¿LA DEMOCRACIA EN CRISIS? LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES ARGENTINAS
* MOMENTOS CONSTITUCIONALES 2019-2023: ¿QUÉ PASÓ Y QUÉ HACER?
* POR UNA CONSTITUCIÓN QUE NOS UNA
* ERIC GOLES
“LA HUMANIDAD SE EXTINGUIRÁ ALGÚN DÍA, PERO DEBEMOS TRABAJAR PARA QUE NO SEA POR CULPA DE NUESTRAS ACCIONES”
* PACO DE LUCÍA, EL GENIO DE ALGECIRAS
Diciembre 2023
ISSN0716-6782
Momentos Constitucionales 2019 – 2023
¿Qué pasó y qué hacer?
La hoguera 2.0 de la ¿nueva Santa Inquisición? 18 Nueva constitución. Una que nos una ¿Es posible sino se dialoga?
¿Democracia en crisis?
Las elecciones presidenciales argentinas.
Un hecho político
“La humanidad se extinguirá algún día, pero debemos trabajar para que no sea por culpa de nuestras acciones”
42 Opinión
Las personas mayores.
Una realidad desafiante para Chile
44 Acercamiento a la filosofía de la Inteligencia
Artificial
50 La hora clave de la Agricultura Regenerativa 52 Polis
La sustentabilidad de la ciudad compacta
52 Música
Paco de Lucía, el genio algecireño
60 Cine
Sofía Coppola y Perdidos en Tokio 20 años después
64
La última palabra
Decisiones gozosas
Fundada en 1944 www.revistaoccidente.cl
Diciembre 2023
Edición N° 545
ISSN 0716 – 2782
Director
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Comité Editorial
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Ruth Pinto Salgado
Roberto Rivera Vicencio
Alberto Texido Zlatar
Paulina Zamorano Varea
Editor
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Diseño
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Colaboran en este número: Guillo
Javier Ignacio Tobar
Eduardo Quiroz Salinas
Galo López Zúñiga
César Gatica Muñoz
Pierine Méndez Yaeger
Ricardo Bocaz Sepúlveda
Hernán A. Cortez Cortez-Monroy
Colectivo Trazantes
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Ana Catalina Castillo Ibarra
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Fotografía Portada
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LOS FANTASMAS DE LA DEMOCRACIA
Los fantasmas de la democracia se podrán desvanecer solo con más democracia, no al revés. Pareciera ser ese el único antídoto para proteger a este sistema de gobierno de los embates que recibe en los difíciles tiempos de cambios sociales que estamos viviendo. La democracia, ese tradicional concepto que define la mejor forma de gobernarse, enfrenta una época de extrema participación social, pero ya no por la acción política, por la actividad coordinada de instituciones estables que gestione líneas de pensamiento e ideas mancomunadas, sino más bien por el desorden sistémico que supone la praxis social del uso de las redes tecnológicas desde nuestros aparatos móviles, que convirtieron toda legítima demanda en urgencia, todo acuerdo local en paradigmas globales, todo diálogo y negociación en violentas manifestaciones de enojo, impaciencia y molestia, transformando los tiempos de la democracia y las exigencias crecientes a ella en un torbellino al cual la democracia pareciera no alcanzar a dar respuesta. Por eso surgen los populismos y los vaivenes pendulares de la política; lo que hoy el pueblo vota, mañana lo rechaza con idéntica vehemencia; lo que hoy parece solución, después no lo es; lo que antes era sólido, se evapora; izquierdas y derechas, alternadamente, desfilan en el poder como sonámbulos intentando dar respuestas, muchas veces desatendiendo sus propias ideologías para que sus principios aparezcan maquillados circunstancialmente por las tendencias sociales en boga.
Las encuestas se equivocan porque apenas son una foto instantánea de una sociedad que cambia tan vertiginosamente que anticipar sus preferencias resulta cada vez más difícil. También se equivocan partidarios y militantes que se restriegan las manos cada vez que un supuesto triunfo “aplastante” pareciera dejarles camino libre para hacer sus supuestas transformaciones y mejoras. Pero a la vuelta de la esquina los que estuvieron contigo te dan vuelta la espalda, desaparece el brillo falso de la promesa populista surgida del ofertón de reformas que requieren más que un folleto y un discurso. No es fácil hacer política en los tiempos actuales, no es fácil mantener en las grandes masas la respetable impronta de la institucionalidad democrática, pero es urgente conseguirlo.
Las dictaduras, los autoritarismos, los populismos de distinto cuño surgen hoy de una jornada democrática, como los votos de la gente, con las reformas constitucionales que “legalmente” extienden el poder o lo concentran o permiten reelecciones cuando no había, o designaciones a dedo de familiares y amigos, en el debilitamiento de la autonomía de las instituciones autónomas, en la tentación por imponer jueces y fallos, intervenir en la designación de otros miembros de los poderes afines a mis intereses, en poner en los cargos sensibles a mis parientes, en limitar el ejercicio de la prensa, y un largo etcétera que se instala dócilmente en las estanterías de cualquier democracia que antes se preciaba de digna. Y todo porque la gente pareciera preferir correr el riesgo de creer en los eslóganes vacíos de contenidos a seguir esperando que la propia democracia resuelva sus necesidades por la buena gestión de sus políticos más serios.
LAICISMO
Sr. Director, Agradezco el esfuerzo de Revista Occidente por perseverar en los temas del laicismo en un país donde a veces sentimos amenazada la libertad de conciencia y la posibilidad d e que nuestros hijos, incluso en las escuelas públicas, sean educados sin el prejuicio parcial que significa la religión y los mitos y dogmas que la Iglesia inculca. Deberíamos apostar siempre por una educación amplia y crítica, que nuestros jóvenes se formen con un espíritu inquisidor y que se le puedan dar las herramientas necesarias para que ellos desde su propia individualidad y creencias puedan responderse a las grandes preguntas que tanto angustia y trabajo ha significado a investigadores, filósofos y científicos pero que gracias a su reflexión la humanidad ha podido avanzar en el descubrimiento de nuevas medicinas, en prolongar la vida de la gente, comprender
niño un observador de todo lo que lo rodeaba, pero que no se veía a sí mismo como alguien ligado al arte cinematográfico. Es más, en un principio, el padre lo quería médico y la madre, cardenal. En su pequeña ciudad del Adriático, la sala de cine era para él algo un poco prohibido, incluso un lugar de perdición para Nacido en Rímini el 20 de enero de 1920, mucho antes de pensar en el cine, el joven Federico se interesaba por el dibujo y las caricaturas. Fue a través de ellas como comenzó a desarrollar ese humor particular y su capacidad para reparar en aspectos que pasaban inadvertidos para otros. Probablemente debido a sus inicios como caricaturista, cuando ya estaba instalado en el mundo del cine, Federico Fellini siempre dibujaba a los personajes de sus filmes. Según él, era “una manera de empezar a mirar la película a la cara”. Famosos son los bocetos que realizó para dar con la Volpina, la prostituta de Amarcord (1973), que guiaron el proceso de casting hasta dar con la que él había imaginado. Mientras aún cursaba el
los fenómenos del universo y salir de nuestra tierra en búsqueda de otros horizontes. Felicitaciones Occidente por los temas que aborda y mucho éxito.
Claudio Silva Rojas Talca
SÉPTIMO ARTE
Sr. Director, Excelentes artículos en su revista anterior de Federico Fellino y Nino Rota, complementando una dupla de artistas que trabajando en conjunto constituyeron una de las parejas italianas más importantes del s.XX en el ámbito del séptimo arte y de la música compuesta para el cine. Realmente dan ganas de volver a ver esas películas, hoy afortunadamente muchas de ellas se encuentran en plataformas de streaming o en Internet. Gracias a Occidente por refrescar la memoria y motivar el espíritu con estos inolvidables artistas.
Roberto Valdés R. Las Condes
En todo caso, resulta incuestionable que las mentiras de Fellini, no son otra cosa que la ficción misma; tenían su verdad. “La verdad de las mentiras”, como diría Vargas Llosa, pues esa era
NAVIDAD
Sr. Director,
En diciembre se celebra la Navidad y es justo que al iniciarse este mes nos preguntemos si una vez más el festejo se transformará en una sucesión de manifestaciones ostentosas por parte de los consumidores en que nos hemos convertido, o si seremos capaces de recuperar los valores de paz y amor, consustanciales a esta fecha. Me parece que, más allá del sentido puramente religioso de la Navidad, es necesario que volvamos a entenderla como un momento de reflexión y búsqueda de valores trascendentales para el crecimiento y el progreso de cada uno de nosotros, única forma de avanzar hacia una sociedad más justa y perfecta que en el fondo de nuestros corazones, todos anhelamos.
Valentín Mujica, Valparaíso
ARGENTINA
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Sr. Director, ¿Será que la paciencia de los argentinos se agotó de tanta corrupción y abuso por parte de sus gobernantes? Un país rico, enorme, con una cultura exquisita, que pareciera sucumbe ante su propia riqueza. Lamentable lo que que ocurre en la república hermana, un país admirable desde tantos puntos de vista y que hoy está a la deriva de un candidato que más allá de sus promesas de solución no es sino una voz populista que pretende, a partir de los eslóganes, construir una falsa solucionática para problemas que sin embargo son más de fondo. Esperemos que el diálogo y la mesura se impongan, el respeto cívico y la defensa a la democracia sean el tono en los próximos años en Argentina. Osvaldo González Cortez Comerciante San Miguel
MOMENTOS CONSTITUCIONALES 2019 – 2023
¿QUÉ PASÓ Y QUÉ HACER?
POR JAVIER IGNACIO TOBAR
Abogado. Académico y ensayista
Luego de largos (a ratos tediosos e inexplicables) momentos desde el comienzo de los dos últimos procesos constitucionales, tanto el del año 2021 como el del año 2023, es momento de arribar, aunque todavía encima, a algunas conclusiones importantes para poder referirnos a lo que es el contenido de esta columna que, a su vez, es una de las últimas en las que me toca referirme sobre este ”momento constitucional” que ha vivido el país desde el año 2021 a la fecha, y que tendrá su corolario el próximo 17 de diciembre, cuando la
ciudadanía resuelva libre y soberanamente si acaso está “a favor” o “en contra” de la actual propuesta del Consejo Constitucional.
En el comienzo se hablaba, más bien se afirmaba, que Chile “había despertado” de un largo tedio soportando abusos e importantes situaciones de desigualdad y difícil acceso a la prestación de los denominados “derechos sociales”. Las hordas anunciaban el descalabro democrático y el entonces presidente del Partido Comunista, Guillermo Teillier (Q.E.P.D.), era muy claro al decir que el Gobierno de Piñera debía renunciar antes del término de su mandato, o sea, interrumpir a un presidente democráticamente electo. Luego vino el acuerdo de noviembre 2019 y todo lo
que aconteció después y a lo que me he referido en detalle en diversas columnas anteriores: plebiscito de entrada con triunfo aplastante para la opción “Asamblea Constitucional”, y luego otro número importante de apoyos para que esta fuera integrada de manera exclusiva por representantes electos democráticamente por la ciudadanía. Y así pasó. Se constituyó la Convención Constitucional (Proceso 1), que trabajó por un año y entregó una propuesta refundacional, difícil de entender y con una visión muy lejana de lo que piensa el votante chileno. Un importante dirigente del FA (Jaime Bassa) reconoció valientemente en un medio radial de Valparaíso –fue el único que lo hizo de manera pública- que “leímos mal los resultados y creímos que la arrolladora votación era un apoyo implícito al cambio total de sistema”, algo así como la supresión del neoliberalismo y del capitalismo. Mal les fue con la propuesta al ser rechazada, ahora con voto obligatorio, por cerca del 62% de los chilenos, en los que se agrupó gente de todas las tendencias políticas. El objetivo no se cumplió. Los derechos sociales y todas las consignas del “estallido social” quedaban sin solución. Esfuerzo en vano, oportunidad perdida. Luego comenzó ese “interregno” en que no se sabía qué hacer, hasta que el presidente de la República y los titulares de ambas mesas de las Cámaras del Congreso Nacional, resolvieron modificar nuevamente la
Constitución para llevar adelante un nuevo proceso constitucional. Las negociaciones fueron llevadas a cabo en el Parlamento que, en tiempo récord, aprobó estas enmiendas para llevar adelante el nuevo ejercicio. Aprendiendo de los groseros errores cometidos en el “Proceso 1”, ahora se fijaron 12 Bases Constitucionales, un texto previo redactado por expertos y su posterior modificación por el Consejo Constitucional democráticamente electo. Ahora la mayoría la tuvo la derecha más conservadora representada por el Partido Republicano, lo que implicó un giro copernicano respecto del anterior proceso, donde “la mano” la tuvo la extrema izquierda encabezada por el PC y el Frente Amplio (“Apruebo Dignidad), acompañados de inventos como la “Lista del Pueblo” y otros de dudoso calibre y tonelaje político, pero por sobre todo intelectual.
Hoy nos enfrentamos a una nueva propuesta sobre la cual tenemos que pronunciarnos en el plebiscito del 17 de diciembre, para lo cual es necesario tener presente una definición de Constitución, para así confirmar, en primer lugar, si estamos o no frente a una propuesta que responda a sus contenidos esenciales. Así, una Constitución es la norma de rango superior del ordenamiento jurídico, que configura la forma y validez de la creación del Derecho en una sociedad; ordena en un solo texto la organización y funcionamiento de los Poderes Públicos y tiene
por finalidad última limitar el poder político de un modo tal que garantice los derechos y las libertades de las personas.
Sin duda alguna que la propuesta cumple con estos cuatro requisitos, esto es, es una norma con pretensiones de rango superior, configura la forma y validez de la creación del Derecho por medio del proceso legislativo, organiza el funcionamiento de los Poderes Públicos y limita el poder político. Además, el texto votado en el Consejo Constitucional con mayoría del Partido Republicano y de la “centro derecha” muestra avances como es el caso de la protección del medio ambiente, la expansión en el listado de los denominados “Derechos Sociales”, y algunas tibias muestras de cambio en el sistema político. Adolece, eso sí, de una serie de asuntos que dicen relación con aspectos técnicos, como la (no) implementación del Estado Social y Democrático de Derecho y la regulación constitucional de materias que son propias de ley ordinaria (políticas públicas) y por tanto están a cargo del Congreso Nacional: constitucionalizar esos temas no hace sino rigidizar el debate público y legislativo futuro sobre esos asuntos.
¿Pero qué pasó que ambos textos propuestos tanto en la “Convención 1” como en el “Proceso 2” no despiertan el apego que debiera tener un texto tan relevante como es la Carta Magna?
Conociendo muy de cerca el trabajo de ambos procesos se puede afirmar, en primer lugar, que fueron diferentes en la forma, pero no en el fondo. Digo en la forma porque el primero fue una trin--chera permanente en que primó el desorden temático, deseos que por mayorías de entonces quedaron en el texto, no tenían marcos y muchos quisieron ver ahí la oportunidad de establecer sesgos ideológicos que no son propios de una Constitución. En el segundo, ahora con más formas, límites y el ejemplo de lo ocurrido entre los años 2021 y 2022, no hubo tantos problemas de forma, pues se cuidaron como moneda de oro. Ya no hubo espacio para escándalos, disfraces, duchas ni mentiras sobre enfermedades catastróficas. Fue más bien fome, aunque nuevamente la mayoría, ahora de derecha (en todas sus vertientes), picó el llamativo anzuelo del poder que entrega la mayoría y utilizaron la oportunidad para escribir un texto que más parece un programa de Gobierno a la medida.
Es poco probable que todo el mundo votante lea el texto, y, de hacerlo, se cae en la posibilidad de no comprenderlo, por lo que pretendo en las líneas que siguen es utilizar un método (que anticipé en mi columna anterior) para dar razones de por qué se puede votar en uno u otro sentido, sin el menor
ánimo de hacer proselitismo y respetando siempre la opción del otro con tolerancia y aceptando las reglas democráticas. La idea de estas columnas fue y ha sido la ilustración para un mejor debate público y un voto informado.
Elegiré cinco temas y los compararé en el siguiente sentido: primero la norma vigente, luego el texto de los expertos y finalmente la propuesta del Consejo.
1. Derechos humanos.
La norma del texto vigente del año 2005 señala que “el ejercicio de la soberanía reconoce como limitación el respeto a los derechos esenciales que emanan de la naturaleza humana. Es deber de los órganos del Estado respetar y promover tales derechos, garantizados por esta Constitución, así como por los tratados internacionales ratificados por Chile y que se encuentren vigentes”. La propuesta de los 24 expertos no introduce modificaciones sustanciales en este artículo que es la base estructural del respeto por los Derechos Fundamentales.
Pero el texto del Consejo va un paso más allá y declara que “se distinguirán las disposiciones de dichos tratados de otros instrumentos internacionales que puedan asistir a los Estados en su comprensión y aplicación, pero que no tienen carácter jurídicamente vinculante”.
La norma precedente es importante, toda vez que restringe la aplicación de los Tratados Internacionales que versen sobre Derechos Humanos. Al señalar que “se distinguirán las disposiciones” nos dice que no todos los preceptos tienen el mismo valor, por lo que quedan fuera asuntos tan relevantes como, por ejemplo, los acuerdos sobre medioambiente, en especial sus reglamentos que hacen aplicables los Tratados, o también temas tan relevantes como la “Agenda de Objetivos 2030” de la Organización de las Naciones Unidas, los que se refieren a la protección de las mujeres y de los niños, niñas y adolescentes, el combate del cambio climático y la ofensiva contra el hambre en el mundo. Es decir, de aprobarse la propuesta, Chile no estará obligado a esas normas complementarias de los tratados (“soft law”).
Por tanto, la norma vigente es más amplia en materia de protección de los derechos humanos.
2. Emblemas nacionales
El texto del año 2005, hoy vigente, prescribe que “son emblemas nacionales la bandera nacional, el escudo de armas de la República y el himno nacional”. El texto de los expertos replica la norma.
Por su parte, el Consejo agrega en su propuesta que “todo habitante de la República debe respeto a Chile y a sus emblemas nacionales. Los chilenos tienen el deber de honrar a la patria, respetando las actividades que dan origen a la identidad de ser
chileno, tales como la música, artesanía, juegos populares, deportes criollos, y artes, entre otros”. Es curioso que se incorpore una norma como esta, existen “actividades que dan origen a ser chileno, tales como la música, la artesanía, los juegos populares, los deportes criollos, y artes, entre otros”. Dos puntos sobre esta propuesta. En primer lugar, eleva a nivel constitucional de modo indeterminado (“tales como” y “entre otros”) a la música, la artesanía, los juegos populares y los deportes criollos, por lo que su no cumplimiento nos deja al borde de ser sancionados por infringir la Constitución si acaso no cumplimos el mandato. Estimo que es un maximalismo innecesario y que, además, son materias de ley (en último caso) y no de una Constitución. En segundo término, no queda claro cuáles son esos “juegos populares, deportes criollos y artes”. ¿Qué sucedería si practico algún arte marcial de origen oriental durante las Fiestas Patrias? ¿Seré sancionado? O ¿Qué ocurre si en las mismas fechas hago un concierto de Jazz en mi hogar y no de cuecas? La idea de establecer este tipo de preceptos en una Constitución es propio de otro tipo de regímenes, y no de uno propiamente democrático con especial sentido de “lo público”.
3. Niños, niñas y adolescentes
La Constitución vigente no contiene disposiciones al respecto. Por su parte, la propuesta de los expertos señala que “la Constitución reconoce y asegura el interés superior de niños, niñas y adolescentes y las condiciones para crecer y desarrollarse en su familia.”
Nuevamente en un arranque maximalista, el texto del Consejo Constitucional prescribe que “la Constitución reconoce y asegura el interés superior de los niños, el cual incluye las condiciones para crecer y desarrollarse en su familia. Se entiende por niño todo ser humano menor de dieciocho años de edad. El Estado reconoce a la familia, esto es, los padres o tutores en su caso, la prioridad en la determinación del interés superior de sus hijos o pupilos, procurando su máximo bienestar espiritual y material posible. Se protegerá especialmente a los niños contra cualquier tipo de explotación, maltrato, abuso, abandono o tráfico, todo esto de conformidad con la ley.”
No solo se suprime a los adolescentes del texto de los expertos, sino que además introduce en la propia Constitución la definición de niño: se entenderá por tal “todo ser humano menor de 18 años de edad”, lo que trae implicancias directas en materias tales como el aborto libre y su futura discusión, clausurando su discusión desde ya por la necesaria interpretación que debe considerar “la protección de la vida de
quien está por nacer”. La consideración integrada de ambas normas, si bien no afecta al aborto en tres causales, sí cierra completamente la posibilidad de debatir otros asuntos al respecto, asunto que para cualquier persona que está por la libertad del ser humano es, por lo bajo, grave.
4. Libertad de conciencia, pensamiento y religión
El texto vigente del año 2005 señala que “la libertad de conciencia, la manifestación de todas las creencias y el ejercicio libre de todos los cultos que no se opongan a la moral, a las buenas costumbres o al orden público”. Por su parte, la propuesta de los expertos expresa, además de lo anterior, que “los padres, y en su caso los tutores, tienen derecho a elegir que sus hijos o pupilos reciban la educación religiosa, espiritual y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones”
A su turno, el texto del Consejo que se plebiscitará el 17 de diciembre próximo incorpora dos normas que pueden resultar complejas en lo que se refiere a la efectiva libertad de pensamiento y su relación con el derecho a la no discriminación:
a) “Las familias tienen el derecho de instituir proyectos educativos y las comunidades educativas a conservar la integridad e identidad de su respectivo proyecto de conformidad con sus convicciones morales y religiosas”.
b) “Comprende además la objeción de conciencia, la que se ejercerá de conformidad a la ley.”
El constituyente derivado (Consejo Constitucional) no distingue si esta es individual e institucional en conjunto, o bien solo la individual. Al no distinguir, el hecho que se establezca constitucionalmente la objeción de conciencia institucional en los términos tan amplios como los buscados por los consejeros es problemático por a lo menos dos razones. Primero, porque en su construcción subyacen varias confusiones conceptuales. Si entendemos por conciencia la intuición o razón práctica empleada para aplicar las convicciones morales o religiosas a determinadas situaciones, difícilmente las decisiones jurídicas o materiales adoptadas por administradores o representantes de una persona jurídica pueden concebirse como manifestaciones de la conciencia de esta última. En este sentido, muchos de quienes defienden la objeción de conciencia institucional suelen confundir la conciencia como atributo de la personalidad humana con las teorías de imputación de responsabilidad de las personas jurídicas. En este punto, es también importante aclarar un segundo error que se ha cometido frecuentemente en este debate: negar la posibilidad que instituciones
opongan la objeción de conciencia no significa en caso alguno privarlas de protección ante mandatos jurídicos que pugnen las convicciones de sus integrantes. Tal error parece cometerse al ignorar que los problemas que buscan abordarse a través de esta objeción responden a conflictos que se suscitan con motivo del derecho de asociación y no de la libertad religiosa o de pensamiento.
En definitiva, la objeción de conciencia institucional permitirá que establecimientos de todo tipo, en especial los de salud y de educación, puedan ampararse en ella para marginar a todos aquellos que no cumplan con sus criterios morales, caso que puede presentarse, por ejemplo, para las alumnas embarazadas en edad escolar o bien que provengan de familias no confesionales o sean hijos de padres separados. En el caso de la salud es lo mismo, negándose a practicar prestaciones médicas a quienes no cumplan con los estándares de la institución.
