es útil, y mucho menos en el aula, para largos programas. Su valor está ligado directamente al tiempo y a lo que puede significar para el oyente algo atractivo, capaz de sostener su atención.

55 Leñero, Vicente y Marín, Carlos. Manual de periodismo. Ed. Grijalbo. México. 1986. 191


Módulo II. El aprendizaje en la Universidad

Estamos en el terreno de la palabra oral, con todos los recursos cotidianos que empleamos para comunicarnos. Lo visual Entre los recursos visuales me detengo en las proyecciones de transparencias, que hoy se han vuelto una constante en muchos establecimientos. Hay quienes ya no pueden dar clases si no cuentan con un mágico retroproyector o con las proyecciones a través de la computadora. ¿Qué sentido tiene proyectar algo en la pantalla o en la pared? El de reafirmar lo dicho, el de resaltar algo a través de un diagrama o de una ilustración. Cuando la imagen reitera lo que el expositor dice, caemos a menudo en un exceso de texto escrito en letras tan pequeñas que nadie alcanza a percibir con claridad. Y a veces el medio termina por crear una distancia con el expositor e incluso entre la gente, sobre todo si se lo emplea una sesión completa, en un ambiente signado por la luz en la pantalla. Este instrumento, como cualquier otro, adquiere valor pedagógico si aporta buenas síntesis, si permite presentar una globalización de lo que se viene trabajando, si, en fin, se constituye en un elemento necesario para determinados momentos de la tarea y no en una suerte de muleta para sostener la exposición, que a menudo consiste en leer lo que se proyecta. También esas proyecciones están sujetas a la atención de los interlocutores. Cuando la sala queda a media luz todo el tiempo, la percepción se desplaza a la pantalla y deja fuera del foco al educador. De alguna forma se vive un proceso de despersonalización. No nos oponemos al empleo de ese recurso, pero es preciso tomar en cuenta los tiempos totales de la sesión y la oportunidad del uso. Una luz permanentemente encendida al frente del salón termina por fatigar a quienes están expuestos a ella. Por supuesto que lo visual va más allá de las transparencias. Tenemos, como posibilidad, los carteles, el periódico mural, las láminas. Materiales abiertos a la creatividad de los educadores y de los estudiantes.

192


Módulo II. El aprendizaje en la Universidad

Estamos ante recursos que pueden ser de suma utilidad para llevar, entre todos, la memoria del proceso. Al cabo de unos meses se llega a un conjunto riquísimo de materiales en los cuales están los conceptos y los momentos fundamentales. Lo visual constituye un camino muy rico en posibilidades educativas, sobre todo por la presencia de imágenes en el contexto y por la alternativa de producirlas. Verbalizamos en exceso el contacto con el contexto, cuando se lo puede trabajar a base de recursos gráficos. Supongamos un relevamiento fotográfico de un centro comercial; se generarán productos valiosos para carreras de comunicación, de economía, de publicidad, de sociología... Lo mismo vale para la tarea de registrar rostros y grupos en espacios públicos populares, como plazas y mercados.

Lo audiovisual Cuando nos referimos a lo audiovisual pensamos de inmediato en el video como recurso educativo. Bien, pero ¿cual? Los jóvenes tienen una gimnasia audiovisual terrible, acunada desde la infancia por el consumo televisivo. Y si algo ha cambiado en lenguajes en los últimos años es el de este medio. Pienso, como vimos, en la manera de trabajar los planos, en el vértigo del clip, en la proyección al infinito de lo que había abierto como campo de experimentación la historieta. Me refiero a la hipérbole, al juego de desmesuras en personajes, ambientes y situaciones, que caracteriza todo el dibujo de animación, por mencionar sólo un ejemplo. Pienso, desde el punto de vista del discurso, en la capacidad narrativa, en la articulación de planos, en la personalización, en el sistema mosaico de integración de fragmentos..., en fin, en un lenguaje riquísimo tanto para comunicar como para construir comunicación, en el sentido de utilizar cualquier tecnología no sólo para llevar algo a los estudiantes, sino también para permitirles expresarse a través de ellas. ¿Qué enfrentamos a esto? En general en las aulas aparece como propuesta el género documental, que en su versión universitaria suele venir cargado de informaciones, con pocos recursos de la televisión llamada comercial.

