El Mollete Literario #9

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El Mollete Literario www.grupotransicion.com.mx

Director: Carlos Ramírez

molleteliterario@grupotransicion.com.mx

Julio 15, 2013 , Número 9, Segunda Época

Julio Estrada,

entre partituras y literatura

$10.00 pesos


El Mollete Literario

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15.07.2013

El Mollete Literario

Bebida Literaria

Mtro. Carlos Ramírez Presidente y Director General carlosramirezh@hotmail.com

Por Luy

Lic. José Luis Rojas Coordinador General Editorial joselrojasr@hotmail.com Roberto Bravo Coordinador de Colaboradores Consejo Editorial René Avilés Fabila Wendy Coss y León Coordinadora de Relaciones Públicas María Eugenia Briones Juárez Diseño Mathieu Domínguez Pérez Formación Raúl Urbina Asistente de la Dirección General

El Mollete Literario es una publicación mensual editada por el Grupo de Editores del Estado de México, S. A., el Centro de Estudios Políticos y de Seguridad Nacional, S. C. y el Grupo Editorial Transición. Editor responsable: Carlos Javier Ramírez Hernández. Todos los artículos son de responsabilidad de sus autores. Oficinas: Durango 223, Col. Roma, Delegación Cuauhtémoc, C. P. 06700, México D.F. Reserva 15670

Índice Espiral Julio Estrada

Cuestionario Bravo Entrevista a Julio Estrada

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Por Roberto Bravo

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Por Amadeo Estrada

Cosecha Roja Pieza única

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Por Mauricio Leyva

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Por Julián Estrada

La bella voz Poesía Coordinador: Freddy Secundino Roberto López Moreno Roberto Fernández Iglesias Angélica Santa Olaya Ana Alonso Ferrer María Luisa de Urquijo Adrián Arias Orozco Fanny Jem Wong Graciela Roque García

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Libros Libros Julio Estrada

La casita azul

Diccionario Féretro

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Por Porfirio Romo

Pico de Gallo Todos tenemos un Odradek

Un amor que se fue

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Por Samuel Schmidt

A Contracorrientes Beguinas y Begardos

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Por Oscar Wong

Teleras en serie James Gandolfini Por Elsie Méndez

Por Citlali Ferrer

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Por Mauricio Carrera

Y las mujeres ¿qué? La mujer justa ¿existe?

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Por Margarita Ruiz de V.

Arte ahora La vida en el Arte

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Por Mónica Contreras

Una buena novela nos dice la verdad sobre su protagonista; pero una mala nos dice la verdad sobre su autor. Gilbert Keith Chesterton (1874-1936)


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Cuestionario Bravo

Entrevista con Julio Estrada Por Roberto Bravo

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reador musical de un grupo reducido de obras producto de un permanente proceso de investigación –Canto naciente, eua’on, ishini’ioni, yuunohui o la multi-ópera Murmullos del páramo– escasamente difundidas en nuestro país y mejor apreciadas en Europa. Académico universitario cuya divisa investigacióncreación es condición formativa de nuevas generaciones de excelencia musical en México y en el extranjero. Investigador pionero, sus aportaciones innovan en los campos de la teoría musical –combinatoria de los intervalos– del proceso de creación – el imaginario creativo–, de la hermenéutica literario-musical –el sonido en Rulfo– o de la historia musical mexicana –La música de México o, recientemente, Silvestre Revueltas: canto roto. 1.- ¿Cuando has sido más feliz? Hace más de medio siglo, al conocer a Velia y saber que ella me quería tanto como yo la quería. 2.- ¿A qué sientes más miedo? Al desamor: de ahí parte lo peor del mal. 3.- ¿Cuál es tu primer recuerdo? A los dos años, 1945, mi padre diciendo: “Lola, prepara las maletas que volvemos a España” –creía que iba a caer la dictadura criminal franquista– y también, una maestra que me tiraba de las orejas porque siendo zurdo yo escribía con la izquierda –por ella aprendí de mi tío Carmelo a espetar las peores palabrotas. 4.- ¿Quién es la persona viva que admiras más y por qué? La pregunta es injusta porque pide reducir a muchos amigos que admiro, como Julio Bracho o Llorenç Barber, que destilan bondad e inteligencia a pasto, o hacer abstracción de mi familia, mis hijos Julián y Amadeo, a quienes adoro y dan permanencia a mi vida, o a Velia, que si ya no está, nos colma siempre de felicidad y bondad, o a mis padres, Manolo y Lola, cuyas bondades en integridad, inteligencia o sensibilidad no dejo de extrañar. 5.- ¿Qué rasgo de ti deploras más? Aunque quiera no puedo cambiar mi desatención involuntaria, algo que en muchas ocasiones puede herir a otros, a veces por mi despiste y otras por mi egoísmo profundo. 6.- ¿Cuál es el rasgo que más deploras en otras personas? Carecer de sinceridad: no soporto la hipocresía y cuando la veo de cerca actúo en su contra porque me repugna y me rebela. 7.- ¿Cuál ha sido tu momento más embarazoso? Ninguno, ni siquiera el nacer con el culo al aire, aun cuando me inhibe siempre el aplauso del público cuando es impúdico. 8.-¿Cuál de tus cosas aprecias más poseer? Mientras pueda crear no me importa vivir encerrado en un armario, con lápiz, papel y una goma al alcance; aún así, intento siempre comer bien en

Julio Estrada París en compañía de buenos amigos y de un Chateauneuf du Pape. 9.- ¿Qué gran poder quisieras tener? Ninguno que no sea contar con los músicos que confíen en mí. Siempre soñé con tener una pequeña orquesta con la cual crear mi música en vivo. Lo voy logrando desde hace años, aunque no todos los músicos tienen tiempo que perder, un requisito indispensable para alcanzar nuevas verdades. 10.- ¿Qué te hace infeliz? Las derrotas, y en particular, las de los ideales de las sociedades que han querido transformarse para lo mejor. Así veo el descalabro de la guerra civil en España y el lento declinar de los ideales en México. 11.- ¿Cuál es tu aroma favorito? La brisa marina, la ostra fina recién abierta y otros que me reservo. 12.- ¿Cuál es tu libro favorito? Las preferencias se mueven tanto como uno mismo a lo largo de la vida; hace décadas que no leo como en la juventud, que me imantaba con El idiota de Dostoievski, La cruzada de los niños de Marcel Schwob, o hará dos décadas, Pedro Páramo de Rulfo, aunque el “libro favorito” no me parece ser compatible con las memorias –Canetti–, el teatro, para mí entre los textos más atractivos y a los que vuelvo con frecuencia, o la poesía, un arte con el que me identifico desde siempre al ejercitarlo desde mi ingreso en la primaria, cuando sabía de memoria Lope, Machado, Lorca y tantos otros. Ahí fue donde inició mi educación del oído. 13.- ¿Qué disfraz elegirías en caso de necesitar uno? De muy niño mi madre nos disfrazó para una fiesta, a mi hermano de diablo y a mí de príncipe: o se equivocó de eje o quería cruzar nuestros caminos desde entonces; en lo que respecta a mis diabluras me gusta que queden siempre al desnudo y, si se necesita el disfraz, que sea tan inmaterial como un fantasma. 14.- ¿Qué es lo peor que han dicho de ti? Todavía no lo sé, pero si sabes algo no dejes de contármelo porque me gusta mucho escuchar críticas inteligentes y agudas; retengo los juicios de la maravillosa cantante e intérprete inigualable de mi música, Fátima Miranda, cuando refiere a mi música como “parti-tortura”.

15.- ¿Perro, loro, gato, canario? Perro totalmente: en casa me llaman Druso –o de cariño Drusito– por un basset-hound que quisimos mucho, sincero, terco y desvergonzadamente libre. 16.- ¿Es mejor dar que recibir? Depende de cómo y cuándo: en el amor es de ida y vuelta, y si se trata de intercambio siempre opto por la entrega desde el inicio al creer que es lo más justo. Incluso si sólo dar no funciona nunca me arrepiento. 17.- ¿A quién invitarías a la fiesta que has soñado hacer? No sueño con hacer fiestas; quizá porque fui educado con ascetismo al lado de mis padres en su exilio mexicano. Gozo mucho de comer en pequeñas compañías, donde la conversación impere sobre el bullicio y el ambiente sea lo más cercano a la felicidad. 18.- ¿Qué palabras, frases, muleta, usas frecuentemente? El “es decir” es una entre tantas otras, o “me encanta”, o “me cago en la leche”, aunque como hablante habitual casi no me escucho. 19.- ¿Que trabajo te ha resultado más pesado hacer? Barrer a los diez años en una tienda de regalos; quería independizarme de mis padres y me propuse trabajar: ¡qué fastidio y qué gran enseñanza! Desde que decidí ser músico no siento que trabajo sino que gozo. En paralelo, aun si es un placer, la labor editorial en la madurez ha sido una carga; quizá aprendí de mi padre a no tolerar errores y a ser obsesivo con textos propios y ajenos. 20.- ¿Cuándo lloraste por última vez y por qué? Lloro con frecuencia al recordar a mis seres queridos, como Velia, o recientemente a otro gran cómplice de mi música durante décadas, Stefano Scodanibbio, ambos lloramos abrazados no hace mucho sabiendo que su mal no tenía remedio. 21.- ¿Cuál ha sido tu mayor logro? Describir la imaginación en los mismos términos que la realidad: las fantasías se perciben siempre como estados físicos de la materia y a partir de ahí se conquista la libertad en el proceso de creación. La noción es ahí más importante que la acción, un aspecto que creo puede caracterizar mi obra. 22.- ¿Qué te provoca insomnio? Saber que una idea creativa ronda en mi mente sin poder asirla: la lucha es infatigable; no puedo dejar de recordar cómo a medianoche despertaba a Velia en medio de mi desvelo para compartirle mis inquietudes. 23.- ¿Qué palabras te gustaría dijeran en tu funeral? Ninguna, que detesto los homenajes en general y los prohíbo en lo particular: bastaría con que los amigos aplaudieran que Velia y yo estamos por fin juntos. 24.- ¿Cómo te gustaría ser recordado? Con amor al amigo, con respeto al académico, con interés por el creador. 25.- ¿Cuál ha sido la lección más grande que la vida te ha dado? Que el mundo no cambia solo y que sólo al cambiar tú mismo algo se mueve apenas. 26.- ¿Dónde te gustaría estar en este momento? En un río tranquilo o en el mar, nadando, buceando, gozando.

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Espiral

Julio Estrada Por Amadeo Estrada

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nte la petición de hacer una semblanza sobre mi padre, pensé, en primera instancia, que yo no sería propicio para ello. Sin embargo, charlando con Roberto Bravo al respecto, y con otros amigos, concluí que era posible: conozco bien su música, incluso participé como cantante en su ópera, murmullos del páramo, y porque nuestras largas conversaciones sobre música son muy enriquecedoras en mi vida. Haga el lector caso omiso de lo que le pueda parecer imparcial, que con seguridad habrá de encontrar su veta. La intención es la de dar la semblanza de una visión cercana y al mismo tiempo, acaso, una guía a su música.