5. Educación
El texto vigente del año 2005 declara, esencialmente, que el Estado “asegura el derecho a la educación”. Agrega que “los padres tienen el derecho preferente y el deber de educar a sus hijos. Corresponderá al Estado otorgar especial protección al ejercicio de este derecho”. El texto propuesto por los expertos introduce ideas nuevas en la redacción, como es el caso de tener presente la idea de “educación democrática”. El resto se mantiene prácticamente igual sin variaciones estructurales.
La propuesta del Consejo eleva a nivel constitucional una serie de materias que, en rigor, son competencia o de “reserva legal” y que actualmente están vigentes en la Ley Orgánica Constitucional
sobre la materia, por lo que rigidiza asuntos que son propios de política pública.
6. Salud
La Constitución vigente prescribe que la Constitución asegura “el derecho a la salud”. Agrega que “cada persona tendrá el derecho a elegir el sistema de salud al que desee acogerse, sea este estatal o privado”. Por su parte, los expertos sugieren la protección de “la salud en sus dimensiones física, mental y social”. Ambos textos, además, se refieren a que “es deber preferente del Estado garantizar la ejecución de las acciones de salud, sea que se presten a través de instituciones públicas o privadas, en la forma y condiciones que determine la ley, la que podrá establecer cotizaciones obligatorias”. La única diferencia radica en que el texto de los expertos suprime la alusión a las cotizaciones obligatorias. El texto de los expertos va más allá y prescribe que “la ley establecerá un plan de salud universal, sin discriminación por edad, sexo o preexistencia médica, el cual será ofrecido por instituciones estatales y privadas”. Es decir, si no existen las Isapres, habrá que crearlas. Constitucionaliza un tema que es propio de la ley.
Existen otros temas relevantes, como es la reducción del derecho a huelga, la constitucionalización de las AFP y el trato a los migrantes, todas materias de ley que, además, tienen un sesgo ideológico marcado. Como fuere, el “estallido social” nos mostró que las personas comenzaron a leer con lupa el aumento de los abusos, porque las promesas de igualdad y de derechos calaron muy profundo y cambiaron la autodefinición de los chilenos como seres sociales, y cuando aquello muta también lo hace la forma de interpretar la sociedad. En mi opinión, esa rabia y la
politización de la misma tuvo que ver con las expectativas sobre cómo la sociedad tiene que tratarnos, no solo de cuánto me da, esto es, la forma en que tiene que mirarnos y de vincularnos los unos con los otros. Ese fue el cambio que agudizó la percepción de que el otro está usando mal su poder. Y ese otro no es solo la persona que nos trata mal, sino que también el poder que le hemos cedido al Estado para que organice la sociedad.
Ningún sector político con ambas mayorías supo leer el Chile actual ni construir un texto de todos. Tal vez el problema de Chile no pasa por un nuevo texto constitucional que se validó en democracia no solo con la firma del ex Presidente Lagos, sino que con el ejercicio permanente de sus normas y la supresión de los enclaves autoritarios. La certeza que tanto se reclama es posible alcanzarla con la Constitución vigente, sin necesidad de actos refundacionales ni declaraciones programáticas excluyentes y con sesgos morales únicos y excluyentes.
El ciclo constitucional que comenzó el año 2019 se cierra sí o sí el 17 de diciembre con cualquier resultado; otro tema es qué sucede si acaso gana la opción a favor y cómo será su implementación y cuál será el ambiente para ello. Ahora hay que esperar no otro “ciclo”, sino que un “momento constitucional” diferente, pero por ahora pareciere bastar con el texto del año 2005 más algunas enmiendas que hay que considerar, como es el tema de los cuidados, la paridad, el derecho a huelga, la libertad de conciencia plena y las pensiones, y para ello no es necesaria una nueva Carta Magna.
Como último dato, todas las disposiciones del texto de los expertos que fueron citadas, contaron con una aprobación mayor al 90% de acuerdo con los datos del “Informe de Participación Ciudadana”, disponible en www.secretariadeparticipacion.cl.
Ahora es momento de elegir qué temas nos interesan, estudiarlos y resolver el voto de manera informada y sin prejuicios. El mundo no comienza ni termina el próximo 17 de diciembre.
La democracia vive en permanente crisis y cambio, por eso hay que abrirse a todos los debates sin que exista la más mínima posibilidad de cancelación del otro, pues, al final del día, la disputa moral ha sido una de las dimensiones centrales del “estallido social”, que, a cuatro años de ocurrido, aún no encuentra soluciones de ningún tipo, es más, si consideramos los fríos números, estamos en un escenario peor. Es el momento de levantar la cabeza y pensar en un plan país que aterrice nuestros sueños no de golpe en la realidad, sino que con la gradualidad con la que va cambiando también la vida.
LA HOGUERA 2.0 DE LA ¿NUEVA SANTA INQUISICIÓN?
POR EDUARDO QUIROZ SALINAS
Escritor, académico e Ingeniero
Sí. Sé que a algunos pocos les puede parecer un título ya leído, porque justamente ya lo usé anteriormente. Es uno de los subtítulos de El Tren del Laicismo, un libro que lancé el año 2020 y de una de las conferencias que realicé en torno al Congreso que la AILP realizó en Valparaíso el 2019. En ellos me refería en particular al burdo intento de intervencionismo desde las cúpulas del catolicismo y protestantismo chileno ante una serie de leyes en discusión que iban, según ellos, en contra de sus preceptos y, por tanto, todo el país, adherente o no a sus credos, debía estar sometido a ello. Corría el año
2015 y se discutía el aborto en tres causales, eutanasia y matrimonio igualitario en el congreso legislativo chileno. Los argumentos rayaban en lo inverosímil y las amenazas a los creyentes que estuviesen a favor de esas leyes eran apocalípticas, aprovechando el término. Mi conclusión, en aquel entonces, veía en el temor de las cúpulas eclesiásticas a la poca efectividad que tiene su discurso religioso, incluso entre sus propios adherentes voluntarios, la razón de ser de esas hogueras. Ello, indiqué, obligó a las cúpulas eclesiásticas y sus guiñoles a buscar, dentro de la legislación de una nación que debiese respetar el laicismo, los pilares que soportan la débil estructura de un discurso que se alejaba de las realidades contemporáneas de cada país y sus prácticas [Quiroz, 2020].
No sé si estuve tan errado en aquel entonces, sin embargo, hoy se ha prendido una nueva pira y de las cenizas renació también este mismo título. Me cuestiono, incluso, mientras escribo este artículo, si será la última vez que lo escribo. Mi optimismo usual chocará con la realidad y sé que no. La historia nos da demasiadas lecciones repetidas en ese sentido. Hace menos de un mes me retorcía junto a Voltaire y sus deseos de ver la libertad corriendo por el mundo a siglos de su partida y no puedo ser tan pretencioso. Si no le pasó a uno de los pensadores más importantes de la ilustración, del librepensamiento y de la libertad misma, menos a un incipiente escritor en el país más austral del mundo y con el eco de una esponja. En fin.
Dejando de lado el lamento, hace poco leí una noticia en Vatican News, que no dejó de llamar mi atención: “Masonería, para los católicos sigue siendo incompatible pertenecer a una logia”. De paso, “Vatican News es el portal de información de la Santa Sede, que junto con Radio Vaticano, L’Osservatore Romano y Vatican Media, pretende responder cada vez mejor a las necesidades de la misión de la Iglesia en la cultura contemporánea”, es la autodefinición de ese medio de comunicación digital, cuyo director editorial es Andrea Tornielli, periodista y escritor religioso especialista en el Vaticano, y su prefecto Paolo Ruffini, periodista italiano ex director de TV2000, la red televisiva de la Conferencia Episcopal Italiana. Volviendo a la noticia propiamente tal, su motivación tuvo lugar en una pregunta realizada por el actual obispo filipino de Dumaguete, capital de ese país, a sus autoridades en El Vaticano respecto a su preocupación sobre la cada día mayor adherencia de sus fieles a la masonería de ese país y el cómo enfrentarlo. La respuesta a esa interrogante de Julito Cortés la podemos ver en el comunicado, el que copio de manera íntegra a continuación:
“Recientemente, Monseñor Julito Cortés, obispo de Dumaguete, después de haber ilustrado con preocupación la situación de su diócesis, debido al continuo aumento de fieles de la masonería, pidió sugerencias para abordar adecuadamente esta realidad desde el punto de vista pastoral, tomando también en cuenta las implicaciones doctrinales relativas al mencionado fenómeno.
La pertenencia a la masonería es muy importante en Filipinas y concierne no sólo a aquellos que están formalmente registrados en las logias masónicas, sino, más en general, a un gran número de simpatizantes y asociados, que están personalmente convencidos de que no existe oposición entre pertenecer a la religión católica y Iglesia y a logias masónicas. Para abordar adecuadamente este problema, se
https://www.vaticannews.va/es/vaticano/news/202311/masoneria-para-los-catolicos-sigue-siendoincompatible-pertenece.html
decidió responder involucrando a la propia Conferencia Episcopal de Filipinas, notificando que sería necesario implementar una estrategia coordinada entre los obispos individuales que incluya dos enfoques:
A nivel doctrinal, hay que recordar que la pertenencia activa a la masonería por parte de un fiel está prohibida, debido a la irreconciliabilidad entre la doctrina católica y la masonería (cf. la Declaración de la Congregación para la Doctrina de la Fe de 1983 y las mismas Directrices guía publicado por la Conferencia Episcopal en 2003); por lo tanto, quienes formal y conscientemente estén inscritos en logias masónicas y hayan abrazado los principios masónicos, caen bajo las disposiciones presentes en la citada Declaración. Estas medidas también se aplican a cualquier eclesiástico registrado en la masonería.
A nivel pastoral, el Dicasterio propone a los obispos filipinos realizar una catequesis popular en todas las parroquias, sobre las razones de la irreconciliabilidad entre la fe católica y la masonería.
Finalmente, se invita a los obispos filipinos a evaluar la oportunidad de su posible pronunciamiento público sobre el asunto.
Ex audentia die 13 de noviembre de 2023 Víctor Fernandes Papa Francisco“.
En la imagen, de hecho, se puede ver que está firmada por el papa y el documento está disponible en el sitio del Vaticano para vuestra revisión: https:// www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/ documents/rc_ddf_doc_20231113_richiesta-cortesmassoneria_it.pdf.
Hagamos algo de historia previo al análisis mismo. A lo largo de la historia, han habido varias encíclicas y pronunciamientos por parte de la Iglesia Católica referente a la masonería, orden a la que parece que consideran un enemigo, debido a la doctrina antidogmática que promueve entre sus miembros y la exaltación de valores como el respeto al pensamiento y razonamiento del otro, la tolerancia y la no discriminación del que piense distinto, mientras sea una búsqueda de la verdad válida, razonada y acorde a las leyes del país en que se vive, sin exclusivismo ni fanatismo. En ese sentido, la cúpula de la Iglesia católica ha expresado en varias ocasiones su preocupación sobre la masonería y ha emitido declaraciones que advierten a los adherentes a su credo sobre la incompatibilidad entre la fe católica y la afiliación masónica. Algunas de las encíclicas y pronunciamientos más conocidas a este respecto son:
* “In Eminenti Apostolatus Specula”, emitida el año 1738, fue la primera bula papal que abordó
específicamente un veto a la masonería. Fue emitida por el Papa Clemente XII y condenó la afiliación masónica y otras sociedades secretas. No la copiaré por completo, pese a que es corta, pero si les citaré algunas frases o párrafos a modo de resumen: “hemos escuchado...que ciertas Sociedades...o Conciliábulos llamados en la lengua popular Liberi Muratori o Francs Massons o por otros nombres según los diversos idiomas, se están extendiendo ampliamente y creciendo diariamente en fuerza...Así, estas Sociedades o Conciliábulos antes mencionados han causado en las mentes de los fieles la mayor sospecha, y todos los hombres prudentes e íntegros han emitido el mismo juicio sobre ellos como depravados y pervertidos. Porque si no estuvieran haciendo el mal, no tendrían un odio tan grande a la luz...Por lo tanto, teniendo en cuenta el gran daño que a menudo causan tales Sociedades... congregaciones o Conciliábulos de Liberi Muratori o Francs Massons, o comoquiera que se llamen, sean condenados y prohibidos, y por la presente Constitución, válida para siempre, los condenamos y prohibimos. Por lo tanto, ordenamos con la máxima rigidez y en virtud de la santa obediencia, a todos los fieles de cualquier estado, grado, condición, orden, dignidad o preeminencia, ya sean eclesiásticos o laicos, seglares o regulares, incluso aquellos que tienen derecho a una mención específica e individual, que nadie, bajo ningún pretexto o por ninguna razón, se atreva o presuma de entrar, propagar o apoyar estas sociedades antes mencionadas de Liberi Muratori o Francs Massons...o recibirlos en sus casas o moradas o esconderlos, inscribirse entre ellos, unirse a ellos, estar presente con ellos, darles poder o permiso para reunirse en otro lugar, ayudarlos de ninguna manera, darles de ninguna manera consejo, aliento o apoyo ya sea abierta o secretamente... por sí mismos o a través de otros; ni deben urgir a otros o decirles, incitar o persuadirlos a inscribirse en tales sociedades o a ser contados entre su número, o a estar presentes o a ayudarlos de alguna manera; sino que deben mantenerse completamente alejados de tales Sociedades...bajo pena de excomunión para todas las personas mencionadas anteriormente. Además, deseamos y ordenamos que tanto los obispos y prelados...así como los inquisidores de la herejía, investiguen y procedan contra los transgresores ...y deben perseguirlos y castigarlos con penas proporcionadas al ser muy sospechosos de herejía”. No logré obtener el texto íntegro desde
el sitio del Vaticano, pero lo podemos encontrar aún en diversos sitios de la red de redes. Por mi parte lo obtuve de: https://freemasonry.bcy.ca/ anti-masonry/papal/in_eminenti.html.
* “Providas Romanorum”, emitida el año 1751 por el Papa Benedicto XIV, condena nuevamente a la masonería y otras sociedades secretas y advierte a los católicos sobre los peligros de la afiliación masónica. Esta si está en el sitio oficial del Vaticano (https://www.vatican.va/content/benedictus-xiv/ it/documents/bolla--i-providas-romanorum-i---18-marzo-1751--il-pontefice-con.html) y el resumen de ella que obtuve, tras justificar la decisión tomada por su antecesor Clemente XII y señalar que benevolentemente han absuelto de la excomunión a varios fieles arrepentidos, indicó: “... entre las gravísimas razones de las mencionadas prohibiciones y condenas contenidas en la citada Constitución, hay una, en virtud de la cual hombres de cualquier religión y secta pueden unirse en tales Sociedades y Conventículos; está claro el daño que se puede hacer a la pureza de la Religión Católica... las cosas honestas aman siempre la luz pública; Los crímenes son secretos...el juramento con el que se comprometen a observar inviolablemente dicho secreto...con la excusa de alguna promesa o juramento para evitar la obligación de confesar todo lo que se busca..si se hace algo contrario a la estabilidad y leyes de la Religión y de la República... entre los hombres prudentes y honestos se culpaba a las mencionadas Sociedades y Agregaciones: en su opinión, cualquiera que se uniera a ellas incurría en la acusación de depravación y perversión...Por lo tanto, absolutamente nadie está autorizado a violar, o con temeraria audacia contradecir esta página de Nuestra confirmación, innovación, aprobación, mandamiento, invocación, petición, decreto y voluntad. Si alguien se atreve a tanto, debe saber que incurrirá en la indignación de Dios Todopoderoso y de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo”.
* “Humanum Genus”, emitida el año 1884 por el Papa León XIII, es una de las encíclicas más extensas y detalladas contra la masonería. En ella la condena y aborda cuestiones teológicas y morales relacionadas con esta institución. Ella puede ser leída íntegramente en el sitio del Vaticano: https:// www.vatican.va/content/leo-xiii/it/encyclicals/ documents/hf_l-xiii_enc_18840420_humanumgenus.html. Parte con un no muy sutil “La raza humana, después de que “por envidia de Lucifer” se
rebelara desgraciadamente contra Dios, creador y dador de dones sobrenaturales, quedó dividida en dos bandos diferentes y hostiles; uno de los cuales lucha incesantemente por el triunfo de la verdad y el bien, el otro por el triunfo del mal y del error. El primero es el reino de Dios en la tierra, es decir, la verdadera Iglesia de Jesucristo...El segundo es el reino de Satanás”. “A lo largo de una larga serie de siglos estas dos ciudades lucharon entre sí con diversas armas y combates...pero en nuestros tiempos los partidarios de la ciudad malvada, inspirados y ayudados por esa sociedad, que está ampliamente difundida y fuertemente organizada y que toma el nombre de Sociedad Masónica”. “Pronto comprendieron los Romanos Pontífices, Nuestros Antepasados, que velaban por la salud del pueblo cristiano; y anticipando el futuro con sus pensamientos...advirtieron a los pueblos que no se dejaran engañar por conspiraciones astutas e insidiosas. Clemente XII dio el primer aviso del peligro (Const. In eminenti , 24 de abril de 1738); y su Constitución fue confirmada y renovada por Benedicto XIV (Const. Providas , 18 de mayo de 1751). Pío VII siguió sus pasos (Const. Ecclesiam a Jesu Christo , 13 de septiembre de 1821); luego León XII con la Constitución Apostólica Quo graviora (Const. de 23 de marzo de 1825), abrazando en este
punto los actos y decretos de sus predecesores, los ratificó y selló con sanción irrevocable. Pío VIII (Encicl. Traditi , 31 de mayo de 1829), Gregorio XVI (Encicl. Mirari , 15 de agosto de 1832) y Pío IX varias veces (Encicl. Qui pluribus , 9 de noviembre de 1846. Alloc. Multiplices inter , 25 de septiembre de 1865) intervinieron en el mismo sentido , etc.)...Ahora los frutos de la secta masónica son mortales y muy inmaduros. Dado que de las pruebas no dudosas que acabamos de recordar, se desprende que la intención suprema de los masones es ésta: destruir de arriba a abajo todo el orden religioso y social, tal como fue creado por el cristianismo, y tomando sus fundamentos y nombre del Naturalismo, para rehacerlo según su propio entendimiento”. Las diatribas y elucubraciones sobre la masonería y sus miembros no cesan momento alguno y es posible palpar la odiosidad contra ella en el escrito completo, el cual con toda sinceridad y humildad les invito a leer. El nivel de dogmatismo y fanatismo, que de algún modo es lógico en el máximo representante de un credo, es supino: “Entonces, abriendo las puertas a personas de cualquier religión se obtiene la ventaja de convencer con el hecho del gran error moderno del indiferentismo religioso y de la igualdad de todos los cultos: una manera muy oportuna de aniquilar todas las religiones, y
en particular la católica que, la única verdadera, no puede, sin sufrir una enorme injusticia, ser agrupada junto con las demás”. Sin embargo, en esa frase, cómo se dice coloquialmente, se pasó varios pueblos y mancilló a otros que, al igual que quienes adhieren al cristianismo en su versión católica, buscan en la fé el camino que los guíe a la verdad y que les sirva de sustento durante su recorrido. El resto de la encíclica es un insulto a la inteligencia de las personas, a las que muestra como ovejas que necesitan de un pastor, pues sin esa guía vamos todos al vacío y a la destrucción pues los únicos garantes de la salvación (no se de qué) y de la moral son ellos, que fueron o serían despojados del poder que confiere el manejo de la educación y la influencia en los gobiernos o principados, intercalando ofensas a las “secta satánica” de la masonería y el naturalismo. Finaliza pidiendo ayuda a sus representantes sobrenaturales “Para ello, invocamos el auxilio y mediación de la Virgen María, Madre de Dios, para que demuestre su poder contra las sectas impías, en las que se ve claramente revivir la soberbia contumaz, la perfidia indomable y la astucia simulada de Satán, ella quien triunfó sobre él desde su primera concepción”.
Si bien los tres escritos anteriores -sacados de entre otros similares, pues hubo más- son anacrónicos, y así lo demuestran sus fechas de emisión, era natural pensar o suponer que, tras un par de siglos, el dogmatismo, el absolutismo y el fanatismo de esos escritos fuesen decayendo, dando paso al uso de la razón y el entendimiento de que quienes habitamos el planeta no sólo tenemos la capacidad de pensar, sino que claramente lo hacemos y es así como el mundo, tras el avance de la razón, la ciencia, la tolerancia y la libertad, ha dado pasos gigantescos hacia adelante y sus avances son ostensibles. No sólo hablo de tecnología, ciencia o adelantos técnicos, sino también del avance de los valores humanistas que otrora fueron no sólo ocultados por quiénes poseían el poder, sino lisa y llanamente despreciados o tergiversados, puesto que ponían en jaque las posiciones sociales o políticas de quienes lo poseían.
