JUAN TRINIDAD IMPACTO
Esculturas 2011 - 2018
Henri Loyrette Ex Presidente - Director del Louvre ParÃs
“Sin olvidar el pasado, yo hago hoy esculturas, pensando en el futuro�. Juan Trinidad.
ESCULTURAS 2011 - 2018
SANTO DOMINGO
República Dominicana
CRÉDITOS DEL CATÁLOGO
PRODUCCIÓN Hermanos Rizek Sued
DISEÑO / DIAGRAMACIÓN Guillermo Beltre
TEXTOS Marianne de Tolentino Patrick Landry Gamal Michelén Stefan Danilo de los Santos Abil Peralta Aguero
IMPRESIÓN Santo Domingo República Dominicana
FOTOGRAFÍAS Claudio Concepción Joseph Hamilton COORDINACIÓN Marianne de Tolentino AUSPICIOS Y COLABORACIÓN Hermanos Rizek-Sued
AGRADECIMIENTOS Nuestra profunda gratitud a los coleccionistas, que aceptaron prestar esculturas. Agradecemos a todas las personas que han colaborado en las diferentes etapas, y la realización de la exposición. Nuestro reconocimiento especial al valioso aporte de los hermanos Rizek-Sued.
CONTENIDO
Introducción
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Juan Trinidad y su “Impacto” escultórico en Bellas Artes
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El canto del equilibrio
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Juan Trinidad y la poética de la talla en madera
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Juan Trinidad: Uno de los penúltimos escultores que reconocemos
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El lenguaje escultórico de juan trinidad entre el contradicto tensión poética y armonía espacial
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Biografía
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Esculturas Impacto
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Juan Trinidad
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CONSTELACIÓN DEL CARIBE 246 x 49 x 57 cms, madera / roble Colección privada.
El Palacio de Bellas Artes, que cumple 60 años, conserva su esplendor y puede hospedar las más hermosas exposiciones. Es el marco que correspondía a la muestra escultórica de Juan Trinidad: aquí, resaltada por la museografía, ha tenido una particular importancia, presentando las obras recientes de un gran artista dominicano. La escultura es la única en las llamadas artes visuales, que se fundamenta en el volumen y las formas en el espacio, pero no muchas veces se toma en cuenta. Hasta en las Bienales se considera casi como una categoría menor. Si bien es cierto que la escultura nacional ha perdido cierto brillo por la desaparición de sus maestros mayores, lo que se debe hacer es reincentivarla y ayudar a que recobre su posición: no olvidemos que fue el arte por excelencia desde la antigua Grecia. Juan Trinidad, enamorado de la madera y de la nobleza del corte, enseñó ahora, en el Salón de la Cúpula, la ardua labor que ha hecho en los últimos años, y demuestra que su inquietud creadora siempre está en marcha. Sin lugar a dudas, él es el escultor dominicano actualmente más representativo y comprometido con la talla directa, viviendo además inmerso en concepciones, ideas y proyectos. Las fuentes del arte dominicano, amerindia, afroantillana, europea, están reunidas en su obra impactante. También, la abstracción y la figuración se unen en la escultura de Juan Trinidad, que no ha dejado de integrar en la madera perfiles humanos, con estructuras impresionantes, generalmente altas y verticales, talladas en roble y caoba. Una impronta mística se desprende de estos rasgos armoniosos, sugiriendo la paz interior. Nosotros, como coleccionistas y amantes de las artes plásticas dominicanas y han apoyado varios artistas plásticos entre los que se destacan la última exposición de Ivan Tovar en la fundación Eugenio granel, nos sentimos comprometidos con respaldar a Juan Trinidad, su excelente obra, su energía incansable. Y nuestro patrocinio es la justa compensación de lo que ese maestro brinda al patrimonio y al pueblo dominicano. A nombre de los hermanos Rizek Sued Ela Sarah, Héctor José, Roxana y Samir Rizek Sued.
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Jazz II 108 x 25 x 16 cms Madera / Roble policromado.
JUAN TRINIDAD Y SU “IMPACTO” ESCULTÓRICO EN BELLAS ARTES
se sigue manteniendo la falta de demanda privada y de encargos oficiales por la ausencia de un arte público decente. ¡Los escultores dominicanos practicamente no tienen su espacio en el urbanismo, la arquitectura y la construcción! Sin embargo ellos resisten: de ellos, Juan Trinidad es un buen ejemplo.
1. INTRODUCCIÓN En relación con la Pintura, la Escultura se desarrolló tardiamente en Santo Domingo, y el primer escultor dominicano importante fue Abelardo Rodríguez Urdaneta, también pintor y fotógrafo. Ninguna otra figura notable aparecerá en la obra tridimensional hasta la llegada de los inmigrantes españoles, huyendo del franquismo, y la creación de la Escuela Nacional de Bellas Artes, donde empezó una enseñanza formal de la escultura dentro de la carrera profesional.
2. LA OBRA DE JUAN TRINIDAD
Por suerte para la República Dominicana , el escultor catalán Manolo Pascual, talento de admirable oficio y creatividad profusa, fue el primer director de la Escuela Nacional de Bellas Artes: él tuvo sin duda une influencia decisiva en el surgimiento de una escultura nacional moderna. ¡Juan Trinidad no había nacido!
La obra de Juan Trinidad confirma la identidad primordial atribuida a la escultura dominicana, como talla directa en madera, de volumetría frecuentemente alargada y reminiscencia totémica, donde se perciben los legados amerindio y africano. Sin embargo, en la actualidad las realizaciones tridimensionales se distancian de ese patrón formal, en provecho de la instalación, el ready-made intervenido o no, y una variedad de materiales sintéticos, así las resinas y el plástico.
Entre los primeras promociones, figuran los tres maestros de la escultura dominicana, que la han dominado durante más de cuatro décadas: Antonio Prats-Ventós, Luichy Martínez Richiez y Gaspar Mario Cruz, a los cuales podemos agregar Domingo Liz, cuya escultura muy personal hubiese alcanzado exitos insospechados, de no abandonarla por la pintura y el dibujo.
Quienes tallan la madera hoy en día, tienen dificultad en recibir la consideración que sus obras merecen: desde la muerte del maestro Antonio Prats-Ventós hace falta quien les defienda y justiprecie su trabajo, reconociéndole creatividad y un sello personal. Juan Trinidad ha sufrido esa discriminación, en concursos y bienales, ¡pero su maestría finalmente logró imponerse!
Al compas de las décadas, la escultura dominicana, marcada por el deceso de los maestros mayores, ha permanecido estática, no más, dominando la escena algunas personalidades. Nunca salió de una crisis de mercado, que ha obligado a los escultores a compartir con la pintura y otras actividades menos sacrificadas… como le sucedió a Domingo Liz. Hoy,
Por cierto, quisiéramos citar una apreciación del crítico Manuel Valldeperes, respecto a Antonio PratsVentós, que , medio siglo después, se adecua también a la escultura de Juan Trinidad: “….Un estilo preciso y vigoroso que sirve espléndidamente la sólida agilidad de las concepciones. …Dinámica creadora que nace de los contrastes… Equilíbrio dinámico-visual…
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laterales y una sala adyacente nos enseñan que la talla de Juan Trinidad es también sinónimo de diversidad, en tamaño, morfología, volumen… y color.
Compensación regulada de masas asimétricas”. El siempre recordado intelectual concluyó advirtiendo una “influencia mediterránea” por la procedencia del artista. En las tallas de Juan Trinidad, como ya lo expresamos, sería más bien de índole antillana, desde el legado taíno hasta el afrocaribeño.
El famoso escultor italiano, Constantín Brancusi, afirmaba: “La talla directa es la verdera vía de la escultura, pero no es la buena ruta para los que no saben caminar.” No hay duda al respecto: Juan Trinidad sabe caminar… avanza e impone su sello de tallista comprometido.
Ese hijo de Bonao -que ha reinstalado casa y taller en su ciudad natal- privilegia en su escultura el uso de la gubia y el buril: aquel duro labrado le confronta con troncos secos, cuidadosamente elegidos. Aunque ha hecho buenas esculturas en piedra, metal y bronce, él prefiere tallar la madera, y especialmente el roble.
4. EL HUMANISMO Como impronta personal se define la escultura de Juan Trinidad, siendo la dinámica de ascenso, un reflejo de sus preocupaciones espirituales. Adrede, anteponemos la parte expresiva, demasiado olvidada, a la habilidad técnica y sus retos. Una talla bien hecha suscita admiración por sus cortes, su ritmo y su pulido, pero no se suelen evocar las fuentes de inspiración, los aportes sensibles, y queremos destacar, aquí, su preeminencia.
