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EL PESCADOR - Octubre - Noviembre 2017


Índice de

TEMAS ¡Misión cumplida!

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Recordando la muerte de un mártir 4 La voy a llevar siempre 6 Llamados para ser bienaventurados 7

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ólo si ayudamos a desatar los nudos de la violencia, desenredaremos la compleja madeja de los desencuentros: se nos pide dar el primer paso del encuentro con los hermanos, atrevernos a una corrección que no quiere expulsar sino integrar; se nos pide ser caritativamente firmes en aquello que no es negociable; la exigencia es construir la paz, “hablando no con la lengua sino con manos y obras” (San Pedro Claver), y levantar juntos los ojos al cielo: Él es capaz de desatar aquello que para nosotros parece imposible, Él nos prometió acompañarnos hasta el final de los tiempos, y Él no va a dejar estéril tanto esfuerzo”.

Un ejemplo más de reconciliación

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Perdone todo

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Ante un fugaz pero inolvidable paso de Dios

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Sembrando en Colombia

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“Un Cristo roto y amputado, es más Cristo aún”

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La necesidad de encontrar un remedio para el alma

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Beato Monseñor Jesús Emilio Jaramillo Monsalve

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Da tú el primer paso, ese es el secreto.

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El Pescadorcito

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Los artículos publicados son responsabilidad exclusiva de sus autores. EL PESCADOR - Octubre - Noviembre 2017


Editorial

¡Misión Cumplida!

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l Papa Francisco dio el primer paso para buscar la re-

conciliación entre los colombianos; sus palabras, sus gestos, su agradecimiento, pero sobre todo al decirle a los militares y policías “gracias”, gracias por poner en juego su vida para buscar la paz. Con un abrazo y una sonrisa se acercó a cada uno de los heridos en combate, que se encontraban en la mañana del 8 de septiembre en el aeropuerto de CATAM; donde lo esperaban con entusiasmo para recibir una bendición del máximo jerarca de la Iglesia Católica; allí demostrando una vez más su carisma, ese carisma que solo un pastor que huela a oveja puede tener, les comparó con el sufrimiento de Jesús, quien también dio su vida por amor a la humanidad.

Santo Padre: Como Obispo Castrense quiero presentarle en este grupo aquí presente, a todos los militares y policías de Colombia, a sus familiares, al personal civil y a los capellanes que trabajan en el sector defensa del país. Estos hombres y mujeres que creen en Jesús y aman a la Virgen, con espíritu cristiano han entregado sus vidas y sacrificio, aún su integridad personal para garantizar la seguridad y el libre ordenamiento democrático de nuestra patria. Ellos y yo como su pastor, damos gracias al Señor por la oportunidad de hacer de este servicio público una forma de ejercer el amor misericordioso con quienes más necesitan de protección. Ellos y yo como su pastor, reconocemos nuestra limitación y nuestras fallas en el cumplimiento de tan delicada misión. Hoy pedimos Santo Padre para todo este sector que lucha por la paz, su bendición a fin de ser fieles al bien de todos los colombianos. Oramos por su santidad y agradecemos su presencia entre nosotros. Monseñor Fabio Suescún Mutis Obispo Castrense de Colombia. Monseñor Jorge Hincapie Henao Vicario General Monseñor Javier Giraldo Rojas Ecónomo y Canciller Presbítero Luis Fernando Restrepo Vicario Episcopal para la Pastoral

Y con estas palabras, el santo Papa saludo y agradeció el esfuerzo y sacrificio, que él mismo pudo ver en cada rostro maltratado por las secuelas de la guerra. “Buenos días, quiero agradecerles esta pre-

sencia de ustedes aquí. Agradecerles también todo lo que han hecho, lo que hacen y lo que seguirán haciendo estos días durante mi visita (trabajo añadido). Pero, sobre todo, quiero agradecerles lo que han hecho y lo que hacen por la paz, poniendo en juego la vida, y eso es lo que hizo Jesús, nos pacificó con el padre, puso en juego su vida y la entregó, esto los hermana más a Jesús a ustedes, arriesgar para hacer paz, para lograr paz; gracias de corazón por todo esto, gracias y ojalá que puedan ver consolidada la paz en este país que se lo merece. Y ahora todos juntos: les pido que recemos en silencio por todos los caídos y por todos los que quedaron heridos, algunos están aquí entre nosotros. Recemos un instante en silencio y después un avemaría a la Virgen… en el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo, Y por favor les pido que recen por mí, Gracias”. (Papa Francisco) +

Dayana Delgado Directora de Comunicaciones Laura Daniela Giraldo Coordinadora Medios Audiovisuales CT. Constanza Castaño Coordinadora de Comunicación Interna SC. Nelson Cardona Coordinador Medios Impresos y Publicaciones IT. James Guapacho Coordinador Comunicación Virtual

Diagramación: James Guapacho Impresión: Panamericana Formas e Impresos

Obispado.castrense @Obiscastrense

Dirección: Transv 28A No. 37-48 Barrio La Soledad - Bogotá Teléfonos: 4800011 / 3680311 - Móvil/Wp: 310857114 comunicacionesobispadocc@gmail.com