“La sensibilidad humanista impelió a los pensadores ilustrados a condenar no solo la violencia religiosa, sino también las crueldades seculares de su época, incluidas la esclavitud, el despotismo, la ejecuciones por delitos poco serios como el robo en tiendas o la caza furtiva, y los castigos sádicos tales como la flagelación, la amputación, el empalamiento, el destripamiento, el despedazamiento en la rueda y la quema en la hoguera. La Ilustración se designa a
veces como la «revolución humanitaria», toda vez que condujo a la abolición de las prácticas bárbaras que habían sido moneda de uso corriente en las distintas civilizaciones durante milenios. Si la abolición de la esclavitud y el castigo cruel no es progreso, entonces nada lo es” [Pinker, 2018]. El mundo actual, basado en la realidad misma no en suposiciones ni tergiversaciones, es extremadamente mejor, pese a los shows de noticias agoreras y fatales de la televisión y la prensa. Comparado con los años anteriores, el mundo tiene menos violencia, menos guerra, menos tortura, menos esclavitud, más esperanza de vida, más información y progreso, menos analfabetismo, menos desnutrición, menos discriminación y, en síntesis, un vivir mucho mejor que 50, 100 o mil años atrás. ¡Incluso hoy es mejor que el ayer! de manera literal [Pinker, 2018]. Lo anterior en un detalle exquisito plagado de estadísticas y recopilación de data real está plasmado en el libro La defensa de la ilustración, obra que también os invito a leer, pues les otorgará una visión bastante más lúcida de la actualidad, si la comparamos con la que podemos recoger en redes sociales, noticieros y otros canales de información que puedan alimentar los sesgos de cada quien. Es por ello que quizá pudo sorprender al mundo intelectual la reafirmación de esas encíclicas o posturas antimasonería o anti libertad de pensar, al fin y al cabo. Nuevamente, Pinker tenía razón al señalar en el mismo libro, que aún cuando parezca una locura, “en pleno siglo XXI seguimos encontrando esos ideales contra ilustrados...La más evidente es la fe religiosa. Aceptar algo por fe significa creerlo sin una buena razón, de
suerte que, por definición, la fe en la existencia de entidades sobrenaturales choca con la razón. Las religiones también suelen chocar con el humanismo cada vez que elevan algún bien moral por encima del bienestar de los humanos; tal es el caso de la aceptación de un salvador divino, la ratificación de un relato sagrado, la imposición de rituales y tabúes, el proselitismo para que otras personas hagan lo mismo, así como el castigo o la demonización de quienes no lo hacen”. Es así como, abocado a investigar si tras la encíclica antimasónica de 1884 o una previa de 1864 que castigaba e iba en contra de cualquier “secta naturalista” que dejara en evidencia que la fé católica no es infalible y/o la única verdadera, pude encontrar que son varios los escritos en ese sentido. En una simple búsqueda encontré más de una decena, entre bulas, encíclicas, decretos y similares. El siglo XX partió, incluso, con una epístola de León XII, Annun Ingressi, donde nuevamente se citaba a la masonería, en la que el gran pontonero de aquel entonces concluía con la idea de una conspiración de los adversarios de Jesucristo, quienes, por la amplitud de sus objetivos, pretenden erradicar el influjo de la ley cristiana en el orden político, social, y económico [Alvear, 2018]. Yéndonos a finales de ese mismo siglo, para hacer más breve la crónica inagotable antimasónica de parte de la cúpula del credo católico radicado en El Vaticano, es posible mencionar la “Declaración sobre la masonería”, aprobada por Juan Pablo II, con Joseph Ratzinger como prefecto, en la que se señala, ante dudas respecto al código de derecho canónico que no incluyó algunos temas de manera explícita, que “no
ha cambiado el juicio negativo de la Iglesia respecto de las asociaciones masónicas, porque sus principios siempre han sido considerados inconciliables con la doctrina de la Iglesia; en consecuencia, la afiliación a las mismas sigue prohibida por la Iglesia. Los fieles que pertenezcan a asociaciones masónicas se hallan en estado de pecado grave y no pueden acercarse a la santa comunión”. Esta declaración es la que fue citada en el escrito que dio pie a este ensayo y que, como podemos confirmar mediante el mismo sitio del Vaticano (https://www.vatican.va/roman_curia/ congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_ doc_19831126_declaration-masonic_sp.html), tal de eliminar la posibilidad de que fuese una fake new o noticia falsa. De hecho, se ratificó lo acontecido el año 2003 en la misma Filipinas, cuando una declaración de los obispos católicos de Filipinas, conocidos por sus siglas CBCP, confirmó que enviaría cartas a todos los obispos de ese país, recordando la pena de quienes adhieren a su fé y además a la masonería. En ella es posible constatar que, hace 20 años atrás, de parte de la curia es posible leer que “los líderes del movimiento (masonería) son peligrosos y que la nueva declaración sobre los masones es importante hoy especialmente cuando vemos el reclutamiento de oficiales en la policía y el ejército”. Esa declaración fue la que concitó la duda de Julito Cortés, actual arzobispo en Filipinas,y pidió a la Santa Sede confirmar si continuaba vigente, con la respuesta ya conocida por todos y que, dado su anacronismo e intolerancia, hizo dudar a dicho mandamás de la nación del sur asiático. No cabe duda que fue disipada esa interrogante y, es probable, veamos una persecución mediática y con subterfugios de los ciudadanos filipinos que abrazaron las ideas de la tolerancia, del respeto, de la libertad y del uso de la razón. Es importante explicitar que la intolerancia y el fanatismo no es de los adherentes del credo católico, en este caso, sino de quienes en cada uno de los tiempos, desde las direcciones de una institución pretenden erigirse como jueces e intentar invalidar otros caminos, que, repito, son tan válidos como el cristiano católico, e incluso complementarios, puesto que, particularmente en occidente, son muchos los miembros o adherentes voluntarios, no fanáticos, que recorren ambos caminos en búsqueda de la verdad y como expresión espiritual.
Si bien replicó el Centro de Estudios Masónicos Internacionales, CEMI, a contradecir el trasfondo de lo emanado en esa noticia, es innecesario considerando que quienes adhieren a los principios de la razón, la tolerancia, la libertad y el respeto, saben que no requieren de autorización alguna de parte de ninguna persona o institución, para formar parte de una
hermandad u organización que su determinación propia les inste acoger y que, incluso, pretenda contradecir la carta fundamental de los DD.HH. a la cual se acogen y respetan casi la totalidad de los 196 países que conforman en la actualidad nuestro planeta.
Así es, entonces, como en el final del primer cuarto del siglo XXI es posible aún escuchar aullidos de intolerancia que, para oídos no fanáticos, sólo terminan hablando mal de quien los emite y pretenden constituir una nueva hoguera de una ¿nueva? Inquisición. No obstante, quienes vemos en el logos la salida, reconocemos que el atractivo de las ideas regresivas es perenne, y no debemos cejar en la defensa de la razón, la ciencia, el humanismo y el progreso. No puedo sino coincidir, al igual que en el párrafo anterior, con el pensador y científico cognitivo canadiense, que finaliza su libro indicando “La libertad es mejor que la coerción, la felicidad es mejor que el sufrimiento y el conocimiento es mejor que la superstición y la ignorancia” [Pinker, 2018], quien a su vez parte citando a Spinoza: “Aquellos que están gobernados por la razón no desean para sí mismos lo que tampoco desean para el resto de la humanidad”.
NUEVA CONSTITUCIÓN
UNA QUE NOS UNA ¿ES POSIBLE SINO SE DIALOGA?
POR GALO LÓPEZ ZÚÑIGA
Administrador público, cientista político, escritor y académico
UNA POLÍTICA DE TRINCHERAS
Desde hace un tiempo hasta hoy pareciera que la actividad política ha quedado reducida a un enfoque de trincheras, es decir, de frentes confrontados defendiendo sus posiciones para generar ataques destructivos a las posiciones adversarias. Así, cada uno atento a cada coyuntura, haciendo de ella un recurso táctico para ver oportunidades y acomodar su agenda según las conveniencias de cada momento. Y en ello, cada parte retroalimentándose desde sus propios dogmas, convicciones, rabias y calificaciones (o descalificaciones); respecto de aquellos otros como la expresión de lo que no puede ser aceptado; e incluso, tolerado. Algo así como bandos enfrentados en una disputa en procura de una victoria final y contundente; la que permita fijar las condiciones que pueda imponer a todos el vencedor de esa confrontación.
En ese contexto, en materia política escuchar los programas radiales, ver los foros televisivos o leer las entrevistas en los periódicos a los representantes de las distintas colectividades resultan ser una invitación a lo obvio, a lo previsible, a lo confuso; y, porque no también, a lo contradictorio. Y ello, a tal punto que todo queda claro dentro de las primeras líneas de una entrevista o en los primeros segundos en los que cada panelista hace uso de la palabra. Y todo esto,
sin referirnos a la multiplicación tendenciosa que se hace de las distintas plataformas y redes sociales que proporciona internet.
Simplemente, cada uno sale de su trinchera cargando y acomodando sus propias convicciones luego de haber observado las debilidades del adversario. Ahí, esos participantes generan los distractores o desvíos que resulten convenientes; buscan justificaciones y explicaciones funcionales para cada circunstancia; cambian o acomodan un argumento a la conveniencia del momento, extrapolan un argumento forzando interesadamente los hechos, recurren a la memoria o al olvido según sus conveniencias, descalifican al adversario si quedan atrapados sin defensas de sus posiciones, relevan aquello que permita destruir la posición adversaria y minimizan los errores o inconsistencias propias. En resumen, cada uno de los participantes arguye maquinando sus movimientos, como quien mueve piezas en un tablero que debe quedar cómodo para justificar la propia posición; y, por cierto, en donde ninguno de los participantes se ha detenido a escuchar al otro, más allá de ver en ese otro a un jugador que igualmente está moviendo convenientemente sus fichas.
Pero, lo más grave de todo esto es que esa misma lógica adversaria y descalificatoria, es la que ha dominado el Proceso Institucional que está en pleno desarrollo. En efecto, fue la lógica dominante cuando la Convención Constitucional tuvo la responsabilidad de elaborar la propuesta que el país le confió. Y, lamentablemente, también ha sido la lógica que ha
seguido imperando en esta etapa confiada al Consejo Constitucional cuya propuesta ahora está en desarrollo.
Algo que nos lleva a preguntar: ¿es posible esperar que de esta lógica de trinchera surja un modelo institucional que pueda proyectar al país durante las próximas décadas? Una pregunta que queda planteada y que el tiempo nos dará la respuesta, aunque ya -quizás- sea demasiado tarde. Y ello, aunque en las argumentaciones que se argüían sostengan un modelo institucional que se defienda, instaurando disposiciones de fuerza ante los desbordes de una realidad futura imposible de contener.
UNA CRISIS CIVILIZATORIA
Frente a esa pregunta de respuesta pendiente, nos surge la inquietud por comprender aquello que nos dejó en este estado crítico. Pero, una inquietud que no podemos abordar completamente en un artículo como éste, ya que bien daría para una ponencia académica que demanda un trabajo más extenso. Ante ello, simplemente abordémosla como una hipótesis
que pudiera ser trabajada en una posterior investigación más exhaustiva. En ese contexto hipotético, digamos que estamos viviendo una crisis civilizatoria que muestra el agotamiento de los viejos modelos políticos, económicos e institucionales.
En efecto, la esperanza puesta en el progreso que instaló la modernidad redujo a la naturaleza a una cuestión de recursos, generando las externalidades medioambientales que nos están poniendo límites al crecimiento infinito. Por otra parte, la razón que debía traernos las nuevas certezas quedó reducida a una cuestión instrumental y funcionalmente mediática a los intereses dominantes. Y la ciencia, como hija de esa razón que tenía la misión de ser la avanzada de ese progreso, quedó dominada por un positivismo militante que invisibilizó -o despreció- lo humano que está arraigado en una dimensión inaccesible para ese positivismo. Así, lo humano ha quedado huérfano de modelos políticos, económicos y normativos que se han desvanecido o agotado, sin cubrir o llenar los anhelos y en medio de un drama existencial de tantos
De esta forma se fueron desvaneciendo las promesas que nos trajo la modernidad, generando la emocionalidad de una desesperanza aprendida, de vacíos institucionales muy propios de un Estado Fallido, de reacciones desconocidas de rebeldía, de pulsiones primarias movidas por el descontento y la desigualdad y de organizaciones paralelas dominadas por la violencia y la criminalidad. Ello, como productos de sistemas económicos y políticos que han buscado modelar materialmente una institucionalidad sujeta a sus preceptos. Sin embargo, modelos que no han comprendido, que no han acogido y que tampoco han conducido lo humano más allá de tratar la realidad como una materialidad conformada por artefactos y cosas requeridas para el consumo. En otros términos, expresiones del progreso moderno que han tensionado a la sociedad sin poder dar cuenta de toda ella, de su evolucionar, de sus nuevas expectativas, de sus temores y, muy especialmente de la angustiosa incertidumbre y fragilidad que agobia a tantos. En el fondo, una crisis cultural de una sociedad que experimenta el desencanto del proyecto moderno y sus promesas de progreso, bienestar y seguridad. Y en ello, entendiendo por cultura toda creación humana modelada para hacer frente a las amenazas de una naturaleza necesaria pero riesgosa, si no se establecen las estructuras institucionales ( la cultura) para proteger la vida y proyectar sus posibilidades. En ese escenario, una crisis que cuestiona a las instituciones por su incapacidad para dar cuenta de una sociedad mucho más compleja e incierta. Una crisis que ha tenido en la política a su primera víctima, restándole la confianza y la legitimidad hasta relegarla
a una simple lucha por el poder. Una disputa abierta y descarnada por asumir el control de una sociedad que se desborda; pero que aspira a ser controlada por posiciones extremas que esbozaremos sucintamente a continuación:
a) Por una parte, la posición de quienes postulan un modelo institucional que tienen la arrogancia de pretender reducir la sociedad a una cuestión mercantil, es decir, de espacios en donde las personas puedan acudir al mercado (como lugar físico y hoy también virtual) para satisfacer todas sus necesidades y anhelos por la vía de la oferta y la demanda privada. Lo que, si bien ha estimulado la capacidad creativa de nuevas cosas y artefactos
que nos sorprenden, ello ha producido una vorágine de consumo que aliena siguiendo cánones de un materialismo vacío de contenidos humanizadores, degrada los ecosistemas al requerirse de recursos infinitos y ha estratificado a la misma sociedad siguiendo una lógica de calidad y precio (incluyendo servicios esenciales como la salud, la educación, la justicia y la seguridad social, entre otros).
b) Por otra parte, quienes sostienen un materialismo inverso al ya señalado. El que los lleva a cuestionar las superestructuras de poder que aquel otro modelo requiere para su perpetuación. Con ello, una lucha que brega por el reemplazo de esa estructura por otra, pero recurriendo para ello a una institucionalidad centrada en una burocracia pública que organiza, dispone y controla. En otros términos, una nueva estructura de poder que, por su parte, también se arroga la capacidad para acomodar a la sociedad a sus modelaciones.
c) Por último, y a raíz de esta tensión de estos extremos que tratan de imponer su visión de un progreso material pero que se desborda tornándose amenazante e incierto, ha surgido -o restablecido- un nuevo extremo. Es una vertiente conservadora que trae la promesa de la certidumbre basada en el restablecimiento de los tradicionales cánones nacionales y/o religiosos. Con ello, su confrontación a las transformaciones morales, su repliegue a las tradiciones locales y su rechazo a lo externo visto como amenaza. Y con ello, posturas reaccionarias que buscan la apropiación de un modelo institucional que faculte la legalidad de sus soluciones basadas en la fuerza.
LA POLÍTICA COMO LA PRIMERA VÍCTIMA DE LA LUCHA POR EL PODER
De acuerdo con lo ya señalado, la sociedad ha quedado sin algo esencial como lo es la política. Y ella, en tanto como la noble actividad humana de organizar y dar sentido a la polis, es decir, a lo público como el ethos en donde habita lo social y lo privado. Pero un ethos no como algo físico y contextual, sino que como la Dimensión Intersubjetiva en donde echan sus raíces los acuerdos colectivos para construir una vida en común, es decir, a partir de las subjetividades individuales y múltiples tan propias de una sociedad que, además de aceptar su pluralidad, requiera y valore la tolerancia y la inclusividad. Aquella sociedad que vea en la política el medio para dar forma a ese espació simbólico y colectivo que le da sentido y significación a cada uno desde su diversidad. Así, una sociedad que no sólo exalta el valor individual para garantizar las cualidades y los derechos de cada sujeto; sino que también, le aporta a cada sujeto un rol necesario para la construcción de un proyecto común, como algo necesario y esperado por los demás.
De esta forma, esas tres modelaciones le han quitado a la política su alma y su sentido, reduciéndola a una simple lucha por el poder. En otros términos, han hecho de la política un medio, un instrumento útil para formalizar el sistema normativo que ate, que obligue y que sancione a quienes se distancien o que puedan poner el riesgo su conveniente acomodo institucional. En otros términos, construir a su medida un Estado de Derecho ad hoc que fije las reglas a todos los demás1
En efecto, una lucha de tres formas de poder para hegemonizar el sistema normativo de la sociedad. Y ello, en el entendido que no es la sociedad y sus avatares la variable independiente que requiere de la política para encausar sus procesos. Simplemente, una brutal lucha por la conquista del sistema normativo como dispositivo institucional para modelar las formas societarias, encausar el hacer de las personas, restringir para evitar los excesos y reprimir conductas calificadas de peligrosas para el orden que se haya establecido. Así, la política no como el camino de los acuerdos que conducen a las normas que requiera esa sociedad, sino que las normas de algunos que fijan las reglas para todos.
1 Algo que nos hace acordar un viejo juego de infancia, en el cual el aventajado de un equipo salvaba o protegía a los suyos, con la frase: “un, dos, tres por mí y por todos mis compañeros”; dejando a ese equipo como vencedor y a todos los demás como simples perdedores.
DE LA POLÍTICA A LA
HEGEMONÍA DEL PODER
Una sociedad que desde la política modela su institucionalidad
La Política
Institucionalidad = ∫ (Sociedad)
EL MODELAMIENTO DE UNA INSTITUCIONALIDAD INVERSA
En definitiva, una lucha de bandos y operadores que actúan en medio de una ciudadanía ausente, cansada y desconfiada. Y con ello, una ciudadanía cuya saturación les ha dejado a esos bandos extremos la opción de modelar a la misma sociedad a partir de su sistema normativo. Lo que dista de la función de la política, el construir los acuerdos normativos que requiere el encausamiento de los procesos sociales, con sus apremios y urgencias.
Es lo que, a nuestro juicio genera esta Institucionalidad Inversa, de bandos que se disputan el poder para constituir institucionalmente un modelo de sociedad acorde a sus preceptos. Dicho de otra manera, un Orden Institucional que invierte el orden de las cosas poniendo la “carreta delante de los bueyes”, es decir, que pretende establecer un modelo para que la sociedad se acomode, sin incomodar al poder que se ha acomodado. Es lo que pretendemos mostrar en los siguientes dos cuadros. El primero, propio de la política que, a partir de la realidad social va construyendo el modelo institucional. Y el segundo, en el que el poder vencedor establece el modelo institucional al que se tiene que acomodar la sociedad.
Así, este reduccionismo de la política al poder -a nuestro juicio - nos explica el desacople entre esa sociedad y sus problemas. Desacople que también nos advierte: “como esa sociedad al no encontrar una forma para transformar sus demandas en estructuras institucionales, hace que su realidad tienda a seguir su propio decurso; ya sea: estructurando sus propias dinámicas, estableciendo sus particulares soluciones, construyendo sus redes o articulando sus vínculos y contactos; o bien, dando forma a ‘verdades tendenciosas’ que pululan sin control ni fundamentación, horadando y corroyendo no sólo al sistema institucional sino que también a la vida misma y a la convivencia al interior de esa sociedad”.
Una sociedad sujetada desde su institucionalidad (Institucionalidad inversa)
El Poder
Sociedad = ∫ (Institucionalidad)
Hecho que también nos muestra el desencanto por la política, el desinterés res-pecto de lo público y la desilusión de lo colectivo. Y ello, por cuanto la voz de la gente ya no se escucha o ésta es acomodada a una sola lectura y a una sola interpretación que fluye desde ese Orden Institucional ya petrificado. El que se ha apropiado y que ha acomodado la realidad a sus particulares intereses; ya sea, negando lo requerido, haciendo imposible lo demandado o acomodando las salidas a esa particular lectura. En tal sentido, ya no tiene valor político la voz disidente, las multitudes reclamando o los testimonios de miles que evidencian su precariedad. Ante ello, siempre habrá - al menos- un vocero, una bancada parlamentaria, un medio de prensa, una sentencia judicial, un informe “académico”, una ley de quorum calificado, un grupo empresarial, una asociación gremial, un acuerdo internacional, un recurso judicial o constitucional, un Comité de Expertos, etc…. Distintas voces para que esas demandas vuelvan al carril que interesa y que más acomoda a quienes ya resolvieron que las cosas -en lo esencial- no deben ser muy diferentes. Con ello, la deslegitimación de las instituciones, el crecimiento de las tensiones sociales, el relajamiento de la Ética y el surgimiento de estructuras paralelas que operan con sus propias lógicas y códigos, son consecuencias inequívocas e inerciales de este desacople entre la sociedad y sus instituciones. Así, ya es común ver el aumento de hechos de violencia, el incremento de las enfermedades mentales, la relativización moral y los abusos de todo tipo; y, porque no también cómo ciertos lugares se transforman en verdaderos guetos que se marginan del orden social. Los que por natural consecuencia son apropiados por bandas que instauran sus particulares formas de ordenamiento y seguridad, quedando sus habitantes como rehenes de esas estructuras paralelas.
Así, hemos dado forma a una sociedad que se estratifica, segmenta, que se aco-moda o que se resigna territorialmente; con comunas y barrios hechos según
este desacople. Por un lado, lugares de privilegio que se protegen y que se alejan para que ahí vivan los que se benefician con las bondades de haberse hecho afines y funcionales al sistema institucional que se ha impuesto; hasta aquellos otros que quedan excluidos de todo ello: marginados, entregados en gran medida a su suerte y a los excedentes. Obviamente, sólo cuando éstos existan y exista también, la voluntad o el apremio de compartirlos
He aquí, la “crónica de un estallido anunciado”, en el entendido que este desacople e institucionalidad inversa estará gestando el momento en que no serán suficientes los dispositivos de control biopolítico (del Garrote que pueda instaurarse institucionalmente ), ni las categorías de normalización psicopolítica (de la zanahoria como promesas de las bondades del modelo impuesto) que el poder establece; así como tampoco la regulación que el Sistema Institucional se haya fijado para modelar un todo (social, político y cultural), que se le escapa. Por cuanto, la cualidad polisémica de la sociedad moderna, la concentración de energía adentro de ella y la emergencia e inestabilidad permanente en la que siempre está, hará que esa sociedad se desborde del modelo reduccionista y unilateral que pretenda conducirla; terminando por enfrentar a esa realidad desbordada y el modelo que pretenda atar y reducir a esta sociedad. Una realidad que crece y que queda excluida en la sombra, detrás de una luz que -pretenciosamente- cree iluminarlo todo.
LAS RAÍCES DE NUESTRA CRISIS
Frente a ello, postulamos la existencia de una crisis que no es asumida ni comprendida, ya que ello arriesga un cambio en la estructura de poder, es decir, en las posiciones de control y del reparto de los beneficios. Así también, adentrarnos más allá nos conduciría hacia los espacios de lo nuevo, desconocido e incierto; siendo más cómodo y simple ver los hechos sintomáticos para tratarlos de manera reactiva y casual. Como simples políticas públicas que atienden el caso sin abordar el contexto o las causas originarias, sistémicas y sistemáticas.
En ese contexto, una crisis que se explica, por una parte, en la anomia como expresión de la desconfianza. Desconfianza en toda forma de organización institucional que ya no se reconoce como adecuada para hacer frente a las realidades que se desbordan. Y por otra, el nihilismo que niega o rebate toda la legitimidad de cualquier titularidad directiva o de liderazgo. Así, dos patologías de fondo, como expresiones de aquello que no se comprende ni se asume más allá de persistir en las diversas manifestaciones sintomáticas que padece nuestra actual sociedad. Incluyendo por cierto, a las promesas populistas y la represión, como ofertas salvíficas frente a una sociedad reactiva y desesperada. En síntesis, la anomia que explicaría la desconfianza y el nihilismo como expresión de la crisis de legitimidad institucional. Y, porque no también, la desesperanza de cada sujeto inmerso en medio de
una realidad que no se explica, que lo reduce y que lo atemoriza.
Sin embargo, seguimos la persistencia de las tradicionales estructuras de poder ancladas tratando de salvar una modelación que no está a la altura de las realidades que han emergido y, por cierto, reactiva a los síntomas del problema y no centrada en sus causas. La violencia, la corrupción, los procesos migratorios, el crimen organizado, las vías de hecho, el desinterés por lo público, las enfermedades mentales e incluso las enfermedades físicas derivadas de inducidas formas de consumo, la pérdida de competencias cognitivas, los desequilibrios económicos, entre tantas y diversas manifestaciones de esta patología social que nos afecta, etc. Todo un síndrome de síntomas que no se auscultan más allá de eso sintomático que genera este estado de cosas.
