Xavier Valls Badia Javier Vergés Bueno La obra incluye casos clínicos reales de una gran variedad de especies exóticas. Cada caso incluye una reseña del animal, su historia clínica o anamnesis, los síntomas clínicos más relevantes, la explicación de la exploración del animal, las pruebas complementarias, el diagnóstico diferencial y un diagnóstico final si es posible, así como el tratamiento y seguimiento del caso. Finalmente, se incluye un apartado de observaciones que pretende hacer reflexionar al lector sobre aspectos concretos del caso.
Este libro no pretende en ningún momento hacer una recopilación exhaustiva de las enfermedades y tratamientos a modo de escrito clásico, simplemente busca dar nuestra visión clínica de los casos explicados, es decir, describir cómo manejamos y curamos a nuestros “exóticos” pacientes. X.Valls
CASOS CLÍNICOS DE ANIMALES EXÓTICOS
Xavier Valls nos presenta este libro cuyo principal propósito es ayudar al veterinario que atiende a mascotas no convencionales, y proporcionarle información sobre los procedimientos médicos y quirúrgicos más habituales para cada especie tratada.
CASOS CLÍNICOS DE
animales exóticos Xavier Valls Badia Javier Vergés Bueno
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CASOS CLÍNICOS DE ANIMALES EXÓTICOS
MAMÍFEROS
MANEJO Y MEDICINA PREVENTIVA
CASO CLÍNICO 3
Control rutinario, vacunaciones y desparasitaciones en Conejos (Oryctolagus cuniculus)
RESEÑA DE LOS PACIENTES Especie
Conejos de ambos sexos (Oryctolagus cuniculus).
Motivo de la consulta
Primera visita o revisión anual de conejos que conviven en casas como mascotas.
Figura 1. Conejos criados para ser mascotas (Oryctolagus cuniculus).
HISTORIA CLÍNICA En este caso clínico indicaremos una serie de recomendaciones para mantener sanos y en un estado óptimo a los conejos que conviven en casas como mascotas (figs. 1 y 2). Son animales estrictamente herbívoros con una dentición y un aparato digestivo peculiar. Hay que tener en cuenta que pueden transmitir enfermedades de la piel, tiña y sarna, a las personas (figs. 3-5).
Queremos hacer hincapié en la revisión de la zona bucal. En muchas ocasiones realizamos radiografías de la cabeza para poder observar las raíces de los dientes y su colocación (la fórmula dentaria: 2/1 incisivos; 2/2 premolares; 4/3 molares) (figs. 6a y 6b). Se deben explorar los dientes incisivos (figs. 7 y 8) y para poder visualizar los premolares y los molares utilizamos un otoscopio o endoscopio y abrebocas o separadores. En aquellos casos en los sea necesario evaluar exhaustivamente las piezas dentales o limar/cortar algún diente, resulta imprescindible sedar al animal (figs. 9a y 9b). Los conejos poseen un ciego muy desarrollado que ocupa gran parte de la cavidad abdominal ventral y caudal (figs. 10a y 10b). Es necesario realizar una palpación completa del abdomen del conejo, en la que no se deberían notar zonas impactadas ni acumulaciones de gas (fig. 11).
Figura 3. Conejo con lesiones en la parte distal de las extremidades anteriores compatibles con sarna o tiña.
Figura 4a. Lesiones alopécicas en la zona rostral de un conejo. Estas lesiones están provocadas por un hongo, Trichophyton mentagrophytes.
Figura 4b. Lesión en el cuello de la propietaria del conejo de la figura 4a.
Figura 5a. Lesiones costrosas y pruriginosas en las extremidades anteriores y posteriores de un conejo con sospecha de sarna.
SÍNTOMAS CLÍNICOS Los clientes que nos visitan para solicitar información y tratamientos sobre medicina preventiva suelen ser dueños de conejos recién adquiridos o acuden a revisiones anuales de sus mascotas.
EXPLORACIÓN DE LOS ANIMALES Los conejos se exploran de la misma manera que cualquier otro mamífero, pero se debe tener en cuenta sus peculiaridades anatomofisiológicas. La temperatura rectal de los conejos es de 38,5-39,5 ºC.
Figura 2. Aunque los hurones son animales que se han utilizado históricamente para la caza de los conejos, cuando ambos se socializan durante las primeras etapas de su vida no hay problema para mantenerlos juntos en cautividad.
Figura 5b. Detalle de las lesiones costrosas y pruriginosas en la extremidad anterior de un conejo con sospecha de sarna.
Figura 5c. Imagen } microscópica a 100 aumentos del raspado de las lesiones del conejo de las figuras 5a y 5b. Se detecta la presencia de ácaros y de sus huevos (Sarcoptes scabiei).
