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Por: Dr. Jorge Saavedra, Executive Director, HF Global Public Health Institute at the University Of Miami, Don Soffer Clinical Research Center Bldg. Pág
Mi paso por el CENSIDA 2003-2009
Por: Dr. Jorge Saavedra, Executive Director, HF Global Public Health Institute at the University Of Miami, Don Soffer Clinical Research Center Bldg
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LaSalud.mx.- Evitaré al máximo referirme a nombres de personas porque hubo hombres y mujeres, profesionales de la salud, profesionales de las ciencias sociales y activistas comprometidas en la lucha contra el VIH/SIDA, que me ayudaron a lo largo de esos 6 años, y podría olvidar mencionar a alguno o alguna e involuntariamente herir susceptibilidades.
EL CONCURSO
En el 2003, el Dr. Julio Frenk, Secretario de Salud de México, decidió que para encabezar al recientemente creado, o rebautizado, Centro Nacional para la
Prevención y Control del SIDA (CEN-
SIDA), anteriormente conocido como CONASIDA, la dirección general de ese centro, debería ser ocupada por alguien que llegara mediante un concurso público, y las personas interesadas debían cumplir con un perfil que, consistía básicamente en tener un título en medicina, experiencia de trabajo en VIH, así como estudios de posgrado, adicionalmente se pedía presentar una carta de motivos por los cuáles se consideraba el o la candidata con idoneidad para ocupar el cargo, un currículo actualizado, una propuesta de trabajo que debiera ser presentada ante un comité plural de científicos y de sociedad civil, quienes harían preguntas al respecto, así como entrevista final con el titular de la Secretaría de Salud.
La convocatoria estaba abierta, en ese entonces yo me desempeñaba como Director General Adjunto de Innovación en Salud, dentro de la Dirección General de Planeación y Desarrollo en Salud (DGPLADES), cuando recibí una llamada de una amiga abogada, que se dedicaba a la defensa de los derechos humanos de personas con VIH, me llamó y me dijo, “¿por qué no presentas tu candidatura a la dirección general del CENSIDA?, creo que la experiencia de haber fundado la Clínica Especializada Condesa, y anteriormente tu paso por el área de prevención del CONASIDA y tu trabajo sobre VIH con las organizaciones comunitarias, además de tus conocimientos sobre el tema y tu formación en salud pública, te harían un candidato con muchas posibilidades”.
En ese momento no contesté ni que sí ni que no, pedí otras opiniones, y algunas de ellas coincidían en decirme, “ni te presentes, como son las cosas en México, eso es un concurso arreglado, quien encabezará el CENSIDA ya ha estado predefinido, si ni el Secretario de Salud ni el Subsecretario te llamaron para que te presentes al concurso, eso significa que no tienes posibilidades”.
Hablé con mi amiga de nuevo, y finalmente ella me convenció diciéndome: “mu-
chas organizaciones comunitarias en todo el país desearían ver tu nombre como candidato, y mínimo deberías
intentarlo, yo estoy convencida de que tienes muchas posibilidades, activistas de Yucatán, de la Ciudad de México, del centro y norte del país estaríamos enviando cartas de apoyo a tu candidatura”.
Hablé con el titular de la DGPLADES y le comuniqué mi intención de concursar para esa posición, me deseó suerte y sugirió que le avisara al Subsecretario de Innovación y Calidad, quien también solo me deseó suerte y me aseguró que la intención del Secretario de Salud es que ese concurso fuese completamente imparcial y que la decisión se haría tomando en cuenta los resultados del proceso de selección.
El primer filtro de evaluación en materia de currículo y experiencia solo lo pasamos cuatro candidatos, posteriormente se acortó a tres para las etapas finales, yo creo que cualquiera de ellos tenía posibilidades reales y podría haber hecho un excelente papel en caso de quedar seleccionado.
