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LA EXPOSICIÓN EL SILENCIO Y LA ETERNIDAD REPASA LAS FACETAS DE LA ARTISTA E INCLUYE OBRAS NUNCA ANTES EXHIBIDAS.

GUÍA METRO/ STAFF

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El Museo de Arte Moderno (MAM) conmemora el centenario natal de la pintora, escultora e ilustradora Joy Laville (1923-2018) con El silencio y la eternidad, exposición que abrió al público el 3 de agosto, y que muestra las facetas de la artista junto con obra nunca antes exhibida. La apuesta es ir más allá de la aparente sencillez de sus lienzos, los colores lindos y hasta naif, para atisbar una contemplación de la naturaleza humana.

De origen inglés, naturalizada mexicana en 1986, Laville es conocida por sus cuadros de sencillos escenarios, poblados por callados transeúntes o mudos personajes en reposo, según el crítico de arte Jorge Alberto Manrique.

IGNACIO GARCÍA LASCURAIN

FERNANDO SOLAR ALTAMIRANO

Con una propuesta artística aparentemente sencilla, centrada en la exploración del color y el protagonismo de la corporalidad. Ésta mujer lila, al decir de su marido, el escritor Jorge Ibargüengoitia (1928-1983), debido a su paleta, se relaciona con la Generación de la Ruptura. En 2012 recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes. Aunque se contemplan obras desde 1965 hasta 2014, el mayor cuerpo de la exposición corresponde a su producción en este siglo. Obras que no fueron exhibidas antes y que fueron prestadas por su único hijo, Trevor Rowe, a través de la Galería de Arte Mexicano (GAM), que muy temprano arropó su carrera como artista.

Helene Joy Laville Perren nació el 8 de septiembre de 1923 en la Isla de Wright, cuyo paisaje se ve reflejado en su pintura por medio de su paleta de colores pálidos y su frecuente referencia al mar.

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