87 Q&A sobre parasitología equina. Libro de preguntas y respuestas

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Libro de preguntas y respuestas

87 Q&A sobre parasitología equina

Sus más de 300 imágenes y esquemas, le otorgan a esta obra un carácter de atlas de parasitología equina.

Aránzazu Meana Mañes Francisco A. Rojo Vázquez

A través de 87 casos de preguntas y respuestas (Q&A), en los que se reflejan situaciones reales en la actividad profesional veterinaria, se lleva a cabo un repaso enteramente práctico de los endoparásitos y ectoparásitos que afectan a los equinos. La obra se estructura en cinco capítulos dedicados a los endoparásitos de los aparatos digestivo y respiratorio, a los endoparásitos sistémicos, a las parasitosis cutáneas y a los métodos de diagnóstico y control antiparasitario.

87 Q&A sobre

parasitología equina

Libro de preguntas y respuestas Aránzazu Meana Mañes Francisco A. Rojo Vázquez


Gasterophilus

Q&A de endoparásitos del digestivo

1

Parásitos más importantes del sistema digestivo equino.

3

¿Qué son los gasterófilos? Durante una necropsia rutinaria, se observan en el estómago numerosas formaciones de color rojo y forma de tonel. También hay algunas en el duodeno, de color amarillento, y otras en el recto. En esta localización son más pequeñas y están ancladas profundamente en la mucosa rectal. Son muy llamativas las diferencias morfológicas en las distintas localizaciones.

4

1. ¿A qué se puede deber? 2. ¿Es compatible la presencia de estos parásitos con algún cuadro clínico? 3. ¿En qué momento del año es más factible encontrarlos? 2

3

4. ¿Qué producto se recomienda para eliminarlos? 1

2

1

¿A qué se puede deber?

Se trata de larvas de moscas del género Gasterophilus. Las larvas se localizan en el digestivo de los équidos y raramente producen una patología grave; la mayor significación clínica de estas infecciones se debe a los accidentes ocurridos cuando los animales intentan evitar el ataque de las moscas adultas y a las lesiones en el tracto digestivo de las larvas en desarrollo. Son miasis específicas de distribución mundial, más frecuentes en climas cálidos donde las moscas, con un periodo de vuelo que abarca en general los meses calurosos, son más prevalentes.

1. Estómago Gasterophilus Habronema/Draschia Trichostrongylus

Instentino delgado Gasterophilus Parascaris Strongyloides Anoplocephala magna

2. Ciego y colon Anoplocephala perfoliata SF Cyathostominae SF Strongylinae Oxyuris

3. Recto Gasterophilus

2

¿Es compatible la presencia de estos parásitos con algún cuadro clínico?

Es un proceso crónico con signos de malnutrición y, a veces, peritonitis, y afecta sobre todo a los animales jóvenes que se encuentran en los pastos. Son bastante frecuentes, habiéndose detectado su presencia en el 80% de animales sacrificados

en la zona centro de España. La especie más frecuente es G. intestinalis y se localiza en el estómago, en el área que corresponde a la mucosa no secretora, apareciendo frecuentemente arracimados en cantidades elevadas. Aun cuando pueden causar lesiones crateriformes alrededor de la zona de fijación, no suelen provocar signos clínicos evidentes. Las otras especies tienen diferente localización, las cargas parasitarias son menores y pueden ocasionar algunos signos clínicos como úlceras duodenales – G. nasalis– o molestias en la defecación –G. haemorrhoidalis–. Menos frecuentes son G. inermis, G. pecorum y G. nigricornis. La especie G. tecnicintus es la única no descrita hasta el momento en la Península Ibérica. El desarrollo de Gasterophilus comprende las fases de huevo, tres estados larvarios, pupa y adulto. Las únicas fases parásitas son las larvas que se localizan en el digestivo. Los huevos y las larvas de primer estadio de algunas de esas especies se encuentran en la piel.


Gasterophilus

Q&A de endoparásitos del digestivo

1

Parásitos más importantes del sistema digestivo equino.

3

¿Qué son los gasterófilos? Durante una necropsia rutinaria, se observan en el estómago numerosas formaciones de color rojo y forma de tonel. También hay algunas en el duodeno, de color amarillento, y otras en el recto. En esta localización son más pequeñas y están ancladas profundamente en la mucosa rectal. Son muy llamativas las diferencias morfológicas en las distintas localizaciones.