Ya lo habíamos afirmado: “Siente más esa materia orgánica que él califica como noble y humilde, epitetos que por cierto podrían aplicarse al propio Juan Trinidad… Opuesto al brazo destructor del leñador, él honra a la naturaleza y considera que su obra es el fruto de un diálogo entre la inspiración, la meditación y el oficio”. En pocas palabras, la práctica de la madera conviene a su temperamento. Luego, es la materia que se presta físicamente a la volumetría exterior y a la espacialidad interior de sus piezas barroquizantes, así mismo a las formas más simples y cerradas que conquistan la altura, cuales columnas vertebrales gigantes…
Hace varios años, Juan Trinidad hizo esculturas religiosas, inspiradas por la figura de Cristo y su sacrificio. Hoy, aunque se ha vuelto un artista profane o láico – como se dice actualmente –, sus esculturas tienen alma, y él sigue plasmando una vida anímica, ese algo intangible y palpable a la vez, especie de redención de la condición humana a través del arte…
3. LA EXPOSICIÓN EN BELLAS ARTES Juan Trinidad es un gran trabajador, ignorando el descanso, que no se detiene produciendo obras. Energía, dinamismo, pasión postergan aun el momento de exponer, ¡hay que saber cómo convencer al artista para que él exponga! No obstante, cuando lo ha decidido, manifiesta el mismo entusiasmo y la misma emoción que cuando esculpe, acordando las fechas, llevando las piezas, revisando el lugar de la futura exposición y las áreas disponibles…
Sostenemos que meditación y gravedad se inscriben en una verdadera “iconografía”, desde aquellos rostros, nobles, impávidos y meditabundos. Pese a lucir ensimismados, estos perfiles comunican, suscitan la reacción del contemplador, lo intrigan cuando no lo conmueven. Un humanismo profundo se desprende de la escultura de Juan Trinidad, tanto como ideas son ideales permanentemente expresados. El proceso de la talla implica además concentración, fervor, exaltación aun: lo que era un arbol se metamorfosea en escultura. Así mismo el artista se confía: “ Para mi, la escultura es un idioma que transmite la naturaleza. Me estoy adentrando en la madera y me siento crecer emocionalmente, haciendo arte yo siento que la vida es bella”.
Ciertamente, la Galería Nacional de Bellas Artes es uno de los mejores espacios existentes en Santo Domingo para exhibir piezas tridimensionales, y Juan Trinidad valoró la oportunidad de presentar allí una gran exposición individual, en la segunda planta. En particular, el Salón de la Cúpula, con una superficie abierta descomunal, parece diseñado para exhibir las esculturas de Trinidad. La museografía colocó las obras, muy separadas, para que la distancia permitiese contemplarlas en todos sus ángulos. El conjunto se agrupó espontáneamente en una instalación circular. Mientras las dos galerías
5. FORMA Y VOLUMEN Juan Trinidad indudablemente posee su identidad en la ejecución y el oficio. Recordamos la recomendación
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pero que no debía convertirse en una propuesta sistemática.
de Maillol, famoso escultor francés figurativo: “ Hay que ser sintético como los escultores negros que redujeron veinte formas a una.” Nuestro artista, sin llegar a esa reducción morfológica, se adhiere a lineamientos tipificados en forma y volume.
Ahora bien, Juan Trinidad ha osado y usado la policromía… como una muestra de vitalidad y buen humor! A veces, no son más que “pastillas”, las cuales irradian la estructura e introducen una nota de fantasia discreta.
Las obras expuestas confirman que la escultura de Juan Trinidad suele destacar su estructura ligera en las piezas altas y espigadas– las más integralmente abstractas-. El mantiene alto relieve y verticalidad en las medianas y unas cuantas de pared, luego define una composición barroquizante en tallas compactas o más horizontales, como los tronos, adrede macizos… que evocan el peso del poder!.
El empleo del color ha cambiado: se ha jugado con él, dandole una importancia creciente, pintando la pieza entera -en rojo, amarillo, azul- sin quitarle la seriedad escultórica, comunicándole una magia y una derivación lúdica… La pieza se vuelve simbiosis de volumen, forma y colorido.
Existe un estilo propio de Juan Trinidad, inmediatamente reconocible, y que lo distingue. ¿No decía Fernando Botero que el mayor elogio, hecho a su obra, era que, de inmediato, se reconocía a un Fernando Botero? Así mismo, se produce esa identificación con el escultor dominicano.
Se trata de otra belleza, finalmente menos insolita que bienvenida en la evolución de Juan Trinidad, pues la maestría alcanzada secunda hoy el espíritu de invención. 7. CODA
En la mayoría de sus esculturas, el artista combina la figuración y la abstracción, articuladas y diferenciadas a la vez, a pesar de que ha sabido desarrollar paralelamente una abstracción total, por apego a lo matérico y geométrico. Nos habló el escultor de neo-cubismo y de una cuarta dimensión. La madera rebelde se labra en varios sentidos, alternando ángulos y curvas, entrantes y salientes, abriéndose huecos, intercalando “el vacío” , como bien lo puntualiza Patrick Landry. De esta dualidad, resultan un ritmo, una dinámica, una estética singular.
A pesar de una diversidad, confirmada por cada pieza, todas estas esculturas, en su “coreografía” espacial de Bellas Artes, presentan una identidad de técnica y de carácter, que fortalece la impresión de unidad y autoría inconfundible. Es que Juan Trinidad asume y controla su libertad, tanto en la concepción como en la ejecución de la obra. La intensidad de vida aquí nunca se desmiente, correspondiendo al programa interior que él se ha trazado e implementó, gracias a su dominio de la estuctura natural y una materia prima predilecta… La madurez, lejos de disminuir su energía, ha incrementado su fuerza, su entusiasmo, su entrega, durante largas horas en el taller de Bonao.
Ahora bien, lo figurativo se relaciona, desde hace varios años, con la reiterada presencia y presentación del rostro, casi siempre de perfil, incorporado al mismo tiempo en una estructura frontal. Los rasgos faciales, hieráticos y estilizados, se emparentan con una máscara. Su expresión introspectiva, contribuye a transmitir mística y convicción del autor: el amor a la paz, el triunfo de lo eterno sacramental sobre la aceleración contemporánea.
Juan Trinidad continuará evolucionando al compas de esas intensas jornadas: así, nosotros iremos descubriendo nuevas formulaciones plásticas de un maestro, afirmado y enérgico, exigente y ambicioso –¡también son cualidades!- .
6. EL COLOR
Lo dejaremos concluir, con sus palabras: “Sin olvidar el pasado, yo hago hoy esculturas, pensando en el futuro.”
Para acentuar el dramatismo y también la plasticidad, Juan Trinidad solía teñir sus tallas en negro. Sin embargo, cada vez más él deja la madera natural, mate pero lustrosa, comunicando una sensación de claridad y pureza con sus propios matices. El artista ha sabido pues evitar, a través del tiempo, la perpetuación de un tinte oscuro , de muy buen efecto,
Marianne de Tolentino Directora de la Galería Nacional de Bellas Artes (ADCA) / (AICA).
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HOMENAJE A PICASSO II 122 x 17 x 44 cms Madera / Roble policromado.
EL CANTO DEL EQUILIBRIO
de la naturaleza al igual que Juan Trinidad. Siempre dice que él deja la madera expresarse porque tiene una vida interna propia. Y la verdad es que salen de los troncos tallados formas que tienen un ritmo, una elegancia natural y una imbricación que parecen siempre haber existido. A pesar de su movimiento ascensional, las obras no pierden su equilibrio interno.
Con el desarrollo del mercado, los artistas tienen la tendencia de quedarse en una solución plástica para no desubicar a los coleccionistas. Pero los verdaderos artistas no se conforman con eso, al contrario el motor de su producción es la creación y la inspiración, dos elementos esenciales para que esta producción no sea algo repetitivo y al final un poco aburrido. Lo interesante es ver como la pieza como obra reacciona a esta evolución. En el caso de la escultura, la evolución es quizás más discreta o sutil que en la pintura. Es un poco paradoxal en el sentido que en una obra de tres dimensiones se debería ver más los cambios de formas. Y la realidad es que tenemos que entrar en comunión con la obra para que nos permita ver sus transformaciones. En el caso de Juan Trinidad, después de haber visto durante varios años un tratamiento de una tridimensionalidad que se aplicaba tanto en la verticalidad como en la horizontalidad, una búsqueda dentro del triángulo y de una curva suave la imbricación de las formas mezclada a rostros estirados; su nueva etapa se basa en tres puntos esenciales: una predominancia de la verticalidad, la aparición de algo totalmente nuevo: el “vacío” y por último, algo que va junto con el precedente, la aparición también del color.
ENTRE VACÍO Y ESPACIO AMBIENTAL Si desde mucho tiempo el vacío juega un papel importante, en la pintura o en el dibujo, para contrabalancear con las formas que llenan el papel o el lienzo, en escultura, la gestión del espacio es algo bien diferente. Por tener a su alrededor el aire o el espacio físico del espectador, la escultura necesita, pensamos, ser de un solo bloque una forma compacta sin “hoyos” o vacíos. El equilibrio entre la fuerza del material (madera, mármol, bronce entre otros) frente a su ambiente se produce de manera casi automática. Brancusi dijo: “la escultura da una personalidad al espacio”. Es decir el rol predominante del espacio en la escultura del siglo XX. Más que nunca, el espacio físico alrededor de la obra juega un rol de primera importancia porque entra dentro del proceso de comprensión visual de la obra. Es un equilibrio frágil entre un componente de la escultura en sí y el espacio de la obra. La aparición de vacíos u hoyos en la escultura no es algo para nada evidente y aparece en el mundo de la escultura en el siglo XX. Los vacíos no pueden funcionar sin la presencia interactiva del espacio ambiental. Los vacíos no son los que tenemos entre dos piernas o un brazo despegado del cuerpo; esos son necesarios. Se habla de los que el escultor elige integrar en una obra para crear un juego de líneas o de formas entre la materia y la ausencia de materia. Entonces, no es
LA VERTICALIDAD COMO LEITMOTIV Viendo los últimos trabajos del escultor resalta una predominancia por la verticalidad. Son muy pocas las obras que tienen una fisionomía y una lectura horizontal. La tendencia es, no solamente la verticalidad sino también una cierta altura. Ver un conjunto de piezas así nos da a pensar en el elemento totémico en el sentido no tan mágico como puede ser un tótem, sino un valor de universalidad por el mensaje que puede atraer un objeto como el tótem. Sabemos que los indios estaban muy cerca
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LLAVE, 180 x 27 x 12 cms, madera / metal.
