Revista (memoria periodística)

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Imagen: Peri贸dico ABC



EL ORO CON EL PUMAS La tribuna grita con furor como si fuera el

por un refresco. Los gritos y la euforia en el

último día de sus vidas. El color azul con

público no paran, entre menos tiempo falta

diferentes tonalidades resalta por sobre todas

para que empiece el partido, más abundantes

las

se vuelven las porras, gritos y emoción que te

cosas.

Por

un

lado,

están

los

americanistas, quienes necesitan la victoria

llegan a contagiar.

para subir en la tabla de posiciones de la Clausura 2014. Por otro lado, están los Pumas, aquellos que llevan ya varios triunfos. La euforia se siente en ambos lados del Estadio Azteca. A lo lejos se ve un equipo emocionado que grita y anima a su equipo sin cesar. A mi alrededor todo es emoción, celebración, apoyo. Llevan sus banderas doradas con azules ondeando con cada grito que lanzan al campo. Algunas caras pintadas del mismo color, como si todo fuera unión en ese momento, un olvido de problemas y estuvieran festejando por este partido, para que su equipo se lleve el pase a la siguiente ronda.

Después de la presentación de ambos equipos y el himno para conmemorar a nuestro lábaro patrio, el árbitro sale para anunciar el comienzo del partido. Desde el primer minuto se logra ver el arrebato por parte del América del balón, “Osvaldito” Martínez se llevó la pelota hacia la portería de Universidad, tiró, pero se desvió hacia la lateral. Corrían los minutos, las Águilas dominaban el balón, pero un error del jugador Sambueza en la recepción hizo que Cortés robara, corrió apresuradamente, pasó a Ludueña quien tiró pegado al poste para vencer a Muñoz. El primer gol para los Pumas. Los ánimos en las tribunas se empezaban a calentar. Se oía el

Ya está por comenzar el partido, un señor de

resonar del grito, todos a coro como si fueran

tez morena con una gorra, llega a ofrecer

una unidad, gritaron ¡GOL! Algunos otros

diversos artículos para que animes a tu

gritaban: “Goya, goya, cachún, cachún, ra, ra,

equipo, trae una especie de inflables que al

cachún, cachún, ra ra

sonarlos parecen aplausos en gran magnitud,

Mientras tanto, del otro lado, los ánimos no

frituras para el hambre o el antojo, gorras

se dejaban caer, no existían caras largas, se

para el ya casi inexistente sol, todo a un bajo

estaba disfrutando el partido, apenas eran los

precio. A mi lado se encuentra un señor

primeros minutos del partido.

goya, Universidad”

regordete, alto con aspecto desdeñable que opta por comprar una cerveza Sol, según él, para empezar bien el partido. Yo me decido

Los siguientes minutos, el América, continuó dominando el balón, pasaba de un jugador a


otro, Sambueza y Aguilar era los que más

En la tribuna, los gritos no se hacían esperar,

presionaban. Verón, de los Pumas, defiende.

los

A los 30 minutos suena de nuevo el ¡goya!

apoyaban a su equipo, querían ver un gol,

Por parte de los aficionados de los Pumas. La

ondeaban banderas para que se viera el

emoción hervía como si de alguna manera

aliento, festejaban cuando había que festejar,

fuera a estallar en algún momento. Los

pues en ocasiones se estaba a punto de meter

ánimos se calentaban cada vez más. Al poco

gol, aquella palabra era la esperada de toda la

tiempo un jugador de los Pumas comete una

tribuna, querían gritarla como si ellos lo

falta. El balón es para el América, a

hubieran metido. Abucheaban cuando el

aproximadamente, treinta metros y con dos

árbitro favorecía a los americanistas o cuando

defensas no muy altos, el jugador de las

éstos cometían alguna falta en contra de algún

Águilas tira el balón, no es gol. Pumas se

jugador pumista. También cuando estaban a

lleva el balón y Luis Gabriel Rey baja la

punto de meter gol.

aficionados

estaban

desesperados,

pelota en el área para que el portero de Universidad no pudiera controlar, pero aparece otro jugador, Raúl Jiménez

para

empujar en el área chica. La tribuna del América celebra sin cansancio, se emociona, hierven los sentimientos y ondean las banderas de color amarillo canario y azul eléctrico con un escudo en medio.