A finales de agosto del 2003 se tomó la decisión, me llamó el Subsecretario de
Prevención y Control de Enfermedades, me notificó que yo era el ganador
de ese concurso, que debería renunciar lo antes posible a mi cargo anterior y que pronto me avisaría las fechas para una reunión con representantes de la sociedad civil y organizaciones comunitarias, quienes le habían pedido que el ganador o ganadora, antes de asumir la titularidad del CENSIDA, escuchara sus inquietudes.
La reunión fue con alrededor de 12 activistas con trabajo en VIH, todos además de felicitarme, me expresaban alguna inquietud con la cuál invariablemente yo coincidía, tener acceso universal a medicamentos antirretrovirales, aumentar los programas de prevención, luchar contra el estigma y la discriminación,
mejorar los servicios de atención. Solo hubo dos comentarios con los que no coincidí, un activista me dijo “queremos que no vuelvas a cometer el error de la Clínica Condesa”, mi respuesta inmediata fue: “la Clínica Condesa en la Ciudad de México es el mayor de mis orgullos y no la considero un error, sino un ejemplo para el resto del país”.
Otro activista con el que tampoco pude estar de acuerdo me dijo: “queremos que el CENSIDA tenga liderazgo”, con lo cual coincidí, pero después agregó “sabemos de tu inclinación a los medios de comunicación y no queremos que eso hagas en el CENSIDA”. Esto me pareció una contradicción pues para mí el liderazgo
no se puede hacer en lo oscurito, en la secrecía y mucho menos en un tema
como el VIH-SIDA que tiene implicaciones más allá de la salud y toca y trastoca la vida de muchos en temas sociales, de discriminación, de trabajo de educación, etc., etc. Por supuesto que una organización que trabaja en VIH-SIDA debe apoyarse en los medios de comunicación para poder causar un mayor impacto social y para que se abran puertas con el fin de mejorar los servicios de atención y prevención y buscar avenidas para luchar contra la discriminación.
LAS PRIORIDADES
Desde mi plan de trabajo en el concurso para llegar a la titularidad del CENSIDA esbocé algunas prioridades, hablar con el personal, así como con las jefas y jefes de los 32 programas estatales de VIH, y pusimos en práctica esas prioridades. Para mí era muy claro que la primera, y por supuesto la más importante sería tener acceso universal a medicamentos antirretrovirales para que las personas con VIH en México pudieran tener una larga vida con calidad y seguir siendo productivas.
Otra prioridad fue mejorar los esquemas de atención y la capacitación del personal de salud no solo para prescribir correctamente, sino también para tratar con personas de la diversidad sexual que seguían siendo las más afectadas por la pandemia.
Por supuesto, hubo otras como incrementar las actividades de prevención incluyendo el aumento en la distribución gratuita de condones; crear infraestructura digna y especializada para la atención del VIH, involucrar a las organizaciones comunitarias en actividades de prevención y lucha contra la discriminación y el estigma en lugares con grupos poblacionales donde el gobierno tiene poco acceso e impacto. Otra estrategia prioritaria fue incrementar la presencia de mensajes en medios de comunicación para prevenir nuevas infecciones por VIH, que seguían en aumento, es decir promover el uso del condón.
Y finalmente una prioridad que yo traía desde la DGPLADES, crear los CAPASITS.
LOS PERIODICAZOS
En México llamamos “periodicazo” a una nota que, por supuesto se publica en un periódico, pero que su abordaje, su título o su efecto causa conmoción o inquietud al gobierno en turno y es necesario aclarar para disminuir sus efectos, sin embargo, estos “periodicazos” también pueden tener efectos positivos, ya que aumentan la percepción social del riesgo o hacen que un mayor número de ciudadanas o ciudadanos se enteren o se sensibilicen sobre un problema.
Hoy estoy convencido que cuando uno llega a un alto puesto de la administración pública y lo hace convencido de dar lo mejor de sí y con la mejor de las intenciones, su misión no es proteger a la institución contra viento y marea, sino contribuir de la mejor manera para que la misión de la institución que encabeza beneficie a la gente, sobre todo cuando se trata de la salud.