193


Módulo II. El aprendizaje en la Universidad

También en el caso del video se producen situaciones de despersonalización. Hemos trabajado este tema desde el discurso institucional. Entendemos esa expresión en el sentido de un tipo de comunicación más centrada en quien emite que en el tema o en el interlocutor. Así, por ejemplo, entran en esta categoría los audiovisuales de promoción de imagen de una empresa, caracterizados por la voz de un locutor profesional y las imágenes que pasan explicadas o resaltadas por ella. Ese mismo esquema suele repetirse en materiales con pretensión educativa: la voz que todo lo dice y lo sabe y las imágenes que van mostrando sus puntos de vista. Existen otras propuestas, donde el audiovisual, y en particular en video, alcanzan otra dimensión, ya que incluyen entrevistas, distintas percepciones, otras voces, que enriquecen el material y acercan más al interlocutor al tema. En pocas palabras, el discurso institucional clásico no suele ser mediado con una intención educativa, y deja de lado, por ello mismo, las posibilidades del medio. En la década del 70, Francisco Gutiérrez insistía (El lenguaje total, una pedagogía de la comunicación) en el valor pedagógico de un audiovisual producido, desde la idea hasta la edición de imágenes y sonidos, por los estudiantes. La propuesta sigue en pie, aunque en la universidad no es común su aceptación. Un buen audiovisual (de diapositivas y sonidos, pero incluso un video) requiere de la selección de un tema, su investigación, la búsqueda de personas que lo conozcan, la escritura de un guión, la toma de imágenes, la selección de las mismas, el trabajo sobre el sonido... Todo un ámbito de prácticas y experiencias que enriquece muchísimo el aprendizaje. Cuarenta años más tarde, esa labor que pedía Francisco se ve facilitada por el uso de dispositivos móviles, pensemos en todo lo que se puede hacer con un celular. En Colombia desde el Ministerio de Educación, se capacita a los docentes para impulsar producciones de sus alumnos mediamte el uso de celular. Tecnologías de la información y de la comunicación Se nos presenta hoy el desafío de las tecnologías de la información y de la comunicación para la educación universitaria. Pero, como señalamos, no podemos ir a esos sistemas con las manos vacías. Si no tenemos qué decir, si no tenemos

194


Módulo II. El aprendizaje en la Universidad

decires acumulados, producción intelectual, poco y nada podremos hacer con incorporarnos a este complejo mundo nuestro. Los viejos medios fueron nuestra casa. Pervivirán en este torrente, como lo hizo la escritura hasta el presente. No abandonemos nuestra casa, pero a la vez abrámonos a este frenético universo, apropiémonos de las posibilidades de la creación hipertextual, reconozcamos las formas de aprendizaje que se van gestando en la relación con la multimedialidad, comprendamos a fondo estas nuevas lógicas en las cuales van creciendo muchos niños y jóvenes. Sin enterrar nuestro pasado comunicacional, nos toca en estos tiempos tender los puentes desde él hacia nuevas formas de relacionarnos. Tender puentes significa mediar entre lo que hemos sido y lo que podremos llegar a ser en nuestra tarea cotidiana de comunicar. Las tecnologías de la información y de la comunicación interpelan con fuerza a la modalidad presencial. Gracias a ellas se desmorona el todopoder del educador, caen los textos alzados como palabra sin contradicciones, se abren alternativas para el aprendizaje colaborativo, para las comunidades de aprendizaje a una escala no soñada hace apenas dos décadas. Pero, no puedo soñar con el hipertexto sino tengo el texto, si no soy capaz de armar un discurso con fluidez y coherencia. En el mundo digital gana quien tiene la capacidad de producir y quien puede lograr una mayor reserva de materiales. Si, por ejemplo, una trasnacional mediática se compra los derechos de diez años del cine mudo, tiene allí un enorme reservorio de documentos para sumarlo a su oferta, para combinarlo con otros medios. ¿Cuál es nuestro reservorio universitario? ¿Cuál nuestro acervo? Vuelve aquí la importancia de la memoria. Necesitamos producir, pero a la vez (o precisamente por ello) registrar voces, rostros, experiencias, porque toda esa memoria cobrará sentido en el mundo digital. Si vamos con las manos vacías, ¿que podremos comunicar? Nicholás Negroponte, en su libro Ser digital56, reconoce a esta era posibilitada por las nuevas tecnologías, cuatro cualidades: la descentralización, la globalización, la armonización y la motivación. Tiene el autor, a pesar de que menciona los cambios 58 Negroponte, Nicholas. Ser digital, Buenos Aires, Atlántida, 1994. 195


Módulo II. El aprendizaje en la Universidad

propios del desempleo y de la eliminación de puestos de trabajo, una visión optimista del futuro, ya que confía en que estos nuevos ambientes impulsarán a la humanidad a formas de cooperación y de interacción no soñadas hasta el presente. Por su parte, Marabotto y Grau se refiere en su obra Multimedios y educación 57 a los entornos interactivos multimediales que "pueden concebirse como ambientes de representación del conocimiento extremadamente flexibles, análogos en muchas formas a la asociatividad de la mente humana". Esos recursos ofrecen: Información no secuencial. Integración de la información. Enlaces asociativos. Caminos. Interactividad. Dinamismo en el abordaje de la información. Integración de medios. Si combinamos esas posibilidades con las cualidades mencionadas por Negroponte, se nos abre un mundo de alternativas para la educación que todavía no estamos aprovechando en nuestras propuestas desde las instituciones de enseñanza formal y desde las organizaciones no gubernamentales. El mundo digital, en el que estamos inmersos en la actualidad asomó con los riesgos que saltan a la vista en nuestros países: concentración de poder en grandes empresas multimedia, acrecentamiento sin límites de las corrientes del mercado financiero, caídas de bolsas a causa de especulaciones que terminan en la desocupación de miles de seres, generaciones inimaginadas de armas inteligentes... A la vez esas innovaciones trajeron una serie de oportunidades para la educación, sobre todo por las posibilidades de la interactividad. El hecho, por ejemplo, de ir más allá de los tradicionales textos para pasar a los juegos de construcción del hipertexto, o de los tradicionales medios a los espacios de la multimedialidad, significa una revolución en las tecnologías, y en los posibles aprendizajes que pueden desencadenarse, como nunca la hemos vivido.

