Revista Occidente - 540 Julio 2023

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EL SUSTENTO EMOCIONAL DE LA RACIONALIDAD HUMANA

*AÚN LEJANA SE VE LA “COPIA FELIZ DEL EDÉN”

*A NOVENTA AÑOS DE LOS CRÍMENES DEL NAZISMO

*NARRADORES DEL RÍO DE LA PLATA: BORGES, ARLT, CORTÁZAR

*CAT STEVENS: DE STEVEN A YUSUF

ÍNDICE I JULIO 2023

5 Proceso constituyente: Una propuesta “habilitante”

¿Adiós al Estado laico?

La aún lejana “Copia Feliz del Edén”

22 De valoraciones a cálculos: sobre el sustento emocional de la racionalidad humana

26 Dolores que matan: Los padecimientos afectivos también pueden doler y matar

30 Vidas indignas de ser vividas

34 La ejecución musical en los campos de concentración nazi (Parte 1)

40 Narradores del Río de la Plata: Borges, Arlt, Cortázar

48 Comentario de libros

El mural del fin del mundo

51 Música

La historia de un cantautor inconformista. De Steven a Yusuf

51 Asoka Handagama. Director de película acerca de la estancia del Nobel en Ceilán

60 Cine

Lucrecia Martel o cuando el cine navega a contracorriente y en libertad

64 La última palabra La religión bajo escrutinio

Fundada en 1944

www.revistaoccidente.cl

Julio 2023

Edición N° 540

ISSN 0716 – 2782

Director Rodrigo Reyes Sangermani director@revistaoccidente.cl

Comité Editorial

Ximena Muñoz Muñoz

Ruth Pinto Salgado

Roberto Rivera Vicencio

Alberto Texido Zlatar

Paulina Zamorano Varea

Editor

Antonio Rojas Gómez

Diseño

Alejandra Machuca Espinoza

Colaboran en este número: Guillo

Javier Ignacio Tobar

Eduardo Quiroz Salinas

César Gatica Muñoz

Felipe Quiroz Arriagada

Pierine Méndez Yaeger

Rafael Recio Barba

Cristian Montes Capó

Jorge Calvo Rojas

Roberto Rivera Vicencio

Edgard “Galo” Ugarte

Gabriela Morales Urrutia

Ana Catalina Castillo Ibarra

Rogelio Rodríguez Muñoz

Fotografía Shutterstock Publicación

Editorial Occidente S.A. Marcoleta 659, Santiago, Chile

Gerencia General

Gustavo Poblete Morales

Suscripciones y Publicidad

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Fono +56 22476 1133

Los artículos firmados u opiniones de los entrevistados no representan necesariamente la línea editorial de la revista. Se autoriza la publicación total o parcial de los artículos con la única exigencia de la mención de Revista Occidente

LA CONVICCIÓN DE UNA CONCIENCIA MORAL

Ha impactado fuertemente en la agenda política el escándalo en Antofagasta para la ejecución de proyectos en sectores vulnerables, en el marco de un convenio entre el MINVU y la Fundación Democracia Viva. Se acusa de eventuales irregularidades y delitos en la adjudicación de la consultoría, relacionadas con la vinculación política de las autoridades del ministerio que adjudicaron la propuesta, todos militantes del partido de gobierno Revolución Democrática; a ello se suma la influencia que pudo tener la diputada por la Región de ese partido en esta decisión, dada además por su relación afectiva con el presidente de la Fundación; la doble contratación de funcionarios del MINVU por parte de la Fundación, cuyo rol debería ser para fiscalizar la licitación en vez de ser parte de sus beneficios; y por último, hasta ahora, el pago de millonarios adelantos para la ejecución de la misma.

Más allá de que debemos presumir la inocencia de los involucrados mientras la justicia no diga lo contrario, lo cierto es que todo este entuerto huele mal, muy mal. Algunos se preguntarán por qué nos extraña tanto esta situación, si estas prácticas no son nuevas, que nuestra política se ha visto sacudida por escándalos de este tipo casi desde los inicios de la república, lo que sin duda no constituye ningún atenuante, y en particular desde los años del retorno a la democracia, cuando equivocadamente nos ufanábamos de ser un país donde no ocurrían estas cosas. Sucede que hoy, en este escándalo, están involucrados precisamente personeros de un partido que llegó al poder, como lo declararon innumerables veces desde un podio de supuesta autoridad moral quienes vendrían a realizar un cambio definitivo en el paradigma de la política, eliminar las malas prácticas de sus adversarios y refundar el país, impulso que los llevó a creer que serían ellos y sólo ellos que establecerían el marco ético para la nueva institucionalidad que habría que definir en el futuro.

Todo se desvaneció en el aire, las confianzas han sido dañadas profundamente, el quiebre es inminente. Si bien el presidente ha estado a la altura y los gestos de humildad han tenido que reemplazar a los de la prepotencia política de hace unos meses, nada será igual, la oposición sin duda podrá sacar ventajas políticas (todos han hecho lo mismo en su momento), se legislará rápidamente, como ha ocurrido en los últimos, para afinar los mecanismos legales para inhibir y castigar adecuadamente los actos de corrupción. Y diremos que todo no ha sido en vano.

Pero si nuestra clase política no asume con convicción el rol ético y trascendente que detenta en el servicio público, seguiremos siendo testigos de situaciones que indignan tanto a la ciudadanía como puede ser un sueldo bajo, una mala pensión o un sistema de salud deficiente.

FELICITACIONES

Sr. Director,

En primer lugar, quisiera felicitar al equipo de Revista Occidente por brindarnos una revista que aborda de manera simple y directa temas muy interesantes sin renunciar a la profundidad de la reflexión y la amplitud en sus alcances. Nos permite asistir a un oasis en medio de la vorágine de las noticias políticas e internacionales, a veces tendenciosas e interesadas. Me encantaría poder suscribirme a un ejemplar impreso para compartirlo con amigos y familiares.

Saludos desde La Serena Jaime Orellana V.

OCCIDENTE ESTIMULANTE

Sr. Director,

Me resulta siempre estimulante leer Revista Occidente. En tiempos de exclusiones y fanatismo, recibir artículos redactados con respeto y altura de miras para que el lector saque sus propias conclusiones es,

por decir lo menos, un privilegio. Todos llevan agua a su propio molino y Occidente estimula el pensamiento propio.

Atte.

Arturo Moreno Las Condes

LIBERTAD DE CONCIENCIA

Sr. Director, Con sorpresa he vuelto a leer Revista Occidente que me comparte un amigo. Me llama la atención la variedad de temáticas expuestas y la calidad de su contenido. Me demoré en tomar la decisión de escribirles, pero lo hago motivada por el artículo acerca de la Libertad de Conciencia. Comprendo perfectamente la vocación editorial de la revista que plantea el laicismo como modo de vida, como elemento que garantiza la construcción de una convivencia respetuosa y desprovista de verdades exclusivas y excluyentes, una sociedad más

justa y buena reside principalmente en la forma en cómo nos relacionamos, desde la tolerancia activa y la prescindencia de las creencias personales en los asuntos del Estado. Gracias

Verónica Martínez Ñuñoa

PROCESO CONSTITUYENTE

Sr. Director,

Las esperanzas de la ciudadanía están puestas en este nuevo proceso constituyente. Pero una vez más surgen voces que antes de que este comience su trabajo, alerta que votará en contra oapunta con el dedo en forma prejuiciosa de lo que allí salga. El propio presidente valoró el trabajo de los especialistas, espero que sirva como base para hacer una Carta Magna que de verdad contemple los aspectos mínimos esenciales de nuestro futuro ordenamiento jurídico y no para que los distintos sectores políticos se den sus gustitos.

QUIMANTÚ

Sr. Director,

Pedro Lagos Araya Valparaíso

SU OPINIÓN NOS IMPORTA

Envíe sus opiniones en una extensión máxima de 1100 caracteres con espacios a: director@occidente.cl

Occidente se reserva el derecho a editar los textos y ajustarlos a las normas editoriales. El lenguaje debe ser respetuoso y sin descalificaciones.

Qué hermoso recordar el esfuerzo del gobierno de la Unidad Popular por promover la lectura en una editorial que no solo publicaría gran parte de la biblioteca clásica internacional y latinoamericana, sino que lo hizo en una colección de libros a un precio accesible a la mayoría de los chilenos. Aún vemos esas ediciones en librerías de viejo, en las ferias libres como testimonio de una política pública que buscó estimular la cultura de las familias chilenas en una época en la que pocos tenían acceso. Atte.

Luis Ángel Valenzuela Santiago

PROCESO CONSTITUYENTE: UNA PROPUESTA “HABILITANTE”

“Si no hay un número suficiente de personas que quieran la democracia, nadie podrá salvarla.”

Robert Alexy

POR JAVIER IGNACIO TOBAR Abogado. Académico y ensayista.

En el fondo, todo debate constitucional demuestra las ambivalencias de la política, las mismas que están contenidas en las asociaciones etimológicas de la palabra: la política es pólemos, y a la vez polis; lucha y conflicto, por una parte, civitas o comunidad por la otra. Evitar que la primera dimensión (lucha y conflicto) amague

a la otra o la inhiba es el principal objetivo que debe inspirar a quienes participan de la política en democracia. Y es que el sistema del voto libre e informado no descansa solo en procedimientos o en reglas que establecen la competencia pacífica entre formas de vida o puntos de vida ideológica diferentes, y a veces irreconciliables entre sí, sino que, por sobretodo, se funda en una cultura abierta al diálogo y al respeto recíproco, animada por la convicción de que la política en tiempos líquidos solo es posible si todos nos

reconocemos mutuamente la condición de iguales, los que por la misma razón tienen posiciones frente a hechos morales diversas y modelos de vida diferentes. Apertura, respeto, formas de vida y valoraciones diferentes en competencia (¿o conflicto?), respeto y reconocimiento de la condición de iguales. Al parecer, estas son las características que permiten “el desde” para calificar un sistema como democrático. Pero vamos otro paso adelante. Dado que se cumplen todas y cada uno de los presupuestos anteriores ahora viene un nuevo paso: cómo acordar para que el común de todas esas visiones diversas sirva para que ellas se desarrollen de manera independiente, pero a la vez solidarias. Solo nos reconocemos como seres humanos conscientes cuando estamos en comunidad, lo que trae como consecuencia obvia los despliegues morales diversos sobre lo bueno o lo malo, o, de otra forma, qué forma elegimos para que el desarrollo libre de las personas sea reconocido de manera normativa. Algunos reconocen la opción de constitucionalizar todo tipo de regulaciones, y otras, en cambio, están por fijar esos “comunes normativos” para que luego sean otras reglas las que se refieran al detalle del ejercicio de derechos.

Un escalón nuevo para este difícil camino: la razón del por qué las Constituciones cambian –o deben mutar– puede explicarse en la existencia de las denominadas “Constitución sociológica” (estructura social y valores compartidos, que cuando cambian las “Constituciones jurídicas” (el conjunto de normas que organizan el Poder, señalan sus límites y aseguran la protección de derechos), también deben hacerlo. La Constitución es el fruto de una cierta “unidad política”, y si esta varía (porque no tiene legitimidad de origen –como la de 1980- o la perdió porque los valores que la fundaron ya no son considerados como tales, o porque las expectativas de las personas se distanciaron de las estructuras, la “Constitución jurídica” debe ser reemplazada, o al menos contar con modificaciones sustanciales.

LA CONSTITUCIÓN NO CREA A LA SOCIEDAD, SINO QUE LA SIGUE

Si acaso la Carta Fundamental fuera una simple herramienta neutral que se moviera nada más que dentro de ese espacio imaginario del “mínimo común” para alcanzar los fines colectivos, la sociedad podría cambiar y ella mantenerse incólume. Pero tal vez es esa “simpleza” la que se requiere para que esos espacios de expansión sean realmente efectivos, lo que es más bien difícil y exige un trabajo de mucha precisión en el uso de las palabras y en el arte de redactar una propuesta normativa.

Vemos, por ejemplo, el caso de los Estados Unidos de Norteamérica. Su Constitución fue redactada hace ya un par de siglos y sus cambios (en cuanto reformas propiamente tal de la propuesta inicial) han sido pocos considerando la cantidad de tiempo de su vigencia. Existe, luego, una sociedad que hace match entre su fisonomía cultural y las reglas y procedimientos que las rigen, pero cuando el ethos ha cambiado la interpretación de las normas también. El cambio ocurre cuando la sociedad se agita y se incomoda con las Instituciones en cuyo diseño ya no se reconoce. Hay que decir que dicho Sistema Constitucional es muy diferente al nuestro, en que de la composición del Tribunal Supremo de los Estados Unidos fija hacia dónde van las propuestas normativas de la Constitución, sin que esta se modifique o sustituya en cuanto regla. (El ejemplo de restringir el aborto en Estados Unidos sin modificar la ley, es un ejemplo claro de que el Tribunal Supremo tiene un Poder más que relevante en materias interpretativas del acuerdo común).

En un cuarto paso hacia desentrañar la mejor forma de redactar una Constitución variará la opción en cuanto a si acaso se quiere solo reconocer principios normativos que puedan ser luego interpretados por

los Tribunales de Justicia y servir de fundamento a la discusión futura de proyectos de ley que no vulneren esos márgenes, o bien completar todos y cada uno de los principios reconocidos con su reglamentación a nivel constitucional. Elegir una u otra vía resulta determinante al momento de resolver qué tipo de Constitución queremos o, más bien, cómo la queremos. En esta materia es necesario recurrir a los viejos cursos de “Teoría Constitucional” en que se trata, en una Unidad Curricular semestral completa de segundo año de la carrera de Derecho, el tema de la clasificación de las Constituciones. Hay muchas y de la más variada índole de acuerdo al criterio analítico que se elija para separarlas: pétreas (inmodificables) y móviles (modificables); declarativas (solo contienen principios) y jurídicas en sentido extenso (además de los principios, los regulan en cuanto a su ejercicio); cerradas (solo trata los temas que están reconocidos en sus normas y reglas), abiertas (dan lugar a que otras prácticas o costumbres quepan dentro de los principios), y habilitantes (fijan el principio, y los órganos colegisladores debaten las leyes bajo esos marcos).

De esta manera, y considerando que existen visiones diferentes, valoraciones diversas, proyectos de vida alternativos, es importante encontrar la mejor

fórmula para que sea implementada en una sociedad determinada en un tiempo determinado. Quizás no exista un mejor modelo que otro en cuanto tal, pero sí puede implementarse el más adecuado para la situación que se requiera.

Todos los pasos previos descritos en los argumentos anteriores hacen necesario que nos preguntemos cuál es ese modo de implementación para el Chile del S. XXI.

Si nos retrotraemos al origen del momento constitucional que todavía vivimos, las demandas comenzaron por el alza del precio del Metro en treinta pesos, lo que detonó, a su vez, en numerosas y alentadoras marchas por la Alameda de la ciudad de Santiago que gritaban a voz en cuello por mejores accesos a la salud, elevar las condiciones y montos de las pensiones, mejor salud, calidad de la educación y vivienda. Y todo mutó, sin darnos cuenta y de un momento a otro, a constitucionalizar un hecho social relevante que dio un giro en las prioridades comenzando por la plurinacionalidad, siguiendo con la supresión del Senado, la desmilitarización de las policías y la “ingeniería” de un sistema político asimétrico que hasta hoy cuesta entender, y más aún explicar. No es el motivo de esta columna detenerse en las causas del “rechazo” (que no fueron solo las manoseadas fake news que por cierto existieron desde todos los flancos), pero valga detenerse en algunas preguntas: ¿fue el proceso? ¿El texto finalmente propuesto? En principio creo que ambas tienen responsabilidades compartidas en el fracaso, aunque el primero quizás más que el segundo. Y con motivo del proceso y sus desvaríos que parte importante de la ciudadanía comenzó a separarse del mismo que sentían (sentíamos) como propio, reprobando el trabajo de los constituyentes elegidos por voto popular y en elecciones libres. Súmese la percepción de que las adopciones de medidas positivas en pro de los Pueblos Originarios constituían privilegios. Y así Chile quedó ubicado dentro del 6% de proyectos constitucionales que han sido rechazados.

Las Convenciones Constitucionales deben reunir tres características fundantes que son elementales en toda democracia: ser representativa, ser participativa y ser deliberativa. El proceso anterior fue solo representativo, y absolutamente carente de deliberación. Faltó, ya en ese momento, un grupo robusto y permanente de expertos, en diversos temas y disciplinas, que hubiera acompañado a los constituyentes más allá de los asesores políticos pagados y de los Centros de Estudios afines a una u otra opción política que los financia. En fin, son innumerables los factores que desencadenaron el derroche de

entusiasmo de las mayorías circunstanciales, entre ellos el voto obligatorio.

Pero la “Convención 1” ya sucedió y los hechos son conocidos; ahora, en otro tiempo del “momento constitucional” chileno se desarrolla el Proceso Constitucional 2023, el que ha sido silencioso, meticuloso, fuera de luces innecesarias y de la búsqueda permanente de los “me gusta” o likes en las redes sociales luego de cualquier votación. No había debate, pero sí mucho teléfono inteligente. En una columna anterior, defendí la tesis en que estamos en un nuevo proceso al cual no se le puede cuestionar aspecto alguno en cuanto a sus cartas credenciales democráticas. Por ello, lo importante ahora es resolver de qué forma se presenta el texto de la propuesta de los expertos para que sea revisada por el Consejo Constitucional, y, lo más importante, estudiada, escrutada y hasta modificada (si se cumplen los requisitos) por medio del excelente, abnegado profesional y meticuloso trabajo que lideran las Universidades de Chile y Católica de Santiago por medio de la Secretaría de Participación Ciudadana (www.quieroparticipar.cl). No es poco contar con una propuesta previa a su votación y seis meses antes de que se vote para que sea analizada hasta el dato más profundo y complejo. Es posible incidir más allá del voto monótono cada cuatro años.

Entonces, enfrentados a elegir un modelo de presentación normativa de un texto constitucional, dado que existen varios, había que tomar opción por uno. Y la Comisión experta eligió el camino de la “Constitución habilitante”, esto es, establecer constitucionalmente los principios para que luego sean los colegisladores (Ejecutivo y Legislativo) los que, por medio del debate parlamentario, resuelvan las políticas públicas aplicables en un tiempo histórico determinado según las mayorías circunstanciales, siempre dentro del campo de juego que contiene el principio constitucional.

UN EJEMPLO PUEDE AYUDAR A ENTENDER DE MANERA GRÁFICA LO EXPUESTO

El texto de la “Convención 1” creaba un “Sistema Nacional de Educación” (artículo 36), regulado completamente en la Constitución. La propuesta de los expertos, en cambio, fija seis principios y fija la labor del Estado en la provisión de la misma en su carácter público, sin desarrollar nuevas instituciones como el “Sistema” aludido. Y lo más relevante, es que encomienda a la ley el desarrollo de la política pública educacional, o sea, habilita al Parlamento sin cerrar la regulación en la Constitución. Lo anterior

no constituye un juicio de valor a priori, sino que es una constatación de que pueden lograrse los mismos objetivos que buena parte de los liberales igualitarios perseguimos: acceso a mínimos sociales, menores grados de discriminación y distribución equilibrada del poder.

El texto de los expertos habilita, en buena parte de sus normas, al Parlamento. En otras palabras, no constitucionaliza todos los temas para no estar en todo momento preocupados de debatir sobre nuestros acuerdos fundantes.

Solo en la medida que estudiemos el texto y comencemos a calificar qué es lo más importante para aprobar o rechazar la propuesta de diciembre próximo, será más fácil chequear en qué temas estoy de acuerdo, en cuáles estoy dispuesto a ceder y los que voy a respetar incluso aunque vulneren mis convicciones más profundas. De ahí que el modelo habilitante permitirá contar con certeza en las reglas y amplio margen de acción a los actores democráticos, para ejecutar los principios constitucionales, con el consabido turno de las siempre misteriosas interpretaciones de nuestros Tribunales Superiores.

Las constituciones habilitantes tienen la facultad, además, de ampliar el margen del espacio común, o, en el peor de los casos, flexibilizar o rigidizar el ejercicio de los principios, pero no desterrarlos. Ejemplos contrarios son los modelos constitucionales de Ecuador, Bolivia, Cuba y Colombia, que agotan hasta más no poder el desarrollo y ejercicio de cada uno de los denominados “derechos sociales”, lo que en definitiva los hace inaplicables.

Entonces, una de las formas a tener en consideración para resolver el voto en diciembre, es seguir la construcción del modelo de propuesta y constatar si continúa en la senda de su condición “habilitante”, o bien incurre en destrozos institucionales como sería el caso de prohibir conductas contra la libertad o imponer criterios de carácter supersticioso al momento de debatir asuntos públicos. En ese momento la cosa sí se pone grave.