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CASOS CLÍNICOS DE ANIMALES EXÓTICOS
MAMÍFEROS
MANEJO Y MEDICINA PREVENTIVA
CASO CLÍNICO 3
Control rutinario, vacunaciones y desparasitaciones en Conejos (Oryctolagus cuniculus)
RESEÑA DE LOS PACIENTES Especie
Conejos de ambos sexos (Oryctolagus cuniculus).
Motivo de la consulta
Primera visita o revisión anual de conejos que conviven en casas como mascotas.
Figura 1. Conejos criados para ser mascotas (Oryctolagus cuniculus).
HISTORIA CLÍNICA En este caso clínico indicaremos una serie de recomendaciones para mantener sanos y en un estado óptimo a los conejos que conviven en casas como mascotas (figs. 1 y 2). Son animales estrictamente herbívoros con una dentición y un aparato digestivo peculiar. Hay que tener en cuenta que pueden transmitir enfermedades de la piel, tiña y sarna, a las personas (figs. 3-5).
Queremos hacer hincapié en la revisión de la zona bucal. En muchas ocasiones realizamos radiografías de la cabeza para poder observar las raíces de los dientes y su colocación (la fórmula dentaria: 2/1 incisivos; 2/2 premolares; 4/3 molares) (figs. 6a y 6b). Se deben explorar los dientes incisivos (figs. 7 y 8) y para poder visualizar los premolares y los molares utilizamos un otoscopio o endoscopio y abrebocas o separadores. En aquellos casos en los sea necesario evaluar exhaustivamente las piezas dentales o limar/cortar algún diente, resulta imprescindible sedar al animal (figs. 9a y 9b). Los conejos poseen un ciego muy desarrollado que ocupa gran parte de la cavidad abdominal ventral y caudal (figs. 10a y 10b). Es necesario realizar una palpación completa del abdomen del conejo, en la que no se deberían notar zonas impactadas ni acumulaciones de gas (fig. 11).
Figura 3. Conejo con lesiones en la parte distal de las extremidades anteriores compatibles con sarna o tiña.
Figura 4a. Lesiones alopécicas en la zona rostral de un conejo. Estas lesiones están provocadas por un hongo, Trichophyton mentagrophytes.
Figura 4b. Lesión en el cuello de la propietaria del conejo de la figura 4a.
Figura 5a. Lesiones costrosas y pruriginosas en las extremidades anteriores y posteriores de un conejo con sospecha de sarna.
SÍNTOMAS CLÍNICOS Los clientes que nos visitan para solicitar información y tratamientos sobre medicina preventiva suelen ser dueños de conejos recién adquiridos o acuden a revisiones anuales de sus mascotas.
EXPLORACIÓN DE LOS ANIMALES Los conejos se exploran de la misma manera que cualquier otro mamífero, pero se debe tener en cuenta sus peculiaridades anatomofisiológicas. La temperatura rectal de los conejos es de 38,5-39,5 ºC.
Figura 2. Aunque los hurones son animales que se han utilizado históricamente para la caza de los conejos, cuando ambos se socializan durante las primeras etapas de su vida no hay problema para mantenerlos juntos en cautividad.
Figura 5b. Detalle de las lesiones costrosas y pruriginosas en la extremidad anterior de un conejo con sospecha de sarna.
Figura 5c. Imagen } microscópica a 100 aumentos del raspado de las lesiones del conejo de las figuras 5a y 5b. Se detecta la presencia de ácaros y de sus huevos (Sarcoptes scabiei).
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CASOS CLÍNICOS DE ANIMALES EXÓTICOS
MAMÍFEROS
ALTERACIONES Y ENFERMEDADES DEL APARATO REPRODUCTOR
CASO CLÍNICO 7
Celo persistente y enfermedad adrenal en Hurón (Mustela putorius furo)
a
RESEÑA DEL PACIENTE Especie
Hurón (Mustela putorius furo).
Edad
14 meses.
Sexo
Hembra.
Motivo de la consulta
La hurona está en celo desde hace un par de semanas.
HISTORIA CLÍNICA
SÍNTOMAS CLÍNICOS
La hurona de 14 meses de edad presenta el celo por segunda vez (fig. 1). En el anterior celo se le administró acetato de leuprorelina (Ginecrin Depot®) (fig. 2) para retirárselo. Los propietarios fueron informados de los pros y contras de los tratamientos hormonales o quirúrgicos para retirar el celo. En esta ocasión acuden a la clínica para que le retiremos nuevamente el celo, pero a poder ser de una manera más prolongada, aunque no contemplan de momento la esterilización porque la quieren hacer criar más adelante. Los dueños están bien informados sobre la incidencia de la enfermedad adrenal en los hurones. Recordar al lector que algunos estudios clínicos indican que los animales esterilizados desarrollan de manera más prematura la enfermedad de las glándulas adrenales con respecto a los que no se esterilizan.