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1. ¿A qué se puede deber? 2. ¿Es compatible la presencia de estos parásitos con algún cuadro clínico? 3. ¿En qué momento del año es más factible encontrarlos? 2

3

4. ¿Qué producto se recomienda para eliminarlos? 1

2

1

¿A qué se puede deber?

Se trata de larvas de moscas del género Gasterophilus. Las larvas se localizan en el digestivo de los équidos y raramente producen una patología grave; la mayor significación clínica de estas infecciones se debe a los accidentes ocurridos cuando los animales intentan evitar el ataque de las moscas adultas y a las lesiones en el tracto digestivo de las larvas en desarrollo. Son miasis específicas de distribución mundial, más frecuentes en climas cálidos donde las moscas, con un periodo de vuelo que abarca en general los meses calurosos, son más prevalentes.

1. Estómago Gasterophilus Habronema/Draschia Trichostrongylus

Instentino delgado Gasterophilus Parascaris Strongyloides Anoplocephala magna

2. Ciego y colon Anoplocephala perfoliata SF Cyathostominae SF Strongylinae Oxyuris

3. Recto Gasterophilus

2

¿Es compatible la presencia de estos parásitos con algún cuadro clínico?

Es un proceso crónico con signos de malnutrición y, a veces, peritonitis, y afecta sobre todo a los animales jóvenes que se encuentran en los pastos. Son bastante frecuentes, habiéndose detectado su presencia en el 80% de animales sacrificados

en la zona centro de España. La especie más frecuente es G. intestinalis y se localiza en el estómago, en el área que corresponde a la mucosa no secretora, apareciendo frecuentemente arracimados en cantidades elevadas. Aun cuando pueden causar lesiones crateriformes alrededor de la zona de fijación, no suelen provocar signos clínicos evidentes. Las otras especies tienen diferente localización, las cargas parasitarias son menores y pueden ocasionar algunos signos clínicos como úlceras duodenales – G. nasalis– o molestias en la defecación –G. haemorrhoidalis–. Menos frecuentes son G. inermis, G. pecorum y G. nigricornis. La especie G. tecnicintus es la única no descrita hasta el momento en la Península Ibérica. El desarrollo de Gasterophilus comprende las fases de huevo, tres estados larvarios, pupa y adulto. Las únicas fases parásitas son las larvas que se localizan en el digestivo. Los huevos y las larvas de primer estadio de algunas de esas especies se encuentran en la piel.


Dictyocaulus

Q&A de endoparásitos del respiratorio

37

El método de Baermann–Wetzel consiste en un soporte vertical, con anillo, en el que se coloca un embudo de vidrio de suficiente capacidad, prolongado en su parte tubular con un tubo de goma, que se cierra con una llave metálica de tipo clamp. Se colocan las heces en una bolsa de gasa o directamente sobre un filtro metálico y, a continuación, se añade agua templada, hasta que la parte inferior del colador quede cubierta de agua. Al cabo de 5–7 horas, las larvas abandonan la masa fecal y caen acumulándose en el tubo de goma, por encima de la llave de cierre. Se recogen 0,5–1,0 ml sobre un tubo de centrífuga, se concentran por centrifugación las larvas y se examina la muestra al microscopio. Como las larvas están vivas, se matan con formol al 10% o alcohol de 70° para facilitar su estudio al microscopio.

116

3

La Asociación “Amigos del burro” recibe la documentación solicitada al centro británico “Donkey Santuary” para incorporarse como miembro del mismo. Esta institución comenzó como un centro de acogida y es actualmente un centro de reproducción y conservación de la mayoría de las razas existentes, estimulando la creación de centros satélites en otros países para la conservación de especies autóctonas. Entre sus actividades está la concienciación del uso del burro como animal de compañía para los caballos que se alojan solos en un campo privado, pero especifican claramente el riesgo de transmisión de enfermedades como la dictiocaulosis.

1. ¿Son diferentes las repercusiones patológicas de Dictyocaulus en ambas especies? 2. ¿Cómo es el ciclo biológico?

¿Qué análisis coprológico se debe realizar para descartar la dictiocaulosis?