Julio Estrada, mexicano-español, nació en 1943, hijo de padres refugiados de la dictadura franquista. Mi abuelo, el coronel Manuel Estrada Manchón (1902-1980), filósofo político, Jefe de Estado Mayor Central de la República Española, y Jefe de Inteligencia Militar, fue marca indeleble como figura ética y de virtud para mi padre. Comenzó sus estudios musicales a los 10 años. Entró en la Escuela Nacional de Música, de la UNAM, en donde conoció muy pronto a Velia Nieto, pianista, con quien se casó. Estudió después en el Talller de Composición del Conservatorio Nacional de Música con Julián Orbón, relevante compositor cubano. En 1965 migra la joven pareja a París para proseguir sus estudios, él para estudiar con Nadia Boulanger (196569) y con Olivier Messiaen (1965-68) –único alumno compartido por estos músicos que no se toleraban–, Velia para hacer cursos de perfeccionamiento pianístico en L’École Normale de Musique. Con Boulanger estudia armonía y contrapunto, con Messiaen composición. En 1968 se integra al movimiento estudiantil parisino, llega a ser uno de los líderes del mismo y a crear nuevas formas de educación musical con los alumnos, a hacer talleres sobre la forma de escuchar de los ciegos y a contrastar la creencia –en boga en el momento– de algunos de tomar drogas para aumentar la creatividad; ahí conoce a Karl Popper y discute sobre los logros de la imaginación para lograr mejores resultados que los estimulantes. En ese mismo año comienza a estudiar en París con Iannis Xenakis y viaja a Colonia para estudiar con Karlheinz Stockhausen, Henry Pousseur y Vinko Globokar. En 1972 estudia con György Ligeti en Darmstadt.

Estrada se plantea desde el inicio una autonomía de pensamiento bordada por búsquedas de frontera. La base, un impulso emotivo que conduce gradualmente a su música a la búsqueda de medios que le dejen mejor expresar los impulsos de su psique por fuera de los lenguajes conocidos. Se concentra en investigar el continuo en música para lograr una maleabilidad inédita en las transformaciones rítmicas y sonoras. Su conocimiento riguroso de la tradición europea es una referencia constante para el logro de bases musicales que consolidan el saber antiguo y el nuevo. Su búsqueda de nuevos conocimientos ensaya lograr una nueva fusión entre la imaginación, su escritura y su realización musical. Además del continuo, entre sus numerosos trabajos musicológicos destaca la Teoría d1, que estudia el discontinuo mediante los intervalos en música, y logra reducir la combinatoria de éstos a un mínimo de casos. Con ello demuestra mediante el método científico los vínculos estructurales entre la armonía del pasado y la del presente. Dicha teoría es hoy reconocida como la más avanzada por los principales institutos de investigación en el

Estrada se plantea desde el inicio una autonomía de pensamiento bordada por búsquedas de frontera. La base, un impulso emotivo que conduce gradualmente a su música a la búsqueda de medios que le dejen mejor expresar los impulsos de su psique por fuera de los lenguajes conocidos. Se concentra en investigar el continuo en música para lograr una maleabilidad inédita en las transformaciones rítmicas y sonoras.

mundo, como el IRCAM, en Francia. Entre los reconocimientos a su capacidad teórica, Estrada es nombrado en 2000 director del centro de investigaciones musicales de París creado por Xenakis, el CEMAMu, donde propone nuevos métodos de representación del continuo en la informática musical. Escribe, junto con Jorge Gil, Música y teoría de conjuntos finitos, donde logra una escisión entre música y conocimiento musicológico. Entre sus investigaciones destacan su edición de La música de México, diez volúmenes, primera enciclopedia musical mexicana, actualmente en reedición. Es autor de El sonido en Rulfo: el ruido ése, en espera de una tercera edición, donde revisa la literatura de Juan Rulfo a través de lo sonoro y lo musical. La música de Estrada se aleja de la sobre intelectualización y la aplicación de modelos matemáticos como ensayo de solución de problemas musicales, un callejón sin salida durante la segunda mitad del siglo XX. Estrada distingue entre crear música y componer. Crear es entrar en contacto directo con la imaginación y su transformación hasta llegar a la interpretación y componer se liga a la aplicación de fórmulas. Al crear música Estrada se identifica con Hernán Cortés en San Juan de Ulúa, en 1519, cuando barrena sus naves. Estrada rompe en cada obra con lo precedente en pos de una exploración nueva. Quedarse en lo conocido no es su opción; la fantasía ocurre, no la sentencia la música preexistente. En las tres últimas décadas el sentido dramático ocupa el centro de la obra de Estrada, donde la emoción es central. Revísense eua‘on (1980), obra electroacústica, eua’on’ome (1995), transcripción para orquesta estrenada en Donaueschingen, eolo’oolin, 6 percusiones (1982), estrenada en Alemania y luego en Francia, Suiza, EE.UU., estrenada en México por Tambuco por los 70 años de Estrada, o la ópera Murmullos del páramo (2006). La expresividad, la cercanía con lo imaginado –precisión de una escritura diseñada para transcribir los eventos de la fantasía–, la búsqueda original, no atávica, o la espacialización del sonido, son elementos distintivos de su música. El catálogo de Estrada abarca una treintena de obras. Cada una proviene de un largo proceso de creación. A los 17 años escribe Suite, para piano, y cinco años después Tres instantes, para cello y piano, su única obra dodecafónica (1966); Memorias (1971), opuesta a la repetición igual y a contracorriente del minimalismo –muy al inicio de dicho movimiento–, forma abierta donde cada intérprete hace sus versiones. Velia Nieto (1943-2008), compañera de vida de


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Julio Estrada, la estrena y la hace suya de manera paradigmática. Siguen los Cantos, de fuerte lirismo aunque cercanos a la tradición musical europea del siglo XX: Canto oculto, para violín solo, con desarrollos nuevos para el instrumento, Canto alterno, para chelo solo, y Canto tejido, relacionado con las redes, Canto Mnémico, para cuarteto de cuerdas, cercano al tema de grupos finitos, Canto naciente, para octeto de metales, obra eminentemente estereofónica. Con eua’on, creada a la muerte de su padre, se inicia un periodo totalmente distinto en el que produce eolo’oolin, que plantea una compleja espacialización del sonido sin recurrir a la electrónica, roce entre el discontinuo y el continuo y búsqueda de lo abstracto y lo dramático. Surge el grupo de obras denominado yuunohui, para diversos instrumentos, solos o combinables en dúos, tríos, cuartetos o mayores agrupaciones. Estas obras enérgicas, vitales, crean problemas técnicos nuevos que miran hacia el continuo-discontinuo, algunas de cuyas soluciones serán relevantes en ishini’ioni, cuarteto de cuerdas (1990), que parece evocar los movimientos súbitos y rompientes del vuelo de los pájaros. A mi parecer, una de sus obras más logradas y de interés en la que las exploraciones de los yuunohuii cobran nuevo sentido, dentro de una fantasía particularmente orgánica, acaso biológica, y también reflexiva –en cierto modo cercana a eua’on, con la que comparte el vuelo, aunque aquí con profundo drama–. Una de las obras más notables de Estrada es Murmullos del páramo, ópera innovadora en la que los cantantes rara vez dicen texto alguno, expresado por grabaciones de actores con textos de la novela de Juan Rulfo, Pedro Páramo. En escena se combinan siete voces y cinco instrumentistas: trombón, guitarra, contrabajo –o violonchelo–, sho y ruidista. Dichos instrumentos son también personajes al lado de los cantantes. El sonido es distribuido en tres dimensiones rodeando al público, de tal manera que éste pueda percibirse dentro del inframundo. Esta ópera revela nuevos sonidos para expresar el tono característico del amor, la muerte, la desintegración o el terror, bajo formas primarias, pre-culturales, una música tan ecuménica y compartida culturalmente como el llanto. Estrada ha enfocado gran parte de su vida musical a investigar nuevos sonidos con objetos habitualmente no contemplados para dicho fin o nuevos sonidos de los instrumentos preexistentes. Su interés se enfoca en los instrumentos tradicionales y no en la electrónica, en donde encuentra limitaciones inherentes al medio. El ruido es uno de sus campos de indagación. Ya en los yuunohui o en eolo’oolin puede vislumbrarse esto, claramente expresado en su ópera. Después de ésta, se dedicó a explorar la creación en vivo a través de conciertos en los que la música se desarrollara en el momento, sin estar prefijada, parecido al acto de imaginar de un pintor frente a un público. De ahí han surgido músicas –lejos de la idea de obra– de búsqueda de nuevos sonidos y de apertura en la forma. Sin embargo, esto plantea el problema de la fugacidad de dicha música, si bien es grabada en cada ocasión. Recrearla depende en gran medida del creador, ya que los instrumentistas solos difícilmente alcanzan ese objetivo sin la dirección necesaria. En las últimas fechas Estrada vuelve a escribir la música y desde la muerte de su esposa prepara una ópera, Velia: creo en lo que creo. En paralelo a su obra de creación musical, Julio Estrada es investigador y profesor de la UNAM. Realizó un doctorado en música y musicología en la Uni-

La música de Estrada se aleja de la sobre intelectualización y la aplicación de modelos matemáticos como ensayo de solución de problemas musicales, un callejón sin salida durante la segunda mitad del siglo XX. Estrada distingue entre crear música y componer. Crear es entrar en contacto directo con la imaginación y su transformación hasta llegar a la interpretación y componer se liga a la aplicación de fórmulas.

versidad de Estrasburgo, Francia, con la tesis Théorie de la composition: discontinuum – continuum (1995). Velia Nieto haría en ese período su propia tesis de doctorado, Recherche - Création dans l’oeuvre de Julio Estrada (2000). Ambos son fundadores del Programa de Maestría y Doctorado en Música de la Escuela Nacional de Música. El libro más reciente de Estrada, Canto roto: Silvestre Revueltas, estudia con rigor al músico de principios de siglo y desmitifica partes mal conocidas de su historia. Canto roto se centra en un personaje de eminente autenticidad, de genio, en contraposición con el poder, del que hacen abuso o al que se acogen aquellos que carecen de talentos artísticos, origen de la difícil relación con Carlos Chávez. Estrada ha he-

cho estudios sobre la interpretación más adecuada al caso de Revueltas y se plantea grabar su música a través de lo que llama interpretación impura. Es decir, una ejecución acorde con la música y la personalidad del músico de Santiago Papasquiaro, ajena a la perfección, la sincronía o el sonido depurado, y en la que predomine la asincronía, el ruido o el desorden, más cercanos a una banda pueblerina. La música de Estrada está cargada de vitalidad, lirismo, melodía –característica poco común en la segunda mitad del siglo XX–, vuelo y también muerte. Es cercana a fenómenos de la naturaleza y la caracteriza el que de inicio a fin no suelta al escucha.