Por ahora, a seguir con esperanza los pasos del Consejo Constitucional y confiar en que nada cambiará Chile el 18 de diciembre de 2023 (sea cual sea el resultado), pero sí podremos saber si contamos con la estabilidad y certezas necesarias de los principios y el libre juego democrático de su regulación e interpretación, para así, de una buena vez, cerrar este espacio con nuestra identidad, nuestras preferencias, nuestros juicios y nuestras valoraciones comunes, dando siempre espacio al libre desarrollo individual del proyecto de vida que estimemos pertinente.

¿ADIÓS AL ESTADO LAICO?

POR EDUARDO QUIROZ SALINAS

Ingeniero, escritor

Ya pasó la elección de los consejeros y, obviando el análisis político que no corresponde a este escrito, se ha obtenido un resultado inesperado o que ninguna casa de encuestas logró presagiar (aunque tampoco es que lo hayan hecho en el pasado). El grupo más amplio dentro del consejo quedará compuesto con una mayoría del Partido Republicano, que en términos relacionados al laicismo y/o al Estado Laico, están lejos, no solo de ser importantes, sino que literalmente van en el camino contrario y hasta existen partidarios que buscan las condiciones de un Estado Confesional. De los principios liberadores del Laicismo, poco y nada. De hecho, incluso la previa al funcionamiento de la nueva oportunidad constituyente ya tiene varios indicios que no va a ser una tarea fácil para el Estado Laico, cuando el representante más votado del grupo, Luis Silva, que tiene poder de veto dentro de la comisión indica “¿por qué cresta siendo mayoría tenemos que llegar a acuerdos con la minoría?”, refiriéndose a esa mayoría circunstancial que disfruta aquel grupo en este consejo. Pese a que luego intentó moderar sus expresiones y se sumó un mandato de silencio desde la cúpula de ese partido a todos sus representantes electos, hay una colección de expresiones o dichos del primer numerario del Opus Dei en Política que dan pie a imaginar lo peor, en cuanto a libertad religiosa y sus

implicaciones, para la potencial nueva constitución. En la misma entrevista al Diario Financiero, él expresó: “Yo no voy a firmar una Constitución que se sostiene sobre la legitimación de asesinar niños”, cuando le preguntaron por el tema del aborto, que es un derecho constitucional actual incluso. Es decir, ya se pueden oler retrasos en cuanto a libertades y sólo por un tema de imposición de preceptos religiosos. Alguna vez lo vivimos, cuando en tiempos de Bachelet se promulgó la ley de Matrimonio Igualitario (otro ítem con el que este grupo no está de acuerdo y buscan derogar) y dicha promulgación la tuvo que hacer el, aquel entonces, ministro Fernández, supernumerario del Opus Dei. Sin embargo, el epílogo fue distinto, pues pese a las presiones de la prelatura y de muchos de sus integrantes, Mario Fernández fue capaz de separar su rol como personal público y miembro de un gobierno, que vela por todos los habitantes de un país y no sólo por los miembros de una u otra creencia de turno. Entonces, él señaló que era capaz de separar su legítima creencia personal y adherencia a ese organismo, con su vida profesional y su rol, por lo que firmó finalmente esa promulgación. Mismo caso cuando se discutían los proyectos de Aborto en ese gobierno. La avalancha de presiones desde el Opus Dei era innumerable, según se leía en El Mercurio: “El derecho a la vida forma parte del ADN de un creyente. Y él está invirtiendo todo su capital en la lealtad hacia la presidenta”, dijo un miembro del Opus Dei en aquel periódico. Otro, en el mismo, indicó: “entiende que viva su convicción

de fe hacia adentro, pero no hacia fuera” y, si bien declaró que no existe contradicción entre el rol de ministro y su opción religiosa, “todo tiene un límite”. Es decir, se reconoce, por parte de los Opus Dei que, para ellos, promulgar leyes que vayan en contra de sus preceptos, legítimos y válidos para quien(es) los aceptan voluntariamente o adhieren a ellos, pero, por millonésima vez, no deben ser impuestos a través de las leyes y mucho menos a través de una Constitución que es la ley marco de un país. Cómo no recordar las presiones del aquel entonces Cardenal Ezzati, quien en entrevista a la Tercera indicó que, en el marco de discusión de esas mismas leyes, “quiénes se definen cristianos deberían ser coherentes con su fe” y “los laicos católicos están llamados a no sucumbir ante la tentación de divorciar el compromiso político de la fe que profesan”, cuando justamente lo contrario a eso es lo correcto, en términos de quienes buscamos el respeto a las libertades y la tolerancia que promueve y propicia un Estado Laico y el laicismo, como modelo, pues un país alberga tantas cosmovisiones y expresiones espirituales como habitantes y pasajeros posee. Cómo no recordar esa frase de Jorge Sabag, ex diputado, quien en medio de una discusión de la ley de Matrimonio Igualitario, su trabajo, comentó: “los legisladores no saben más que Dios”. Recuerdo también una entrevista al Obispo de San Bernardo, Juan González, en la que señaló: “...cómo miembros del Opus Dei (Refiriéndose a Mario Fernández), los dos tendríamos que ser coherentes con la fe de la Iglesia Católica. Es lo que se nos pide”.

La última parte de esa frase es la que causa mayor desconfianza, respecto al proceso que se avecina, pues hace notar que los miembros de esa prelatura, independiente de la que sea su ocupación, les está impedido desarrollarla fuera de los cánones o preceptos de esa organización de la Iglesia Católica y ello, claramente ensuciaría las discusiones constitucionales.

Además, Conocemos de hecho la verticalidad de ese partido y el poco o nulo espacio para discrepancias internas, como lo señaló alguna vez Rojo Edwards y como lo sufrieron miembros que renunciaron a él, como Gloria Naveillán, quien en esa ocasión señaló que “funcionan como una secta” y que reciben instrucciones sobre cómo votar y qué decir. Y el historial de Luis Silva, no es muy alentador. Cómo es normal cuando salen electos, salen a la luz sus pasados, y en el caso de este numerario del grupo creado por Escrivá de Balaguer, hay declaraciones demasiado polémicas y que hacen tener, como señalé, un mal presagio. Por ejemplo, el 2006, en medio de un documental del Opus Dei, Silva, que fue protagonista de él, señaló que “es verdad que no puede ni leer ni ver lo que quiere” y no pudo justificar esa frase porque “va a sonar demasiado mal”, señaló. En el mismo señaló que quería dedicarse a la política para “...influir lo más posible en las leyes. Que sean leyes acordes con la moral”. Por supuesto, cuando se refiere a la moral, lo hace específicamente a los parámetros instruidos por su organización, ceñidos estrictamente al credo católico más radical. Algo que por supuesto está lejos, por mucho, según cualquier encuesta al respecto en el país, de lo que piensan y quieren vivir las personas del Chile actual. En esa misma línea, es interesante comentar que hace algunos días apareció la Encuesta Bicentenario 2022, realizada por la Universidad Católica, que se realizó desde octubre hasta mediados de marzo de este año, y que es la única que hace un seguimiento a la realidad de las religiones en el país. Los resultados muestran, por ejemplo, que en el grupo etáreo entre los 18 y 34, justamente el principal que va ser regido por la Constitución que emane de este proceso, quienes no profesan ni adhieren a alguna religión superan por primera vez, desde el 2006, a los de la religión católica, con un 41%, sobre el 36% de estos últimos, siguiendo la tendencia al respecto. Ese grupo, denominado “población jóven” es el que sufrirá principalmente con una potencial Constitución basada en preceptos que no tienen relación con una república, sino que son propiamente religiosos y sectarios. De hecho, si se revisa el sitio

opusdei.org, el oficial de esa prelatura, es posible encontrar la referencia a documentos que emanan del Vaticano respecto al comportamiento de sus miembros. En el documento algunas cuestiones relativas al compromiso y la conducta de los católicos en la vida política [vatican.va, 2002] es posible encontrar ya en el primer párrafo lo siguiente: “el hombre no se puede separar de Dios, ni la política de la moral”, que es, a su vez parte de un motu propio que emanó de Juan Pablo II, antiguo pontonero de la Iglesia Católica. En el mismo documento, se citan otros creados por el fundador de la prelatura, cuya doctrina es fundamental y raíz de cualquier otra publicación, en los que es posible leer órdenes respecto a la política como la siguiente: “el derecho y el deber de la Jerarquía de la Iglesia de pronunciar juicios morales sobre asuntos temporales, cuando ello era exigido por la fe o la moral cristiana” o este

otro, recogido de un boletín de La Obra llamado romana.org: “...el derecho y el deber de enjuiciar moralmente los nuevos problemas planteados por el creciente cambio social o por los avances tecnológicos corresponde a la Jerarquía eclesiástica”. Si bien el Opus Dei no limita los pensamientos políticos y se declara apolítica en ese sentido, si es tajante e implacable en sus lineamientos a sus miembros que participan en política, y en otras actividades también.

La periodista y ensayista chilena, María Olivia Monckeberg, premio nacional de periodismo 2009, dio cuenta en su libro El imperio del Opus Dei en Chile (2003) de las desconocidas y amplias redes económicas y políticas que se tejen desde esa prelatura y cuenta, en base a los testimonios de sus propios miembros, sobre la rigurosidad y escasa flexibilidad sobre todo en temas mal denominados “valóricos”, como los métodos anticonceptivos, los que están prohibidos para los miembros, así como cierta vestimenta, como la ropa “apretada”, transparencias o los bikinis por ejemplo, por “mostrar más de lo necesario”. Por supuesto que sus miembros obedecen. Otras prohibiciones o preceptos que además aparecen en el libro parecen sacados de textos de hace tres o cuatro siglos: “besos largos”, masturbación, separación de sexos en los colegios y otras actividades de grupo, relaciones prematrimoniales, etc.

de gobierno es considerada como algo contrario a la voluntad divina: “...La razón y la libertad parecen garantizar de por sí, en virtud de su bondad intrínseca, una nueva comunidad humana perfecta. Pero en ambos conceptos clave, «razón» y «libertad», el pensamiento está siempre, tácitamente, en contraste también con los vínculos de la fe y de la Iglesia, así como con los vínculos de los ordenamientos estatales de entonces”.

Ese tipo de enseñanza y dogmatismo, que roza los límites del integrismo son los que florecen, practican y promueven en el Opus Dei. ¿legítimo? ¡Sin duda! Pero, nuevamente, sólo para quienes entran voluntariamente a ellos, tal como cualquiera de las adherencias espirituales disponibles. Este integrismo religioso, que es una de las caras actuales del teoconservadurismo o teo-neo-conservadurismo, que tuvo su auge a fines del siglo pasado y exponentes muy marcados, que vieron excelente rédito en la explotación de la religión como elemento político-electoral, encontró en la encíclica Spe Salvi (2007) de Benedicto XVI un renovado marco teórico, con marcado desencuentro entre los conceptos de fe, razón progreso, libertad, tecnología y ciencia, incluso con una innecesaria y equívoca denostación a Sir Francis Bacon, entre otros, en el que la democracia o estructura actual

Caben muchas dudas en este preámbulo de la discusión, que comienza el 7 de junio, y es de esperar que no aparezca la “corrección fraterna” ni antes ni durante ese período, en el que nos jugamos, nuevamente, la oportunidad de tener una Constitución que pueda ser, de una vez, la real casa de todos, donde no quepan dogmas impuestos de ninguna religión y donde el concepto Estado Laico aparezca de una vez. Que no sea este un adiós al Estado Laico ni un retroceso al camino recorrido en la consolidación de las libertades de conciencia y ampliación de los conceptos de espiritualidad. Como señaló Bauberot en una de sus entrevistas, el acercamiento al laicismo no vendrá, jamás, cómo es posible corroborar con los testimonios entregados, ni desde las religiones, ni mucho menos de sus grupos más radicales y dogmáticos. Esperemos que los representantes de los cargos políticos electos recientemente estén a la altura y tengan la madurez suficiente para entender que el documento que estarán plasmando y construyendo debe acoger a todos los habitantes y pasajeros de un país, en un mundo globalizado, multi e intercultural, con expresiones espirituales tan diversas como nunca antes y que, lo que menos requieren, es que re-aparezcan los fantasmas de la intolerancia religiosa, el dogmatismo, el integrismo, el fundamentalismo y todos los “ismos” que no hacen nada más que coartar nuestras libertades, empequeñecer nuestra razón y convertirnos en ovejas que precisan de un “pastor”, sin la autonomía necesaria para explorar el infinito mundo de la duda, del librepensamiento y de la sana y enriquecedora experiencia de pisar el fértil terreno de la neutralidad, que nos permita como ciudadanos libres, ir en busca de las respuestas a una de las preguntas fundamentales del siglo XXI: ¿de donde venimos?.

LA AÚN LEJANA “COPIA FELIZ DEL EDÉN”

“La historia es la suma total de todas aquellas cosas que se hubieran podido evitar.”

KONRAD ADENAUER

POR CÉSAR GATICA MUÑOZ

Geógrafo y analista internacional

Terminado el régimen dictatorial en Chile en marzo de 1990, la coalición de gobierno, Concertación de Partidos por la Democracia, encabezada por el Presidente Patricio Aylwin Azócar, recibió a un país con una economía que exhibía índices objetivamente positivos.

Entre 1973 y 1989 la economía nacional había crecido en un 58%; esto es, entre dichos años el PIB aumentó de US $16.840.000.000 a US $29.890.000.000.

Asimismo, se verificó un exitoso dinamismo exportador, se controló la hiperinflación registrada hasta 1973 y se adquirió un cierto orden fiscal.

Sin embargo, este éxito estaba acompañado de una sociedad severamente lesionada por una administración autoritaria que se extendió por diecisiete años y que originó problemas de los cuales el novel gobierno democrático debería hacerse cargo.

La situación social que se había configurado hasta ese año, reflejaba vívidamente la frase que Mario Moreno (Cantinflas) pronunció en una sus películas: “Estamos peor, pero estamos mejor. Porque antes estábamos bien. Pero era mentira. No como ahora que estamos mal, pero es verdad”.

Los antecedentes oficiales que dan cuenta del resultado de la gestión económica de la dictadura, revelan que el “milagro económico chileno” que en ese periodo se estableció como un hecho irredargüible y ejemplar, no fue más que una magnificación de los resultados obtenidos.

La pobreza ese año, según la Oficina de Planificación Nacional, (actual Ministerio de Desarrollo Social y Familia) se elevaba a un 38,6%. Este porcentaje era levemente distinto del calculado por la Cepal, órgano que indicó que aquella era de un 40%. Esos porcentajes revelan que más de 5 millones de chilenos vivían pobremente. En verdad, este hecho es más grave aún, pues con el método de medición actual, esa proporción se eleva a un 68,5% es decir, de los 13,3 millones de chilenos en 1990, 9 millones eran pobres. Que eso ocurriera después de 17 años de poder absoluto, da fundamentos a la convicción de que la dictadura de Pinochet no fue eficiente para superar la pobreza y base firme para creer que no era su más importante preocupación.

“Una mentira nunca vive hasta hacerse vieja” Sófocles

Que en los casi 17 años se generó riqueza, sin duda así fue, pero los números revelan que su

distribución fue pésima; en 1990 el 10% más rico concentraba el 47,1% del ingreso. Las vivencias de quienes estaban en la patria en esos años, aunque subjetivas, lo confirman.

Se había argüido que actuaría como mecanismo distributivo de los ingresos el efecto goteo o teoría del derrame, que se fundamentaba en la disminución de impuestos a las empresas y fortunas a fin de estimular la inversión de corto plazo y de esta forma beneficiar a la sociedad en general. La experiencia y el FMI indican que esa teoría no funciona.

El propio papa Francisco sostuvo que ese postulado “…que jamás ha sido confirmado por los hechos, expresa una confianza burda e ingenua en la bondad de quienes detentan el poder económico…”. Y así ocurrió.

El empobrecimiento de la población fue un efecto directo de las medidas de liberalización de la economía impulsadas por los denominados “Chicago Boys” quienes aplicaron una política económica de shock, de acuerdo con lo planteado por Milton Friedman. Dicho economista, al recomendar una política de shock aseguraba que, al provocar una súbita contracción, la economía se recuperaría rápidamente. Para ello se debían desmontar los restos del estado de bienestar y promover la aplicación integral del modelo de desarrollo neoliberal.

Los fragmentos siguientes de la extensa carta enviada por Milton Friedman a Pinochet, el 21 de abril de 1975, son elocuentes:

“En la práctica, disminuir el gasto público es, por lejos, la manera más conveniente para reducir el déficit fiscal ya que, simultáneamente, contribuye al fortalecimiento del sector privado y, por ende, a sentar las bases de un saludable crecimiento económico. La disminución del déficit fiscal es requisito indispensable para terminar con la inflación…”

“En mi opinión, las experiencias de Alemania y Japón luego de la II Guerra Mundial, del Brasil más recientemente, del reajuste de postguerra en Estados Unidos, cuando el gasto público fue reducido drástica y rápidamente, argumentan en pro de un tratamiento de shock. Todas estas experiencias sugieren que este período de severas dificultades transicionales sea breve (medible en meses) para que así la subsecuente recuperación sea rápida...”.

“2. Un compromiso del gobierno de reducir su gasto en 25% dentro de seis meses; reducción que debiera tomar la forma de una disminución transversal del presupuesto de cada repartición en 25%, con los relativos a personal, a tomarse cuán pronto como sea posible…”.

“7. La eliminación de la mayor cantidad posible de obstáculos que, hoy por hoy, entorpecen el desarrollo del libre mercado. Por ejemplo, suspender, en el caso de las personas que van a emplearse, la ley actual que impide el despido de los trabajadores.”

“8…Un programa de shock tal como este podría eliminar la inflación en cuestión de meses. También fundaría las bases necesarias para lograr

la solución de su segundo problema: la promoción de una efectiva economía social de mercado…”. “…

La eliminación de la inflación llevará a una rápida expansión del mercado de capitales, lo cual facilitará en gran medida la privatización de empresas y actividades que aún se encuentran en manos del Estado…”. “…para aprovechar esta oportunidad, Chile deberá primero superar un muy dificultoso período de transición…”.

La draconiana política aplicada, que se articuló según dichas directrices, consistió en una liberación repentina de los precios, el retiro de los subsidios estatales, la privatización de cerca de quinientas empresas y bancos estatales, los que se vendieron a precios irrisorios a numerosos inversionistas, incluyendo a amigos y también a familiares del dictador. Se desamparó a las empresas locales, se eliminaron todas las barreras no arancelarias y se redujeron drásticamente los impuestos aduaneros. Sobrevivieron únicamente las poquísimas empresas que estuvieron en condiciones de competir.

El impacto directo fue una pérdida importante de puestos de trabajo. El desempleo se elevó a niveles gravísimos. Para atenuar la crisis, se aplicó un programa de empleo de emergencia (PEE), el cual consistió en dos planes destinados a absorber mano de obra: el programa de empleo mínimo (PEM) aplicado entre 1975 y 1988 y el programa de ocupación para jefes de hogar (POJH) aplicado entre 1982 y 1988. Fue un subempleo institucionalizado, en el cual el sueldo percibido por los trabajadores era aproximadamente un tercio del salario mínimo y evidentemente, no incluyó pagos previsionales.

AUGUSTO PINOCHET SE REUNE CON MILTON FRIEDMAN EL 20 DE MARZO DE 1975

Desempleo

PEE

los seres humanos, consecuencias de largo plazo y muchas irrecuperables. Su sola mención irrita por la indolencia.

EDUCACIÓN Y CULTURA

“Siempre he preferido los números a las opiniones”. Terence Tao

La gestión del sector educación pública durante la dictadura es un tema demasiado amplio como para envolverlo cabalmente en estas notas. Lo que es verdadero es que aquella sufrió un fuerte deterioro.

La causa fundamental del problema se hallaba en la referida recomendación de Friedman de reducir el gasto público, la cual el gobierno de facto llevó también a este sector. De esta forma, se creó un estado subsidiario débil y se dejó el desarrollo del sistema educacional en manos del sector privado.

Así fue como el presupuesto asignado al sector cayó al 3,1% del PIB en 1978 y al 2,3% en 1990.

Lo anterior se asoció a la transferencia de las tareas de educación, desde el gobierno central a las municipalidades y a la creación de escuelas subvencionadas. Ello significó, en definitiva, la destrucción del Estado Docente y la introducción del concepto que la educación es un bien de consumo. En julio de 2011, el entonces presidente Piñera reiteró esa interpretación. Es claro que existe aún una resistencia a la gratuidad de la educación, pese a que esta está consagrada en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

La dictadura desarticuló la red de universidades públicas de la época, regionalizándolas y desvinculándolas unas de otras. Además, en 1981 promulgó la Ley General de Universidades, mediante la cual se inició la privatización de la educación superior y se abrió la posibilidad de crear universidades privadas, de las cuales existen actualmente cincuenta y ocho.

