amma el encinar del rey centro gerontológico Boletín Informativo
Nº11 Junio-Julio-Agosto de 2011
La Pasión de Jesús El Nazareno y la Soledad de María Virgen
Siendo Rey de cielo y tierra, tuviste que padecer la más horrible agonía. Tú, lleno de sabiduría y teniendo tanto poder, tu pasión no tuvo igual. Viernes Santo era aquel día, como a un loco te trataron, con tu cuerpo se ensañaron, con tu alma no podían.
Sólo escuchamos quejidos y no encontramos consuelo Caíste rodilla en tierra, tres veces con el madero, tu cuerpo quedó extenuado y un cirineo alquilado, te ayudaba en el sendero. ¡Qué terrible sufrimiento! Con qué locura ciñeron sobre tus sienes divinas una corona de espinas como el peor de los reos. Al decirnos ¡Tengo sed!, acudió un sayón cruel con la mayor ironía y en tus labios te ponía esponja con vinagre y hiel. A veces sentimos miedo Señor, caminando en este suelo por tanto mal cometido, solo escuchamos quejidos y no encontramos
consuelo. Por ello nos preguntamos ¿tan pesada fue la cruz que tus hombros soportaban que ahora entre todos los hermanos no podemos con la carga? Si en la cruz nos redimiste y tanto mal nos perdonaste, ¡por tu muerte y resurrección damos la iluminación para con amor pagarte! María, la reina de la alegría, la rosa humilde y sencilla, tu rostro es la maravilla que más que el sol iluminas. Sólo tu fuiste escogida predilecta, sin pe-
cado, tus pechos amamantaron al que nos dejó su vida. ¡Qué soledad más amarga tuviste que padecer ese negro atardecer que a tu hijo se llevaban! Sola quedaste María, solo San Juan te acompaña, el hijo de tus entrañas por todo el mundo moría. Isabel García Vaca (Residente de apartamentos).