Se acababa el primer tiempo y el empate era inminente. Los últimos intentos se quedaron en eso, en intentos. Pumas respondía con una jugada de Martín Bravo, luego un tiro de Romagnoli que se desvió. De nuevo el América respondía, trataban de ganar el partido, lo necesitaban para subir algunos peldaños en la clasificación. En los últimos

Los siguientes minutos eran de dominio

minutos los disparos de los pumas son

americanista, Osvaldito Martínez, trató de

desviados, las Águilas intentan llevarse la

meter gol, pero no pudo, se quedó lejos, se

pelota, no pueden, Universidad responde

desvió el balón. Jiménez saca un remate que

correctamente. Ningún equipo puede anotar

obstruye a Palacios y así salva a los Pumas

gol en los últimos minutos del primer tiempo.

del segundo que podrían haber metido gol. El América estaba fuerte, daba todo lo que podía, pero los Pumas eran listos, audaces. Después de una serie de intentos por meter el balón, Rey saca un disparo de modo brusco que obstruye a Palacios con los pies y salva de nuevo a Pumas.

Llegaba el medio tiempo y el público en el Estadio Azteca tomaba un descanso, se oían gritos, la gente aprovechaba para ir al baño o comprar algo que comer. De nuevo pasaron los vendedores ofreciéndonos una gran variedad

de

productos

como

hotdogs,

cervezas, sopas Maruchan, refrescos, entre


otras cosas. La mayoría pedía alimentos, ya

Universidad. Todos y cada uno de los

eran aproximadamente las seis de la tarde y el

pumistas disfrutan del partido.

hambre estaba a la orden del día. Sigue el partido, América quiere empatar y le Terminó el medio tiempo. Pumas hace un

llega por todos lados a Pumas, este último se

cambio y Antonio García se va para que

sobrepone y no logran meter ningún gol.

pueda entrar José Carlos Van Rankin, por su

Disparos hacia la portería van cada vez más

parte en el América entra Paul Aguilar y sale

seguidos, pero el portero se opone y atrapa

Aquivaldo Mosquera. A los pocos minutos el

cada uno de éstos. El América hace un

árbitro saca la tarjeta roja para un jugador de

cambio, sale Osvaldito Martínez y entra el

las águilas, el “Maza” Rodríguez, puesto que

Quik Mendoza. Lo mismo hacen los Pumas,

le da un rodillazo al “Pikolín” Palacios de los

una permuta de jugadores, sale Martín Bravo

Pumas. Fue un momento de incertidumbre, el

e ingresa Daniel Ramírez.

juego estaba

en

movimiento y varios

jugadores estaban en una bolita y sin “deberla ni temerla” el “Maza” Rodríguez le da el rodillazo

a

Palacios,

su

expulsión

es

Ya está por terminar el partido, el Pumas ya se

perfila

como

el

ganador

de

este

enfrentamiento. Sin embargo, un error de Valenzuela provoca que el balón pase a

inminente.

“manos” de Daniel Ramírez, quien define con

Pasaba la hora y por ningún lado se veía que

un disparo, mientras Muñoz salía de la

algún equipo fuera a meter gol, la tribuna

portería. De nuevo, otro gol para los Pumas,

estaba aún incesante gritando, aunque los

se corea el Goya, ya no hay nada que hacer

ánimos se habían calmado un poco de cómo

para los americanistas, sólo con un milagro

habían empezado al principio. Desviaciones,

empataría. Dan más tiempo para que continué

pasadas de pelotas, tiros unos con otros, era

el partido, pero no se logra nada. Los Pumas

lo único que pasaba en el partido, hasta que

son los triunfadores de este partido. El

Ludueña, en un cobro de tiro libre lejano

público celebra, vitorea, grita, lanzan “goyas”

supera los obstáculos para meter el segundo

sin cesar. Se cabrean los americanistas, han

gol para los Pumas. Un gol que ya marcaba la

perdido el partido, caerán en la clasificación.