Al contrario de lo que Friedman preveía, la transición que en esencia era una crisis profunda, duró años, no meses y tuvo altísimos y penosos costos sociales, los cuales fueron pagados por los grupos más carentes.

Entre las muchas secuelas del alto desempleo, la más grave fue que el consumo calórico de la sociedad experimentó una fuerte caída a partir de 1973, agudizado en 1975. Obviamente, los niños fueron los más afectados. Se recuperó lentamente hasta 1988, año en que el consumo promedio apenas superaba el requerimiento mínimo diario.

En el curso de la dictadura se concentraron casi dos décadas sin progresos en materia nutricional. Es probado que este estado patológico tiene, para

La mercantilización del sector se apoyaba, en parte, en el argumento del alto costo que significaba para el Estado y en que antes de 1973 quienes accedían a la educación eran pocos.

Las cifras indican lo contrario. En el caso de la educación secundaria en nuestro país, se constata lo siguiente:

La población en 1970 era de 9.564.000, en 2017 de 17.373.831. Aumentó en un 81,85%

El PIB en 1970 era de US $ 9.126.000.000. El mismo producto en 2016 fue de US $ 247.000.000.000. El aumento fue extraordinario.

Los alumnos secundarios en 1970 eran 590.130 (6.7% del total de la población). En 2012, 1.443.554 (8.3% del total de la población). Aumentó un 144%.

Estos números no resisten refutaciones. Las

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condiciones financieras del presente, son mucho mejores que las de la década de 1970.

Solo en 2016, como efecto de las movilizaciones estudiantiles, se consolidó la gratuidad en la educación superior para los estudiantes provenientes del 60% más vulnerable. Los demás deben financiar sus estudios ellos mismos o con créditos con aval del Estado. Los efectos de las políticas de la dictadura para este sector, aún se dejan sentir.

Como consecuencia de la represión y debido a que el Estado retiró el fomento a estas materias, se verificó también una perceptible baja en el país, en la creatividad artística y cultural. Paradojalmente, el concepto de “apagón cultural” fue aplicado por el almirante Arturo Troncoso, quien en 1977 ocupaba la cartera de educación, para referirse, sin la debida precisión, a los bajos puntajes obtenidos por quienes postulaban a las escuelas de las fuerzas armadas.

Hubo resistencias memorables en la literatura, la música, en las artes visuales y en el teatro, (Ictus, por ejemplo) pero que no podían vencer los impactos de la fuerte inacción del Estado.

SALUD

En esta misma línea de liberalización, en 1974 la inversión en salud descendió a un 2% del PIB. Igualmente, se siguieron en este sector las mismas políticas neoliberales, por lo que el vacío en la inversión debía ser cubierto por el mercado.

La esencia de esta política se reflejó en que en 1979 el gasto en salud por habitante estaba por debajo del nivel de 1969-1970. Es elocuente que

entre 1973 y 1990 no se construyó ningún hospital público en el país.

En 1979 se reorganizó el Ministerio de Salud y se creó el Sistema Nacional de Servicios de Salud. Ello permitió mantener ciertos beneficios sociales como alimentación complementaria para los menores de edad y las campañas de vacunación.

El mismo año se creó el Fondo Nacional de Salud (Fonasa) órgano encargado de administrar los recursos estatales destinados a salud. Los afiliados en el presente, son más de 16 millones de personas, es decir el 81% de la población.

En 1981 se crearon las Instituciones de Salud Previsional (Isapres). Los afiliados a estas empresas privadas encargadas de administrar las atenciones de salud son, en la actualidad, alrededor de 3 millones de personas, es decir el 19% de la población. Este es un negocio con la salud. No es un servicio social.

En síntesis, el sistema de salud chileno, en el presente, está constituido por siete Isapres y por Fonasa. Es sabido que estas empresas hoy enfrentan una seria crisis financiera.

Las resumidas informaciones que a este respecto se han expuesto en los párrafos precedentes, permiten comprender lo esencial de las complejidades que el sistema de salud enfrenta en nuestro país, aún en la actualidad.

PREVISIÓN SOCIAL

Otra herencia ingrata de la dictadura es el sistema de capitalización individual de los trabajadores destinada a financiar las pensiones de vejez, invalidez y

JOSÉ PIÑERA EXPLICA EL FUNCIONAMIENTO DE LAS AFP

supervivencia. Para ello en 1981 se crearon las Administradoras de Fondos de Pensiones. Se prometieron jubilaciones que corresponderían al 100% de los sueldos y salarios. Nadie ignora que en el presente, estas difícilmente alcanzan el 25%. Para mitigar los efectos de este problema se ha creado un beneficio mensual, pagado por el Instituto de Previsión Social (IPS), que complementa la pensión base, cuando esta se sitúa bajo un mínimo establecido.

La dictadura de Pinochet introdujo diversas modernizaciones en Chile. Varias de ellas han constituido fundamentos para las estrategias de desarrollo adoptadas desde 1990, pero como se ha señalado antes, en el ámbito social dejó complejos problemas, los cuales las gestiones políticas desplegadas durante los treinta y dos años de democracia, han logrado resolver solo parcialmente.

LA REALIDAD PROBADA

Las cifras oficiales desmitifican el denominado “milagro chileno” obrado por la dictadura.

El crecimiento económico del régimen de Pinochet, entre 1973 y 1989, promedió solo el 2,9% anual y probado está que la distribución del ingreso se deterioró notablemente, así como el empleo y su calidad.

En contraste, en los periodos presidenciales comprendidos entre 1990 y 2009, el crecimiento del PIB promedió el 5,1%. El PIB per cápita aumentó en promedio un 3,7% anualmente. Ello marca una diferencia con el crecimiento promedio registrado entre 1974 y1989.

Cabe indicar que, entre 2010 y 2021, el promedio de crecimiento del PIB fue de 3,1%.

Las referencias en estas notas a la gestión política de la dictadura, tienen dos motivos, sus efectos están engarzados con los hechos sociales del presente y porque, pese a los errores y crímenes perpetrados, hay un inquietante y no menor porcentaje de chilenos nostálgicos de la labor pinochetista. La crítica a lo ejecutado entre 1973 y 1990, comprende también la certeza que tanto el golpe de estado, como el régimen dictatorial fueron innecesarios, debido a que la democracia siempre dispone de herramientas eficaces para resolver todas las dificultades que afectan a la sociedad, sin necesidad de recurrir a procedimientos cruentos.

Lo vivido por los chilenos en los diecisiete años de tiranía prueban que es verdad el siguiente aforismo: “la democracia no es el paraíso, pero garantiza que un país no llegará al infierno”.

Con un fin pragmático y por razones morales, es imperioso que la clase política y la comunidad

remedien los problemas que nuestra sociedad, siempre cambiante, hoy enfrenta. Es claro que esta tarea es permanente y lo especifico en el presente, en que encara circunstancias críticas que afectan su estabilidad. Los requerimientos materiales y la seguridad ciudadana hoy vulnerada, solo se resolverán efectivamente, en el contexto de una democracia consolidada y madura. La tentación de seguir otros caminos, por inviables, ha de ser vedada.

EL 18 OCTUBRE DE 2019

El estallido social del 18 de octubre de 2019, es una advertencia que no debe ser desoída. Tuvo su origen en los problemas referidos y no solucionados, que a esa fecha habían adquirido mayor gravedad. Han sido atenuados, pero están latentes.

Atendido el contexto en que el fenómeno se gestó, su análisis debería ser una labor relativamente simple. Todo parece obvio.

Sin embargo, en esos aciagos días surgieron algunos intentos interpretativos que no vincularon el contexto económico social con las violentas manifestaciones.

Tales interpretaciones, reunidas en parte en el informe Big Data entregado por el Gobierno de Piñera a la Fiscalía, cayeron en el descrédito por su falta de fundamentos.

Se llegó mencionar como origen a las intervenciones rusa, cubana y venezolana, a la participación del anarquismo, del narcotráfico y de un grupo aficionado al K Pop. El psiquiatra Ricardo Capponi, fallecido en esos días, sostuvo que era: “...una crisis de identidad producto del choque generacional. Los adolescentes exigen cambios rupturistas desde una mirada omnipotente y simplificadora de la realidad…”.

Lamentablemente, sectores de nuestro país aún insisten en esos diagnósticos probadamente errados. Los hechos refutan toda especulación. Es preciso abordar lo acontecido analíticamente y con la necesaria sensibilidad. El problema está aplacado, pero no extinto.

Las expresiones del entonces ministro de Hacienda, a propósito del aumento de la tarifa del Metro que detonó el fenómeno, en nada ayudarían hoy. Aquellas, pese a su vacilante ilación, denotaban no solo una criticable indolencia, sino también una falta de comprensión del conflicto social que se gestaba: “...destacar a los románticos que han caído las flores, el precio de las flores, así que los que quieran regalar flores en este mes, las flores han caído un 3,7%”. Hubo otra declaración sarcástica de similar tenor formulada por el ministro de Economía.

Evocaban ambos comentarios la respuesta “que coman pasteles” atribuida a la reina de Francia, María Antonieta, cuando se le dijo que el pueblo no tenía pan. Fue decapitada en 1793. Los ministros solo perdieron sus cargos.

En cambio, la Primera Dama, Cecilia Morel, aunque privadamente, exhortó a una mayor solidaridad por parte de los sectores pudientes.

Es del todo razonable sostener que la desesperanza y la angustia que provocan las carencias materiales ocasionaron esa inolvidable explosión social, y no los choques generacionales.

Los datos duros que describen la situación en la malhadada fecha, son expresivos.

1. El 49,4% de los trabajadores ganaba menos de $ 400.000.

2. El salario promedio mensual en 2018 era de solo $ 573.964.

3. El 10% más rico de Chile recibía el 37,9% del ingreso nacional.

4. El 1% más rico el 10,1%.

5. Chile se encontraba en el 23° lugar de la peor distribución del ingreso en el mundo, en un universo de 157 economías.

6. Al año 2019, la deuda media total de los hogares chilenos ascendía al 73,5% de sus ingresos anuales, fenómeno que afectaba a once millones de personas mayores de dieciocho años.

7. Al segundo semestre de 2019 la deuda de los hogares crecía en torno al 7% real anual.

8. El mismo año, la deuda morosa promedio, que afectaba al 33% de la población mayor de 18 años, es decir a 4,6 millones de chilenos, era de $1.800.000 (US$2.300) per cápita.

9. En 2019 el promedio de la jubilación de los hombres llegó a $290.070. (US$ 350).

10. El promedio de la jubilación de las mujeres fue de solo $176.856 (US$ 214).

11. Según la Encuesta Nacional de Salud de 20162017, los medicamentos más consumidos en el país eran ansiolíticos y antidepresivos.

12. Las licencias por enfermedades mentales presentadas en 2018 fueron 944.627.

13. Las licencias psiquiátricas que fueron rechazadas el año 2015 fueron 198.000.

14. Las licencias médicas psiquiátricas aprobadas en 2013 habían sido 616.942. El incremento en cinco años corresponde a un 53%.

15. En el periodo 2013 al 2014, el mayor número de estas licencias habían sido motivadas por dolencias como tendinitis o lumbago.

16. La tasa de suicidios en el año 2017 alcanzó 1.857 casos. Para efectos de comparación, ese año se registraron 1.483 muertes por accidentes de tránsito.

17. La mayor tasa de suicidios del país ocurría en personas de 80 años y más (8.13%).

18. Si se considera el tramo desde los 65 años hasta los 100, el porcentaje se eleva al 27,3%.

“Something is rotten in the state of Denmark” Hamlet de Shakespeare

Es claro que el problema no es que pocos ganen mucho, sino que la gran mayoría de los chilenos no logra satisfacer sus necesidades materiales básicas con sus ingresos.

Una ligera interpretación de los hechos descritos, sin que sea necesario hilar fino, permite advertir que en la fecha señalada se había configurado una situación social crítica e insostenible, la cual podía desencadenar una protesta bastante violenta. Ello sin necesidad de la intervención de agitadores fascistas o bolcheviques y anarquistas provenientes del Caribe.

fallaron seriamente los análisis de la realidad y la inteligencia del Poder Ejecutivo.

Naturalmente, la información pertinente y relevante es muchísimo más extensa y abarca otros sectores. Los restringidos espacios de estas notas no permiten exhaustividad.

Es claro que la situación, si bien no ha mejorado radicalmente, está momentáneamente controlada. Pero es evidente que, de no adoptar medidas urgentes y efectivas, nuestro país puede enfrentar nuevas manifestaciones populares violentas, de graves y de no mensurables consecuencias.

No hay que olvidar que hasta el 2020, Chile estaba en la posición 23° de peor distribución del ingreso en el mundo, junto a Lesotho.

“Necessitas caret lege”.

La manifestación pública pacífica está consagrada en la Constitución y en el Derecho Internacional, sin embargo, lo ocurrido en octubre de 2019 se desnaturalizó por el intenso vandalismo, saqueos y violencia, acicateado, eso sí, por grupos violentistas. Ello motivó una represión policial que hizo uso de procedimientos violentos e inefectivos.

El Instituto Nacional de Derechos Humanos informó que las actuaciones policiales dejaron 3.765 personas heridas, de las cuales en 427 constataron heridas oculares y 34 de ellos con diagnóstico de pérdida o estallido ocular.

La experiencia indica que esa forma de intentar el control de la protesta, no es la más efectiva.

No parece haber otra solución para la cuestión social, en este momento, que no sea la actuación del Estado en el tema del perfeccionamiento del sistema tributario y en su labor subsidiaria y solidaria.

Lo expuesto hasta aquí fundamenta lo expresado el 18 de junio pasado por el ministro de Hacienda Mario Marcel, ante la posibilidad de no alcanzar un nuevo pacto fiscal: “…significa un riesgo para el país de grandes magnitudes. Si creemos que después del estallido social el país puede seguir adelante sin cambios en materia de gastos, sin mayor esfuerzo tributario, y para algunos sin una nueva Constitución, creo que es una receta para que volvamos a repetir esa experiencia…”.

Los hechos demuestran que sería torpe interpretar esa declaración como una amenaza. No cabe duda que está bien fundamentada.

Era obligación de los servicios de seguridad estar en conocimiento de tales hechos.

Lo que ocurrió era un fenómeno fácilmente previsible. Lo que deja en evidencia que también

Chile enfrenta un momento crucial. Se comienza a subsanar el origen de los problemas materiales que afectan a la sociedad o la anarquía se expandirá en nuestro territorio.

DE VALORACIONES A CÁLCULOS: SOBRE EL SUSTENTO EMOCIONAL DE LA RACIONALIDAD HUMANA

Dos

personas me han hecho la misma pregunta:

¿para qué sirve la poesía? Y yo les he dicho: bueno,

¿para qué sirve la muerte? ¿para qué sirve el sabor del café?

¿para qué sirve el universo? ¿para qué sirvo yo?

¿para qué servimos? Qué cosa más rara que se pregunte eso, ¿no?

JORGE LUIS BORGES

POR FELIPE QUIROZ ARRIAGADA

Magíster en Psicología Educacional, magíster en Educación, Currículum e Innovaciones Pedagógicas, profesor de Filosofía. Licenciado en Educación

AL COMIENZO NO FUE EL LOGOS

Hoy, en pleno desarrollo desenfrenado de la sociedad técnica, tendemos a creer que la realidad misma se constituye por fundamentos racionales. Desde este supuesto se han edificado los principales edificios epistemológicos de la modernidad y actual Hipermodernidad. A ello refería, en efecto, el sueño de Galileo, cuando pretendía que el universo estaba escrito en fórmulas matemáticas, o sea, lógico - formales. Esta idea se repite en todo el desarrollo histórico de la filosofía moderna, al margen de sus tensiones, retrocesos y contradicciones. La realidad sería aprehensible mediante el cálculo racional, y la prueba de ello es cómo la aplicación del método moderno ha permitido al hombre el dominio sobre el mundo, como en ninguna otra época de su historia lo había logrado en tal medida. Sin embargo, el mismo avance del pensamiento racional occidental devela un origen muy distinto. De

hecho, el devenir del pensamiento filosófico griego consistió en pasar del proyecto moral de Sócrates hacia el establecimiento de principios epistemológicos para la creación de una nueva ciencia: la Lógica. Al fin y al cabo, el anhelo de Sócrates de supeditar estrictamente los instintos a la racionalidad es, en efecto, más un deseo que un método (o sea, un instinto debilitado, según Nietzsche), ya que tal ordenamiento del espíritu aún no nacía en la historia humana. Será a través, primero, de la sistematización epistemológica llevada a cabo por Platón, mediante su teoría del mundo de las ideas, así como posteriormente con Aristóteles, mediante lo cual la racionalidad antigua logrará vencer definitivamente al sofisma y dejar para la posteridad al pensar formal como parámetro absoluto para el posterior desarrollo de las ciencias. En este contexto, la titánica tarea del estagirita es tanto de carácter epistemológico como político, ya que a través del sistema de razonamiento deductivo de los silogismos categóricos de forma típica se posiciona, definitivamente, una vía única ante la cual se supeditaría cualquier otra teoría, aproximadamente por los siguientes mil años para la civilización de occidente. Y, de manera aún más extensa en el tiempo, el relativismo sofista no

sería considerado como parámetro filosófico hasta llegada la era contemporánea.

Sin embargo, resulta evidente que lo logrado por Aristóteles representa el fin de un camino, la cumbre de un edificio elaborado por toda una escuela de pensamiento, y no, por tanto, un origen. Es una construcción y, en estricto rigor, un esfuerzo enorme de la voluntad, cuyo fruto es el mundo perfecto, ordenado y armónico, que se desprende desde el silogismo. Es, finalmente, la manifestación espiritual del antiguo anhelo griego por Cosmos, triunfando sobre el Caos.

Pero, paradojalmente, todo anhelo es pasional, incluso y tal vez en mayor medida el que busca con escrupulosa obsesión el nacimiento de un sistema absoluto de racionalidad deductiva; mediante la cuál establecer el imperio de lo necesario en el mundo de las ciencias. Se trata, por tanto, de una refinada e intensa manifestación de la voluntad de poder tan propia al hombre como su esencia misma. Respecto del nacimiento del sistema formal de la lógica, en la literatura se señala:

Comprobaremos así que no es si no el pobre, pero útil resultado, del poderoso, tenaz y frenético esfuerzo de nosotros mismos -entes afincados en la

vida-; que la lógica nace, se desarrolla y perfecciona a lo largo de los siglos, de la experiencia científica y de las creencias metafísicas; que su último por qué germina dentro de determinados horizontes metafísicos, aunque sólo es una lenta y penosa construcción a posteriori (Granel, M. 1949. Pág. 6). De esta manera, la formalidad lógica sería producto de la creencia, o sea, del anhelo, la necesidad, la búsqueda instintiva, y la pasión. Por tanto, del cuerpo. Respecto de ello el gran pensador de la sospecha, Friedrich Nietzsche, señalaba: “Tu pequeña razón, hermano, esa a la que llamas “espíritu”, es también un instrumento de tu cuerpo” (Así habló Zaratustra. 2012. P. 52). Lo cual se complementa con: “El cuerpo, como creador, se creó al espíritu como brazo de su voluntad” (53). Y finalmente, con:

Detrás de tus pensamientos y de tus sentimientos, hermano, hay un amo poderoso, un sabio desconocido que se llama sí mismo. Habita en tu cuerpo; es tu cuerpo. Hay en tu cuerpo más razón que en tu más profunda sabiduría (53).

Esta idea tuvo eco en buena parte de la teoría filosófica del siglo XX, así cómo también en el ámbito de la psicología, principalmente en el psicoanálisis,

para el cual la idea de Pensamientos Inconscientes adquiere un rol determinante. Este pensar anterior a la consciencia responde, precisamente, a ese campo misterioso existente en la interioridad humana que se da entre lo somático y lo psíquico, que Sigmund Freud buscó explicar a lo largo de gran parte de su obra. Respecto de ello, en la literatura psicoanalítica se señala:

La vida anímica rebosa de esos pensamientos inconcientes y eficientes que pugnan por salir y que, como los sueños, sólo alcanzan la conciencia desfigurados y transcritos en formaciones inconcientes. (Sierra, M. L. 2009. Los sueños de Sigmund Freud. Pp 90-91).