59 Marabotto, Irma. Grau, Jorge.“Hacia la informatización del aprendizaje. Estrategias y horizontes. Buenos Aires, FUNDEC. 1991. 196


Módulo II. El aprendizaje en la Universidad

Pero para todo esto hace falta la mediación pedagógica para promover y acompañar el aprendizaje. Porque lo que nos sucede con las tecnologías corre el riesgo de acercarse a la manera de encarar los medios audiovisuales en la década del 60. Me refiero a un uso empobrecido, a una colonización del instrumento por viejos discursos pedagógicos empecinados en la transmisión, a un desconocimiento por parte del educador y de la institución de las posibilidades del medio. Retomemos aquello de mediar con toda la cultura. Cualquier creación del ser humano puede ser utilizada como recurso de mediación. Lo digo de otra manera: es posible mediar con toda la cultura del ser humano, con todo el pasado, con los textos que intentan narrarnos el futuro, con la biografía personal y la vida de otros seres, con las fantasías y los hechos cotidianos, con la poesía y las fórmulas químicas, con las creencias y los hallazgos científicos... Los viejos ideales de la cultura como totalidad, de un entrecruzamiento entre las distintas disciplinas, se concretan en la labor pedagógica, a través de un esfuerzo de mediar que signifique la promoción y el acompañamiento del aprendizaje con todos los productos de la imaginación y de la creatividad humanas. Tengo a mi disposición, como educador, el universo de la cultura. Puedo navegar en cualquier dirección y apropiarme de lo dicho por un hombre en un pueblito de Grecia hace más de 2000 años, apuntar la proa de la nave hacia las estrellas, hacia lo infinitamente grande y distante, traer a la mesa un fragmento de una poesía escrita en el vértigo del amor y de la muerte por Federico García Lorca, recuperar la palabra de mi hija o la de un vecino, irrumpir en el curso de los viajes por el mundo de ese loco de Marco Polo, detenerme en una crónica policial de las que dejan la pantalla llena de sangre, tomar un trozo de primavera y jugar con texturas, trinos y aromas. La mediación construye puentes para el aprendizaje desde todos los horizontes de vida y de creación del ser humano. Ámbitos de mediación

197


Módulo II. El aprendizaje en la Universidad

Para nuestra tarea de mediar, como institución y como educadores, tenemos como nunca cultura a nuestra disposición, la que nos llega a través de las redes de alcance planetario. Sabemos que también circulan por ellas lo peor que puede producir el ser humano, pero eso no invalida la enorme proporción de información, de comunicación de experiencias, a la que podemos acceder. Como educadores contamos con un

universo abierto para enriquecer nuestras

propuestas de información, para acercar experiencias al aula, para traer voces distantes y distintas. Ya no podemos atenernos sólo a los textos para promover y acompañar el aprendizaje. Primer ámbito de mediación, entonces: el de la búsqueda y selección en el océano de las redes para aportar a nuestra tarea. En algunos establecimientos educativos las búsquedas por parte de los estudiantes para completar el aprendizaje son ya una realidad. como también lo es la investigación para alimentar, por ejemplo, la programación de una emisora de radio. Pero todo esto no se improvisa, requiere de una orientación y de un ordenamiento a fin de evitar la ilusión de aprendizaje y la fragmentación. Segundo ámbito de mediación: la capacitación de los estudiantes para esas búsquedas e investigaciones, El aprendizaje a la par de ellos en muchos casos, pero sobre todo el acompañamiento para enriquecerse con el mundo digital. En esos dos puntos el acento está puesto en obtener información de la red, en convertirse un usuario-consumidor de información. Lo cual tiene sentido, pero no agota de ninguna manera las posibilidades de este universo. No se trata solo de extraer información, sino también, y fundamentalmente, de aportarla. Primero como institución y como educador. Me refiero a la tarea de ser alguien en la red, de convertirse en un referente de determinados temas, por humildes que sean. Entra aquí el concepto de valor agregado. Retomo un texto escrito en 1998 ("Continuidad de la palabra en tiempos de la cultura mediática"). "El mundo digital tiene la virtud de permitirnos el acceso inmediato y la comunicación instantánea con seres situados en cualquier punto del planeta. Pero para ser alguien en él, no basta con moverse en el plano de las