La eliminación de larvas en las heces hace aconsejable la realización de una emigración larvaria ya que, mediante las técnicas rutinarias de flotación (por ejemplo, McMaster) son difíciles de detectar, especialmente en los animales adultos y en los que padecen procesos crónicos, con signos clínicos poco específicos. También se puede recurrir, mediante métodos de flotación, a la concentración de huevos. Estas técnicas, en cualquier caso, tienen una mayor validez para detectar a los animales portadores. A modo de orientación, se puede decir que, en los caballos, valores de 20-40 larvas por gramo de heces pueden ser indicativos de un proceso de cierta magnitud y que cifras de >100 larvas/gramo de heces ya son compatibles con un proceso clínico evidente. Sin embargo, en los burros normalmente la cantidad de larvas eliminadas con las heces es mayor, de forma que se consideran normales excreciones de entre 150 y 300 formas parasitarias. Además de los análisis parasitológicos mencionados, contribuyen a confirmar el diagnóstico, por ejemplo, la detección de determinados tipos de células, como eosinófilos y mastocitos, gracias al estudio de las secreciones bronquiales obtenidas mediante aspiración, con la particularidad de que, a la vez, pueden también visualizarse huevos embrionados y/o L1.

¿Por qué parece que los burros transmiten la dictiocaulosis a los caballos?

En todo caso, siempre hay que excluir otras posibles patologías respiratorios en los équidos, cuya frecuencia suele ser mayor. Definitivamente, la dictiocaulosis se confirma muchas veces post mórtem, observando lesiones y parásitos adultos en el aparato respiratorio.

117

3. ¿Qué repercusiones patológicas tienen?

1

¿Son diferentes las repercusiones patológicas de Dictyocaulus en ambas especies?

Las larvas de D. arnfieldi son de tamaño pequeño, sin botón cefálico y con cola corta y afilada. La imagen corresponde a una larva de D. filaria (ovino) donde el botón cefálico es evidente.

Las diferencias interespecíficas, por una parte, y las parasitarias por otra aconsejan que caballos, potros y asnos no deban compartir los mismos pastos por el riesgo de que estos últimos –portadores asintomáticos de dictiocaulos– contribuyan a la presentación de brotes clínicos en los caballos, principalmente en los potros jóvenes. En los potros, la susceptibilidad a la infección es mayor que en los caballos adultos. En efecto, la especie Dictyocaulus arnfieldi tiene como hospedador principal a los asnos en los que, generalmente, no causa problemas detectables clínicamente de forma que contaminan el medio ambiente durante periodos muy largos ya

que, en esta especie, los dictiocaulos pueden vivir hasta cinco años. Esta es una de las razones por las que, en España, hay muy pocos datos sobre prevalencia de esta parasitosis, que es más frecuente en zonas húmedas y templadas. Sin embargo, los caballos son hospedadores “menos específicos”, razón por la cual padecen de forma más acusada la infección –casi siempre crónica– a pesar de que los síntomas son poco patognomónicos. Las infecciones cursan con clínica respiratoria evidente y suele haber excreción de L1 con las heces, pero también se confirma la sospecha clínica por el historial de pastoreo conjunto de caballos y asnos y por la respuesta al tratamiento.


Dictyocaulus

Q&A de endoparásitos del respiratorio

37

El método de Baermann–Wetzel consiste en un soporte vertical, con anillo, en el que se coloca un embudo de vidrio de suficiente capacidad, prolongado en su parte tubular con un tubo de goma, que se cierra con una llave metálica de tipo clamp. Se colocan las heces en una bolsa de gasa o directamente sobre un filtro metálico y, a continuación, se añade agua templada, hasta que la parte inferior del colador quede cubierta de agua. Al cabo de 5–7 horas, las larvas abandonan la masa fecal y caen acumulándose en el tubo de goma, por encima de la llave de cierre. Se recogen 0,5–1,0 ml sobre un tubo de centrífuga, se concentran por centrifugación las larvas y se examina la muestra al microscopio. Como las larvas están vivas, se matan con formol al 10% o alcohol de 70° para facilitar su estudio al microscopio.

