13 / Septiembre 14 de 2012
Informe Especial
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de bogotá
Lugar para los refugiados traídos de contrabando
Un animal silvestre no luce en la ciudad En el Centro de Fauna y Flora Silvestre se encargan de rehabilitar y devolver a sus lugares de origen a los animales que son traficados por el hombre.
Nathalia Monroy Veloza
redaccion@elperiodico.com.co
En el occidente de Bogotá, existe un lugar al que llegan los animales que han sido traídos de contrabando a la ciudad. Es el Centro de Fauna y Flora Silvestre donde se encargan de realizarles tratamiento a los más enfermos para poder devolverlos a su lugar de origen, en el mejor de los casos. “Este lugar funciona desde 1996 y
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Simulamos los ecosistemas originales para lograr adaptación al medio”, Cárdenas.
cumple la función de recuperar toda la fauna silvestre que es traficada a lo largo y ancho de Colombia; es apoyada por las oficinas que quedan en los terminales, de Salitre y Sur, y en el Aeropuerto; también nos acompaña la Policía Ecológica y profesionales que son capacitados en este tema”, comenta Yudi Cárdenas, bióloga del lugar. Allí, 18 funcionarios entre profesionales, técnicos y cuidadores, se dedican a atender las especies en tres espacios, dependiendo de la especie y sus características. Allí se alojan cerca de 1.200 ejemplares actualmente, y cada mes se decomisan en promedio 300 0 400, dependiendo de las temporadas. Animales silvestres son aquellos que nacen, crecen, se reproducen y mueren en un ambiente natural y dependen de este medio para subsistir y no han tenido contacto con el hombre. Ellos habitan en la selva, bosques, ríos y humedales, entre otros.
Proceso de rehabilitación
Muchas familias traen de la selva micos para convertirlos en mascotas.
Apetecidos en vacaciones
Esta Guacamaya no vuela debido al encierro.
Tipos de especies En Engativá, donde queda el centro, tienen aves como loras, guacamayas, tucanes, tinguas; reptiles, como tortugas, culebras, iguanas, babillas; invertebrados, entre arañas, caracoles; anfibios, como ranas y sapos; y mamíferos, hoy hay dos tigrillos, y varios micos.
Difícil de creer, pero en las temporadas de vacaciones es cuando más se incrementa el tráfico ilegal de estos seres, pues las personas tienen debilidad por traer animales silvestres a la selva de la ciudad, creyendo que se adaptan fácilmente y que no se altera el ecosistema. Fin de año, Semana Santa y mitad de año, son las épocas predilectas en las que las personas llegan con presentes a sus familiares, sorprendiéndolos con tortugas, micos, loras, caracoles, etc. “Cuando las diferentes especies llegan a alguna de las terminales, la Policía Ecológica se encarga de decomisarlos; los enjaulan y los traen al centro de fauna, para comenzar con el proceso de cuarentena”, afirma Cárdenas.
Las aves, por su plumaje y canto, son presa fácil de los humanos.
Apenas son ingresados allí, se evalúan y así se determina qué tipo de lesiones tienen, para darles el tratamiento más adecuado. “Acá simulamos los ecosistemas lo más parecido posible; con temperaturas por encima de los 35 grados centígrados. Por ejemplo, para las tortugas tenemos piscinas, para el tigrillo una selva tropical, las aves también tienen su espacio, y así con todos”, apunta la bióloga En el centro se revisa el animal, si es un mamífero se le coloca un chip y si es un ave un aro en una pata, esto para poder identificarlos y diferenciar unos de otros, porque es importante saber específicamente de qué lugar vienen, para así mismo acomodar un ecosistema. Cárdenas también dice que la idea es que el animal se rehabilite y “cuando veamos que se puede desempeñar en vida silvestre lo liberamos en el lugar a donde pertenece. Expedimos unos permisos y esto se hace en coordinación con las corporaciones de animales de las diferentes ciudades”. Casos extremos
Este tigrillo no volverá a la selva, ahora irá a un zoológico a que lo cuiden.
En experiencias como las de las loras, que llegan a la rehabilitación hablando, es complicado que vuelvan a su medio ambiente, pues “es más fácil que el resto empiece a decir ‘quiere cacao’, que ella se adapte su lenguaje natural”.
Igualmente pasa con un ave que tenga el plumaje cortado, porque puede demorar casi un año para que le vuelvan a salir las plumas y no se pronostica que vuele. También hay un tigrillo que parece un gato, porque juega con las personas, recibe comida de la boca y tiene poco instinto de caza. El ya no volverá a la selva La bióloga puntualiza que “si el animal cumple la cuarentena, se le evalúa y resulta que es potencialmente viable que vuelva a su hábitat natural, arran- Si una lora dice camos a hacerle terapia ‘quiere cacao’ va animales de externa con baños de sol, a ser presa fácil todas partes del hacerle enriquecimiento, del depredador”, país, llegan de es decir darle una mazor- Yudi Cárdenas, contrabando a ca entera y que él la abra bióloga. y se la coma”. la ciudad cada “Acá hay animales mes. que están lisiados de por vida, que están ciegos, o tienen artritis, y pues es mejor que los tengamos acá o que vayan a zoológicos, pero no a la vida silvestre, para que no sean presa fácil de otros depredadores o del mismo hombre”, Estadísticas de contrabando explica Cárdenas. Según las estadísticas de animales silvestres que Con las aves han ingresado al Centro de Fauna entre 2008 y se estimula el sentido de caza 2011 (13.243 individuos), la Secretaría de Amy defensa, soltándoles una boa biente revela el “top 10” de las especies más trapara que identifiquen que ellas ficadas en Bogotá, las cuales son decomisadas en son presa clave y se defiendan. las terminales de transporte terrestre y aérea. Si son rapaces se les dejan ratoEl listado lo componen especies del Magdalena nes de los que se crían en el lugar, Medio Colombiano, la Costa Atlántica y los Llapara que lo vean, identifiquen y nos Orientales. consuman. También se les hacen ejercicios de vuelo.