198


Módulo II. El aprendizaje en la Universidad

posibilidades más elementales del correo electrónico. Desde hace más de diez años se viene trabajando en el terreno de la comunicación ligada a la informatización, el concepto de valor agregado a la información (no olvidemos un antecedente valioso de todo esto, la obra Crítica de la economía política del signo, de Baudrillard). Supongamos que quiero incluir una producción personal o institucional en la red. Puedo hacerlo presentando solo el texto, o bien agregarle una amplia referencia de fuentes, o bien esquemas y gráficos, o bien imágenes, o bien sonido, o bien imágenes en movimiento, o bien imágenes y sonidos... Cada paso va añadiendo valor a lo que se comunica. La gran apuesta del siglo XXI será agregar valor a lo que se proyectará a través de la red. Necesitamos agregar más valor a lo que comunicamos, tanto por la belleza y la fuerza de la expresión como por nuestra capacidad de sacar el mayor provecho comunicacional a cada formato, a cada tecnología que utilicemos. Pero el mayor valor que podemos agregar es el pedagógico. Y para ello necesitamos, hoy más que nunca, mediar con toda la cultura. Agregar valor pedagógico significa producir materiales ricos en texto y contexto, en sugerencias de aprendizaje, en personalización, en comunicación de experiencias, en posibilidades de reconocimiento de la propia situación, en aproximaciones al contexto inmediato y al más general, en recuperación de la memoria, en esperanza, en construcción de futuro, en diálogo, en encuentro, en alegría y fuerza expresiva.” Esto nos permite reconocer cuestiones que ya son una realidad en el mundo de la competencia en Internet. Tercer ámbito de mediación: el del valor agregado a la información que incorporamos a la red, valor pedagógico fundamentalmente, porque somos educadores. Una institución y un educador que crean obra, que pueden mostrar lo propio y colaborar en este movimiento cultural a escala planetaria. Y a la vez nuestros estudiantes tienen la alternativa de incorporar su palabra a la red. Ello constituye un paso fundamental. Y no nos referimos sólo a lo que se hace a través de redes de conversaciones, sino a una palabra producto del aprendizaje, a lo que van gestando en sus procesos a lo largo de cursos y talleres. Crear obra es

199


Módulo II. El aprendizaje en la Universidad

valiosísimo para un alumno, sea en el ámbito de la formación formal o no formal. Crear obra a partir de una orientación, como resultado de lo vivido e interactuado en las relaciones de enseñanza aprendizaje. Cuarto ámbito de mediación: el del valor agregado por los estudiantes a sus productos de aprendizaje, valor en creatividad, en comunicabilidad. Y para concretar todas esas formas de aportar lo propio, se nos abren los caminos tradicionales y los nuevos. Puedo quedarme en el terreno de la palabra escrita y difundir mis propuestas de esa manera. Nadie me lo impide, buena parte de lo comunicado a través de Internet se sostiene en la escritura. Pero puedo ir más allá y producir un video o un material en audio y digitalizarlo para que se incorpore a la red. O lanzarme a las construcciones hipertextuales y mediar mi texto desde otros, con vínculos que permitan abrirse en distintas direcciones para enriquecer la propuesta. O bien construir un material en multimedios "... combinación de texto, gráficos o animaciones generados en computadora, sonido y captura de imágenes en video, que permite crear ambientes de aprendizaje donde los alumnos pueden moverse de un concepto a otro de un medio a otro a su propio ritmo y siguiendo sus propios intereses" (Marabotto y Grau). Quinto ámbito de mediación: el del valor agregado a través de las construcciones hipertextuales y multimediales. La mediación pedagógica no es del todo común en los espacios educativos. Como de tecnologías hablamos, recordemos las dificultades todavía existentes en mediar a través de las tecnologías más usuales: la palabra oral y escrita. El divorcio de la educación con recursos tecnológicos como el audio, la imagen y el video sigue presente. Hemos vivido en algunos países la incorporación de televisores y videograbadadoras a las aulas sin una capacitación ni una reflexión para su uso. Si hay problemas en la mediación cotidiana y en el uso de esos viejos recursos, los mismos no desaparecerán como por encanto al incorporar el mundo digital. Por eso estamos ante una triple tarea: aprender mediación pedagógica, aprender tecnologías y aprender a mediar a través de las tecnologías. Si jugamos esto hasta las últimas consecuencias, corresponde incluir desde las tecnologías de la palabra oral y escrita hasta los multimedios.

200


Módulo II. El aprendizaje en la Universidad

Tareas, por supuesto, que no pocos establecimientos y organizaciones educativos han encarado. No pretendemos generalizar nada, sólo señalar un espacio en el cual queda todavía mucho por hacer. Hipertexto e hipermedia Jesús Salinas Ibáñez58 caracteriza esos conceptos de la siguiente manera: “Hipertexto puede definirse como la tecnología software para organizar y almacenar información en base a conocimientos cuyo acceso y generación es no secuencial tanto para autores como para usuarios. [...] Cuando las conexiones llevan a gráficos, cuadros, secuencias de video o música, el proceso se transforma en hipermedia. Por tanto, el término hipermedia viene a definir sencillamente las aplicaciones hipertexto que incluyen gráficos, audio y video. Al igual que ocurre con hipertexto, lo fundamental de hipermedia es que ofrece una red de conocimiento interconectado por donde el estudiante puede moverse por rutas o itinerarios no secuenciales a través del espacio de información conceptual, y de este modo –esto es lo que se pretende, al menos- aprender ‘incidentalmente’ mientras lo explora, en oposición a ser dirigido

por

una

serie

de

órdenes

de

tareas.