victoria de éstos. Los aplausos resuenan, los

El público grita muy fuerte, el furor aumenta

aficionados

dorado

y los ánimos se hierven cada vez más. La

celebran, gritan y aplauden. A lo lejos se oye

tribuna grita con furor como si fuera el último

otro Goya, los niños de siete años lo imitan y

día de sus vidas.

de

los

azules

con

con gran fervor repiten la porra de la


UNA HORA EN EL PALACIO DE LIBROS Después de un camino extenuante del metro

que no dejaba entrar a los rayos de la estrella

Bellas Artes a la calle Tacuba, con un sol

más grande del Sistema Solar, como si

cálido que quemaba, llegué a la Escuela de

estuviéramos protegidos de ésta. Lo primero

Ingeniería, hoy Palacio de Minería. Una

que ves al entrar son las escaleras antiguas

edificación que data de los tiempos de la

que te conducen a la parte alta del edificio

Independencia, construida por el arquitecto

colonial. Además de algunos stands que

español Manuel Tolsá. Al llegar me percaté

estaban dispersados por el patio central. De

que es una construcción muy antigua. Sus

mi lado derecho se encontraba la editorial Cal

muros de piedra parecen ser indestructibles,

y Arena, delante de ésta, Grijalbo y una parte

las columnas se asemejan a las que usaban los

de Planeta. Después Alfaguara, donde el

antiguos griegos para levantar y dar soporte a

conglomerado de visitantes se juntaba y veía

sus edificios. Grande, pero no tan alta como

libros de diversos precios y colores como

la Torre Latinoamericana que se encuentra a

pequeñas montañas de hojas que esperan

unos cuantos pasos de éste. Las rejas, que son

pacientemente a ser abiertos y leídos por

las puertas del Palacio, estaban abiertas para

cualquier lector. A la izquierda había otras

la entrada a los visitantes de la Feria del

editoriales como Larousse, SM, Trillas,

Libro, como si el mismo edificio te recibiera

Océano, Patria, entre otras.

“con los brazos abiertos”. Decidí dirigirme hacía las escaleras y Después de una fila no tan larga, compré un

explorar las demás editoriales. Seguí adelante

boleto para entrar a la Feria. Me atravesé la

y por medio de señalamientos continué mi

calle para dejar mi mochila en la paquetería y

camino hacia el stand de la editorial Planeta.

caminé hacía el Palacio. Fue un poco

Lectores de todas las edades, sexo, clase

imposible volver a atravesar, había muchos

social, intereses y demás iban ese día por

carros que parecían nunca terminar. Al fin,

distintos motivos, unos para comprar un libro,

una buena conductora nos permitió el paso a

otro –como yo– sólo por curiosidad y uno que

los pocos transeúntes que estábamos parados,

otro porque de la escuela los habían

listos para entrar a la Feria temporal.

mandado. Llegué a la estantería o al bloque que le tocaba a la editorial Planeta. Había

Entré al Palacio, el sol extenuante ya no quemaba como si fuera a derretirte en medio de toda la ciudad, estaba escondido en un techo con una cúpula de plástico transparente

mucha gente por todos lados como si de alguna forma los libros fueran gratis y estuvieran regalándolos, por lo que me dirigí a la parte donde se encontraban los de García


Márquez. Un joven detrás de mí, alto, de tez

muchos libros se acomodaban por el lomo

blanca, cabello claro le dijo a su compañero:

con el nombre de este, existían títulos que

“yo ya leí cinco de éste”, refiriéndose al

jamás había oído hablar de ellos como Teatro

estante de Márquez que se encontraba frente a

contemporáneo español, Metamorfosis de

él.

