3 Colaborando en sociedad
VIVIR CON OTRAS PERSONAS Los individuos de algunas especies animales viven relativamente aislados, como es el caso de los leopardos, por ejemplo. Otros se agrupan y se especializan tanto que su existencia solo tiene sentido en un grupo. Esto es lo que ocurre, por ejemplo, con las hormigas o con las abejas. En el caso de los seres humanos, tendemos a agruparnos, en la prehistoria, en grupos más o menos pequeños, pero en la actualidad, en sociedades muy organizadas. Para los seres humanos, vivir es convivir. A diferencia de lo que ocurre en las sociedades autoritarias y cerradas, en las sociedades democráticas (abiertas al conocimiento y a las influencias de otras culturas y de otras civilizaciones debido a las corrientes migratorias, a los medios de comunicación y a las redes sociales) vivimos rodeados
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de personas con distintos valores y concepciones morales, diferentes modos de vida y creencias religiosas o filosofías diversas. Nuestra sociedad es una sociedad pluralista. El pluralismo plantea dificultades y, a veces, es fuente de prejuicios y provoca discriminaciones, pero es también enriquecedor del dinamismo social y cultural. En su aspecto político, la posibilidad de que existan y de que se respeten diferentes ideologías y partidos es un derecho fundamental que está recogido en la Constitución española. Pretender que la sociedad sea completamente homogénea supone una renuncia a la libertad que es contraproducente para la aparición de ideas y de aportaciones nuevas que puedan promover la posibilidad de mejorar.