A través de la obra de diez fotógrafos mexicanos jóvenes, la siguiente muestra refleja algunos de los contrastes entre las generaciones más recientes y sus antecesores inmediatos, diferencias que van desde herramientas tecnológicas hasta enfoques sociológicos, sin dejar de lado el papel de la academia y la influencia del cartoon.
Hablar de la imagen, y no decir menos de lo que
trucción, todo unido en torno a la cultura popu-
está allí, es tan difícil como describir un sabor.
lar. La generación myspace vive en un continuo
El planteamiento de que el texto y la referencia
zapping visual desprovisto felizmente de toda
escrita eran el camino para reflexionar sobre lo
complejidad filosófica, encontrando en este con-
visual articuló una imagen carente de dinamis-
texto referencia, tema y sentido, que nuestro
mo en generaciones que veían en el medio foto-
enemigo natural —la generación del libro lleno
gráfico un vehículo rígido, cargado de dogma-
de texto en blanco y negro con un prólogo gigan-
tismos que eran el acicate creativo, el pretexto
te— no entiende y contempla con azoro.
para los documentalismos hiperideologizados más panfletarios que imaginativos. Particularmente en las escuelas, bajo la heren-
La generación de este principio de siglo se revela digital, pero también se caracteriza por no estar esperando la “revelación” visual, ni el
cia del conceptualismo, se pretendía que leer era la forma de aprender a ver. Equívoco total, pues la mejor manera de lograrlo es mirar, observar, incli-
“instante decisivo”,
“[…] hay un gran ímpetu creativo en el interior del país, que se presenta como una alternativa al blogismo fiestero autorreferencial […]”
nar la cabeza y volver
Nueva fotografía mexicana curaduría y textos gustavo prado
ni la aparición del “punctum”, ni la llegada del Ratón Pérez. Muy por el contrario, sin que a nadie le preocupe más el conflicto entre realidad y fic-
a interpretar aquello visto de un modo en el que
ción, los miembros de esta generación se han
nunca se había visto y nadie más podría ver.
dado a la labor de ver lo que quieren ver más
Ya bien entrada la primer década del milenio, el
allá de lo que existe. Curiosamente, hay un gran
panorama está cambiando: la imagen inmaterial
ímpetu creativo en el interior del país, que se
existe más allá de los soportes tangibles, reprodu-
presenta como una alternativa al bloguismo fies-
cida al infinito por blogs y flickers. Las referencias
tero autorreferencial en que a veces caen los
compartidas cambian lenguajes, modismos
creadores de la ciudad de México.
y slangs visuales de un día para otro, de una ma-
Postura activa, que crea imágenes libres de
nera inimaginable para los “antiguos” que al re-
clasificaciones, como lo haría la pintura, para
velar e imprimir perdían sus vidas en la espera.
crear puntos de encuentro: lo que vemos es in-
La imagen actual es un territorio múltiple que
tuitivo, está en el aire y acaba por sonar profun-
sólo en parte se ubica dentro del continente del
damente familiar, algo que aunque no habíamos
arte, pero unifica terrenos como la moda, el es-
visto, saludamos con las cejas y lo sumamos al
tilismo y, ahora sí, el documentalismo y la cons-
caudal de imágenes del que estamos hechos.
Foto: Paisaje, 2008, de Octavio Fossey.
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