Las hembras de hurón suelen entrar en celo a finales de invierno o principios de primavera. Al vivir dentro de las casas como mascotas, las hembras manifiestan celos con más frecuencia y más seguidos en el tiempo. No es de extrañar ver a huronas en celo a lo largo de casi todo el año. La aparición del edema de la zona vulvar es el principal síntoma del celo (figs. 3a y 3b). A veces las hembras en celo también presentan prurito y alopecia simétrica en tronco y cola, con apariencia similar a la de un hurón con enfermedad adrenal (fig. 4).
Figura 1. Hurona en su transportín antes de ser visitada.
EXPLORACIÓN DEL ANIMAL La hurona presenta la zona vulvar muy aumentada de tamaño. Ha perdido algo de peso y el apetito. Está muy cariñosa con los propietarios. Se plantea a los dueños realizar un análisis de sangre para evaluar al animal y determinar, sobre todo, si presenta anemia. Esta alteración de la serie roja es muy común en hurones cuando presentan un celo muy prolongado, debido a la toxicidad de los estrógenos sobre la médula ósea.
Figuras 3a y 3b. Detalle de la vulva de la hurona en celo, se nota la hinchazón y el enrojecimiento de la zona genital externa.
PRUEBAS COMPLEMENTARIAS DE EXPLORACIÓN Se realizó un análisis de sangre. Los resultados más relevantes en este animal fueron anemia regenerativa, hematocrito del 29% y proteínas totales 40 g/l. La bioquímica sérica era normal.
DIAGNÓSTICO FINAL Hiperestrogenismo por época reproductiva (celo, estado fisiológico normal de una hembra en época reproductiva).
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
TRATAMIENTO Y SEGUIMIENTO DEL CASO
• Hiperestrogenismo por época reproductiva (celo, estado fisiológico normal de una hembra en época reproductiva). • Ovario remanente en hembras esterilizadas. • Enfermedad adrenal.
Se optó por una opción más duradera que la inyección de acetato de leuprorelina, ya que cuando se aplicó anteriormente, el animal volvió a entrar en celo en un breve periodo de tiempo. Además, el propietario no contempla de momento la esterilización del animal ya que tiene intención de cruzarlo más adelante. Se le coloca un implante subcutáneo de acetato de deslorelina (Suprelorin®) (fig. 5). El procedimiento para aplicar dicho implante (figs. 6 y 7) es el mismo que para colocar un microchip. En cambio, el implante se posiciona en la zona interescapular del animal en lugar de la zona del
Figura 2. Leuprorelina acetato. } Este fármaco se administra vía subcutánea a dosis de 100 a 200 μg/animal. Compramos el vial y componemos las partes, cargamos jeringuillas con la dosis justa para cada inoculación y las mantenemos en el congelador.
b
cuello, que es donde colocamos el microchip. La hurona se premedicó con midazolam a dosis de 1-3 mg/kg IM (Dormicum®) y luego se anestesió con isoflurano al 3-4% mediante mascarilla. Previamente a su aplicación se desinfecta la zona con povidona yodada y después se introduce el implante en el tejido subcutáneo interescapular.
Figura 4. Lesiones alopécicas bilaterales y en la cola de un hurón con enfermedad adrenal crónica.
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CASOS CLÍNICOS DE ANIMALES EXÓTICOS
MAMÍFEROS
ALTERACIONES Y ENFERMEDADES DEL APARATO REPRODUCTOR
CASO CLÍNICO 7
Celo persistente y enfermedad adrenal en Hurón (Mustela putorius furo)
a
RESEÑA DEL PACIENTE Especie
Hurón (Mustela putorius furo).
Edad
14 meses.
Sexo
Hembra.
Motivo de la consulta
La hurona está en celo desde hace un par de semanas.
HISTORIA CLÍNICA
SÍNTOMAS CLÍNICOS
La hurona de 14 meses de edad presenta el celo por segunda vez (fig. 1). En el anterior celo se le administró acetato de leuprorelina (Ginecrin Depot®) (fig. 2) para retirárselo. Los propietarios fueron informados de los pros y contras de los tratamientos hormonales o quirúrgicos para retirar el celo. En esta ocasión acuden a la clínica para que le retiremos nuevamente el celo, pero a poder ser de una manera más prolongada, aunque no contemplan de momento la esterilización porque la quieren hacer criar más adelante. Los dueños están bien informados sobre la incidencia de la enfermedad adrenal en los hurones. Recordar al lector que algunos estudios clínicos indican que los animales esterilizados desarrollan de manera más prematura la enfermedad de las glándulas adrenales con respecto a los que no se esterilizan.