Mi primera entrevista, una vez que asumí como titular del CENSIDA, fue con el periódico La Jornada, el título de la nota decía “EL SIDA en México no está
controlado, asegura el nuevo director
del CENSIDA”, por supuesto recibí de inmediato una llamada del área correspondiente del gobierno pidiéndome que aclarase qué quise decir y que sacáramos un comunicado institucional para desmentir o aclarar. Por supuesto, yo no quise desmentir pues ese título que yo no elegí, sino que decidió el periódico, no decía mentira alguna, la verdad es que en el 2003 aún no había acceso universal a medicamentos antirretrovirales en México ni había una cultura social de usar condones en las relaciones sexuales, por lo tanto, no solo México, sino el mundo entero aún estábamos muy lejos de tener a la epidemia del VIH controlada.
Es decir, al día siguiente de que un activista prácticamente me acusó de que tenía inclinación por aparecer ante cámaras y medios de comunicación, ya lo estaba haciendo. La verdad es que para mí no se trataba de Jorge Saavedra, sino del VIH-SIDA el que hacía que los medios de comunicación se interesaran en la nota.
Después de ese “periodicazo” en La Jornada, vinieron infinidad en diferentes periódicos, noticieros de TV, programas de radio, etc., etc., que duraron toda mi gestión del 2003 al 2009. Por eso ahora cuando me dicen que en esa época el CENSIDA si hacía mucho, yo creo que no era así necesariamente, sino que como se dice vulgarmente “cada huevo lo cacareamos”,
y aprovechamos el gran interés de los medios en el tema para que la población general se enterara.
En esos años no había redes sociales, por lo tanto, en el CENSIDA necesitábamos a los medios de comunicación para difundir nuestras actividades o resaltar los cambios que se requerían. Por supuesto, señalé que el acceso a medicamentos fue mi principal prioridad y allí se nos iba cerca del 90% del presupuesto anual, pero para prevención y sensibilización social requeríamos más allá de las campañas de prevención, contra el es-
tigma y la discriminación e incluso contra la homofobia, que se potencializara su impacto a través de periódicos, TV y radio, y eso no requería presupuesto adicional sino habilidad para lograr interesar a los medios, por supuesto, el área de comunicación social de la Secretaría de Salud y las ONG nos ayudaban mucho en desarrollar las estrategias para que esto sucediera.
Lograr que el Secretario de Salud del gobierno federal saliera en público ante medios a defender las campañas contra
la homofobia en el 2006, fue un hitazo; posteriormente en el 2008, lograr que otro Secretario de Salud federal, emanado de un gobierno considerado conservador, se tomara una foto con montones de condones en la mano o en un evento con Drag Queens y posteriormente encabezara la primera marcha internacional contra la homofobia, también fueron acciones que impactaron mucho mediáticamente en el lado positivo y que yo siento contribuyeron en ese momento a la sensibilización social.
LA HOMOFOBIA Y LA CENA
Tendría yo unos 6 meses como titular del CENSIDA cuando supongo que, por los medios, Gilberto Rincón Gallardo, el titular del Consejo Nacional para la Prevención de la Discriminación (CONAPRED) se enteró de mi existencia y me llamó; aquí menciono explícitamente a Don Gilberto porque ya murió, deseo honrar su memoria y porque esta anécdota también se publicó en un libro editado por el propio CONAPRED. En la llamada me dijo que tenía mucho interés en que el CONAPRED y el CENSIDA realizaran una campaña conjunta contra la discriminación por VIH; yo le señalé que el CONAPRED tenía una ventaja adicional, ya que podría hacer una campaña directamente contra la homofobia, ya que, en México, esta era la que estaba frecuentemente subyacente a la discriminación por VIH, aunque no se le mencionara por su nombre.