Con ello, la economía que era originalmente concebida como la administración de la casa o del hogar (de la sociedad), quedó subordinada y reducida -en el lenguaje aristotélico- a la crematística, es decir, a los procesos de transacción de bienes, de servicios y últimamente a la especulación financiera. En cuanto a la política, ésta ha perdido su vitalidad como constructora de consensos y relatos verosímiles que encausen y sustenten los procesos humanos. Simplemente, la política se ha quedado con relatos vacíos, arrogantes y reducida a la simple disputa por el poder, es decir, un tironeo prometeico de quienes lo quieren conservar, frente a los otros que lo anhelan poseer. Y como consecuencia de ello, un persistente modelamiento institucional que pretende confinar a la realidad a los cánones de los dogmas, a los juicios y prejuicios de los actores que se disputan un poder hegemónico, ofertando promesas de tener y conservar la clave dorada de todas las soluciones o el consuelo de vivir en el mejor modelo político y económico posible.
Es esto lo que -me parece- distancia a las personas de la actividad política. En especial en una sociedad múltiple como lo es la sociedad contemporánea, la política ha quedado reducida a un objeto sin contenidos colectivos e incapaz de construir un tejido social diverso. En otros términos, la política ya no es el sustrato que consensúa, que aviene disensos y que acerca las posiciones; sino que a un simple juego “en el que gana, gana todo”. Así, un objeto tironeado por cualquier argumento que sirva para conquistar el poder, conservarlo y acrecentarlo sin importar la veracidad de los argumentos.
De esta forma, la política ha dejado de ser el constructo que requiere la polis para regular al poder, evitar sus excesos y, muy en especial, controlar
o al menos morigerar la inercia de su hegemonía. A diferencia de ello, el poder con toda su potestad se ha apropiado de la política, buscando hacer de ella un instrumento para construir una red que legitime al vencedor, incluso más allá de su transitoria victoria. De ahí la importancia instrumental que le ha dado el poder a la política, en tanto que le sirve como dispositivo normativo e institucional para perpetuar esa victoria; algo así como: “hemos ganado, por lo que los otros tendrán que aceptar todas nuestras condiciones y ajustarse a la normativa de nuestro triunfo”.
Así, ya podemos comprender mejor la insustancialidad y la falacia reiterada en tantos panelistas que debaten sus posiciones en un juego de tirones, descalificaciones o simples agresiones argüidas para defender e imponer sus ideas. Una lógica que los lleva a evitar la comprensión del otro, para que ello no se asuma ni se entienda como su derrota o la simple claudicación ante el adversario.
UNA POLÍTICA QUE
NO DIALOGA
Y aquí están todos los demás, al medio de este tironeo de quienes buscan arrastrar a la mayoría suficiente para ganar y, con ello, justificar su victoria e imponerse - ojalá - a perpetuidad. Así, en medio de una lógica de vencedores y derrotados queda una mayoría, la que busca ser convencida ante la identificación de culpables que es necesario castigar y a la promesa de una solución fácil que se espera con angustia.
De esta forma, tenemos una política que no busca dialogar sino que imponer su victoria a los otros vistos como adversarios y enemigos. Una política que se cierra en sus propias verdades y argucias; es decir, no abierta a los demás. En consecuencia, una política que no privilegia la apertura hacia el otro, consciente que la realidad es tan amplia, variable, compleja e incierta, que ninguno por sí solo es capaz de dar cuenta de toda ella. Que también la verdad está diseminada en todos quienes tienen una perspectiva y un sentir que es necesario aportar para comprender mejor esa realidad esquiva y múltiple que necesita de todos. En definitiva, una política que no dialoga y, por el contrario, centrada en el debate de posiciones siguiendo una lógica adversarial, muy afín a una forma de entender la política a una simple y brutal lucha por el poder. Por ello, permítanme compartir esta lista de diferencias entre Dialogar y Debatir que encontré en una página de internet y que me parece muy necesaria para comprender la lógica no dialogante de nuestros actores políticos.
LA CONSTRUCCIÓN DE UN RELATO COMPARTIDO
Dialogar v/s Debatir (Diferencias)
1. En el Diálogo las Personas colaboran hacia un entendimiento común; en el Debate se crea oposición entre personas o bandos que se oponen e intentan demostrar que la otra parte está equivocada.
2. En el diálogo el objetivo es encontrar un camino en común; en el debate, el objetivo es ganar.
3. En el diálogo uno escucha a la otra parte para encontrar significados, aclarar intenciones y encontrar acuerdos; en el debate, uno escucha a la otra parte para encontrar defectos y rebatir sus argumentos.
4. El diálogo extiende, agranda y posiblemente cambia el punto de vista del participante; el debate reafirma el punto de vista del participante.
5. El diálogo revela suposiciones para reevaluación; el debate defiende las suposiciones cómo verdad.
6. El diálogo provoca introspección de la posición de uno; el debate provoca crítica de la otra posición.
7. El diálogo abre la posibilidad de conseguir una solución mejor que ninguna de las soluciones originales; el debate defiende la posición de uno como la mejor y excluye otras soluciones.
8. El diálogo crea una actitud de mentalidad abierta (abre al error propio y al cambio); el debate crea una actitud de mentalidad cerrada, una determinación a tener la razón.
9. En el diálogo uno presenta su mejor pensamiento,
sabiendo que las reflexiones de los demás ayudarán a mejorarlo, no a destruirlo; en el debate, uno presenta su mejor pensamiento y lo defiende contra los ataques para mostrar que es correcto.
10. El diálogo pide dejar de lado temporalmente las creencias de uno; el debate pide implicarse completamente con las creencias de uno.
11. En el diálogo, uno busca el acuerdo básico; en el debate, uno busca manifestar las diferencias.
12. En el diálogo, uno busca las fortalezas de las otras posiciones; en el debate, uno busca los defectos y debilidades de las otras posiciones.
13. El diálogo supone preocuparse por la otra persona y no busca ofenderla ni distanciarse de ella; el debate supone contrarrestar la posición del otro sin tomar en cuenta los sentimientos o relaciones y a menudo infravalora o desprecia a la otra persona.
14. El diálogo supone que muchas personas tienen parte de la respuesta y que juntos las pueden unir hacia una solución mejor; el debate supone que hay una respuesta correcta y que uno la tiene.
15. El diálogo queda abierto; el debate supone una conclusión.
En definitiva, el Dialogo tiene implícita la apertura hacia la búsqueda conjunta de la verdad…
… el Debate en cambio, conlleva una apropiación de ella y un rechazo a la verdad del otro.
¿DEMOCRACIA EN CRISIS?
LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES ARGENTINAS UN HECHO POLÍTICO CRUCIAL
“En el pasado el futuro de Argentina era mejor”
Paráfrasis de una cita de Luis Fernando Verissimo
POR CÉSAR GATICA MUÑOZ
Geógrafo, analista internacional
La realidad económica y social que vive la República Argentina en el presente es de una inquietante gravedad, la cual para quienes vivimos en otras latitudes, resulta sorprendente y difícil de entender dados sus ingentes recursos naturales y su admirada y pretérita bonanza.
Posee un territorio de 2,7 millones de km2 pródigo en recursos naturales, con extensas tierras fértiles, reservas de gas y litio y que guarda un considerable potencial en energías renovables. Es uno de los países más importantes en la producción tanto de alimentos del sector agrícola como de la ganadería vacuna. Destaca, asimismo, en manufacturas y en servicios de alta tecnología.
Es alto el precio que por la crisis pagan sus habitantes. Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos de ese país (Indec), en el primer semestre de 2023, la población bajo la línea de pobreza era de un 40,1% y dentro de ese conjunto un 9,1% se encontraba en situación de indigencia. Si se considera que Argentina al año 2022 tenía algo más de 46 millones de habitantes, los números reales resultan dolorosos en lo moral y constituyen un elemento de riesgo para la estabilidad institucional, en lo político.
A lo anterior se añade que, de acuerdo con lo informado por el referido instituto, el índice de precios
al consumidor en octubre pasado alcanzó un 142,7 % interanual. Si bien el porcentaje es elevadísimo, se ha de considerar que el alza de un 8,3 % en los precios al consumidor representó una desaceleración con respecto al 12,7 % registrado en septiembre.
Su moneda ha caído en el mercado legal a los 350 pesos por dólar, en tanto el “dólar blue” que se vende en el mercado negro, a mediados de noviembre del presente año, se encontraba levemente bajo los mil pesos.
Por otra parte, la tasa de desocupación laboral al primer trimestre del 2023 fue de un 6,2% y la de subocupación de un 10,6%. Ambos porcentajes están referidos a la población económicamente activa.
Los especialistas identifican diversos factores que han contribuido a gestar esta crisis:
1. Falta de continuidad en las políticas económicas. Determinados gobiernos, a lo largo de los años, han aplicado medidas proteccionistas y otros han liberalizado la economía abriéndose a los mercados. Esos cambios de orientación no contribuyen, precisamente, a atraer inversión extranjera ni a estabilizar el sistema económico y social.
2. El estado gasta mucho más en su funcionamiento respecto de sus ingresos. El déficit fiscal se arrastra, al menos, desde hace 13 años.
3. Para paliar tal déficit se ha recurrido a la impresión de circulante, lo que contribuye a incrementar la inflación. Asimismo, se han solicitado préstamos a
instituciones internacionales, las que generalmente exigen austeridad, lo cual involucra disminuir la asistencia social, medida que perjudica a los de siempre: las personas más pobres. Todo es un círculo perverso.
4. Al segundo trimestre de 2023 la deuda externa se elevaba a US $ 276.201 millones.
5. El país, pese a que guarda condiciones para ser una potencia económica mundial, no ha conseguido superar su condición de economía agropecuaria. La soja, el maíz, la carne bovina, la cebada y el girasol, según Indec, al término del primer semestre del 2023, representaban el 38,7 % de sus exportaciones.
6. La corrupción es un problema serio y de raíces profundas, la que también ha contribuido a configurar la actual situación del país. Según Transparency International, Argentina se encuentra en la posición 94 de la medición mundial. Para fines de comparación: Dinamarca se sitúa en el lugar número 1, virtualmente sin corrupción, Uruguay
en el número 14, país que ha registrado un apreciable mejoramiento, Chile en el 27 y Somalia en el 180, donde la corrupción es perfecta.
No es casual que “The World Happiness Report” correspondiente al año 2023 y basado en los datos de la Encuesta Mundial Gallup indique que, en un total de 137 países, Finlandia es donde las personas viven más felices. Se ubica en el número 1. Argentina se encuentra en la posición 52 y Afganistán en el último lugar. A fin de contrastar: Uruguay se posiciona en el número 28, Chile en el 35 y el Brasil en el 49. La felicidad no es fácil de medir, la fórmula de cálculo es compleja, pero es evidente que aquella condición se relaciona directamente con la situación espiritual y material en la que viven los seres humanos en cada país. Esta última información es de público conocimiento y coincide con el orden de los países dado por dicho estudio.
Según datos proporcionados por la Cancillería argentina, en el año 2022 el intercambio comercial de ese país fue de US$ 169.969 millones.
Las exportaciones alcanzaron US$ 88.446 millones y las importaciones US$ 81.523 millones, de modo que el saldo comercial tuvo un superávit de US$ 6.923 millones.
El cuadro siguiente es un ejemplo de los montos que Argentin a registra en el comercio internacional:
(En millones de dólares)
Los tres principales socios comerciales son Brasil, China y Estados Unidos, los cuales representaron el 30,9% de las exportaciones y el 53,8% de las importaciones del año 2022.
El economista ultra liberal Javier Milei, elegido para presidir al país, anunció que aplicaría medidas radicales en materia de comercio exterior, basadas en una drástica disminución de aranceles. Dadas las dimensiones económicas de Argentina, se deben esperar consecuencias comerciales importantes para la región.
Obviamente, su triunfo tendrá un impacto político ideológico en el mismo ámbito, donde actualmente se confrontan la extrema derecha y las corrientes de centro izquierda.
Una cuestión primordial que quedará en manos del próximo gobierno ultramontano será garantizar el crecimiento del comercio exterior del país. En ello
perfeccionamiento de los vínculos político-diplomáticos con la comunidad internacional, sin duda, tendrá una gravitación importante.
RASGOS DESTACADOS DE LA POLÍTICA INTERNA DE ARGENTINA
En los últimos ochenta años, la política del país vecino ha estado particularizada por la presencia de dos corrientes predominantes y que han asumido en diversas ocasiones la presidencia de la Nación: el Peronismo y la Unión Cívica Radical. Lastimosamente, en este tiempo el país también ha transitado por demasiados periodos dictatoriales: de 1955 a 1958 (Revolución Libertadora), de 1962 a 1963, (de José María Guido) de 1966 a 1973 (Revolución Argentina) y desde 1976 a 1983 (Proceso de Reorganización Nacional). Esta última dictadura ha sido la más cruenta de todas. Los asesinados por motivos políticos superaron las 30 mil personas.
Pese a que la democracia genuina cuenta con suficientes herramientas para resolver todos los problemas políticos de un país, Argentina, como todas las naciones de América latina, ha sufrido el flagelo de los golpes de estado y las consecuentes tiranías. Esta es una materia para un análisis inacabable.
UNA APROXIMACIÓN AL PERONISMO
Esta corriente política surgida en la década de 1940, al organizarse legalmente, se denominó primero Partido Laborista, enseguida Partido Peronista y finalmente Partido Justicialista.
El movimiento peronista ha cobijado corrientes
diversas cuyos idearios no son del todo precisos y no coinciden necesariamente en sus postulados. Se han autodenominado peronismo histórico, neoperonismo, ortodoxo, revolucionario, al que se vincula el movimiento guerrillero Montoneros, Derecha Peronista, Peronismo Sindical, Menemismo, Kirchnerismo, el que incluye al movimiento juvenil La Cámpora, el Peronismo federal, el Peronismo feminista, etc. Las variantes de esta corriente de la política argentina no parecen tener fin.
Definir al peronismo sería muy pretencioso y no cabría en estas breves notas. En términos muy generales y de acuerdo con sus programas y quehaceres, se le podría caracterizar como un movimiento populista, con una fuerte base sindical, con algunos elementos ideológicos laboristas y con una propaganda que incluye cierto nacionalismo. Claramente su ideología es sincrética.
Lo señalado antes y especialmente el populismo, se estima, explican en gran medida la notable adhesión que siempre ha recibido. No en vano, desde 1946, el peronismo ha ganado diez elecciones presidenciales. Fue proscrito por la dictadura en 1956. La ilegalidad fue levantada en 1972 precisamente por el apoyo popular que este movimiento tenía en esa fecha.
En sus inicios, recibió cierto influjo del fascismo italiano lo que explica, en parte, el refugio que Perón dio a diversos jerarcas nazis que huyeron de los juicios por crímenes de guerra que instauraron los países aliados desde 1945. Este es un tema polémico y algo urticante, pero ya es historia. Estos nexos se vinculaban con la búsqueda de la llamada “tercera vía”. En Chile, antes de la Segunda Guerra Mundial, algunos líderes reconocidamente democráticos también cantaron alabanzas a los nazis y a los fascistas.
Quien fuera el derrotado candidato del peronismo a la presidencia, Sergio Massa, hasta el presente ha ejercido el cargo de Ministro de Economía, pertenece al partido Frente Renovador, colectividad que es una variante de dicho movimiento y que es parte de la coalición peronista y de centro izquierda Unión por la Patria. Esta alianza, que fue creada para emprender su campaña presidencial, está constituida por dieciocho colectividades, entre partidos y movimientos, todos progresistas, seis de los cuales son variantes del peronismo. La propensión a dividirse es una singularidad de este movimiento.
Otra faceta ardua de comprender en este complejo escenario es que el propio ministro de Economía haya sido el candidato que compitiera en una elección presidencial, en circunstancias que a él inevitablemente se le relacionó con la existencia de la gran brecha cambiaria, la alta inflación y la pobreza existente. El
resultado obtenido expresa que su nominación no convenció, precisamente, al electorado.
LA UNIÓN CÍVICA RADICAL
Otro partido político principal en Argentina es la Unión Cívica Radical (UCR) el cual fue fundado en 1891 por Leandro N. Alem.
La UCR a lo largo de su extensa existencia ha adherido a tendencias de izquierda, centro izquierda y de derecha. Desde 1996 pertenece a la Internacional Socialista, con lo que ha asumido una posición de centro izquierda.
Desde 1916 ganó diez veces la presidencia de la Nación. El último mandatario radical fue Fernando de la Rúa (1999- 2001), quien no consiguió concluir su mandato debido a la profunda crisis económica en la que el país cayó en 2001, al estallido social que aquella provocó, a la represión policial aplicada, la cual provocó más de treinta muertos y a los supuestos casos de corrupción en los que habría caído su gobierno.
Su renuncia tuvo ribetes dramáticos. Después de formalizar su renuncia, De la Rúa abandonó la Casa Rosada a bordo de un helicóptero. Esa imagen recorrió el mundo y no es olvidada por el pueblo argentino. El fracaso perjudicó seriamente al radicalismo, el cual se dividió, y en contrapartida el peronismo ganó apoyo.
Después de más de dos décadas de crisis se asegura que el partido se ha fortalecido, no obstante, todavía carece de un líder carismático como el expresidente Raúl Alfonsín, o de un dirigente con posibilidades electorales ciertas.
Esta situación algo decaída del radicalismo trasandino junto a la situación económica crítica, han sido factores que, sin duda, han contribuido a abrir el paso al ultraderechista Javier Milei, quien con sus propuestas innovadoras y rupturistas concitó la considerable adhesión que le dio el triunfo.
Después del turno eleccionario del 22 de octubre de 2023, diversos dirigentes radicales declararon que llamaron “…a votar por el candidato presidencial de Unión por la Patria, Sergio Massa”, para impedir “el abismo que plantea el anarco-neoliberalismo y las propuestas regresivas y antidemocráticas de Javier Milei”. Ello, a la postre, fue una decisión que no tuvo los resultados que el radicalismo esperaba.
LA MILITANCIA
Por cierto, en Argentina han existido y existen otros partidos y movimientos políticos, pero los gravitantes son los mencionados.
Según la Cámara Nacional Electoral de Argentina (CNE) los partidos políticos, a diciembre de 2022, tenían 8.081.702 afiliados, lo que representa el 23% de los más de 35 millones de electores registrados a nivel nacional. Cabe puntualizar que, entre los 18 y los 69 años, el voto es obligatorio.
El Partido Justicialista registra 3.204.329 militantes, es decir, el 39,6% de las afiliaciones, la Unión Cívica Radical (UCR) 1.852.571, el 22,9% y el PRO (de Macri) con 169.322 afiliados, o sea, el 2,09%. Hay un verdadero enjambre de pequeños partidos, pero la concentración es evidente. El Justicialismo y los radicales reúnen el 62,5% de la militancia. Notable también es que al año 2021 las mujeres representaban el 53,3% de las afiliaciones y los hombres el 46,6%. Existe también, desde 2022, un registro de militantes no binarios.
Datos de similar índole registrados en Chile revelan lo siguiente: las 446.483 personas que en septiembre de 2023 militaban en partidos políticos, en un universo de 15.406.352 electores, representaban solo un 2,9% de afiliados, cifra que va en disminución. La diferencia con lo verificado en Argentina es notable.
Parece evidente que, en nuestro vecino país, pese a la crítica situación por la que atraviesa, existe una mayor co nfianza en el sistema democrático y en los partidos políticos que en Chile.
EL BALOTAJE DEL 19 DE NOVIEMBRE
Es evidente que la tarea que le espera al gobierno que conducirá Javier Milei, sin exageraciones, será titánica.
Los resultados de la votación en el primer turno fueron los siguientes:
Sergio Massa Unión por la Patria 9.853.492 36,78%
Javier Milei La Libertad Avanza 8.034.990 29,99%
Patricia Bullrich Juntos por el Cambio 6.379.023 23,81%
Juan Schiaretti Hacemos por nuestro... 1.802.068 6,73%
Myriam Bregman Frente de Izquierda y… 722.061 2,69%
Según los votos recibidos por cada candidato, disputaron el balotaje del día domingo 19 de noviembre de 2023, Sergio Massa y Javier Milei.
LO PRINCIPAL EN
EL PROGRAMA DE SERGIO MASSA
Entre las medidas más relevantes que había propuesto Massa, destacaba el anuncio sobre el problema cambiario. En tal sentido había manifestado que a fines del año 2024 levantaría las restricciones para el acceso y transacciones de dólares tanto para particulares como para empresas.
Asimismo, preveía un contexto favorable con bajo vencimiento de la deuda en virtud de un nuevo programa con el FMI, un aumento en las reservas en dólares para el pago de dicha deuda y un incremento en US$40 mil millones en las exportaciones. Esta última cuestión era vital y ambiciosa, pues involucraba un incremento cercano a un 50%, debido a que las ventas al exterior hoy se elevan a los US$ 88.446 millones.
Este es un hecho que Milei deberá también enfrentar.
Otros aspectos importantes de su programa eran:
La creación de mayores fuentes de trabajo, el mejoramiento de los ingresos, la simplificación tributaria y el amparo a la renta de los jubilados.
Asimismo, prometía dar un impulso a la educación, el acceso a medicamentos gratuitos y a los servicios médicos, una política de acceso a la tierra y a la vivienda digna y el fortalecimiento de las empresas públicas nacionales.
Igualmente se comprometía a aplicar una política ambiental de adaptación y mitigación del cambio cli-
mático y la formulación de nuevas políticas agrícolas para consolidar el liderazgo mundial de Argentina en ese sector.
Como resulta lógico, el programa de Massa seguía la línea del actual gobierno de Alberto Fernández, introduciendo perfeccionamientos.
LO PRINCIPAL EN EL PROGRAMA DE MILEI
El candidato Javier Milei fue respaldado por la coalición de derecha “La Libertad Avanza”, la cual tiene una posición conservadora en lo social y libertaria en lo económico.
Está conformada por los siguiente partidos y movimientos: Demócrata, Unión Celeste y Blanco, Fe (sic), Renovador Federal y Libertario, este último de extrema derecha.
Es importante tener en cuenta que el libertarismo del presidente electo es una teoría política que no tiene precedentes prácticos. Solo cuenta con una experiencia en el poblado de Grafton, New Hampshire, Estados Unidos, iniciada en 2005. Sin embargo, el incremento de la delincuencia, entre otros graves problemas, minaron el proyecto.
Milei ha presentado un plan de gobierno que se proyecta por treinta y cinco años.
Los principales aspectos de su propuesta económica comprenden un proceso que culminaría en una dolarización de la moneda, que ahora reconoce que no será inmediata, una fuerte reducción del gasto estatal y la privatización de las empresas públicas.
Un aspecto fundamental es que dispondrá la clausura del Banco Central.
En cuanto a lo tributario, pretende eliminar y bajar impuestos, especialmente, los derechos de exportación y de importación para insumos.
La flexibilización laboral es un tema medular. Propone terminar con la informalidad mediante la supresión de las indemnizaciones y su sustitución por un seguro de desempleo.
En el ámbito de la educación, aplicará un sistema de váuchers mediante los cuales entregaría los fondos a los padres a fin de financiar la demanda en lugar de la oferta. Otro aspecto significativo es que eliminaría la obligatoriedad de la educación sexual.
En lo referente a la salud social, intentaría terminar con la gratuidad y subsidios de las prestaciones. Sustituirá lo existente, también, por váuchers individuales.
En los temas de la salud pública, se debe considerar que Milei afirmó que “la cuarentena durante la pandemia” de Covid-19 fue un “delito de lesa humanidad”.