Las hembras de hurón suelen entrar en celo a finales de invierno o principios de primavera. Al vivir dentro de las casas como mascotas, las hembras manifiestan celos con más frecuencia y más seguidos en el tiempo. No es de extrañar ver a huronas en celo a lo largo de casi todo el año. La aparición del edema de la zona vulvar es el principal síntoma del celo (figs. 3a y 3b). A veces las hembras en celo también presentan prurito y alopecia simétrica en tronco y cola, con apariencia similar a la de un hurón con enfermedad adrenal (fig. 4).
Figura 1. Hurona en su transportín antes de ser visitada.
EXPLORACIÓN DEL ANIMAL La hurona presenta la zona vulvar muy aumentada de tamaño. Ha perdido algo de peso y el apetito. Está muy cariñosa con los propietarios. Se plantea a los dueños realizar un análisis de sangre para evaluar al animal y determinar, sobre todo, si presenta anemia. Esta alteración de la serie roja es muy común en hurones cuando presentan un celo muy prolongado, debido a la toxicidad de los estrógenos sobre la médula ósea.
Figuras 3a y 3b. Detalle de la vulva de la hurona en celo, se nota la hinchazón y el enrojecimiento de la zona genital externa.
PRUEBAS COMPLEMENTARIAS DE EXPLORACIÓN Se realizó un análisis de sangre. Los resultados más relevantes en este animal fueron anemia regenerativa, hematocrito del 29% y proteínas totales 40 g/l. La bioquímica sérica era normal.
DIAGNÓSTICO FINAL Hiperestrogenismo por época reproductiva (celo, estado fisiológico normal de una hembra en época reproductiva).
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
TRATAMIENTO Y SEGUIMIENTO DEL CASO
• Hiperestrogenismo por época reproductiva (celo, estado fisiológico normal de una hembra en época reproductiva). • Ovario remanente en hembras esterilizadas. • Enfermedad adrenal.
Se optó por una opción más duradera que la inyección de acetato de leuprorelina, ya que cuando se aplicó anteriormente, el animal volvió a entrar en celo en un breve periodo de tiempo. Además, el propietario no contempla de momento la esterilización del animal ya que tiene intención de cruzarlo más adelante. Se le coloca un implante subcutáneo de acetato de deslorelina (Suprelorin®) (fig. 5). El procedimiento para aplicar dicho implante (figs. 6 y 7) es el mismo que para colocar un microchip. En cambio, el implante se posiciona en la zona interescapular del animal en lugar de la zona del
Figura 2. Leuprorelina acetato. } Este fármaco se administra vía subcutánea a dosis de 100 a 200 μg/animal. Compramos el vial y componemos las partes, cargamos jeringuillas con la dosis justa para cada inoculación y las mantenemos en el congelador.
b
cuello, que es donde colocamos el microchip. La hurona se premedicó con midazolam a dosis de 1-3 mg/kg IM (Dormicum®) y luego se anestesió con isoflurano al 3-4% mediante mascarilla. Previamente a su aplicación se desinfecta la zona con povidona yodada y después se introduce el implante en el tejido subcutáneo interescapular.
Figura 4. Lesiones alopécicas bilaterales y en la cola de un hurón con enfermedad adrenal crónica.
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CASOS CLÍNICOS DE ANIMALES EXÓTICOS
REPTILES
ENFERMEDADES LIGADAS A UN MAL MANEJO Y/O ALIMENTACIÓN
CASO CLÍNICO 19
Hipovitaminosis en Tortugas de Florida (Trachemys scripta scripta y Trachemys scripta elegans)
RESEÑA DE LOS PACIENTES Especie
Tortugas de agua dulce (Trachemys scripta scripta y Trachemys scripta elegans).
Motivo de la consulta
Los animales tienen los ojos hinchados, uno de ellos con costras en los párpados, otro presenta una mancha blanca en la córnea y el último tiene los párpados muy hinchados. No comen nada desde hace un par de meses.
Figura 1. Trachemys scripta scripta con blefaroedema/blefaritis. Las deficiencias crónicas de vitamina A suelen producir hiperplasia conjuntival, lesión que se muestra en esta figura.
Figura 2. Trachemys scripta elegans con úlcera en la córnea y opacidad de la misma, no brilla (hecho muy indicativo de hipovitaminosis A).
Figura 3. Trachemys scripta elegans con hiperqueratosis de la piel de los párpados. Se produce un engrosamiento de las capas más externas de la epidermis palpebral.