Rincón Gallardo aceptó el reto y me pidió una propuesta, de inmediato dentro del CENSIDA y con ayuda de ideas provenientes de organizaciones comunitarias empezamos a trabajar no solo en la propuesta sino en la campaña y nació La Cena.
Una madre y su hijo se encuentran en su casa preparando la cena Madre dice: Te ves muy enamorado mijito Hijo contesta: Ay, si mamá Madre: Ya ¿cuánto llevan? Hijo: Ya 5 meses Mamá: ¿Y le gustó la idea de venir a cenar aquí con la familia? Hijo: Si, le encantó, es más preparó un postre que te va a fascinar Mamá: Espero que le guste lo que yo cociné y, por cierto, ¿Cómo me dijiste que se llama? Hijo: Óscar mamá, ya te lo había dicho se llama Óscar Voz en Off dice: ¿Te parece raro?, la homofobia es la intolerancia a la homosexualidad, la igualdad comienza cuando todos reconocemos el derecho que tenemos a ser diferentes
Esto fue un spot radiofónico y tuvimos poco presupuesto para lanzarlo, de hecho, los recursos para hacerlo y difundirlo fueron de una donación de $90 mil dólares pagados directamente al proveedor por la OPS y se usarían tiempos oficiales para difundirlo.
La verdad es que el spot se filtró antes de tiempo y se empezó a difundir causando escándalo nacional en todos los medios, quienes se encargaron de difundirlo masivamente como una campaña oficial del gobierno federal.
El spot estaba tan bien hecho, que muchos aseguraban haberlo visto en televisión, cuando en realidad era solo para radio, posteriormente ese mismo spot fue usado y difundido en Los Ángeles, en Carolina del Norte, en Panamá y en Perú.
ACCESO UNIVERSAL A TRATAMIENTO ANTIRRETROVIRAL
En el 2003, el acceso universal al tratamiento antirretroviral era un clamor y exigencia internacional de las personas con VIH, sin embargo, pocos países del mundo en vías de desarrollo lo habían logrado, notablemente Brasil era el único que lo tenía como programa nacional gracias a un financiamiento otorgado por el Banco Mundial.
En México, a finales de los 90´s, hubo manifestaciones, protestas y bloqueos de calles porque ésto no era una realidad en nuestro país, siendo yo mismo, no solo médico convencido de los beneficios del tratamiento, sino también una persona con VIH que estaba viva gracias a ese tratamiento y me hubiese parecido no solo absurdo, sino hipócrita de mi parte no apoyar desde el CENSIDA esa exigencia y no unirme personalmente a esa lucha.
Lo señalé anteriormente, el acceso universal y gratuito a los me-
dicamentos antirretrovirales en México era mi prioridad.
Lo primero que debía estar claro es qué esquemas de medicamentos se deberían comprar, porque las píldoras con dos o tres compuestos aún no estaban disponibles y se trataba de cocteles de diferentes medicamentos.
El Coordinador del Comité de Atención Integral del CONASIDA, que era un médico de un instituto nacional de salud que no dependía del CENSIDA se me acercó y me preguntó antes de iniciar la sesión del comité: “¿Jorge, qué medicamentos quieres que se compren?”, mi respuesta fue, “los expertos en medicamentos son ustedes en el Comité, son ustedes los que le deben decir al titular
del CENSIDA cuáles medicamentos se requieren”, y me aclaró, “tal vez no me entendiste, me refiero a con cuánto dinero cuentas para poder comprar medicamentos y nosotros ver para qué esquemas nos alcanza”, mi segunda respuesta fue “ustedes en el comité no deben preocuparse por eso, saber de dónde conseguiré dinero es mi responsabilidad, la responsabilidad de ustedes es decirme qué es lo mejor para el paciente”.