Adicionalmente, intentaría liberar la tenencia de armas de fuego para los ciudadanos, militarizará los establecimientos penitenciarios y disminuirá la edad de imputabilidad de los menores.
Pese a que la Organización Mundial de la Salud alabó la política de donación de órganos de Argentina, señaló que dado que “…hay 7.000 personas esperando un trasplante y 300.000 potenciales donantes, hay algo que no funciona en el medio y que genera un montón de corrupción”, lo que se interpretó como una intención de también comercializar órganos, cuestión que posteriormente él negó.
Por otra parte, en sus polémicas declaraciones se ha referido ofensivamente al Papa Francisco, lo que motivó un enérgico rechazo de parte de la Iglesia.
Ha anunciado que romperá relaciones diplomáticas con el Vaticano, con el Brasil y con China. No parece divisar dificultades en ello, pese al elevado intercambio comercial con los dos últimos países y no ve problemas en romper con la Santa Sede, a pesar del incremento de las guerras en el mundo donde el líder de la iglesia Católica, con su ascendiente moral, tiene un importante papel en los esfuerzos por alcanzar la paz.
No se ha detenido ahí en sus enfoques diplomáticos. Recientemente, calificó al presidente Boric como un “empobrecedor”.
No aplicaría medidas en relación con el clima, debido a que opina que “…todas esas políticas que culpan al ser humano del cambio climático son falsas y solo buscan captar fondos para financiar vagos socialistas que escriben “papers” de cuarta”.
Al referirse al matrimonio entre dos personas del mismo sexo, señaló que como se trata de “…
un contrato entre partes. ¿Qué tengo que opinar yo?”. Añadió que la no intromisión del Estado en ese asunto se funda en que “…el liberalismo es el respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo”. En un tema de alta sensibilidad, Javier Milei ha cuestionado la cifra de desaparecidos durante la dictadura y ha insinuado que es menor a la informada oficialmente. Su vicepresidenta, Victoria Villarruel, niega los delitos de lesa humanidad que se cometieron en la última dictadura.
Todo indica que Milei es un muy audaz “outsider” quien, si bien se alinea con Trump, Bolsonaro y Kast, va más allá en sus intenciones. Su programa sin duda es una revolución derechista.
La implementación de su proyecto lo obligará a caminar por una verdadera “cuerda floja”, pues entre otras flaquezas, carece del necesario apoyo en el Parlamento. No es menor tampoco el hecho que la sociedad argentina ha tenido desde hace setenta años un servicio amplio proporcionado por el Estado, que h a abarcado educación y salud entre otras prestaciones, sistema que Milei intentará desmontar.
EPÍLOGO
Ha triunfado Javier Milei por una abrumadora mayoría. Con el 99,3% de las mesas escrutadas, recibió 14.476.462 votos (55,69%) y Massa tuvo 11.516.142
adhesiones (44,31%). La causa de su victoria no puede ser otra que la calamitosa situación económica y social que vive la República Argentina en el presente, la cual la ciudadanía golpeada por sus efectos, ha de atribuir a la gestión del peronismo.
Por cierto, en el presente, las informaciones falsas o veraces transmitidas por las redes sociales juegan un papel preponderante en la determinación del curso de los acontecimientos sociales y políticos y sin duda este fenómeno ha tenido una incidencia en el resultado de esta campaña presidencial.
Las políticas anunciadas por Milei son arriesgadas y tendrán un impacto perceptible en una sociedad ya suficientemente castigada. Habrá que constatar si el Estado argentino cuenta con los mecanismos como para amparar los derechos que la sociedad ha alcanzado en virtud de procesos políticos laboriosos y que han envuelto considerables sacrificios.
Los múltiples y estrechos vínculos construidos entre Chile y Argentina a lo largo de la historia, envuelven también lazos de fraternal afecto.
Por ello, desde el occidente de la Cordillera de los Andes se hacen votos porque las gestiones desplegadas por el futuro gobierno tengan pleno éxito, contribuyan a profundizar su sistema democrático, recuperen la prosperidad en beneficio de sus habitantes e impulsen aún más el perfeccionamiento de los nexos chileno argentinos.
UNA DIGRESIÓN NECESARIA
Son variados los elementos culturales que Chile y Argentina comparten: idioma, religión, procesos históricos, organización republicana, etc. Tales similitudes se aprecian con mayor nitidez en las zonas fronterizas y especialmente en las regiones del sur.
Sin embargo, para mejor comprender el acontecer político argentino, es indispensable poner atención en algunos hechos relevantes que resultan diferentes a los que se han verificado en nuestro país.
En Chile las tendencias de izquierda y derecha han sido nítidas e históricamente constantes. Desde los inicios de la república los propios nombres de los partidos han expresado elocuentemente sus respectivos idearios y orientaciones: conservadores, liberales, demócratas, demócrata-cristianos, radicales, social demócratas, socialistas y comunistas, son todas denominaciones que no dejan lugar a dudas acerca de sus objetivos.
Lo expresado no omite el hecho que las colectividades políticas chilenas, surgidas en el presente siglo, han recibido denominaciones algo crípticas, incluso insólitas y que no están necesariamente en consonancia con sus postulados. Pero la actual es otra época, otra realidad, ese fenómeno es de una génesis compleja y por eso requeriría de un examen específico.
La organización político partidaria argentina, según se expone en el artículo principal, no guarda semejanzas con lo acontecido en Chile, excepto en los esfuerzos por consolidar el sistema democrático.
Por otra parte, la inmigración en los últimos 150 años en Argentina ha sido un proceso muy intenso, lo cual ha particularizado su poblamiento. Algo diferente a lo ocurrido en nuestro país.
La información siguiente da cuenta parcial de ese fenómeno. Estos datos estadísticos más detallados permitirían mejores análisis.
EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN
Europa Meridional y Oriental. Es notoria para el viajero la profusión de apellidos de origen italiano existentes, especialmente en Buenos Aires.
De ahí la recurrida expresión humorística: “El hombre desciende del mono y los argentinos de los barcos”. La nutrida llegada de personas provenientes de remotas comarcas significó un valioso aporte cultural para ese país, cuyo multifacético y riquísimo acervo es universalmente valorado.
La globalización y la integración tienden a reducir las diferencias culturales, pero estas aún existen y son notorias.
Las similitudes entre Chile y Argentina y su contigüidad territorial facilitan la integración, el estrechamiento de lazos políticos, comerciales y de fraternidad. Es un proceso multifacético y que se perfecciona día a día. Las crisis en la relación siempre han sido originadas por disidencias en la determinación de los límites territoriales, las cuales han sido invariablemente superadas mediante mecanismos de solución pacífica de controversias. Aún quedan en las agendas algunos asuntos pendientes, los cuales sin duda serán resueltos por la misma vía.
Las elecciones de los gobernantes de Argentina inciden perceptiblemente en el curso que pueden seguir los temas recién mencionados. Por ello, desde Chile, se observan con vivo interés sus procesos políticos internos.
La masiva inmigración en Argentina ha procedido de diferentes regiones del planeta, especialmente de
Lo expuesto antes y en el artículo principal permiten vislumbrar algo de las diferencias y similitudes que existen entre las sociedades de Argentina y de nuestro país. Ciertamente, es un tema muchísimo más profundo y siempre de gran interés.
ERIC GOLES
“LA
HUMANIDAD SE EXTINGUIRÁ ALGÚN DÍA, PERO DEBEMOS TRABAJAR PARA QUE NO SEA POR CULPA DE NUESTRAS ACCIONES”
A partir de las experiencias de vida transmitidas en su nuevo libro “Sucesos de probabilidad nula”, el afamado escritor y matemático chileno, reflexiona sobre el presente y futuro de una sociedad que, a su juicio, necesita reforzar su formación educativa y cultural, para aprovechar en forma ética, responsable y sustentable, las oportunidades de desarrollo que hoy brinda el avance tecnológico, y construir así un mejor futuro para las próximas generaciones.
POR PIERINNE MÉNDEZ YAEGER Periodista
Racionalmente optimista y humanamente feliz, en un mundo que tecnológicamente avanza más rápido que los principios de la ética histórica, y que debe forjar nuevas estrategias de educación global para así construir un futuro más empático y solidario. Así se define el escritor, matemático y científico chileno Eric Goles, mientras conversa sobre la génesis y lanzamiento de su más reciente libro, “Sucesos de probabilidad nula”.
Oportunidad que, además, le permite reflexionar profundamente sobre el estado actual de la evolución humana y las posibilidades efectivas que, como especie y sociedad, tenemos de matizar y ralentizar nuestro inevitable avance hacia la “extinción final”.
Un final que, en su opinión, forma parte de un proceso natural e inevitable, y al cual no debemos temer desde ningún punto de vista, porque “hagamos lo que hagamos, siempre prevalecerán la entropía y el segundo principio (de la termodinámica newtoniana)”.
Sin embargo, Goles también está convencido de que esta certeza del fin, “que puede ocurrir mañana
o en cientos de miles de años” no puede abstraernos de la necesidad de trabajar para que las futuras generaciones sean tanto o más felices que lo que nosotros hemos sido hasta ahora. “Pues aun cuando los humanos se extingan, eso no puede pasar antes de que la propia naturaleza o el cosmos, lo decidan, así que nuestro deber es cuidar nuestro mundo, para que nuestros nietos puedan disfrutarlo y vivir de la mejor forma posible”, enfatiza.
-¿Y qué representa para usted ser científico y a la vez artista en este mundo?
¿Se siente en medio de una constante lucha entre el orden racional de las cosas y de la entropía creativa?
En realidad no tengo problemas, porque manejo dos lenguajes. Primero, el que conocemos todos nosotros como chilenos, que es el español, y que lo uso desde chiquito. Eso me hace construir mundos, inventar, mentir, decir verdades y escribir. Pero, también manejo desde hace 50 años el lenguaje matemático, que para mí es como otra parte del español.
Con él también puedo crear, y a la vez, interpretar el mundo. Por supuesto que, de algún modo, hay diferencias. Yo me siento a escribir un ensayo o un texto literario, y no es el mismo proceso que razonar matemáticas. Son otras las dificultades, pero como lenguaje se me mezclan. Es imposible separar todas las aguas. Y en este libro “Sucesos de probabilidad nula”, esta mezcla se ve muy bien, porque se habla de cosas en las que se nota que quien está narrando es una persona que ve el mundo de manera más matemática, informática o científica, pero a la vez, está visitando y vivenciando mundos literarios. Es decir, para mí, tanto en matemática como en literatura, está muy presente la noción de narrar algo, de crear un espacio narrativo integral.
-Pero ¿se puede ser ambas cosas al mismo tiempo, sin tener que sacrificar alguna parte integrante de uno de estos dos mundos?
Es decir, cuando hago matemáticas propiamente tales, esto significa esencialmente modelar una situación y tratar de demostrarla, dentro de las reglas de la
matemática. Eso te absorbe completa y probablemente te va a costar dormir, porque estás buscando cómo demostrar algo. En ese punto me cuesta mucho convivir con cualquier otra cosa, porque es un proceso que te envuelve completamente en un problema a resolver. Pero si piensas en literatura o en narrativa, sucede lo mismo. Un autor, concentrado en construir una narración, un cuento o una novela, está completa y hasta obsesivamente atrapado por esa acción. De manera incluso frustrante, porque muchas veces no logra dar con el modo de rematar una idea o de avanzar y terminar una historia. Lo mismo pasa en matemáticas, aunque sean acciones con tiempos distintos. Porque si calculo no estoy sumergido en una ficción, y si tengo que rematar una ficción no voy a estar en paralelo resolviendo ecuaciones. Además, hay que aprovechar los instantes de inspiración, porque cuando te agarra la ola, ahí tienes que seguir en ella hasta que te bota en la playa.
-En ese sentido, da la impresión de que “Sucesos de probabilidad nula” es una gigantesca metáfora de la constante lucha entre dos fuerzas opuestas. ¿De dónde surgió la inspiración para escribir este libro? ¿De su propia lucha interna, de la historia humana o de la compleja evolución que hoy vive la sociedad?
Creo que hay múltiples variantes, por lo menos en mi caso. Cuando escribo o narro, no lo hago porque previamente piense en transmitir una señal exacta, ni mucho menos. La inspiración llegó de pronto y de hecho algunos de los textos que están en el libro los escribí hace ocho o nueve años, y solo después, por casualidad, me di cuenta de que tienen un sentido. Antes de darle forma al libro conversé por casualidad con uno de los editores de “Montacerdos”, que dicho sea de paso es una editorial de nicho, que hace un trabajo muy hermoso, y fue él quien vio esos textos en borrador y me dijo “oye, pero acá hay un libro”. Esas palabras me iluminaron y me hicieron ver que había un hilo conductor, un hilo de Ariadna que me conducía por este laberinto, y ese descubrimiento se lo debo a ellos.
Lo que hice después fue continuar con ese hilo, y por eso la mayoría de los textos fueron creados durante el año pasado. Claro que tampoco hay una intención de decir algo concreto. Obviamente el
libro es una expresión de mi ser, un retrato, algo esperpéntico creo, porque hay textos que son solo ficción. De hecho, dudo mucho que los girasoles estén calculando el nombre de Dios, pero hay otras cosas que sí son verdad, porque sí me ocurrieron. Pero la verdad es que estos “Sucesos de probabilidad nula”, son en general cosas que ocurren en raras oportunidades, y por eso los narro de esa manera. Ese es mi hilo conductor. Por ende, el lector va a encontrarse con un narrador un poco desquiciado y con un entorno donde coexisten varios mundos físicos, como Marruecos, Israel, Chile o Bristol, en fin, con un mundo ficticio literario y un mundo matemático. Pero eso soy yo.
-¿Y cuál es el mensaje que espera transmitir con esta obra? ¿Qué impera o debiese imperar al final, la entropía o el orden? ¿Y qué es mejor entre ambos? Es que tampoco pretendo hacer juicios de valor, porque el segundo principio de la termodinámica nos alcanzará a todos, tarde o temprano. Es como vivir un sentido trágico y lúdico frente a lo imposible, a lo que es irremediable. Vamos a envejecer, y “a ser erosionados”, como digo en una frase dentro del libro. El amor que pensaste que era el amor de tu vida de pronto se irá y no sabrás por qué se te fue; vas a envejecer y el libro que leíste dos veces para que no se te olvide, finalmente se te olvidará, etc. Somos finitos y como diría Quevedo, “polvo vamos a ser un día, pero seamos polvo enamorado”. Es decir, disfrutemos, mientras estamos vivos para que el final sea una experiencia extraordinaria.
-¿Pero entonces sí hay una ilusión a pesar de lo inevitable?
Por supuesto, tú siempre tienes que pensar como si la hubiera. Aunque mi caso, a los 71 años, ya no ando preocupándome de eso, ni mucho menos. Es decir, tengo proyectos, hago cosas, vivo la plenitud de mi ser en una suerte de eternidad presente, pero también tengo claro que en algún momento me llevará el segundo principio.
-¿A su juicio, qué vivimos hoy: una evolución, una revolución o una involución social? ¿O es una compleja combinación de estos tres conceptos?
Primero que todo, no vivimos ninguna revolución. Si recuerdas, cuando cayó la Unión Soviética y se desarmó el “bloque oriental”, apareció este historiador (Francis Fukuyama), que dijo que se había acabado la historia. Y nos dijo que ahora venía el happy end, que seríamos todos felices y no habría más conflictos. ¡Falso! Esta historia sigue desarrollándose a fondo y de algún modo lo que estamos viviendo hoy son coletazos de todo aquello. Hay una falta de paradigmas, claro, y también una fuerte inconformidad. El mundo se empieza a hacer chico, aparecen restricciones que no nos hacen ningún sentido, la ciencia progresa de manera acelerada, y sin embargo no nos da en el gusto, y muchas veces nos produce más problemas de los que resuelve. Tal vez porque nuestro crecimiento filosófico-ético avanza mucho más lento que nuestra capacidad de inventar nuevos constructos tecnológicos y científicos.
Esto se refleja en una profunda desigualdad en todo el planeta y en Chile, en particular. Hay muchas cosas no resueltas, y aunque no soy nadie para decir cómo las vamos a resolver, sí estoy seguro de que el mundo es, tal como diría Nicanor Parra, “un embutido de ángel y bestia”. La historia no se ha terminado y sigue siempre ahí, aunque ahora avanza a una velocidad que no existía en tiempos de los egipcios,
griegos o romanos, lo que nos lleva, por cierto, a una situación muy compleja, pero que no es peor a otras que ya vivieron generaciones anteriores.
-¿Y qué momento vive hoy nuestra sociedad? ¿Vive una amenaza de destrucción o la oportunidad de alcanzar verdadera trascendencia?
Hasta el día de hoy, nosotros, los homo-sapiens-sapiens, los humanos, somos de dulce y de agraz, buenos y malos. Tenemos cerebros enormes, muy grandes, y eso nos permite tener, por ejemplo, una autoconciencia que, hasta donde sabemos, tiene un grado extremadamente mayor a la de los primates más desarrollados, o de los delfines, o de lo que sea. Y eso nos ha llevado a ser la única especie que ha logrado controlar, y a la vez, deteriorar el entorno donde vive. Es decir, hemos producido cosas tan maravillosas como la música de Bach; y catástrofes tan terribles, como las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki. Pero es lo que hay, es lo que tenemos, es lo que somos. Además, hasta cuando digan lo contrario, en esencia, en contexto, somos únicos. Obviamente en la galaxia o en el cosmos debe haber otras civilizaciones inteligentes, pero probablemente nunca nos vamos a enterar, porque están demasiado lejos. Es decir, estamos solos en esta bolita azul que es nuestro hogar, y para bien o para mal, los problemas que tenemos, debemos resolverlos solos, como humanidad.
-Hoy se dice por ejemplo que vivimos en plena cuarta revolución industrial, con avances tecnológicos que aparentemente permiten que la vida sea mejor, pero ¿es eso realmente efectivo? ¿Vivimos mejor o cada día estamos más alienados?
Es que todo eso forma parte de la misma dicotomía anterior. Por ello, más que decir que el crecimiento de la ciencia es siempre bueno, o que la tecnología sea demoníaca, el punto se basa en el uso que le damos a este avance científico, a esta tecnología. Porque hoy el crecimiento tecnológico no va acompañado por un crecimiento social ético que lo limite. Pero en ese sentido no soy negativo per se. No podemos llegar y decir “vamos a prohibir investigaciones en esto o en aquello”, porque al final se van a hacer igual, dado que la curiosidad humana no tiene fin. El punto es tratar de que las cosas fluyan por un cauce
que podamos controlar como humanidad. Y no soy ni pesimista, ni tampoco un optimista ingenuo, sino que pienso que esta sociedad ha creado infiernos, pero a la vez, ha creado maravillas. Entonces en ese balance, creo que todavía podemos progresar.
-Como matemático y artista, ¿hacia dónde cree que nos llevará este vertiginoso camino de desarrollo tecnológico, hacia un mundo feliz o hacia nuestra decadencia como especie pensante y creativa? Bueno, como dije antes, en primer término, creo en el segundo principio. Porque en nuestro planeta Tierra, desde que apareció la vida, hace alrededor de tres mil millones de años, la mayor parte de las especies que la han habitado en algún momento también han desaparecido, por diversas razones. Desaparecieron los dinosaurios, los megaterios, los grandes mamíferos, los insectos gigantes, etc. Entonces, ¿por qué no nosotros? También debemos estar preparados ante la extinción, ante la muerte. ¿Por qué tendríamos que ser eternos? Lo natural es que la especie humana desaparezca en algún momento. Y si bien hay una fecha límite para todo, que será cuando desaparezca el Sol, dentro de unos miles de millones de años, nosotros también vamos a decaer y desaparecer mucho antes, por culpa nuestra o por otros factores.
El punto es, ¿cómo podemos combatir o frenar la velocidad con que se deterioran las cosas? Pues la respuesta está en ser razonables, éticos y sustentables. No ensuciando el ambiente y cuidando la única casa que tenemos, que es este planeta y también este país, por supuesto. Y ahí es donde todos tenemos un rol enorme que jugar. Hoy tenemos un planeta atestado, injusto, contaminado y azotado por las ambiciones de ciertos sectores, y ahí tiene que haber un cambio radical. Es como cuando estás enfermo y vas al médico, te cuidas porque no quieres morir, porque tienes cosas bellas que hacer aún, sean sociales, literarias o culturales, etc. Y para actuar de esta manera, necesitamos potenciar la educación y la cultura de toda la población, porque hoy tiene niveles paupérrimos y eso se ve en las acciones de todos, especialmente de una gran parte de la juventud.
-Pero de todos modos el mundo nos está proporcionando diversas señales… ¡Claro que sí! Nos está enviando mensajes enormes, pero aparentemente todavía no queremos escucharlos. Por ejemplo, en el ámbito particular, ves a familias que pasean todo el día por el bosque y hacen picnics o asados, arrojando basuras a destajo, o dejando fogatas encendidas. Y no les importa, porque no tienen conciencia del riesgo o el daño
que le hacen al bosque, a la naturaleza. Y si llevas esa desidia al ámbito global, ves que hay un pensamiento extremadamente egoísta, generalizado y muy poco socializado, respecto del cuidado del medio ambiente. Es decir, la generación actual no piensa ni en sus hijos, ni en sus nietos. Olvidan que el mundo es, tal como dice una tribu indígena del Amazonas, “un regalo que nos dejaron nuestros nietos”, y por ende tenemos que cuidarlo, porque es para ellos. Si no tenemos esta empatía, esta preocupación, estamos condenados, porque no se trata de andar controlando a quienes cometen faltas, sino que se trata de construir una cultura ética global a base de educación, y que toda la sociedad entienda la urgencia de actuar de esta manera.
-¿Y entenderemos la importancia de este mensaje en algún momento?
Creo que, como dice el refrán, la letra con sangre entra. La naturaleza nos está entregando mensajes uno tras otro, y tarde o temprano tendremos que entenderlos. En realidad, ya lo estamos entendiendo, pero muy a posteriori. Y eso es lo lamentable, porque hemos tenido que esperar mucho tiempo, dejando que el ambiente se deteriore infinitamente, para reaccionar.
-Pero también hoy vemos como a pesar de que cada vez hay más innovación y tecnología, la salud mental, la parte emocional del ser humano se está deteriorando.
Es tal como lo he dicho antes. Por una parte, la ciencia y la tecnología progresan enormemente y traen cosas maravillosas, pero al mismo tiempo vemos que nuestro modo de convivir social, político y humano no avanza a la misma velocidad, y por eso se deteriora. Además, la tecnología ya no la manejamos nosotros, sino que solo somos sus usuarios en general, porque no hay un control de cada individuo sobre la nueva tecnología que aparece, ni mucho menos.
-¿Y qué opina de las nuevas generaciones, son efectivamente más liberales como tiende a suponerse o, por el contrario, se han convertido en un paradigma del totalitarismo ideológico intolerante?