[...]

Aprender

por

descubrimiento y por experiencia personal es distinto a ser un recipiente para el conocimiento transmitido y para la experiencia del profesor: ojear e intuir es distinto a ser limitado por la tarea señalada, y en esa diferencia reside el potencial y, también, el peligro de hipermedia.” Los

recursos

hipermedia

(o

multimedia)

están

a

las

puertas

de

muchas

universidades y en algunas asoman todavía de manera más que tímida. Se plantea hoy que en la medida en que alguien puede navegar por el océano de esos recursos, progresa en su capacidad de aprender. Todo apunta a un alumno responsable de su propio aprendizaje, capaz de construir conocimientos y de comunicarse efectivamente. Como señala Rosa Elba Elizondo, de Monterrey, México, uno de los problemas importantes es el de la capacidad de articular el propio pensamiento y de poder

60 “Hipertexto e hipermedia en la enseñanza universitaria”, Universidad de Islas Baleares, 1999, 201


Módulo II. El aprendizaje en la Universidad

expresarlo. Para ello los sistemas hipermedia pueden ser de utilidad. Entonces, lo que se busca es un aprendizaje autodirigido y a ritmo individualizado. El recurso tiene aplicaciones en educación: sistemas de referencia, sistemas de apoyo

a

la

enseñanza,

sistemas

de

apoyo

al

aprendizaje

(elementos

de

presentación, elementos lógicos, reactivos para volver sobre determinado tema, focalización en un área específica o bien en cuestiones generales). En un sistema interactivo como éste, no se puede mantener el desarrollo lineal de la educación tradicional, ya que es posible navegar en distintas direcciones. Y, en fin, los ambientes de aprendizaje, con las posibilidades de generación de conocimientos por parte del estudiante. Cuanto más involucrado se está en el proceso de manipular la información, más se estimula la avidez por aprender. Pero todo esto requiere de la planificación de la institución y del conocimiento y la capacitación del educador en semejantes sistemas. Las redes Por último, en este breve recorrido, el acceso a redes como un espacio emergente que significa una ruptura con modelos unidireccionales de traspaso de información. ¿Qué valor tiene la palabra del educador frente a un grupo de jóvenes que puede acceder a redes sociales? Hay quienes dicen: ninguno. La multiplicación de puntos de referencia, de acceso a fuentes, rompe con el viejo esquema del aula y nos lleva a aquella propuesta de McLuhan para los viejos medios: el aula sin muros. Pero aún en ese espacio, el papel de la planificación, la búsqueda ordenada de información, la priorización de ciertos datos por encima de otros, el saber qué hacer con la información, requieren un esfuerzo de mediación por parte de la institución y de los educadores preocupados por la promoción y el acompañamiento del aprendizaje. Si antes enseñábamos a trabajar en la biblioteca, ahora nos toca hacerlo en esta inmensa explosión de fuentes a las que asistimos hoy. Y nos corresponde capacitar tanto a los estudiantes como a los docentes.

Los entornos de aprendizaje En los últimos años, con la irrupción de las tecnologías de la información y de la comunicación, se comenzó a hablar con insistencia de los ambientes o entornos de

202


Módulo II. El aprendizaje en la Universidad

aprendizaje. A partir de las posibilidades, y potencialidades, de tales tecnologías, un estudiante puede avanzar en su trabajo contando con recursos infinitos ofrecidos por la red de redes. Estaríamos en un espacio donde todo ser humano se lanzaría a aprender, en un ambiente digital que permitiría esa tarea. Esto no es tan así. No asistimos a verdaderas manifestaciones ante los locutorios donde se puede acceder a Internet, protagonizadas por personas desesperadas por aprender. Por el contrario, los usos más comunes no se centran precisamente en esa tarea, lo cual no significa descalificar nada (como por ejemplo el anhelo de comunicación con familiares y amigos distantes). La red de redes ofrece un ambiente de aprendizaje potencial, tan abierto como complejo, tan rico como ilusorio si no se lo trabaja de manera adecuada. Necesitamos precisar mejor el concepto. Dice Ramón Ferreiro Gravié en “Hacia nuevos ambientes de aprendizaje”, acerca del alcance de esa expresión: “consiste en la creación de una situación educativa centrada en el alumno que fomenta su autoaprendizaje y el desarrollo de su pensamiento crítico y creativo mediante el trabajo en equipo cooperativo y el empleo de tecnología de punta e incluso de “no de punta”. Por lo tanto, un ambiente se corresponde con un verdadero ambiente educativo en el cual todo está preparado, organizado, planificado para impulsar la enseñanza y el aprendizaje. Y esto incluye, como lo señala más adelante el autor, los factores socioafectivos, que tienen un gran valor en la creación y el sostenimiento del ambiente. Sin duda esos ambientes se corresponden con lo que expresamos con respecto al seminario y el laboratorio, y tienen que ver con esos espacios en los cuales se vive una interacción plena de encuentro, de búsquedas intelectuales, de compañerismo, de relaciones que van más allá de la transmisión de información. ¿Hacen falta todos los recursos del mundo para crear un ambiente de aprendizaje? ¿Hacen falta sólo las tecnologías de la información y de la comunicación? Absolutamente no. Un ambiente puede ser creado con la simple presencia de