Buscar los recursos para comprar los medicamentos antirretrovirales (ARV), requería no solo presentarle la propuesta al Secretario de Salud y al Subsecretario, sino también convencer a la Secretaría de Hacienda; si la Secretaría de Hacienda no se convencía, entonces lo que hacíamos era idear estrategias con médicos y activistas para convencer a los diputados de que aprobaran y etiquetaran recursos suficientes para medicamentos contra el VIH que se administrarían a través del Seguro Popular. En múltiples ocasiones tuve que asistir a reuniones
y comparecencias ante diputados federales a explicar por qué era necesario contar con medicamentos antirretrovirales suficientes y cómo esto no solo iba a beneficiar a las personas con VIH, sino que era una inversión que beneficiaba a México y a su economía.
lado de médicos, médicas y activistas que demandábamos que hubiese acceso universal gratuito a medicamentos contra el VIH; por supuesto tuve que usar en múltiples ocasiones mi propio caso para ejemplificar como yo seguía estando vivo y productivo gracias a los ARV.
México fue el primer país en desarrollo en lograr el acceso universal a medicamentos antirretrovirales con sus propios recursos, Brasil lo había logrado antes, pero con recursos del Banco Mundial.
CAPASITS LOS HIJOS DE LA CLÍNICA CONDESA
Comenté que desde que estaba como Director General Adjunto de Innovación, un año antes de saber que habría un concurso para dirigir el CENSIDA, traía ya el plan de los CAPASITS.
Cuando el subsecretario de innovación y calidad me llamó para ofrecerme esa posición de Director General Adjunto, me comentó: “he sabido lo que hiciste para crear la Clínica Especializada Condesa de la Ciudad de México, ¿crees que un modelo similar podría funcionar para el resto del país? Eso sería una innovación”.
Cuando en el año 2000 logramos fundar y posteriormente dirigir la Clínica Condesa, en ningún momento nos pasó por la mente ponerle como nombre Clínica de SIDA, y su nombre, para facili-
Afortunadamente e invariablemente encontraba eco entre los diputados, en especial varias diputadas que se ponían completamente de mi lado, de nuestro lado, del lado del CENSIDA y del
tar su ubicación, lo tomamos de la colonia donde se encuentra ubicada, en el resto del país se habría creado gran confusión de ponerles nombres de colonias y barrios, por lo tanto teníamos que buscar un nombre genérico y que por supuesto no se podría llamar clínicas de SIDA ni unidades médicas de SIDA, en ese momento el estigma asociado al VIH era tan alto que probablemente muchas personas con VIH les resultaría por lo menos incómodo asistir a ellas.
Así que durante un día el equipo de innovación nos pusimos a pensar en el nombre apropiado, algo con un significado y que sin llevar una palabra estigmatizante tuviera una connotación positiva, así nacieron los CAPASITS (Centro Ambulatorio para la Atención del SIDA, e Infecciones de Transmisión Sexual) que suena a capacitación y todos ellos tendrían al menos un aula de usos múltiples, además, consultorios, área de toma de muestras y la posibilidad de surtir medicamentos, eso era el modelo de CAPASITS más básico, algunos otros incorporaron servicios de salud mental y de odontología, dependiendo del Estado.
Cuando llegué al CENSIDA, ya tenía registrado en el Plan Nacional de Infraestructura en Salud, la ubicación de los CAPASITS en las principales ciudades del país, ahora lo que faltaba era conseguir el dinero para construirlos, equiparlos y contratar al personal de salud.
El primer CAPASITS que se decidió construir fue en Puerto Vallarta, gracias a las gestiones iniciales de la entonces jefa del programa estatal de VIH de Jalisco, sin embargo, el primero que se inauguró debido a que ya contaban con un espacio disponible que solo requería habilitación, fue el del Puerto de Veracruz. Así que fue en dos puertos donde nacieron los primeros dos hijos de la Clínica Condesa.
Actualmente hay 70 CAPASITS funcionando y prestando servicios en todo el país, alguien podrá decir que este o aquel no funcionan cien por ciento bien, pero se crearon para dignificar la atención de personas con VIH en el interior de la República con personal capacitado y sensibilizado, así como un espacio de reunión de grupos de autoapoyo.