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3

La Asociación “Amigos del burro” recibe la documentación solicitada al centro británico “Donkey Santuary” para incorporarse como miembro del mismo. Esta institución comenzó como un centro de acogida y es actualmente un centro de reproducción y conservación de la mayoría de las razas existentes, estimulando la creación de centros satélites en otros países para la conservación de especies autóctonas. Entre sus actividades está la concienciación del uso del burro como animal de compañía para los caballos que se alojan solos en un campo privado, pero especifican claramente el riesgo de transmisión de enfermedades como la dictiocaulosis.

1. ¿Son diferentes las repercusiones patológicas de Dictyocaulus en ambas especies? 2. ¿Cómo es el ciclo biológico?

¿Qué análisis coprológico se debe realizar para descartar la dictiocaulosis?

La eliminación de larvas en las heces hace aconsejable la realización de una emigración larvaria ya que, mediante las técnicas rutinarias de flotación (por ejemplo, McMaster) son difíciles de detectar, especialmente en los animales adultos y en los que padecen procesos crónicos, con signos clínicos poco específicos. También se puede recurrir, mediante métodos de flotación, a la concentración de huevos. Estas técnicas, en cualquier caso, tienen una mayor validez para detectar a los animales portadores. A modo de orientación, se puede decir que, en los caballos, valores de 20-40 larvas por gramo de heces pueden ser indicativos de un proceso de cierta magnitud y que cifras de >100 larvas/gramo de heces ya son compatibles con un proceso clínico evidente. Sin embargo, en los burros normalmente la cantidad de larvas eliminadas con las heces es mayor, de forma que se consideran normales excreciones de entre 150 y 300 formas parasitarias. Además de los análisis parasitológicos mencionados, contribuyen a confirmar el diagnóstico, por ejemplo, la detección de determinados tipos de células, como eosinófilos y mastocitos, gracias al estudio de las secreciones bronquiales obtenidas mediante aspiración, con la particularidad de que, a la vez, pueden también visualizarse huevos embrionados y/o L1.

¿Por qué parece que los burros transmiten la dictiocaulosis a los caballos?

En todo caso, siempre hay que excluir otras posibles patologías respiratorios en los équidos, cuya frecuencia suele ser mayor. Definitivamente, la dictiocaulosis se confirma muchas veces post mórtem, observando lesiones y parásitos adultos en el aparato respiratorio.

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3. ¿Qué repercusiones patológicas tienen?

1

¿Son diferentes las repercusiones patológicas de Dictyocaulus en ambas especies?

Las larvas de D. arnfieldi son de tamaño pequeño, sin botón cefálico y con cola corta y afilada. La imagen corresponde a una larva de D. filaria (ovino) donde el botón cefálico es evidente.

Las diferencias interespecíficas, por una parte, y las parasitarias por otra aconsejan que caballos, potros y asnos no deban compartir los mismos pastos por el riesgo de que estos últimos –portadores asintomáticos de dictiocaulos– contribuyan a la presentación de brotes clínicos en los caballos, principalmente en los potros jóvenes. En los potros, la susceptibilidad a la infección es mayor que en los caballos adultos. En efecto, la especie Dictyocaulus arnfieldi tiene como hospedador principal a los asnos en los que, generalmente, no causa problemas detectables clínicamente de forma que contaminan el medio ambiente durante periodos muy largos ya

que, en esta especie, los dictiocaulos pueden vivir hasta cinco años. Esta es una de las razones por las que, en España, hay muy pocos datos sobre prevalencia de esta parasitosis, que es más frecuente en zonas húmedas y templadas. Sin embargo, los caballos son hospedadores “menos específicos”, razón por la cual padecen de forma más acusada la infección –casi siempre crónica– a pesar de que los síntomas son poco patognomónicos. Las infecciones cursan con clínica respiratoria evidente y suele haber excreción de L1 con las heces, pero también se confirma la sospecha clínica por el historial de pastoreo conjunto de caballos y asnos y por la respuesta al tratamiento.


Theileria/Babesia

Q&A de endoparásitos sistémicos

3

Esquema del ciclo biológico de Babesia

merogonia

Esporozoítos

140

Larvas con esporoquinetos

Cuerpos radiados muda

Huevos infectados

Quineto

Gamogonia ESPOROGONIA

¿Cómo se transmiten los piroplasmas?