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nariz fina y larga es una referencia a la obra de Henri Laurens.
un vacío, sino solamente una ausencia de materia para producir efectos diversos. En la obra de Juan Trinidad, la presencia de esta ausencia de madera tiene por efecto reforzar la verticalidad y aliviar la silueta totémica de sus esculturas. Henri Laurens utiliza el vacío en ciertas obras para equilibrar sus obras.
La segunda es que el color tiene también su propia autonomía. Podemos hablar de color/forma y no de forma colorida. Es una diferencia importante. La obra de Trinidad se basa en la forma y las imbricaciones de esas mismas. Pero con el color/forma tenemos algo muy innovador, algo que se había visto en la obra de Kandinsky: la mancha colorida con su existencia propia. En el caso de Trinidad es una forma voluminosa colorida. Entonces, el color puede jugar el primer papel, sin embargo de manera limitada, porque hay una predominancia de los volúmenes. Pero es una toma de riesgo importante de su parte en el sentido que el color podría romper la unidad formal. Y el resultado es que la combinación de las formas y de los colores es sorprendente. Existe una química entre formas y colores, otra especie de equilibrio.
Puede ser un poco paradoxal que sus esculturas que ya tenían una verticalidad bien definida lo son más todavía guardando un fuerza y un equilibrio a pesar de los vacíos. Lo que pasa es que el espacio acapara un poco más la madera y viceversa. Así existe entre la materia tallada y el espacio un balanceo para que la obra pueda ser vista con toda su potencia expresiva. Es como si el espacio acogiera la escultura entre sus manos para llevarla hacia la altura. Pasa lo mismo que en la música, en el sentido que el silencio es algo que hace parte inherente de una pieza musical y que la prolonga, el vacío también lo hace con la escultura. El vacío/espacio formado en sus obras es también de él. Entonces, la obra va más allá del tronco de madera para acoger el espectador en su mundo.
La tercera cosa es captar la atención del espectador para producir otra distracción, una visual. El objetivo es que los vacíos estén más discretos. Al tener la vista acaparada por el color, la persona no se da cuenta realmente de estos vacíos. El color juega un rol importante para asegurar un equilibrio de la imbricación vertical de las formas. La captación por la retina de la forma colorida hace que el espectador pueda dar a ese mismo color una importancia tal que ese pueda competir con las formas que se quedaron del color de la madera. Sin darnos cuenta, siempre los artistas juegan con nuestra mirada.
LA APARICIÓN DEL COLOR Es un elemento nuevo en la producción de Trinidad. Sabemos después de varios siglos de errores (como la pureza del mármol daba a la escultura toda su belleza) que la estatuaria griega y la romana tenían colores. En realidad, existe en la historia del Arte muchos ejemplos más del uso del color, pero, casi siempre, este uso viene a colorear la obra. Eso significa que el color no tiene una autonomía propia sino el objetivo de resaltar una forma o un detalle de una pieza (el blanco para los ojos por ejemplo). Hay que esperar el siglo XX para ver teorías sobre el color con artistas como Kandinsky o Chagall que dan al color un espacio propio. En la obra de Trinidad vemos que las formas pintadas adquieren una fuerza particular que reflejan esas teorías. El uso del color sirve en tres cosas.
Ver las evoluciones de las esculturas de Juan Trinidad es realmente una gran satisfacción y un placer. Desaparece algo que tenía sus obras es decir una cierta austeridad por el papel importante que juegan ahora colores y vacíos. Y al mismo tiempo, la verticalidad repone una cierta solemnidad. Lo que se quita de un lado aparece de otra forma. Su rol es encontrar el punto entre los tres componentes (verticalidad, vacíos y colores), punto con el cual puede llegar a una composición tan sorprendente. Es sin duda el equilibrio el elemento central de la obra de Trinidad, siempre lo integra a sus obras. Es un maestro de este frágil equilibrio que hace el gran valor artístico de sus esculturas.
La primera es crear una ruptura en el ritmo de las formas (matrices del rostro o del triángulo) para producir una distracción casi musical. Hay algo de la ligereza de Claude Debussy por la multiplicidad de las formas que pierden una parte de su masa corporal dando una fluidez y una libertad al conjunto al igual que las variaciones de modos en la obra del compositor. Es una especie de equilibrio musical. No es la primera vez que Trinidad crea puentes entre el Caribe y Europa. La silueta de sus rostros con la
Patrick Landry Crítico de arte Maestría en Historia del Arte - La Sorbona, París
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SUEÑO 72 x 26 x 25 cms Madera / Roble policromado.
JUAN TRINIDAD Y LA POÉTICA DE LA TALLA EN MADERA
madera policromada, de igual manera su producto final puede ser figurativo o abstracto y, en ocasiones, una combinación de ambos.
Decía Antonio Gaudí que la arquitectura era la ordenación de la luz pero que la escultura era el juego de la luz, con esta aseveración, este fantasioso armador de formas, enfatiza el aspecto lúdico de transformar una pieza en su forma natural en un armónico objeto tridimensional, para construir la magia de eso que llamamos escultura, trascendiendo así con la pieza cualquier sentido utilitario. En nuestro país son escasos los escultores, nos da la impresión de que asumir ese oficio es una osadía, no solo por el ejercicio creativo de concebir algo nuevo de una materia prima con su morfología intrínseca, sino también por la confrontación entre artista y masa bruta que implica el arte de esculpir.
Una destreza que contribuye al dinamismo compositivo de las tallas de Trinidad es el equilibrado uso del espacio vacío. En el siglo XX muchos escultores se valen de ese recurso para hacer a la masa interactuar con la nada, podemos citar a Julio González, Pablo Gargallo, Henry Moore y, como referentes locales, las obras de dos inmigrantes españoles en Santo Domingo, Manolo Pascual y Antonio Prats Ventós. Finalmente, nos referimos a la más reciente muestra de este artista, la exhibición titulada “Impacto, esculturas 2011-2016 en la Galería de Bellas Artes, donde disfrutamos el diálogo lúdico de unas 60 piezas que se transmutaron en un generoso préstamo a la mirada de los espectadores, que pudieron apreciar en estas piezas infinitos puntos de vista al rodearlas y ver que cada parte de cada obra tenía su propia historia aunque conformara una misma escultura, solo nos queda a nosotros, ampliar nuestra visión y hacernos partícipes de la poética de este excelente tallador de formas.
Juan Trinidad es escultor y, aunque ha trabajado la piedra y el metal, lo figuramos con el buril y la gubia en la mano desafiando la contextura firme y a la vez generosa de las maderas nobles. Para el maestro Cándido Bidó no existe un trozo de madera al que Juan Trinidad no transforme en escultura. Su obra tiende a desarrollarse con un sentido de verticalidad totémica que busca, mientras apuesta a la cuarta dimensión cubista, sus raíces aborígenes y africanas. Es importante destacar que, aunque el producto final sea una escultura, el procedimiento de tallar tiene especificidades muy distintas, como oficio, al trabajo de modelar. Trinidad es tallador por excelencia y trabaja con pericia la obra en la monocromía que destaca los tonos esenciales de la materia y la
Gamal Michelén Stefan Miembro ADCA-AICA Agosto 2016
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BELLO AMANECER 76 x 44 x 12 cms Madera / Roble policromado.
JUAN TRINIDAD: UNO DE LOS PENÚLTIMOS ESCULTORES QUE RECONOCEMOS
Juan Trinidad desmiente que exista una crisis en el campo de la escultura nacional como afirman con desafortunada ligereza los que rechazan, incluso, la sobreviviente tradición de las artes; rechazo cultural en un país como el nuestro donde se conjuga la pluralidad creativa con honestísima necesidad humana, identitaria y libertaria en comparación con otras zonas locales y externas. Por ejemplo, en el sector de la burocracia gubernativa caracterizada por el trepamiento tarado de enajenación o ignorancia sobre los valores culturales de la dominicanidad trascendente que en tiempo del trujillismo y la secuela balaguerista alcanzó gestiones estatales. En correcta manera todas las artes se promovieron dentro y fuera del país. En el afuera de nuestro tiempo se desconoce, se eastigmatiza y se excluye la plástica visual dominicana, por asociarse al área marginal antillana y caribeña en comparación al área de tierra firme latinoamericana por demás, algunos partidarios nuestros de la contemporaneidad extrema o el “art now” se implican en cierta “pulga” o segregación respecto a los jóvenes que se definen como pintores y escultores aferrados a las raíces y tradiciones históricas que evaden el llamado “arte gaseoso” por circunstancial y efímero. Juan Trinidad niega que es culpable de “la precaria situación que define la escultura dominicana del último cuarto de siglo”, como afirma el crítico López Meléndez1, quien evaluando el período 1980-2005, parece ensañarse contra el joven escultor bonaense cuando lo enfoca: “una de las demostraciones más clara de
la miseria pscrítica de la escultura dominicana contemporánea fue cuando en el año 2003, el jurado de premiación de la XXII Bienal Nacional de Artes Visuales concedió el premio en la categoría de escultura a la obra “Rememorar”, del artista Juan Trinidad. Y otra vez, la misma lamentable decisión ha sido acometida en la reciente primera edición de la Bienal Paleta de Níquel de Bonao”. En el “otra vez” el crítico2 aludes al referido escultor, reo de una miseria cultural e histórica y sin embargo, lo considera artista o “persona que ejercita las bellas artes” y “que hace una cosa con mucha perfección”, nos aclara el diccionario3. ¿Podemos cotejar la contradicción desestimativa/estimativa?... Quizás los referidos juicios sobre las esculturas “Rememorar” (Premio 2003) e “Innovación” (Premio 2005) provocan que Trinidad también sea objeto del “apartheid” artístico, ya que las obras citadas están pulgadas en maltrechos y oscuros depósitos de las instituciones que reglamentariamente son las propietarias: el Museo Bidó y el Museo de Arte Moderno. Con la primera pieza, el autor culmina una andanza de múltiples experiencias de arte y vida: estudios, prácticas, viajes, reencuentros y logros, entre éstos su significativo “Rememorar”. Se trata de una escultura que relacionándose con el llamado “arte pobre”, conjuga objetos desechados: aldabas, humeadoras, pestillos y otros implementos en un ensamble de tablas corroídas y cuyo aspecto fantasmal le resulta un “adefesio” a León David4. Como parte de una trilogía admitida en la XXII Bienal
1 ‘López Meléndez, Amable. “Crisis y Poscrisis de la escultura en Santo Domingo”, Hoy, Suplemento Areíto, noviembre 26 de 2005, p. 9 2 López Meléndez, Amable. “Algo más sobre Crisis y Poscrisis de la escultura en Santo Domingo”. Hoy, Suplemento Areíto, diciembre 3 de 2005, p. 9 3 Diccionario El Pequeño Larousse Ilustrado, edición 2001, p. 110. 4 León David. “Mi opinión sobre las desafortunadas premiaciones de la Bienal”. Santo Domingo: Hoy, Suplemento “Areito”, julio 27 del 2003, p. 8.