Por cierto, tal actividad mental que producto de la represión no logra emerger desde lo inconsciente hacia la consciencia no refiere, en modo alguno, a la constitución de la racionalidad. Por el contrario, esta última es, de alguna manera, el reverso de lo inconsciente. Sin embargo, tanto para el nacimiento de la fantasías como para el de la razón, la fuente es la misma; el mundo de las pasiones instintivas que provienen, a su vez, del cuerpo y su vitalidad. Y así como a pocas inteligencias extraña que la existencia del Mito emerja desde las profundidades de las necesidades irracionales del hombre, a muchas sí extraña que el origen del Logos, o sea, de los principios filosóficos que sustentan la actividad intelectual, académica y científica de la humanidad, provenga desde ese mismo misterioso y oscuro origen. Por tanto, tal como se ha señalado, la racionalidad no descubre ningún principio, sino que, por el contrario, elabora argumentos que son de una naturaleza completamente a posteriori. Son, en efecto, el a posteriori absoluto, y sus producciones no debieran denominarse Principios, sino Últimos, ya que no representan ni semilla ni raíz alguna, sino flores y frutos. La razón, de esta manera, es producto de una agudización del instinto, o sea, es efecto de una concentración de la voluntad de poder, en el animal humano, así como la cultura no es otra cosa que la forma en que se expresa la naturaleza a través de esta particular especie. La razón, de esta manera, más que responder a un mandato científico lo hace de uno creativo, y la formalidad lógica es, por tanto, expresión estética, así como la ciencia; narrativa.

LA NECESIDAD DE LAS HUMANIDADES

Si bien la lógica demoró siglos en posicionar las estructuras formales necesarias para que los caminos del sentido se orientaran hacia determinados horizontes de validez o invalidez, necesarios o probables, esta estructuración se logró debido a una actividad

mucho más antigua de la humanidad, la cual consiste en establecer valoraciones respecto de la realidad, y sus entes. Por cierto, tal generación de jerarquías axiológicas no responde a criterios racionales. No lo podría hacer si la misma racionalidad es uno de sus frutos. Pero siempre lo hace a lo que emocionalmente es importante para nuestra subjetividad. La emoción es, entonces, la verdadera raíz de del sentido, en el mundo humano.

Sin embargo, el ámbito de la subjetividad, de aquello que para cada persona es específicamente importante, se ve siempre invisibilizado y, por tanto violentado, cuando se lo intenta someter a las fórmulas positivistas de interpretar la realidad, confudiéndonos entre la causa y el efecto. El centro desde donde nacen nuestras motivaciones y posteriores valoraciones no es posible medirlo sin alienarlo y reducirlo. Sin, en otras palabras, traicionarlo. En ello radica, en efecto, el misterio, belleza y dificiltad de la búsqueda psicológica. Respecto de ello, se señala: Cuando Jung dice “Conozca todas las teorías. Domine todas las técnicas, pero al tocar un alma humana sea apenas otra alma humana” podemos decir que es el postulado esencial para todo aquel que se forme en materia de psicología (Pacheco, H. H. Revista Stultifera Navis. P 7).

Para abordar la fuente desde la que emana aquello que valoramos, en lo personal como en lo colectivo, debemos instalarnos desde coordenadas intelectuales muy distintas al positivismo conductista. Para ello, la fenomenología y, de hecho, la investi-

gación intercultural, nos entregan categorías claves para intentar el acercamiento al misterio, el cual no admite cientificismos. Una de estas categorías es la de Alteridad. De acuerdo con la literatura, esta: Supone aceptar como sujeto cognoscente a alguien no imaginado, a alguien no igual. El aceptar una Otredad distinta, no construida necesariamente a partir del Uno, supone admitir formas de conocer totalmente otras y supone, también y necesariamente, el diálogo y la relación con ese Otro en un plano de igualdad basado en la aceptación de la distinción y no en la semejanza y la complementariedad (González, F. 2009, p 126). De forma muy distinta ocurre cuando, mediante la estructuración estricta del pensar formal, se someten a categorización lógica y matemática las relaciones intersubjetivas de las colectividades humanas, y, con ello, se orienta hacia caminos de validez o invalidez a una dimensión de la realidad, la de la interioridad emocional de las personas, que debe ser considerada éticamente desde parámetros completamente distintos. Así como señalara Martin Heidegger cuando advertía de los peligros para las ciencias el supeditarse exclusivamente de acuerdo al método investigativo moderno (Serenidad, 2002), que desde sus supuestos ya condiciona sus resultados y conclusiones, cuando es a la subjetividad a la que se somete a este esquema, se transforma la sutil naturaleza interior de las personas en dato cuantificable, reconocible, medible y, por todo ello, manipulable. Respecto de ello el pensador Michel Foucault señalaba: Finalmente, el examen se halla en el centro de los procedimientos que constituyen el individuo como objeto y efecto de poder, como efecto y objeto de saber. Es el que, combinando vigilancia jerárquica y sanción normalizadora, garantiza las grandes funciones disciplinarias de distribución y de clasificación, de extracción máxima de las fuerzas y del tiempo, de acumulación genética continua, de composición óptima de las aptitudes. Por lo tanto, de fabricación de la individualidad celular, orgá-

nica, genética y combinatoria (Vigilar y Castigar. 2003. p. 179).

Hoy, en pleno auge del desarrollo de la Inteligencia Artificial, el peligro de alienación de la subjetividad humana es un hecho innegable para las generaciones que viven en estas primeras décadas del siglo XXI, ya que se puede avanzar sin contrapeso en la transformación de todo elemento cualitativo en otro cuantitativo, siendo esto, para el ámbito de las valoraciones personales, a todas luces enajenante. En efecto, el hecho de que las emociones individuales respondan a cálculo lógico es, en simples palabras, clara evidencia de manipulación y adocrinamiento, vía disciplina y vigilancia tecnológica. Por cierto, la práctica de manipulación colectiva es tan antigua como la política y el mundo, sin embargo, lo verdaderamente preocupante de la actual situación es el alcance, la velocidad, presencia y naturaleza de la herramienta a la que los seres humanos pudieran estar sometiéndose paulatinamente, así como la completa diferencia de fuerza entre la herramienta misma y las voluntades individuales. Al fin y al cabo, no es solo el pensar mismo el que está en riesgo, como señalara Heidegger (Serenidad, 2002), sino la emocionalidad de las personas, y con ella nuestra identidad más próxima, desde la cual valoramos o no la vida con sus desafíos y posibilidades.

Para que la preciosa subjetividad humana sea preservada, y no devorada por su propia creación -la racionalidad técnica y sus actuales instrumentos de vigilancia- es necesario abordar el mundo emocional valorando lo que este valora, dando importancia a sus particularidades e, incluso, arbitrariedades, ya que es en ellas donde aún se esconde lo que nos distingue del cálculo homogéneo, y podemos, al margen de las circunstancias y su influencia, ser un alma, y no un producto. Para ello, entonces, junto con los avances de la tecnología, es necesario rescatar a las humanidades y las artes, las narrativas y axiologías que permitan al ser humano volver a habitar su mundo, y reencontrarse con su poder.

DOLORES QUE MATAN

LOS PADECIMIENTOS AFECTIVOS

TAMBIÉN PUEDEN DOLER Y MATAR

* La ciencia médica hoy reconoce tres tipos de dolor: nociceptivo, neuropático y nociplástico. Este último se caracteriza porque el paciente presenta un cuadro clínico de dolor crónico, pero sin evidencia de lesión que lo sustente.

* Esta clasificación es muy reciente. Por ende, es desconocida por la población, así como también por algunos médicos y otros profesionales de la salud.

* El dolor nociplástico puede acompañarse con frecuencia de depresión, ansiedad, insomnio y pensamientos negativos, lo que genera gran cantidad de consultas a especialistas, en una búsqueda incansable e infructuosa, de la enfermedad que produce esta compleja condición.

POR PIERINE MÉNDEZ YAEGER

Periodista

La constante agitación y competitividad de la vida moderna suele provocar consecuencias inesperadas en la salud de las personas; muchas de ellas asociadas a cuadros de estrés, angustia o ansiedad provocados por la constante necesidad de ejecutar gran cantidad de tareas o deberes simultáneos. Tanto en la vida laboral como personal. Para la mayoría de la población, estos cuadros tienen una duración acotada que no pasa más allá de algunos días. Sin embargo, también existe un sector cada vez más importante de pacien tes que en forma progresiva experimenta dolencias físicas agudas y permanentes, que por lo general no tienen explicación directa.

Esta condición de dolor puede, incluso, volverse crónica y abarcar patologías cada vez más comunes entre la población, como por ejemplo, fibromialgia,

síndrome de intestino irritable, síndrome doloroso vesical, cefaleas y fatiga crónica, entre otras. Hasta hace muy poco tiempo las causas directas de estas afecciones no eran del todo claras, lo cual provoca mayor incertidumbre y angustia entre los pacientes. Sin embargo, la ciencia médica logró recientemente identificar una condición basal común de todas estas patologías de origen desconocido, la cual denominó “dolor nociplástico”.

Así lo confirma la Dra. Delia Ruiz, Médico Fisiatra y vicepresidenta de la Asociación Chilena para el Estudio del Dolor y Cuidados Paliativos (ACHEDCP), quien destaca que “este mecanismo de dolor corresponde a una nueva definición por parte de la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP, según su sigla en inglés), que se estableció como tal recién en 2017”.

¿QUÉ ES EL DOLOR?

La Dra. Ruiz explica que el dolor es una experiencia sensorial y emocional

desagradable vinculada a un daño o lesión, real o potencial. Asimismo, este dolor se vuelve crónico cuando tiene una duración permanente de doce semanas o más.

“El dolor puede estar dado por una condición multifactorial que se manifiesta con síntomas físicos y psicológicos que pueden generar variadas consecuencias, entre ellas, disminución en la calidad de vida, discapacidad, alteración de las actividades cotidianas, cambios en el estado de ánimo y alteraciones del sueño”, destaca la especialista.

La ciencia médica ha identificado tradicionalmente dos tipos de dolor según su origen: nociceptivo y neuropático.

El dolor nociceptivo es causado por la activación de los receptores del dolor (llamados nociceptores) en respuesta a un estímulo (que puede ser una lesión, inflamación o infección, entre otras causas posibles).

Un ejemplo clásico es el malestar que sentimos, en mayor o menor grado, luego de sufrir un golpe, una caída o la picadura de un insecto.

Por su parte, el dolor neuropático es una lesión o enfermedad específica del sistema somatosensorial (la parte del sistema nervioso que nos proporciona información del tacto, dolor y temperatura, entre otras variables). Algunas patologías que per tenecen a esta categoría son la neuropatía diabética periférica y la esclerosis múltiple, por ejemplo.

A estas dos definiciones se sumó recientemente el dolor nociplástico, que es precisamente aquel cuyos orígenes no logran ser determinarse con total certeza, y que puede ser causado, entre otras cosas, por padecimientos afectivos exacerbados por las condiciones de un entorno demasiado agitado, angustiante o exigente.

es decir, sin que se detecten lesiones somáticas ni neurales que justifiquen este dolor en forma crónica”.

Según el artículo “Nueva clasificación del dolor: introduciendo el dolor nociplástico”, publicado en la revista científica Neuro Rehabs News, la perpetuación de este dolor nociplástico se relaciona con factores psicosociales, los cuales ayudarían a “generar cambios plásticos en las neuronas”, lo que induce falsas señales de daños en los tejidos, que llegan al cerebro y son interpretadas como tales por el paciente.

En ese momento, y tal como se afirma en esta publicación científica, “el cerebro responde manteniendo un estado de alerta, amplificando las señales y haciendo que el dolor se perpetúe y se vuelva crónico”.

EL DOLOR Y LAS EMOCIONES

Esta condición puede, entonces, generar cuadros de dolor agudo directamente relacionados con las emociones de las personas. En otras palabras, la angustia por cumplir con el trabajo, preservar la armonía familiar o resolver las contingencias propias de una existencia estresante pueden, de un momento a otro, gatillar falsas alertas que el cerebro mal interpreta y terminan manifestándose en dolor físico (nociplástico).

“Con el dolor nociplástico el paciente percibe dolor, es decir, se produce una alteración de las vías sensoriales que están relacionadas con este malestar, pero no hay evidencia de que exista un daño tisular y que se estén activando los nociceptores del dolor. Tampoco hay evidencia real de que sea un dolor neuropático, es decir, que exista una lesión o enfermedad del sistema somatosensorial. Entonces no es un dolor nociceptivo ni neuropático”, explica la Dra. Ruiz. En tal sentido, el profesor Dr. Roberto Rey, neurólogo del Instituto Argentino de Investigación Neurológica Sanatorio Finochietto, de la Universidad de Buenos Aires, manifiesta que “así como hay personas que pueden caminar sobre brasas sin manifestar dolor, también hay quienes pueden sentir dolor ante estímulos que normalmente no lo generarían,

Según el Dr. Roberto Rey, las personas que sufren de dolor nociplástico también comparten características clínicas y comorbilidades comunes, tales como ansiedad, depresión e insomnio. El especialista también destaca que en estos casos, es común la superposición de distintos síndromes dolorosos crónicos con síntomas muy similares.

Pero las emociones o factores psicosociales derivados de la vida diaria no solo se asocian con manifestaciones de dolor físico. Según la Sociedad Europea de Cardiología, también pueden ayudar a prevenir y tratar los factores de riesgo psicosociales. Esto ayudaría a contrarrestar el estrés psicosocial, la depresión y la ansiedad, así como a facilitar un cambio conductual que mejore la calidad de vida y el pronóstico de los pacientes.

Una estrategia preventiva que podría, incluso, ayudar a reducir los altos índices de patologías cardíacas y cerebrovasculares que hoy afectan a la población.

En este sentido, el Dr. Fernando Lanas, cardiólogo, académico del departamento de Medicina Interna de la Facultad de Medicina de la Universidad de La Frontera, e integrante del Comité de Expertos de la OMS para diseñar la estrategia de infarto y ACV, comenta que existen numerosos estudios que respaldan la afirmación de que los factores psicosociales impactan en la salud cardiovascular.

Al respecto, el Dr. Lanas pone especial énfasis en la existencia del síndrome de Takotsubo, también conocido como “síndrome de corazón roto”.

“Este es un fenómeno más común en las mujeres y se presenta con una pérdida de la fuerza en la punta del corazón. Si bien esta afección puede ser transitoria, se han reportado casos en que (incluso) ocasiona la muerte”, advierte el Dr. Lanas.

El cardiólogo añade que una de las diferencias del síndrome de Takotsubo con un infarto al miocardio es que con este síndrome se produce un cambio en la anatomía del corazón, generando los mismos síntomas de un infarto al miocardio (como dolor en el pecho y falta de aire), pero una vez superado el episodio, el órgano vuelve a su forma normal (lo que no ocurre en un infarto).

ABORDAJE MULTIDISCIPLINARIO

Como el dolor y sus orígenes deben abordarse desde un enfoque multidisciplinario, mediante instancias de educación médica continua que entreguen una efectiva actualización sobre los diversos tratamientos y métodos diagnósticos, la División Upjohn de laboratorio Pfizer, organizó recientemente en Buenos Aires, Argentina, un encuentro internacional dirigido a médicos y otros profesionales en salud.

Dicha instancia permitió compartir valiosas experiencias sobre el diagnóstico y tratamiento del dolor nociplástico, y contó con las exposiciones de numerosos médicos especialistas de los diversos países de la región, entre ellos, la Dra. Delia Ruiz, de Chile.

“Precisamente participé en un estudio mundial sobre la asociación de estrés psicosocial con el riesgo de infarto al miocardio, el cual arrojó que los factores emocionales como angustia y depresión corresponden a la tercera causa de este tipo de eventos. En primer lugar se encuentra el colesterol alto, luego el hábito de fumar y en tercer lugar los factores psicosociales”, enfatiza.

En forma paralela la División Upjohn realizó en la ciudad de Medellín, Colombia, la “Cumbre Regional en manejo del Riesgo Cardiovascular”, con el objetivo de enfatizar el cuidado cardiovascular de las personas.

Iniciativas que ayudan a crear más conciencia de los riesgos asociados a un estilo de vida demasiado agitado o estresante, y que sin duda también ayudan a prevenir las consecuencias del dolor nociplástico y el síndrome del corazón roto entre las personas.

VIDAS INDIGNAS DE SER VIVIDAS

En octubre próximo se cumplirán noventa años desde que Adolf Hitler autorizó la eliminación de seres indignos, dando inicio al programa de eutanasia nazi bajo el nombre en clave de Aktion T4.

Por difícil que nos resulte creer, la eliminación de discapacitados físicos y psíquicos considerados

«incurables» fue un programa secreto, concebido y ejecutado por médicos, convirtiéndose en la adulteración en su más alto grado del Juramento Hipocrático: “Primun non noceré”.

Entre 1933 y 1945, el régimen nacionalsocialista auspició el asesinato de cientos de miles de personas cuyas vidas fueron etiquetadas como «indignas de ser vividas».

Esta fue la Operación AktionT4, quizás poco conocida en la bibliografía dedicada al Tercer Reich.

La malévola obsesión de Hitler fue devolver la pureza a la mítica raza aria de hombres y mujeres: alt@s, rubi@s y de ojos azules; a los que consideraba los únicos verdaderamente humanos, que habrían ido degenerando a lo largo de los siglos debido a un proceso de mestizaje. Si recordamos acontecimientos recientes, esta forma de pensar la tienen otros gobernantes, por suerte sin los medios necesarios para aplicarla.

La idea era purificar la sangre aria de toda clase de impurezas, de razas «inferiores» como los eslavos o gitanos, «peligrosas» como los judíos o de los discapacitados, aunque fueran de la propia raza. Porque además de no ser autosuficientes, consumían recursos sanitarios.

El racismo nazi se apoyaba en tres pilares: el

ADOLF HITLER CON SU MINISTRO DE PROPAGANDA, JOSEPH GOEBBELS, EN 1944.

darwinismo social, antisemitismo, y la creencia en el “mito ario”.

El principal ideólogo de la política racista durante el gobierno de Adolf Hitler fue el estonio Alfred Rosenberg, gran defensor de la pureza de la raza y cuando conoce a Hitler en 1919, inicia su carrera política trabajando como redactor en el periódico Volkischer Beobachter. Pronto se convirtió en una gran líder mediático. Su pensamiento estaba influido por Houston S. Chamberlain, las doctrinas del superhombre de Nietzsche y la obra de Gobineau (fundador del racismo moderno).

Rosenberg, al escribir su obra en 1930, “El mito del siglo XX”, expone su concepción de la “pureza racial de Alemania”, convirtiéndose así en el principal teórico de las premisas racistas del régimen nacionalsocialista.

Este programa de eugenesia se camufló como eutanasia, cuando la palabra más adecuada sería la de asesinato a discapacitados, enfermos y miembros de minorías que fueron víctimas del racismo nazi. Esta biopolítica fue muy anterior al Führer, fundada por sir Francis Galton en 1883, y fue en los Estados Unidos, el primer país donde se promulgaron y aplicaron leyes en las que se articulaba la esterilización eugenésica como medio de evitar la reproducción

AUTORIZACIÓN DE ADOLF HITLER PARA EL PROGRAMA DE AKTION T4, FECHADA EL 1 DE SEPTIEMBRE DE 1939.

AUTOBUSES ROJOS PARA EL TRANSPORTE DE PACIENTES AL CENTRO DE EXTERMINIO.

de los socialmente indeseables y genéticamente inferiores para preservar la pureza de la raza. Desde comienzos del siglo XX, el movimiento eugenésico norteamericano contó con el apoyo tanto de instituciones oficiales como de las grandes fortunas, lo que condujo a la aprobación por parte de 32 estados de leyes de esterilización forzada. En Alemania se conoció como Rassenhygiene (higiene racial), y desde comienzos del siglo XX era impartida como asignatura en numerosas facultades de Medicina. La mayor parte de los miembros de la Sociedad de Higiene Racial, cofundada en 1905 por los psiquiatras Alfred Ploetz y Ernst Rüdin, estaban convencidos del origen hereditario de las enfermedades mentales, aceptaban la imposibilidad de curación de los 340.000 enfermos ingresados en las instituciones y hospitales alemanes y la acumulación de estas taras en su progresiva descendencia generacional. El 1 de enero de 1934 entró en vigor la Ley para la Prevención de la Descendencia Genéticamente

Enferma, tomando como referente la Ley Modelo de Esterilización Eugenésica estadounidense, que obligaba a esterilizar a los discapacitados físicos y psíquicos recluidos en instituciones. Los médicos notificaban estos casos para su examen al correspondiente Tribunal de Salud Hereditaria, compuesto por un jurista y dos médicos, que si consideraba que su dolencia estaba dentro de las contempladas por la ley, ordenaba su esterilización.

GRUPO DE MÉDICOS QUE LLEVÓ A CABO EL PROGRAMA AKTION T4
GEBHARDT

La experiencia alcanzada en la T4 Aktion fue clave para la posterior puesta en marcha de los asesinatos masivos con gas en los campos de exterminio.