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La Casita azul Por Julián Estrada “Soy el alcalde de Iquique cabros culeaos”

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a voz se esparció en la oscuridad, el tubo, la chica y sus acrobacias, el barman, los hombres de corbata. Pronto llego una botella de whiskey y Paula, una rubia ya entrada en los treinta, alta, de cabellera larga, ojos celestes, nariz puntiaguda y boca pequeña. Sentada con los tres hombres, dos del lado opuesto de la barra y el otro, (el alcalde) a la cabecera, saludo de beso a cada un o. Miro al más joven, a la izquierda. Le agrado su rostro inocente. El de la cabecera, El Flaco, cambio el tono prepotente y la saludo con suma cortesía. El tercer hombre de esa noche era el Ruso, justo enfrente de ella. La había estado mirando desde que llegaron al lugar, mandándole besos obscenos. Ella lo ubico bien y se acomodó la falda corta. Ya compartiendo la barra con ellos le pregunto -y se ve que te gusto che- El Ruso no dijo más allá de sus ojos, la saludo de mano y ella la jalo hacia el extremo de la barra, donde estaban sus senos, grandes y compactos. –Mira, son reales, tócalos y veras- Y si, no había secreto en eso. El gozo dejando la mano allí, observándola a profundidad. El Flaco y el pibe estaban de lado, disfrutando el instante. –Que vai a beber mi bella Paula?- preguntó el Flaco. –Sí, ellos me traen ahora un Martini. - -Y vos cómo te llamas?-, pregunto mirando al pibe. – Soy Pablo- Respondió con risa nerviosa. -¡qué lindo que sos Pablo!- Dejó los senos en las manos del Ruso y puso su atención en Pablo. Le acaricio la cara con sus delicadas manos. –Sabes que tenés una Baby Face que me encanta, déjame te doy un beso- Lo hizo, prolongadamente en la boca. - Baby Face ¡que linda tú cara! ni un pelo. Y no sé de donde seas pero! qué joven estas! - El Flaco rió maliciosamente y brindo con el Ruso, que seguía sin pronunciar palabra. –Y tu che? Aparte de tocarme los senos y mandarme besos, dime quien sos!- Me dicen el Ruso. – La erre sonó fuerte y la u larga. Siendo de pocas palabras, el la beso en la boca y por debajo de la barra le empezó a tocar la entrepierna. Ella dejo hacer y volteo hacia el Flaco, que le hablo con delicadeza de la belleza que irradiaban sus ojos. –Y es verdad lo de alcalde de ese pueblo? Pregunto ella. –Claro po, de Iquique. -¡barbaro! Y brindo con cada uno.

El Flaco se soltó el largo pelo negro y se sirvió más whiskey. La música subió de volumen cuando paso otra mina. Era similar a la anterior, una caucásica espectacular, desnudándose lentamente mientras jugaba con el tubo. –Estas no salen, solo danzan. Son insoportables. Yo estoy acá abajo, en el mundo real, con el Baby Face que me encanta, con el señor alcalde y con este pulpo que te dicen cómo? -el Ruso.- Diciendo esto, este se levantó para ver de cerca a la bailarina. También aprovecho para quedarse al lado de Paola, cuerpo a cuerpo, y hablarle al oído. –Eres cien veces más guapa que esta- Le volvió a acariciar los senos y la beso en la oreja, mientras deslizaba la mano entre la faldita. Ella sonrió, le dijo que los mentirosos siempre acaban enganchando a las mujeres, jaló al Baby Face con la mano libre que le quedaba y le pidió – Veni Baby, este pulpo ruso me está calentando.- Pablo se sentó al lado de ella, causándole un gran placer. –Señor alcalde, resulto ser el más decente. Que le pasa? -Soy un caballero, no son lugares para el exhibicionismo- Baby Face irrumpió en una carcajada, preguntando, –¿y estamos en un congreso flaco?, no seas pelotudo!- El juego siguió alrededor de ella, la tenue oscuridad, las manos del Ruso subiendo y bajando, Paola besando y acariciando la cara de Baby Face y el Flaco explicando porque le gustaban las mujeres maduras. Pronto llamo al barman y pidió otra copa azul, de esas que dan miedo, de esas de mucha plata. El Ruso y Baby Face se miraron, como apartándose de la realidad. –Gracias Flaco, así funciona esto- dijo ella mientras brindaba con el hombre de Iquique. De pronto el Ruso lanzó su primera pregunta, directa, sin preámbulos. –Bueno, Paola

es tu nombre artístico, ¿ y el real? -Que canchero que sos Ruso, soy Ivana. El Ruso la miro gratamente sorprendido y continuó –Ivana ¿qué, Petrovich? Ella dejo esbozar una sonrisa, como si la verdad de su historia se escondiera tras los nombres . –y bueno, mi padre, al que apenas conocí, vino de un país lejano, aunque no quiero hablar de eso ahora. Solo te diré una cosa, me dicen La Polaca- -Que linda eres polaca, dijo Pablo pausadamente. –Al Baby Face me lo llevo Flaco, mira que carita tiene, es un pibe. El Ruso retiró lentamente la mano de la humedecida cajeta y se llevó los dedos a la boca. Ella lo vio saborearlos y respirar agitadamente. Le apretó el endurecido pene con una mano, dejándola allí un rato. Y sus labios se dirigieron a Baby Face por inercia. El Flaco lo vio todo y pensó ¡que festín se están dando con mi plata, me la voy a culiar yo antes que nadie, soy chileno frescos de raja!. El deseo y la risa siguieron permutando en la noche. Paola fue la primera en hablar algo y romper ese silencio erótico, de todos y de nadie. –Flaco, he sentido miradas como la tuya en la nuca. Han sido instantes idénticos. Pero nunca he conocido unos personajes como ustedes.¿ Cuánto tiempo se quedan en Mar del Plata? Baby face contestó rápidamente, como los que no saben guardar secretos. –Nos vamos mañana- -Y entonces no perdamos más el tiempo. Mira les explico,! ya son las 4 de la mañana viste!- El Ruso asintió con la mirada y retiro otra vez la mano y la puso en la barra, rozando los senos que reposaban. – Y la cosa acá es así, hay que pagar- Habló con asombrosa claridad, como si fuese una clase de matemáticas. - Si contratan a otras dos chicas, tenés que pagar la copa FlacoSiguió dirigiéndose a éste. – conmigo la copa ya


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está. Solo faltan 700 pesos para que pase una hora con vos- El flaco movió la cabeza en señal de aceptación, y vio a sus amigos en silencio, sin poder opinar. Brotó de él un espíritu solidario y le pidió un precio por los tres. – Flaco, yo cobro 700, si son tres son dos mil cien. Mas el hotel que está aquí al lado. Tú decide Flaco- El Ruso y Baby Face se miraron con preocupación, esperando la respuesta. El Flaco la soltó. –Ya po. Pero yo voy primero, después estos guevones- Ella se acercó y le dio un beso en la mejilla al alcalde del vecino país de las cordilleras. –Puede ser Baby Face el segundo y tu cerrás Ruso? El Ruso la miro con gran rencor y lívido, y le advirtió: - Bueno, yo te voy a dar más duro, ¿ crees que puedas soportar? -Jajaja Ruso, aprende, el postre al final. Así tiene que ser. Tienes cara de ser el último y cerrar fuerte. - -Bueno, pero te voy a bañar, esto es seguro- -Si Ruso dale. Entonces chicos me cambio y los veo afuera para ir al hotel.- El Ruso todavía pensó en el clima y la vestimenta. Le sugirió unos botines y un pantalón vaquero para el frio. Ella entendió el fetichismo y le aseguro que si, unos botines negros muy sensuales. Al momento de pagar el Flaco evidencio su ebriedad. Tiro el dinero al piso. Baby Face y el Ruso contaron la plata y dejaron lo justo al barman. Este los despidió amablemente, -los va a tratar bien, es nuestra chica estrella acá en La Casita Azul. - Al salir al aire fresco ella estaba allí, con su hermosa silueta, esperándoles con el mar y sus olas de invierno incrustándose en las rocas. El hotel era impersonal, con un tipo que cobraba la entrada sin dejarse ver la cara tras los vidrios oscuros. Les dio una habitación con galería, en el segundo piso. El flaco la tomo de las manos muy propio, como si fuese su mujer. Mientras, el Ruso la sujeto del culo, excitado por los botines negros. Pablo subió callado y observante. Ya en el cuarto, El Flaco les explico que volvieran en una hora. Baby Face lo asimilo como niño bueno. - Si Flaco, disfrútala- Y el Ruso la miro otra vez antes de salir, como un escorpión que se resiste a morir. Se acercó a ella y la cargo con ambas manos, sentándola en la mesa del billar. Le quito el corpiño y le chupo los senos como un animal. Ella estiro las piernas, gimió, lo sujeto de la cabeza y ante los fulminantes besos su cuerpo se estremeció sin inhibiciones. El Flaco estaba allí, atónito, viéndolo todo, resignado a ver un acto lleno de salvajismo, con su dinero y su tiempo. Y no pudo creer cuando el Ruso se contuvo. –Perdón Flaco, yo soy el ultimo- Y salió como ráfaga de la habitación, seguido del Baby Face. Bajaron

a la recepción del hotel. El Ruso se dirigió al baño por un momento que duró varios minutos, mientras Baby Face lo esperaba con asombro. Pronto empezaron a boludear sobre la posible potencia del Flaco, tan embriagado. Baby Face pensaba que al cuarto de hora el bajaría, pero el Ruso le aseguro que no, que la mina tendría que desquitar la plata. El pibe tenía miedo, sudoroso confesó nunca antes haber estado con una puta. El Ruso asintió con la cabeza. –No pienses, solo entra y jaque mate. Ella está caliente- Pasaron los minutos y el Flaco no bajo. Baby Face comenzó a sentirse mal, necesitaba aire. Cerró los ojos y apretó los puños, dándole lucha a la angustia. Finalmente ella bajo y lo llamo. Baby Face entro a la habitación, vio como dejaba caer la plata sobre la cama y le pedía de nuevo un descuento para sus amigos. Discutieron un poco, y mientras el Flaco iba al baño ella movió el dedo pulgar hacia abajo. El Flaco se despidió y le aclaro que el Ruso daría al final la otra parte. Paula estaba vestida de nuevo, contenta de ver al Baby; lo tomo de la mano y lo guio hacia la cama con entusiasmo. Se encontró al Ruso en la calle, fumando un cigarrillo para recibir el amanecer. Como dos viejos lobos, se miraron con desconfianza. El Ruso pregunto con sarcasmo –¿Qué tal señor alcalde? -y nada especial cachai, la mina esta buena pero te está presionando, dale, dale, que te corras, a mí la verdad no me gustó- El Ruso imaginó a la rubia fría y cansada, al pibe garchandola en las alturas, vio el reloj y los primeros rayos de sol. –Me voy Flaco, tú espera a Pablo, estaba muy asustado y le dará gusto ver a alguno al salir- El

