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Posibles retos legislativos
La mayoría de los países cuentan con normativas que limitan la presencia de las micotoxinas detectadas con más frecuencia en los productos destinados a la alimentación animal, para disminuir la posibilidad de que tengan efectos negativos en la producción animal y limitar su transferencia a los alimentos.
A mi entender, existe una falta de armonización legislativa que, incluso hoy en día, ha contribuido significativamente al debate sobre la concienciación de la entrada de micotoxinas en la cadena de suministro de piensos/ alimentos, especialmente cuando se considera el comercio global.
Además, cada vez será más frecuente que los países tengan que hacer frente a micotoxinas poco comunes en su región (tanto importadas como producidas localmente debido al Cambio Climático).
Por lo tanto, los programas de evaluación del riesgo de micotoxinas deben tener en cuenta la globalización de este reto, uniformizando los niveles máximos de contaminación aceptables para los distintos tipos de productos finales.
Aparte de los riesgos para la salud animal o los posibles efectos de transferencia a los seres humanos (que podríamos analizar en otro artículo), la contaminación por micotoxinas de cultivos, cereales y piensos puede tener importantes repercusiones económicas y comerciales, así como nuevas oportunidades
Es bien sabido que el impacto económico de las micotoxinas, teniendo en cuenta la pérdida de producción de cultivos, la eliminación de alimentos y piensos contaminados, la reducción de la producción ganadera, la pérdida de vidas humanas y animales, el aumento de los costes de atención sanitaria humana y animal, los costes analíticos y normativos y la inversión en investigación, es enorme.
Es difícil obtener estimaciones cuantitativas de las pérdidas económicas asociadas a la contaminación por micotoxinas, pero se calcula que oscilan entre cientos de millones y miles de millones de dólares anuales.
El establecimiento de un marco legislativo claro y la aplicación de modelos que permitan la interacción y el intercambio de datos entre agricultores, transformadores de grano y fabricantes de piensos, junto con el uso de herramientas predictivas, pueden permitir: Identificar en una fase más temprana de la cadena de producción, cómo mejorar nuestra eficacia en la evaluación de riesgos.
Disminuir la probabilidad de pérdida de eficacia de la producción. Encontrar soluciones para los granos altamente contaminados por micotoxinas que son inadecuados para su uso en alimentación animal (en lugar de su eliminación mediante destrucción).
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De hecho, estos granos altamente contaminados por micotoxinas podrían abrir las puertas a nuevos avances, como la detoxificación de micotoxinas mediante insectos comestibles, el uso de estas materias primas como fuentes de energía y nutrientes para proteínas fermentadas alternativas o el desarrollo de nuevas herramientas de detoxificación de materias primas.
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Así pues, un marco legislativo adecuado puede ser el catalizador que siente las bases para una mayor inversión en el sector, posiblemente pasando de una gestión de tipo reparador a un enfoque de gestión más preventivo, fomentando también la aplicación de nuevas tecnologías (por ejemplo, modelos predictivos) y el desarrollo de nuevas industrias.
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