Cuando estaba por terminar mi carrera de medicina, hice mi servicio social en el Centro Universitario de Tecnología Educacional para la Salud (CEUTES) en la UNAM, y la persona que era mi supervisora, mentora y posteriormente mi primera jefa, la Dra. Lilia Durán, psicóloga de profesión, me dijo una vez, “todo mundo tiene derecho a sentir, pueden los demás estar de acuerdo o no en lo que tú sientes, pero el sentimiento es muy tuyo, es algo íntimo, uno tiene derecho a tenerlo y nadie te lo puede quitar”.
Yo siento que la Clínica Condesa de la Ciudad de México es mi hija, los CAPASITS son los hijos de la Clínica Condesa, por lo tanto, siento que los CAPASITS son mis nietos.
AHF EN MÉXICO
Estaba en Los Ángeles, California, en un evento de la Universidad de California, fui invitado por el proyecto UMBAST (United States-Mexico Border AIDS Education and Training Center), para recibir un premio por la campaña contra la homofobia y un reconocimiento público por haber invitado a la primer mujer trans a hacerse cargo de un alto puesto dentro del gobierno federal en México, al finalizar el evento se me acercó una mujer latina, de origen puertorriqueño, quien me dijo que trabajaba en una organización llamada AIDS Healthcare Foundation (AHF), y que se había enterado de que en México se lanzó el programa de acceso universal a medicamentos antirretrovirales y querían apoyar una clínica en la frontera. Por supuesto, le di mi tarjeta y le dije que cualquier organización internacional que quisiera apoyar a México tendría las puertas abiertas del CENSIDA. Un mes después, se presentó en mi oficina en la Ciudad de México y me dijo que AHF tenía interés por abrir y apoyar una clínica en Tijuana para brindar atención a migrantes con VIH, le dije que me gustaba la idea y que les agradecía el interés.
Antes de un año, AHF me estaba invitando a la inauguración de su primera clínica, así inició AHF-México, posteriormente se interesaron en equipar el CAPASITS que se estaba construyendo en Puerto Vallarta.
AHF, en especial Michael Weinstein, su presidente, fue fundamental para presionar a una compañía farmacéutica de Estados Unidos para que redujeran los precios de los antirretrovirales que vendían en México.
En el 2009, cuando renuncié al CENSIDA, el Sr. Weinstein me ofreció ocupar la posición de Jefe de la Oficina Internacional de AHF basado en Ámsterdam, la cual acepté. AHF es actualmente la más grande organización de VIH del mundo con presencia en 45 países.
CONFERENCIA INTERNACIONAL EN SIDA
La Conferencia Internacional de SIDA, es el evento de salud más grande del mundo donde cada dos años, se dan cita miles y miles de especialistas, personal de salud, activistas, estudiantes, celebridades y en general personas comprometidas o interesadas en el tema. Se presentan y discuten los avances más recientes, las estrategias y buenas prácticas que han dado resultado en materia de prevención y sensibilización social, entre otros temas. Siempre se realiza en una gran ciudad que tenga la infraestructura para convenciones suficientemente grandes.
En el año 2000, como director de la Clínica Especializada Condesa, fui invitado a presentar mi experiencia en la Conferencia Internacional de SIDA en Durban, Sudáfrica, era la primera vez en la historia que se realizaría en un país en desarro-
llo y se me ocurrió una idea, ¿por qué no traerla a México?, así que me llevé una carta oficial firmada por la entonces Jefa de Gobierno del Distrito Federal, ofreciendo la ciudad como sede para una futura conferencia internacional.
Pasaron 8 años antes de que se concretara la posibilidad, pero ahora yo ya no estaba a cargo del programa de VIH de la Ciudad de México, sino del programa nacional.