Figura 4. Trachemys scripta elegans con hiperqueratosis de la piel de los párpados.
Figura 5. Chelydra serpentina: detalle del ojo de una tortuga sin hipovitaminosis A. En el ojo se pueden ver reflejadas las luces fluorescentes.
Figura 6. Modo de aplicar la pomada en los ojos de las tortugas.
OBSERVACIONES
La vitamina A es necesaria para el buen estado de las mucosas y la piel de los animales. Además, es una vitamina que no sintetiza el organismo del animal por lo que la tiene que ingerir en forma de betacarotenos o de retinol. En las especies principalmente carnívoras se puede suplementar la dieta con hígado una vez por semana, para aportarles vitamina A. En el caso de las especies herbívoras la asimilan a partir de los betacarotenos de las frutas y hortalizas (los que tienen colores naranja y amarillos por regla general).
HISTORIA CLÍNICA Los animales viven en un acuario pequeño en el interior de casa. Una bombilla de 60W ilumina el acuario y cambian el agua cada vez que la ven sucia (aproximadamente cada 3-4 días). Una de las tortugas tiene 5 años y las otras unos 8-10 años. Las alimentan con gambitas liofilizadas (“Gammarus”) dos o tres veces al día. Hace unos años comían de todo: chorizo, jamón dulce, carne y pescado, pero se ensuciaba mucho el agua y la alimentación se cambió a la actual. Las gambitas liofilizadas se las comen muy bien. Los meses de más frío, los quelonios están menos activos y duermen (hibernan). El agua del acuario no se calienta con esterilla o calentador de agua. Durante el verano las sacan a tomar el sol directo 4 horas al día. Desde que las tienen nunca han manifestado ningún síntoma de enfermedad, tampoco han visto la necesidad de llevarlas al veterinario.
SÍNTOMAS CLÍNICOS Las tortugas muestran los ojos hinchados, una de ellas presenta costras en los párpados, otra una mancha blanca en la córnea y otra tiene los párpados muy hinchados (figs. 1-4). Además, no comen nada desde hace un par de meses.
EXPLORACIÓN DE LOS ANIMALES Se observan lesiones diferentes en los tres animales, uno de ellos tiene blefaroedema bilateral (fig. 1) y pérdida de peso, el segundo tiene una úlcera corneal (fig. 2) y el tercero tiene hiperqueratosis de la piel de los párpados (figs. 3 y 4). En el caso de las córneas se aprecia que están levemente opacas y no brillan (figs. 2 y 3). Se puede comparar con el ojo de
una tortuga sin hipovitaminosis A (Chelydra serpentina, fig. 5), en la que se ven reflejados los fluoresencentes en la córnea.
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL • Mala alimentación crónica-hipovitaminosis A. • Conjuntivitis o blefaritis purulenta bacteriana/vírica/fúngica. • Úlcera corneal.
PRUEBAS COMPLEMENTARIAS DE EXPLORACIÓN No se realizaron pruebas complementarias en estos animales.
DIAGNÓSTICO FINAL Tras obtener una respuesta positiva al tratamiento con vitamina A, se puede llegar a la conclusión de que el diagnóstico definitivo es una hipovitaminosis A.
TRATAMIENTO Y SEGUIMIENTO DEL CASO Las tortugas se tratan con inyecciones intramusculares (en el cuádriceps femoral) de vitamina A, a razón de 2.000 UI/kg y repetición a los 15 días. Además, se limpian los ojos con un bastoncillo para retirar el material que se acumula entre los dos párpados y se aplica una pomada oftálmica con cloranfenicol (Oftalmolosa Cusí Cloranfenicol®, fig. 6). Por otra parte se cambia la dieta, se pasa a alimentar al animal con piensos para tortuga semiacuática enriquecidos o bien balanceados con vitamina A y/o dieta natural: carne roja, pescado blanco, gusano de tierra, caracoles, calamar, sepia, etc. Añadimos también al menú semanal unos trocitos de hígado (de cordero, vaca, ternera, conejo, pavo o pollo).
Como pruebas complementarias, podría plantearse al propietario un análisis de sangre completo para ver si el animal presenta alguna alteración en su hemograma y valorar si hay anemia (el hematocrito de estas especies debe encontrarse en torno al 26%). También puede valorarse la función renal y la hepática. No obstante, en este caso no se realiza ninguna de las pruebas citadas por razones económicas.
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CASOS CLÍNICOS DE ANIMALES EXÓTICOS
REPTILES
ENFERMEDADES LIGADAS A UN MAL MANEJO Y/O ALIMENTACIÓN
CASO CLÍNICO 19
Hipovitaminosis en Tortugas de Florida (Trachemys scripta scripta y Trachemys scripta elegans)
RESEÑA DE LOS PACIENTES Especie
Tortugas de agua dulce (Trachemys scripta scripta y Trachemys scripta elegans).