Flaco se quedó allí, como un objeto inamovible, viendo la sombra del Ruso evaporarse por las calles desiertas. Cuando Baby Face bajó corriendo preguntó por el Ruso, diciendo que ella ya se había bañado y que lo estaba esperando una mujer maravillosa. El alcalde saco una voz ronca, lenta, –si claro, pero ahora vámonos Pablo, el ya no está acá, luego te lo explico, tu síguemeDe golpe todo fue La Casita Azul y un Martini en la barra. Un hombre trajeado frente a ella, probablemente algún comerciante porteño, de aspecto europeo y de guita. Paola vestía igual que la noche anterior, pero tenía los ojos mansos, como de olvido. Vació la copa de un trago y le hablo con franqueza al tipo. –Mira che, acá la cosa es así. Pagas la copa, 700 pesos y estoy una hora con vos. Pero págame ahora, por adelantado. - El no se negó, conto los billetes con la habilidad de un trabajador de banco y los puso sobre sus manos. Ella los tomo agradecida, pero la cosa no paraba allí. Tenía un tema con ella misma y sus palabras debían salpicar el aire. Le pidió al hombre otra copa antes de salir. El nunca diría que no a algo tan sencillo. Esta vez bebió el Martini a sorbos, con pausas y agitando la mano por momentos. –Y ayer me curraron, viste. Discúlpame. Me curraron por boluda. Y al final que! hijo de puta el Ruso! ¡ ¡Que concha su madre! ! Qué pechofrío de mierda! Yo deseaba que me partiera a pijazos, que me cargara con esas manos fuertes de hombre del este, sentir por un instante mis putas raíces, no me importaba más la plata, deseaba al maldito animal enfermo y para el cual me había bañado. Trotamundos, eso es lo que es, ahora estará muy lejos ya.-Seguramente- asintió el cliente solemne. Ella continuó, mientras una lágrima se mezcló con las últimas gotas del Martini. - Hoy pase delante de un cartel monumental, atrás el mar. Ha estado ahí mucho tiempo, pero yo tenía que verlo solo hoy, por fortuna, eso también estaría escrito. Una frase que después de leerla quise tocar con cada dedo a través del cristal, mientras el micro seguía su destino. Y decía exactamente: Ser cosmopolita no significa ser indiferente a un país y ser sensible a otros. Significa la generosa ambición de ser sensible a todos los países y todas las épocas, el deseo de eternidad, el deseo de haber sido muchos. Borges

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Libros-Libros

La barbarie está entre todos y en unos pocos, más Por Porfirio Romo

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na virtud destacada en la obra narrativa de Eusebio Ruvalcaba, radica en su pericia para desarrollar personajes fuertemente atados a una realidad compleja. Son entes que actúan y deciden a partir del dictado de sus propios instintos, más que atados a principios que rigen y norman la vida en sociedad, pues casi siempre éstos pasan a segundo término. Y la realidad le da amplias razones al autor para que esto sea así, ya que una simple mirada al entorno resulta avasalladora en cuanto a un cúmulo de actos violentos que se traducen en asesinatos constantes y frecuentemente masivos. Lo de Ruvalcaba no es un reflejo de la actividad delictiva, ni pretende ser un reseñista de matones o delincuentes, su escritura va más allá de los resultados y nos pone en la pista de los motivos individuales para actuar de una forma primitiva. Esto es lo que se encuentra en algunas de sus últimas publicaciones, que no son pocas. Veamos el caso de su más reciente novela, Todos tenemos pensamientos asesinos (Plaza y Janés, 2013) y de uno de sus libros de cuentos, Pocos son los elegidos perros del mal (Lectorum, 2012).

A nadie le hace sentir comodidad la lectura del primer capítulo de la novela referida, pues hace una descripción detallada de la brutalidad con que se desenvuelve El Chupes, personaje que solo puede entenderse como un hombre dominado por sus instintos. Cada detalle descrito del sometimiento de un hombre por otro, física y sexualmente, hace que el arranque de Todos tenemos pensamientos asesinos, sea extremadamente violento y es como una provocación al lector, lo reta a ver hasta dónde está dispuesto a conceder en cuanto a aquello que rebasa los límites de lo socialmente aceptado. Aunque el hombre sometido por El Chupes, un hombre del que solo se conoce su apodo, El Arisco, no trasciende en el resto de la narración, sí muestra en este inicio lo que Carlos Montenegro ubicó hace poco menos de cien años en Cuba, en lo que sería la primera novela latinoamericana sobre la homosexualidad, titulada Hombres sin mujer. En esta nos da cuenta del fenómeno que representa la dominación de un hombre hacia otro, física y sexualmente, más como una muestra de poder que como fuente de una

satisfacción sexual, sin que deje por ello de ser cierta. Montenegro le llama bugarrón a este tipo de hombres, que dentro de la cárcel desarrollan una forma de ser que tiene su origen en la base instintiva del comportamiento humano, pues considera que en esencia, ante la ausencia de mujer, todo hombre es un homosexual en potencia. Ciertamente El Chupes es un bugarrón en este sentido, por su origen bajo y su deseo de obtener satisfacciones y privilegios sin tener que esforzarse por ellos se convierte en un delincuente de los que con enorme facilidad entran y salen de prisión por sus actos antisociales. En este lugar ha de encontrar la forma de mantener satisfechos sus instintos aplicando la ley de la selva, así que de ese inicio donde somete brutalmente al Arisco, salta a la cárcel en donde vive a la caza de sus víctimas, a quienes explota para obtener beneficios materiales y sexuales. Ese es el lugar donde se relaciona con el personaje importante de la narración, Salvador, que es el reverso de la moneda del Chupes, un hombre trabajador, dueño de una vida miserable, pero propia de una rutina que le da sentido a su vida más bien gris, trabajador de una panadería en un puesto por demás humilde. Y no es que sean compañeros de celda, pues Salvador, hombre oprimido por los principios y la moralidad, por el deseo de ser un buen hombre, hasta ese momento no ha cometido ningún delito más allá del haberse sometido a una conducta agachona y temerosa de su mujer, a quien odia pero tampoco puede dejar. Este personaje tiene dormidos sus instintos, no hay ni uno que le pueda dar alguna satisfacción, es más bien un tipo que se ha refugiado en la mediocridad porque ve en los instintos una satisfacción pecaminosa y mal encausada. Es víctima de un sinnúmero de miedos que cree que le acechan, cuida de su seguridad material y cumple con su trabajo por encima de cualquier cosa, lleva el dinero a su casa y permite que sea su mujer la que disponga de él, porque las culpas de actos menores se potencializaron al grado de impedirle luchar por su bienestar emocional. Producto de la mala fortuna, tal vez, o de un crimen cometido a la sombra de la inconsciencia, su hijo es el que va a dar a la cárcel y es él el puente para que Salvador se vincule con El Chupes, extorsionador y preso en la misma zona que el muchacho, falto de la cabalidad de sus capacidades mentales. No obstante, cuando Salvador advierte el peligro que corre su hijo, cuando ve que su mundo se está derrumbando, no por el accionar de una mujer arpía, sino por su incapacidad de reconocerse como un hombre que merece respeto, es cuando todos los instintos de seguridad emocional lo llevan a la catástrofe. Para el autor, la búsqueda de la satisfacción desenfrenada de ciertos instintos hace que sus personajes se conviertan en autores de crímenes atroces, mientras que la amenaza que sufren otros en su seguridad emocional, aunque hayan mostrado cierto equilibrio, los lleva exactamente a lo mismo. Esta es la importancia de la observación que seguramente Ruvalcaba tiene del ser humano, que le lleva a identificar el detonador de actos salvajes de hombres que han llevado una vida buena en apariencia o incluso en el caso de los más abyectos.

Pero la narrativa de Eusebio lo ha llevado, además de novelista, a ser uno de los creadores de cuento contemporáneo más destacados y prolíficos. Su bibliografía, de la que él mismo no quiere llevar registro, lo avala con alrededor de una veintena de libros publicados de cuento y narrativa breve o minificciones. Recientemente apareció el título Gusanos y tiene en preparación el libro Elogio del demonio, ambos de cuentos. Previo a estos dos, apenas el año pasado, editó una colección de cuentos bajo el extraño título de Pocos son los elegidos perros del mal, en los que recurre nuevamente al escrutinio del proceder humano para destacar el origen de sus demonios. El fetichismo sexual es tema de una narración bastante bien lograda, en donde una pareja hace de la tanga que ella viste el elemento que potencializa hasta extremos increíbles el goce carnal de ambos. O el confeso de haber cambiado sus apetencias sexuales hetero por las homosexuales dentro de la cárcel, y no por la obsesión de dominar, como en el anterior caso citado de los bugarrones, sino porque se ha hartado del placer que encuentra entre las piernas de una mujer. Y ni que decir de la pequeña obra maestra que resulta el cuento “La obra maestra”, sobre el tipo que concibe el progreso y el bienestar ajeno como una muestra de alevosía ante su frustrada circunstancia, por lo que decide ponerle remedio con acciones aberrantes y agresivas en contra de los que arteramente, considera, han obtenido algún logro en sus vidas. En todos los casos vemos a los personajes de Ruvalcaba actuar como víctimas de sus instintos, no hay en ellos la contraparte de los principios que se nos van inculcando desde la familia y la educación, entre cada uno de los grupos sociales en los que participamos, que si bien no condenan la satisfacción de los instintos, sí nos piden anteponer una conducta de respeto por el prójimo y la colectividad en la que nos cobijamos. Esta es la verdadera esencia del pensamiento criminal, de la actitud antisocial que reflejan los personajes en la narrativa de nuestro autor, hombre prolijo y detallista que sabe que únicamente con conocimiento de causa pueden crearse personajes que resulten verídicos, convincentes a pesar de la tragedia de sus propias vidas.


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Un amor que se fue Por Samuel Schmidt

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ba en el avión, era 14 de diciembre y como cada año cumpliría mi cita con B, era el día de muchas muertes, se murieron mis ilusiones, nuestra felicidad, era el día que nos íbamos a casar y en cambio el murió, por cierto con una agonía muy breve. La enfermedad lo consumió de golpe.