203


Módulo II. El aprendizaje en la Universidad

quienes están embarcados en la tarea de enseñar y de aprender, puede ser creado con el pizarrón y la tiza, puede construirse entre seres carentes de los más mínimos recursos. Porque en primer lugar un ambiente es humano, y después todo lo demás. No pretendemos excluir nada con lo dicho en el párrafo anterior. En tiempos como los actuales es muy difícil hacer ciencia sin el apoyo de las tecnologías, como lo demuestran una y otra vez los hallazgos en el cambo de la biología, de la medicina, de la astronomía, de la matemática, por dar sólo algunos ejemplos. Pero los entornos dependen siempre de los seres humanos que los hacen posibles. La ampliación del entorno de aprendizaje Volvamos a ese tema para cerrar la Unidad con estas reflexiones sobre las tecnologías digitales. En el aula tradicional el entorno está muy claro: los bancos, el escritorio, el pizarrón, los muros, el docente… No descalificamos esos espacios, pero las posibilidades de aprender quedan restringidas en muchos casos a lo que dice el educador y, si se da esa libertad, a la interacción entre los estudiantes. En entorno comienza a abrirse cuando se toma como recurso de aprendizaje la institución. En ese caso es posible combinar trabajos con otras asignaturas, jugar esos ideales de la interdisciplina… Otro paso corresponde a la incorporación

del

contexto como entorno de

aprendizaje, con todo lo que el mismo significa en cuanto a seres y situaciones. Pues bien, las tecnologías digitales vinieron a ampliar al infinito el entorno de aprendizaje. Veamos lo que expresa Peter van de Pol, sobre la base del concepto de e-Learning: “e-Learning es la ampliación del entorno de aprendizaje más allá de sus tradicionales límites físicos, geográficos y temporales, a través del uso de tecnologías digitales en red.”59

59

Prieto Castillo, Daniel; van de Pol, Peter. E-learning, comunicación y educación en América Latina. El diálogo continúa en el ciberespacio, Bogotá, RNTC, 2006. 204


Módulo II. El aprendizaje en la Universidad

Ampliación al infinito, más allá de todos los muros y de todos los espacios institucionales. En los hechos, el entorno ha saltado en pedazos. Pero hay un ámbito donde todavía se sostiene. Dice al respecto Peter: “En cierto modo, los límites físicos, geográficos y temporales de los entornos educativos tradicionales también constituyen límites mentales dentro de nuestras propias cabezas. ¿Y quién podría culparnos por eso? La mayoría de nosotros hemos vivido la educación y la capacitación en aulas y salones. Todos recordamos las largas horas de clase durante la primaria y la secundaria, y el flujo y reflujo del año académico. Recordamos las largas vacaciones de verano, los nervios previos a las fechas de examen, y tal vez también los castigos o llamados de atención por haber llegado tarde a clases… Pasamos los mejores momentos de nuestra infancia y adolescencia en la escuela, y esas memorias todavía persisten en nosotros.” En eso estamos en nuestras universidades: en un juego entre lo que como educadores hemos vivido dentro de la educación formal y el derrumbe de los límites de los entornos virtuales de aprendizaje. Ninguna tecnología despierta de manera mágica las ansias de aprender (aunque es cierto que la computadora aparece como un recurso muy motivador), ni tampoco deja fuera el papel de la institución y del educador. En los materiales interactivos, si bien se está trabajando solo frente a la pantalla, en la elaboración de determinado programa han participado seres que tienen muy claro lo pedagógico. El educador no desaparece, se traslada en estos casos de escenario. Por ello, la mediación pedagógica alcanza a la tarea directa del educador y a los materiales que, mediados,

resultan

útiles para

promover y acompañar

el

aprendizaje. Y alcanza, fundamentalmente, a las prácticas de los estudiantes, que consisten en apropiarse de lo que les llega mediado y a la vez en hacer sus propias mediaciones, a través de la expresión de sus progresos por diferentes tecnologías de comunicación. Nuestros conceptos base se abren hacia caminos apenas imaginados hace pocos años. La mediación pedagógica tiene también sentido en los entornos ampliados de aprendizaje.