En mi experiencia, las nuevas generaciones son muy maximalistas, es decir, aseguran que la verdad es solo la que expresan ellos y punto. Es la dictadura de la verdad personal. Tú lo puedes ver en muchas partes, en particular en Chile. Dicen “yo poseo la verdad y lo que hay que hacer es esto”, pero todo mirado desde una sola perspectiva. Eso yo lo puedo entender individualmente en un adolescente, pero
no en profesionales, adultos jóvenes o autoridades. Sabemos que la verdad no la posee nadie, porque es un constructo social más grande. Pero hoy impera la imposición de solo un paradigma de verdad, de “lo que yo quiero”. Uno puede tratar de convencer, pero no vivir en función del maximalismo enorme de las nuevas generaciones. Y es curioso, porque al mismo tiempo los jóvenes viven, como dicen ellos, en “otra”. Es decir, como en una “eternidad extrapolada”, en un rincón donde no se preocupan del futuro, sino que están en lo suyo y nada más.
Y me cuesta entender esa combinación de maximalismo e individualismo, porque además los jóvenes tienen un modo de ver la sociedad en el que no se dan cuenta de que la riqueza del crecimiento sociológico y político está íntimamente relacionada con la historia. No se trata de que venga un “mesías” a imponer todo de cero. Lo que se hizo hace treinta, cien y más años en Chile, como sociedad, todavía es parte del hilo que nos construye. ¿Cómo lo vas a cortar? Entonces no se trata de botar todo a la basura, ni mucho menos, porque sería como vivir en una permanente rebelión adolescente, que para mí es incomprensible.
-En medio de tanto caos, conflictos, guerras, luchas por el poder, desesperanza y presagios ominosos de cambios climáticos y escasez de recursos, ¿podemos ver el futuro con optimismo?
Hay que tener un sentimiento positivo frente a lo inevitable, porque la entropía siempre lleva las de ganar. Es una normalidad que no podemos detener. Pero como dije antes, soy positivo, porque el orden y la entropía van de la mano. La clave está en la velocidad con que se desarrollen los acontecimientos entrópicos. No es malo pensar que algún día la humanidad se extinguirá, es natural. Lo malo es que se acabe demasiado rápido por culpa nuestra, entonces, es eso lo que tenemos que evitar como sociedad.
-¿Y cuál debería ser nuestro deber para que la humanidad no se acabe tan rápido?
Todo parte por el deber personal, de vivir correctamente el mundo que nos tocó vivir, con amplitud de criterio y pensando más allá de lo que estamos viviendo ahora. Yo, por ejemplo, pienso constantemente en mis nietos y en dejarles lo mejor de este mundo, de este país. Y eso pasa por dejarles el recuerdo de un abuelo intelectual, pero también porque yo cuide este medio ambiente donde vivimos, en la pequeña porción que me corresponde directamente, no yendo a incendiar un bosque, ni a lanzar basura en la naturaleza o porquerías en la calle.
Es un auto control fomentado por una educación global, que nos hace mucha falta como sociedad y que no tenemos acá, ni en muchos otros países tampoco. Culturalmente hay una responsabilidad individual grande. Ese es el modo correcto de mantener un crecimiento social relativamente justo y en un medio ambiente amigable y hermoso, como el que tenemos por ejemplo acá en Chile. Cada uno de nosotros puede controlar mejor las cosas, y creo que la variable de base es una educación cívica social y cultural grande y potente que, por desgracia, hoy no existe.
-Si bien seguimos avanzado hacia niveles superlativos de desarrollo técnico, científico y tecnológico, ¿no le parece que hemos perdido otros atributos valiosos como los sentimientos, la generosidad y la empatía?
No sé si lo hemos perdido por culpa del avance tecnológico. Honestamente, no relaciono las dos cosas. Son fenómenos paralelos que forman parte de la ecuación. Sí creo, por ejemplo, que el confinamiento nos volvió más egoístas o aislados, y que nos ha costado superarlo. Lo digital, lo tecnológico, como dije antes, no es malo en sí mismo. Lo malo sería que nosotros, como personas, empresas, sociedades, gobiernos o estados
lo abordemos de forma negativa o para usarlo con sentido negativo.
La parte más “demoníaca”, por así decirlo, son los constructos que se hacen a través de las grandes empresas internacionales, esas campañas mediante las cuales adquieren tu información personal y construyen una foto tuya, sin que ni siquiera lo sepas. Pero eso pasa en todo el mundo, con grandes corporaciones que ocupan esa información con el fin primordial de vender más cosas, de orientarte a que compres esto o aquello, o para desinformar, como ya ocurrió en unas elecciones en Estados Unidos. Esas son las acciones negativas que condicionan opiniones o acciones, y finalmente te alienan. Afortunadamente en Chile estamos lejos de que esto último ocurra, porque por el momento no tenemos tanta capacidad tecnológica, aunque nos estamos acercando y debemos prevenirlo.
-En ese sentido, ¿es la inteligencia artificial un ejemplo de “evolución desalmada” de la sociedad o de una sociedad que evoluciona sin empatía?
No, la inteligencia artificial, que dicho sea de paso es un nombre muy malo, porque no es inteligencia, sino simples líneas de código construidas de cierto modo, tampoco tiene nada de “demoníaco”. Es un código hecho por seres humanos, y lo malo viene en las intenciones que tiene aquel
que lo construyó, que probablemente tampoco sean malas. Cuando Newton hizo las ecuaciones de la física, estas no tenían nada de demoníaco, sino que simplemente eran nuevas herramientas o formas de conocimiento para entender mejor el mundo. Probablemente se hizo mal uso de ellas después, pero eso es otra cosa. Aquí, con la digitalización o las nuevas tecnologías sucede lo mismo, y lo he mencionado antes. Hay un constructo de contextos intelectuales, tecnológicos, sociales, incluso con fines de lucro, que no tiene por qué ser a priori sumamente malo. Sin embargo, el uso que le damos a ese avance tecnológico, científico o social, requiere cierta ética, cierta filosofía, cierto modo de ver el mundo, que no ha logrado avanzar tan rápido como la tecnología, y ahí es donde flaqueamos.
-¿Y cómo se define Eric Goles en esta cotidianeidad tan especial, tan cambiante?
Creo que soy una persona que considera lo intelectual como parte esencial de su vida más profunda. Es decir, mi quehacer tanto científico como matemático, así como lo que ahora estoy “balbuceando” a nivel literario, es tan parte de mí, que si me lo quitaran y no pudiera seguir creando, aunque sean cosas chiquititas, es como si me muriera. Se me iría un motor de vida salvaje. Soy una persona esencialmente creativa, me gusta crear, y cuando no lo puedo hacer es como si me empezara a enfermar y morir poco a poco.
Segundo, me califico de optimista. No un optimista ingenuo, porque no creo en la ciencia específicamente, sino en la humanidad. Creo profundamente en la humanidad, a pesar de todo, y además amo mucho este país donde me tocó nacer. Y nunca lo voy a dejar de querer solo porque en algún momento “equis” pase algo que no me guste, desde el punto de vista social o político. Tenemos un pedazo de tierra maravilloso y un conjunto de personas que lo habitamos, que no tengo por qué pensar que vayan a actuar mal en el largo plazo. Por eso soy positivo.
-En relación con tu libro, “Sucesos de probabilidad nula”, ¿cuál es el espíritu, la esencia que realmente esperas transmitir con él?
Este libro es muy chileno, muy anecdótico. Pero no lo escribí tratando de pensar que iba a transmitir un mensaje específico. Por supuesto, como escritor espero que el lector me lea a mí. Que lea mentiras, ironías y verdades, y pueda encontrar a Eric Goles en todas ellas. Eso es un hecho. No hay ningún otro mensaje que haya pensado entregar, porque el mensaje lo extrae el lector. En ese sentido, hay una frase que me gusta mucho y que dice “un escritor abre ventanas”. Es decir, no es muy de su incumbencia el cómo el lector reciba su creación, aunque me encantaría que al menos al leer algunos de esos textos reflexionaran y a la vez rieran un poquito. Una de las cosas que nunca he tenido es gravedad. Soy una persona relativamente “cero grave”, me río de mí mismo y el reírse es muy bueno. Con la sociedad también deberíamos aprender a hacerlo, porque tendemos a ser graves.
-¿Se siente entonces plenamente feliz?
Bueno, nadie es completamente feliz, porque somos como la Cordillera de Los Andes. Es decir, nuestras cumbres de felicidad a veces se combinan con bajones enormes, pero en promedio me calificaría como una persona que ha tenido la suerte de tener una vida bastante feliz, y hoy trato de mantenerme feliz, viviendo cada momento y tratando de no estar ajeno al mundo que me rodea, a lo que pasa. No soy una persona muy sociable, no tengo millones de amigos como Roberto Carlos, pero soy inmensamente feliz viendo a mi familia y viendo crecer a mis nietos. En esta etapa de la vida eso me hace feliz, así como estar creando, escribiendo, haciendo matemáticas o viajando por el mundo. Cuando finalmente me quiebre, es porque se me quebró la biología y ya no pude más, pero por el momento eso no sucede, así que soy feliz en todo el sentido de lo que significa ser humano.
LAS PERSONAS MAYORES UNA REALIDAD DESAFIANTE PARA CHILE
POR RICARDO BOCAZ SEPÚLVEDA
Psicólogo, magíster en Psicología de la Organizaciones, especializado en el Imperial College de Londres, vicerrector Sede Chillán, Universidad del Alba
El envejecimiento es parte del ciclo de vital, pero es considerado casi como una enfermedad en la sociedad de la inmediatez y el consumo. Las tasas de personas mayores de 60 años en Chile se han incrementado en diez puntos porcentuales en las últimas tres décadas, llegando la proyección al 2050 a constituirse en más de un tercio de la población en nuestro país, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Las políticas públicas son esenciales para afrontar positivamente este avance de personas mayores, es así que desde el Ministerio de Desarrollo Social y Familia se crea el Fondo Adulto Mayor para potenciar la autogestión, la autonomía,
la integración y la interrelación de personas mayores, sin embargo, en la sexta encuesta realizada por la UC y la Caja Los Andes en el año 2022 revelaron que los indicadores que afectaron gravemente a los mayores tras el estallido social y la pandemia del COVID -19 pudieron solo recuperarse en términos de acceso a la salud y el transporte, pese a ello, la sensación de soledad aumentó desde el año 2016 al 2022. De igual forma parece relevante que las preocupaciones en este rango sean el temor a la dependencia, a la pérdida de un ser querido, a la enfermedad y a sufrir un asalto. Lo anterior, nos llama a preguntarnos si como sociedad estamos respondiendo a la realidad
del envejecimiento y sus consecuencias; claramente se avanza, pero a paso lento, se sigue discriminando a las personas de mayor edad en a la búsqueda de empleos, las coberturas de salud no son suficientes y el gran dilema de la pensión digna aflige a muchos. Los actores sociales encuentran más relevantes otras prioridades, dejando la recreación, el deporte, la cultura y la educación restringidas a determinados espacios para personas de menor edad, la valoración de mayores no existe y las calles se vuelven agrestes para ellos, la educación continua de los mayores es escasa en programas concebidos en términos de recuperación de la experiencia o simplemente en planes que los acerquen a la tecnología y los avances científicos y cada vez los afectan más dolencias con tratamientos más onerosos; los jóvenes, por su parte, sin afán de integración, son sorprendidos ante el Alzheimer o la demencia senil que viven muchos de sus abuelos, sin saber cómo responder o acoger. El abandono y soledad no en pocos casos se tornan agudos en situaciones socioculturales y económicas medradas, es por ello que el trabajo interdisciplinario e intersectorial es una oportunidad de mejora, en donde se observen y se comprendan las condiciones que rodean a cada persona mayor. Es así que la vejez corresponde a una construcción bio-psico-sociocultural, afectada por dimensiones económicas, políticas y sociales que
atraviesan la vida cotidiana; un trabajo interdisciplinario e intersectorial justo para los mayores debe abocarse a identificar y socializar dicho proceso de envejecimiento, que se configura a partir de condiciones materiales y simbólicas de vida; lo que implica poder cubrir o no, en forma adecuada o parcial, necesidades básicas de alimentación, vivienda, vestido, salud, educación; de participación en procesos de gestación y asimilación de valores sociales, culturales y de construcción también de una mejor ciudadanía.
La evaluación crítica de las políticas públicas para personas mayores en Chile se convierte en una necesidad, tanto es, que entre los principales puntos se encuentran la baja integración social de personas mayores y la vulneración de derechos, unido a la escasez de profesionales especializados en los sistemas públicos de atención, más la falta de presupuestos y fiscalización en lugares de larga estada que afectan el bienestar de los mayores.
La falta de valoración sociocultural de las personas mayores para focalizar recursos públicos en la prevención de enfermedades y abordar sus requerimientos sociales debe contemplar una intervención sistémica, intersectorial e interdisciplinaria, con actualización de mecanismos y protocolos para mejorar la calidad de vida de las personas con más experiencia que nosotros.
ACERCAMIENTO A LA FILOSOFÍA DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL
POR HERNÁN A. CORTEZ CORTEZ-MONROY
Escritor, profesor, licenciado, magister y doctor en Filosofía; académico de la Universidad de Playa Ancha
LA ORIENTACIÓN PROBLEMÁTICA DE LA TECNOLOGÍA MODERNA
Desde que René Descartes planteó el problema de la substancia pensante, por un lado, y de la substancia mecánica, por el otro, esta dualidad impondrá pasos agigantados al problema de qué es el hombre. Esto es evidente. La filosofía moderna se centrará primeramente en qué es el hombre, por sobre el problema de quién lo creó o desde dónde evolucionó. Dos problemas que
no quedan ajenos al problema inicial, pero que no responden necesariamente a la misma dificultad, y de esta manera evitar cierta contradicción intrínseca. Si bien podemos afirmar que el universo se originó, no por ello se ha de posponer la problemática de por qué se originó, qué condiciones se produjeron ahí o qué fue aquello que lo produjo. Problemas que, primera e indudablemente, se superponen al problema del origen… pero de que se originó, se originó, y eso no está en tela de juicio. Por lo menos, para la visión cosmológica del siglo XIX a principios del siglo XXI. La mecánica cartesiana nos invita a pensar qué es aquello que constituye al hombre desde la naturaleza física. No cabe duda de que existe la intención de reducir al humano a ese campo, y desde lo material o desde un lenguaje que pretende exponer la lógica de la materia física, tal como acontece con las nuevas formas de epistemologías. Pero aquello ha sido siempre una temática truncada, y, sin duda, lo es por cuanto lo humano no se reduce a un nivel de la conciencia de la materia desde la materia, sino una conciencia que tiene conciencia de la materia, que es otra cosa muy distinta. No porque el número sea un cierto signo o se visualice como un símbolo, lo matemático ha de ser necesariamente un mero signo de un lenguaje, y que ni siquiera se reconoce en su esencialidad real. No es tema si Gödel o Hilbert han de tener razón. Es algo más profundo todavía. Aquello nos abre inicial y justamente al tema de la inteligencia artificial (IA), esta Künstliche Intelligenz,
esta intelligence artificielle o Artificial Intelligence, sea como sea, y desde dónde uno se instale, la dificultad nos coloca en algo semejante o, al parecer, en una cierta posición que nos instala en algo “complejo de resolver”, pero en lo que ya estamos instalados. Nadie que filosofe en la actualidad podrá escapar a este asunto, desde el sentido de los videos juegos a la robótica más avanzada. Y, por lo mismo, se ha de poner como temática filosófica fundamental.
En la construcción temática de la IA emergen mitos: ciertas especulaciones e imaginarios simbólicos que pretenden endemoniar o bien concertar para bien aquello que se ha instalado ya. No nos ha de sorprender que este dualismo moderno o este reduccionismo ingenuo sean paradigmas de los residuos de la filosofía moderna o postmoderna en algo que se ha de pensar de otro modo y en otro tiempo. La IA es más que aquella programación infausta, aterradora o en esta programación experimental y hasta inocentona que se vuelve sobre videos juegos o en los aparatos técnicos que hoy poseemos, y que, de alguna manera, permiten que la IA se vuelva realidad concreta y usual. Programas de productos o de recepción de servicios, entre muchas otras cosas.
Eso lo sabe muy bien el programador y el técnico de IA en su estado preliminar. Pero aquello no es nuevo ni es, por lo pronto, lo nuevo. Desde el año 1600 al 1900 esto ha sido considerado. Y muy bien considerado. Desde Descartes a Heidegger, por ejemplo, queda claro su máximum de este peculiar pensar o este acontecimiento del ser, pasando por Kant, Spinoza, Leibniz, Schelling, Hegel, Marx, Nietzsche, Kierkegaard, Scheler, Ortega y Gasset, Benjamin, Arendt, Foucault, Marcuse, Adorno, Habermas, Barth, Butler, Nuusbaum, Han, Land, Lakatos, Debord, entre muchos otros filósofos y filósofas. Todos hablando y debatiendo qué es aquello que nos hace tomar conciencia de la conciencia, y de qué cosas se ha de tomar conciencia, en qué medida y qué razón práctica ha de contener dicha técnica y, en casos más específicos, la tecnología o lo que he de llamar antropotecnología.
El dualismo de la existencia humana ha sido, en cierto modo, superado por el deseo filosófico de instalar una unidad existencial o material que pueda dar razón de la unidad del ser. Y aquello se vuelve sobre la misma inteligencia. No es extraño que Husserl, basado tal vez en otros maestros modernos, haya
modelado la filosofía bajo el sentido fenomenológico de la conciencia. Pero aquello no es nuestro tema, pues abarcaría otro espacio mayor. O bien, que la llamada epistemología de Bunge, por ejemplo, también pretenda proveer un cierto lineamiento al pensar desde la lógica de las ciencias, y en lo que la ciencia debería ser, criticando fuertemente los límites de la filosofía.
El dualismo primitivo ha dado paso a la unidad estética del ser. Un ser que es unidad de conciencia con el mundo. Y sin entrar en estos abismos, en esa profundidad propia del que piensa sobre el ser, o bien que niega la metafísica, pero que, luego, la requiere para fundamentar sus ideas prácticas y efectivas, hemos de avanzar. Por otro lado, no me es extraño que aquellos autores que la niegan, a saber, la metafísica, al final de cuentas, terminan anunciando ideas de ese nivel. Pues bien, en aquello recae la belleza del pensar, así, por ejemplo, Kant criticaba abiertamente la metafísica tradicional, pero, quiérase o no, su filosofía era una metafísica, lo mismo aconteció con Nietzsche. Y esos pensadores que piensan que al denunciar una estructura en especial, tal vez la idea de una sociedad líquida como la propuesta por Bauman u otras maneras de enfocar lo filosófico temático y puntual, dándose cuenta de que de esa
forma filosofan desde su mirada del ser, ocultan el ser mismo y, por ello, afirman lo que afirman, y niegan lo que niegan. Niegan el ser en sí para afirmarlo desde aquello que filosofan.
UN ENFOQUE MÁS AMISTOSO Y
PROVOCADOR DE LA IA DE LOS PRÓXIMOS SIGLOS
La inteligencia artificial que presupone como verdad la inteligencia lógico-matemática, la inteligencia comprensora y la inteligencia emocional, entre otras maneras de considerar aquella, no es lo que forzosamente el hombre ha de pensar fáusticamente que su vida va a cambiar de manera catastrófica, tal como se derrumbó el mundo feudal para dar paso a lo largo del tiempo a las naciones modernas. Y cómo las naciones modernas se han ido convirtiendo en momentos de estructuras imaginarias de estados menos determinables para pasar a estructuras que se vuelven sobre la existencia que la sostiene y la constituye, estructuras que deforman sus murallas políticas modernas y duras para reconstruir otras más modulares, tal vez más desafiantes en los procesos democráticos del porvenir o menos idealistas o partidistas. La idea de la inteligencia humana también ha de avanzar, aun cuando algunos digan que ha
involucionado gracias a los aparatos técnicos usuales, un asunto, por decirlo así, de termodinámica estadística. Insisto. La política también ha cambiado, ya no es ni serán las grandes democracias románticas o materialistas, tal como Nietzsche ha anunciado su caída, o de idealidad liberal, comunicativa y hasta equitativa tal cual pretende Habermas o Rawls, y sin negar su sentido de verdad, o de otros aspectos más tradicionales o que hoy consideramos de ese modo, sobre todo de finales del siglo XIX a principios del siglo XXI. Eso va a acontecer. Eso es ineludible. Y a pesar de quienes mantienen sus creencias firmes y con los deseos prístinos de hacerlos realidad.
La IA es la inteligencia del hombre vuelta sobre sí mismo. Y no es la que está al servicio del ser humano desde fuera de él. Por ahora, lo es, porque las herramientas y los estudios que permiten dicha vuelta sobre sí mismo no es todavía factible de completar. Pero los estudios cerebrales, los estudios de la biodiversidad, de la biopolítica, de las neurociencias nos dan señales de ese camino inevitable por ahora. Por lo mismo, la inteligencia artificial no es más que la exterioridad de la inteligencia humana, pero que no se vuelve aún interioridad del ser. Esa IA será parte de nuestro cuerpo. Un cuerpo que no es aquél que vemos en el espejo, pues aquél nos es más que un imaginario-simbólico tal como lo diría Lacan. Más bien, nos hemos de acercar a la idea de Merlo-Ponty o Jaspers sobre la corporalidad del ser en el mundo. Somos el cuerpo del mundo o el mundo como cuerpo. La humanidad no será, por lo mismo, aquella construcción de individuos o la totalidad de aquellos tal como una categoría de la razón pura. Cada uno será un momento esencial e inicial de ese ser que somos, en cada caso, cada uno y a la vez la totalidad superada. Una dialéctica de la existencia. Cada uno es la humanidad, y la humanidad es ya cada uno. Y ese movimiento originario es el acontecer histórico, tal cual nos lo decía Kierkegaard.