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Ejército Nacional

Recordando la muerte de un mártir Pbro (r) Luis Eduardo Lucena Ejército Nacional

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ué privilegio y bendición de nuestro Padre Dios, que la Diócesis de Líbano-Honda hubiera sido creada por su Santidad el Papa Juan Pablo II y, que en este año del jubileo de las bodas de plata de la Diócesis, el veintisiete de abril pasado, el Papa Francisco lo haya elevado al honor de los altares, proclamándolo Santo. Y más aún, que este Santo, el seis de julio de mil novecientos ochenta y seis, a escasos meses de la tragedia de Armero, pisó, y bendijo, esta tierra calcinada por la erupción del volcán del Ruiz, oró por nuestros muertos y vivos y, consoló a los tristes que lamentábamos la desaparición de más de veinticinco mil personas la noche del trece de noviembre del año anterior. Fui el primer sacerdote ordenado en esa tierra, bañada años atrás por la sangre inocente de un sacerdote que entregó su vida en holocausto por la salvación y conversión del pueblo confiado a él por su Obispo, entonces de la Diócesis de Ibagué. Creo que se han cumplido las palabras del Padre Chucho Fernández Guzmán, el párroco de entonces, el día de mi primera Misa solemne en el templo parroquial: “La sangre derramada del mártir de Armero, ha germinado en este pueblo en un nuevo sacerdote”. Aún está muy viva en mi recuerdo, de cuando era un niño de siete años, la muerte del Padre Pedro María Ramírez, párroco de Armero, en la nefasta tarde del diez de abril de mil novecientos cuarenta y ocho, al otro día del asesinato del doctor Jorge Eliécer Gaitán en Bogotá. El nueve de abril, a eso de las cinco y treinta de la tarde, mientras el Padre Ramírez estaba en oración, en la capilla de las hermanas eucarísticas, quienes regentaban un colegio para niñas de esca-

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Ejército Nacional sos recursos, contiguo a la casa cural, llegó un hombre, y le dijo al Padre que venía por él para llevarlo a la cárcel. Sin embargo, como ya se estaba haciendo oscuro, el padre Ramírez le pidió al mismo hombre que le ayudara a pasar algunas cosas del Templo a la casa para que no las profanaran, lo cual el hombre aceptó, pero con la condición de que al otro día venía por él. Esa noche las Religiosas fueron trasladadas a casas vecinas, por las tapias del colegio ante el peligro inminente de muerte, ya que las noticias que llegaban de Bogotá hablaban de asaltos a los conventos e incendios de Iglesias, como efectivamente sucedió. Sobre el escritorio de su modesta oficina, el Padre Ramírez dejó tres cartas que escribió esa misma noche: Una, al Señor Obispo de la Diócesis de Ibagué, Mons. Pedro María Rodríguez, agradeciéndole su ordenación sacerdotal; otra para la Madre Superiora de la Congregación de las Eucarísticas, en gratitud por los servicios prestados en la educación de las niñas pobres de la parroquia; y una tercera a la Santísima Trinidad entregando su vida por la salvación de Armero. Al día siguiente, en las horas de la tarde, apareció el hombre en el tejado de la casa, persiguiéndolo. Entonces, el padre consumió las Sagradas Formas, que aún quedaban en el Sagrario de la Capilla de las Hermanas y, rompiendo la reja de una ventana que quedaba en el primer piso, junto a la escalera de atrás, como estaba, se pasó a una casa vecina donde quedaba un

restaurante. De allí, lo sacaron a empujones, al llegar a una esquina, le abrieron el cráneo de un machetazo. Al subir la esquina del parque central, el Padre cayó de rodillas pidiendo perdón al Señor por los que lo ultrajaban y fue cuando le dieron un golpe de varilla en la nuca, quitándole la vida de inmediato. Desnudaron su cuerpo, le pegaron puntapiés y lo arrastraron por el parque. Luego lo echaron en la volqueta de la basura y lo pasearon por todo el pueblo, dejándolo abandonado junto a la puerta del cementerio. Y allí pasó toda la noche. El día once de abril, dos mujeres de la zona de tolerancia juntamente con un señor, abrieron la puerta del cementerio, cavaron una fosa y enterraron el cadáver, sin caja, junto a la puerta. Más tarde, al finalizar la semana, llegaron de la Plata, Huila, los hermanos del padre y la comisión de sacerdotes que el Señor Obispo envió para rescatar el cuerpo del Padre Ramírez, el cual fue llevado al Hospital para lavarlo y realizar las exequias correspondientes. Que nuestra Diócesis de Líbano-Honda, sienta como propia la causa de beatificación del Padre Pedro María Ramírez Ramos, quien murió con la fortaleza y el heroísmo de un mártir de Cristo, derramando su sangre por la fe y la defensa de la Iglesia. Que con nuestra oración, con nuestro amor a la Iglesia y con el testimonio de nuestra vida podamos verlo algún día no muy lejano elevado también al honor de los altares para gloria de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. +

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Armada Nacional

“La voy a llevar siempre” Pastoral TIC’s para la Evangelización

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ace 14 años Edwin Restrepo Restrepo, ingresó a la Armada Nacional con los sueños de un futuro mejor para él y para su familia. Ese mismo año, en jurisdicción del municipio de Zambrano Bolívar, en una operación de registro y control, pisó una mina que cambiaría radicalmente los planes que tenía para el futuro. Fue trasladado inmediatamente para Cartagena en helicóptero donde le amputaron su mano derecha, su pierna izquierda y perdió su visión. Las noticias en ese momento no eran alentadoras y Edwin pasaba a ser parte del numeroso grupo de colombianos que perdía sus extremidades al pisar un campo minado. A partir de ese momento la vida le puso dos caminos: sufrir la adversidad y resignarse a un destino como una persona invidente o enfrentarlo y convertir un estado puro de sufrimiento en una hazaña interior. La decisión fue esta última y fue así como Edwin una persona que no había tenido la oportunidad de terminar su bachillerato, comenzó desde cero aprendiendo a leer en sistema braile. Terminó sus estudios secundarios, comenzó a estudiar derecho, y contra todo pronóstico por parte de los médicos, aprendió de nuevo a caminar con su nueva prótesis. Dios le dio unos ojos nuevos para ver, talvez con los ojos del alma y le dio nuevas piernas. Hoy a punto de terminar

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su carrera como abogado, casado y con dos hijas; ha recorrido un camino que le sigue entregando satisfacciones producto de su entereza y de su decisión. En su encuentro con el Papa Francisco, junto con otros policías y militares en condiciones similares le pidió la bendición al Santo Padre y cuando recibió el obsequio de un santo rosario, él le entregó lo más preciado que tiene un militar y quizás lo único que poseía en ese momento; su cubrecabezas. Las palabras del Papa Francisco después de observar la entereza y la decisión de estos jóvenes militares y policías que entregaron su integridad por salvar a un país fueron: “La voy a llevar siempre conmigo”. Gracias Papa Francisco, usted también se quedará por siempre en nuestros corazones y gracias infinitas a todos aquellos que a pesar de las adversidades y del dolor que sufrieron y en contra de pronostico desafiaron la ciencia y su propia voluntad por entregarnos este testimonio. +


