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DE SONREÍR

MARÍA GABRIELA ROA

Reír y sonreír tiene un efecto positivo en nuestro bienestar, pero a medida que hacemos la transición de niño a adulto, tendemos a perder la costumbre de practicar estas conductas. Hoy te traemos en Guía Metro 10 beneficios de sonreír para que nunca olvides practicar a diario

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6. SONREÍR TE HACE MÁS ATRACTIVO.

Nos hace parecer más accesibles. La interacción con otras personas se hace más fácil y más agradable cuando se comparten sonrisas, y estas conductas son contagiosas. Los demás también se sentirán mejor y esto a su vez tendrá un efecto positivo en nuestro bienestar.

7. UNA EXPRESIÓN FELIZ Y UNA ACTITUD POSITIVA MEJORARÁN TU VIDA.

Durante una entrevista de trabajo: una persona sonriente y relajada indica confianza y capacidad para hacer frente a situaciones estresantes. Esto también será de beneficio en nuestras profesiones, con los compañeros y empleadores.

8. ES UN GRAN EJERCICIO.

La risa es uno de los ejercicios más efectivos y fáciles de hacer. Una sonrisa pone en movimiento cerca de 400 músculos, incluidos algunos del estómago. Los estudios revelan que veinte segundos de risa son equivalentes a tres minutos de ejercicio físico constante. Además, la risa reduce el colesterol.

9. AUMENTA LA CONFIANZA. Una persona alegre es constantemente vista como una persona más segura y con la autoestima alta, según los expertos. En el ámbito social, la risa es una poderosa fórmula ante el miedo al ridículo y la timidez.

10. LOS QUE RIEN VIVEN MÁS. Personas con buen humor viven muchos más años y son más felices. Un estudio publicado el 2010 en la revista Psychological Science reveló que la sonrisa alarga la vida. Según este estudio, las personas que no sonríen viven un promedio de 75 años, mientras que las que sonríen plenamente viven 79 a 80 años.

Jaime D Az Rivera

Si tienes adicción a los amores poco posibles, si idealizas los vínculos, si la pareja ideal está en el Instagram de los otros, es hora de hacer un alto y reflexionar. ¿Será que de verdad quieres tener una o un compañer@ de vida? ¿O habrá otros temas en los que tendrías que trabajar? Descúbrelo en este artículo de Guía Metro.

Si tus relaciones nunca tienen los pies sobre la tierra puede que seas fan de Platón (por eso de los amores platónicos); y lo real es que se te complica cuando estás en una relación. Las razones por las que estar en pareja puede resultarnos una cuesta arriba son infinitas. Estamos influenciados por nuestra historia familiar: lo dicho, lo no dicho, lo deseado en nuestras familias también es parte nuestra. Saber qué pertenece a quienes nos antecedieron es un buen ejercicio que estaría bien hacer en algún momento.

Si la historia de tu vida es una sucesión de amoríos en los que depositas altas expectativas y terminan en enormes desilusiones, es hora de preguntarte qué estás proyectando en esos otros y comiences a trabajar en ti. Atraemos en la frecuencia en la que vibramos.

Una de las cuestiones más recurrentes en materia de desencuentros sentimentales o de cualquier tipo tiene que ver con las expectativas. Está muy bien ilusionarse, porque esa es la esencia del amor. Ahora bien, las expectativas suponen un resultado predeterminado y, cuando las cosas no salen como queremos, pueden ser muy frustrantes.

Muchas personas aseguran querer estar en pareja, pero a la hora de una relación posible, salen corriendo. Algunos escenarios habituales: nadie llega a los estándares adecuados, la persona deseada no corresponde al amor, hay una imagen infantil de las relaciones, etc.

Cuando el encuentro siempre es esquivo, puede que no exista el deseo genuino de estar en pareja. Nada tiene eso de malo en tiempos en que los mandatos estallan en mil pedazos. El gran tema es tener en claro lo que se quiere y recordar que cuando no sabemos qué es lo que queremos, encontramos lo que no debemos.

Cuando nos conectamos con los demás desde la confusión, generamos aún más confusión y falta de entrega en el intercambio. Estar en pareja es una construcción gradual que invita a desarrollar la tolerancia, a sacudirle la túnica a nuestros fantasmas y, sobre todo, a salir de nuestra zona de confort.

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