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Ramón Luis Valenzuela Aliaga
Ramón Luis Valenzuela Aliaga
Muchas gracias, profesor, por enseñarme el camino. Muchas gracias, profesor, por entregarme cariño. Tal vez, estos versos resumen lo que fue en vida el profesor Ramón Luis Valenzuela Aliaga, quien nació a principios del siglo pasado, en la localidad de Tricao, próxima a la ciudad de Rauco en la provincia de Curicó un 16 de septiembre de 1903, siendo el noveno de una familia de catorce hermanos. El pequeño Ramón inició sus estudios en la Escuela Fiscal de Rauco, siendo el “Silabario Matte” su compañero diario en el estudio. Luego continuó sus estudios en la Escuela San Antonio para luego integrarse a la Escuela Normal de Curicó, recibiéndose de profesor primario a la edad de 18 años el 18 de noviembre de 1921. De inmediato se integró como docente a la Escuela Nº 1 de Lontué; luego fue trasladado a Curicó, comenzando nuevamente a estudiar en la sede de la Universidad de Chile de Curicó la carrera de Profesor de Artes Manuales. Con esta especialidad, fue nombrado profesor de Artes Manuales en la Escuela de Desarrollo para Deficientes Mentales.
Por un breve paso por la nortina ciudad de Iquique, se integró en 1939 a la planta docente del Liceo “Valentín Letelier” de Curicó. Postuló a un concurso para llenar una vacante en el prestigioso Liceo de Hombres de Copiapó, concurso que ganó y llegó a la ciudad de Copiapó a fines de los años cuarenta (1949) para asumir el cargo de Inspector General. A finales de los años cincuenta, (aprox. 1957) se traslada a la ciudad de Molina para hacerse cargo de la Rectoría del naciente Liceo Fiscal de Molina, tarea que en dicho cargo, a juicio de los propios vecinos de Molina, lo realizó con maestría; ya que tuvo que preocuparse en una primera etapa al mejoramiento de la matrícula y ganar prestigio entre la comunidad, para luego dedicarse por completo a conseguir un nuevo edificio, ya que hasta ese entonces ocupaba el local donde había funcionado el Club Radical de Molina. Fue así que se reunió con todas las autoridades gubernamentales, incluso el Presidente de la República (Sr. Carlos Ibáñez del Campo), quienes y luego de evaluar múltiples posibilidades, accedieron a la solicitud y se construyó un nuevo local para el Liceo Fiscal de Molina en su actual dirección (Avenida Quechereguas N° 1560), para que el ya ahora experimentado profesor primario, se retirada sintiendo en sus hombros la misión cumplida, después de casi 24 años en el cargo de Rector. En su trayectoria en la masonería, se debe indicar que fue iniciado en la Respetable Logia “Francisco Bilbao” N° 23 del valle de Iquique un 9 de mayo de 1936, recibiendo su merecido aumento de salario al Grado de Compañero el año 1937 y su exaltación al Grado de Maestro en 1938; todos en su logia madre. A su llegada a Copiapó se afilió a la Respetable Logia “Orden y Libertad” N° 3 el 7 de abril de 1949, en donde ocupó el cargo de Bibliotecario los años 1950 y 1951. Entre los años 1952 y 1953 ocupó el cargo de Secretario de la logia para llegar el año 1954 a empuñar el mallete rector de la logia “Orden y Libertad” N° 3. Posteriormente y producto de su traslado a su región natal, se afilia a la Respetable Logia “Luz y Perseverancia” Nº 43 del valle de Curicó en 1956, en donde fue nombrado Miembro del Tribunal de la Logia entre los años 1974 y 1977. Fue además declarado Miembro Honorario de ese
Taller maulino el 20 de septiembre de 1975 y en 1986 recibió Medalla de Oro por 50 años de vida masónica ininterrumpida por la Gran Logia de Chile. Muchos habitantes de Curicó, aún recuerdan a este profesor apasionado, correcto y bondadoso. Su familia no olvida que su querido “Tío Ramón” poseía una de las bibliotecas más grandes de la zona, con casi 3000 ejemplares, los cuales eran de uso de toda la comunidad, ya que al jubilar se dio a la tarea de estar siempre presto a ayudar y enseñar a quienes necesitaran de su palabra docta. Decenas de niños y jóvenes llegaban a su casa a realizar sus deberes escolares, y siempre encontraban la ayuda solicitada. Para muchos jóvenes de antaño fue un faro que iluminó el camino, dando siempre un consejo y una palabra de aliento. Uno de sus familiares recuerda que encabezaba la biblioteca del tío Ramón la pintura “La Escuela de Atenas” de Rafael Sanzio, y él les decía: “Mira… ese es Platón que le dice a su discípulo: el mundo de las ideas está allá arriba. Y Aristóteles le responde: Maestro, el mundo de las ideas está acá en la tierra”, con esto les enseñaba a todos que en el mundo de las ideas alojan “las esencias” que existen, aunque no sean percibidas por las personas y que la única forma de acceder a ese mundo de realidad y verdad es a través de la razón. El profesor Ramón Luis Valenzuela Aliaga falleció un 11 de noviembre de 1997 y fue sepultado en el Cementerio Municipal de Curicó, lugar al que semana a semana llegan decenas de sus “pupilos” a dejarle una flor de agradecimiento y gratitud. Su abultada biblioteca, y como fueron los deseos del hermano Ramón Valenzuela, se entregó a la Biblioteca Municipal de Curicó y a la Biblioteca de la RL “Luz y Perseverancia” N° 43 del valle de Curicó.