Fuerza Aérea Colombiana Vicaría Pastoral

Llamados para ser bienaventurados

Tribunal Eclesiástico

Pastoral de Animación Litúrgica

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ecientemente la visita apostólica del papa Francisco nos llevó a re-escuchar el término “beato”, claro está, en su sentido más original. Sin duda su visita estuvo llena de regalos para fortalecer nuestra fe en Jesucristo. Uno de los regalos mas especiales que nos trajo fue la beatificación de Mons. Jesús Emilio Jaramillo Monsalve, Obispo de Arauca, y el sacerdote Pedro María Ramírez Ramos, mártir de Armero, de quienes se refirió como “signos de un Dios que camina con nosotros hasta el fin del mundo. La expresión de un pueblo que quiere salir del pantano de la violencia y el rencor.” Sin embargo este adjetivo tiene un significado que se hace necesario conocer para posteriormente interiorizarlo en nuestro ser cristiano. Ser beato significa ser bienaventurado, es decir feliz. Esa felicidad nada tiene que ver con la felicidad que proporciona el mundo, se trata de una felicidad fruto de la caridad que viene de Dios y nos reconfigura para vivir en esa misma caridad con nuestros semejantes. La beatificación de estos dos pastores signos de esa caridad del Dios con nosotros, hace parte de un proceso, o mejor de una causa. Esa causa es el heroísmo que nace de la fe en Jesucristo. Un heroísmo que no se encuentra basado en la búsqueda de la gloria personal, sino en la búsqueda de agradar solo a Dios. Es hacer vida las palabras de Pedro y hacerlas resonar con fuerza en la historia: “Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.”(Hch 5, 29b). El proceso de canonización consta de cuatro etapas de las cuales la beatificación es la tercera. Este proceso tiene como fin proclamar de manera solemne, que estos dos pastores que han practicado con heroísmo las virtudes cristianas en la fidelidad al Evangelio de Cristo, son desde ahora modelos e intercesores. (L.G. 40).

En la primera etapa del proceso de canonización del cual se encuentra encargada la Congregación para las causas de los santos, se declara al candidato Siervo de Dios, en la segunda se declara Venerable, en la tercera etapa es declarado Beato o bienaventurado, y en la cuarta etapa se proclama como Santo. Para ser declarado como Beato, el postulador o postuladores de la causa, deben mostrar a quien ha sido declarado como venerable a la comunidad cristiana como un modelo de vida e intercesor ante Dios, y para ello debe probar su fama de santidad, que tendrá como fundamento las gracias y favores demandados por los fieles por interseción del Venerable. Sin embargo la prueba que llevará al venerable a la beatificación será la realización divina de un milagro por intercesión suya. Este milagro ha de ser comprobado por dos médicos que basados en las pruebas habrán de dictaminar si el milagro es verdadero o no. Sin embargo, el caso de nuestros dos beatos es diferente. Pues la Congregación para las causas de los santos tuvo en cuenta otro aspecto. Nuestros beatos fueron “mártires” por “odio a la fe”. Monseñor Monsalve asesinado en Arauca por el ELN en 1989 y el padre Pedro María Ramírez Ramos asesinado en Armero en 1948, fueron martirizados por ser un signo de paz que se interponía en el camino de la guerra y de la muerte como bastiones de esperanza fundada en los valores del Evangelio. Nuestra Patria Colombia necesita mas héroes en la fe, que puedan mostrar que la santidad no se trata de una utopía de elevados soñadores, sino de una necesidad real y concreta, la de la fidelidad a la voluntad divina, la de la vivencia del sermón de la montaña. Beatos, bienaventurados los que trabajan por la paz porque ellos serán llamados hijos de Dios (Mt 5,9) + EL PESCADOR - Octubre - Noviembre 2017

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Policía Nacional

Área TIC´s para la Evangelización

CT. Constanza Liliana Castaño Pastoral TIC’s para la Evangelización

Un ejemplo más de reconciliación

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l primero de noviembre de 1998, el sonido de los cilindros y de las balas aturdió a la población de Mitú, capital del Vaupés, ese día la guerrilla de las FARC se tomaba esa capital de departamento. Ese día el país entero vio atónito como policías y militares salían con sus manos en alto y con el corazón roto a internarse en la selva privados de su liberad, para algunos fue un viaje sin retorno, fue el caso del señor Coronel Julián Ernesto Guevara Castro, en ese entonces Capitán. Desde ese momento la familia Guevara y muchas más familias de policías y militares, emprendieron una carrera frenética por la libertad de sus seres queridos. Doña Emperatriz de Guevara fue quizás uno de esos íconos y símbolos del perdón, ese perdón real, ese matizado por un corazón abierto al amor y a la reconciliación, ese que no busca revanchas ni tiene reservas. Ese que hoy, casi 19 años después del secuestro del Coronel Julián Ernesto Guevara sigue dispuesto. Pasaron 8 años de secuestro, que antecedieron a su muerte y después de 4 años más

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para que ella con su corazón de madre, recibiera sus restos. En el 2015 sorprendió con unas palabras: “Sería capaz de darle la mano a uno que dejo morir a mi hijo”, dijo en entrevista con un noticiero nacional. Durante la visita del Papa Francisco, doña Emperatriz recibió ese saludo reparador, ese que ofreció por doquier a muchas personas el Santo Padre y ese que hoy, nos recuerda que no estamos solos y que la esperanza florece en quien perdona. A propósito de ello, parafraseamos un fragmento de la homilía pronunciada en la ciudad de Villavicencio: “La reconciliación por tanto, se concreta y se consolida con el aporte de todos, permite construir futuro y hace crecer esa esperanza. Todo esfuerzo de paz sin un compromiso sincero de reconciliación siempre será un fracaso”; fue ese compromiso sincero de reconciliación como el de muchas víctimas, que hoy les permite extender una mano y ofrecer su corazón a quién lo necesite, no importa si ello implica incluso entregárselo al que algún día fue el adversario. +


Vicaría Pastoral

Perdone todo...