La transmisión de los piroplasmas se produce, en condiciones naturales, únicamente por la picadura de garrapatas infectadas. En términos parasitológicos estrictos, las garrapatas son los hospedadores definitivos. En estos ácaros es donde tiene lugar la reproducción sexual de los piroplasmas. Se trata de ixódidos o garrapatas duras de las que sólo algunas son adecuadas para dicha reproducción. En las garrapatas tienen lugar las fases sexuales (gamogonia) y asexuales (esporogonia). Entre las garrapatas transmisoras para ambas especies destacan las especies de los géneros Dermacentor, Hyalomma y Rhipicephalus. Una vez que el parásito es ingerido por la garrapata tiene lugar la fase sexual de su ciclo biológico. La mayoría de los parásitos presentes en los glóbulos rojos mueren inmediatamente después de la ingestión de sangre por parte de la garrapata, otros abandonan los hematíes y se diferencian dando lugar a las denominadas Strahlenkorper o cuerpos radiados. A los 2-4 días de la ingestión de la sangre, los gametos se fusionan formando un cigoto esférico que se alarga, presenta un sólo núcleo y es móvil; este nuevo cigoto recibe el nombre de quineto. Estos quinetos invaden la mucosa del epitelio intestinal de la garrapata donde se reproducen de forma asexual (esporogonia) dando origen a más quinetos; en este caso son denominados esporoquinetos que invaden otras células del organismo de la garrapata: tubos de Malpigio, fibras musculares, células del ovario, etc. En estas localizaciones tienen lugar nuevas reproducciones asexuales que, al parecer, pueden repetirse hasta la muerte de la garrapata. Cuando se infectan los oocitos, los parásitos permanecen latentes hasta que se desarrolla el huevo y eclosiona la larva. Una vez que está desarrollada, continúa la multiplicación de los esporoquinetos en los tejidos de la larva y, tras la ingestión de sangre, los esporoquinetos invaden las glándulas salivales para continuar su ciclo. En las glándulas salivales se producen

los esporozoítos infectantes para el hospedador vertebrado. Se forman varios miles de esporozoítos en cada célula de los acini de las glándulas salivales, completándose su maduración en unos cinco días. De esta forma, los esporozoítos pueden ser inoculados a un nuevo hospedador mientras la larva continúa alimentándose (21-28 días). Una vez infectados los ovarios de una garrapata parece que al menos dos o tres generaciones son infectantes. Este tipo de transmisión transovárica es típica de Babesia spp. Las garrapatas durante su desarrollo sufren dos metamorfosis por las que evolucionan de larva a ninfa y de ninfa a adulto. Los piroplasmas ingeridos en una fase del ciclo pueden continuar su desarrollo en la siguiente y mantener la infección en el hospedador invertebrado. En este caso, la reproducción del parásito se realiza directamente al infectar las glándulas salivales en una fase. Al desarrollarse la siguiente fase y comenzar a alimentarse, se estimula la producción de esporozoítos que son transmitidos al nuevo hospedador vertebrado durante su periodo de alimentación. Es la transmisión transestádica. La transmisión de B. caballi en el hospedador invertebrado puede ser transováriva y transestádica, pero la de T. equi sólo es transestádica. Se admite que para B. caballi son las larvas de las garrapatas las principales responsables de la transmisión al nacer ya infectadas, aunque es más frecuente que sean las ninfas infectadas o incluso los adultos infectados al ser ninfas. Los caballos no son buenos hospedadores para las larvas de las garrapatas. En la difusión de T. equi sólo intervienen ninfas y adultos. Aparte de las hembras también los machos participan, pues estos hacen varias tomas de sangre y cambian de hospedador con frecuencia. La parasitación por T. equi es mucho más frecuente, de 3 a 6 veces más, que la de B. caballi. Es enormemente importante la identificación del agente etiológico del proceso. La frecuencia de presentación es muy distinta pero también la gravedad del cuadro difiere de manera considerable, si se trata de una parasitación por una especie u otra.

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Theileria/Babesia

Q&A de endoparásitos sistémicos

3

Esquema del ciclo biológico de Babesia

merogonia

Esporozoítos

140

Larvas con esporoquinetos

Cuerpos radiados muda

Huevos infectados

Quineto

Gamogonia ESPOROGONIA

¿Cómo se transmiten los piroplasmas?

