Tema 9. Las Orientaciones Metodológicas y las Competencias Básicas El desarrollo de las Competencias Básicas en el currículo: cómo programar y trabajar las Competencias Básicas y no morir en el intento
Juan José Caballero Muñoz
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Tema 9. Las Orientaciones Metodológicas y las Competencias Básicas Tras las Competencias Básicas, los Objetivos y los Contenidos, el siguiente componente del currículo viene determinado por las Orientaciones Metodológicas. No es el objetivo del presente curso el hacer una extensa conceptualización teórica acerca de aspectos metodológicos. A tal efecto existen multitud de documentos. Ahora bien, hay que tener en cuenta la presente cuestión: si algo supone la introducción de las Competencias Básicas como componente predominante del currículo es una profunda reflexión y análisis acerca de los cambios que las mismas deben suponer sobre los aspectos metodológicos. Es la metodología, por encima de otros aspectos, la que se debe verse afectada por una forma de entender la práctica educativa basada en la adquisición de las Competencias Básicas. Dicho esto, vamos a abordar, en el presente Tema, de un lado y de forma breve, qué opciones metodológicas existen, y de otro lado, los requisitos metológicos del trabajo de las Competencias Básicas.
La concreción de las Orientaciones Metodológicas en un Estilo de Enseñanza En el Tema anterior analizamos cómo los Contenidos se concretan en una serie de tareas y actividades de enseñanza-aprendizaje. En el presente Tema veremos cómo dichas tareas se organizarán y plantearán atendiendo a una serie de Orientaciones Metodológicas. La metodología, por tanto, estipula los procedimientos a través de los cuales se van a alcanzar las capacidades contenidas en los Objetivos y se va conseguir la adquisición de las Competencias Básicas. Las líneas metodológicas para Educación Primaria y ESO que se concretaron en el Tema 4 y que eran las que establecían las distintas disposiciones legales en el Primer Nivel de Concreción Curricular, serán concretadas en un determinado Estilo de Enseñanza, mediante el cual el profesor afrontará el proceso de intervención didáctica durante el proceso de enseñanzaaprendizaje. El Estilo de Enseñanza abordará el conjunto de decisiones sobre las interacciones que se producen en el acto didáctico.
Los componentes del Estilo de Enseñanza
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El Estilo de Enseñanza se compone de los siguientes elementos, siguiendo a Delgado Noguera:
Figura 41. Componentes del Estilo de Enseñanza
La interacción técnico-comunicativa: se concreta en una Técnica de Enseñanza. Define la forma en la cual se produce el intercambio de información entre el profesor y el alumnado. Esta información puede ser:
Según su momento: bien información inicial explicativa, bien conocimiento de resultados obtenidos.
Según su objeto: bien información acerca de la sesión, bien información acerca de la tarea.
Según su sujeto: información global si va destinada al conjunto del grupo-clase, grupal si se destina a un grupo, o individual si es un único alumno/a su destinatario.
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Según su código: verbal, escrita, audiovisual.
Según la organización de estos aspectos pueden darse dos Técnicas de Enseñanza distintas:
Instrucción Directa: se da en tareas cerradas, en las cuales se precisa qué hacer, cómo y cuándo hacerlo, a la vez que los datos necesarios de una realización correcta. El conocimiento de resultados será específico, íntimamente ligado al objetivo y condicionantes de la tarea previamente fijados en la información inicial.
Indagación: fundamentalmente en tareas abiertas, en las cuales se determina un objetivo a perseguir, pero no se ofrecen datos sobre el cómo ni sobre la ejecución correcta, pues son muchas las que pueden darse y todas correctas.
Figura 42. La Técnica de Enseñanza
La interacción socio-afectiva: viene concretada en un determinado clima de aula, el cual define cómo se producen las relaciones de tipo socio afectivo profesor-alumno/a y alumno/a. Como elemento clave hemos de decir que dicho clima de aula debe potenciar la motivación hacia el aprendizaje y estará organizado mediante unas normas basadas en la convivencia democrática y la resolución pacífica de los conflictos, evitando situaciones discriminatorias y de rechazo.
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La interacción de organización-control: define cómo se organizarán tres aspectos:
El tiempo de la sesión: distribución, partes, peso de cada parte,...
Los alumnos: tipos de agrupamientos, variabilidad de los mismos,...
Las tareas: tareas generales únicas (igual tarea para todo el alumnado), tareas grupales (distinta tarea, por nivel o por interés, para cada grupo) y tareas individuales (distinta tarea para cada alumno/a). Se establecen así líneas de progresión en la individualización del proceso de enseñanza-aprendizaje que requerirán, al mismo tiempo, un progreso en el nivel de madurez e implicación del alumno/a.
Los recursos didácticos: recursos materiales a utilizar.
Tipos de Estilos de Enseñanza Según cómo se determine la organización de los cuatro elementos anteriores, se pueden concretar los siguientes Estilos de Enseñanza, teniendo en cuenta que, en la práctica, es raro encontrarlos en estado puro. Lo más normal es diseñar tareas de enseñanza-aprendizaje que mezclen componentes de distintos Estilos de Enseñanza. En un trabajo competencial en esa simbiosis siempre va estar presente la Resolución de Problemas.
Asignación de tareas: el profesor ofrece, mediante cualquier código y formato, una lista de tareas al alumno/a que el mismo ha de solventar. En tal lista se concreta qué hacer y cómo hacerlo, ofreciendo, al mismo tiempo o de forma retardada, datos específicos acerca del resultado correcto.