No se trata de parafrasear ideas de Hegel o Heidegger, sino más bien de pensar que nos convertimos en aquello que hemos querido ser o deseamos, en el fondo, ser. Y, ¿qué deseamos ser? Seres que trascienden desde sí mismos hacia lo otro que se vuelve sobre sí mismo. El universo no es el gran vacío, sino el vacío de nuestro ser. El universo no es infinito, sino el infinito que nos volvemos en nuestro estado finito. En fin. Y todo ello se comprenderá poéticamente, pues no hemos sido capaces de ver en esa poesía la verdad de la IA. El mandar droides a Marte o aparatos hacia el espacio exterior no es más que el deseo de perpetuarnos en lo que nos sentimos atrapados, es como aquél que se ve en el espejo y
desea atravesarlo. Ya no es la idea de ver una imagen reflejada de sí mismo, y que no es nunca sí mismo, sino lo otro que proyectamos físicamente en ese aparato. Estamos al otro lado del espejo, y la IA es la posibilidad de atravesarlo. Por consecuencia, estamos, sin duda, recién dándonos cuenta del poder de esa inteligencia. Una inteligencia que solo puede salir de sí mismo por medio de una herramienta que lo vuelva a él mismo, hemos partido con los teléfonos, los ordenadores y los celulares, pero aquellos medios son rústicos todavía. Incontestablemente, con programas y modelos avanzados, todo lo que usted piense, pero eso sigue siendo rústico para aquél que verá el mundo en cien años más. Los siglos venideros son los siglos de la IA. Y desde la inteligencia humana a la inteligencia artificial se ha de producir un nihilismo alucinante que nos pone en una sociedad que en vez de progresar, desarrollarse o avanzar, ha retrocedido, pero aquello no es más que la misma ilusión de aquel estado nihilizador. Es como aquél que solo ve sombras, y que al ver la luz del fuego, cree reconocer la luz misma del ser. Una luz que está fuera de él o cree que está fuera. Pero no hay nada ahí. No hay un fuera ni un dentro. Y eso efectivamente lo han afirmado con gran certeza y firmeza los pensadores de los siglos XIX y XX. De este modo, la IA será la misma inteligencia humana en su sentido más evolucionado hasta ese entonces. Imaginémonos seres humanos que serán capaces de reestructurar su cuerpo o sus habilidades, pues, el concepto de “cuerpo” ya no será el que poseemos hoy en día. El cine y la literatura, en su magistral posibilidad de imaginar y reconstruir imágenes nos permiten inferir aquello que podría devenir. Y, sin embargo, dichos espectáculos fantásticos no son más que correlatos subjetivos de los objetivos; y lo objetivo no es más que lo que fenoménicamente comprendemos hoy por objeto, a saber, aquello que nos hace frente, lo que está ante la mirada y a la mano. Pero el objeto tiene un doble sentido: por un lado es un algo ahí dado y construido por la mente, tal como si fuera tal cosa (Objekt) o la acción de lo que se proyecta en el mundo (Gegenstand). Así, por ejemplo, una silla que no se está ocupando como tal es un objeto que está ahí, y solamente ahí; pero, en verdad, no es lo que ha de ser ahí, pues en el momento en que se ocupa es en verdad una silla en cuanto tal, pues ella no es más que acción. Eso es independiente que la silla se ocupe para sentarse, para adornar un lugar, etc. Por ahora, la IA es un objeto que se construye en tanto que “objeto que funciona” para esto o para esto otro, pero, al final de cuentas, ella será una forma de comprender el ser mismo de lo que somos. Y somos seres
que no estamos definidos de una vez y para siempre, tal cual lo estaría una piedra, sino que nos volvemos seres libres, y que nos reafirmamos sin ser ineludiblemente esto o lo otro. La IA es la inteligencia humana vuelta en su entera evolución desde la modernidad. Y comprendiendo la IA en ese sentido, como un volver sobre sí mismo, se comprenderá, además, el sentido del hombre que se supera a sí mismo.
En síntesis, la IA no es más que la IH, a saber, la inteligencia artificial no es más que la misma inteligencia humana puesta al frente de sí, a modo de un espejo, pero su visión especular no será más que lo que hemos de construir y modelar desde nuestro propio cuerpo imaginario-simbólico, desde el espíritu arrojado al porvenir, desde nuestra existencia hacia el impulsivo vital.
LA IA EN LA ESTRUCTURA
INFOMÁTICA MÁS DESARROLLADA POSIBLE
Se afirma que la IA es un concepto de la robótica, de la neurociencia, de la tecnología y hasta de la informática, sea esta clásica, sea cuántica, y, por lo mismo, se vuelve un concepto funcional que imita o emula la inteligencia humana. Y aquello no es del todo cierto. Tal como el concepto ingenieril de resiliencia, y que hoy se vuelve, sin duda, un paradigma esencial dentro de otras disciplinas sea la psicología, sea la educación, sea en el plano social, en fin. Definir la IA como aquello que es propio de la informática clásica es más bien desconocer el potencial y sentido esencial de aquello. Tal como el mismo Aristóteles consideró el arte como imitación, y sin embargo, el arte ya no es hoy en día una mera imitación, sino creación libre.
Los estudios de la IA, la experiencia con los programas IA y los avances en IA nos indican que aquello es la imagen inicial de lo que el hombre se ha vuelto para sí mismo. No solo construye, sino que se autoconstruye. Y eso nos pone en otro problema grave, primordial y urgente, esto es: cómo definir al hombre del mañana; al ser humano del porvenir. En eso Aristóteles tenía mucha razón: un juicio de futuro no es ni verdadero ni falso, ya que aquello solo es la posibilidad; y la posibilidad puede ser uno o el otro o lo uno y lo otro. Para determinar la verdad de un supuesto posible solamente es posible en la actualidad del evento. Y no nos entrampemos filosófica y lógicamente con la veracidad de la misma posibilidad que es otra cosa muy distinta. Y que en física es un problema de realidad, más que de lógica-matemática. Volvamos al comienzo. La IA exige definir al hombre, pues de ello pende el sentido que va a adquirir aquella. Establecer su definición simplemente desde su esta-
do inicial no es del todo seguro. Tampoco podemos determinar el límite final de la misma, pues estamos despegando, y la dirección que le damos no nos da la seguridad hacia dónde va a terminar. El algoritmo de la IA es, por consecuencia, un campo de algoritmos, y no un mero campo de información o paquetes de información. En un algoritmo podemos encontrar un paquete de información que constituye una cierta información final, y que además cumple con aquello que se suele ordenar; y cada paquete entenderlo, además, como un dato preciso. Cada dato es una clase de información. Eso es, al parecer, un sistema informático complejo. Pero la IA es, asimismo, un sentido del ser. Y es ahí donde filosóficamente es interesante para lo que va a acontecer. Por ejemplo, tener robots que cumplan labores domésticas es, sin duda, extraordinario para el mundo que no está acostumbrado a ese sistema. Pero lo que hemos de pensar es aquel ser humano que se ha vuelto uno con sus domésticos. Podemos imaginarnos seres sedentarios y poco agraciados; pero también seres humanos que alcanzarían un ilusorio estado de juventud y lozanía, de belleza que sorprendería a nuestros mejores proyectistas, sea en el campo de la cosmetología, de la plástica, de la estética. No lo sé. Y tampoco quiero imaginármelo. Y, sin embargo, será necesario determinar el sentido del ser humano, puesto que la esencia del humano es, al parecer, su propio sentido de ser, de existir, de vivir, aun cuando sea este un sin sentido, un contrasentido o no exista sentido alguno.
La IA no es solo un fenómeno sino, además, la manera de “esenciar” el ser que somos, y eso pone en altura el tema, puesto que es totalmente relevante para la existencia humana. Imaginémonos, por ahora, un joven que entra a un video juego. En este caso “entrar” no significa que su cuerpo material de nuestro sistema de referencia indica entrar físicamente, pero sí entra en aquel sistema, y su cuerpo se constituye realidad de esa virtualidad, y para el joven está “dentro” de aquello. Para él eso le basta y le sobra. Sus sentidos están en el juego. En esa realidad virtual es para nosotros; pero para el muchacho es la realidad en su sentido real. Él realmente está ahí. Lo mismo acontece con alguien que padece de enclaustramiento, en el sentido patológico del término, o bien entra en un estado psicótico o paranoico, así también sucede con el celotípico, el bipolar, el maniacodepresivo o con algunas condiciones divergentes en el campo neuropsiquiátrico. Sea, tal vez, un grave trastorno obsesivo compulsivo o sea otra condición mental, aquel que padece aquello no lo ve como una condición, sino su propia realidad; es condición para quien lo condiciona de ese modo. Por tanto, la madre de
ese supuesto joven ve a un joven con un aparato platinado y oscuro, extraño para ella, que lo hace hacer movimientos erráticos y hasta insólitos, y, sin embargo, para el joven está en el juego. Lo mismo puede acontecer con la realidad que observamos y que, al mismo tiempo, consideramos real. Esa realidad es real para todos los que físicamente ocupamos el mismo espacio-tiempo, en fin. Pero podría ser solo una forma extraña de estar en la realidad, tal cual lo pensaba Leibniz con su tesis acerca de las mónadas. La IA constituye la realidad que hemos de poner como realidad. Por ahora no es lo radicalmente real, sino lo absolutamente virtual. Un absoluto que no es más que la idea de poner un límite entre lo real y lo virtual. Un límite que fronteriza una dualidad que no es más que un problema de la lógica del fenómeno. Y nuevamente, y a nuestro pesar, nos sale al paso, quiérase o no, el dualismo cartesiano. Y volvemos al principio de este artículo. La IA es, por de pronto, la realidad de lo mental; y la IH la realidad del cuerpo. Pero, en una dialéctica extraña, si la IA se convierte en realidad física, la IH se convierte en la conciencia. Y si la IH es realidad como conciencia, entonces, la IA es la manera como deseamos convertir la realidad física en parte de nuestra realidad radical. Ya no será lo virtual, sino algo real. Por ahora, este salto abismal no se ha producido, pero está a punto de volverse el
punto de inflexibilidad. El no retorno. Eso penderá hasta qué punto los maestros de la IA construyan la inteligencia artificial y cuál será el límite de su realización o aplicabilidad. Pero basta que una gran corporación determine la realización de procesos IA en una unidad sin precedentes, el punto de inflexión nos llevará a esa evolución humana que, por ahora, más parece ciencia ficción que realidad. ¿Quién se imaginaría, siglos atrás, que hoy tendríamos una tabla de partículas elementales? ¿Quién se imaginaría que la medicina sería cada vez menos invasiva? ¿Quién se imaginaría que la erótica humana se ha vuelto la posibilidad real de asumir su propia realidad u orientación? Y quienes sienten miedo a los cambios, sienten, ciertamente, miedo a la libertad que posee el hombre, tal cual nos lo ha dicho, con toda claridad, Erich Fromm. La IA es, por tanto, el camino al que la humanidad se está dirigiendo. Una IA que esperamos los pacifistas que sea amigable, y no ser instalada a costo de fuerza y guerra, a modo de justificar la brutalidad de la discriminación o el sentido de crear tipos de clases humanas que ya no han de ser humanas por esencia sino por especialización. He ahí el problema. Para esta nueva frontera muchos cambios han de suceder, desde la mirada sociopolítica del mundo a los sistemas económicos que han de armonizar con lo que ha de acontecer ahí.
LA HORA CLAVE DE LA AGRICULTURA REGENERATIVA
El impacto del cambio climático y de los fenómenos meteorológicos extremos cada vez más frecuentes, exige al sector agropecuario dejar atrás los paradigmas productivos invasivos y reemplazarlos por técnicas que respeten la biodiversidad y la riqueza orgánica de los suelos.
POR PIERINNE MÉNDEZ
Periodista
Luchar contra los efectos del cambio climático exige un compromiso permanente por parte del sector agropecuario, el cual según recientes estudios del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC), causa 23% de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI). Actualmente, más de 5.000 megahectáreas, equivalentes a 38% de la superficie de nuestro planeta, corresponden a tierras de cultivo, o bien a praderas y pastizales para ganadería. Por ello, no es extraño que la producción de alimentos sea, al mismo tiempo, uno de los causantes y principales afectados por los fenómenos climáticos adversos derivados de la emisión de GEI, como megasequías, tormentas intensas y heladas fuera de temporada, entre otros.
Ante este complejo escenario, científicos y especialistas internacionales plantean la necesidad de implementar cambios concretos en las estrategias de cultivo, para contrarrestar de mejor forma el agotamiento de los suelos, la deforestación, la escasez hídrica y los desequilibrios biológicos causados por la actividad agropecuaria intensiva.
Si bien, la mayoría de los agricultores estima que la mejor forma de encauzar estos esfuerzos, consiste en acelerar la transformación tecnológica del sector, otro grupo importante de expertos considera que la estrategia más adecuada para enmendar el rumbo y recuperar el equilibrio biológico de la tierra, es utiliza la “agricultura regenerativa”.
¿QUÉ ES LA AGRICULTURA REGENERATIVA?
La agricultura regenerativa no es nueva. De hecho, sus orígenes se remontan a la década de 1980, cuando The Rodale Institute (líder mundial en estudios de agricultura orgánica) publicó sus primeras investigaciones sobre uso y degradación de suelos agrícolas.
En esa época, la optimización de la producción agropecuaria se centraba principalmente en determinar y prevenir los efectos de pesticidas, herbicidas y fertilizantes sintéticos en la salud humana. Sin embargo, esos esfuerzos dieron paso a un nuevo campo de estudio, relacionado directamente con el diseño y aplicación de nuevas estrategias de cultivo destinados a combatir los efectos de la producción agroindustrial intensiva en el medioambiente.
Esto permitió determinar con mayor certeza el
concepto de agricultura regenerativa como el uso de diferentes técnicas de cultivo destinadas a reconstruir la materia orgánica y la biodiversidad del suelo, con el objetivo de revertir los efectos generados por el calentamiento global y la sobreexplotación de los suelos.
Hoy los especialistas coinciden en que esta agricultura se traduce en suelos más saludables y en cultivos con más capacidad de absorber nutrientes y de resistir condiciones climáticas adversas (como las tormentas que azotaron el centro-sur de Chile en junio y agosto pasado, por ejemplo).
“Si logramos aplicar estas técnicas con éxito, lograremos un cambio muy importante, sobre todo en el cultivo de frutales leñosos de hoja caduca, aunque teóricamente esta agricultura también puede aplicarse a todo tipo de cultivo, e incluso a la producción ganadera”, explica Rodrigo Sapiaín, ingeniero agrónomo y director de la consultora agrícola AIN.
A nivel mundial, uno de los principales impulsores de la agricultura regenerativa es The Regen Academy, fundada por el agricultor e ingeniero agrícola Francesc Font, que actualmente se dedica a realizar diversos cursos y programas de capacitación en todo el mundo. En Chile, a su vez, desde hace una década existen diversas iniciativas asociadas a la implementación de agricultura y ganadería regenerativa. Algunas de ellas son impulsadas por Organizaciones No Gubernamentales como “Regenerativa”; y otras por entidades internacionales estratégicas, como Rabobank, que actualmente está muy comprometido en apoyar a los pequeños productores agropecuarios que deseen sumarse a esta tendencia.
Cambio que además se alinea con las nuevas tendencias sustentables de producción de alimentos
que exige la población y que ya han comenzado a implementar gigantes de la comida mundial, como Nestlé, PepsiCo y Wallmart, que en el corto a mediano plazo exigirán a sus proveedores solo el uso de procesos productivos a base de agricultura regenerativa.
TÉCNICAS PRINCIPALES
Aplicar agricultura regenerativa implica una serie de cambios radicales y sustancialmente opuestos a las técnicas que tradicionalmente se han utilizado para trabajar la tierra. Esto se expresa en los siguientes principios:
Reducir el daño biológico de los suelos: Esto implica, entre otras acciones, no arar la tierra y eliminar cualquier producto químico que pueda dañar a los microorganismos que viven en ella (como pesticidas y fertilizantes sintéticos). Esto reducirá la emisión de carbono a la atmósfera, evitará la compactación de los suelos y mejorará su nutrición e infiltración.
Cubrir el suelo con material vegetal: Se debe permitir el crecimiento de una cubierta vegetal limitada, que puede variar en tipo y extensión, dependiendo de cada cultivo. Esto mejorará la retención del agua de riego, prevendrá la erosión de la tierra y aumentará la calidad de los suelos.
Promover la biodiversidad: No hay que eliminar a los insectos u otros organismos que vivan cerca de las raíces, pues la diversidad biológica es esencial para cuidar la salud de los suelos y mejorar la capacidad de las plantas para absorber más nutrientes.
Mantener las raíces vivas en el suelo: Es imprescindible sembrar semillas de cobertura antes de eliminar las raíces. Así se mantendrá el ciclo del agua y de los nutrientes.
Integrar a los animales: Los expertos aseguran que el pastoreo sobre los cultivos de cobertura, es muy útil para fertilizar la tierra en forma natural. Además, ayuda a prevenir en forma natural los efectos de cualquier tipo de plaga.
VENTAJAS Y DESVENTAJAS
Aunque muchas de estas acciones, así como los principios que las sustentan, pueden parecer sorprendentes, e incluso incomprensibles, para los agricultores, su impacto tanto en el corto como largo plazo es extraordinariamente positivo para la salud de los suelos y la calidad los cultivos.
En términos concretos algunas de las ventajas más importantes de la agricultura regenerativa son las siguientes:
• Permite contar con suelos más saludables y con mayor capacidad productiva.
• Permite producir alimentos con mayor carga nutricional y libres de los químicos presentes en pesticidas y fertilizantes sintéticos.
• Aumenta la biodiversidad del suelo y de las zonas donde se desarrolla la actividad agrícola.
• Contribuye a purificar el medio ambiente.
• Ofrece mejores condiciones de vida para las comunidades agrícolas.
Todo esto se traduce en numerosos efectos positivos para el medio ambiente y, en especial, para reducir la emisión de GEI, que son los principales impulsores del cambio climático.
“Podemos fijar cantidades de carbono muy importantes que hoy se emiten libremente a la atmósfera, que dependiendo del tamaño del huerto incluso pueden superar las 20 toneladas por año. Además, podemos disponer in situ de todo lo que la planta necesita para vivir, como la propia materia orgánica. En términos concretos esto implica revivir la biología de los suelos, eliminar el principal factor que incrementa el cambio climático y, además, ayudar a que el agricultor ahorre recursos” -enfatiza Rodrigo Sapiaín-, “por eso es tan importante que rompamos los paradigmas actuales respecto de que todo debe hacerse con insumos artificiales”.
REVIVIR LA TIERRA
Esta transformación puede ser muy compleja, pues implica adquirir nuevos conocimientos y habilidades, además de contar con visión estratégica y paciencia para entender que se requiere trabajar a largo plazo. Sin embargo, para los expertos es un paso que el sector debe dar lo antes posible, más allá utilizar, o no, todas las herramientas de la agricultura regenerativa.
Al respecto, Rodrigo Sapiaín enfatiza que “no se trata solo de llegar y plantar maleza, por ejemplo, pues cada cultivo requiere una cubierta vegetal distinta y claramente hay zonas donde no se puede aplicar con la misma intensidad, por la falta de agua”.
“Por eso -explica- se requiere un intenso programa de capacitación orientado a todo el mundo agrícola, para que sus protagonistas aprendan a no disturbar el suelo, a incorporar fertilizantes orgánicos, a fomentar la biodiversidad mediante el uso de la cubierta vegetal más adecuada para sus campos y a respetar la vida orgánica y microorgánica del suelo”.
En su opinión, probablemente en algunos suelos bastarán solo algunas herramientas de la agricultura regenerativa, mientras que en otros habrá que utilizar “tratamiento de choque”, pero lo esencial es actuar ahora, entregando apoyo técnico y teórico a los agricultores.
“Es un proceso complejo, porque para muchos agricultores implica trabajar de manera completamente distinta a sus tradiciones -añade-, pero si la estrategia se aplica en forma correcta, obtendrán beneficios económicos concretos y generarán un impacto extraordinariamente positivo para la salud de las personas y del planeta”.
LA SUSTENTABILIDAD DE LA CIUDAD COMPACTA
POR COLECTIVO TRAZANTES
(Alberto Texido, Hugo Pereira, Marcelo Carvallo y Rodrigo Martin, arquitectos)
Ante el crecimiento de la población y los espacios que cohabitamos, nos hemos venido habituando a un debate sobre las ventajas e inconveniencias entre expandir y densificar nuestras ciudades.
Densificar implica dar cabida a un mayor número de habitantes en una cierta superficie y expandir la ciudad significa aumentar el área urbana en desmedro de la rural. Para mejor entendimiento, Santiago de Chile ha mantenido durante todo el siglo XX una densidad que bordea los 10.000 habitantes por km2, lo que internamente en sus comunas implica 17.500 en Santiago Centro, 5.200 en La Florida, 3.800 en Maipú, 6.100 en Estación Central y 3.000 en Vitacura, demostrando un diversificado proceso histórico de crecimiento.
Si consideramos además las parcelas de agrado como áreas urbanas, la densidad disminuye a 8.500 hab/km2. Mientras, ciudades como Medellín (19.000 hab/km2), Singapur (10.200), Buenos Aires (15.000) o Barcelona (16.100) presentan densidades que en algunos casos duplican la apreciada en Santiago, sin que aquello implique un colapso urbano. ¿A qué se debe esto?, veamos.
Estas alternativas entre expandir y verticalizar -complementarias y no siempre contrapuestas cuando son mejor comprendidas sus implicancias y graduaciones- llevan décadas de discusión y van sumando la necesaria regulación, al haber permitido levantar edificios altos en barrios históricos, o cercanos a zonas de riesgo, o en entornos de vías de transporte, por lo que generan controversias.
Mientras la tendencia global ha planteado la inconveniencia del crecimiento periférico, se ha venido planteando el fomentar la compacidad urbana, es decir, la alternativa que permite la densificación, donde la construcción en altura proporcionada a
cada entorno nos entrega una mayor oportunidad de sustentabilidad. Así, sin saturar, una mayor cantidad de habitantes y usos en una menor superficie permite lograr una distribución optimizada del equipamiento, de la vialidad, de los sistemas sanitarios y de energía, como también de las interacciones sociales. Es lo que se ha venido planteando como “ciudad caminable” donde los beneficios que brinda la vida urbana son accesibles en menor tiempo y sin
depender necesariamente de desplazamientos en medios de transporte motorizado. Surge el TOD (transit oriented development) como estrategia de desarrollo urbano que busca fomentar la densificación de forma integrada a los sistemas de transporte, y la conformación de áreas mixtas en torno a los nodos de transporte masivo.
La diversidad de posiciones ante los instrumentos de planificación también ha evidenciado dos argumentos extremos: los que buscan congelar los planes reguladores a un máximo de dos pisos y los contrapuestos que pretenden la poco razonable norma de “altura libre”, abriéndose una pregunta respecto a cuál es la altura más eficiente para la construcción de viviendas, que pueda dar garantías de un habitar más accesible y seguro, para incorporar nuevos criterios que tienen consecuencias en la calidad ambiental del espacio público resultante y en la calidad de vida de los habitantes como son: factor de cielo y luz solar, porcentajes de mixtura de usos, permeabilidad de la edificación o consumos de energía o agua.
Junto a esto, hay que decir también que a los impactos de la altura y densidad de los edificios, se suman dificultades en las condiciones de operación interna durante emergencias, propias de su diseño y proporciones, como los altos flujos de circulación, evitables a través de la planificación y detección de riesgos.
Por su parte, universidades y centros de pensamiento, entre otras instancias, están reflexionando sobre estos escenarios y han dado luces para entender que entre los dos y los cuarenta pisos, hay más opciones, reiniciando la discusión para encontrar esa altura de mayor consenso, densificar armónicamente sin expandir, para entender que la oportunidad está en manos de la autoridad, de la industria y de los habitantes que comprenden la importancia del bien mayor.
Con diagnósticos coincidentes y un déficit habitacional, urbano y ambiental récord, ha llegado el tiempo de preguntarnos sobre qué dejar de hacer para salir de las dinámicas que no resuelven, para avanzar hacia esa ciudad más integrada y sustentable, que solo resultará desde una planificación participativa, creativa y colaborativa.
PACO DE LUCÍA, EL GENIO ALGECIREÑO
POR EDGARD “GALO” UGARTE
Licenciado en Teoría de la Música Universidad de Chile, cantautor, compositor y guitarrista
Su virtuosismo sorprendió al mundo. Fue un maestro que supo llevar a nuevas cotas su instrumento, innovando el flamenco pese a la resistencia de la tradición. Poseedor de un espíritu inconformista, posicionó a la guitarra flamenca en escenarios insospechados hasta ese entonces, dándola a conocer a todo el mundo. Nos referimos al gran Paco de Lucía.