Estos asesinatos se interrumpieron temporalmente en 1941 por las homilías del obispo de Münster, von Galen.

En el Programa de Eutanasia fueron asesinados 70.000 personas de las cuales 5.000 eran niños.

En los juicios de Nuremberg, solamente veinte

médicos y tres colaboradores fueron juzgados por crímenes de lesa humanidad. A partir de entonces, a nivel mundial las instituciones médicas sostuvieron la teoría de que las violaciones que habían ocurrido dentro de la profesión fueron actos aislados de algunos profesionales que trabajaban en determinados lugares tristemente célebres, como los campos de concentración. Los juicios de Nuremberg y el código que se promulgó a partir de ellos, no recibieron demasiada atención hasta mediados de la década de 1960. Lo que la medicina había hecho durante el régimen nazi parecía no tener mayor relevancia para los médicos del resto del mundo.

El papel desempeñado por ciertos profesionales en el holocausto y en el nazismo debería, en consonancia con la Declaración de Estocolmo, año 2000, y el libro “De esto contaréis a vuestros hijos…”, ser incluido como objeto de estudio en los sistemas educativos y dentro de las profesiones sanitarias y no sanitarias.

El estudio y análisis del holocausto nos permite aprender lo que debemos evitar y adquirir y transmitir valores como tolerancia, no discriminación, lucha contra la xenofobia, racismo y antisemitismo, respeto, uso adecuado de la tecnología médica e investigación beneficiosa para la humanidad.

EL DOCTOR KARL BRANDT, UNO DE LOS RESPONSABLES DEL AKTION T-4, DURANTE EL JUICIO EN NÜREMBERG, 1947.
DOMINIO PÚBLICO

(PARTE 1)

LA EJECUCIÓN MUSICAL EN LOS CAMPOS DE CONCENTRACIÓN NAZI

Este artículo dará cuenta de lo que significaba ser músico en las orquestas que funcionaban al interior de los centros de detención y exterminio nazis. Hacer música en tales condiciones límites, les permitió sobrevivir en medio del genocidio y la barbarie, pero al mismo tiempo, significó la degradación de aquello que los definía como artistas y seres humanos.

POR CRISTIAN MONTES CAPÓ

Doctor en Literatura y profesor del Área

Narrativa Chilena y Latinoamericana de la U. de Chile.

Estudios de música en el Conservatorio

INTRODUCCIÓN

La música y su ejecución son fenómenos que poseen una íntima relación con el espacio donde esta se despliega. El lugar, el momento y las circunstancias en las que esta se despliega comprometen de particular forma el

momento y el carácter de la recepción. La situación se complejiza cuando el evento musical se desarrolla en un contexto absolutamente adverso, como fue el hecho de ser director/a de orquesta o instrumentista en los centros de detención y exterminio nazi, durante la segunda guerra mundial.

La maquinaria nazi, en sus doce años de dominio, construyó una amplia red de lugares de confinamiento, tales como campos de concentración, de exterminio, de reubicación, de prisioneros, de trabajo, de internamiento, además de cárceles y guetos, para encerrar o asesinar a los prisioneros. En muchos de

estos espacios se desplegó una actividad musical que pudo darse en tales contextos, a pesar de todas las adversidades. Intentar analizar el fenómeno exige establecer una clara distinción entre lo que ocurría en los campos de concentración y lo que sucedía en los guetos nazis de Europa Oriental, puesto que la actividad musical de cada lugar dependía de sus peculiaridades y condiciones contextuales.

Las siguientes páginas se concentrarán en tres aspectos que son fundamentales para entender la complejidad de un tema que sigue vigente en las preocupaciones y reflexiones de las últimas décadas. El primero de ellos es dar cuenta de las formas en se generaba la actividad musical tanto en los campos de concentración, especialmente Auschwitz , como en algunos guetos de Europa oriental. Un segundo aspecto de relevancia remite al tipo de relaciones que se podían llegar a producir, en esos entornos de confinamiento, entre los intérpretes y entre estos y sus directores/as. En este caso, entre la directora y violinista Alma Rosé y las mujeres intérpretes que dirigía, especialmente la cantante, pianista y arregladora Fania Fénelon. Un tercer aspecto tiene que ver con los complejos vínculos y negociaciones que,

debido a las circunstancias, se produjeron entre los músicos/as y sus captores, con la finalidad última de lograr sobrevivir. Finalmente, en la parte conclusiva del texto, se realizará una reflexión en torno al significado que puede haber tenido la ejecución musical en las circunstancias adversas en las que debió llevarse a cabo. Se remitirá para dicho fin a algunos postulados de músicos que refuerzan las interrogantes que surgen del tema que se desplegará a continuación.

AUSCHWITZ: REALIDAD Y SÍMBOLO

Más allá de las diferencias que más adelante se observarán entre la actividad musical que se desarrollaba en los campos de concentración y en los guetos, el lugar, la nominación Auschwitz, abarca la totalidad de esos espacios y condensa en su significación, una simbología del terror y las consecuencias de la debacle simbólica producida. Auschwitz se erige así en precedente ineludible de cualquier situación futura donde el horror conviva con el arte de la música, en un contexto de degradación moral, crueldad y deshumanización generalizada.

Desde la perspectiva de Camilo Rossel, una de las experiencias más profundas y complejas del siglo XX fue lo sucedido en la segunda guerra mundial, debido a la creación y la existencia de los campos de concentración nazi. Las atrocidades cometidas, la inteligencia, la ciencia y las tecnologías comprometidas, volcadas al exterminio de seres humanos, hicieron que ante una situación que sobrepasaba los límites de lo posible, la noción misma de realidad entrase en cuestionamiento. Según Rossel, posteriormente pudo constatarse la imposibilidad de darle a lo sucedido un sentido histórico y construir un discurso que intentara explicar lo ocurrido. Surgió así una dificultad profunda y un abismo entre la experiencia y el lenguaje y, en general, entre la experiencia y el arte. Auschwitz es, en este sentido, el lugar y el momento en que toda significación es arruinada, donde prevalece un intercambio de significantes vacíos que ha casi anulado el antiguo vínculo que existía entre el arte y la subjetividad:

“Auschwitz, el símbolo Auschwitz, desbarata no tanto el lugar del sujeto en el mundo sino el sentido del devenir de este, destroza el lugar que había ocupado hasta entonces la experiencia poética, y más ampliamente la experiencia artística, en tanto que lugar vinculante entre mundo, lenguaje y sujeto. Pero lo interesante es que esta ruptura no se genera tanto por las operaciones de barbarie acontecidas al interior de los campos de exterminio (…), sino en virtud a las cifras de los que rompían toda posibilidad de mensuración.

Visto desde este punto de vista, la barbarie estaría dada por un modelo administrativo que permite operar cifras impensables y que reduce a cifra toda subjetividad, y, en esto, impide cualquier pensamiento, como por ejemplo el arte. Aquella soledad humana que habían mistificado los poetas románticos muestra por primera vez su real significado; la imposibilidad; la imposibilidad de llevar a cabo un proyecto histórico común y el homo administrativus como modelo de eficiencia de aquel sinsentido. La obra de arte, la experiencia de darle sentido histórico al lugar de un sujeto en un devenir, ella misma ya no tiene lugar (Camilo Rossel en “Preludios”, LOM 2008).

Según Hanna Arendt, el marco contextual, social y político que hizo posible todo lo sucedido fue lo que ella definió con el concepto de totalitarismo. En la última parte de Los orígenes del totalitarismo (1987), la filósofa afirma que los campos de concentración ocupan un lugar primordial al interior de las prácticas totalitarias, ya que en tanto espacio de excepción, permiten la continuidad del gobierno totalitario en

ALMA MARÍA ROSA (1906-1944)
FANIA FÉNELON (1908-1983)

el poder. Fueron verdaderos laboratorios de la dominación total, en los que se experimentó con seres humanos, con el fin de expulsar de ellos todo rasgo de humanidad. Arendt considera que el totalitarismo llega a la destrucción de la individualidad y de la personalidad, dado que, encarnado en los campos de concentración, elimina en los prisioneros toda posible privacidad. Ni siquiera posibilita el derecho de vivir su propia muerte, al no haber huella de la víctima, ni recuerdos, ni historia que contar. En esto consiste la deshumanización de la persona, reducida a algo en realidad totalmente superfluo:

Los campos son concebidos no solo para exterminar a las personas y degradar a los seres humanos, sino también para servir a los fantásticos experimentos de eliminar bajo condiciones científicamente controladas a la misma espontaneidad como expresión del comportamiento humano y de transformar a la personalidad humana en una simple cosa (Arendt “Los orígenes del totalitarismo” 1987).

Por otro lado, Arendt señala que en muchos casos en los campos de concentración no se buscaba obtener un beneficio económico con los prisioneros, a través de su explotación como fuerza de trabajo, puesto que era frecuente que las tareas que debían asumir eran básicamente inútiles en términos de productividad. La finalidad de estas era, más bien, la desmoralización y la desesperanza: La inverosimilitud de los horrores está estrechamente ligada a su inutilidad económica. Los nazis

condujeron esta inutilidad hasta el grado de una franca antiutilidad cuando, en plena guerra, a pesar de la escasez de materiales de construcción y de material rodante, establecieron enormes y costosas fábricas de exterminio y transportaron a millones de personas de un lado a otro.

A pesar de esta antiutilidad, Arendt afirma que los espacios concentracionarios poseen una productividad particular, esto es, mantener en funcionamiento la maquinaria de concentración, el exterminio y la experimentación de los prisioneros. Dentro de esta dinámica de la aniquilación el aspecto productivo radica en asesinar a los deportados, para luego eliminar los rastros de la barbarie cometida. La planificación estratégica de torturas y exterminio ha tenido como fin la deshumanización de los prisioneros, hasta tornarlos superfluos, entendiendo por ello el limitar su existencia a la mera funcionalidad corporal, a la sobrevivencia y al aislamiento del mundo exterior y de los otros.

MÚSICA EN AUSCHWITZ:

LA ORQUESTA DE MUJERES

La música en los campos de concentración y exterminio actuaba como un medio de supervivencia para los prisioneros y como un instrumento de terror utilizado por las SS. Allí, era común que el personal del campo usara a los músicos prisioneros para una finalidad personal y que conscientemente usara la música para quebrantar aún más la voluntad

1943. ORQUESTA DE MUJERES DE AUSCHWITZ

de los prisioneros, lo cual traía como consecuencia deculturización y deshumanización a través de la composición de música forzada. Este es un hecho que habitualmente se olvida. En los campos de concentración y exterminio, la música oscilaba entre su uso como una estrategia legítima de supervivencia y diversión necesaria de las víctimas, y su apropiación indebida y mal uso por parte de los perpetradores. Para interiorizarse de cómo era en general la vida musical en Auschwitz, se considera fundamental el libro autobiográfico de Fania Fénelon: Playing for time (1977). Cantante, instrumentista y arregladora orquestal, su participación en la orquesta que dirigía la célebre violinista y directora Alma Rosé, en Auschwitz-Birkenau, fue un aporte sustantivo para que el grupo musical alcanzara el gran nivel artístico que logró tener.

Fania Fénelon afirma que una de las funciones del grupo orquestal era tocar marchas militares a la entrada del campo de concentración, cuando los prisioneros debían salir a realizar los trabajos obligatorios y por las tardes cuando estos retornaban. Para recibir a importantes personalidades y complacer en privado a los mandos superiores del campo, tenían que interpretar, preferentemente, obras de compositores alemanes, como Beethoven, Schumann o Mozart. Los días domingo se les exigía dar conciertos para un público conformado por soldados de las SS y tocar música de películas exitosas, canciones populares, arias de ópera fácilmente reconocibles y fragmentos de opereta.

Fania Fénelon recuerda que en cualquier momento debía estar preparada para dar un recital para los altos oficiales o para cantar en alguna fiesta. La música, en este sentido, poseía una doble dimensión en que se debatía la sobrevivencia física y moral, pero también la dignidad y el equilibrio mental de los músicos: We had never played so much: there were two or three concerts every Sunday. Every day, and often several nights on end, the SS came to our block to demand endless musical desserts. Hell has many faces, and for us this was one of them. Yet I was greteful to this musical activity for granting me a respite and also for allowing me to oxygenate my braine by working on scores and orchestrations- it was like a few hours of mountain air (…) At Birkenau, music was indeed the best and worst of things. The best because it filled in time a brought us oblivion, like a drug; we emerged from it deadened, exausted. The worst, beacuse our public consisted of the assassins and the victims; and in the hand of the assasins, it was almost as though we too were made executioners (Fania Fénelon 1977)

Como puede apreciarse en la cita anterior, junto a los beneficios que tenían los músicos de las orquestas (por ejemplo, no tener que realizar trabajos agotadores y en condiciones paupérrimas), igualmente estaban obligados a tocar para el placer artístico de sus captores. Tal dualidad es uno de los aspectos más oscuros y complejos de la experiencia concentracionaria de los músicos, dado que el talento estaba al servicio del gusto de sus verdugos nazis y del repertorio que ellos exigían.

Según Fania Fénelon, debían interpretarse marchas y canciones que, se suponía, levantaran el ánimo de los prisioneros, pero la mayoría de las veces ocurría lo contrario, ya que se sentían obligados a escuchar lo que les imponían los victimarios.

Playing the time posibilita también acceder al tipo de relaciones que se establecía entre las intérpretes y entre ellas y la directora. En cuanto a lo primero, Fénelon confiesa que un aspecto complicado y doloroso tenía que ver con que, contrario de lo que pudiera pensarse, no existía realmente armonía y solidaridad entre las intérpretes, especialmente

entre las instrumentistas más jóvenes, que criticaban la falta de preparación técnica y musical de algunas compa ñeras músicas.

En lo relativo al segundo punto, Fénelon consideraba en extremo pro blemática la forma en que Alma Rosé guiaba la orquesta y la manera que tenía de relacionarse, tanto con las instrumentistas, como con las auto ridades del campo. Si por un lado, tanto la directora como la orquesta que dirigía tenían la admiración y protección de María Mandel (una de las guardias femeninas de las SS nazis, que poseía un alto rango en el campo de exterminio de Auschwitz) por otro, Alma Rosé, con el afán de perfección que la caracterizaba, no solo les imponía un ritmo de trabajo extenuante y excesivo, sino que también las maltrataba. Y ello, según piensa Fania Fénelon, no respondía únicamente a que Alma Rosé

deseara mantener la alta calidad musical y así ayudar a que la orquesta pudiese sobrevivir, sino al deseo individual de asegurarse su propia supervivencia y, además, agradar a los jerarcas nazis, generando en ellos admiración por su impecable desempeño con la orquesta.

Es importante señalar que esta percepción e interpretación de Fania Fénelon respecto a Alma Rosé como directora de la orquesta ha sido bastante controversial. Por ejemplo, en su libro: Alma Rosé Vienna to Auschwitz (2000) escrito por Richard Newman y Karen Kirtley, los autores señalan que al ser elevada a tan alta posición, Alma Rosé debió aferrarse a su dignidad como música, afirmando su plena autoridad sobre la orquesta y centrándose intensamente en el trabajo musical que tenía ante sí. Su primer objetivo como líder del Bloque de Música fue, en este sentido, cambiar la imagen de la orquesta y ensayar todo lo que era posible con las instrumentistas, hasta convertirla en la mejor agrupación orquestal que podía concebirse en tales condiciones. Como se señala en Alma Rosé Vienna to Auschwitz, muchas sobrevivientes que tocaron en la orquesta, sabían que Alma Rosé estaba consciente del poder que ejercía en su grupo y también de la responsabilidad que ello implicaba. Exigirles hasta el límite era su forma de defender la orquesta y con ello la vida de las mujeres que tenía a su cargo. La excelencia de la orquesta aseguraba la sobrevivencia de todo el grupo y esa fue, según señala una de las intérpretes, el imperativo fundamental de Alma Rosé: Silvia later remarked: Alma understood how we could play at all. If the orchestra is good, we survive. And if the orchestra is bad -and do not fulfill the task they have in mind- it is useless to the Germans and there is no need for the musicians to go on living (Newman y Kirtley 2000: 254)

Es necesario destacar que el libro de Fania Fénelon, independiente de los aspectos subjetivos que están presentes en su percepción del trabajo y la persona de Alma Rosé, sigue siendo un texto fundamental, al momento de estudiar y conocer en profundidad lo que sucedía con la música y con la orquesta de mujeres de Auschwitz. Y también con lo que ocurría en la vida cotidiana de las intérpretes, sus temores de ser asesinadas en cualquier momento, la inspección constante de sus verdugos, sus esperanzas, sus nuevas amistades, sus decepciones, sus deseos de sobrevivir.

NARRADORES

DEL RÍO DE LA PLATA: BORGES, ARLT, CORTÁZAR…

Al fi n, ignorando las normas de la Santa Inquisición, llego el día en que un puñado de osados e intrépidos navegantes, desafiando toda suerte de castigos y fatídicos augurios, se internaron en el enigmático océano dispuestos a descu brir una dimensión desconocida. Ellos establecieron con certeza que el hombre habitaba la superficie de una esfera. Había que cartografiar una realidad completa que no solo incluía agrestes y salvajes territorios, sino conceptos y nociones desconocidas. Incluso la religión debió readecuarse. Del choque con otras civilizaciones nació una cultura por completo diferente. Y, si bien, en el siglo XVI Cervantes con ”El Ingenioso Hidalgo” fundaba las bases de la novelística moderna, habrían de transcurrir cuatro siglos antes que en el ámbito del idioma español floreciera la compleja urdiembre de la novelística contemporánea.

Por aquella época –el siglo de oroel género privilegiado era la poesía, que por largos y esplendorosos años estableció sus dominios en el Nuevo Continente, alcanzando su cúspide en Rubén Darío y en poetas como Mistral, Lugones, Huidobro, Machado de Asís y Neruda. En ciertas lucidas páginas

Octavio Paz, acaso el mejor ensayista en lengua española, al explorar las raíces de este fenómeno, señala la naturaleza observadora e introvertida del aborigen sudamericano de las costas del Pacífico, que adquiere su máxima y mejor expresión en la radiante oscuridad de un Vallejos. Sucedió de este modo; mientras los poetas viajaban a la velocidad de la luz en términos de creacionismo y dominio del lenguaje, por otro lado la novela y los novelistas fueron tristemente pedestres, viajaban a lomo de mula por caminos de tierra.

Esto se debe a que faltaba el cimiento, la estructura cultural que demanda la novela. La novela –en la llamada América Morena- recién nace humildemente en la segunda década del siglo XIX, en México, de la pluma amarga de Joaquín Fernández de Lizardi que, a su modo, es un continuador de la tradición picaresca española. Sucede que en el fondo faltaba ese “sentimiento trágico” que se incuba de las grandes gestas de la Historia. Las esporádicas y escasas novelas escritas en el Nuevo Continente a veces reprodujeron la derrota indígena, el proceso de conquista y la pérdida del Edén, como sucede en la novela Enriquillo, del dominicano Manuel de Jesús Galván, que fue la que mayor éxito cosechó. A continuación, el tema que a lo largo del siglo XIX producirá varias páginas, es la gesta de independencia y el surgimiento de las naciones al sur del Río Bravo. Y por

supuesto algunas novelas fundadas en el terruño, en la vida de haciendas, de marcado y beatífico ambiente rural como Doña Bárbara o la célebre María. Todavía tienen que transcurrir varias décadas para que un escritor como Juan Rulfo, premunido de nuevas herramientas, aborde esos temas en profundidad y logre la trascendencia existencial de Pedro Páramo.

Sin el conflicto que enfrenta a los aqueos en la Guerra de Troya, Homero difícilmente habría podido escribir La Ilíada y la Odisea. Ambas obras, si bien están consideradas cánticos, en rigor refieren uno de los episodios fundacionales de la cultura judeo-greco-latina. Y es que la novela requiere de una épica situada en un pasado, en lo posible rodeado del halo del mito y poblada de criaturas mitológicas.

La novela en Buenos Aires, la ciudad del obelisco, considerada capital cultural de Sudamérica.

A inicios del siglo XX, con la aparición de grandes urbes modernas, especialmente en la cuenca del Mar del Plata, se producirán condiciones objetivas para el surgimiento de una literatura que incorpore “el sentido trágico de la vida” con una mirada no solo capaz de crear una épica propia sino también de fundarla e impregnar la conducta de sus protagonistas de una aureola existencial y metafísica. Y en conceptos de Borges vislumbrar una épica capaz de justificar el nacimiento del mito.