Pbro. Luis Fernando Restrepo Londoño Obispado Castrense de Colombia

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esde pequeños nos han enseñado que Dios es Padre y que nos ama con un infinito amor, y es gracias a ese gran amor que podemos sentir su misericordia igualmente infinita. Esa enseñanza de niños se va diluyendo con el paso de los años hasta el punto de empezar a sentir “miedo” de Dios a causa de nuestros pecados, olvidando que Él siempre está dispuesto a perdonarnos. El Papa Francisco, en su primer Angelus como sucesor de Pedro, nos dejó el hilo conductor de su pontificado: La Misericordia infinita del Padre. Ese día, expresó lo siguiente: “Él nunca se cansa de perdonar, pero nosotros a veces nos cansamos de pedir perdón. No nos cansemos nunca, ¡no nos cansemos nunca! Él es un Padre amoroso que perdona siempre, que tiene un corazón de misericordia para todos nosotros. Y también nosotros aprendamos a ser misericordiosos con todos” (Roma, 07 de Marzo de 2013). En esta misma línea, en el año 2015, convocó un año jubilar denominándolo “Jubileo Extraordinario de la Misericordia”, que iniciaría el 08 de Diciembre de 2015 y culminaría el 20 de Noviembre de 2016. En la Bula “Misericordiae Vultus” con la cual convocó el Año Santo, presentó tres grandes novedades, propias de su pontificado: Primero enfatizar la continuidad con el magisterio de la Iglesia sobre todo con el espíritu renovador del Concilio Vaticano II (Cfr. MV. 4). Una segunda novedad es el hecho de poner la misericordia como el fundamento de todo el contenido doctrinal de la Iglesia, es decir, que sin misericordia la Iglesia perdería su razón de ser, ella predica la salvación, lleva a la salvación y esta se logra sólo por la misericordia de Dios, no por nuestros méritos: “La misericordia es la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia… (Cfr. MV. 10). Y una tercera novedad fue el hecho de enviar a unos promotores de la misericordia de Dios en su nombre, en nombre de la Iglesia: los Misioneros de la Misericordia (Cfr. MV. 18).

Misericordia es mirar a la Iglesia como un gran “hospital de campaña” en el cual se atiende el motivo por el cual acuden allí, para sanar y perdonar; es buscar de manera personal el sacramento de la reconciliación, el abrazo del Padre; es, también, motivarnos a ser misericordiosos los unos con los otros a través de los medios que nos propone la Iglesia, las Obras de Misericordia. En fin, misericordia es volver a mirarnos como hermanos para responder la pregunta del Padre en el jardín del Edén “¿dónde está tu hermano?” y sentirnos responsables de él; es poder levantar la mirada al cielo y decir “Padre nuestro…”. Al culminar el Año Santo en Noviembre del 2016, muchos de nosotros pudimos pensar que se terminaba también el tiempo de ser misericordiosos, y por ello el Papa Francisco nos envió la Carta Apostólica “Misericordia et Misera” para recordarnos lo siguiente: “Termina el Jubileo y se cierra la Puerta Santa. Pero la puerta de la misericordia de nuestro corazón permanece siempre abierta, de par en par” (MM. 16). Y para confirmar lo anterior vuelve a hacer mención sobre los “Misioneros de la Misericordia: “Este ministerio extraordinario no cesará con la clausura de la Puerta Santa. Deseo que se prolongue todavía, hasta nueva disposición, como signo concreto de que la gracia del Jubileo siga siendo viva y eficaz, a lo largo y ancho del mundo” (MM. 9). Hace unos pocos días, en la visita que se tuvo del Santo Padre a nuestro país, en un pequeño y a la vez grandioso encuentro, pude acercarme a él para decirle que yo era uno de los mil Misioneros de la Misericordia que él había enviado al mundo y uno de los 04 que estaban aquí en Colombia, entonces me miró, me tomó de la mano y acercándose me dijo: “Perdone todo”. “Sí, le respondí, es lo que he estado haciendo, en el nombre de Dios y de la Iglesia”. No perdamos la oportunidad de sentir de nuevo el abrazo del Padre que nos devuelve la dignidad de hijos, acudamos a su MISERICORDIA y dejémonos “misericordiar” por él y “misericordiemos” a nuestros hermanos. + EL PESCADOR - Octubre - Noviembre 2017

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El mundo nos ve

Ante un fugaz pero inolvidable paso de Dios

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a noticia que meses antes se esperaba dudosa, se hizo realidad en los primeros meses del año, llenando de profunda alegría muchísimos corazones que vibran con fe, esperan con ansia y aman de verdad. Si, el Papa viene a confirmarnos en la fe, a avivar nuestra esperanza, a señalar caminos de reconciliación, a despertar de largo letargo a quienes se dicen fieles pero viven al margen de la realidad cristiana. El correr de los días nos acercaba cada vez más a dicha realidad y empezaron a oírse voces de aprobación y de desaprobación, ya de política, ya de fe, elucubraciones que suelen darse cuando se desconoce la realidad del país o se quiere ignorar la fe que ha animado siempre a este pueblo en las adversidades de la vida; hasta que llegó el momento en las que se callaron las voces como clarines en silencio y empezó a percibirse el despertar de un pueblo ansioso de Dios que anhelaba y se abría a la esperanza de la reconciliación y el perdón que venía a plantearnos nuestro padre Francisco.