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Nacional, “Rememorar” no produce complacencia estética para no ser bella a simple vista y porque sobretodo ofrece la arbitraria disimilitud como tributo a la tradición artesanal y cultural5 de un pasado presente. El carácter metafórico de la memoria reúne un residual de la vivienda vernacular convertida en sujeto imaginario. Con todo el derecho de la añoranza el artista enlaza concepto, deterioro y objetos no “contemporáneos” para ofrecer una imagen aleatoria, tridimensional y no carente de la banalidad que en muchos discursos u obras contemporáneas ofrecen mucho de lo mismo. A propósito no puedo evitar la interrogación siguiente: ¿Es lo que desea el proyecto “Curando Caribe?... Por “Rememorar”, Juan Trinidad comienza a ser conocido como portador de un discurso tridimensional de cierta ruptura que en un cambio brusco parece contradecir otra escultura “Innovación”, uno de los dos galardones consecutivos de la Bienal de Arte Premio Paleta de Níquel. En la segunda edición de ese certamen (2008) el autor vuelve a ser premiado por “Animismo”, pieza hermanada con la primera (“Rememorar”) en el soporte maderero y con la segunda (“Innovación”) por ser igualmente talla directa; ambas ofreciendo una erecta orquestación de color similar y la concatenación airosa, cual pirueta de un cuerpo de formas geométricas abiertas, cilíndricas, curvas, redondas.... En fin, plantada en una metamorfosis y provocando “la necesidad de girar alrededor de ambas” para distinguir sus diversos perfiles”, como bien indica el venezolano Noroño, cuando ofrece las claves del aprendizaje para mirar toda escultura6. En relación a otros perfiles de las obras de nuestro joven escultor, se descubre además la seña esencial de la afroantillanía como identidad biográfica de doble significado: la del hacedor mismo reflejándose como mulato en una máscara reiterada en medio perfil; y también en el recurso selvático nativo o del bosque dominicano, traduciendo la mágica existen-
cia después de la muerte. Trinidad7 confiesa que sus esculturas las hace con troncos caídos. La naturaleza le pide que les de vida, ella le da la inspiración cuando siente “la brisa y su llamado”. Juan Trinidad no es culpable de que se afirme que en los últimos decenios del pasado Siglo XX, “las caracterizaciones tradicionales de la escultura (...) se han vuelto obsoleta” como escribe el colombiano Rubiano Caballero en un texto de limitadas fuentes sobre el arte tridimensional latinoamericano8; texto en el cual Cuba, Haití Puerto Rico y República Dominicana resultan no pobremente enfocadas, sino maltratadas. Sordo a los maltratos y negaciones, Trinidad cruza del pasado siglo al nuevo, procedente de Bonao, cantera comunitaria de un sector artístico nacional que encabeza el paradigmático Cándido Bidó, gestor de una plaza cultural con escuela de arte y museo que define un polo de pintores y escultores de relevo. Son nuevos agentes de una transmisión aprendida, heredada e interiorizada como toda “traditionem” que se revela de las locales fuentes espirituales. En la escuela de arte bonaense termina formándose un Trinidad penalizado y recuperado sobre todo en conexión con Pedro Méndez, el amigo docente y enlace pertinente de una escultura tallada que es reconocida como la más consecuente, cultivada y generalizada. Sobre esta particularidad opina Myrna Guerrero9: La dominicanidad en nuestra escultura puede resumirse en la preferencia de la talla de la madera como técnica preferencial (...) debido a la abundancia del material en nuestro medio”. Parecida opinión ofrece Jannette Miller10: “un factor determinante es, quizás, que la escultura dominicana se haya definido a través del escultor tallista. Y decimos esto, porque desde sus inicios el material mayormente utilizado ha sido la madera, dada la gran riqueza forestal de nuestro país. Sin embargo, de diez o doce años acá, se presenta encarecimiento y dificultad para conseguir palos, producto de la .feeda maderera que trata de preservar el equilibrio ecológico de nuestro país. Estas vedas se volvieron
5 Rodríguez, Francés, cita a Juan Trinidad: “Creo que el Criollo vive un buen momento”. El Caribe, julio 31 de 2003. 6 Noroño, José Gregorio. Aprendiendo a ver la Escultura. Fundación Museo de Bellas Artes Caracas, Venezuela: Editorial Arte, sin fecha, p. 3. 7 Rodríguez, Francés. “Creo que el Arte Criollo vive un buen Momento” (citaciones de J. Trinidad). Santo Domingo: El Caribe, julio 31 de 2003. 8 Rubiano Caballero. La Escultura de América Latina (Siglo XX). Bogotá: Esitorial Universidad Nacional de Colombia. 1986,p. 13. 9 Guerreo, Myrna. “Lo Dominicano en la Escultura”. Santiago de los Caballeros: Eme - Eme Estudios Dominicanos No. 64, Enero/febrero 1983. p.21 -31. 10 Miller, Jeannette. Apuntes sobre historia de la escultura dominicana (¿). Santo Domingo: El Caribe, suplemento Cultural, enero 31 de 1981, p. 19.
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“en lo que a la escultura dominicana se refiere”. El citado maestro del arte y de la crítica reconoce que “la madera es el material más apropiado a los métodos del tallador”, también “el más favorecido en la República Dominicana” en donde nuestros escultores “han sabido siempre sacarle toda su belleza intrínseca en perfecta armonía con la fantasía e imaginación de la creatividad del artista”. Es desconociendo estos argumentos que se contradice, se niega y se rechaza la tradición escultórica nativa y la penalizan en los principales certámenes – sobre todo los curadores del país -, porque la consideran una vertiente obsoleta y desfasada. El gusto, la libre opinión y la preferencia no son un pecado en la práctica democrática, pero es peligroso acusar, demoler y penalizar en un país tan pateado interior y exteriormente: pateado como una adolescente en las caderas, nos recuerda Pedro Mir en su lírico, la memorable y sociológico poema memorioso “Hay un País en el Mundo”. Y creo que es atinado reconocer sin reserva que el arte dominicano como nunca en su historia enfrenta una crisis no en la creación artística, sino en el reconocimiento, en la institucionalidad, en el respeto patrimonial y la democracia participativa. Como nunca en el pasado, nuestro arte es víctima de la criminalidad, de la penalización y el terrorismo destructivo, de falsificaciones y con sus adversos efectos para el cuerpo de la creación nacional, realmente diversa, plural y simultánea.
críticos a raíz de los ciclones del año 1979 y nuestra escultura ha tenido que voltearse hacia los metales, cuyo uso conlleva el problema de llenar un procesamiento industrial en un país no industrializado”. En esta dirección, Antonio Prats-Ventós11 afirmó: “La escultura en metal no corresponde a nuestra imagen, a nuestro país. Por nuestro grado de desarrollo no tenemos los recursos industriales que exige este tipo de trabajo: equipo, herramientas, materiales”. Coautora de la primera y única historia de la escultura12 que traza una panorámica hasta el año 2000, Jeannette Miller se ha referido a una escuela escultórica dominicana con nombres que representan un punto de partida: Manolo Pascual, Prats-Ventós, Luichi Martínez Richiez, Radhamés Mejía Estévez, Domingo Liz, Antonio Toribio y Gaspar Mario Cruz13. Hasta su alcance, la historiadora agrega otros nombres del derrotero que mejor define tal escolaridad mediante la pasión aferrada o temporal de un arte difícil en términos de hechura, de obtención de los medios y de la relación contextual, incomprendida regularmente por la mirada ajena y local; y además mucho más difícil de asumirlo a libertad en un país como el nuestro lleno de dificultades y pobreza de toda índole, incluida la educativa y la de la memoria histórica. Esta, es un estado de conciencia iluminada que se descubre en el juicio ponderativo de Fernando Peña Defillo14 cuando abordando a un núcleo de escultores, escribe: “El trabajo de cada uno de estos artistas es de un sello netamente personal y de evolución muy coordinada y aunque varían en la forma, la esencia de la naturaleza dominicana impregna el espíritu de sus creaciones. Son ellas las que han materializado en sus formas abstractas y figurativas el verdadero sentido de una escultura dominicana que encuentra aliento en lo más hondo del origen geográfico, sin por ello desdeñar un lenguaje actual y universal”.