Cuando se realizó esta conferencia en México, fue la primera vez en Latinoamérica, y se tuvieron algunos logros que quedaron para el país más allá de la derrama económica que significaba que llegarán más de 20 mil personas de todos los países del mundo y del interior de la República. En el marco de la conferencia se logró negociar precio reducido de un medicamento ARV que combinaba 3 compuestos en una sola tableta, con lo cual se reducía la necesidad de que las personas se tomaran cocteles de medicamentos; se logró incrementar las campañas de prevención y sensibilización social sobre el SIDA, se incrementó la distribución gratuita de condones, ahora con un empaque y diseño atractivo más allá de la envoltura genérica de solo aluminio que antes tenían los condones gratuitos; se capacitó a la policía y a los oficiales de migración, así como a personal de los hoteles en temas generales del VIH y en su sensibilización para tratar con personas de la diversidad sexual.
LOGROS Y APRENDIZAJE
Si me pidieran enlistar los logros en el CENSIDA de esos 6 años, enumeraría 20:
1) Acceso universal a medicamentos antirretrovirales
2) Construcción de CAPASITS en todo el país
3) Primeras campañas contra el machismo y la homofobia 4) Incrementar de 3 millones a 30 millones por año los condones que el CENSIDA distribuía gratuitamente
5) Reforzamiento del programa de derechos humanos de las personas que vivían con VIH
5) Nombramiento de la primera mujer transgénero en un alto puesto público en el gobierno federal
6) Inicio de la compra y distribución de una mejor píldora con tres compuestos, que simplificaba la adherencia al tratamiento
7) Inicio del financiamiento público a organizaciones comunitarias para realizar proyectos de prevención y sensibilización en VIH con acciones que no podía realizar el gobierno, en especial dirigidas a poblaciones clave: hombres gays, mujeres transexuales y trabajadores y trabajadoras sexuales
8) Desarrollo del sistema SALVAR (Sistema de Administración, Logística y Vigilancia de ARV) para monitorear en tiempo real las necesidades y abasto de medicamentos de cada una de las personas con VIH que lo requerían a nivel nacional.
9) Reconocimiento y promoción oficial de las estrategias de reducción del daño para usuarios de drogas inyectables, es decir los lineamientos para usar metadona como sustitución de la heroína y la distribución gratuita de jeringas y agujas estériles para los usuarios.
10) Lograr que el Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la TB y la Malaria aprobara una política para apoyar a México, con el fin de dar recursos para campañas y acciones de prevención dirigidos a las poblaciones de mayor riesgo.
11) Compra y puesta en operación de las “Condonetas” o “PrevenMoVIHles” inspiradas en el Condomóvil para la distribución de condones en todo el país. Al menos hubo una en cada estado 12) Inicio de la organización y apoyo a reuniones nacionales de mujeres positivas
13) Inicio de las compras públicas de pruebas rápidas de detección del VIH
14) Sensibilización del personal de salud en materia de diversidad sexual
15) Conferencia Internacional de VIH, que por primera vez se realizaba en Latinoamérica
16) Lograr que el Presidente de la República leyera un discurso público contra la homofobia
17) Quitar el requisito de planta en México como condición para vender medicamentos ARV en el país.
18) Campañas intra-institucionales y en medios, para convencer a la Secretaría de la Defensa Nacional que dejara de dar de baja a militares con VIH
19) Firma de un convenio de colaboración con la Comisión Nacional de Derechos Humanos
20) Firma de un compromiso Latinoamericano de ministros de educación y salud para fortalecer la educación sexual en las escuelas
Esos 6 años en el CENSIDA me dejaron mucho aprendizaje, pero sobre todo mucha satisfacción de que, con el apoyo de médicos, enfermeras, personal de salud, profesionistas de diversas áreas, sociedad civil, activistas comunitarios, personas que vivían con VIH, medios de comunicación, funcionarios sensibles y hasta diputados y senadores, logramos avanzar la agenda de lucha contra el SIDA en México y construir mucha de la infraestructura y bases que eran necesarias.