En esta última Feria del Libro de Buenos Aires FILBA, donde el invitado especial fue la ciudad de Santiago de Chile, pudimos apreciar en la inmensa variedad de actividades que el primer gran jugador lúdico del Mar del Plata fue Jorge Luis Borges. Y continúa siéndolo. Borges realizó la proeza de entrever osoñar, contra un horizonte de barrios marginales,

una epopeya épica, y reformuló una nueva Ilíada, personal, con un ejército de compadritos capaces de jugarse la vida por el honor, seres de las orillas, amigos del cuchillo, capaces de no alzar la voz y de jugarse la vida; poseen un ethos y una ética propia hilvanada en su canción de gesta: el tango. Además, son propietarios absolutos de un Olimpo propio, donde los dioses tienen nombres como Grella, Conturzi, Manzi, Discepolo o el flaco Abel que se nos fue pero aun nos guía. Junto a todo esto, además; un idioma, el lunfardo –donde a lo Joyce- resulta posible vislumbrar el lenguaje cifrado de una cosmovisión de Mundo.

La epopeya -para Borges- es el tango:

“Al escuchar la letra de un tango viejo –sostiene Borges- sabemos que hubo hombres valientes”. El mismo Borges que todos conocemos, a ratos pedante, casi siempre prodigioso, sabe introducir el navajazo de la ironía y el desdén. A fin de cuentas, es el autor de la Historia universal de la infamia, facultado para narrar cualquier cosa. Incluyendo el tango. A mitad de camino entre la erudición y el golpe de efecto, Borges confecciona una fábula. Nos refiere la pasión que cruza al tango y también, una cierta nostalgia.

BORGES SEÑALA UN LUGAR: EL SUR

Y ojo, no es el sur de la Argentina o del continente, son los barrios del sur. Una suerte de sur metafísico que se extiende en las regiones del alma; dice “El Sur, ese barrio que siempre he querido, porque siempre he sentido que los porteños -más allá de los azares de la topografía, más allá de vivir en Saavedra oen Flores, o en el Norte- somos todos hombres del Sur. El sur es una suerte de corazón secreto. La letra del tango lo dice: llevo el sur como un destino del corazón.

Y, por último, con estas palabras evoca a los protagonistas:

¿Dónde estarán?, pregunta la elegía de quienes ya no son, como si hubiera una región en que el Ayer pudiera ser el Hoy, el Aún y el Todavía.

¿Dónde estará (repito) el malevaje que fundó, en polvorientos callejones de tierra o en perdidas poblaciones, la secta del cuchillo y del coraje?

¿Dónde estarán aquellos que pasaron, dejando a la epopeya un episodio, una fábula al tiempo, y que sin odio, lucro o pasión de amor se acuchillaron?

ROBERTO ARLT

Aunque la daga hostil o esa otra daga, el tiempo, los perdieron en el fango, hoy, más allá del tiempo y de la aciaga muerte, esos muertos viven en el tango.

LOS ILUSTRES PREDECESORES, EL TANGO: ESE REPTIL DE LUPANAR Leopoldo Lugones, más poeta que prosista, y otro enorme forjador de mitos rioplatenses, también contribuye a introducir el tango en la literatura, y acuña una frase que con el andar del tiempo parecerá premonitoria y que al mismo tiempo es un epitafio: “El tango, ese reptil de lupanar”.

Otro de los precursores, un novelista porteño -llamado Roberto Arlt- ya en su primera novela, allá por el año 1926 titulada El juguete rabioso, introduce el tango en la novela. Arlt es un escritor al cual Julio Cortázar considera precursor de la metafísica rioplatense.

Escritor y periodista argentino, Arlt nace en el 900 y muere a los 42 años de edad, una de las figuras más singulares de la literatura rioplatense. Autodidacta, lector de Nietzsche y de la gran narrativa rusa

(Dostoiewski, Gorki) se le considera el introductor de la novela moderna en su país, aunque su reconocimiento no le llegó hasta los años cincuenta. Vinculado a principios de la década del veinte con el progresista Grupo de Boedo, un grupo literario de los suburbios proletarios que practica una ácida crítica social, reconoce influencias de Dostoiewsky y se declara en oposición al grupo esteticista de Florida, que integra por ejemplo Borges. Roberto Arlt se crio en una humilde familia de inmigrantes: su padre era alemán y su madre, una triestina imaginativa y sensible, le recitaba versos de Dante y de Torquato Tasso. Abandonó su hogar cuando era un adolescente a causa de disputas con su padre. Hizo estudios elementales, frecuentó bibliotecas se inició desordenadamente en la lectura de R. Kipling, E. Salgari, J. Verne, R. L. Stevenson y J. Conrad, entre otros.

Julio Cortázar, en su prólogo a las obras completas de Arlt, en lo medular acusa a su compatriota de rechazar la sociedad para guardar “la nostalgia de estamentos culturales superiores”. Como todos los argentinos de su época, Arlt “crece en un clima de tango”, pero en tanto otros escritores se incorporan a su influjo, Arlt, sumido en su condición marginal, lo rechaza o lo sustituye:

La observación de Cortázar nos permite aproximar la lupa sobre Silvio el personaje principal de su primera novela.

El juguete rabioso ve la luz en 1926 y su mérito es que abre una zona nueva al interior de la literatura latinoamericana, sus páginas exploran la marginalidad social y una suerte brutal y feroz de existencialismo. Podemos afirmar que ninguna obra anterior a esta abordó en nuestros países, de un modo expresivo tan elocuente y directo, la angustia que brota cuando el destino y la sociedad nos condenan a la miseria: Con Roberto Arlt nacen las primeras reflexiones literarias sobre la inutilidad de la existencia, sobre la necesidad del crimen, las pequeñas alegrías, las vidas postergadas, la esencia del drama que viven sus personajes y que estudiosos ven en directa relación con la novela Humillados y Ofendidos de Dostoiewsky. Al reflejar el mundo miserable de las grandes ciudades, la existencia recia y desdichada de sus personajes, las figuras de hombres que son sombras sometidos a la pobreza y la continua pérdida de fe, sobreviven oscuramente, lamentándose para sí

mismos de su suerte. Y este fenómeno al parecer se torna cíclico, porque en esta oportunidad, un siglo más tarde, en las calles, cafetines, taxis y muchos espacios de una ciudad tradicionalmente elegante y adinerada, producto de la grave crisis económica, la brutal caída del dólar, disfrazado con nombres de distintos colores, va escuchándose el murmullo soterrado del descontento, han perdido cuatro y hasta cinco veces su poder adquisitivo. Y reclaman, reclaman por la caída de la economía que los conduce a la pobreza: la misma pobreza que menciona Arlt. Arlt realmente parece ser más sensible a lo visual, señala Cortázar. En sus descripciones urbanas, suele privilegiar más los colores, movimientos y posturas y, a veces, destaca más olores que los efectos acústicos. Pero no es casualidad que sea precisamente en un café, durante la espera antes de cometer un robo, cuando el trío de aprendices de ladrones escucha “la postrera brama de un tango carcelario”, adjetivación que ya llamó la atención del autor de Rayuela. La novela De Arlt se publica en un año en que el mundo de compadritos y mujeres bravías “empezaba a resultar mitológico”. El Rengo es un personaje de los bajos fondos, definido por una imagen animalesca: su “perfil de gavilán”. Cuidador de carros en el mercado, en realidad él y su ayudante se dedican al robo; además, le gusta manosear a las mujeres, contar historias sucias y disfrutar con las groserías. El entorno de pobreza y suciedad, el lunfardo, la voz arrastrada, el coraje y la “doliente voluptuosidad” son precisamente los elementos que para Arlt caracterizan el tango y el contenido lo confirma:

“Yo tengo un bulín más, ‘shofica’ / que da las once antes de hora / y que yo se lo alquilé; / para que afile ella sola”.

La canción del Rengo está salpicada de lunfardo al igual que el relato que hace a continuación (“bulín, shofica, afilar, gil, grelún”...) y le agrada parecerse a un “chorro” (ladrón). Como es sabido, el uso del lunfardo no es necesariamente un rasgo distintivo del tango, pero sí es el reflejo de un mundo, una cultura y una forma de existencia, recogida y plasmada en la novela fundadora de la metafísica de los suburbios porteños. Esto sucede el mismo año que comenzaban a sentirse las consecuencias del crac

“LA VERDAD ES QUE MIS CUENTOS PUEDEN PARECER JUEGOS, SIN EMBARGO, DEBO DECIR QUE MIENTRAS LOS ESCRIBÍA NO TENÍAN ABSOLUTAMENTE NADA DE JUEGO. ERAN ATISBOS, DIMENSIONES, INGRESO A POSIBILIDADES QUE ME ATERRABAN

O ME FASCINABAN, Y QUE TENÍA QUE TRATAR DE AGOTAR

MEDIANTE LA ESCRITURA DEL CUENTO”.

JULIO CORTÁZAR

financiero que sería un cataclismo no solo sobre la Argentina sino sobre todo el mundo. Esta es la época, el ambiente y el mundo de los que nacería el tango, y su lenguaje, el lunfardo, y sus personajes, los compadritos, que luego serán reflejados en la literatura de Borges que se ocupa de rescatar en una Elegía al mismo modo que los cantos homéricos rescatan la épica de Troya.

JORGE LUIS BORGES

Borges, uno de los escritores latinoamericanos más relevantes, tiene ascendencia británica; nace en 1899 en Buenos Aires, se consideraba argentino a pesar de que pasó gran parte de su vida en Inglaterra y maneja el inglés al punto de ser uno de los mejores traductores de Faulkner, Virginia Woolf y Shakespeare. Fue nombrado varias veces para el Premio Nobel pero no lo obtuvo por razones políticas. Viene de una familia culta y acomodada, aprendió a leer en inglés antes que en español. Su padre, abogado, lingüista, psicólogo, fomentó en Borges desde temprana edad el vicio de las letras al punto que Borges ha dicho: ”Nada importante me ha ocurrido en la vida, me lo he pasado deambulando por bibliotecas”.

Creció junto a su hermana Nora y se los educó en la casa para que no se expusieran a las enfermedades contagiosas del colegio. Este ambiente enclaustrado de la familia hizo de Borges un niño introvertido y sugestionable, lo asustaban las máscaras y los espejos. Al pie de su cama había un gran espejo en cuyas imágenes múltiples veía los espectros de fabulosos animales prehistóricos. Se refugiaba en los libros y recuerda el asombro que sintió cuando descubrió que “las letras de un volumen cerrado no se mezclaban y perdían en el decurso de la noche”. A la edad de nueve años ya había leído la mayoría de la literatura clásica inglesa y española y había escrito un texto en inglés sobre mitología griega.

Los demonios de Borges son culturales, es decir que provienen directamente de los libros que ha leído y sus temas preferidos son el otro y el tiempo. Ha declarado que una de las cosas que más le gusta es caminar por Buenos Aires y agrega que es una lástima que Buenos Aires ya no exista. El sostenía que existe otro Borges, que habita un mundo propio, un planeta en órbita elíptica en torno a alguna estrella desaparecida que alumbra todavía con su resplandor la escritura invisible de los viejos folios y los manuscritos olvidados. Valery dijo de Borges que ”en un siglo que adora los caóticos ídolos de la sangre, de la tierra y de la pasión, prefirió siempre los lúcidos placeres del pensamiento y las secretas aventuras del orden”.

Borges dice ”es al otro Borges al que le suceden las cosas”, es un hombre empeñado en eludir el peso de sí mismo, ”en el hábito de simular que es alguien para que no se descubra su condición de nadie”. En una meditación sobre Shakespeare, describe con lucidez su propia condición y tal vez la condición de todos los escritores al decir que ”todo es un esfuerzo incesante e inútil para agotar las apariencias del ser”. Borges ha hecho traducciones, ha escrito poesía y ensayo, pero es en el género del cuento donde se le considera un maestro.

En 1935 publica Historia Universal de la Infamia y en 1936 Historia de la Eternidad, en estos cuentos aparecen por primera vez técnicas y procedimientos que llevan el sello inconfundible de la innovación. Con relación a estos cuentos él dijo:

”El escritor joven tiene la íntima conciencia de que las ideas que tiene no son muy interesantes y entonces trata de disfrazarlas usando, según el caso, neologismos, arcaísmos, peculiaridades sintácticas, construcciones raras: el joven tiende a la extravagancia. Por timidez y desconfianza íntima”. En estos volúmenes hay ya trabajos sobre la idea del tiempo cíclico y circular y el concepto nietzscheano del eterno retorno. En 1941 publica su primera obra maestra donde están dos cuentos considerados clásicos Tlön, Uqbar, Orbis, Tertius y El Jardín de los senderos que se bifurcan.

En gran parte la fuerza sugestiva de un texto borgiano está en la felicidad con que encadena alusiones bibliográficas insinuando un significado que nunca se revela verdaderamente: ”La solución del misterio siempre es inferior al misterio”. Estima las ideas religiosas y filosóficas por su valor estético y trabaja estas ideas sin tomar partido ni sacar conclusiones, le interesan más sus posibilidades especulativas. El postulado borgiano es un atajo que lleva a la intuición, proponiendo problemas últimos, aunque siempre en forma de hipótesis: ”El arte no es un espejo del mundo, sino una cosa más agregada al mundo. Hay ciertas cosas, ciertas caras, ciertos crepúsculos que quieren decirnos algo y esta inminencia de una revelación que no se produce es, quizá, el hecho estético”

Los cuentos de Borges se sitúan dentro de la tradición fantástica pero rompen el esquema, Borges combina las formas más inesperadas del suspenso y el teorema. Usa la sorpresa, la falsa apariencia, mezcla la mofa y la metafísica, la realidad y el hecho apócrifo, esfuma a sus narradores.

Esta idea de Borges es quizá una clave para ingresar en su cosmovisión: los pasos que da un hombre, desde el día de su nacimiento hasta su muerte, dibujan en

el tiempo una inconcebible figura... Esa figura (acaso) tiene una determinada función en la economía del universo. En su cuento El Hacedor: Un hombre se propone la tarea de dibujar el mundo, pero, poco antes de morir descubre que ese paciente laberinto de líneas traza la imagen de su cara.

Los caminos que atraviesa el libro del mundo de Borges forman un interminable laberinto. Esta es precisamente la imagen que establece Borges en El Jardín de senderos que se bifurcan, donde el libro y el laberinto se confunden. Este cuento funciona entre lo predeterminado y lo imprevisible y se puede leer imaginando ”el jardín” como una metáfora de la vida y ”los senderos” como una metáfora del tiempo y de este modo puede ocurrir que toda negligencia sea deliberada, todo casual encuentro una cita, todo fracaso una misteriosa victoria, toda muerte un suicidio.

Saber cómo habla un personaje -ha escrito Borges- es saber quién es, descubrir una entonación, una voz, una sintaxis particular, es haber descubierto un destino. Borges en esta última versión de la FILBA vuelve a estar entre los escritores más solicitados.

JULIO CORTÁZAR

Hijo de padres argentinos, nace en Bruselas, Bélgica en 1914. A la edad de 4 años sus padres regresan a la Argentina y se instalan en Bandfield, un suburbio de Buenos Aires donde viven hasta el día en que se separan y Cortázar es enviado a un internado, estudia bachillerato y se gradúa de profesor en idiomas. Termina dictando cátedras sobre Keats en la universidad de Cuyo, donde perfecciona sus conocimientos de inglés y francés, idiomas que domina. A la llegada del peronismo, Cortázar renuncia a la universidad y parte a Francia, radicándose finalmente en París, ciudad en la que trabajará como traductor para la Unesco y la ONU, escribirá y vivirá hasta el día de su muerte, en febrero de 1983. A pesar de vivir y trabajar la mayor parte del tiempo en otros idiomas, Cortázar hizo su trabajo literario siempre en español y padeciendo la angustia de esa constante migración interior entre las raíces físicas y las afinidades espirituales y que marca sus textos con temas en los que trata personajes desarraigados, moviéndose en laberintos, siempre perseguidos o persiguiendo y viviendo en el límite exterior de la experiencia, eso que comienza allí donde terminan las fronteras y los caminos se borran. Desde el punto de vista formal Cortázar se adelanta a sus contemporáneos en el riesgo y la experimentación, proyecta imágenes que invitan a pensar y se ríe a carcajadas del mundo, es un bromista que vive estrechamente unido al visionario,

y si la literatura de algún modo es un juego, Cortázar es sin lugar a dudas el jugador supremo del Río de la Plata, y además es una poderosa fuerza mutante en nuestra literatura. Su escritura evita el camino fácil, la casualidad evidente, la construcción sistemática y busca en la paradoja la iluminación legítima.

En sus cuentos, el ojo de Cortázar, siempre alerta a las luces infrarrojas, capta aquellas situaciones pequeñas, imprevistas y casi sin importancia que suceden en la vida cotidiana para transformarlas en ceremonias fantásticas, con zonas ultra-violetas, misteriosas disyuntivas, atmósferas premonitorias. El lenguaje, subrepticio, insinuante, taquigráfico, tiene una función casi ritual. Da un ritmo conjuratorio que abre puertas, como una fórmula mágica, ofreciéndole al lector una salida de sí mismo. Algunos de sus cuentos apuntan más lejos que otros. Entre las improvisaciones y los crucigramas aparece a veces algo así como una ecuación de lo invisible, una cifra de otra realidad. “La Noche Boca Arriba” por ejemplo, es uno de los más sutiles y especulativos, por lo que se ha prestado a las más diversas interpretaciones, y Cortázar no niega que pueda ser cualquiera de ellas además de otras también. Es un cuento que parece derrumbar barreras para dar acceso a un orden de la realidad que está del otro lado de la experiencia cotidiana. No es ni puro juego verbal ni una simple metáfora, sino una ruptura.

“La verdad, dice Cortázar, es que mis cuentos pueden parecer juegos, sin embargo, debo decir que mientras los escribía no tenían absolutamente nada de juego. Eran atisbos, dimensiones, ingreso a posibilidades que me aterraban o me fascinaban, y que tenía que tratar de agotar mediante la escritura del cuento”.

Muchos fueron escritos de un solo impulso, en una especie de arrebato casi sobrenatural, lo que permite una verdadera transmisión de vivencias al lector. Lo que interesa en estos cuentos no es la congruencia dramática o psicológica, sino el estado de gracia. Captan algo incomunicable que el lector vive como una experiencia autónoma, casi sin puntos de apoyo en los caracteres o en las situaciones de la vida cotidiana. No se nos permite una fácil identificación con el personaje, monocromático siempre, que existe solo para imponer una emoción estética. Estamos en un circuito cerrado, poseídos por fórmulas verbales que, al ser invocadas, desencadenan en nosotros la misma secuencia de acontecimientos psíquicos que se desencadenó en el autor.

”La fuerza persuasiva de un cuento, dice Cortázar, está en relación directa de su tensión interna. Cuanto mayor la tensión mayor será la transmisión

de vivencias. No puedo explicar cómo se consigue esa trasmisión de vivencias, pero sé en todo caso que solo se logra mediante una ejecución despiadada del cuento, es decir, con un máximo de rigor potenciado por un máximo de libertad. Es decir, yo me he visto a mí mismo escribiendo a una gran velocidad, sin tener después que corregir mucho, pero esa velocidad no tenía nada que ver con la preparación del cuento. En esos casos sé que siempre había estado concentrándome, echándome hacia atrás, y eso me daba más impulso en el momento de escribir el cuento. La tensión en sí es previa al cuento. A veces hay seis meses de tensión para que después, en una noche, se escriba un largo relato. Yo creo que eso se nota en algunos de mis relatos. En los mejores hay una carga, una especie de dinamita”.

Otros nombres –de grandes escritores- se pueden mencionar en el Mar del Plata.

Uno de ellos es Onetti (El invisible), citaba a su casa a periodistas a los que luego no les abría la puerta, alegaba que nada existe, que somos prácticamente una realidad congelada, suspendida en la extraña zona de lo que pudo ser y todo queda contorneado por el lenguaje, en un texto que más que progresar amenaza petrificar la nada: En realidad nada ha sucedido, parece decir en sus mejores obras La vida breve, El astillero. En muchos sentidos Onetti es Faulkneriano y Borgeano. Pero otros enormes escritores han escrito obras notables, algunos muy cerca de la influencia de Cortázar, como Osvaldo Soriano, un verdadero cronopio, que en A sus plantas rendido un león, situada en plena guerra de las Malvinas, dibuja un hipotético, triste y solitario cónsul argentino extraviado en una República Africana y haciendo fintas pueriles contra el Todopoderoso imperio británico, mientras alrededor se inicia una sublevación definitiva liderada por un gorila blanco. Mempo Giardinelli es otro gran señor de las letras metafísicas del Mar del Plata, un ser lúdico que apuesta duro en novelas memorables como El Sagrado Oficio de la Memoria y esa joya del Noir Latino que se titula Luna Caliente. Un penúltimo borgeano que también incursiona con éxito y de forma brillante en esa zona donde es posible mirar la sociedad y el hombre desde el crimen es Ricardo Piglia, quien ya nos explicó la importancia de la cita y del fragmento (Las fractalidades del risoma) en la literatura Borgeana que inventa un mundo citándose solamente a sí mismo. He ahí el tamaño y la altura de la metafísica novelística del Mar del Plata. Por supuesto Mario Benedetti -La Tregua- pertenece a un costal diferente, pudimos constatar que tanto Avellaneda como Martín Santomé, aún deambulan por las callecitas y cafetines de Buenos Aires.