Llevaba varios años felizmente divorciada, no me preguntes por qué me casé con W, tú lo conoces, era mujeriego, vividor, reventado, yo en cambio era (y soy) una mujer bella, deseada por muchos y lograda por ninguno, de éxito porque lo que emprendía lo alcanzaba, pero en las cosas del corazón hay algo que hace trampa. Creí estar enamorada de él. Las cosas llegaron a su extremo cuando un día acepté la realidad que yo negaba. Mientras creía que W estaba perdidamente enamorado de mí, que estando conmigo dejaría atrás su comportamiento de juventud, finalmente entendí que me tomó como una presa, que se levantó con la mujer codiciada para paso seguido buscarse y conseguirse otra mujer codiciada; la dolorosa realidad me mostró un día que mi éxito profesional servía para financiar a su nueva amante (o tal vez sería mejor decir amantes). Me llevé a mis hijos y vivimos un divorcio llevadero. Un buen día sentí su presencia, me tocó el hombro suavemente para anunciarse. Yo iba al gimnasio y me quedaba a la charla de los hombres, era una plática algo aburrida, se cuidaban mucho de las picardías posiblemente por mi presencia. Nunca lo había visto pero algo hubo en ese toque suave, me transmitió algo inusual, una energía desconocida. Yo era cautelosa, no quería caer en las garras de otro vividor, de un hombre que me usara, pero creo haber estado sedienta de amor, quería un brazo que me acariciara la espalda, que me cubriera para protegerme del frío en las noches de otoño, alguien con quién beber una copa de vino, que me viera con ojos amorosos y me dijera palabras de amor al oído antes, durante y después de hacer el amor. Su energía me estremecía y desconcertaba y puse una enorme barrera. Un día llamó por teléfono a mi casa, le dije que no quería verlo colgándole rápido. El insistía, lo hacía de una manera elegante, delicada, para mostrar interés sin ofender y empezó a mostrar buenos detalles. Un día habló:

¿Me invitas un café? No. ¿Tendrás café? No. ¿Tendrás cafetera? No. ¿Tendrás agua? No. Y terminé la conversación. Al día siguiente llegó una camioneta con cafeteras, mucho café, varios garrafones de agua. En eso sonó el teléfono: Ya tienes café, agua y cafetera. ¿Me invitas un café? Llegaron muestras de que quería meterse a mi vida y yo sentía que las resistencias se caían poco a poco. Empezamos una relación de locura, me estremecía el alma, me hacía sentir una mujer amada y respetada, más que nada respetada, hasta que un día me dijo: Casémonos y yo sin creer mis palabras le dije: Está bien. Él puso fecha: 14 de diciembre. No tienes idea con que ilusión pasaban mis días, la casualidad había traído a mi puerta a un hombre inteligente, generoso, ingenioso, no sé ni por donde contarte las muchas historias y detalles que mostraban su gran humanismo. Estaba separándose y yo veía como la perdida de la otra era mi gran ganancia, pero no preguntaba sobre el fin de su matrimonio, ni le contaba sobre mi divorcio. El pasado se desvaneció, para los dos solamente existía un futuro de felicidad. ¿Por qué lloras? Atiné a decir. Yo note que algo en él andaba mal pero él lo atribuía a las amibas, ya ves que en este país la mitad de la población las tiene y la otra mitad no sabe, pero un día me hablo y con el rostro ensombrecido me dijo: G, tengo la grande, la verdadera y de golpe el futuro se derrumbó, le acababan de diagnosticar un cáncer incurable y le daban seis meses de vida. Se fue a vivir fuera de la ciudad, trataba de evitar mis visitas diciéndome que quería que lo recordara como estaba en nuestros momentos felices, no quería que me llevara en la memoria su condición decrepita. En esa época lloré mucho, su familia evitaba que lo viera, el trámite de su divorcio se había detenido, el sufría sin verme pero no quería que lo viera sufrir, aunque su sufrimiento era peor por no verme y me llamaba a escondidas para

llorar juntos por teléfono. Un buen día, la madre que tanto hizo por separarnos temiendo que yo buscara su dinero, me pidió que llevara alguna cosa médica y cuando lo vi sentimos que algo estaba por suceder. Con pocas fuerzas porque el llanto le cerraba la garganta me dijo: ¿Qué haces aquí? Vine a traer esas cosas médicas que me solicitó tu madre. ¿Sabes qué día es hoy? No esperaba la pregunta, el día era bueno porque lo estaba viendo pero no alcance a pensar en un número. Es 14 de diciembre. Era el día de nuestra boda. Yo lo veía sufrir, lo veía consumirse por el dolor y el amor incumplido y desgarrándoseme el alma le dije: Querido, B, suelta la toalla, ya no hay nada que hacer. Eres el amor de mi vida, nunca quise a nadie como te quiero a ti, no sé por qué no te apareciste antes por mi vida, pero ya no te quiero ver sufrir. Te lo ruego, si me quieres igual que yo a ti, suelta la toalla, vete en paz. Su madre pasó y nos vio estremecidos, nunca entendió que estaba frente a una gran muestra de amor que ella no entendía, a ese amor que pocos son afortunados en sentir, me pidió que me fuera, lo besé suavemente en los labios, salí, subí a mi auto y me volví a mi casa. Unas horas más tarde me llamaron para decir que había muerto. Mi futuro no fue fácil, siempre he sido fiel y en contra de toda sensatez decidí cumplir con una promesa que le hice, lo que me provocó mucho sufrimiento y dolor. Ese 14 de diciembre, iba yo en el avión para ir a visitar su tumba, hubo algo que me hizo voltear, para encontrar de frente los ojos de su hija L. En ese momento me paré, le tome la mano para que se levantara de la silla, la abrace interrumpiendo su relato y lloramos juntos.

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A Contracorrientes

Beguinas y Begardos Por Óscar Wong

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uando el papa-monje Gregorio VII instituye el celibato obligatorio de los sacerdotes, a pesar de la protesta de San Bernardo de Claraval, fundador de la orden del Cister, en la abadía occitana de Fontevrault las monjas leen y comentan el Cantar de Cantares. Durante ese siglo XII tuvieron lugar las cruzadas, nacimiento, apogeo y desaparición de la Orden del Temple, y donde prospera la herejía albigense; surge el culto mariano (Regina Coeli) y el ajedrez se modifica con la figura de la Reina, con libertad de movimientos. A comienzos del siglo XIII surgen las beguinas, una corriente mística-literaria que tiene singular importancia en la cultura occidental: las beguinas, esas mujeres que, a través de la revelación, consiguieron lo que muchos teólogos realizaron a través del estudio y la meditación. Desde el ámbito social, es el primer movimiento feminista en Europa, puesto que monjas y seglares fueron quienes establecieron las primeras casas de asistencia para mujeres. Perseguidas por la Inquisición, benedictinas y beguinas fueron llevadas a la horca y a la hoguera, pese a ello "Dios manifestó su poder por medio del sexo débil, en aquellas siervas a las que coló con espíritu profético". El nombre cátaro dado a las místicas errantes (la Crónica de Morosini, de 1429, indica que incluso Juana de Arco fue una beguina), señala que “el término beguina proviene de beguin, palabra que designaba un gorro de lana usado por los místicos errantes de la Iglesia del Amor de los herejes cátaros” (Cf. Luis G. de la Cruz, op. cit.:17). “La figura femenina ocupa el centro de los altares como objeto de culto y devoción; desarrolla una intensa vida espiritual como religiosa ortodoxa o como mística heterodoxa, tanto en los conventos como por

libre; se convierte en la Domina del juego de ajedrez y en la clave del misterio que rodea al Santo Grial” (op. cit.: 19) [“... en provenzal la palabra Grasal designa a un vaso de piedra y este significado del término en la Beguinas, Monasterio St Elisabeth, postal de Bélgica (1913) lengua de Oc funde los dos sentidos antes mencionados del término Grial –la piedra caída del cielo y el vaso o recipiente– Abadesas y beguinas supieron conservar la herencia en un único objeto mágico”] (op. cit., ibid.). Denis de mística –la supremacía del amor– olvidada o desnatuRougemont, en El amor y Occidente, encuentra temas ralizada por teólogos y escolásticos. comunes a los trovadores provenzales del siglo XII: la La pugna no es entre la razón y fe, que se vuelven mística unitiva (fusión del alma y de la divinidad) y la una, sino entre razón y amor. Es interesante la visión mística epitalámica (matrimonio del alma y de Dios). que presenta Peter Dronke pues las fuentes que utiliEl autor observa que el misticismo, en primera ins- za –escritos y testimonios– van desde c. 200 hasta c. tancia, es una desviación del amor humano, puesto 1300 d C. Textos anónimos en latín (siglo III), provenque la pasión mortal remite a la sexualidad. “La pri- zal (siglos XII-XIII), catalán (siglo XIII) e incluso poemera mirada de los amantes, la que cambiará toda su mas en francés antiguo, enriquecen el volumen, que vida, corresponde al primer toque del amor divino, a va “desde Perpetua, mártir e el circo de Cartago en el la conversión del cristiano” (Cf. El amor y Occidente, año 201, hasta Margarita Porete, ejecutada en París en 1984: 342). Luego explica la Encarnación del Ver- 1310” y se ocupa de algunos procesos inquisitoriales bo, precisando: “La herejía de los cátaros consistía en contra los cátaros [siglo XII] (Cf. Las escritoras de la idealizar todo el Evangelio y en considerar a todo el Edad Media, 1994) amor, bajo todas sus formas, como un impulso extePara las beguinas “como para todo contemplativo rior al mundo creado. Esa huida hacia lo divino –o auténtico, lo importante es, ante todo, ser pasivo y no <<entusiasmo>>– esa transgresión de los límites de activo respecto a Dios. Es esta pasividad la que simplilo humano, finalmente irrealizable, debía traducirse y fica el alma, liberándola de sus deseos múltiples –por traicionarse de una manera fatal en una exaltación en santos y espirituales que puedan ser– y uniéndolas a términos divinos del amor sexual” (op. cit.: 157). Dios, en el no querer que es el querer de él solo. Ésta Según el maestro Johann Eckhart (Turingia, Ale- nos parece la característica más profunda –a veces desmania, ca. 1260-1327), el hombre encuentra a Dios conocida– de la mística occidental, tal como fue transen la parte íntima del alma. En su Doctrina del desasi- mitida, de eslabón a eslabón, a partir de los Padres miento o renunciación (dejarlo todo para poseer todas griegos hasta Teresa de Ávila y Juan de la Cruz. Éste las cosas: poseer nada equivale a tenerlo todo), de- último, que cantó el encuentro del alma con Dios en la manda la individualidad espiritual de las creaturas y noche de Amor, nos pone en guardia contra la ilusión de Dios: “Sólo renunciando al sí mismo se puede acce- de las <<buenas>> acciones, en tanto el alma no es der al otro, tanto a Dios como al prójimo” (Maestro Ec- verdaderamente receptiva a Dios y se ha transformado khart, Tratados y sermones, 1998: 14). Las reflexiones en él (Cf. Mujeres trovadoras de Dios. Una tradición del maestro Eckhart –podemos ser Dios, o Dios con silenciada de la Europa medieval, 1988: 216). Dios– pusieron en riesgo el pensamiento de las mísFrente a la Mística del Ser, o mística especulativa ticas medievales Hildegarda de Bingen (1098-1179), (Wesenmystik), que a través de la razón procura deMatilde de Magdeburgo (1207/1210-1282/1294), terminar los predicados de Dios, la Mística del Amor Beatriz de Nazaret (1200-1268), Hadewijch de Am- (Minnemystik), exalta el simbolismo del amor cortés beres (hacia 1240) y Margarita Porete o Margarita de que se fusiona con la expresión metafísica del amor Hainaut (quemada viva en París en 1310). a Dios (En esencia, Aristóteles y el primer motor inRecordemos que en la Edad Media la disputa ideo- móvil –teoría de la substancia– subyacen en estos arlógica-filosófica se presenta entre la razón y la fe, aun- gumentos ontológicos. La escolástica y la metafísica que las monjas benedictinas (Hildegarda de Bingen y están presentes). Hay un lirismo erótico en las relaBeatriz de Nazaret) y las beguinas (Matilde de Mag- ciones del alma con el >Verbo Divino. La revolución deburgo, Hadewijch de Amberes y Margarita Porte), espiritual de la época se explica por la conciencia de frente a teólogos y filósofos escolásticos exponen esa la soledad del alma con Dios y de su libertad intangiprimacía del amor sobre el intelecto, cuya voluntad ble. Por eso las beguinas –auténticas poetas o trobaiestá íntegramente impregnada de contemplación. La ritz– crean una lengua para traducir sus expresiones mística del amor o Minnemystik, es diferente a la mís- apasionadas. El amor se convierte en conocimiento y tica del ser o mística especulativa (Wesenmystik), que el alma llega a <<ser Dios en Dios>>, pese a la ameparte de la tradición agustiniana. naza de la hoguera. En la obra Mujeres trovadoras de Dios. Una tradición silenciada de la Europa medieval, Georgette http://poesiadewong.blogspot.com Epiney-Burgard y Emilie Zum Brunn reflexionan sobre dos temas fundamentales: 1.- “la historia perdida de la cristiandad femenina” y 2.- la operación alquímica por medio de la cual las beguinas transmutan el amor cortés en una esencia más valiosa: la del Amor eterno.