Motivo de la consulta
Los animales tienen los ojos hinchados, uno de ellos con costras en los párpados, otro presenta una mancha blanca en la córnea y el último tiene los párpados muy hinchados. No comen nada desde hace un par de meses.
Figura 1. Trachemys scripta scripta con blefaroedema/blefaritis. Las deficiencias crónicas de vitamina A suelen producir hiperplasia conjuntival, lesión que se muestra en esta figura.
Figura 2. Trachemys scripta elegans con úlcera en la córnea y opacidad de la misma, no brilla (hecho muy indicativo de hipovitaminosis A).
Figura 3. Trachemys scripta elegans con hiperqueratosis de la piel de los párpados. Se produce un engrosamiento de las capas más externas de la epidermis palpebral.
Figura 4. Trachemys scripta elegans con hiperqueratosis de la piel de los párpados.
Figura 5. Chelydra serpentina: detalle del ojo de una tortuga sin hipovitaminosis A. En el ojo se pueden ver reflejadas las luces fluorescentes.
Figura 6. Modo de aplicar la pomada en los ojos de las tortugas.
OBSERVACIONES
La vitamina A es necesaria para el buen estado de las mucosas y la piel de los animales. Además, es una vitamina que no sintetiza el organismo del animal por lo que la tiene que ingerir en forma de betacarotenos o de retinol. En las especies principalmente carnívoras se puede suplementar la dieta con hígado una vez por semana, para aportarles vitamina A. En el caso de las especies herbívoras la asimilan a partir de los betacarotenos de las frutas y hortalizas (los que tienen colores naranja y amarillos por regla general).
HISTORIA CLÍNICA Los animales viven en un acuario pequeño en el interior de casa. Una bombilla de 60W ilumina el acuario y cambian el agua cada vez que la ven sucia (aproximadamente cada 3-4 días). Una de las tortugas tiene 5 años y las otras unos 8-10 años. Las alimentan con gambitas liofilizadas (“Gammarus”) dos o tres veces al día. Hace unos años comían de todo: chorizo, jamón dulce, carne y pescado, pero se ensuciaba mucho el agua y la alimentación se cambió a la actual. Las gambitas liofilizadas se las comen muy bien. Los meses de más frío, los quelonios están menos activos y duermen (hibernan). El agua del acuario no se calienta con esterilla o calentador de agua. Durante el verano las sacan a tomar el sol directo 4 horas al día. Desde que las tienen nunca han manifestado ningún síntoma de enfermedad, tampoco han visto la necesidad de llevarlas al veterinario.
SÍNTOMAS CLÍNICOS Las tortugas muestran los ojos hinchados, una de ellas presenta costras en los párpados, otra una mancha blanca en la córnea y otra tiene los párpados muy hinchados (figs. 1-4). Además, no comen nada desde hace un par de meses.
EXPLORACIÓN DE LOS ANIMALES Se observan lesiones diferentes en los tres animales, uno de ellos tiene blefaroedema bilateral (fig. 1) y pérdida de peso, el segundo tiene una úlcera corneal (fig. 2) y el tercero tiene hiperqueratosis de la piel de los párpados (figs. 3 y 4). En el caso de las córneas se aprecia que están levemente opacas y no brillan (figs. 2 y 3). Se puede comparar con el ojo de
una tortuga sin hipovitaminosis A (Chelydra serpentina, fig. 5), en la que se ven reflejados los fluoresencentes en la córnea.
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL • Mala alimentación crónica-hipovitaminosis A. • Conjuntivitis o blefaritis purulenta bacteriana/vírica/fúngica. • Úlcera corneal.
PRUEBAS COMPLEMENTARIAS DE EXPLORACIÓN No se realizaron pruebas complementarias en estos animales.
DIAGNÓSTICO FINAL Tras obtener una respuesta positiva al tratamiento con vitamina A, se puede llegar a la conclusión de que el diagnóstico definitivo es una hipovitaminosis A.
TRATAMIENTO Y SEGUIMIENTO DEL CASO Las tortugas se tratan con inyecciones intramusculares (en el cuádriceps femoral) de vitamina A, a razón de 2.000 UI/kg y repetición a los 15 días. Además, se limpian los ojos con un bastoncillo para retirar el material que se acumula entre los dos párpados y se aplica una pomada oftálmica con cloranfenicol (Oftalmolosa Cusí Cloranfenicol®, fig. 6). Por otra parte se cambia la dieta, se pasa a alimentar al animal con piensos para tortuga semiacuática enriquecidos o bien balanceados con vitamina A y/o dieta natural: carne roja, pescado blanco, gusano de tierra, caracoles, calamar, sepia, etc. Añadimos también al menú semanal unos trocitos de hígado (de cordero, vaca, ternera, conejo, pavo o pollo).