JUAN CARLOS ONETTI
OSVALDO SORIANO
RICARDO PIGLIA
MARIO BENEDETTI

SIQUEIROS: ¿UN REGALO BARATO?

EL MURAL DEL FIN DEL MUNDO

Álvaro Briones y Claudio Martínez Fondo de Cultura Económica

310 páginas

Un libro con dos autores, pues bien, no intentaremos desentrañar quien escribió una u otra cosa o capítulo, sino lo tomaremos como un texto único y con el fin para lo cual está destinado, es decir, ser una novela con características bien especiales, pero como un todo y único fin, ser novela, entretener, enseñar, informar, todo eso.

Una de las claves, o la principal clave de este libro la encontramos en la página 185, cuando relata: estaba en México, la tierra de Siqueiros, Y aclara, o confiesa este narrador en primera persona a cargo de 13 de los capítulos intercalados que llevan el mismo título “2012”, (por algo será): Lo que sentía, en realidad, eran la necesidad de caminar los pasos de Siqueiros, mirar aquello que él había mirado y, ojalá, sentir lo que él había sentido…Una verdadera obsesión, como lo confiesa más ade lante, además de visitar México, etc. etc. fuerte confesión: la necesidad de caminar los pasos de Siqueiros, mirar aquello que él había mirado y, ojalá, sentir lo que él había sentido, es decir, meterse en los zapatos de Siqueiros y en su misma siquis, capturado desde pequeño este narrador en primera persona por el mural “Muerte al invasor” pintado por el artista en la escuela República de México en Chillán, en su exilio forzado en esa ciudad, a la cual llegó esquivando una pena de cárcel, y este narrador

asistió a esa escuela como alumno desde pequeño, y se familiarizó con el mural, con esas figuras, Galvarino, Bilbao, Lautaro, Caupolicán, Balmaceda, y por el lado mexicano Cuauhtemoc, el tlatoani azteca, Morelos, Hidalgo, Zapata y Adelita, y Ávila Camacho y Aguirre Cerda, esos colores que lo envolvían y lo hacían parte de la obra, de lo que será una obsesión después, y aquí y así entramos en la historia que cuenta esta novela en gran parte testimonio, y sí, podríamos hablar de una novela en parte testimonio e historia, y en la otra una narración en tercera persona, que sabe o puede saber lo que pasa en las cabezas de sus personajes. Es la estrategia narrativa adoptada, intercaladas, una voz en tercera persona, y una voz en primera, potenciándose una a otra, que tiene la ventaja de la cercanía con el lector ceñida estrictamente a su óptica.

Dos relatos avanzando entonces en paralelo, el de quien quiere sentir como David Alfaro Siqueiros y meterse en los zapatos del muralista y por otro lado, la narración “objetiva” narrativamente hablando, verosímil, pero que bien puede ser mentira o falso, de lo que ocurre al artista desde que se encuentra preso en la cárcel de Lecumberri después de haber atentado contra la vida de Liev Dadidovich Bronstein – el mismísimo León Trotski- quien comandara el Ejército Rojo que se hizo del poder en la Unión Soviética, al momento gobernada por Stalin. Apasionante. Allí, en la cárcel de Lecumberri se encuentra nada menos que con quien no falló en el intento de asesinar al revolucionario,

el otro mismo mismísimo Jaime Ramón Mercader del Río, cuando Siqueiros es secuestrado de la cárcel por agentes desconocidos y llevado, no a su fusilamiento como cree, sino ante el presidente de la república, el general Manuel Ávila Camacho, donde Siqueiros, es un peón, como le dice familiarmente Avila Camacho, pero peón importante, así pasa a ser un “regalo barato” del presidente a la Unión Soviética, y entramos al entramado y las confesiones de este interesantísimo libro, que da cuenta de la pasada por Chile del muralista en Chillán después que el terremoto arrasara con la ciudad, en 1939 y el mural que dejó allí para suerte y fortuna de nuestro país. Las intrigas que sustentan la tensión dramática de la obra, son varias: si se encontró en Chile con su segunda mujer la espectacular Blanca Luz Blum; si pintó otro mural desconocido a la fecha en Chillán; si dejó otro hijo en la ciudad; sería masón Siqueiros. Así nos sumergen los autores en el mundo secreto y claves de las órdenes masónicas, desde el busto de Benito Juárez oculto en Copiapó después del golpe de estado del ´73 y a resguardo de una Logia

Masónica, Orden y Libertad, que en 1863 recolectó y envió dineros al mandatario masón Juárez ante la invasión francesa a la hermana república, aporte que hermana de cerca a Copiapó directamente con el poder en México; así también Grandes Maestros de la Orden Masónica circulan y desfilan por la obra con toda su pompa hasta don Tinto, el inolvidable don Pedro Aguirre Cerda dejando como uno más de los enigmas a resolver si David Alfaro Siqueiros habría sido también masón, como lo fue su íntimo amigo Diego Rivera, Rosacruz y masón pareciera también, lo que conduce a que el muralista habría sido iniciado en una Logia de Chillán, o incluso antes muy joven en México y lo mantuvo siempre en secreto por la prohibición o incompatibilidad que el Partido Comunista -y Siqueiros era comunista- exigió de sus militantes, o aquí o allá, pero en ambas instituciones no, idea nacida del mismo Liev Davidovich Bronstein. Los entretelones de la política de aquellos tiempos, el poder del partido Comunista, sus intelectuales, su victoria sobre la percepción de la materia artística y su manera de concebir, el muralismo, por ejemplo,

el arte popular, sumado a ello su férrea disciplina, las formas campechanas del poder, las aguas subterráneas que nos trajeron a Siqueiros a Chile y su segundo encuentro con nuestro poeta Pablo Neruda que según decires de su íntimo amigo Diego Muñoz, en las lides del amor era un lobo con piel de oveja. Aunque de alguna manera, la política y sus rituales son pasados por un leve cedazo de historieta y el humor que alivia la carga ideológica persuasiva que podrían portar, masonería incluida.

Un joven Volodia estará a cargo de la visita y será quien proporcione el grupo de ayudantes y colaboradores a Siqueiros, Hernán Ramírez Necochea que lo ayuda a conocer la historia de nuestro país, y en pintura nada más y nada menos que José Venturelli, Camilo Mori, Erwin Werner, Alipio Jaramillo, Luis Vargas Rosas a quien habría conocido el muralista en París, el mexicano Xavier Guerrero que deja también un mural en Chillán y que termina siendo también masón para sorpresa de su mentor.

El otro enigma, - ¿se volvió a encontrar con Blanca Luz en Chile? - su segunda amante y esposa con la cual sufrió de manos de Neruda en la localidad de Don Torcuato y de Natalio Botana los rigores del engaño cuando pintaba en los subterráneos de salas de juego del millonario, precisamente, por encargo un mural. ¿Se la encontró en Copiapó? pero, pudo siquiera viajar el artista a Copiapó, pareciera que sí, aunque en Chile cabe recordar estaba casi en calidad

de recluido. ¿Dejaría otro mural pintado en Chillán?, porque lo que sí dejó pintado no fue otro mural, que nunca se ha encontrado por calle Constitución, sino un hijo con otra amante durante su estadía por aquí, y que también pinta y se le parece como dos gotas de agua dicen las cristianas señoras, y de paso sí pudo sortear a los trotskistas que le seguían de cerca los pasos, que cuando más lo hacen pasar hambre, otra humorada de historieta de la política, en tanto el equipo de muralistas escanciaban aguardiente de Chillán pues, y tinto de chuicos en grande en el Cahuín, el boliche del Pelluco terminadas las jornadas, y los sanguches de la Sra. Celinda de la pensión El Viajante, parecida como dos gotas de agua también a la Dos se Van y Tres Llegan.

Interesante entramado novelesco y una exhaustiva documentación sobre Siqueiros, su obra y su paso por Chile, siguiendo sus huellas en México, en el Museo de Bellas Artes el mural “Nueva Democracia” pintado después del de Chillán que marca un cambio, otra vuelta tuerca en la evolución del artista, en la Ciudad Universitaria “El pueblo a la Universidad, la Universidad al pueblo”, el seguimiento de los pasos y obras del muralista que los lleva a Cuernavaca, donde vivieron Poli Délano y Armando Cassigoli, a la Tallera donde creará las últimas obras de su vida, incluso las del Polyforum Cultural Siqueiros gracias al mecenazgo de Manuel Suárez que le permite instalar los murales en toda esa joya de construcción que quiso ser un Hotel y hoy es el Polyforum dividido en 12 grandes pinturas como columnas y la escuadra y el compás en una suerte de perspectiva en fuga. Finalmente su último mural, pequeño, en la Escuela Copiapó en Colonia Vicente Guerrero de Iztapalapa esquina Pioquinto Roldán y Narciso Valdez, que muestra un inequívoco y sentido paisaje de Copiapó, como si efectivamente hubiera estado allí.

Así la voz narrativa de los capítulos todos llamados 2012 sin otra indicación, confirman lo confesado, la obsesión de esa voz con el artista tomando todos el mismo nombre, yendo y viniendo por el proceso creativo del muralista, su psiquis, sus zapatos y sus pinturas, sus mamelucos de trabajo, sus colores que envuelven e hipnotizan, su Blanca Luz, o su búsqueda de la iluminación total donde se sumerge creando, todo eso en permanente alternancia o contrapunto con la otra voz en tercera persona que quisiera real, tan real como lo es la ficción literaria que le basta con ser verosímil; una y otra ensambladas dialogando entre sí y que confirman la intuición privilegiada del artista que atisba desde su proceso creador las simbologías atávicas del espíritu, las columnas, la construcción interior que día a día nos sostiene.

LA HISTORIA DE UN CANTAUTOR INCONFORMISTA DE STEVEN A YUSUF

POR EDGARD “GALO” UGARTE

Licenciado en Teoría de la Música Universidad de Chile, cantautor, compositor y guitarrista

Llevaba meses tosiendo, con problemas respiratorios. En su condición de cantautor, esto resultaba ser algo realmente dramático. El diagnóstico: tuberculosis. Una enfermedad que parecía cosa del pasado había asaltado el cuerpo del artista británico en medio de una carrera

que aún se encontraba en ascenso. Esto, a la larga, determinaría un punto de quiebre importante en la vida de aquel londinense que todo el mundo conocería como Cat Stevens.

STEVEN GEORGIOU

Era 21 de julio de 1948. Europa aún no se recuperaba bien de los estragos de la Segunda Guerra Mundial. La llamada Guerra Fría ya había comenzado. En Marylebone, una zona de Londres, el matrimonio conformado por el grecochipriota, Stavros Georgiou y la sueca Ingrid Wickman recibieron el nacimiento de su tercer hijo, el menor de ellos. Su

nombre, Steven Demetre Georgiou. La familia vivió encima del Moulin Rouge, el restaurante que sus padres explotaban en el extremo norte de la avenida Shaftesbury. Todos los miembros de la familia trabajaban en el restaurante. Si bien sus padres se divorciaron cuando el pequeño Steven tenía 8 años, siguieron viviendo en la misma casa, para mantener el núcleo familiar. Allí el niño se fue nutriendo de la pluriculturalidad y empezó a mostrar interés en la música. Mezclaba su interés por la música clásica y el amor por lo popular y por las danzas y canciones folclóricas griegas que escuchaba su padre. Sin embargo, a los 15 años, Steven no pudo sustraerse a ese torbellino llamado “The Beatles”. Inspirado en ellos, se interesó en la guitarra, convenciendo a su padre para que le comprara el instrumento. Sin embargo, su mayor afición en ese momento era el dibujo. Durante un tiempo se había trasladado a Suecia junto a su madre y allí le nació este interés. Por eso, cuando vuelve a Londres a estudiar la secundaria, es conocido como “el niño artista” y, posteriormente, ingresa en la Escuela de Arte de Hammersmit para iniciar una carrera en el mundo de las historietas.

CAT STEVENS

Nº 28 en la lista UK Singles Chart y “Matthew and Son”, canción que daría nombre a su primer larga duración, ocupó la segunda posición en el Reino Unido.27 “I’m Gonna Get Me a Gun” fue su segundo Top 10 en el Reino Unido, y el álbum Matthew and Son se ubicó en la séptima posición de la lista UK Albums Chart 28. Luego vinieron algunas presentaciones con bastante éxito. Pero surgió algo inesperado: contrajo tuberculosis, una enfermedad que en ese entonces ya era bastante rara, pero no por ello poco peligrosa. Y menos aún para quien se dedica al canto. Pasó varios meses en el hospital y más de un año convaleciente, lo que lo obligó a dejar los escenarios por ese tiempo, a pesar de ser un artista ya con bastante reconocimiento. Fue un golpe duro y un punto de quiebre importante en su vida, pues le hizo replanteársela y le creó una necesidad de acercarse a lo espiritual que lo acompañaría el resto de su vida y, como veremos más adelante, le llevará en algún momento a cambiar completamente sus creencias y su estilo de vida. Pero por ahora, la mayor consecuencia fueron un sinnúmero de canciones que reflejaron aquella difícil vivencia.

Pero la música era su otro interés y aún deseaba ser cantautor. Sus influencias, además de The Beatles, eran The Kinks, Bob Dylan, Nina Simone, Lead Belly, Muddy Waters, Biff Rose, Leo Kottke y Paul Simon. Y además del rock y el pop, la música clásica, brasileña, latinoamericana y las danzas y canciones tradicionales de la tierra de su padre. Comenzó a cantar en locales de Londres e intentó formar una banda, pero finalmente prefirió ser solista. Por ese entonces, una novia suya le llamaba “Cat”, pues opinaba que tenía ojos felinos. Es por ello que, cuando es descubierto por el célebre productor Mike Hurst, éste lo rebautiza con un nombre más rimbombante: “Cat Stevens”. Cat impresiona a Hurst con su estilo y el productor pronto lo lleva al estudio a grabar su primer demo. Estas primeras canciones que grabó se convirtieron inmediata y sorpresivamente en un éxito. “I Love My Dog” se logró ubicar en la posición

Con todo este nuevo material, grabó un segundo disco, pero este no obtuvo el éxito que se esperaba, pues Stevens había tratado de dar con un estilo distinto al del primero. Hurst quiso obligarlo a retomar su estilo anterior a lo que Cat se negó, lo cual los terminó distanciando. El Cat Stevens más célebre que todo el mundo ahora conoce tuvo que esperar un poco. Siguiendo con su búsqueda de mayor libertad creativa, contrató a Paul Samwell-Smith, anterior bajista del grupo The Yardbirds, para producir su nuevo álbum. Surgió en Cat el interés por renovar también el estilo de sus letras, que reflejara sus nuevas perspectivas de vida y lo que quería para el mundo. Y al tiempo que llevaba a cabo sus primeros intentos para entrar al mercado norteamericano, graba un nuevo disco: Mona Bone Jackson (1970), álbum de folk rock que contiene las primeras joyas de su brillante etapa con el sello Island Records: “Lady D´Arbanville”, “Trouble”, “Lillywhite” y “Katmandu”, con la flauta de un jovencísimo Peter Gabriel, quien nunca ocultó la influencia de Cat sobre su forma de cantar.

Pero el mayor éxito lo alcanzaría el mismo año 1970 con una nueva producción discográfica: Tea for the Tillerman, el cual le abrió las puertas definitivamente al mercado estadounidense, pues logró entrar en la lista Billboard de dicho país y logró la certificación de disco de oro tanto en el Reino Unido como en Estados Unidos. El sencillo “Wild World” fue un rotundo éxito, y canciones como “Hard-Headed Woman” y “Father and Son” también lograron amplia radiodifusión. Respecto a esta última, habla del punto de vista de un padre que no puede comprender los deseos de su hijo de dejar su hogar y buscar su propia vida. Asimismo, el hijo tiene dificultades al intentar explicar por qué debe seguir adelante y encontrar su destino. Sin embargo, al contrario de lo que se cree, no está basada en su propia vivencia, pues Father and Son se lanzó mucho antes de que Cat Stevens se volviera padre y el músico no quería algo biográfico, sino que musicalizar un suceso político: La Revolución Rusa. Pero como la vida también imita al arte, posteriormente Cat encontraría en esa canción claves de su propia vida.

En los años posteriores, seguiría cosechando éxitos con sus siguientes producciones discográficas: Teaser and the Firecat (1971), Catch Bull at Four (1972), Foreigner (1973), Buddha and the Chocolate Box (1974), Numbers (1975), Izitso (1977) y Back to Earth (1978). Con Izitso dio un giro inesperado al synthpop y fue su último álbum que entró a la lista de éxitos.

YUSUF ISLAM

Cat Stevens, como ya se mencionó, llevaba años en busca de un camino espiritual que lo satisficiese. Constantemente se cuestionaba respecto a la industria musical.

En 1976 estuvo cerca de ahogarse en una playa de Malibu, California. Más tarde afirmó que lo primero que gritó cuando estaba en medio del peligro fue: “Dios, si me salvas trabajaré para ti”. Luego una ola lo arrastró hasta la playa, y pudo salir ileso. Entonces su inquietud espiritual se activó más que nunca. Empezó a indagar en el budismo, el tarot y la astrología, en busca de algo que le diera respuestas. Hasta que uno de sus hermanos, que se había convertido al judaís-

mo, le regaló un ejemplar del Corán. Allí Stevens se identificó con la historia de José, hijo de Jacob, un hombre que era tratado como mercancía en una plaza de mercado, encontrando una gran similitud entre esta historia y sus propias vicisitudes en la industria musical. Anteriormente había mostrado interés en el sonido del Aḏhān, un ritual islámico que sirve para hacer el llamado a la oración que es conocido como la “música para Dios”. Por lo que finalmente decidió que dicha fe era la que le daba las respuestas a las interrogantes de su existencia.

El 23 de diciembre de 1977 se convierte al islam y en 1978 cambia su nombre a Yusuf Islam. Yusuf es José en árabe, personaje de la Biblia y el Corán con el que ya mencionamos que se sentía identificado. Esto le significó cada vez más un conflicto interno con su faceta de artista pop. Por lo que en 1979 lleva a cabo sus últimas presentaciones, siendo la última una realizada en la sede de las Naciones Unidas. Después de esto, se retira de los escenarios por casi 30 años. Pero esto no significó que despareciese del interés público. Ahora como figura occidental en el mundo musulmán, solía ser consultada su opinión respecto a diversos hechos. Y algunas de sus declaraciones no estuvieron exentas de polémicas. En 1989 el ayatola Ruhollah Jomeini de Irán había emitido una fetua (pronunciamiento legal en el Islam, emitido por un especialista en ley religiosa sobre una cuestión específica) para condenar con asesinato al escritor británico Salman Rushdie, por su novela “Los versos satánicos”, en la cual este critica varios aspectos del Islam. El ayatolah conminó al mundo musulmán a dar muerte al escritor. Yusuf sale al paso criticando el libro que, según él, había causado división en el mundo. Casi sin excepción, los medios interpretaron esto como un apoyo a la fatua del Ayatolah. Yusuf tuvo que salir en reiteradas ocasiones a desmentir ello, pero el daño ya estaba hecho. Por eso, cuando ocurrieron los atentados del 11 de septiembre, rápidamente salió a condenarlos, diciendo que estos no representaban las verdaderas enseñanzas del islam. Aun así, en 2004 fue detenido en un aeropuerto de Estados Unidos y deportado a su país. Su nombre aparecía

en una lista de activistas terroristas y fue acusado de ayudar a financiar al grupo Hamas, lo que tuvo que ser desmentido por el propio gobierno británico.

Finalmente, la música pudo más y Yusuf gradualmente retornó a su carrera musical. En 2003 grabó nuevamente la canción “Peace Train” para un álbum recopilatorio que contenía también grabaciones de David Bowie y Paul McCartney. Tocó la canción “Wild World” en el concierto benéfico “46664” de Nelson Mandela junto a Peter Gabriel, convirtiéndose en la primera vez que cantaba en inglés luego de veinticinco años. Finalmente, en 2004 Yusuf abandonó el silencio sobre su obra como Cat Stevens, animado por su hijo que entonces tenía 19 años. En 2004 fue editado Majikat, un DVD que captura una de sus presentaciones durante la ambiciosa última gira de 1976 que incluía actos de ilusionismo y una atractiva puesta en escena. Y por fin, una seguidilla de nuevos discos: An Another Cup (2006), Roadsinger (2009), Tell’ Em I’m Gone (2014) (el más bluesero de su carrera), The Laughing Apple (2017) -el más parecido a su etapa dorada-, Tea for the Tillerman (2020) y King of a Land (2023). Álbumes que anunciarían que nos quedaba Steven-Cat-Yusuf para rato.