Estilos de enseñanza que formentan la individualización: se caracterizan por atender a la diversidad del alumnado y a los distintos ritmos de aprendizaje. Fundamentalmente son tres:
Trabajo en grupos: se caracteriza por establecer distintos grupos que realizarán distintas tareas. El criterio para la formación de los grupos será, bien el nivel inicial de los alumnos/as, bien el distinto interés de los mismos por las tareas ofertadas. Los grupos no tienen porque delimitarse físicamente; es decir, la concreción de dos niveles para una misma tarea supone
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en sí un trabajo en grupos de nivel, sin tener que reunir físicamente a los alumnos/as de cada nivel.
Enseñanza modular: se concretarán varios módulos de enseñanza. Consistirá en mezclar los dos criterios anteriores, nivel e intereses. Se dividirá al alumnado en varios grupos de interés y, dentro de ellos, en varios niveles.
Programa individualizado: supone la máxima individualización de la enseñanza. Por contra, las relaciones socio-afectivas alumno-alumno se ven resentidas. Consiste en establecer un programa de tareas independiente para cada alumno/a. Requiere de un alto grado de madurez en el alumno/a que puede ser, en todo caso, el que diseñe su programa individual.
Figura 43. Estilos de Enseñanza
Estilos de enseñanza que fomentan la participación del alumnado: se caracterizan porque en ellos el alumno/a asume roles propios del profesor, lo que requiere madurez en el mismo a la vez que fomenta su actitud responsable. Precisan de un alto grado de precisión de la tarea, de los criterios correcto/incorrecto de realización de la misma y de la fijación de los puntos claves a observar y evaluar. Fundamentalmente son:
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Enseñanza recíproca: se establece un trabajo por parejas mediante el cual unalumno/a es el que la realiza y otro el que la evalúa. Después se intercambian los papeles.
Grupos reducidos: el trabajo se amplía a tres, donde uno es que ejecutante, el segundo es el evaluador y un tercero se encargará de anotar los resultados.
Microenseñanza: el profesor delega su función docente en un determinado alumno/a "especialista" de un Contenido en concreto. Este alumno/a se convertirá en profesor-delegado y será el encargado de abordar el trabajo con el resto de alumnos/as, siempre con la ayuda y supervisión del profesor. Requiere un gran dominio del Contenido y un alto grado de responsabilidad y madurez en el profesor-delegado.
Estilos de enseñanza que fomentan la socialización del alumnado: se caracterizan fundamentalmente porque todos los aspectos, incluso la selección de la misma tarea en sí, se supedita a la consecución de un determinado objetivo social: la potenciación de las relaciones socio-afectivas entre el alumnado.
Estilos de enseñanza que fomentan la implicación cognoscitiva del alumnado: se basan en el aprendizaje mediante el descubrimiento, en la llamada "pedagogía de las situaciones". Mediante ellos se presenta al alumno/a una determinada tarea que él mismo tendrá que resolver fijando sus propias estrategias a tal fin. Son los siguientes:
Descubrimiento guiado: tiene un carácter convergente hacia la correcta realización de la tarea. El profesor irá dando información que vaya orientando al alumno/a hacia la solución correcta y que vaya tratando de eliminar las respuestas que se encuentren alejadas de la misma.
Resolución de problemas: se plantea la tarea y no se da ningún dato acerca de la correcta realización de la misma. Se utilizará para tareas que puedan tener distintas y variadas soluciones y realizaciones, y todas ellas correctas.
Estilos de enseñanza creativos: mediante ellos se persigue el fomento de la creatividad y la originalidad del alumno/a en la resolución de la tarea. Están en relación con el último Estilo de Enseñanza analizado, la Resolución de problemas, y se centran más en las manifestaciones estéticoexpresivas.
La metodología de trabajo de las Competencias Básicas
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Una vez analizado, de forma somera, qué opciones metodológicas existen, concretadas en unos determinados Estilos de Enseñanza, procede desentrañar el espíritu metodológico que subyace a las Competencias Básicas. El mismo es fácil de entender si se analiza todo el proceso de definición y selección de las Competencias Básicas y se revisan la multitud de estudios teóricos que se dedican a conceptualizarlo. Aquí, simplemente, conviene señalar dos aspectos que nos servirán de base para el diseño de las tareas que se afrontará en el Tema 11:
Una Competencia indica la forma en que una persona moviliza sus recursos para resolver un determinado problema. Indica una potencialidad del individuo en un determinado campo de conocimiento y la experiencia. Es por ello que el aprendizaje mediante la Resolución de Problemas y el Descubrimiento Guiado es el más apropiado para afrontar del desarrollo de la misma. Las opciones metodológicas a abandonar son las basadas en la transmisión de conocimientos no aplicados, y se centrará más en un aprendizaje funcional situado en contextos concretos, que fomente la motivación del alumno/a y asentado en un trabajo multidisciplinar. En esta forma de trabajo, la implicación del alumno/a en su propio aprendizaje nos llevará a una metodología activa y participativa más que meramente receptiva.
Figura 44. Las Orientaciones Metodológicas y las Competencias Básicas
La tarea a resolver deber concretarse en un determinado contexto y este será el próximo al alumno/a. Por tanto, una Competencia Básica indicará la capacidad del alumno/a de resolver los problemas, a
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nivel individual, social y laboral que le supondrá su integración de forma equilibrada en la sociedad. Agrupará, pues, potencialidades en la resolución de tareas cotidianas, prácticas, que se le plantean y plantearán en el día a día. El sustantivo "aprendizaje" deberá ir acompañado del adjetivo "funcional" para considerar que afronta el desarrollo y adquisición de las Competencias Básicas. La Competencia Básica supondrá que el paso de una enseñanza basada en el SABER a otra centrada en el SABER HACER y SABER ACTUAR. La metodología de enseñanza se basará pues en un aprendizaje situado, es decir, en tareas contextualizadas.
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