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400
Top 10 de los animales más traficados que llegan a Bogotá 1 y 2: Pericos y tortugas hicotea
El primer lugar es para el perico bronceado, una pequeña ave con plumaje verde y algunas manchas rojas que habita en las regiones Caribe, Andina y Pacífica, en selvas secas y bosques húmedos, y que se alimenta de flores y frutas. En promedio, al año son decomisados 400
FOTOs: mauricio leon
3 y 4: Lora y tortuga morrocoy
Las tortugas deben vivir en un ambiente similar al de su origen.
5 y 6: Aves pequeñas
de estos pericos en Bogotá, especie que se distribuye desde el sur de México hasta Venezuela. La tortuga hicotea del Caribe, apetecida por los traficantes en Semana Santa para comercializar su carne y huevos, ocupa el segundo puesto en la lista de la SDA. Esta tortuga de agua dulce con marchas naranjas es endémica de ríos y ciénagas de la Costa Atlántica de Colombia y Venezuela, y según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) está amenazada. Al año el Centro de Fauna recibe cerca de 350 individuos de esta especie. Otra ave ostenta el no muy apetecido tercer puesto de los más traficados. Se trata de la lora real, un “alado” verde de hasta 38 centímetros con pequeñas manchas amarillas, azules y rojas. Habita las selvas tropicales, llanos y bosques de Colombia, Perú, Brasil y Venezuela. 320 loras reales llegan al “hogar de paso” de la SDA cada año. El cuarto puesto es para la tortuga morrocoy, que cuenta con un promedio de ingresos de 300 individuos
Una de las especies más comunes en las casas son los loros. al año al Centro de Fauna. En Colombia habita en bosques y sabanas del norte del Chocó, región Caribe y los Llanos Orientales. Es una especie terrestre que alcanza hasta los 37 centímetros de longitud, y cuenta con escamas en el caparazón de color naranja, amarillo y rojo. Se considera en peligro crítico de extinción.
La cotorra carilucia, ave de 25 centímetros con plumaje amarillo verdoso, se encuentra en el 5º puesto. En el país vive en matorrales, manglares y selvas de sitios cálidos como el valle del Sin, la Costa Atlántica, el Magdalena Medio, los Santanderes y la Orinoquia. Al año, son decomisados cerca de 280 animales de esta especie. El 6º lugar es para el cascabelito, un ave con plumaje verde y manchas amarillas y azules que no supera los 13 centímetros. En Colombia habita en las regiones Andina y Orinoquia, principalmente en montañas y claros con árboles dispersos. Por su pequeño tamaño es apetecida para ser encerrada en una jaula como si fuera un animal doméstico. 100 individuos de esta especie llegan al año al Centro de Fauna.
mentos del Caquetá, Putumayo, Amazonas y Meta. Alcanza hasta los 40 centímetros de longitud, y tienen un caparazón de color verde oscuro. En Colombia es considerada una especie en peligro de extinción, ya que son apetecidas por su carne y como mascotas.
9 y 10: Mamíferos y culebras
7 y 8: Tortugas chaparras y canario costeño
Con un promedio de 95 animales al año decomisados, la tortuga charapa se ubica en el 7º lugar del ranking. Habita en los ríos y lagunas de los departa-
Por su pequeño tamaño y parecido con los canarios domésticos, el canario costeño ocupa el 8º lugar. Esta ave con plumaje amarillo tiene un promedio de ingreso en el Centro de Fauna de 80 ejemplares al año. Habita en zonas de la Costa Atlántica, el Pacífico, la región Andina y la Orinoquia.
Las iguanas son atractivas por su color y camuflaje.
En penúltimo puesto es para el mono tití gris, un mamífero de 22 centímetros que habita en el norte y centro de Colombia. Se caracteriza por tener una larga cola, que supera la longitud de su cuerpo. Su pelaje es café, con tonos plateados. 40 de estos micos, considerados en peligro de extinción, llegan al centro de fauna al año. El “top 10” termina con la boa constrictora, una especie que vive en la cordillera de Los Andes, y los llanos del Caribe y el Pacífico. Se alimenta de aves, reptiles y pequeños mamíferos. No es venenosa, y alcanza un gran tamaño en su edad adulta. Al año se decomisan cerca de 20 boas en Bogotá.