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Cosecha Roja

Pieza única Por Mauricio Leyva

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ocas novelas nos conmocionan y nos dejan una sensación de sorpresa que dura por varios días, semanas e inclusive años. Recuerdo la Rayuela de Cortázar, el Aleph de Borges o el Ulises de James Joyce, tan sólo por citar algunos, y más recientemente Pieza única de Milorad Pavic, quien nació en Belgrado en 1929 y murió en el mismo lugar el 30 de noviembre de 2009. Para este genio de la narrativa, considerado el padre de la novela futurista o el literato que inaugura una nueva etapa en la novela del siglo XXI, Pieza única es la apertura de una nueva e infinita trama con multiplicidades de finales abiertos que, no sin razón, la convierten en una mina de inagotables riquezas.

Considerado un thriller detectivesco, la trama tiene como protagonista al inspector Eugen Stross y a un original personaje que, desde el primer capítulo de la historia, titulado La sonrisa de 50 dólares nos engancha: “Aleksandar es un andrógino. Unos pronuncian su nombre como Aleksa, otros como Sandra. Es decir, en este momento Aleksa Klozevits (alias Sandra Klozevits) está sentado en el café El Tercer Gato y le pide un café con leche y una medialuna a una hermosa camarera negra. Aleksa tiene un pendiente en una ceja, y viste camisa azul y pantalón de mezclilla. Calza mocasines negros poco profundos, sin calcetines. Lleva un hermoso bigote prendido no a su labio superior, sino directamente a su sonrisa. -¿Qué es lo que llevo puesto hoy?-le pregunta la negra. Su sonrisa no tiene bigotes. Su sonrisa está en verso. -Augusta, Augusta, desde la puerta he notado que te has cambiado hoy. Veamos…Desde luego, hoy llevas una gota de Amsler en el pulso. Y en alguna otra parte también. No está mal. ¡Jean Luc Amsler! Alekasa interrumpe sus conjeturas a media

palabra, porque por detrás entran dos varones jóvenes, bien vestidos. Los dos visten trajes de 500 dólares que les quedan como si les hubieran costado 1000. Antes de verlos en el espejo frente a la puerta, el olfato de Aleksa reconoce sus aromas. Uno lleva el corte de pelo como un luchador de sumo, que cuesta lo mismo que los caros zapatos en sus pies; como perfume lleva un Kenzo. El otro es un negro con una sonrisa que vale por lo menos 30 dólares cada pieza, y en vez de camisa tiene una cadena de oro. Huele a la fragancia de Calvin Klein”. Aleksa, personaje enigmático, es vendedor de sueños, de piezas únicas para los hombres que son a la vez, el reflejo de esas mismas piezas que se articulan y desarticulan en medio de misteriosos asesinatos a los que Eugen Stross debe dar resolución a través de sueños. Pero el costo por los sueños que Aleksa vende en su negocio del Symptom es alto: “Yo puedo proporcionarle cualquier sueño que soñará en cualquier momento de su vida. Pero éste no es ese tipo de sueño. Es un sueño que no va a soñar nunca, porque no llegará a vivir 37 años. Es un sueño de la eternidad. Un sueño del más allá. Pero suyo. Y que de hecho sólo dura unos segundos. El planteamiento que Pavic hace en su novela es profundo; en un excelente artículo publicado por Mauricio Flores sobre el concurso “Descifra la Pieza única de Pavic”, convocado por Milenio Diario y la editorial Sexto Piso, revela entre otras cosas una interesante opinión de Pavic: “Me da mucho gusto que tengan muchos finales para mi novela Pieza única. Los cinco finales que me han enviado son realmente maravillosos. Quisiera darle ventaja al texto del señor Tomoo Terada ya que intenta cuestionar la posición del escritor y la del lector también. Esto es algo que he

hecho todo el tiempo en mis libros”. A esto habría que agregarle el hecho de que también pone en jaque la capacidad del lector por reinventar tramas de esta índole que sitúan tanto al lector como al escritor en una posición de avanzada mental. Tal reto queda en evidencia cuando de manera sutil, sin costuras que Milorad Pavic salten a la vista sobre la novela, se entrelazan la vida de Distelli, un cantante de ópera que sueña el fin de su existencia a través de la obra de Pushkin; de la Marquesina Lempitksa, esposa de Distelli, y los conflictos de ella con lady Heth por Maurice Erlangen, su amante. La historia de Pieza única tiene en su entramado complejo y seductor, una carga erótica importante y una transfiguración atractiva nunca antes vista. A los personajes los sigue la sombra de Aleksa quien a veces es Sandra, los dos como metáfora de lo que se ambiciona en lo humano, mientras el inspector Eugene Stross hace anotaciones de sus extraños hallazgos en un Cuaderno Azul mientras en algún momento reflexiona: “…el sueño es un diente de dos puntas o un fantasma de dos cuernos, y yo digo que el sueño es un monstruo de tres rabos”. Mientras la lectura avanza, Milorad Pavic nos guía por nuevas y sinuosas figuras literarias que cobran vida y muerte, quien fuera propuesto para el Premio Nobel de Literatura por expertos de Brasil y E.E.U.U., al terminar de leer la novela –que no es la conclusión-, nos remite a una segunda lectura que es el Cuaderno Azul, en donde están los secretos que guarda el inspector Stross a la largo de la historia. Con el cuaderno en las manos, la historia que encierra muchas historias, nos brinda elementos que dotan de nuevo significado y lectura los acontecimientos anteriores para brindarle un sin número de posibilidades a la planteado con antelación. Este vuelta de tuerca en Pavic no es nueva, el profesor de las universidades de Novi Sad y Belgrado, ha hecho lo mismo con su Diccionario jázaro, una obra hipertextual, y El último amor en Constantinopla, escrita en versión masculina y femenina por Pavic. Por ello, lo magistral de Pieza única, versión traducida por Dubravka Susnjevi, empacado en una genial presentación en caja –que contiene la novela y el Cuaderno Azul-, es una de las obras imprescindibles de inicios del siglo XXI cuyo desarrollo y final, debe conocer el lector.


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Poesía

La bella voz Coordinador: Freddy Secundino S.

Poemas del Movimiento Laconista Ganas de callar Roberto López Moreno

Angélica Santa Olaya

Tiempos modernos ¡Que no habrá pan!, sólo circo y un invento infernal… balón le dicen.

Ganas de callar… De dejar que el silencio nos empape con su canto de cristal para que los mirlos descubran la voz de la tarde… Escuchar sólo lo que dice tu mirada… ese camino inexplorado en el que las palabras se me vuelven caricia, hambriento pistilo, esperanzado cáliz, ganas de sentarme a descansar para beber un sorbo de agua decantada en tus pupilas… Beber… Beberte… y callar… Tal vez el aire pueda habitarnos la sonrisa… Tal vez…

Arnoldo Tu perfil seguirá en nuestro presente, y estrella roja en tu frente. Nacimiento Hoy nació en el fulgor el nuevo tiempo. ¡Bravo! ¡Nació!... Nació muerto.

Poema con la dinastía T´ang Roberto Fernández Iglesias

A quién recetaré el premio inútil de la inmortalidad como Tu Fu a Li Po. Tengo tantos maestros en mis memes y no puedo soñar en uno solo. Ni siquiera aseguro su aparición en estas voces, por más que intento alzar el volumen. En mi sentir reconozco muchas posibilidades pero no hay tantos premios inútiles de inmortalidad ni tantos aspirantes aunque por momentos veo poesía en rincones inesperados a la vuelta de cualquier página de alguna revista o en el manuscrito de algún amigo

Amaneces

Ana Alonso Ferrer (España) Así como desaparece el sol para dar paso a la noche, así, así desapareces tú, y digo así porque siempre vuelves, como cuando despunta el día, sin poder evitarlo, siempre amaneces de nuevo. *De su libro Todas mis palabras y algunas más

Un hombre de letras Freddy Secundino S.

Para Vianey Omecíhuatl Quiero que el 21 de julio del 2040 preguntes por mí… Si yo fuera un hombre de letras, tal vez no te lo pediría así. Si yo fuera un hombre de letras, eso mismo te lo diría así: Si después del 21 de julio del 2040 preguntas por mí, no lo dudes, yo estaré ahí.

Costurera

Adrián Arias Orozco (Costa Rica) No quiero que mi dolor me lleve a tu puerta, que los aplausos a mis poemas sean pre-grabados. Pero si es necesario que el fin justifique los medios… Después de todo, en tu casa hay un letrero que dice: “Se reciben costuras”. Y yo estoy roto por dentro.

Haikús

Fanny Jem Wong (Perú) Caen del cielo sobre la almohada lágrimas rojas Escribo letras sobre mi fría tumba trescientos años. Pasan por miles, golondrinas en vuelo, grises plumajes.

Escaladas

Graciela Roque García Bajo escaleras que me llevan a tu arena húmeda horizontal amanecer de aterrizaje suave se impregnan mis pies de sándalo y sal calistenia de ansiedades resguardadas fijación de la nota Sí en tiempo sostenido agitan las campanas sus dedos en todo el territorio. Tus manos son todos los lazos floto iridiscente en el sur de tu norte desplegado meridiano en su punto máximo brisa que revienta silencios y palabras.

La aguja en el fonógrafo María Luisa de Urquijo

Desciende la aguja en el fonógrafo. Descalza en el empeine de tus pies, bailamos girando como trompos, la cabeza rendida en el tórax. -Señora cursi –musitas, doblando la cintura de la espalda a tus rodillas, cisne blanco desnucado. Te amo en la hipnosis visual, en el beso colgado del labio y en tu arte de besar. Niño herido tan tuyo, que grita y reclama clemencia… Ven, genio de los besos que inventan lenguas engranadas. Los colmillos abandonan la mordida sangrienta y renuevas porfiado el deseo rompiendo la corteza dispuesta a la rendición. Aliviar tu dolor sin lamento, dormido, silente… Cubro mi desnudez y al alba marcho a encontrarme conmigo, con el morral de la libertad a cuestas y el murmullo de un saxofón a lo lejos.


