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Gerardo Saturnino Torres Montoya

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BIBLIOGRAFÍA

BIBLIOGRAFÍA

Gerardo Saturnino Torres Montoya

Nació el 5 de septiembre de 1909 en el pequeño pueblo de Quilaco, localidad rural que se ubica al sur de Los Ángeles, en el curso medio del río Bío Bío. Sus padres poseían en esa zona un campo llamado “Loma Alta”, porque se ubicaba precisamente en las alturas de Quilaco. Allí transcurrió su infancia junto a sus cuatro hermanos, de los cuales él era el menor (eran una mujer y tres hombres) y tal vez por ser el más pequeño, su madre Martina Montoya le expresó siempre un gran afecto y dedicación. Aquí también conoció las tareas propias de la actividad agrícola, porque desde muy niño acompañaba a su padre cuando recorría las siembras de trigo o vigilaba la crianza del ganado. Era de su agrado hacer estas visitas pues gustaba de los paseos a caballo, cuyo manejo habría aprendido desde pequeño. Sus estudios primarios los realizó en la Escuela Pública de Quilaco y los cursos superiores en la Escuela de Santa Bárbara, poblado que se ubica en el mismo sector, pero cruzando el río Bío Bío y para lo cual había que utilizar una balsa que era asegurada con un cable que se afirmaba a una pasarela central

que alcanzaba ambas orillas. Posteriormente ingresó a la Escuela Normal de Angol y como consecuencia de un incendio que ocurrió en ese establecimiento, se trasladó a la Escuela Normal de Chillán donde recibió el título de Profesor Primario en diciembre de 1929. Al año siguiente ingresó a la docencia en Santa Bárbara y en 1936 se trasladó a la ciudad de Lebu, donde conoció a la mujer que iba a ser la compañera de toda su vida: María Alvial Gómez, también profesora con quien se casó en abril de 1940 en la ciudad de Cañete, de cuya unión nacieron tres hijos: Ruty (Cirujano Dentista) Guido (Profesor de Historia) y César (Médico y docente de la Universidad de la Frontera). Durante su permanencia en Lebu, tuvo la oportunidad de conocer al Director Provincial de Educación don Hernán Cortes, quien motivó al matrimonio Torres-Alvial para que organizaran una Escuela Hogar en Copiapó, conforme a las políticas educacionales de la época, procurando extender la atención educativa a los grupos sociales más vulnerables. Saturnino Torres y su esposa viajaron a Copiapó en 1941 y crearon la “Escuela Hogar” en una casona que se ubicaba en el sector Alameda. Con una matrícula de 33 alumnos, Saturnino junto a otros dos profesores, se entregaron de lleno a la tarea de formar, educar y cuidar a estos menores, inclusive más allá de lo estipulado; ya que muchos de los alumnos más talentosos y aventajados al término de la enseñanza primaria, seguían viviendo en la Escuela Hogar, prosiguiendo sus estudios en la Escuela Normal, Instituto Comercial o el Grado de Oficios de la entonces Escuela de Minas, cambiando literalmente el futuro y el destino de esos jóvenes. Además, fue parte junto a otros docentes copiapinos, de la formación del primer Liceo Nocturno que se abrió en Copiapó (década del 50), donde se desempeñó como Inspector General y luego como Director del establecimiento. Su vocación docente lo llevo a realizar numerosos cursos de perfeccionamiento en las llamadas “Escuelas de Temporada”, que durante las vacaciones ofrecían en la ciudad de Copiapó las Universidades de Chile y Técnica del Estado. En 1953 realizó el curso de Directores Departamentales de Educación, para que tiempo más tarde, a partir del año 1972 se desempeñase en dicho cargo

gubernamental hasta el año 1975, año en que se acogió a la merecida jubilación. Aficionado a la lectura, practicaba con maestría la jardinería, cultivando en su hogar todo tipo de árboles, cactus y flores; teniendo un lugar especial su plantación de clarines. Fue iniciado el 17 de junio de 1944 en la Respetable Logia “Orden y Libertad” N° 3 obteniendo su Grado de Aprendiz de Masón, recibiendo su merecido aumento de salario al Grado de Compañero el 18 de agosto de 1945 y su exaltación al Grado de Maestro el 19 de junio de 1947. Fueron diversos los cargos que ocupó en la oficialidad de “Orden y Libertad”, entre los cuales estuvieron el de Maestro de Banquetes (adjunto) en 1947, Secretario en 1948, Segundo Vigilante en los años 1949 y 1950, Primer Vigilante en 1952, llegando a empuñar el mallete rector de su logia madre el año 1952 hasta mayo de 1953. Posteriormente fue Diputado de la Logia en 1953, Orador los años 1954, 1956, 1958 y 1963, Primer Vigilante en 1957 y Miembro del Tribunal de 1964 a 1966 y de 1969 a 1971. Falleció el año 1981 a los 72 años en Copiapó, ciudad que adoptó como la suya y a la cual dedicó esfuerzo y dedicación a la función docente. Como gratitud hacia su persona, en la población Los Educadores de Copiapó, una calle recuerda su nombre, como mudo testigo de su trabajo y tesón.

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