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El mundo nos ve

La fe profunda del Obispo que designara la Conferencia por su experiencia en la venida de Juan Pablo II, era garantía de éxito espiritual; teólogos, comunicadores, clérigos y fieles se entregaron de lleno a tan inmensa tarea, apoyados por la Jerarquía del País y los sacerdotes y consagrados; como fina filigrana fueron construyendo, organizando y precisando cuanto el evento requería y así se fue labrando lo que más tarde veríamos como un éxito total. No atribuimos la grandiosidad espiritual, la acogida, la fe, la paz que vivimos esos días a un frio cálculo preparatorio; tampoco a visión económica. No, Colombia como parte de un mundo descristianizado y secularizado, parecía no necesitar la visita de un Papa, máxime cuando se precia de ser un estado laico y no es ajeno a nosotros a veces, tendencias ateístas. Monseñor Suescún y los organizadores supieron despertar esa fe dormida, presentar atractiva la visita del Pontífice, tuvieron en cuenta el tema de la reconciliación y el perdón que tanto necesita nuestra nación y pusieron en manos del Pontífice temas fundamentales como la vida, la reconciliación, el discipulado y los derechos humanos. Claros fueron en asegurar la apoliticidad del evento y la necesidad de una preparación espiritual dispuesta a acoger los mensajes y entender que dicha visita era el paso de Dios por nuestras vidas. Llegó el esperado seis de septiembre; todo estaba dispuesto y Colombia recibió con amor y ansias al Obispo de Roma. Con sonrisa permanente en sus labios, con bondad de su alma y con corazón de padre, saludó a las autoridades y manifestó su cariño a los pobres y desvalidos que en un abrazo les entrego el amor de Dios. Si, la sonrisa de Dios en los labios de Francisco atrajeron a los colombianos que desde ese momento no perdieron ni un paso, ni una palabra de tantas, salidas de su enseñanza como Padre y Pastor. Las multitudes del jueves siete en Bogotá, las del 8 en Villavicencio, del 9 en Medellín y el 10 en Cartagena son testimonios fieles de la acogida de este pueblo al sucesor de Pedro en la Cátedra de Roma. Su mensaje y palabras ganaron el cora-

Monseñor. Javier Giraldo Rojas Canciller Obispado Castrense de Colombia.

zón de todos los colombianos. Tres hechos sobresalientes tuvimos en esta visita: El encuentro con los jóvenes en la plaza de Bolívar en Bogotá, la reunión con las víctimas del conflicto armado en el parque de las Malocas en Villavicencio y el encuentro con sacerdotes, religiosos, consagrados, seminaristas y sus familias en el Coliseo de la Macarena en Medellín, dejaron huellas profundas en nuestros corazones que jamás olvidaremos. No demerito los demás actos que fueron grandiosos por su mensaje; solo destaco los que en mi corazón hicieron mella y calaron en la mente y el corazón de quienes los escucharon. Gracias Papa Francisco, gracias autoridades eclesiásticas y civiles, gracias Mons. Fabio Suescún y sus obispos colaboradores, gracias a quienes prepararon con entusiasmo, amor y entrega esta visita apostólica. Sin duda alguna, de los tres papas que han visitado el País, el Papa Francisco llenó el alma y el corazón de los católicos colombianos. Nos hizo vivir una paz por muchos años anhelada, nos hizo soñar en tiempos mejores, revitalizó nuestra fe en Cristo Jesús, nos trajo un mensaje de esperanza, reconciliación y amor; cuatro días bastaron para que al regresar a su sede dejara un vacío inmenso y una profunda nostalgia Señor Jesús: pasaste por Colombia en la persona del Papa Francisco para dejarnos una dádiva de tu amor que desde el fondo del alma te agradecemos y alabamos tu grandeza. Concédenos que lo que nos dijiste en la persona y palabras del Papa Francisco se hagan realidad en nuestras vidas y logremos tener un país renovado en su fe, fincado en la esperanza de una reconciliación nacional y una paz en la que nos amemos como hijos de Dios. Gracias Papa Francisco. +

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Pastoral TIC para la Evangeliza-

Sembrando en Colombia SC. Nelson Cardona Bedoya Pastoral TIC’s para la Evangelización

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l terreno se ha venido preparando con sumo cuidado para la siembra, labor que ha realizado la Santa Iglesia Católica en todos los rincones del país, con ayuda de los que se unieron a esta obra comunitaria y demostrada en la maravillosa acogida que tuvo Su Santidad el Papa Francisco durante su visita pastoral. Francisco es un sembrador entusiasta, es un pastor que se unta de oveja, es un líder espiritual que siente en su corazón el dolor del hermano, se compadece de la viuda, de los huérfanos, de los pobres, abraza con amor a los enfermos y a los mutilados los consuela y eleva su dolor al cielo para que sea compartido con Jesús. La semilla de la ALEGRÍA fue puesta en terreno fértil, en los corazones de los colombianos ha sido sembrada y abonada con humildad, con sencillez y con misericordia, pero el sembrador es consiente que al igual que en el Evangelio, puede nacer cizaña alrededor de esta buena semilla, esos son los males que tanto aquejan a la humanidad y con especial arraigo en este país; el narcotráfico, el abandono a los más necesitados, la corrupción, la politiquería, la violencia, la falta de fe, el terrorismo y la injusticia que también desborda cualquier imaginación, son apenas algunas de las lacras como dijo el Papa Francisco, más conocidas, y de las cuales es necesario proteger haciendo un escudo alrededor, para que la semilla nazca, crezca y dé el fruto que todo sembrador sueña. Pero no solo la alegría fue sembrada en esta tierra que contagia con su entusiasmo a cualquier peregrino, el pastor con olor a oveja traía en su mochila de sembrador, la semilla de la ESPERANZA, esta fue sembrada junto con la ALEGRIA; la esperanza por su lado nos da una mirada hacia el futuro, con deseo de ocasionar un lio que defienda de la cizalla y al mismo tiempo produzca en los corazones la necesidad de ver crecer las semillas hechas árboles y dando frutos, buenos frutos para recoger en las generaciones presentes y venideras, esas generaciones a las que les debemos la mala administración de los recursos