La adversidad aturde, aniquila y provoca la supervivencia de “ser siendo” a corazón abierto. Como muchos jóvenes artistas y no muy jóvenes en términos de edades, Juan Trinidad es un ejemplo en cuanto a demostrar que el arte no tiene edad ni en la cibernética, ni en la contemporaneidad, ni en la planetarización que busca que todo hombre y mujeres nos pongamos el mismo uniforme. Trinidad niega como escultor que aferrarse a la tradición identitaria es “poscrítico” y precario.
El núcleo de escultores al que se refiere Peña Defillo15 lo integran: Prats-Ventós, Martínez Richiez, Gaspar Mario Cruz y Domingo Liz, los cuales ofrecen los aspectos más característicos de la talla en madera
Marianne de Tolentino16 ha señalado con su diplomática reserva de crítica ejercitada que “la escultura en relación con la pintura y aún del dibujo (...), es
11 Prats Ventós, Antonio, referido por Myrna Guerrero, op. Cit. p. 29 12 Miller, Jeannette/María Ugarte. 1844-200 Arte Dominicano Escultura, Instalaciones, Medios Tradicionales y Arte Vitral. Santo Domingo: Edición Codetel, noviembre 2002. 13 Miller, Jeannette, El Caribe, Suplemento Cultural, op. Cit.. 14 Peña Defilló, Fernando. “La Madrera es el material más favorecido por nuestros escultores”. Santo Domingo: El Caribe, Suplemento Cultural, septiembre 16 de 1972. 15 Peña Defilló, Fernando. Texto anterior reproducido por Ricardo Ramón Jame. Fernando Peña Defilló la Naturaleza Mística. Santo Domingo: Centro Cultural de España y MAM, 2008, p. 204-5. 16 De Tolentino, Marianne. Presentación. Catálogo. Premio de Escultura Prats-Ventós. Santo Domingo: Centro Cultural Hispánico, 1995.
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una parienta pobre; e igualmente que, “cuantitativa y cualitativamente, la escultura sufre penurias...”. Ella busca en su reflexión al “ser escultor”, que es aquel que no comparte esa dedicación “con otros lenguajes y actividades”, lo que “equivale a un reto, sino a una vida austera y sacrificada”. De Tolentino emite sus observaciones a propósito del Premio de Escultura Prats-Ventós, un certamen para jóvenes que registró varas ediciones entre 1993-1996. Auspiciado por el Centro Cultural Hispánico, en el correspondiente al 1994 se registra Juan Trinidad, desconociéndose si en él descubrió la crítica al “ser escultor” que plantea, puesto que nadie como ella le ha ofrecido el respaldo escritural y ponderativo además de un auspicio cuando las oportunidades se le presentan como animadora, curadora y gestora del arte dominicano. No es necesario hacer un recuento de los eventos en los que ella ha incluido y justificado al artista con residencia en Bonao, sino desglosar las valorativas opiniones17 que emite en un certero texto del 2004. De Tolentino nos dice: • “Juan Trinidad es un gran trabajador, ignorando el descanso, que no cesa de cuestionarse, elaborar proyectos y producir obras”. • “La obra de Juan Trinidad confirma la identidad primordial atribuida a la escultura dominicana, como talla directa en madera, de volumetría frecuentemente alargada y reminiscencia totémica, donde se perciben los legados amerindio y africano”. • “En prácticamente todas sus esculturas, el artista combina la figuración y la abstracción, articuladas y diferenciadas a la vez. La madera se trabaja en varios sentidos, alternando ángulos, curvas, huecos, entrantes y salientes. De esa factura resultan un ritmo y una dinámica visual”. • “Existe un estilo propio de Juan Trinidad, inmediatamente reconocible y que lo distingue positivamente. La figura se relaciona con la reiterada presencia y presentación del rostro casi siempre de perfil, integrado al mismo tiempo en una estructura frontal. Los rasgos faciales hieráticos, se emparentan - subconscientemente o no - con la máscara. La expresión de los ojos, párpados cerrados o mirada interior, contribuye a tramitar una mitología personal, que pone de manifiesto el
conflicto entre la criatura eterna - enraizada en un contexto bíblico—y la civilización contemporánea”. • “Para acentuar el dramatismo y también la plasticidad, Trinidad suele teñir sus tallas en negro. No obstante nos gusta cuando él deja la madera natural, clara, mate, pero luminosa”. • “Juan Trinidad, dentro de su apego a la tradición, ha hecho escultura religiosa, exaltando especialmente la figura de Cristo. Aún en la categoría profana, que es actualmente la que adopta, él quiere y consigue plasmar una condición humana de paz, de fe, de intensa vida espiritual”. • “Obviamente, su mundo se enfrenta al caos y la brutalidad de la era tecnológica e industrial, la cual alude con detalles (...) y formas (...) recordando herramientas. Encontraremos una evocación estilizada a los artefactos mecánicos y a las maquinarias”. • “Si quisiéramos ubicar a la escultura de Juan Trinidad en las corrientes modernas del Siglo XX, percibimos una síntesis de expresionismo, neocubismo y futurismo, con secuela de realismo. He aquí el mestizaje estilístico del arte dominicano, en escultura...”. De Tolentino respalda el desmentido que asume Trinidad, comprendiéndole, reconociéndole como seguramente lo hizo como jurado de los premios de la Bienal Nacional del 2003, donde lo descubrió como un rememorador reiterándose en tres piezas inobjetables. Jurado también lo era el colega Amable López Meléndez y uno se imagina un conflicto de votación natural en estos eventos donde se impone la decisión mayoritaria18 y triunfa el arte. No podemos decir lo mismo del escultor premiado, en este momento desconocido, provinciano y presentando con la mixtura de sus piezas su propia espiritualidad y color de mulato. Contrariamente si reconocemos que el galardón de Trinidad fue un estímulo augurante para un artista que prontamente crece con un potencial reconocido, valorado y con el cual se coloca no sólo junto a los sobresalientes maestros de la escultura nacional que le preceden, sino en la vertiente sostenida de la talla maderera con perfume de escuela sustentado en la caoba, el guayacán, el pino, el roble....
17 De Tolentino, Marianne. “Juan Trinidad expone una nueva colección de tallas en madera”. Santo Domingo. Hoy, julio 31 de 2004. 18 Además de López Meléndez y De Tolentino, fueron jurado Frank Marino Hernández, Odalis Pérez y Jorge Severino, de acuerdo a Peralta, Mijail. “Martín López, el más grande de la Bienal”. Santo Domingo: El Caribe, julio 13 de 2003, p. 40.
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Linealmente, Trinidad forma fila entre los hacedores que conforman la historia de la escultura dominicana que comenzó con la anónima producción de los “santeros de palo” del siglo XIX, agregando una producción moderna, romántica, terrea y urbana que asocia los nombres de Ángel Perdomo, Abelardo Rodríguez Urdaneta, Luis Desangles, Ismael López Glass, Joaquín Priego, Pio Espinola, Federico Villanueva y Celeste Woss y Gil…. La presencia del exiliado maestro Manolo Pascual es incidente en el derrotero de la escultura representan Luichi Martínez Richiez, Antonio Toribio, Gaspar Mario Cruz, Radhamés Mejía Esteves, Domingo Liz y Antonio Prats Ventós; derrotero donde el cemento, la madera, la pierda, los metales e incluso el barro multiplican la modernísima trimensionalidad con aciertos vanguardistas y reaparición de nuevas generaciones de escultores que amplían el corpus de una manifestación imparable con osadías y rupturas (Aranjo de Pellerano, Rotellini, Omega Peláez, Ciprian, Cabral, Musa, Bonnelly, Tovar, Raúl Morilla, Tiburcio, Despradel, Checo Muñoz, Ulloa, Vasallo, Victoria…. En estas rupturas fluctúa o persiste la tradición maderera con Miguel Estrella, Virgilio Méndez, Antonio Rodríguez…. La persistencia se constata en dos eventos expositivos de importancia: “El Encuentro Nacional de Escultura” (Santiago, 2005) y “El Madero / Tra-
dición de la escultura dominicana” (APEC, Santo Domingo, 2013); las cuales refieren otros nombres generacionales: Sixto Sepúlveda, Roberto Herrera, Pedro Ortega, Andrés Lantigua, Wilson Peguero, Marcelo Bermúdez, Amalfi Vidal, Guadalupe Casanova, Ángel Araujo, Miguel Domínguez, Wilton de Jesús, Roberto Herrera, Frank Coronado, Félix Paula, Johnny Segura, Rafael Colon (Mangat), Estrella hijo y entre otros Juan Trinidad. Juan Trinidad es un escultor cabal, coherente y honesto. Está en posesión de una obra de hechura artística, identificable como materia natural conjugada o revestida de color como seña y en extenso; obra escultórica es aceptada y comprendida por el nosotros que no enajenamos el arte con el sofisma de la culpabilidad y la penalización en un país donde la justicia deja muchísimo que desear. Como artista con una obra sincera, desmiente que existe una crisis en el campo de la escultura nacional y se satisface sabiéndose un creador dominicano, escultor con apellido que vanagloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo… Amén! Danilo De los Santos Miembro de AICA-ADCA
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HOMENAJE A PICASSO III 122 x 17 x 44 cms Madera / Roble policromado.
EL LENGUAJE ESCULTÓRICO DE JUAN TRINIDAD, ENTRE EL CONTRADICTO TENSIÓN POÉTICA Y ARMONÍA ESPACIAL
correspondió a la tridimensionalidad de la escultura ser la fórmula mediante la cual el hombre y las civilizaciones primitivas encontraron la manera de multiplicar las emociones y senti¬mientos de su ser.