La transmisión de los piroplasmas se produce, en condiciones naturales, únicamente por la picadura de garrapatas infectadas. En términos parasitológicos estrictos, las garrapatas son los hospedadores definitivos. En estos ácaros es donde tiene lugar la reproducción sexual de los piroplasmas. Se trata de ixódidos o garrapatas duras de las que sólo algunas son adecuadas para dicha reproducción. En las garrapatas tienen lugar las fases sexuales (gamogonia) y asexuales (esporogonia). Entre las garrapatas transmisoras para ambas especies destacan las especies de los géneros Dermacentor, Hyalomma y Rhipicephalus. Una vez que el parásito es ingerido por la garrapata tiene lugar la fase sexual de su ciclo biológico. La mayoría de los parásitos presentes en los glóbulos rojos mueren inmediatamente después de la ingestión de sangre por parte de la garrapata, otros abandonan los hematíes y se diferencian dando lugar a las denominadas Strahlenkorper o cuerpos radiados. A los 2-4 días de la ingestión de la sangre, los gametos se fusionan formando un cigoto esférico que se alarga, presenta un sólo núcleo y es móvil; este nuevo cigoto recibe el nombre de quineto. Estos quinetos invaden la mucosa del epitelio intestinal de la garrapata donde se reproducen de forma asexual (esporogonia) dando origen a más quinetos; en este caso son denominados esporoquinetos que invaden otras células del organismo de la garrapata: tubos de Malpigio, fibras musculares, células del ovario, etc. En estas localizaciones tienen lugar nuevas reproducciones asexuales que, al parecer, pueden repetirse hasta la muerte de la garrapata. Cuando se infectan los oocitos, los parásitos permanecen latentes hasta que se desarrolla el huevo y eclosiona la larva. Una vez que está desarrollada, continúa la multiplicación de los esporoquinetos en los tejidos de la larva y, tras la ingestión de sangre, los esporoquinetos invaden las glándulas salivales para continuar su ciclo. En las glándulas salivales se producen

los esporozoítos infectantes para el hospedador vertebrado. Se forman varios miles de esporozoítos en cada célula de los acini de las glándulas salivales, completándose su maduración en unos cinco días. De esta forma, los esporozoítos pueden ser inoculados a un nuevo hospedador mientras la larva continúa alimentándose (21-28 días). Una vez infectados los ovarios de una garrapata parece que al menos dos o tres generaciones son infectantes. Este tipo de transmisión transovárica es típica de Babesia spp. Las garrapatas durante su desarrollo sufren dos metamorfosis por las que evolucionan de larva a ninfa y de ninfa a adulto. Los piroplasmas ingeridos en una fase del ciclo pueden continuar su desarrollo en la siguiente y mantener la infección en el hospedador invertebrado. En este caso, la reproducción del parásito se realiza directamente al infectar las glándulas salivales en una fase. Al desarrollarse la siguiente fase y comenzar a alimentarse, se estimula la producción de esporozoítos que son transmitidos al nuevo hospedador vertebrado durante su periodo de alimentación. Es la transmisión transestádica. La transmisión de B. caballi en el hospedador invertebrado puede ser transováriva y transestádica, pero la de T. equi sólo es transestádica. Se admite que para B. caballi son las larvas de las garrapatas las principales responsables de la transmisión al nacer ya infectadas, aunque es más frecuente que sean las ninfas infectadas o incluso los adultos infectados al ser ninfas. Los caballos no son buenos hospedadores para las larvas de las garrapatas. En la difusión de T. equi sólo intervienen ninfas y adultos. Aparte de las hembras también los machos participan, pues estos hacen varias tomas de sangre y cambian de hospedador con frecuencia. La parasitación por T. equi es mucho más frecuente, de 3 a 6 veces más, que la de B. caballi. Es enormemente importante la identificación del agente etiológico del proceso. La frecuencia de presentación es muy distinta pero también la gravedad del cuadro difiere de manera considerable, si se trata de una parasitación por una especie u otra.