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dados por Dios y que hoy claman con un grito al cielo para ser escuchados. No se dejen robar la alegría, no se dejen robar la esperanza; es la invitación del sumo Pontífice al reunirse con los jóvenes en la plaza de Bolívar, con los Obispos y sacerdotes, con los fieles en las misas campales y multitudinarias que se realizaron en Bogotá – Medellín – Villavicencio y Cartagena, con los militares y policías, con las víctimas del conflicto, con los enfermos y hasta con la clase política, repetía una y otra vez “no se dejen robar la Alegría, no se dejen robar la Esperanza”. La Esperanza y la alegría juntas, sembradas en el corazón de cada colombiano por su Santidad el Papa Francisco, el hombre que trae la palabra de Dios consigo, y la dejo gratis, recordando que, la libertad que Jesús nos ha dado la llevamos den-

tro de nosotros, que ser libres es consecuencia de vivir alegres y con esperanza en las promesas del resucitado, esperanza en el perdón de los pecados, esperanza en la vida eterna, esperanza en el amor por los hermanos, esperanza en la reconciliación, esperanza en la paz, esperanza en un mundo mejor, en una casa común habitada por personas que hacen del amor el pan de cada día. +


Pastoral TIC ‘s

“Un Cristo roto y amputado,

es más Cristo aún”

CT. Constanza Liliana Castaño Pastoral TIC’s para la Evangelización

Ver a Cristo así, mutilado y herido, nos interpela. Ya no tiene brazos y su cuerpo ya no está, pero conserva su rostro y con él nos mira y nos ama. Cristo roto y amputado, para nosotros es «más Cristo» aún, porque nos muestra una vez más que Él vino para sufrir por su pueblo y con su pueblo; y para enseñarnos también que el odio no tiene la última palabra, que el amor es más fuerte que la muerte y la violencia. Nos enseña a transformar el dolor en fuente de vida y resurrección, para que junto a Él y con Él aprendamos la fuerza del perdón, la grandeza del amor.” El 2 de mayo de 2002, la iglesia “San Pablo Apóstol” Bojayá en la que se guarecían de las balas 300 de los habitantes del pueblo, tras intensos enfrentamientos entre la guerrilla y los paramilitares, fue testigo de un acto de horror cuando una pipeta de gas atravesó las tejas de eternit, la explosión causó la muerte de 117 personas y numerosos heridos. Una de las imágenes que conservan en la memoria todos los colombianos es la de un Cristo sin brazos y sin piernas, un Cristo que se convirtió en el símbolo de esta tragedia y que, en palabras del Papa Francisco, tiene un gran valor simbólico y espiritual. En el contexto del “Gran Encuentro de Oración por la Reconciliación en Villavicencio” se convierte en un símbolo de esperanza. El Cristo salió de la capilla el lunes 4 de septiembre, junto con un grupo de víctimas y “alabaoras” (un grupo de mujeres que se vestían de luto para cantarle al dolor de la guerra) y peregrinó hasta Villavicencio. El Papa Francisco pronunció esta oración y lo bendijo: “Oh Cristo negro de Bojayá, que nos recuerdas tu pasión y muerte; junto con tus brazos y pies, te han arrancado a tus hijos, que buscaron refugio en Tí. Oh Cristo ne-

gro de Bojayá, que nos miras con ternura, y en tu rostro hay serenidad; palpita también tu corazón para acogernos en tu amor. Oh Cristo negro de Bojayá, haz que nos comprometamos a restaurar tu cuerpo. Que seamos tus pies para salir al encuentro del hermano necesitado; tus brazos para abrazar al que ha perdido su dignidad; tus manos para bendecir y consolar al que llora en soledad. Haz que seamos testigos de tu amor y de tu infinita misericordia”. +

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Tribunal Eclesiástico

La necesidad de encontrar un remedio para el alma Dra. Doris Gicelly Montagut Rodriguez Abogada canónica, Obispado Castrense de Colombia

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…Mujer, ¿dónde están? ¿Nadie te ha condenado?» Ella respondió: «Nadie, Señor”, Jesús le dijo: «Tampoco yo te condeno. Vete, y en adelante no peques más». (Jn. 8,11), conmovedoras, pero sobre todo sanadoras palabras de Jesús a la mujer adúltera; sin duda, muchos corazones liberados con su misericordia; frases sencillas pero tan profundas que nadie podría siquiera imaginar, que ese mismo dialogo, que esas mismas palabras en muchas personas, en cambio de sanar, torturan; atan, hieren, maltratan; y no es precisamente porque esa sea la intención de Jesús, lo sabemos muy bien todos los Cristianos; lo que sucede es que cuando se está inmerso en una relación conyugal, que canónicamente se califica en la Iglesia Católica como irregular, ya sea porque se tiene una relación con una persona con quien no contrajo el matrimonio católico, o bien, por qué se esté con una que tiene un matrimonio sacramental; la convicción interna de saber, de conocer y de sentir que muy a su pesar, vive en pecado; que no puede liberarse de él porque ama su hogar; ama a esa persona que ahora es su cónyuge ; que no puede acercarse a todos los sacramentos, porque en su consciencia sabe bien que no puede hacerlo, y que no basta desearlo con intensidad profunda; son razones que le desquebrajan el alma; dividen el corazón y acunan el resentimiento. No basta saber que Dios es amor y que la dimensión de su misericordia traspasa todo entendimiento humano; no basta saber que Él , sufre con el pecador, que ama al pecador; es algo más que entendimiento, es algo más que sentimiento; es la culpa que lastima; es el dolor de un corazón vivo que hincado ante su majestuosa e imponente presencia, se desgarra por no poder mirarlo de frente y mucho menos ir a su encuentro y fundirse en Él; es la tristeza y melancolía de sentirse indigno; es la impotencia de caminar paso a paso como lo hacen todos, al ritmo de esa hermosa canción y al fin llegar para verlo, tocarlo y llevarlo hasta el alma y volver a la banca con el corazón inflamado de su amor y la esperanza de que ahí va estar para siempre. Entonces las palabras de Jesús a la mujer pecadora se vuelven propias; rebosan la mente, porque es cierto, nadie