“Juan Trinidad quiere plasmar un mundo –y un hombre– de paz, de fe, de intensa vida espiritual, que se enfrenta al caos y a la brutalidad de la Era Industrial” MARIANNE DE TOLENTINO
Convertida en fundamento histórico, estético y teológico la idea de la escultura como primera manera de hablar la humanidad a través del arte, se registra bajo dogma místico en libros como el Génesis, de la Biblia, en la que la estatuilla de barro alcanza vida y corporeidad formal a través del soplo divino, traduciéndose esta fenomenología en la existencia misma del hombre, un principio con un paralelismo que, a modo de comprobación, se conecta con las formaciones escultóricas monumentales arcaicas, que para la representación del hombre, desarrollaron civilizaciones como la de los primitivos Moais y sus famosas esculturas en la isla de Pascua, o en las antiquísimas esculturas cromatizadas que se registran, aun en investigación, en el antiguo santuario turco Gobekli Tepe; quiere decir que indepen¬dientemente de cómo y cuánto ha evolucionado el arte desde la Venus de Willendorf (Austria, h. 25,000 a.C.) o las impresionantes pictografías primitivas conocidas como “Caballos tordos de Pech-Merle” (sur de Francia, h. 25,000 a.C.), el reino de la escultura fluye como la primera manera de comunicación espiritual desarrollada bajo los princi-pios psicológicos de la intuición humana como apuesta a la sobrevivencia de la especie.
La historia y evolución del arte dominicano es dialécticamente cónsona con los procesos creativos que ha experimentado el arte desde su propio origen, registrado en el paleolítico inferior; reconocido el arte como el estadio superior en el que la humanidad instrumentó sus fórmulas prima-rias para confrontar el clima, la severidad de la naturaleza y el estado salvaje de la convivencia de la especie humana con el mundo animal. Pintura y escultura fueron los medios de instrumentalización y exposición de ideas, sentimientos y visiones de su propio mundo y tiempo, lo que exponían elevándolo a estados sincréticos que se traducían en el muro o en la piedra en expresiones de una cargada sensibilidad y simbo¬lismo visual. Es el nacimiento de las artes plásticas y visuales; y en ese origen telúrico y misterioso prevalecían la escultura y la pintura como las herra¬mientas y armas espirituales, con las cuales el hombre del período parietal definía la razón misma de su existencia y preservación de su especie. Durante décadas, la historia del arte y las ciencias asociadas a los procesos creativos y evolución de las artes plásticas, situaban como primer enunciado para la formulación de la expresión artística, el lenguaje y signografía de la pintura, nombrándola como pictografía o arte rupestre; sin embargo, estudios científicos, antropológicos y arqueológi¬cos más avanzados, y a la mitad del siglo XX, desarrollaron tesis de investi¬gación que demostraron que
En la República Dominicana la pintura como manifestación estética ha sido el género dominante, tanto en la historia como en la comunidad artística del país; un factor que se fortaleció con las primeras señales de modernidad que recibimos por vía del amplio flujo de artistas e intelec-tuales de la inmigración judía europea y española que vinieron
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en un neohumanista y concep-tualizador filosófico y sociológico de los fundamentos de la alegría y la reflexión, en nombre de la sociedad de nuestro tiempo.
en 1939 como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Civil Española. Dentro del contexto de ese escenario históricocultural, las técnicas y formulacio¬¬nes expresivas de la escultura, si bien muy avanzadas por medio del estilo y discurso vanguardista del español Manolo Pascual, los recur¬sos que el Maestro impuso como canon estuvieron más reservados a sus destrezas en los dominios del metal que en la práctica de la escultura mediante la talla directa de la madera, una práctica que alcanzó circuitos de linaje cuando impusieron su calidad como maestros tallistas los consa-grados Antonio Prats Ventós, Gaspar Mario Cruz y Luichy Martínez Richiez; a ellos les correspondió el trabajo fundacional de la tradición tallista en la historia del arte nacional.
Sin embargo, Trinidad, sin negar el cálculo armónico y desarmónico del 7, 8 y 8 cabezas y media, traducido en altura del modelo tallado que nos impusieran como el Canon de las propor¬ciones Vitruvio y Leonardo da Vinci, no reniega a la siembra y multiplicación de una narra¬tología fundada en la poesía, la imaginación sublime y la celebración de la vida con todo su arsenal mistérico, aun con los avances en su descifra¬miento que nos sirven la ciencia y la filosofía. Uno de los factores que caracterizan de manera más alta los valores de calidad construccional en la producción escultórica de Juan Trinidad es la limpieza de sus estructuras formales, las que a pesar de sus complejidades no pierden su sentido de provocación táctil, penetrando hasta el alma de la mirada del espectador para expresar su sensualidad, su naturaleza hablante, seduc¬tora, y un estadio de comunicación que, unido a las formaciones de bellas estructuras que da a sus rostros y cabezas, lo acercan a la simplicidad primitiva que aprendiera de la magicidad y síntesis que nos regalara Amadeo Modigliani en sus rostros geométricos normados por el alarga¬miento en la frontalidad de los rostros que disfrutamos en sus pinturas y esculturas.
El artista Juan Trinidad, aun en medio de la ebullición de las corrientes más desafiantes, irreverentes y transgresoras de la vanguardia escultórica que transita entre finales del siglo XX y principios del siglo XXI, haciéndose tan amplia que impuso el reino de la instalación como un nuevo lenguaje de la tridimensionalidad, Trinidad optó, por determinación propia y convicción, asumir como recurso técnico la talla directa de la madera para patentizar las profundidades más inquietantes de sus senti¬mientos, sensibilidad y preocupación social y cultural, refiriendo en sus propias palabras que su obra, entre sus múltiples facetas y ejes de comu¬nicación semántica, están construidas para sembrar el mensaje de la iden¬tidad cultural, que tiene como heredad el antillanismo y la caribeñidad, ampliada en su espectro atávico para celebrar el reino de la vida, la convivencia pacífica, la paz el amor y el conocimiento.
Juan Trinidad presentó en el año 2016 su exposición titulada “Impacto Esculturas 2011/2016”, en la que demostró su amplio dominio de la técnica y destrezas para la talla directa, y lo más importante, su aproximación a la escultura cromatizada en la que hizo sentir la fuerza de la policromía con una vitalidad tal que por algún momento algunas de sus esculturas, desde su esplendor cromático, proyectaban sentido y sentimientos propios de objetos de culto; lo mismo que esa nueva manera racionalista y sintética de sus esculturas talladas en ausencia total de color aplicado, cimentadas sus texturas en la virginidad de las vetas de la madera, y cuando no unas esculturas monocromas en azul, rojo o amarillo, que por segundos parecían detener por el ritmo de la respiración de quien la contemplaba desde un ángulo de serenidad reflexiva.
Como parte de esa empresa creativa, y en correspondencia con su formación originaria, que es la de escenógrafo, Juan Trinidad se conecta con los mundos plantados en el espacio cósmico y antropológico del que se nutre el escultor primitivo, arcaico, clásico, y el de la modernidad del siglo XX, que descubre los lenguajes del cubismo y la abstracción, estable-ciendo una relación de aprendizaje con referentes arquetípicos como Jacques Lipchitz, Umberto Boccioni, Pablo Picasso, y un diálogo vitalizador con el lenguaje escultórico de Constantin Brancusi, de quien el consagrado escultor nacional aprende la manipulación, domesticación y espiritua-lización de la madera, imponiéndole un diálogo místico con su tiempo, el tiempo de la sociedad de nuestro tiempo y el espacio de la humanidad entera, erigiéndose a través de sus obras
A Juan Trinidad lo conocemos como el artista multipremiado que impactó a la sociedad dominicana y al país con un lenguaje escultórico, robusto, barroco y ausente de la piedad y belleza de la luz, recursos estilísticos y técnicos que armaba
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La mirada perceptora que se detiene a disfrutar de la belleza y esplendor del nuevo discurso y recursos técnicos que proyectan la tactili¬dad en la obra escultórica de Juan Trinidad, tendrán que afinar sus senti¬mientos para celebrar en su arte la maestría con la que este artista ha sabido horadar, devastar, golpear con el mazo sobre el cincel o la gubia esos trozos de madera a los que le arranca música como si fuesen ritmos quejumbrosos que emergen de manera espectral con resonante eco desde los conjuntos de líneas dentadas y estriadas que se mueven visualisti-camente a ritmo fuelle, como si respiraran desde el interior de la masa de madera, que como espirales totémicas emanan sobre quien las mira el mensaje de un hombre que si bien ha tallado formas escultóricas en la arena, en el hielo y en sus sueños, esta vez y en los años más recientes de su vida, también ha tenido que cultivarlas en los más profundos espacios de sus senti¬mientos y de su ser; porque como pocos, y con dolor, el artista Juan Trinidad ha hecho de sus esculturas seres con vida propia, que como en el Génesis, el aliento de sus manos las ha echado a andar como heredad para el patri¬monio artístico y cultural del pueblo dominicano.
conjugando sus destrezas en los dominios de la talla directa con ensamble, tipo collage, con objetos de metal o incrustaciones de madera correspondientes a otro tipo de madera, resultando una hibri-dación estética de gran belleza conceptual y armonía en su diseño y construcción. Uno de los fundamentos estructurales en la tipología de escultura exenta que crea Juan Trinidad es su capacidad para generar, desde sus diseños y modulación de volumen, las ideas de desafío de la gravedad, sensación de peso, ritmo y movimiento, lo que obtiene mediante un juego contradictorio que, a partir de la técnica y estética del cubismo sintético, contradice y armoniza planos y superficies disponiendo y exponiendo concavidades y convexidades donde intervienen múltiples universos simbólicos, celebrando desde ese presupuesto conceptual y construccional la filosofía en sus tallas, haciendo prevalecer como recurso simbólicoespiritual las ideas místicas del maestro catalán Jorge Oteiza, cuando recuperó del arsenal primitivo, y contemporanizo en el siglo XX, las ecuaciones del espacio vacío, ya sea desde una formación cuadrada, elíptica, angular o circular, lo que obtiene acertadamente el escultor dominicano en su nueva producción artística al conjugar armónicamente masa, color, volumen, peso y luz bajo el reino de un solo cuerpo en su nuevo plantel de esculturas.