205


Módulo II. El aprendizaje en la Universidad

En torno a la complejidad y a los contextos Si algo hemos aprendido en los últimos sesenta años de las relaciones entre la comunicación y la educación es que ambas son de una complejidad sin márgenes. En la década del 50 del siglo pasado se vivía con una noción muy simple de tales relaciones y de cada una de las instancias que las componen. En el campo de la comunicación campeaba el esquema elemental emisor-mensaje-receptor que se sostuvo con fuerza en interpretaciones y en prácticas y que todavía no terminan de pasar. En la educación teníamos las oleadas del viejo conductismo y de la tecnología educativa, con propuestas dirigidas a resolver a través de impactos a la sensibilidad cualquier tipo de aprendizaje. Hubo voces que nos alertaban sobre la necesidad de superar esos enfoques casi elementales. Una de ellas fue la de Alejo Carpentier, escritor cubano de maravillosa prosa, quien en un libro publicado en 1964, Tientos y diferencias, se refería a la variedad de contextos latinoamericanos: Contextos raciales. el mestizaje marca todos los procesos sociales, culturales, políticos. Contextos ctónicos: conjunto de creencias animistas, mágicas, religiosas, procesos de transculturación. Contextos económicos Contextos políticos. Contextos ideológicos. Contextos de distancia y proporción. Contextos de desajuste cronológico: presencia de comunidades que viven en un completo desajuste histórico entre sí… Hemos escrito en este libro “el primer texto de un ser humano es su contexto”. Cuando

en

términos

educativos

pasamos

del

texto

al

contexto

y

en

comunicacionales del mensaje al contexto, se abre un universo de complejidad imposible de abarcar con algunas pocas herramientas teóricas o metodológicas.

206


Módulo II. El aprendizaje en la Universidad

Por supuesto que la complejidad, jugada en todas sus consecuencias, puede llevar a asustar; la vida individual y social no se construye fácilmente enfrentando día a día la conciencia de aquélla, necesitamos crear nichos menos perturbadores para sostener

la

existencia

cotidiana.

Pero

no

podemos

reducir

esos

océanos

inabarcables a simples fórmulas destinadas a interpretarlo y resolverlo todo, y mucho menos cuando, como todos quienes compartimos el

Posgrado, de

educadores se trata. Aclaro la dirección de estas reflexiones. Queremos finalizar el Módulo 2 con una invitación a asomarnos al universo de la complejidad abierto por las tecnologías digitales a escala planetaria en relación con lo que significan las transformaciones de los contextos contemporáneos. No sólo nos toca reconocer el llamado “paradigma de la complejidad”, en la linea en que lo plantean distintos autores, como por ejemplo Edgar Morin en su obra Los siete saberes para la educación del futuro. Lo que está en juego en nuestras vidas es que ya no estamos ante un paradigma en torno al cual teorizar, sino en medio de una realidad conformada de manera radical (es decir de raíz) por la complejidad. Una tarea que nos toca como educadoras y educadores es hacer esfuerzos para tomar conciencia de ella, sobre todo a partir de lo que ha significado el huracán tecnológico que sacude el planeta desde hace más de 30 años. La tarea no es sencilla, hay que asomarse a una información que abarca mucho más de lo que solemos proponer en las aulas con respecto a lo virtual para abrir la mirada a un mundo ya real y cada vez más complejo en el cual se entremezclan saberes provenientes de distintos ámbitos del quehacer humano. Cerraremos este libro con un texto de nuestro amigo colombiano Carlos Eduardo Cortés “Gestión del conocimiento, alfabetización y aprendizaje en tiempos de San Precario”. Me detengo en la estructura del escrito y en algunas consideraciones centrales: -El reto de la “metaforicidad”. -El reto informacional. -El reto de la re-mediación. -El reto del aprendizaje ensanchado.

207


Módulo II. El aprendizaje en la Universidad

La expresión “reto” para el inicio de cada apartado no es nada casual. En la definición se habla de “objetivo difícil de conseguir en el que se pone mucho esfuerzo”. El reto también significa provocar a alguien a cumplir algo… Estamos frente a un reto individual y planetario, porque está en juego en nuestro tiempo la humanidad toda. Me detengo en los cuatro puntos planteados por Carlos. Hasta muy entrado el siglo pasado, y de manera sostenida a lo largo de cinco siglos, la metáfora que sostuvo las concepciones y las prácticas de Occidente estuvo sostenida por el libro como hogar del sentido de las sociedades en sus ideales de democracia. Todos quienes nacimos hasta muy entrado el siglo XX somos hijos del libro en el sentiod de los ideales que se pregonaron en torno a él, desde la libertad de expresión hasta lo que debíamos enseñar en los establecimientos escolares. Esa metáfora, esa manera de expresar y de legitimar nuestras sociedades, va quedando en el pasado. La metáfora