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condena esas segundas relaciones; la sociedad afortunadamente, tiene las puertas abiertas para ellas ; y eso está bien; nadie merece ser juzgado por nada ni por nadie; la Iglesia misma , en su misión salvadora quiere acoger esas personas y rodearlas del amor que necesitan; pero nada ayuda; no es suficiente oír a Jesús diciendo: “ yo tampoco te condeno”; el alma no entiende, no se conforma; para quien vive con el peso de lo que este no amor significa, siente tener una carga que en su interior, difícilmente puede manejar. Las lágrimas derramadas; la añoranza de lo que se podría tener y no es posible; los silencios que ahogan; no son otra cosa que la manifestación palpable del inmenso amor a Dios; de su necesidad; de las ansias de hacerle feliz; de agradarle, de sentirse amado por Él; tantos sentimientos enfrentados, cuestionados, bloquean y sumen a la persona en estado de conformismo a sufrir, porque cree se lo merece; es la paga que cree debe asumir por desobedecer a Dios; por arriesgarse a amar; no puede, le es imposible comprender que no es así; que Dios la ama inmensamente, incondicionalmente; que también por ella dio su vida; que lo sigue haciendo; teóricamente lo ha oído una y otra vez; pero es incomprensible porque el alma se niega aceptarlo, a creerlo. Y es que pocos saben que la Iglesia, conoce de este dolor y ofrece la posibilidad de estudiar cada caso de manera individual; de analizar cada historia y suministrar el remedio que el alma necesita mediante un proceso de nulidad; los que lo saben suponen que es un proceso al que no se puede acceder fácilmente y tan excluyente que se reserva solo para cierta clase de personas; nada más erróneo; siempre la Iglesia ha estado preocupada por estas parejas, son sus hijas y por tanto quiere acogerlas, cuidarlas; entonces si hay forma de recuperar la paz, la tranquilidad, la esperanza; la cuestión es tomar la decisión, enfrentarse con su realidad y no tener miedo ni vergüenza de buscar las herramientas y las ayudas que la Iglesia proporciona para este fin; si es totalmente posible obedecer a Jesús y sentirse libre: “…vete y en adelante no peques más”; es verdaderamente posible.+


Animación Misionera

Pastoral TIC’s

Beato Monseñor Jesús Emilio Jaramillo Monsalve

CT. Constanza Liliana Castaño Pastoral TIC’s para la Evangelización

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onseñor Jesús Emilio Jaramillo Monsalve, nació en Santo Domingo Antioquia, el 14 de febrero de 1916, se formó en el Seminario de Misioneros Javerianos Extranjeros de Yarumal. El 10 de enero de 1971 es consagrado obispo titular de Strumniza, como Vicario Apostólico de Arauca. El 19 de julio de 1984 el vicariato fue elevado a diócesis y fue nombrado como el primer obispo residencial. Su episcopado dentro de Arauca fue centrado en un trabajo netamente misional, inscribiéndose en un apostolado social, muy de la mano con los militares de la región. Iba de vereda en vereda, llevando su mensaje, congregando a sus fieles y predicando el Evangelio. Los siguientes son fragmentos del presbítero Mario Álvarez Gómez, Director Nacional de Obras Misionales Pontificias de Colombia, en su artículo: Beato Jesús Emilio Jaramillo Monsalve mxy, Mártir “EL VALOR DE LAS CONVICCIONES” “El lunes 2 de octubre de 1989, mientras regresaba de una visita pastoral en la región de Fortul, Arauca, hacia las 3:30 p.m. es secuestrado por tres hombres del Ejército de Liberación Nacional ELN, frente Domingo Laín Sanz. Hacia las 7:00 p.m. de ese mismo día, a la vera del camino, es sacrílegamente martirizado y asesinado. Seis disparos sobre la sagrada persona de Monseñor Jesús Emilio Jaramillo Monsalve mxy, señalan la sevicia y desahogo de rabia y odio de sus asesinos.

¿Por qué martirizaron y cobardemente asesinaron al Obispo de Arauca? Ya se ha escrito. Y mucho se escribirá en adelante de lo que hizo y predicó Monseñor Jesús Emilio Jaramillo Monsalve mxy en su Diócesis de Arauca. Pero a partir del 8 de septiembre de este año, por el dictamen final de la Iglesia de Cristo, en la persona del Vicario de Cristo, el Papa Francisco, ya no tenemos duda: El Obispo de Arauca, Monseñor Jesús Emilio Jaramillo M. mxy, murió por odio a la fe católica; por el rechazo rabioso al Evangelio de Cristo; por lo incómodo que resulta el pregón constante de la verdad y el anuncio, hecho testimonio, de los verdaderos valores humanos. Por su integérrima fe en Dios, en el Evangelio y por su lucha en bien del desarrollo integral del hombre araucano, murió y hoy es Beato Mártir, el Obispo de Arauca, Monseñor Jesús Emilio Jaramillo Monsalve. Su exquisita formación en humanidades, la aceptación generosa de los principios filosóficos, de la más pura “Filosofía perenne”, la asimilación de una Teología Escolástica recia, encumbrada, iluminadora sobre la existencia y grandeza de Dios, la convicción que la Iglesia es experta en humanidad (Cfr. Paulo VI, Discurso en la ONU, 4 de octubre de 1965), produjeron en él un hombre de principios, de fe, de grandeza, de quien no se amilana ni se tuerce ni se doblega ante ideologías contrarias al Evangelio. Su vida, sus palabras, sus escritos, sus realizaciones en bien de un humanismo integral, siguiendo las orientaciones de la Encíclica Populorum Progressio (Paulo VI, 26 de marzo de 1967), su confianza en el hombre, aún a sabiendas de la fragilidad de algunos de los que lo rodeaban y podrían abusar de su bondad, y su muerte, así lo atestiguan. Felicitaciones muy sinceras al Instituto de Misiones Extranjeras de Yarumal: no podían recibir un regalo mayor en sus 90 años de existencia. Felicitaciones Iglesia Católica toda de Colombia: que la oblación de esta vida nos siga alentando a buscar y defender incansablemente la verdad, a vivir el Evangelio sin distracciones mundanas, a seguir luchando por la familia y la sociedad en Dios. Una palabra, una vez más, de perdón y reconciliación para quienes, equivocadamente caminan sin Dios. Tengamos presente que la verdad plena sobre el hombre la reveló Dios Padre en su Hijo Jesucristo; en su encarnación, en su vida, en su muerte y en su resurrección: “En realidad, el misterio del hombre solo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado” (Concilio Vaticano II, Gaudium et Spes, 22).” + EL PESCADOR - Octubre - Noviembre 2017

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Da el primer paso

Da tú el primer paso, ese es el secreto.