Abil Peralta Aguero *Crítico de arte, curador, consultor cultural.
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BIOGRAFÍA
Nace en Bonao, República Dominicana, el 10 de junio del año 1963. Escultor de la Generación del 80. Egresado de la Escuela de Arte Cándido Bidó. Vive y trabaja en su taller en Bonao, R.D. Su escultura pertenece a la tradición dominicana y a la identidad afro-antillana, dominando las tallas totémicas en madera de roble y de caoba centenaria, igualmente la talla de piedra y mármol. Es miembro del Colegio Dominicano de Artistas Plásticos. Sus obras se encuentran en importantes colecciones privadas de la República Dominicana, Estados Unidos, Argentina, Francia, Etiopía y otros países; así como en instituciones culturales como el Centro Cultural Cariforo, Palacio Nacional de Bellas Artes, Banco Central de la República Dominicana, Museo Cándido Bidó, Dirección General de Aduanas, Congreso Nacional, Clínica Abreu, Catedral de San Francisco de Macorís y Museo de Arte Moderno.
Ha participado en importantes exposiciones, tales como: Exposición Táctil del Museo del Louvre, Bienales Internacionales de Hielo en Canadá, Libro de Oro de la Plástica Mundial y otros eventos importantes internacionales. Ha sido ganador de la Bienal Nacional de Artes Visuales y de la Bienal Nacional de Bonao. • 1980 Estudia Soldadura y Forja en la Escuela Vocacional de las Fuerzas Amadas, en Baní, República Dominicana. • 1990 Inició su práctica en Artes Visuales en el campo de la escenografía y en recintos turísticos. • 1994 Viaja a Buenos Aires, donde cursa talleres con importantes artistas y se integra a la vida artística. • 1996 Regresó al país e inicia una educación artística formal en el Centro de Artes Plaza de la Cultura de Bonao, Museo Cándido Bidó, especializándose en Escultura.
COMENTARIO ESPECIAL
Cuanto placer al ver, entender, escuchar la voz de un escultor. Cuanta alegría al ver bosquejas, esbozar, estudiar, embadurnar, a Trinidad! Cuanta felicidad nalmente ver, observar, soñar, delante de sus obras y así vivirlas... Estamos orgullosos de presentar a un escultor digno de ser un gran artista. Es por eso que lo hemos escogido junto a Marianne de Tolentino. Es en reconocimiento a su visión de trabajo que queremos rendirles homenaje. Paul Valery decía “la escultura se instala en el mismo centro que aquel que la contempla. Cada paso del observador,
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cada hora del día, cada lámpara que se ilumina, engendra a una escultura una cierta apariencia, toda diferente de otras”. Amoldar, tallar, pulir, soldar, ensamblar, los relieves, los huecos, los planos son las preocupaciones de Juan Trinidad más allá de su mensaje. Hubert le Forestier de Quillien Agregado de Cooperación y de Acción Cultural de la Embajada de Francia
EXPOSICIONES COLECTIVAS
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1993 Exposición Colectiva Estudiantil. Hotel Sheraton. Santo Domingo, República Dominicana.
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1994 Concurso de Escultura “PratsVentós”. Centro Cultural de España. Santo Domingo, República Dominicana.
•
1995 Exposición Colectiva Colón. Buenos Aires, Argentina.
•
1997 Exposición Colectiva de Artistas Novelesces, Galería de Arte “Celipace”, Bonao, República Dominicana.
•
1997 Colectiva Semana Santa en Casa de Teatro. Santo Domingo, República Dominicana.
•
1997 Colectiva Turística del Caribe, Santo Domingo, República Dominicana.
•
1998 30 Días con Luperón, Parque Duarte de Bonao, República Dominicana.
•
1998 Exposición Bonao Country Club, Bonao, República Dominicana.
•
1998 Colectiva Bolsa Turística del Caribe, Hotel Dominican Fiesta, República Dominicana.
•
1998 Año en Florencia. Consulado Dominicano, Italia.
•
1998 Colectiva Feria Santiago. Santiago, República Dominicana.
•
1999 Bolsa Turística. San José, Costa Rica.
•
1999 Colegio Dominicano de Artistas Plásticos, República Dominicana.
•
1999 Arte en Semana Santa, Galería de Arte Celipace. Bonao.
•
2000 Colectiva Fiestas Patronales, Bonao, República Dominicana.
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2000 Arte en Semana Santa, Galería de Arte “Celipace”. Bonao, República Dominicana.
•
2001 Colectiva Volúmenes. Casa de la Cultura, La Vega, República Dominicana.
•
2002 Introspección, Neo Arte, Moca, República Dominicana.
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2002 Introspección. Pinar Dorado, Jarabacoa, República Dominicana.
•
2002 Colegio de Artistas Plásticos.
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CODAP, Santo Domingo, República Dominicana.
•
2003 Ruta del Cigarro, Santo Domingo, Francia.
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2003 Arte Barceló: Nuevas Propuestas, Gran Hotel Lina, Santo Domingo, República Dominicana.
•
2003 Libro de Artista. Feria del Libro, Alianza Francesa de Santo Domingo; Universidad Católica Nordestana, San Francisco de Macorís; Museo Cándido Bidó, Plaza de la Cultura, Bonao; Casa de Arte, Santiago, República Dominicana.
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2003 XVII Bienal Nacional Visuales. Museo de Arte Moderno, Santo Domingo, República Dominicana.
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•
2004 Resonancias Dominicana. Alianza Francesa, sede Central, París, Francia.
•
2004 Bienal Mundial del Hielo, Ottawa, Canadá.
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2004 Maestros del Arte Dominicano, Casa de la Cultura, Puerto Plata, República Dominicana.
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2005 Exposición Premio Paleta de Níquel, Museo Cándido Bidó, Bonao, República Dominicana.
•
2005 Invitado a exponer en el Banco Nacional de Desarrollo BID, Washington.
EXPOSICIONES INDIVIDUALES
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1996 Centro de Arte. Plaza de la Cultura. Bonao, República Dominicana.
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2011 Transcendencia del Caribe, Galería de la Embajada de Francia, SantoDomingo.
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1997 Dentro del Salvador del Nuevo Milenio. Bonao, República Dominicana.
•
2013 Lo onírico de Juan Trinidad, Plaza Novo-Centro, Santo Domingo.
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1999 Ideales en Vuelo. Museo de Arte Cándido Bidó, Bonao, República Dominicana.
•
2016 Renacer, Palacio de Bellas Artes, Bonao, República Dominicana.
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2002 Bolsa Turística del Caribe. Hotel Jaragua, Santo Domingo, República Dominicana.
•
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2004 Rostros, Casa Virginia, Santo Domingo, República Dominicana.
2016 Impacto, Galería Nacional de Bellas Artes, Palacio de Bellas Artes, Santo Domingo, República Dominicana.
•
•
2005 Rostros, Palacio Consistorial, Santiago, República Dominicana.
2017 Juan Trinidad Individual exhibition of sculptures, ITB BERLIN, The World’s Leading Travel Trade show, Berlin, Alemania.
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2007 Uno, Dos, Tres Dimensiones, Embajada de Francia, República Dominicana.
•
2018 Juan Trinidad Individual exhibition of sculptures, ITB BERLIN, The World’s Leading Travel Trade show, Berlin, Alemania.
•
2008 Hombre del Caribe, Feria del Libro, República Dominicana.
•
2018 Magia del Caribe, Semana de América latina y el Caribe UNESCO Paris, Francia.
2009 Juan Trinidad Espacio Escultura, Santo Domingo, República Dominicana.
•
2018 Magia del Caribe, Rai eisenbank Looshaus Michaelerplatz, Vienna, Austria.
2009 Siento, luego Veo. Exposición Táctil del Museo del Louvre, Palacio de Bellas Artes, Santo Domingo, República Dominicana.
•
2018 Identidad dominicana, Banreservas Hotel Internacional, Santo Domingo, República Dominicana.
• • •
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PREMIACIONES Y DISTINCIONES
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1994 Mención de Honor Concurso “Prats-Ventós”.
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Centro Cultural de España, Santo Domingo, República Dominicana.
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2001 Monumento a los Héroes 14 de Junio entrada Monte Cristi.
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2002 Escultura Parque Central Gaspar Hernández.
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2002 Puerta Catedral de San Francisco de Macorís.
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2003 Primer Premio de Escultura XXII Bienal Nacional de Artes Visuales. Museo de Arte Moderno, Santo Domingo, República Dominicana.
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2004 Finalista, Bienal Mundial de Hielo, Ottawa, Canadá.
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2004 La Embajada de la República Dominicana en Canadá Reconoce el signi cativo aporte de Juan Trinidad:
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2005 Primer Premio de Escultura, Paleta de Níquel, Museo Cándido Bidó, Bonao, República Dominicana.