141


Ácaros de la sarna

Q&A de las parasitosis cutáneas

adulto de vida libre en el suelo. Su forma de alimentación es peculiar: con la punta de los quelíceros (estructuras quitinosas cortantes en forma de uña) atraviesan el estrato córneo, fluyendo una secreción salival hacia el estrato germinativo, que lo disuelve, a la vez que introduce un órgano tubular, la lingua, con movimientos propios, que actuará de órgano de succión. La lingua puede prolongarse más allá de la longitud total del cuerpo del propio ácaro y posibilita la entrada más profunda de saliva. En torno al trayecto así fraguado se produce una esclerosis que origina un conducto por el que se mueve la lingua y por el que el ácaro succiona.

3

¿Qué otro tipo de ácaros causan dermatosis en équidos?

Los ácaros son un grupo de animales de la clase Arácnida. No presentan una segmentación clara y parecen una tortuga diminuta con ocho patas los adultos y seis las larvas. En lugar de cabeza presentan un aparato bucal muy especializado. La mayoría son especies de vida libre (como los ácaros del polvo o de la hierba), pero los que se han adaptado a vivir sobre animales requieren la ingestión de secreciones o exudados. Algunas relaciones entre ácaros y animales son accidentales pero no por ello pasan desapercibidas. Por ejemplo,

las infestaciones por ácaros de forrajes, etc., de la familia Tyroglyphidae -que son de vida libre- producen dermatitis en los animales y en el hombre, formando pápulas y costras pruriginosas en los lugares de fijación. El caballo puede ser parasitado de forma fortuita por Dermanyssus gallinae, el “ácaro rojo” de las gallinas, llamado así por el color que toma cuando está repleto de sangre (en ayunas es blanco-grisáceo). Vive escondido durante el día en las grietas y rendijas de puertas, ventanas y paredes de los gallineros, y acude durante la noche a tomar sangre de los animales, lo que hace en, relativamente, corto tiempo,

regresando a su cobijo cuando se ha llenado, previa defecación a la entrada del mismo. Su actividad depende estrechamente de la temperatura ambiente. Su ciclo incluye unas 6-8 puestas de media docena de huevos cada vez, depositados en los lugares donde se refugian. El ciclo dura un total de 7-10 días, de modo que puede haber numerosas generaciones en el transcurso del año. Resisten en ayunas al menos 5 meses, y aunque se alimentan de aves pueden atacar a conejos, perros, gatos, cabras, vacas, caballos y al hombre, de tal manera que, aunque la explotación se quede sin aves cierto tiempo, siempre es posible la

Sarcoptes. Son ácaros de pequeño tamaño: 0,4 mm las hembras y 0,2 mm los machos, de contorno ovoide y color blanquecino o blanco-grisáceo. La cutícula está surcada por finas estriaciones, escamas triangulares y espinas de interés taxonómico. Las patas presentan distinto desarrollo y están dispuestas en direcciones opuestas, el primer y segundo par más desarrolladas dirigidas hacia delante, en tanto que el tercer y cuarto par no sobrepasan la superficie del cuerpo y están dirigidas hacia atrás. Todos los tarsos terminan en una uña y un pulvilo no articulado o una larga cerda. Los pulvilos se encuentran en los dos primeros tarsos de todos los estadios así como en el cuarto de los machos. Los huevos son de gran tamaño, 160 µm, ovoideos y de cutícula transparente que permite ver el embrión en su interior. Su abundancia en los raspados de una lesión denota la actividad del proceso.

168

169

Sarcoptes. La presencia de ácaros adultos y huevos en un raspado indica que la parasitación está en fase activa.

Los ácaros del género Psoroptes son de un tamaño relativamente grande y fácilmente observables deambulando por la superficie corporal: Tienen el cuerpo oval y el rostro cónico y alargado. Las patas terminan en un largo pedúnculo triarticulado con ventosas y/o largas cerdas. Los machos, de menor tamaño (0,6 mm), presentan ventosas en el primer, segundo y tercer par de patas (este último muy desarrollado) y su extremo posterior se prolonga en dos mamelones donde se encuentran las ventosas copuladoras. Las hembras fecundadas miden 0,85 mm de largo, el primer, segundo y cuarto par de patas presentan ventosas y en su interior se puede observar, a veces, por transparencia el huevo.