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a inspiración, fue solo participar de alguna manera para hacer parte de lo que sería la visita del Papa y las pinceladas en óleo su pasabordo para llegar a ver y escuchar en vivo y en directo algunos de sus saludos y homilías. Sin manejar ninguna expectativa más allá de unirse al Sumo Pontífice así fuera de corazón, Edgar Hernando Uribe Hernández, Intendente de la Policía Nacional, en el departamento de Santander y pintor desde sus 5 años, vio el anuncio del concurso de dibujo “Hacía dónde darás el primer paso, para construir país”, y una vez sentado al lado de su esposa empezó a trazar las líneas de colores y a plasmar el mensaje: “Da tú el primer paso, ese es el secreto”; diseño que lo haría el ganador ante más de 100 dibujos que recibió el Obispado Castrense de Colombia de todas la unidades de las Fuerzas Armadas a nivel nacional. El deportista, el hombre con 12 años de casado, 21 años al servicio de la patria pero ante todo el ser humano, fue tallado como una escultura por el Obispo de Roma: 1. ¿Qué aspectos rescata de los momentos en los que estuvo cercano al Papa Francisco?: Estar cerca así no fuera tan próximo fue una experiencia inolvidable, ver su caminar, sentir y vivir su presencia, escuchar de su voz las palabras que pronuncio es algo que difícilmente se olvida. Para mí, en lo personal me hizo mucho bien sentir y vivir esa cercanía, me ha hecho ver las cosas diferentes a como lo hacía y eso ha cambiado para bien mío y el de mi familia. 2. Qué mensaje o mensajes le dejo el Papa y cuál sería ese primer paso que le ayudo a dar el Sumo Pontífice, para seguir dando los siguientes?: Me gustó mucho la frase donde dice que “no se dejen vencer, no se dejen engañar, no pierdan la alegría ni la esperanza”; tiene mucho significado y motivación para todos. …sí queremos algo, sí queremos superar una situación o una dificultad la clave está precisamente en no dejarse vencer, en luchar y superar esas barreras que se nos presentan… y eso estoy haciendo! 3. Después de vivir la experiencia del premio, ¿qué le han dicho sus familiares, amigos y conocidos?: Desde el primer

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Dayana Delgado Contreras Pastoral TIC’s para la Evangelización

momento que se dio a conocer que había ganado el concurso realizado por el Obispado Castrense, recibí muchas felicitaciones inclusive de personas que hacía años no tenía contacto. Sentí esa alegría de mi familia, amigos y conocidos, no solo por haber ganado el premio, sino también por haber vivido la experiencia de estar cerca del Papa Francisco, más aún cuando se dio a conocer por los diferentes medios, haciendo como suya también esta hermosa experiencia. También me han dicho algunos conocidos que quieren una pintura mía, es decir que sirvió como una ventana para dar a conocer más mis cualidades artísticas. 4. ¿Qué mensaje podría usted compartir con las personas después de tener esta experiencia en general?: Pienso que lo más importante que viví de esta experiencia fue sentir un cambio en mí, un cambio luego de sentir esa paz, esa tranquilidad viendo de cerca al Papa Francisco, y no solo por la cercanía física sino también por el mensaje que trajo a nuestro pueblo, ese mensaje de reconciliación y de esperanza. En lo personal, haber vivido la experiencia del encuentro con el Papa Francisco es una motivación, es un ejemplo a seguir, es una luz y un punto de referencia para nuestra generación, para dar el paso hacia la reconciliación, hacia perdonar al otro y perdonarnos nosotros mismos, es una oportunidad que cada uno debemos aprovechar. 5. Tiene algo más que agregar?: Agradecer infinitamente al Obispado por todo, por sus atenciones, por su buena disposición, por hacerme sentir tan bien y por hacer posible que viviera esta experiencia. +


El Pescadorcito

El pescadorcito Hola amiguitos En esta ocasión les quiero resaltar algunas frases que el Papa Francisco lleno de emotividad, amor y ternura, vivió con alegría y gozo cada encuentro con todos los niños de Colombia. El Papa Francisco pidió a todos los niños de Colombia No perder la alegría, no perder la esperanza Tras escuchar el testimonio de la niña Claudia Yesenia García Ramírez, del Hogar San José en Medellín, aseguró que “ver sufrir a los niños hace mal al alma” y recordó a los niños, que Jesús también sufrió y fue víctima del “odio y de la persecución; también Él tuvo que huir con su familia, dejar su tierra y su casa, para escapar de la muerte”. “No podemos aceptar que se les maltrate, que se les impida el derecho a vivir su niñez con serenidad y alegría, que se les niegue un futuro de esperanza”, afirmó el Papa. El Papa se Dirigió a la niña Yesenia, y afirmó que el hogar San José es una “prueba del amor que Jesús les tiene y el deseo de estar muy cerca, al lado de tanto horror sucedido, Dios te regaló una tía que te cuidó, un hospital que te atendió y finalmente una comunidad que te recibió, donde nos sentimos amados, protegidos, aceptados, cuidados y acompañados”. Recordó a los religiosos y laicos que sirven en esta obra de la Iglesia dos realidades que no deben faltar: “el amor que sabe ver a Jesús presente en los más pequeños y débiles, y el deber sagrado de llevar a los niños a Jesús”. PASATIEMPO: Los invito a realizar la siguiente sopa de letras. Buscar en la sopa de letras los GESTOS del Papa Francisco, que enamoró a Colombia, gestos que debemos imitar como niños seguidores de Jesucristo, a ejemplo del Papa. Amor- Humildad- Felicidad- Sonrisa en su rostro- Humanidad- Emoción- Ternura por los niños- Alegría- Esperanza- Emotividad- Cariño- Compasión- Paz- Agradecimiento.

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Actividades Pastorales

ยกColombia,

Misiรณn Cumplida! EL PESCADOR - Octubre - Noviembre 2017

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