Como pruebas complementarias, podría plantearse al propietario un análisis de sangre completo para ver si el animal presenta alguna alteración en su hemograma y valorar si hay anemia (el hematocrito de estas especies debe encontrarse en torno al 26%). También puede valorarse la función renal y la hepática. No obstante, en este caso no se realiza ninguna de las pruebas citadas por razones económicas.
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CASOS CLÍNICOS DE ANIMALES EXÓTICOS
REPTILES
ENFERMEDADES INFECCIOSAS Y PARASITARIAS
CASO CLÍNICO 45
Hepatitis necrosante en un Dragón Barbudo (Pogona vitticeps)
RESEÑA DEL PACIENTE Especie
Dragón Barbudo (Pogona vitticeps).
Edad
6 meses.
Sexo
Macho.
Motivo de la consulta
El animal se muestra muy apático y postrado. Se encuentra en cuarentena para su posterior introducción en un grupo de cría.
HISTORIA CLÍNICA
EXPLORACIÓN DEL ANIMAL
Se trata de un Dragón Barbudo juvenil que ha sido adquirido en una feria de reptiles (fig. 1). El animal fue comprado a un criador extranjero, por lo que no se puede obtener la información sobre el estado de salud de los demás animales de la misma camada o grupo vendidos durante el mismo fin de semana. La propietaria posee un grupo de cría y ha adquirido este nuevo saurio como reproductor para renovar la “sangre”. Desde un inicio, el animal se mantuvo aislado en un terrario aparte donde se mostró poco activo e inapetente. Fue perdiendo peso progresivamente. En el momento de la visita al veterinario el animal se encontraba moribundo.
Externamente no se detectan lesiones ni signos de enfermedad, a excepción de una marcada caquexia y un tono amarillento del animal. Se extrae una muestra de sangre de la vena caudal ventral para realizar una analítica sanguínea. El animal fallece a las pocas horas de ser visitado y hospitalizado. Se realiza la necropsia para determinar la causa de su muerte (figs. 2-4).
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL El análisis de sangre indica que se trata de una hepatitis grave (elevación de los valores normales de GOT, LDH y CK) y de una infección sistémica (heterofilia y aspecto anormal de los eritrocitos los cuales se encuentran muy vacuolizados) (figs. 5-7). Los resultados de la necropsia del animal revelan una marcada hepatomegalia, además, el hígado está muy pálido (figs. 2 y 3). El resto de órganos son macroscópicamente normales (fig. 4).
PRUEBAS COMPLEMENTARIAS DE EXPLORACIÓN El protocolo diagnóstico consiste en un hemograma (leucocitosis con heterofilia) y en una bioquímica (elevaciones de GOT, LDH y CK). Se realizan improntas de diversos órganos (hígado, riñón y corazón) y se extrae material del intestino para su estudio directo en el microscopio óptico. En el contenido intestinal no se detectan parásitos. Las improntas se tiñen con tinción rápida Diff Quik® y se analizan al microscopio (figs. 8-11). Se guardan muestras de los distintos órganos internos para su estudio histopatológico.
N
N T
Lg
Lp
T Figura 5. Se observan numerosos eritrocitos con vacuolas en su citoplasma (alteración característica de animales con viremia). Se diferencian dos heterófilos (N), un linfocito grande (Lg), un linfocito pequeño (Lp) y trombocitos (T).
Ei T
T
SÍNTOMAS CLÍNICOS En el examen clínico se observa su baja condición corporal acompañada por signos de deshidratación severa. El saurio no responde prácticamente a los estímulos externos y muestra una marcada disnea inspiratoria.
Ei
Figura 6. Grupo de trombocitos (T) y eritrocitos inmaduros (Ei) con una gran vacuola en el citoplasma que deforma la célula. Lg M
Figura 2. Exposición de los órganos internos tras la sección de la piel ventral. Se aprecia el hígado pálido y de grandes dimensiones.
N Lp N
Figura 3. Detalle de la hepatomegalia y la lipidosis hepática. El ventrículo cardiaco se observa delante de la zona craneal del hígado. En estas especies el corazón se sitúa muy craneal (entre las dos extremidades anteriores). Figura 1. Pogona vitticeps juvenil en su terrario.
N Figura 4. Órganos de la cavidad celómica. En la parte superior de la imagen se observa el estómago de color blanquecino, el pulmón izquierdo en el margen inferior derecho y la gónada (el testículo) de color claro en el centro. También se aprecia la membrana celómica de color muy oscuro por la presencia de melanocitos (muy común en saurios).