fundacional de nuestro tiempo, de manera profunda en lo que va del

siglo XXI, ya no es libro sino la interfaz digital. Las consecuencias de esto son inmensas en todos los planos de la vida social y, de manera radical, en la educación en todos sus niveles. No olvidemos, para ilustrar esto, las constantes quejas en torno a niños y jóvenes que vienen a las aulas acunados por las tecnologías, presos de ellas, sujetos a sus reglas de juego que tan poco tienen que ver con las viejas páginas que pueblan bibliotecas de todo el mundo. El reto informacional es vivido por cada uno de nosotros, los seres humanos que poblamos este planeta cuya existencia escapa a todas las lógicas, de modo cotidiano, para bien y para mal. Para bien por lo que ha significado el encuentro con las tecnologías digitales en lo que a facilitación de la vida se refiere. Pensemos en las posibilidades de comunicación abiertas por las computadoras, en la posibilidad de pasar del mundo lector al mundo productor de mensajes, en el acortamiento de las distancias para seres que antes vivían pendientes de las líneas telefónicas o del correo, en el acceso infinito a manifestaciones culturales de la humanidad… Para mal por lo que ha significado el entrecruzamiento de lo digital con las industrias de la guerra y de la muerte, la precarización del trabajo, el crecimiento exponencial de las redes de poder, la concentración de la riqueza en dimensiones ni siquiera soñadas en otros períodos históricos. Debo insistir: no hablamos de algo que le sucede a otros en algún lugar del planeta, se trata de todas las existencias humanas peregrinas en este misterio que llamamos Tierra lanzado a rodar por el espacio. No es cuestión sólo de una brecha digital, aún quienes no tienen acceso a lo virtual están sujetos a sus influencias producto de las manos (individuales, grupales, corporativas…) que lo dirigen. No es cuestión de 208


Módulo II. El aprendizaje en la Universidad

detenernos en la reflexión sobre si en un sistema educativo han entrado las computadoras, se trata de hacer el esfuerzo de comprender que la educación en su totalidad está sujeta a esta vendaval tecnológico, como lo está la humanidad toda. El reto de la re-mediación introduce una línea de reflexión que viene a profundizar en la base de todo nuestro posgrado, me refiero a la mediación pedagógica. La virtualidad abre alternativas a la re-mediación. Carlos nos recuerda la propuesta original: “re-mediar en el doble sentido de mejorar y mediar de nuevo” todo el sistema tradicional de mediatización de la sociedad. Esa re-mediación todo lo alcanza, como verán en el escrito siguiente, por ejemplo lo que supone la reorganización de la esfera pública a escala local, nacional e internacional, con lo que significa, entre muchos otros modos nuevos de relacionarse, la formación de comunidades de aprendizaje que ya no dependen de límites geográficos o temporales. Podemos decir, con respecto a esta temática llevada al campo de la educación que nos corresponde el esfuerzo de re-mediación en tanto educadoras y educadores. No podemos quedar a merced de un contexto que re-media nuestras prácticas y nuestras vidas. La re-mediación es institucional y es personal. De la primera esperamos una transformación profunda en dirección a una organización de aprendizaje. La segunda nos cabe a nosotros, a cada una y cada uno, mediante una revisión de nuestra práctica y nuestros modos de promover y acompañar el aprendizaje. Es en este sentido que necesitamos apropiarnos de las posibilidades de la virtualidad, ello no se reduce sólo a tener o no tener computadoras en las aulas. En fin, el reto del aprendizaje ensanchado. Las aulas, tal como las conocemos, tienen poco más de dos siglos en la historia de la humanidad. Estamos ante un espacio que permitió expandir la educación en tiempos en que asomaron a la sociedad

grandes

masas

de

seres

humanos

producto

de

las

inmensas

transformaciones que se dieron en los modos de producir, consumir y habitar. Esto, lo sabemos, no fue general en todo el planeta. Por ejemplo: mientras entre nosotros se generalizaban el modelo sarmientino y la presencia de escuelas en casi todos los rincones del país, había lugares de América Latina donde se carecía casi por completo de esos espacios dirigidos al aprendizaje de los niños. Pero, también lo

sabemos,

la

relación

democracia

escuela

se

fue

profundizando

con

la

consiguiente generalización de establecimientos de ese tipo en casi toda la región. Pues bien, volvemos otra vez a la metáfora del libro, la escuela es hija directa de ella. Y lo que vivimos en nuestro tiempo es una explosión sin limites de la educación por fuera de las aulas, si bien aún están de pie, sus muros han estallado 209


Módulo II. El aprendizaje en la Universidad

debido a la irrupción de las tecnologías digitales, lo no formal cubre el planeta todo con redes de comunicación y con la posibilidad de aprender de los demás pero también de enseñarles. Apenas si estamos viendo la cresta de la ola, las transformaciones se sucederán sin tregua en los próximos años. Les anticipo el final de los argumentos de Carlos: “…lo que está en juego es el sentido de nuestra propia vocación docente en el presente”. Estas páginas introductorias a su material se han orientado en esa dirección. No hablé, para nada, de lo que le acontece hoy a seres lejanos, me referí en todo momento a nosotros y a nuestros estudiantes.

210


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.