EL HIJO DE LUCÍA
Era 21 de diciembre de 1947 en Algeciras, Cádiz. El matrimonio conformado por Antonio Sánchez Pecino -guitarrista de flamenco aficionado- y Lucía Gomes Gonçalves “La Portuguesa” recibía al menor de sus cinco hijos, Francisco. En esa época quienes pertenecían a la cultura gitano-andaluza eran el lumpen de Andalucía, la cual a su vez era el lumpen de España, el sitio más pobre del país. Debido a ello, Antonio y Lucía tenían que trabajar durante el día vendiendo frutas y verduras en la plaza del abasto, labor que cumplían sagradamente para mantener a la ya crecida familia, conformada ahora por los hermanos Carmen, Antonio, Ramón, Pepe y Francisco, al que, como es costumbre en tierras ibéricas, le llamaban “Paco”. Pero cuando llegaba la noche, al padre la vida se le abría de par en par. Luego de dormir una pequeña siesta, partía todas las noches con su guitarra a un cabaret al que llamaban “El pasaje andaluz” donde a veces caía dinero y a veces, no. Cuando pagaban, se iban todos los músicos borrachos y contentos a su casa y en el patio se armaba la fiesta. Desde muy pequeño, Paco
se despertaba por las mañanas y acudía al patio, donde aún estaban de juerga. Entonces, el niño se sentaba en el suelo a escuchar a connotados artistas de la época, como Antonio “El Chaqueta”, “Chato” Méndez, Rafael el Tuerto, “el Brillantina de Cádiz” y Antonio Jarrita. Esa tempana experiencia fue fundamental para él. El flamenco se fue quedando en su interior de forma tal que, como cuenta él mismo después, su padre le hacía percutir los ritmos y el pequeño se daba cuenta cuando el progenitor se equivocaba: tenía un sentido del ritmo prodigioso incluso mucho antes de haber empezado a tocar guitarra.
Cuando era pequeño, su mayor ilusión era entrar en un ballet o en un teatro de variedades, con figuras como Valderrama o Pepe Marchena. Tocar para cantar y que, de repente, le dieran un solo de guitarra mientras las bailarinas se cambiaban de ropa. Era su sueño. En ese entonces, jamás se imaginó adónde iba a llegar con la guitarra.
Paco era un niño muy tranquilo, callado, pero a la vez, observador. Comenzó a tocar la guitarra a los 7 años, luego de que un día en que su padre le daba una clase a su hermano Antonio. Este no lograba entender, mientras el padre perdía la paciencia. Entonces Paco le muestra que él sí lo podía hacer. Allí comenzó todo para el artista, el cual posteriormente adoptaría el nombre artístico de “Paco de Lucía” debido a una muy sencilla razón: en su barrio, había muchos niños llamados “Paco” y la forma de distinguirlos era nombrando cuál era la madre de cada uno. De tal modo, él era Paco hijo de Lucía. O, en resumidas cuentas, “Paco de Lucía”.
LIBERADO POR LA GUITARRA
A partir de los once años comenzó a dedicar más tiempo al aprendizaje de la guitarra tras haber tenido que abandonar los estudios. En su preparación musical fue decisivo el contacto que su familia tenía con el más afamado guitarrista de su tiempo, Niño Ricardo, que solía visitarlos a menudo y, a partir de 1960, el descubrimiento de Agustín Castellón «Sabicas», después de que sus discos comenzaran a llegar al país. Conocido ya en el ámbito local, actuó por primera vez en el cine Terraza de Algeciras a finales de 1959 junto a su hermano Pepe, con quien formó poco después un conjunto flamenco llamado “Paco y Pepe de Algeciras” y poco después “Los Chiquitos de Algeciras”. Esta fue una experiencia fundamental en su crecimiento personal, como él mismo admitiría después: “La guitarra me ha liberado y ha sacado mi personalidad afuera. Yo sin la guitarra, sería un introvertido para toda la vida (…) ya que no tengo otra forma de expresión que no sea la guitarra”.
Tras grabar tres elepés con Hispavox en 1961, ambos hermanos se presentaron en 1962 al Concurso Internacional de Arte Flamenco de Jerez de la Frontera, donde Pepe ganó cantando por malagueñas. A Paco, que era demasiado joven para participar, se le concedió el premio Javier Molina, creado ex profeso para él. Los premios ganados, 35.000 pesetas por parte de Pepe y 4.000 de Paco, junto al dinero que enviaba el hermano mayor Ramón mientras trabajaba en el conjunto de Juanito Valderrama, permitieron que la familia mudara su residencia a la calle Ilustración de Madrid.
La necesidad era grande en la familia, por lo que Paco y Pepe salieron en busca de trabajo, sin éxito. Los programas de talento infantil en que participaban tampoco les otorgaban muchos ingresos. Hasta que conocen al bailaor de origen italiano José Greco, quien ya triunfaba en Estados Unidos. Greco se lleva a Pepe a América y, al mes después, por insistencia del padre, se lleva también a Paco. Esto último fue una gran noticia para el joven Pepe, que ahora podía compartir con su hermano y partner de la vida. Por supuesto, a veces peleaban, como todos los hermanos que se quieren.
Tiempo después su primer reconocimiento personal llega cuando le piden solear la Malagueña de Lecuona. Luego conoce al gran guitarrista Sabicas,
el cual definió la guitarra flamenca como guitarra de conciertos y no solamente como acompañamiento de cante, poseedor de un sonido y una fuerza al tocar incomparables para la época. Éste le aconseja a Paco ya dejar de tocar lo de siempre y crear sus propias composiciones.
En 1967, tras haber viajado por varios países europeos con el Festival Flamenco Gitano, grabó su primer disco en solitario, La fabulosa guitarra de Paco de Lucía, entablando sus primeros contactos con el mundo de la música de jazz gracias a Pedro Iturralde, con quien grabó también dos discos llamados Flamenco Jazz.
CAMARÓN
Paco grababa un disco junto a Bambino, un cantor que hacía rumbas con canciones latinoamericanas. En ello, aparece Camarón. Se lo presentan a Paco, pero a éste no le llama mucho la atención. Pero un día se lo encuentra en la calle junto al guitarrista Manuel Parrilla. Salen de juerga y se emborrachan. A la mañana siguiente van a casa de Parrilla. Allí en el patio, Camarón se pone a cantar. Y Paco no daba crédito: lo que escuchó en esa ocasión de Camarón era algo superlativamente distinto a lo que había escuchado aquella otra vez. Para el algecireño, le parecía haber encontrado a un verdadero Mesías del cante. Entonces Paco invita a Camarón a grabar junto a él en Madrid. De ahí en adelante, se transformaron en el dúo más exitoso y más innovador de
la época. Sus interpretaciones son ya legendarias y probablemente de las más brillantes que haya dado el género al mundo. Juntos graban nada menos que nueve discos: Al verte las flores lloran (1969), Cada vez que nos miramos (1970), Son tus ojos dos estrellas (1971), Canastera (1972), Caminito de Totana (1973), Soy caminante (1974), Arte y majestad (1975), Rosa María (1976) y Castillo de arena (1977), además de la aparición de ambos en el filme “Sevillanas” de Carlos Saura, de 1992. Paco sentía una enorme admiración y un profundo cariño por Camarón. Sin embargo este último, lamentablemente, se hizo rodear de un mal entorno, lo que terminó en el rompimiento de la amistad entre ambos. A su vez, la mala vida lo condujo a un rápido deterioro de la salud, que culminaría en un cáncer al pulmón ocasionado por su grave adicción al tabaco, el cual acabaría con su vida unos meses después del diagnóstico, tras viajar infructuosamente a Estados Unidos en busca de una posible cura. Falleció con tan solo 39 años. Esto fue un golpe durísimo para Paco, quien incluso le había ofrecido ayuda en incontables ocasiones de forma infructuosa. La ya imposible reconciliación con Camarón lo sumió en una profunda crisis personal.
ROMPIENDO LAS FRONTERAS
Paco es llevado a todas las radios y a la televisión de Madrid. Allí interpreta su composición “Como dos aguas”. Una rumba que improvisó en su nuevo disco, a la manera de los músicos de jazz, donde además añade al ritmo flamenco un sonido más moderno, con sabores latinoamericanos y armonías más jazzísticas, el cual grabó en su disco “Fuente y caudal” de 1973. Ya había conocido a la perfección toda la base del flamenco. Había llegado el momento de llevar la guitarra a otros caminos fuera de este. Ello, por supuesto, en un principio le costó la animadversión de los tradicionales. Incluso desde la guitarra clásica fue criticado por Andrés Segovia. Es que fue un rompimiento fuerte con la forma y los moldes. Pero sin perder la cadencia andaluza. Todo esto se agudizó aún más cuando en 1973, se asocia con músicos de otros estilos, como en el famoso Guitar Trío junto a John McLaughlin y Larry Corryel (reemplazado después por Al di Meola). Todas experiencias donde buscó enriquecerse como músico e incorporar dicho bagaje al flamenco.
Otro de sus grandes aportes e innovaciones fue la incorporación del cajón flamenco. Fue en un viaje a Perú donde conoció la rica música de los afrodescendientes. El sonido del cajón peruano lo enamoró, encontró en sus graves el sonido de la planta del pie del bailaor y en los agudos, el sonido del taco. Lo llevó a España y se generó una verdadera revolución: luego de algunas modificaciones, como una caja más angosta y la incorporación de la bordona en su interior, no había rincón del flamenco en España donde, además de la guitarra (y eventualmente el bajo eléctrico y la flauta), no sonase el ahora flamante “cajón flamenco”. Paco grabó 38 álbumes de su discografía personal oficial, 44 colaboraciones, además de la participación en varias bandas sonoras.
Falleció a consecuencia de un infarto cardíaco el martes 25 de febrero de 2014 en la ciudad mexicana de Playa del Carmen. Según algunos, jugaba en la playa con sus hijos cuando empezó a sentirse mal. Terminó en el área de urgencias del Hospital Hospiten, al que llegó con un fuerte dolor de tórax. Había dejado de fumar 2 semanas antes de su deceso. Su cuerpo fue trasladado desde Cancún hasta Madrid el día 28 de febrero. A su velatorio acudieron numerosas personalidades a presentar sus condolencias a la familia, entre ellos el Rey (entonces príncipe de Asturias) de España Felipe de Borbón, José Mercé, Vicente Amigo, Joaquín Cortés, Rosario Flores, Alejandro Sanz y Tomatito. A última hora de la tarde su cuerpo fue trasladado a Algeciras, donde llegó poco antes de la una de la madrugada del sábado. En la ciudad se decretaron tres días de luto y fue velado durante toda la noche hasta su traslado a la iglesia de Nuestra Señora de la Palma a mediodía. Tras la misa el cortejo se trasladó al Cementerio Viejo, donde se llevó a cabo un acto íntimo al que únicamente acudieron la familia y las personas más cercanas al artista, muchos de ellos representantes del mundo flamenco como Pansequito, Paco Cepero, Cristina Hoyos, Capullo de Jerez o Raimundo Amador. Se le dio sepultura en el patio de San José, en el que también reposan sus padres. Pocos meses después, se levantaba un mausoleo en su honor en el lugar.
Paco fue uno de los más grandes guitarristas de todos los tiempos y en el amplio sentido de la palabra, no sólo en su género, pues rompió las fronteras para la guitarra flamenca.
SOFÍA COPPOLA Y PERDIDOS EN TOKIO 20 AÑOS DESPUÉS
POR ANA CATALINA CASTILLO IBARRA Académica, magíster en Literatura, diplomada en Historia y Estética del cine
Archives 1999-2023 se titula el hermoso libro –aparecido este año– que permite acceder al universo creativo de la guionista, directora y productora Sofia Coppola. Tesoros como storyboards, bocetos y fotografías que reflejan la estética y el estilo visual de su obra, lo dejan más que claro: después de dos décadas de trabajo y búsquedas creativas, resulta casi un detalle que Sofía Coppola sea hija del legendario director. Su trayectoria individual la ha posicionado como una de las cineastas más interesantes y originales de Estados Unidos.
Desde su primer largometraje, Las vírgenes suicidas (The Virgin Suicides, 1999), ya se dejaba entrever que lo suyo sería un cine independiente, alejado de la industria más bien. Y es que su foco está en otro lugar. No hay cabida para las grandes épicas, porque lo suyo es el relato intimista preocupado de seres solos, desconectados o alienados.
Así quedó claro con sus siguientes películas: Perdidos en Tokio (Lost in Translation, 2003); Marie Antoinette (2006); En un rincón del corazón (Somewhere, 2010); Ladrones de la fama (The Bling Ring, 2013); La seducción
(The Beguiled, 2017) y En las rocas ( On the rocks, 2020). Para este año, se espera Priscilla, su mirada a la esposa de Elvis.
En su ópera prima, una adaptación de la novela homónima de Jeffrey Eugenides, narra la historia de cinco hermanas adolescentes que se suicidan en un suburbio de los años 70 y, a través de ella, Coppola explora temas como la represión, la sexualidad, la angustia adolescente y también la fascinación por el misterio femenino, pues una de sus decisiones autorales es mantener este aspecto al centro de su obra.
Marie Antoinette se concentra
en la figura de la famosa reina de Francia. Aquí Coppola utiliza una estética visual exuberante y extravagante para resaltar la frivolidad y el aislamiento en la vida de la monarca, como también su lucha por encontrar autonomía y significado en un entorno opresivo. En Somewhere sigue la vida de un actor de Hollywood que experimenta la desolación y el vacío emocional en un famoso hotel de Los Ángeles. Coppola nuevamente aborda temas como la soledad, la desconexión y la alienación en la vida contemporánea; en esta ocasión a través de la mirada de un personaje masculino.
Basada en hechos reales, The Bling Ring sigue a un grupo de adolescentes de Los Ángeles obsesionados con la fama y la cultura de la celebridad, que cometen robos en las casas de los famosos. Sofía Coppola examina así la obsesión mediática, la búsqueda de la identidad y el aislamiento resultante de la influencia de los medios de comunicación y la sociedad actual.
The Beguiled, película con la que ganó la Palma de Oro a Mejor Directora en Cannes, cuenta la historia de un soldado herido que es acogido en un internado femenino del sur de Estados Unidos durante la Guerra Civil. Aunque es un re-
make de una película de 1971, en su versión Coppola explora temas de deseo, poder y manipulación entre los personajes femeninos alejados del mundo exterior. Por su parte, en On the Rocks combina con acierto el tono ligero de comedia con la reflexión propia del drama para centrarse en la historia de una joven madre que al sospechar que su esposo le está siendo infiel, decide buscar la ayuda de su padre para investigar la situación. De tal modo, Coppola explora la dinámica de la relación padre-hija y muestra cómo ambos personajes intentan lidiar con sus propias inseguridades y expectati-
vas, adentrándose en temas como el matrimonio, la confianza y la búsqueda de la felicidad en una relación.
Como se aprecia, cada una de sus obras presenta un enfoque distintivo y un análisis profundo de la búsqueda del sentido vital en contextos de soledad, desconexión o aislamiento. No obstante, fue con su segunda película cuando se comenzó a hablar de Sofía Coppola, más allá de que fuera hija del gran Francis Ford. Distinguida con el Óscar al Mejor Guion Original, Perdidos en Tokio la instaló entre las grandes directoras de la década de los 2000.
Por lo mismo, transcurridos ya veinte años, resulta interesante indagar en sus decisiones creativas. Una pista para ello se encuentra recordando a quienes nombra en su aceptación y agradecimientos por el galardón ya mencionado. En su discurso, ella nombra a Won Karwai, Antonioni, Bob Fosse y Godard. Cuatro directores muy distintos, pero que permiten entender su tratamiento de las emociones en la captura de los pequeños gestos que revelan la interioridad de sus personajes. Por ejemplo, su
admiración por el director chino se traduce particularmente en la narrativa melancólica, uno de los sellos de esa cinta.
Protagonizada por Bill Murray y una principiante Scarlett Johansson, Perdidos en Tokio es una película que ha ido envejeciendo sin perder su encanto. Se diría que conforme pasa el tiempo, más apasionante resulta revisar su lenguaje cinematográfico, construido delicadamente, a base de detalles. Rodada íntegramente en Tokio, lugar que Coppola había visitado antes
varias veces, la historia transmite de manera sutil la sensación de soledad e indefensión que puede producir encontrarse de pronto en un espacio apabullante por sus dimensiones y, con ello, por sus estímulos visuales y auditivos. Bob Harris (Bill Murray) es un actor en decadencia que ha llegado hasta la ciudad japonesa a filmar el comercial de un whisky. Charlotte (Scarlett Johansson) es una mujer recién casada, que se encuentra allí acompañando a su esposo fotógrafo. Dado que están en el mismo hotel, entabla una relación con Bob, aunque aparentemente no tengan nada en común, pero no son muchas las posibilidades de encontrar con quién comunicarse en ese lugar.
Entonces, movidos ambos por el deseo de acompañarse de alguna manera, comienzan a compartir distintos momentos del día en un mundo con sonidos que no les son familiares y en medio de un caos que tiene eco en su propio caos interior. La narrativa, llena de tiempos muertos, está en consonancia con los ritmos interiores de los personajes: Charlotte espera que su esposo vuelva de su jornada de trabajo y Bob pasa el día entre las tomas del comercial y la desazón que le producen las llamadas telefónicas de su esposa, ocupada más de las alfombras que de su relación.
Y aquí comienza la maravilla que teje Coppola, pues los conflictos narrativos van presentándose como una `matrioshka´. Al tiempo que los protagonistas establecen una relación inusual, lidian con la sensación de aislamiento y desorientación. A pesar de sus esfuerzos, en paralelo, de acompañarse con la televisión en cada uno en sus cuartos, eso tampoco resulta ni trae un alivio, pues solo acrecienta el desconcierto y la cercanía a la vacuidad.
Entonces, a medida que avanza la historia, se van revelando diferentes capas emocionales de los personajes y se van entretejiendo en profundidad los relatos existenciales de soledad, de necesidad de conexión humana y la búsqueda de significado en la vida. Todo esto a través de sutileza y minimalismo, ya que no son los diálogos los que transmiten lo que comentamos, sino las imágenes. Los silencios exteriores tienen eco en los interiores; los tonos pastel suaves y desaturados logran una atmósfera nostálgica y borrosa. El tratamiento cinematográfico que combina planos largos y planos cortos para capturar tanto la intimidad de los personajes como la vastedad del entorno en el que se encuentran, contribuye a su atmósfera única y melancólica.
Los planos largos, que muestran a los protagonistas en su totalidad, ayudan a enfatizar la soledad y la desconexión que sienten en la ciudad de Tokio. Por otro lado, los planos cortos se utilizan para resaltar las expresiones faciales y los gestos sutiles de los personajes, lo que crea una sensación de cercanía y permite al espectador captar las emociones más íntimas. El empleo de encuadres asimétricos y desequilibrados permite transmitir una sensación de inquietud y desorientación.
El manejo de la cámara en la película también contribuye al estilo general. Coppola utiliza movimientos de cámara suaves y fluidos, con planos secuencia que permiten al espectador sumergirse en el entorno y la atmósfera de la ciudad de Tokio. Estos movimientos de cámara sutiles también ayudan a resaltar los momentos íntimos y los silencios significativos en la película, creando una sensación de contemplación y reflexión.
En este sentido, una de las escenas donde confluye todo este
tratamiento cinematográfico y donde habita la esencia de la película es aquella en que Bob y Charlotte, después de compartir momentos del día, están recostados en la misma cama, mirando el techo. Y si bien se percibe cierta tensión sexual, la carnalidad no es parte de su relación. La complicidad de ambos reside en que se unen para buscarse a sí mismos por lo que la ternura que se desprende de estar juntos es también un ejercicio de sentimientos contenidos. La indefinición del tipo de vínculo
que los une aporta con maestría al tono global de ese estar en el mundo de manera borrosa. El estar perdidos en la vida, él en sus 50 y ella en sus 20, los hace cómplices en la tarea pendiente por encontrar no solo su camino, sino su lugar en el mundo. Lo paradojal y bello de esta película es que sus inolvidables personajes han tenido que coincidir en un lugar tan lejano para encontrarse a sí mismos a través del encuentro con otro, en Tokio. Tal vez esta sea la clave de su universalidad y su vigencia.
Licenciado
DECISIONES GOZOSAS
POR ROGELIO RODRÍGUEZ MUÑOZ
en Filosofía y Magister en Educación, Universidad de Chile
En El placer de decidir el físico y académico
Rolf Tarrach dice que la existencia de un ser vivo se basa en cinco pilares: comprender, decidir, actuar, sentir y compartir. Los dos primeros, a su juicio, son exclusivos de nuestra especie humana. Y nos impele a sentir gozo por esta cualidad definitoria que es nuestra capacidad de decidir, aunque reconoce que muchas personas más bien sienten temor cuando deben hacerlo y prefieren que sean otros los que lo hagan en su lugar.
Para decidir hay que comprender y para esto hay que pensar. Kant asevera que la minoría de edad en que están encerrados algunos hombres significa la incapacidad de pensar por sí mismos, causada por su pereza o su falta de valentía. Instalados en la comodidad del no razonar, prefieren seguir los dictámenes de otros: del oficial, del funcionario, del gurú de turno, del político, del sacerdote…
Nuestro autor comparte este planteamiento y, al respecto, nos obsequia una cita de Hipatia de Alejandría: “Defiende tu derecho a pensar, porque incluso pensar de manera errónea es mejor que no hacerlo”.
En el proceso de toma de decisiones, muchas veces juegan un relevante papel el riesgo, la incertidumbre y la ambigüedad.
El placer procede precisamente de decidir a pesar de todo esto, de comprobar que somos capaces de transformar las incertidumbres en certezas y los riesgos en oportunidades. Los grandes éxitos son consecuencia de algunas de las decisiones más osadas.
“Comprender es más que saber, es saber conociendo sus límites, sus orígenes, sus aplicaciones, su contexto, su potencial, sus peligros, su sentido, su significado, su valor, sus sesgos, sus incertidumbres y ambigüedades”. Es importante y necesario para nuestras vidas poder transformar lo que sabemos en comprensión. Así enfrentaremos con valor y presteza nuestras múltiples experiencias, pues –como aseguraba Madame Curie– “nada en la vida debe ser temido; solo debe ser comprendido”.
Nuestro autor explora el papel de la deducción, la inducción, la intuición, lo consciente y lo inconsciente en el proceso concreto de decisión. Evalúa la influencia de la ética y de la moral en la toma de decisiones. Nos enfrenta al controvertido tema del libre albedrío. Nos instruye sobre el uso de la “navaja de Ockham” para reducir el número de opciones, puesto que un exceso puede conducir a la indecisión o a la elección equivocada. Trata sobre objetivos y estrategias. Reflexiona sobre el rol del mérito, el azar y las consecuencias inesperadas en nuestros éxitos y fracasos. Y nos empuja a saber valorar el papel que han jugado nuestros fracasos y nuestros errores en nuestro progreso, pues estos, una vez entendidos, se convierten en fuente de inspiración y nos ayudan a abrir nuevos caminos.
Finalmente, afirma que no tiene ningún sentido preguntarnos cómo habría sido nuestra vida si en vez de las decisiones que tomamos hubiésemos decidido lo contrario. Escribe: “Los razonamientos contrafactuales son ejercicios de poca utilidad, fútiles y a menudo depresivos; es mucho más interesante prepararse para tomar bien la siguiente decisión importante de nuestra vida que imaginarnos algo que no podemos hacer, ni aproximadamente, ni de manera fidedigna. No podemos vivir vidas alternativas y no recomiendo creer que vendrá otra vida más allá de la muerte. Vivamos de la mejor forma posible la vida que sabemos que existe”.