•
2005 Primer Premio de Escultura, Paleta de Níquel, Bienal Museo Cándido Bidó, Bonao, República Dominicano.
•
• 2006 President of the Borough of The Bronx Presents the Citation of Merit to Juan Trinidad.
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2006 Lincoln Hospital Hispanic Committee Certi cate Of Merit Presented to Juan Trinidad.
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2007 Primer Premio de escultura, Paleta de Níquel, Bienal Museo Cándido Bidó, Bonao, República Dominicana.
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2007 Gala Francomacorisana, Renglón Artes Plásticas, San Francisco de Macorís, República Dominicana.
•
• 2010 Monumento al Cacao, entrada de San Francisco de Macorís, encargo municipal.
•
2010 International de Sculpture sur neige. Reconocimiento como país invitado. Obra colectiva de tres artistas.
A las actividades programadas en ocasión de la celebración del 50 mo Aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre la República Dominicana y Canadá.
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JAZZ 92 x 39 x 50 cms, madera / roble.
ESCULTURAS
Intensas y duras jornadas de “operario” a la vez manual e intelectual, materializan una inspiración compulsiva. Desde que él está instalado en su casa taller de Bonao – también ciudad suya de nacimiento y formación-, se entrega más que nunca a oficio y pasión: ¡las huellas de su trabajo en muñecas, palmas y dedos, son su orgullo! Juan Trinidad ha hecho esculturas en piedra, en bronce, hasta en hielo, pero la bella madera instrumenta su talento y privilegia sus mejores obras, según las observamos desplegadas en el Salón de la Cúpula. El continua a integrar abstracción y figuración en la mayoría de sus piezas, emergiendo perfiles hieráticos desde formas y volúmenes. Ahora bien, ocasionalmente la talla enteramente abstracta se apodera de la expresión escultórica de Juan Trinidad… que hasta la llama su “neo-cubismo”. Luego, aparte de las obras pulidas en su tono natural y de otras teñidas de negro, el artista ha ido agregando el color, no solamente en detalles sobresalientes, sino “policromando” las piezas completas. El amarillo, el rojo, el azul evocan una alegría nueva… en esta escultura inconfundible.
ACORDEONISTA, 84 x 35 x 30 cms, madera / roble, colecciรณn privada.
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QUIJOTE II, 104 x 25 x 30 cms, madera / roble policromado.
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NIDO DEL CARIBE, 78 x 37 x 29 cms, madera / roble.
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INGENUIDAD , 52 x 20 x 22 cms, madera / roble policromado.
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HOMENAJE A PICASSO II, 122 x 17 x 44 cms, madera / roble policromado.
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TERNURA DE UN AMANECER, 61 x 24 x 25 cms, madera / roble policromado.
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UNIÓN II, 104 x 27 x 29 cms, madera / roble policromado.
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QUIJOTE II, 104 x 25 x 30 cms, madera / roble policromado.
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ESPERANZA DEL CARIBE, 88 x 35 x 24 cms, madera / roble policromado.
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ENCUENTRO CON LA LUNA, 85 x 23 x 19 cms, madera / roble policromado.
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ESPERANZA DEL CARIBE, 70 x 26 x 23 cms, madera / roble policromado.
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PRIMAVERA I, 100 x 21 x 25 cms, madera / roble policromado.
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APNEA, 57 x 25 x 20 cms, madera / ébano, colección privada.
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ALEGORÍA, 19 x 15 x 17 cms, madera / roble.
ECUANIMIDAD, 34 x 17 x 15 cms, madera / roble.
65
URBANIDAD II, 35 x 16 x 14 cms, madera / roble policromado.
AMANECER CARIBEÑO, 54 x 19 x 20 cms, madera / roble policromado.
66
OJOS ROJOS, 82 x 31 x 36 cms, madera / roble policromado.
67
MUNDO DE PAZ, 102 x 22 x 26 cms, madera / roble policromado.
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VISIÓN I 85 x 26 x 27 cms madera / roble.
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SUPERACIÓN, 119 x 38 x 27 cms, madera / roble. 71
JEROGLÍFICO, 128 x 29 x 29 cms, madera / roble.
72
SINFONĂ?A, 262 x 42 x 45 cms, madera / roble centenario.
73
MINUETO II, 76 x 26 x 22 cms, madera / roble policromado, colecciรณn privada.
74
MINUETO I, 237 x 38 x 34 cms, madera / roble policromado, colecciรณn privada.
75
EQUILIBRIO, 70 x 30 x 10 cms, madera / roble policromado.
FUSIÓN II, 68 x 50 x 29 cms, madera / roble policromado.
76
EXTINCIÓN 67 x 22 x 16 cms madera / ébano verde.
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CIRCULO DEL CARIBE, 48 x 39 x 21 cms, madera / roble.
78
FUSIÓN III, 68 x 50 x 29 cms, madera / roble policromado.
79
SOLO VERDAD, 120 x 30 x 14 cms, madera / roble.
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JUEGO DE INFANCIA IV 54 x 7 x 9 cms Madera / roble policromado.
JUEGO DE INFANCIA V 54 x 7 x 9 cms Madera / roble policromado.
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JUEGO DE INFANCIA III 54 x 7 x 9 cms Madera / roble policromado.
PENSANTE II, 60 x 36 x 25 cms, madera / roble.
82
PENSAMIENTO, 46 x 36 x 35 cms, madera / roble.
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UNIDO, 48 x 30 x 28 cms, bronce.
85
EQUILIBRIO II, 94 x 35 x 29 cms, madera / roble.
86
SUPERACIร N, 103 x 24 x 25 cms, madera / roble, colecciรณn privada.
87
URBANIDAD 244 x 58 x 39 cms madera / roble.
88
PENSANTE, 80 x 38 x 29 cms, madera / roble.
89
JAZZ III, 164 x 40 x 34 cms, madera / roble policromado.
90
PICTOGRAMA 207 x 40 x 46 cms madera / roble.
91
TRONO DE UNIร N, 170 x 156 x 90 cms, madera / roble, colecciรณn privada.
92
TRONO REAL, 170 x 160 x 84 cms, madera / roble, colecciรณn privada.
93
NOCHE CARIBEÑA 273 x 50 x 42 cms madera / roble.
94
TRONO APOCALÍPTICO, l50 x 28 x 27 cms, madera / roble.
95
POLIMORFO CARIBEÑO, 143 x 32 x 27 cms, madera / metal.
96
MENCIÓN DEL CARIBE, 250 x 44 x 42 cms, madera / roble. 97
AMANECER DEL CARIBE 235 x 44 x 42 cms madera / roble policromado.
98
SABIDURÍA, 143 x 37 x 37 cms, madera / roble.
99
METAMORFOSIS II, 98 X 29 X 30 cms, madera / roble.
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COMUNICACIÓN 126 x 34 x 27 cms madera / roble.
101
HUELLA DE PAZ I, 133 X 66 X 52 cms, madera / roble.
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MINIMALÃSMO 243 x 42 x 49 cms madera / roble.
103
HUELLA DE PAZ II, 133 X 66 X 52 cms, madera / roble.
104
MOTIVACION, 126 X 34 X 27 cms, madera / roble.
LA OTRA CARA, 109 X 36 X 28 cms, madera / roble.
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HAY UN PAÍS EN EL MUNDO 160 x 54 x 28 cms madera / roble.
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Exposición realizada en la Galería Nacional de Bellas Artes, del 30 de junio al 31 de julio de 2016, en el Salón la Cúpula del Palacio de Bellas Artes, Santo Domingo República Dominicana.
Galería Nacional de Bellas Artes Palacio de Bellas Artes. Santo Domingo. R.D.
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APERTURA Y CEREMONIA DE INAUGURACIÓN
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1 - Abil Peralta, José Ramón Díaz, Gamal Michelén Stefan, Samir Rizek Sued, Marianne de Tolentino, Juan Trinidad, Wendy Santana de Franjul, Miguel Franjul y Patrick Landry. 2 - Samir Rizek Sued y Juan Trinidad.
3 - Juan Trinidad, Lic. César Rodríguez y Dra. Susana Kury. 4 - Procurador Fiscal de Bonao. Joel López, Juan Trinidad, Napoleón Berges Miguel, María del Carmen de León y Ricardo Rojas León.
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5 - Vista del público asistente a la noche de inauguración. 6 - Wendy Santana de Franjul, Juan Trinidad y Miguel Franjul. 7 - Procurador Fiscal de Bonao. Joel López, Juan Trinidad y Napoleón Berges Miguel.
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8 - Leonor Trinidad Landrón, Wendy Landrón Conde, Diomary (La Mala), Wendy Trinidad Landrón, Juan Trinidad, Yudelka Perez, Johanny Hache. 9 - Dra. Raphaelina Reyes, Juan Trinidad y Carlos Reyes Jaquez. 10 - Cesar Olmos, Altagracia ( Doña Tati) Corletto de Olmos y Juan Trinidad. 11 - Leonor Trinidad Landrón, Wendy Landrón Conde y Wendy Trinidad Landrón.
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12 - Yissel Infante, Yudelka Perez, Samir Rizek Sued, José Ramón Díaz, Juan Trinidad y Johanny Hache. 13 - Vista del salón de la cúpula en la noche de inauguración. 14 - Samir Rizek Sued, Doña Marianne de Talentino, Dr. Luis López Tallaj y Juan Trinidad. 15 - Samir Rizek Sued, Juan Trinidad, Wendy Santana de Franjul y Miguel Franjul.
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LA EXPOSICIÓN EN SUS ESPACIOS
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JUAN TRINIDAD EN EL TALLER
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JUAN TRINIDAD IMPACTO
Esculturas 2011 - 2018
Henri Loyrette Ex Presidente - Director del Louvre ParÃs