El Mollete Literario 13

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Diccionario

Féretro Por Mauricio Carrera El ser humano es un féretro que camina, como bien lo ilustró el muy lúcido y combativo José Revueltas. En nosotros está la muerte. Tal vez la muerte sea solo concluir con la lenta muerte que nos acompaña desde que nacemos, como también lo ha dicho el escritor Fernando Vallejo. Y ahí está el féretro para recordárnoslo. Es lo opuesto a la cuna, el inevitable omega de nuestra existencia. El féretro será nuestra camisa de madera, el vestido o el traje de pino, caoba o de metal, que nos acompañe en el último viaje. Un féretro es una “caja, normalmente de madera o metal, donde se depositan los cadáveres para su exposición, transporte y entierro”. Su etimología es griega. Proviene de pheretron, una especie de camilla que servía para transportar imágenes religiosas, heridos o cadáveres. El féretro o ataúd, también llamado cajón de muerto, es parte de los ritos funerarios, particularmente en occidente. Es nuestra manera de proteger y honrar a los cadáveres de nuestros seres queridos, a fin de no quedar expuestos a las miradas, a las bestias o a los elementos del clima. Cerca de los hospitales y panteones se venden féretros de diversas formas, colores y tamaños. Quizá los más sobrecogedores son los pequeños, siempre revestidos de una tela blanca, pues nos recuerdan la injusticia de que aún los niños se mueren. Los féretros son cuerpos en descomposición pero también el drama de los que guardan luto. En las capillas ardientes de las funerarias, los féretros se exhiben entre dolientes y plañideras como postrer adiós del que recién ha fallecido. No faltan las lágrimas, los abrazos de condolencia y una que otra broma para disipar el fúnebre ambiente, mientras se cafetea al difunto. De ahí, el féretro será llevado, con todo y su cuerpo inerte y sin vida, a su destino final: la cremación o el entierro. Nada más triste y decisivo que presenciar el descenso del féretro a su reino subterráneo, y más triste aún el sonido de las paladas de tierra que empiezan a cubrirlo. El sonido es hueco y macabro, con reminiscencias de algún cuento de Edgar Allan Poe, si bien se ve opacado por los sollozos y el llanto de los viudas o viudos, de los huérfanos y sus caritas de enorme tristeza y desconsuelo. Dicen que, al ver próxima su muerte, el gran Alejandro Magno dio instrucciones de cómo ser enterrado. Pidió tres cosas, y entre ellas, que una vez muerto, su féretro fuera llevado en hombros y transportado por sus propios médicos.

Cuando le preguntaron la razón de tal designio, Alejandro Magno contestó: “Quiero que los más eminentes médicos carguen mi féretro para demostrar que ellos no tienen, ante la muerte, el poder de curar”. Un féretro también selló el recuerdo eterno de una musa y de un pintor y escritor. Ella era Elizabeth Siddal, mejor conocida como Lizzie, la mujer del artista prerrafaelita Dante Gabriel Rossetti. Lizzie fue la musa y modelo de Rossetti, pero éste, curioso de sensualidades y camas ajenas, le hizo la vida imposible, llenándola de terribles celos. Por fin, un día aciago, mientras Rossetti tenía amoríos con la modelo Fanny Conforth y coqueteaba con otra bella mujer de nombre Jane Burden, Lizzie no pudo más y se quitó la vida con una sobredosis de láudano. Dante Gabriel Rossetti, dándoselas de romántico, le lloró como nunca a la pobre Lizzie e hizo un gesto de despedida que fue muy admirado y aplaudido en la época. En el féretro, entre las manos de su difunta esposa, colocó el manuscrito de su más reciente libro de poemas. Fue un gesto muy teatral pero también románticamente triunfal, que lo disculpaba por sus infidelidades. El destino, sin embargo, que resulta inverosímil y curioso, le deparaba un giro inesperado. Con el paso del tiempo Rossetti se vio impedido de escribir. Nada bueno salía de su pluma, parecía que la inspiración se había esfumado con la muerte de Lizzie, su musa. Así, sobrecogido por su sequía literaria, se decidió a hacer lo que parecía una broma macabra. Pidió a uno de sus amigos que exhumara a la pobre Lizzie y que extrajera su manuscrito. El amigo cumplió cabalmente con su tarea y Rossetti tuvo en sus manos los tan ansiados versos. Los dio a la imprenta para dar fin a su libro cumbre, al que tituló, simplemente, como Poemas. Marcel Schwob, que se enteró de esta historia, escribió un cuento donde dejó muy mal parado a Rossetti, a quien acusó de arrojar “el manuscrito a la imprenta, con el sangrante remordimiento de un robo”.

Abrió al público su corazón con sus poemas, pero al hacerlo él sabía que “en ese tesoro violado por un sacrilegio, entre el murmullo” de sus versos resonaban, ni más ni menos, que terribles “crujidos de féretro”. Alexander Pushkin, el gran poeta ruso, escribió un cuento sobre un fabricante de féretros, de nombre Adrián Prójorov. El anuncio de su negocio consistía en una imagen de un corpulento Eros con una antorcha invertida en una mano, con la inscripción: “Aquí se venden y se tapizan féretros sencillos y pintados, se alquilan y se reparan los viejos”. El aspecto de Prójorov era triste y sombrío, hasta que conoce a un zapatero de nombre Gotlib Schultz. Éste es alegre, y así responde cuando le preguntan cómo va el negocio: “No puedo quejarme. Aunque, claro está, mi mercancía no es como la suya: un vivo puede pasarse sin botas, pero un muerto no puede vivir sin su féretro”. Gotlib invita a Prójorov a una fiesta muy animada, donde abunda el alcohol. Están todos los artesanos de la ciudad y al calor de las copas brindan por sus clientes, que les dan de comer. Se burlan de Adrián y le dicen: “A ver, tú brinda por tus difuntos”. Adrián se enoja y vuelve a casa. Exasperado, convoca en broma a sus difuntos a una fiesta, para brindar por ellos. Se va a dormir pero un ruido lo despierta. Halla que en la sala de su casa se encuentran todos los muertos a quienes les ha brindado sus servicios. “Ya ves, Prójorov”, le dice uno de ellos, “todos nos hemos levantado en respuesta a tu invitación; sólo se han quedado en casa los que no podían hacerlo, los que se han desmoronado ya del todo y aquellos a los que no les queda ni la piel, sólo los huesos; pero incluso entre ellos uno no lo ha podido resistir, tantas ganas tenía de venir a verte”. En ese momento un pequeño esqueleto se abrió paso entre la muchedumbre y se acercó a Adrián. “No me has reconocido, Prójorov”, dijo el esqueleto, cuyo cráneo sonreía dulcemente al fabricante de féretros. “¿Recuerdas al sargento retirado de la Guardia Piotr Petróvich Kurilkin, el mismo al que en el año 1799 vendiste tu primer féretro, y además de pino en lugar de roble?” El pobre Prójorov cayó desmayado de la impresión. Cuando despertó, se dio cuenta que todo había sido producto de la borrachera del día anterior, donde el vino y la cerveza habían corrido generosamente.

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El Mollete Literario

Pico de Gallo Todos tenemos un Odradek Por Citlali Ferrer Preocupaciones de un padre de familia de Franz Kafka, no sólo es excelente sino que es la semilla del cuento contemporáneo. Resulta curioso observar cómo todo aprendiz de escritor en su proceso creativo suele mostrar inquietudes enormes ya sea por construir personajes extraordinarios o por encontrar una anécdota que sea original; lo que nos propone Kafka en este texto es que definitivamente ninguna de éstas dos son relevantes para lograr una elipsis narrativa, ya que se concentra en la perspectiva desde la que se cuenta el cuento, y con esto me refiero al punto de vista del escribiente. Preocupaciones de un padre de familia Franz Kafka Algunos dicen que la palabra «Odradek» precede del esloveno, y sobre esta base tratan de establecer su etimología. Otros, en cambio, creen que es de origen alemán, con alguna influencia del esloveno. Pero la incertidumbre de ambos supuestos despierta la sospecha de que ninguno de los dos sea correcto, sobre todo porque no ayudan a determinar el sentido de esa palabra. Como es lógico, nadie se preocuparía por semejante investigación si no fuera porque existe realmente un ser llamado Odradek. A primera vista tiene el aspecto de un carrete de hilo en forma de estrella plana. Parece cubierto de hilo, pero más bien se trata de pedazos de hilo, de los tipos y colores más diversos, anudados o

Y las mujeres ¿qué?

La mujer justa, ¿existe? Por Margarita Ruiz de Velasco Siempre me lo he preguntado ¿cómo le hacen los hombres para escribir de y sobre las mujeres? Y lo hacen mucho, algunos con un desparpajo que da terror. No está mal, de veras, no está mal que lo hagan pero ¿cómo le hacen? Ahí está Flaubert y Madame Bovary, por ejemplo, ninguna mujer hubiera sido tan cruda describiendo a esa pobre tonta. Porque es tontísima y fantasiosa ¡horrible combinación! O Tolstoi con Anna Karenina y Natasha ¿cómo le hizo ese hombre tan ególatra para hacer esos personajes tan disímiles? Siempre salen con la misma, “Es que tienen una capacidad de observación bárbara” (o alguna cosa por el estilo) No me creo mucho esa conclusión, yo creo que hay algo más que el ser capaz de observar, debe haber una especie de simpatía, de cierta capacidad de pensar y sentir como mujer. Hace poco me lo volví a preguntar cuando leí La mujer justa, de Sándor Márai, un húngaro del que jamás había oído hablar, lo que a lo mejor es un pecado mortal. Ni modo, no lo conocía.

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apelmazados entre sí. Pero no es únicamente un carrete de hilo, pues de su centro emerge un pequeño palito, al que está fijado otro, en ángulo recto. Con ayuda de este último, por un lado, y con una especie de prolongación que tiene uno de los radios, por el otro, el conjunto puede sostenerse como sobre dos patas. Uno siente la tentación de creer que esta criatura tuvo, tiempo atrás, una figura más razonable y que ahora está rota. Pero éste no parece ser el caso; al menos, no encuentro ningún indicio de ello; en ninguna parte se ven huellas de añadidos o de puntas de rotura que pudieran darnos una pista en ese sentido; aunque el conjunto es absurdo, parece completo en sí. Y no es posible dar más detalles, porque Odradek es muy movedizo y no se deja atrapar. Habita alternativamente bajo la techumbre, en escalera, en los pasillos y en el zaguán. A veces no se deja ver durante varios meses, como si se hubiese ido a otras casas, pero siempre vuelve a la nuestra. A veces, cuando uno sale por la puerta y lo descubre arrimado a la baranda, al pie de la escalera, entran ganas de hablar con él. No se le hacen preguntas difíciles, desde luego, porque, como es tan pequeño, uno lo trata como si fuera un niño. -¿Cómo te llamas? -le pregunto. -Odradek -me contesta. -¿Y dónde vives? -Domicilio indeterminado -dice y se ríe. Es una risa como la que se podría producir si no se tuvieran pulmones. Suena como el crujido de hojas secas, y con ella suele concluir la conversación. A veces ni siquiera contesta y permanece tan callado como la madera de la que parece hecho. En vano me pregunto qué será de él. ¿Acaso puede morir? Todo lo que muere debe haber tenido alguna razón be ser, alguna clase de actividad que lo ha desgastado. Y éste no es el caso de Odradek. ¿Acaso rodará algún