DIRECTOR DE PELÍCULA ACERCA DE LA ESTANCIA DEL NOBEL EN CEILÁN

QUERÍA HACER UNA DECLARACIÓN TENDENCIOSA CONTRA NERUDA” ASOKA HANDAGAMA

“NO

POR GABRIELA MORALES URRUTIA

Poeta, periodista, gestora cultural y crítica literaria

“Alborada” es una película del connotado cineasta cingalés Asoka Handagama, la cual ficciona sobre la estancia de Pablo Neruda en Ceilán y el abuso de este a una sirvienta tamil sobre lo cual él mismo detalló en su libro biográfico “Confieso que he vivido”. El filme fue exhibido en el 34° Festival Internacional de Cine en Tokio, en octubre del 2021 y espera ser próximamente lanzado en cines. Para saber más de esta controversial cinta entrevistamos a su director. Durante la pandemia del COVID 19, para mi sorpresa fui contactada por Luis J. Romero, un joven actor y poeta español, que se encontraba en Sri Lanka interpretando a Pablo Neruda, para la película Alborada de Asola Handagama. En ese entonces, el actor tenía algunas preguntas sobre el carácter del poeta, muchas de las cuales no supe contestar, pero a través de los días que duró la grabación en el país oriental, fuimos entablando un interesante diálogo acerca de “El más grande poeta del siglo XX en cualquier idioma” como lo definió el autor colombiano Gabriel García Márquez, teniendo que abordar un oscuro episodio, sino el más sombrío de su biografía, pues este, era ni más ni menos, el argumento central de la cinta.

A los 24 años, Pablo Neruda se estableció en Ceilán, entre 1929 y 1930 donde se desempeñó como cónsul ejerciendo labores diplomáticas, y sería durante esta estancia donde, según el mismo detalla en su biografía “Confieso que he vivido”, publicada en 1974, que tomó sexualmente por la fuerza a una sirvienta tamil, cito párrafo: “Una mañana, decidido a todo, la tomé fuertemente de la muñeca y la miré cara a cara. No había idioma alguno en que pudiera hablarle. Se dejó conducir por mí sin una sonrisa y pronto estuvo desnuda sobre mi cama. El encuentro fue el de un hombre con una estatua. Permaneció todo el tiempo con sus ojos abiertos, impasible. Hacía bien en despreciarme. No se repitió la experiencia”. Si bien, en la biografía nunca se esclarece si la narración corresponde a la fantasía del poeta o a la confesión de un crimen, es este episodio el que impulsa al director Asoka Hadagama a escribir el guion de una película, filmarla y mandarla a festivales. Sin pensarlo y llena de curiosidad sobre el filme, pedí a Luis J. Romero el contacto de Asoka Hadagama, quien generosamente me concedió una entrevista donde me cuenta el detalle la creación de “La Alborada”.

-¿Cómo surgió la idea de la película?

La idea de esta película me vino a la mente cuando

leí por primera vez las Memorias de Neruda hace algún tiempo. El capítulo 4 de este libro, Luminous Solitude, trataba principalmente de su estancia en Ceilán (Sri Lanka) durante 1929-30, donde se desempeñó como cónsul honorario de Chile. En este capítulo, recuerda retrospectivamente el episodio del acto sexual fantástico que realizó con una mujer sakkili que solía limpiar su baño todas las mañanas.

Lo describe así “…Una mañana, decidí ir hasta el final. Agarré fuertemente su muñeca y la miré a los ojos. No había ningún idioma en el que pudiera hablar con ella. Sin sonreír, se dejó llevar y pronto estuvo desnuda en mi cama. Su cintura, tan esbelta, sus caderas llenas, las copas rebosantes de sus pechos la hacían como una de las esculturas milenarias del sur de la India. Era la unión de un hombre y una estatua. Ella mantuvo los ojos bien abiertos todo el tiempo, completamente insensible. Tenía razón en despreciarme. La experiencia nunca se repitió...”

Inicialmente quería hacer una película que condujera a esto, pero era un poco escéptico. Empecé a escribir el guion hace más de diez años. Mientras escribía el guion encontré mucha literatura criticando a Pablo por glorificar un acto de violación en sus propias memorias. No fue un acto inocente del joven poeta, sirviendo como diplomático en una colonia británica.

Entonces, quería expresar mis propios puntos de vista sobre esto, a través de la película que tenía la intención de hacer. Así es como esta película vino a mi mente.

-¿Por qué la película se llama Alborada?

Uno de los mejores amigos de Pablo estuvo en Ceilán, Lionel Wendt, era un veterano pianista, fotógrafo e investigador y narró el famoso documental ‘Songs of Ceylon’ dirigido por Basil Wright. La casa de Lionel, luego fue convertida en teatro y centro de arte, lleva el nombre de Neruda y Alborada. Tomé prestado ese título para la película.

Su relevancia para la película es obvia. No quería terminar una película con pesimismo. La película está ambientada en 1929-30 en Ceilán, pero arroja luz para ver las cosas hoy. Por lo tanto, termina hoy. Al igual que durante aquellos primeros días de la historia humana, las mujeres todavía son explotadas sexualmente en contra de su voluntad. Miles de mujeres están siendo violadas y luego asesinadas. Pero lo bueno es que ahora hay una resistencia mundial a esos actos. Tenemos esperanza y de ahí el nombre de Alborada.

-¿Quiénes fueron los productores y cómo se financió?

Planeábamos filmar la película durante agosto de 2020, pero desafortunadamente estalló esta crisis de COVID 19. Tengo la costumbre de navegar una vez que te subes al bote, incluso cuando se pronostica una tormenta. La financiación del cine en todo el mundo se paralizó con el COVID. Afortunadamente, nuestro productor Sarasavi me apoyó para seguir adelante con el plan. Trajimos artistas de España, Francia, Reino Unido y extras de lugares remotos de Sri Lanka. Nos vimos obligados a construir un set para recrear el Ceilán de 1929. Fue una batalla, y cuando se trata de producción, la ganamos.

-¿Algún vínculo con Chile?

Inicialmente contraté a un joven actor chileno para el papel de Pablo, pero tuve que buscar una alternativa debido al COVID. Ahora el joven Pablo es interpretado por el actor español (Luis J. Romero). Es nuevo en el cine, pero sus conocimientos en poesía me ayudaron a recrear a Pablo en él.

-¿Cuáles han sido los mayores desafíos al enfrentar un personaje como Neruda además de enfocarse en su episodio más reprochable como ser humano?

Neruda por cualquier medio es el poeta más grande del siglo XX. No es sólo un poeta general,

sino un poeta revolucionario. Retratarlo de manera equilibrada en la película fue el mayor desafío.

No quería hacer una declaración tendenciosa contra Neruda. Alborada explora, con el más profundo sentido de la humanidad, la complicada relación del poeta revolucionario Pablo Neruda con las mujeres y el amor que lo llevó a ejercer el poder sobre una mujer inocente. Esto es ficción.

-¿Dónde y cuándo podremos ver la película? ¿Podremos verlo en Chile?

…Por supuesto que quiero mostrarla en Chile, si podemos conseguir un distribuidor chileno para la película.

Asoka Handagama es uno de los cineastas más importantes de Sri Lanka en la actualidad, es además dramaturgo y pintor. Entre su filmografía se encuentra: Chanda Kinnari, Sanda Dadayama, Me Mage Sandai, Thani Thatuwen Piyabanna, Aksharaya, Vidhu, Ini Avan, Let Her Cry, Asandhimitta y Alborada, además de obras de teatro y series de televisión.

El reparto de la Alborada está compuesto por el actor y poeta español Luis J. Romero como Neruda, la actriz franco-vietnamita Anne-Solenne Hatte como Josie, la actriz cingalesa Rithika Kodithuwakku como la mujer tamil y actor cingalés Malcolm Machado quien interpretó al sirviente Rhatnaigh.

LUCRECIA MARTEL O CUANDO EL CINE NAVEGA A CONTRACORRIENTE Y EN LIBERTAD

POR ANA CATALINA CASTILLO IBARRA

Académica, magíster en Literatura, diplomada en Historia y Estética del cine

Ella propone desmantelar el reputado modelo narrativo aristotélico, desestabilizar la línea de tiempo y poner en duda el arco dramático de personajes. Ella se llama Lucrecia Martel (Salta, 1966) y es la guionista y directora argentina que con solo cuatro largometrajes hasta el momento –y varios elogiados cortometrajes– se ha erigido como una de las figuras más interesantes y consistentes del cine latinoamericano y mundial. Con el primero, La ciénaga (2001), cosechó premios en diversos festivales de cine: Sundance, La Habana, Berlín. Con el segundo, La niña santa (2004), obtuvo una nominación a la Palma de Oro en Cannes. El tercero, La mujer sin cabeza (2008), fue parte de la selección en ese mismo festival. Convertida en una figura sólida, y

después de dirigir el que es hasta ahora su último largometraje, Zama (2017), presidió el jurado en el Festival de Cine de Venecia en 2019.

Vinculada a la renovación temática y estructural que caracterizó el llamado Nuevo Cine Argentino –surgido a fines de los noventa–, sobre su concepto del

cine y cómo realizarlo dan cuenta sus películas, las que reflejan de manera coherente las rupturas de las que habla en sus frecuentes conferencias y encuentros con estudiantes de cine alrededor del mundo. No cree en las historias lineales ni en la tiranía del argumento que implica que todo debe ser comprendido. La vida no tiene

argumento, ha dicho, pues hay tanto de incomprensible en ella. Así, Martel compone sus películas con retazos a veces unidos con las costuras a la vista, y navega también a contracorriente en medio de la industria. Sus tres primeras películas conforman la denominada trilogía de Salta y comparten la mirada aguda hacia una comunidad que habita y conoce, pero a la que retrata no desde la certeza que la cercanía podría generar, sino desde la sospecha. Porque en las películas de Lucrecia Martel todo parece o aparece desdibujado, tambaleante; desde los paisajes hasta las relaciones humanas. Así percibe el mundo y concibe el de

la ficción. Los fuera de cuadro, que suelen figurar entre los artificios martelianos, hablan tal vez de un cine hecho desde los márgenes. Esa posición es la que vuelve su cine tan único como imprescindible, si es que se quiere desaprender lo que han logrado en los espectadores años de historias fácilmente digeribles y también olvidables. En los mundos narrados propuestos por Martel no encontraremos el modelo del conflicto central ni menos el viaje del héroe, que ensalza la lucha para obtener algo. Con esa decisión cuestiona y pone en tensión el concepto de que un arco de transformación defina “la peripecia de la existencia humana”. Para ella todo eso no

es más que una mirada desde la guerra. Y al menos en el cine, ha manifestado, podemos oponernos a la concepción bélica de la vida, a través de la narrativa.

En sus obras suele manifestarse, además, un elemento que remite a lo siniestro freudiano, aquello que estaba escondido y no debía salir a la luz. Y ella lo captura no necesariamente desde las imágenes, sino principalmente a través del sonido, pues aunque no estamos acostumbrados a pensar el mundo en términos sonoros, está convencida de que el sonido genera un concepto de espacio aún más potente.

Con la aparición de La ciénaga ya comenzaba a quedar claro que

lo suyo traería una renovación al cine argentino y, a partir de allí, el mundo entero comenzaría a hablar de su fuerza creativa consciente de su entorno en términos artísticos, sociales e históricos. Aunque insiste que para la creación de sus obras no parte de referentes cinematográficos, sino de la realidad que observa con agudeza, también reconoce haber tenido como escuela el cine de terror, por lo reveladores que le parecen sus artificios.

Esos artificios se reflejan en sus películas mediante la presencia de lo raro, de lo incomprensible a ratos; de la mezcla de lo aparentemente conocido con aquello fuera de norma; de los susurros que manan de seres y objetos; de aquello que se oculta o se reprime. En suma, se trata de lo que ella denomina “lo monstruoso”, en cuanto revelador de la naturaleza inestable de algo “que desea y que quiere estar vivo”.

Ese primer largometraje suyo, por lo tanto, ya nos sumergía en ambientes que, en este caso, van

revelando a través de fragmentos cómo el sopor del verano alrededor de una piscina –con agua turbia, por cierto– interactúa (aunque pareciera que nada pasa) con un ambiente familiar quebrado, confuso, abúlico. En La ciénaga, se mezclan dos líneas narrativas, por llamarlas de alguna forma, pues son más bien momentos en que las rutinas y problemas de dos familias se intersectan a partir del parentesco de dos mujeres. En esa atmósfera van asomándose deseos –con la misma característica de la piscina a la que hacíamos referencia–; actitudes arribistas y despectivas hacia un otro que es presencia incómoda o amenaza: “la chinita inmunda”, el pobre.

En La niña santa, aparecida tres años después, desliza la mirada de una educación católica que se enfoca en los constructos, tales como la búsqueda de la vocación y la santidad. Pero tampoco es tan claro, y el microcosmos de la adolescente protagonista, Amalia, se mueve entre las dudas de responder al llamado divino –que es más bien

encontrar su lugar en el mundo–, y el despertar sexual. Amalia, a raíz del negocio familiar, vive en un hotel. Entonces, el ir y venir de pasajeros, el correteo de otros chicos que también viven allí, la camarera que cada tanto lanza desinfectante, el despioje, las tensas relaciones entre los que administran dicho hotel; todo convive en pantalla entre planos recortados, murmullos, conversaciones mezcladas, gritos. Y así, mientras piensa en cuál es su vocación, es tocada en la calle por un extraño, que luego se volverá familiar; otra vez lo siniestro, el unheimlich de Freud. Al mismo tiempo nos asomamos, casi como fisgones (igual que su cámara), a la relación inmadura entre su madre y su tío; estancados en un lugar con un pasado que suponemos mejor, autocomplacientes en un presente patético.

En La mujer sin cabeza, instala ese mundo de la sospecha de lo que puede ser y no. A partir de un confuso atropello en ruta, se despliega toda la dinámica de una clase social y los mecanismos que

caracterizan su estatus acomodaticio y egoísta. Vero, la protagonista de La mujer sin cabeza, se mueve en un estado que recuerda el sopor de La ciénaga y proviene de la extrañeza que le provoca no estar tan segura de lo que ocurrió (o no querer estarlo), sintiéndose ajena a la cotidianidad y abstrayéndose del entorno, que por momentos se vuelve fantasmagórico –en un guiño a lo fantástico–, dentro del ambiente urbano en que transcurre la historia y cuya red de personajes se despliega en un entramado de verdades tácitas o derechamente ocultas. Por lo mismo, el accidente de la mujer rubia se difuminará, normalizando así la situación y relegándola al territorio de sombras que pueblan su espacio.

Cerrada la trilogía de Salta vendría Zama, lo que constituyó una empresa aún mayor. Se trataba de la adaptación de una de las cumbres de la novela argentina del siglo XX, la obra homónima del mendocino Antonio Di Benedetto, que sigue la situación de don Diego de Zama, un funcionario americano de la corona española, mientras espera una carta del rey que le permita el traslado.

Pero partiendo de su postulado de que lo que comparten literatura y cine es el sonido, decidió abordar la época desde allí y lo que se propuso fue “desgranar” las voces implícitas en la novela para generar las escenas.

Su relato fílmico lleva al espectador por tramas narrativas que aturden con el traslape, pero despiertan con los sonidos que van surgiendo al destaparse cada una de las capas que ella rescata y que va disponiendo con un artificio encaminado a mostrarnos a un personaje que resbala y se ahoga entre las redes de una burocracia absurda, que consigue desdibujarlo hasta sumergirlo en un estado de ensimismamiento.

La sensación de sopor del chaco paraguayo, con todas sus texturas geográficas y sonoras se acentúa, por ejemplo, con elementos poco convencionales como unos animales en primer plano que comparten espacio con el protagonista en la composición del cuadro. Una llama y un caballo, residentes natos del espacio, junto al “letrado”, huésped a la fuerza que quiere irse de ahí, para finalmente irse de sí mismo, cansado de la espera que se ha convertido en su forma de habitar el mundo.

Desde la orilla, entre lo sólido de la tierra y lo inasible de la marea –tal como aparece Zama al comienzo del filme– Lucrecia Martel construye una película de época que, como ella misma lo ha manifestado en diversas entrevistas, es artefacto, artificio, mentira. De ese modo, la cineasta argentina se mueve aún más decididamente entre lo nítidamente audible y lo que se muestra esquivo al oído poco acostumbrado a la verdadera escucha.

Así, de lo absurdo de las relaciones, de la vida misma con sus

múltiples capas y entramados se hace cargo Martel en su película Zama, deconstruyendo la linealidad en un pasado no del todo preciso pero suficientemente identificable como para entender que los estamentos coloniales con sus trámites y estructuras rígidas permanecen vigentes con otros nombres y estilos, demostrando que la vida y sus misterios sigue siendo inasible y solo es posible atraparla, por instantes ínfimos, a través del artificio, del artefacto que es ni más ni menos que un hecho artístico.

Por todo lo ya dicho, podríamos aventurar ciertas conclusiones sobre el cine de Lucrecia Martel; pero no sería justo. Constituiría casi una traición. ¿Cómo anteponer la comodidad de la certeza al desafío que implica la suspensión de la credulidad? Solo recordemos algunas palabras ya aparecidas más arriba: sopor, ensimismamiento, ocultamiento, sospecha. Dejemos que se vuelvan sonidos y vivamos la experiencia de navegar con la directora salteña, a contracorriente y en libertad.

LA RELIGIÓN BAJO ESCRUTINIO

¿Es la religión la principal causa de los mayores actos de violencia que se han cometido en la historia de la humanidad? Dando un rápido vistazo al periodo comprendido solamente desde la Cruzadas cristianas, pasando por los crímenes de la Inquisición, hasta los bárbaros atentados del fundamentalismo islámico en lo que va de nuestro siglo, no puede dudarse de que es esta, al menos, una interrogante legítima de plantear.

El pensador Arthur Koestler asegura que las tendencias integrativas de los seres humanos son incomparablemente más peligrosas que sus tendencias autoafirmativas, es decir, que la devoción y el afán de trascendencia provocan muchísimos más crímenes que los impulsos egoístas.

Y no hay fenómeno que aliente mayor urgencia autotrascendente en las personas que la adhesión a una creencia religiosa. La devoción a una fe, a textos y lugares considerados “sagrados”, ha conducido, siglo tras siglo, a que innumerables individuos maten y mueran en nombre de Dios, anteponiendo la lealtad a su credo a cualquier compromiso con la democracia, la paz, la justicia terrenal y la verdad.

Por ello, actualmente la religión se ha vuelto asunto central de interés y preocupación para aca-

démicos, políticos y científicos. ¿De dónde procede esta “condición religiosa” de nuestra especie, que logra que tantos seres humanos consideren el fervor a una figura ultraterrena, a libros supuestamente sacrosantos y a territorios pretendidamente benditos más importantes que su propio bienestar personal, que el respeto a la vida humana y a la libertad ajenas e incluso, en algunos casos, que el imperativo biológico de engendrar descendencia?

El filósofo Daniel Dennett piensa que ya es hora de romper el hechizo que impide realizar una investigación científica franca y sin barreras sobre la religión como fenómeno natural (Romper el hechizo. La religión como fenómeno natural, Katz Editores).

Reconoce que tal intento despertará resistencia: poner la religión bajo el microscopio acarrea el riesgo de romper un hechizo quizás mucho mayor, el vital y enriquecedor encantamiento de la religión misma. Pero es tiempo de educar, más que de convertir o evangelizar.

Y esto parte por comprender que la religión es algo natural por contraposición a “sobrenatural”: es un fenómeno humano compuesto de eventos, organismos, objetos, estructuras, patrones, etcétera, todos los cuales obedecen a las leyes de la física o de la biología y, por tanto, no involucran milagros. En tanto fenómeno de este tipo, la religión puede –y debe– estar sujeta a un profundo y exhaustivo examen científico.

Las páginas de su libro son un primer proyecto de desbrozar un camino en este sentido. Saliendo al paso de eventuales argumentaciones en contra –protectoras de la religión como asunto intocable o retóricamente acusadoras de reduccionismo científico–, Dennett aboga por arrojar luz desde la razón sobre todas las manifestaciones religiosas (credos, costumbres, prohibiciones y rituales) y sus consecuencias, positivas y negativas.

Nuestro autor examina, entre varios otros tópicos, las raíces del dogma; la creencia en Dios; el supuesto vínculo entre moralidad y fe, y los pro y contra de enseñar religión a los niños. Y propone políticas de acción acordes con una sociedad abierta.

VENECIA

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