Ácaros de la sarna

Q&A de las parasitosis cutáneas

adulto de vida libre en el suelo. Su forma de alimentación es peculiar: con la punta de los quelíceros (estructuras quitinosas cortantes en forma de uña) atraviesan el estrato córneo, fluyendo una secreción salival hacia el estrato germinativo, que lo disuelve, a la vez que introduce un órgano tubular, la lingua, con movimientos propios, que actuará de órgano de succión. La lingua puede prolongarse más allá de la longitud total del cuerpo del propio ácaro y posibilita la entrada más profunda de saliva. En torno al trayecto así fraguado se produce una esclerosis que origina un conducto por el que se mueve la lingua y por el que el ácaro succiona.

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¿Qué otro tipo de ácaros causan dermatosis en équidos?

Los ácaros son un grupo de animales de la clase Arácnida. No presentan una segmentación clara y parecen una tortuga diminuta con ocho patas los adultos y seis las larvas. En lugar de cabeza presentan un aparato bucal muy especializado. La mayoría son especies de vida libre (como los ácaros del polvo o de la hierba), pero los que se han adaptado a vivir sobre animales requieren la ingestión de secreciones o exudados. Algunas relaciones entre ácaros y animales son accidentales pero no por ello pasan desapercibidas. Por ejemplo,

las infestaciones por ácaros de forrajes, etc., de la familia Tyroglyphidae -que son de vida libre- producen dermatitis en los animales y en el hombre, formando pápulas y costras pruriginosas en los lugares de fijación. El caballo puede ser parasitado de forma fortuita por Dermanyssus gallinae, el “ácaro rojo” de las gallinas, llamado así por el color que toma cuando está repleto de sangre (en ayunas es blanco-grisáceo). Vive escondido durante el día en las grietas y rendijas de puertas, ventanas y paredes de los gallineros, y acude durante la noche a tomar sangre de los animales, lo que hace en, relativamente, corto tiempo,

regresando a su cobijo cuando se ha llenado, previa defecación a la entrada del mismo. Su actividad depende estrechamente de la temperatura ambiente. Su ciclo incluye unas 6-8 puestas de media docena de huevos cada vez, depositados en los lugares donde se refugian. El ciclo dura un total de 7-10 días, de modo que puede haber numerosas generaciones en el transcurso del año. Resisten en ayunas al menos 5 meses, y aunque se alimentan de aves pueden atacar a conejos, perros, gatos, cabras, vacas, caballos y al hombre, de tal manera que, aunque la explotación se quede sin aves cierto tiempo, siempre es posible la

Sarcoptes. Son ácaros de pequeño tamaño: 0,4 mm las hembras y 0,2 mm los machos, de contorno ovoide y color blanquecino o blanco-grisáceo. La cutícula está surcada por finas estriaciones, escamas triangulares y espinas de interés taxonómico. Las patas presentan distinto desarrollo y están dispuestas en direcciones opuestas, el primer y segundo par más desarrolladas dirigidas hacia delante, en tanto que el tercer y cuarto par no sobrepasan la superficie del cuerpo y están dirigidas hacia atrás. Todos los tarsos terminan en una uña y un pulvilo no articulado o una larga cerda. Los pulvilos se encuentran en los dos primeros tarsos de todos los estadios así como en el cuarto de los machos. Los huevos son de gran tamaño, 160 µm, ovoideos y de cutícula transparente que permite ver el embrión en su interior. Su abundancia en los raspados de una lesión denota la actividad del proceso.

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Sarcoptes. La presencia de ácaros adultos y huevos en un raspado indica que la parasitación está en fase activa.

Los ácaros del género Psoroptes son de un tamaño relativamente grande y fácilmente observables deambulando por la superficie corporal: Tienen el cuerpo oval y el rostro cónico y alargado. Las patas terminan en un largo pedúnculo triarticulado con ventosas y/o largas cerdas. Los machos, de menor tamaño (0,6 mm), presentan ventosas en el primer, segundo y tercer par de patas (este último muy desarrollado) y su extremo posterior se prolonga en dos mamelones donde se encuentran las ventosas copuladoras. Las hembras fecundadas miden 0,85 mm de largo, el primer, segundo y cuarto par de patas presentan ventosas y en su interior se puede observar, a veces, por transparencia el huevo.


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