Dos mujeres y un hombre que hablan de lo mismo, la imposibilidad de encontrar a la persona justa, en el sentido de que haga click con uno, de lograr la felicidad, de sentimientos compartidos en la misma sintonía. Pero ahí están, duro que te pego, empeñados en hacer real una fantasía, de creer que la encontraron. De las mujeres que trata la mejor es Marika, mejor en el sentido de posible, de que siempre habrá mujeres así o muy parecidas. De una congruencia que da escalofrío. La novela empieza con ella narrando a una amiga la historia de su fracaso matrimonial. Es rica, es hermosa, es educada y se casó con “el hombre ideal”, guapo, rico, educado, exitoso y frío como hielo. En un monólogo escalofriante en el que, de pronto, estás envuelta con ella en la búsqueda del ¿por qué no me quiere? La respuesta se la da su suegra, no es la “mujer justa”. Un encanto de suegra. Judit es la otra, la que a lo mejor es la “mujer justa” que resulta una joyita. Hipócrita, con una capacidad de rencor que da miedo y, por lo mismo, incapaz de reconocerse como objeto de deseo y amor. Mala pero mala en serio. Yo no se si existan personas así, a lo mejor soy una idiota, lo cual es seguro pero como que no me creo mucho ese desarrollo de Judit. De todas

día por la escalera, arrastrando unos hilos ante los pies de mis hijos y de los hijos de mis hijos? No parece que haga mal a nadie; pero casi me resulta dolorosa la idea de que me pueda sobrevivir. Jorge Luis Borges en El libro de los seres imaginarios hace un guiño al Odradek, con su Squonk, un ser que sufre de terrible tristeza y se lo reconoce por un llanto quedo y persistente. Un ser tan sensible que es capaz de deshacerse en lágrimas cuando tratamos de meterlo dentro de una bolsa. Sin duda, es importante el paralelismo entre Franz Kafka y Jorge Luis Borges, tanto en su literatura como en su influencia sobre la literatura hispanoamericana. En Preocupaciones de un padre de familia, Kafka logra un emplazamiento existencial y metafísico; tras la lectura de dicho cuento, irremediablemente habremos de preguntarnos si será que todos tenemos un Odradek en casa, yo sigo buscando el mío con premura porque intuyo que cuando lo encuentre algo habrá de revelarme.

maneras es un personaje entrañable, con partes conmovedoras, poéticas casi. Todo se comprende con Péter, la manzana de la discordia, ese sí que está fatal. Ese sí que no tiene medida, que no se conoce, fantasioso que Walt Disney es un pobre idiota y con un Edipo que ¡dios guarde la hora! Ese es el causante de todos los males, que no sabe leer su entorno ni de casualidad y por el cual dos mujeres se dan en la torre, todo un personaje. Ahí, entre todo ese conflicto, aparece el escritor, el artista como le dice Judit. El que mueve los hilos de la historia, que, como, dice Judit, …”durante mucho tiempo estuvo convencido que la razón era una de las fuerzas que mueven al mundo…Y al final tuvo que aceptar que la razón en realidad no vale nada porque los instintos son más fuertes.” A lo mejor es cierto.

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El Mollete Literario 15

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Teleras en serie

James Gandolfini

TV, Q, Banff Rockie, Television Critics Association, FIPA, Artios, CAS, Young Star, Bronze Plaque, DGA, en todas las categorías: Mejores serie, dirección, actuaciones, música, edición. Basada en las experiencias personales de David Chase con su madre, y ante la insistencia de sus amigos de escribir sobre ella, el guionista, experto en historias de capos, decide escribir una intriga mafiosa entremezclada con la familiar cuyas peripecias se complican y se unen en un todo en la ciudad de Nueva Jersey que Tony mira como decadente. Los negocios legales de Tony, una Consultoría de manejo de desperdicios, un bar, y los ilegales,  robo de camiones, extorsiones, el tráfico ilegal, los sobornos, etc. cohabitan con la crisis que sufre su familia. La lucha de poder entre las diferentes familias, las enseñanzas a su sobrino cada día es más dependiente a las drogas; los desacuerdos con su tío,

un viejo capo ya algo chocho; y los rechazos de su madre, son el pan de cada día. De esta manera, Tony está deprimido. Tony se entretiene con una familia de patos que consciente en su piscina. Tony sufre de ataques de pánico y termina en terapia con una psiquiatra cuya “confesión” sirve para relatar la vida del capo. Pero Tony, sobre todo, es un buen padre de familia, no le gusta que su hija salga con negros, que su hijo sea un inútil. Es un buen esposo y, procura por todos los medios complacer a su vieja madre, la culpa lo martiriza por los constantes reproches de la anciana. Incluso, se toma como algo personal la muerte de un caballo en manos de un señor que tiene a su hijo grave en el hospital. Tony es una buena persona. Son las desavenencias familiares y sus resultados positivos por los que se gana la confianza de su psiquiatra. No solo mejora su salud sino que resuelve las dificultades que en la organización criminal existían. ¿Qué hombre aguantaría enredarse toda esa violencia en un corazón tan lleno de amor? ¿Qué hombre aguantaría tanta crueldad de su familia? Tony, los buenos chicos no piden permiso para matar. Los Soprano es la serie de mayor éxito comercial en la historia de la televisión. Ha sido calificada por el New York Times como la mejor obra de la cultura norteamericana de los últimos 25 años. Por otro lado, HBO permitió a los realizadores marcar un hito en la televisión de paga y conseguir niveles de profundidad en el argumento y en el desarrollo de los personajes como nunca se había logrado, gracias en parte a la ausencia de cortes comerciales que permitían una nueva narración no estructurada conforme a las interrupciones por las pausas publicitarias. Uno de los más altos logros de la serie son los personajes secundarios, la madre, sin lugar a dudas es uno de los mayúsculos quien ha contaminado con su tristeza a todo aquél que se le acerca, su sobrino, un joven no tan brillante, el sacerdote. A medida en que la serie avanza temporada tras temporada, pasan actores conocidos con papeles más o menos destacados. Allí están Annabella Sciorra, Peter Bogdanovich, Steve Buscemi, Lauren Bacall, Sydney Pollack y Ben Kingsley. Por otro lado, la serie está salpicada de homenajes al cine negro.

comprensión del ámbito en que vivimos, el arte denominado “contemporáneo” no es más que un reflejo de nuestra relación con el mundo en este momento y a pesar de las acusaciones de las que es objeto es sin duda una disciplina que arroja nueva luz sobre las cosas que creíamos ciertas e ilumina el camino de las nuevas incertidumbres. El objeto se ha convertido en la vida de las sociedades contemporáneas en el amo de juego como acusaba Baudrillard, ante esto sólo nos queda reconocer el poder original del arte: el poder de la ilusión, de la seducción, que encuentre en el mundo de los objetos el sentido que cambie la forma en que percibimos la realidad, que nos dé otras escenas posibles de la operación del mundo, un arte que sea vital, que apele a algo más que a hacer arqueología sobre el pasado aunque sin dejar de estar consciente de él, que se acerque al espectador por lo que le es conocido, si todo arte se inscribe desde los contextos locales desde los cuáles habla cada artista, ¿cómo relacionar un arte con su sociedad sino es a partir de la comprensión de lo más próximo , por más sencillo , humilde ó cotidiano que sea?. Si bien se ha acusado al arte contemporáneo de estetizar la cotidianeidad hasta el punto de la disolu-

ción del arte en cualquier cosa , hasta el punto de la indiferencia, la estetización de experiencias, de la vida en general no necesariamente conlleva la idea de que cualquier cosa es arte, hay propuestas que exploran puntos de quiebre, de inflexión , de contacto con el otro y con lo otro , hay diferentes tipos de arte como artistas hay; si , es cierto que todo es factible de ser estetizado, pero las cualidades que llevan al arte a permitir la ilusión , la ficción y cambiar la experiencia del mundo o verlo bajo otra luz, no se repiten para todas las cosas ni en todas las situaciones, ni todos los artistas al mismo tiempo, por supuesto el arte como muchas otras áreas donde se manifieste lo humano no está exento de charlatanes, el carácter individual y subjetivo que le es natural permite la especulación de individuos que lo tratan como un rehén más de nuestra sociedad global , interesada en los capitales y la especulación, más bien hay cosas que han sido estetizadas que no son arte y tal vez las definiciones y propuestas que definen el arte y sus relaciones con el hombre necesitan una nueva revisión, no podemos pretender que el arte sea una verdad ó un conocimiento inmutable , está claro que ha cambiado, ¿muerto e innecesario?, no podemos suponer que así sea.

Por Elsie Méndez Baillet Aunque tiene una larga filmografía, James Gandolfini siempre será recordado por su interpretación de Tony Soprano. “T”. Fue nominado ocho veces al Emmy y ganó tres consecutivos por su actuación. Con una sonrisa discreta, fue su capacidad de caracterizar a hombres brutales pero con extraordinario ángel lo que robó el corazón de su público. Fuera de las horas del set, James fue un hombre solitario, tímido, modesto. Todo lo contrario que en la pantalla. Dicen que James se veía a sí mismo como Woody Allen, un hombre a punto de huir. Era increíblemente amoroso y accesible. Parecía que había salido de su cuarto de adolescente con la intención de jubilarse, pero en realidad era incapaz de irse de retiro, excepto cuando miraba a su mujer. La mayor parte del tiempo en el set de rodaje se la pasaba ahí sentado: tomándose tacitas de café demasiado fuerte, demasiado endulzado, dando sorbitos para eliminar los deseos de beber alcohol mientras los miembros del staff cargaban caminando de puntitas centuries y cables a su alrededor. ¿Qué hombre aguantaría enredarse toda esa grasa en un corazón tan lleno de amor? ¿Qué hombre aguantaría tanta crueldad aunque originalmente perteneciera a los fotogramas? Hay que tener en cuenta que la pasión de Gandolfini le exigía muchos arrebatos. Los buenos chicos no piden raciones dobles, James. Producida desde 1999 hasta el 2007, Los Soprano es considerada una obra maestra semejante a la trilogía cinematográfica El Padrino. David Chase (David Henry DeCesare) es su creador y obtuvo con su producción cientos de premios: Golden Globe, Special Edgar, Grammy, Young Artist, Golden Reel, Literary, Peabody, Primetime Emmy, Writers Guild of America, AFI, ALMA, Prism, Golden Satellite, ASCAP, Screen Actors Guild, American Society of Cinematographers, Golden Nymph, TV Land, Gracie Allen, BMI film &

Arte ahora

La vida en el arte: Por Mónica Contreras A partir de Marcel Duchamp y la aparición del Ready-made la cotidianeidad se ha introducido en el arte y en teoría cualquier cosa puede ser arte y cualquiera puede ser artista, se rompieron los antiguos lazos que unían al arte con el hombre y nos encontramos en una zona hasta hace poco desconocida que ha estado tratando de definirse desde comienzos de la modernidad ; es cierto también que cada época tiene necesidad de un nuevo tipo de arte que hable de la relación del creador con el entorno y con su sociedad, ésta relación se ha tratado de construir y comprender desde el principio de los tiempos, primero a través de la magia, luego por medio de la religión y después ciencia, tecnología, arte filosofía, estética y un sinfín de disciplinas del saber humano han entrado en juego para acercarnos a la


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