Lp
Figura 7. Se aprecian heterófilos de aspecto y tamaño normal (N), un monocito (M), un linfocito grande reactivo (Lg) y unos linfocitos pequeños (Lp).
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CASOS CLÍNICOS DE ANIMALES EXÓTICOS
REPTILES
ENFERMEDADES INFECCIOSAS Y PARASITARIAS
CASO CLÍNICO 45
Hepatitis necrosante en un Dragón Barbudo (Pogona vitticeps)
RESEÑA DEL PACIENTE Especie
Dragón Barbudo (Pogona vitticeps).
Edad
6 meses.
Sexo
Macho.
Motivo de la consulta
El animal se muestra muy apático y postrado. Se encuentra en cuarentena para su posterior introducción en un grupo de cría.
HISTORIA CLÍNICA
EXPLORACIÓN DEL ANIMAL
Se trata de un Dragón Barbudo juvenil que ha sido adquirido en una feria de reptiles (fig. 1). El animal fue comprado a un criador extranjero, por lo que no se puede obtener la información sobre el estado de salud de los demás animales de la misma camada o grupo vendidos durante el mismo fin de semana. La propietaria posee un grupo de cría y ha adquirido este nuevo saurio como reproductor para renovar la “sangre”. Desde un inicio, el animal se mantuvo aislado en un terrario aparte donde se mostró poco activo e inapetente. Fue perdiendo peso progresivamente. En el momento de la visita al veterinario el animal se encontraba moribundo.
Externamente no se detectan lesiones ni signos de enfermedad, a excepción de una marcada caquexia y un tono amarillento del animal. Se extrae una muestra de sangre de la vena caudal ventral para realizar una analítica sanguínea. El animal fallece a las pocas horas de ser visitado y hospitalizado. Se realiza la necropsia para determinar la causa de su muerte (figs. 2-4).
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL El análisis de sangre indica que se trata de una hepatitis grave (elevación de los valores normales de GOT, LDH y CK) y de una infección sistémica (heterofilia y aspecto anormal de los eritrocitos los cuales se encuentran muy vacuolizados) (figs. 5-7). Los resultados de la necropsia del animal revelan una marcada hepatomegalia, además, el hígado está muy pálido (figs. 2 y 3). El resto de órganos son macroscópicamente normales (fig. 4).
PRUEBAS COMPLEMENTARIAS DE EXPLORACIÓN El protocolo diagnóstico consiste en un hemograma (leucocitosis con heterofilia) y en una bioquímica (elevaciones de GOT, LDH y CK). Se realizan improntas de diversos órganos (hígado, riñón y corazón) y se extrae material del intestino para su estudio directo en el microscopio óptico. En el contenido intestinal no se detectan parásitos. Las improntas se tiñen con tinción rápida Diff Quik® y se analizan al microscopio (figs. 8-11). Se guardan muestras de los distintos órganos internos para su estudio histopatológico.
N
N T
Lg
Lp
T Figura 5. Se observan numerosos eritrocitos con vacuolas en su citoplasma (alteración característica de animales con viremia). Se diferencian dos heterófilos (N), un linfocito grande (Lg), un linfocito pequeño (Lp) y trombocitos (T).
Ei T
T
SÍNTOMAS CLÍNICOS En el examen clínico se observa su baja condición corporal acompañada por signos de deshidratación severa. El saurio no responde prácticamente a los estímulos externos y muestra una marcada disnea inspiratoria.
Ei
Figura 6. Grupo de trombocitos (T) y eritrocitos inmaduros (Ei) con una gran vacuola en el citoplasma que deforma la célula. Lg M
Figura 2. Exposición de los órganos internos tras la sección de la piel ventral. Se aprecia el hígado pálido y de grandes dimensiones.
N Lp N
Figura 3. Detalle de la hepatomegalia y la lipidosis hepática. El ventrículo cardiaco se observa delante de la zona craneal del hígado. En estas especies el corazón se sitúa muy craneal (entre las dos extremidades anteriores). Figura 1. Pogona vitticeps juvenil en su terrario.
N Figura 4. Órganos de la cavidad celómica. En la parte superior de la imagen se observa el estómago de color blanquecino, el pulmón izquierdo en el margen inferior derecho y la gónada (el testículo) de color claro en el centro. También se aprecia la membrana celómica de color muy oscuro por la presencia de melanocitos (muy común en saurios).
Lp
Figura 7. Se aprecian heterófilos de aspecto y tamaño normal (N), un monocito (M), un linfocito grande reactivo (Lg) y unos linfocitos pequeños (Lp).
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