Ovidio,

entre

muchos

otros,

el

color

dominante en aquella sala era el café por los A mi lado izquierdo, tres adolescentes mujeres de estatura baja, cabello negro, largo y vestidas con playeras rosas de diferentes tonos y pantalones de mezclilla, veían los libros, cuando una de ellas dijo: “pues la

libreros en donde se acomodaba el acervo, de ahí que los lomos eran blancos con diferentes colores en la parte de arriba, todo dependía del título que quisieras.

profesora dijo que anotáramos cualquier autor

En la sala que continuaba había títulos de

que no fuera la de Crepúsculo”, otra le

autorreflexión, bandas de música actuales,

respondió: “pues anota a todos esos, al fin

recetas de cocina, yoga, taichí, para colorear

que ya están viejitos”, mientras observaban

y para saber dibujar dragones u otra figura

los libros de la editorial Seix Barral. Me

mística, entre otros, pero eso sí más

aburrí de ver El amor en tiempos del cólera,

económicos que en ninguna otra editorial. En

Cien años de soledad, entre otros libros del

la última parte de esa larga sala, de las que los

Premio Nobel de Literatura, así que decidí ir

separaba un muro extenso de piedra, estaba la

al stand de Porrúa.

editorial Colofón y sus “sub-editoriales”, ahí comencé a revisar los del sello de Anagrama,

Mientras caminaba, veía los pasillos llenos de stands acomodados de forma horizontal como un paseo entre libros, en algunos las personas no se paraban ni por error, en otros había mucha gente que apenas se podía pasar. En los

vendedores

se

veían

caras

de

aburrimiento, largas, de fastidio, alguna que otra desesperada, pero siempre te atendían con una gran sonrisa y amabilidad. Otros gritaban cosas como “adelante caballero, le damos precio”, “pregunte por el libro que guste”, entre otras frases populares.

se promocionaban el libro CeroCeroCero, del cual había muchos ejemplares, pero las personas no le ponían mayor atención. Me sorprendí de las historias que se contaban, los relatos narrativos que los autores proponían, pero me impacté al momento de ver los precios, el libro más económico era de 170 pesos

y

el

más

caro

de

quinientos

aproximadamente. Decidí salir de la sala, quería comprar algo económico que después pudiera leer. Así que salí por la parte de la editorial Punto

Luego del paso por los stands de los pasillos, entré a la sección de la librería Porrúa,

de lectura, los libros estaban económicos, no


me decidía si comprar Rayuela o Ensayo

la que salía, unos platicaban con sus

sobre la ceguera de Saramago, la decisión era

acompañantes, se reían como si la Feria

difícil, así que opté por seguir mi camino y

hubiera sido espectacular y grandiosa, otros la

luego volver a revisar aquellos títulos

comparaban con la FIL Guadalajara, salían

bastante controvertidos. Veía editoriales que

con bolsas de libros, con grandes risas, caras

no conocía o que jamás había oído hablar de

largas, de cansancio, pero siempre con una

ellas, pero siempre buenas portadas y títulos

gran satisfacción.

que uno que otro me convencía para comprarlos; sin embargo, nunca lo hacía. Ya me había aburrido, pasé por la editorial UNAM, por la del IPN, por la del Banco Mundial y la UNICEF, pero no había ningún título que me convenciera. Por lo que decidí volver a donde estaban los de García Márquez. Me desvié del camino y llegue a la editorial Siglo XXI, una parte donde se encontraba una fuente, de estilo barroco como aquel edificio

Me dirigí por mis cosas a la paquetería, me sorprendí de la larga fila que se hizo para recoger y entregar objetos. Eran muchas las personas, pero avanzaba rápido. Dos personas de treinta años de edad aproximadamente, hablaban detrás de mí sobre su experiencia de la Feria. —Con esto lo bonito que tiene la Feria, se desmorona, dijo el hombre alto, regordete, alto y de tez morena.

donde se encontraba la Feria, era ancha y

—Sí, se pierden las tradiciones, dijo el otro

ocupaba gran parte de la sala, salía agua en

hombre de la misma altura, delgado y de tez

pequeñas cantidades y las personas la

blanca.

utilizaban para descansar un poco del camino de libros que ya los habían agotados. Había títulos muy buenos que me interesaba

—Estuvo mejor la FIL Guadalajara, le dijo el hombre moreno

comprar, pero me di cuenta que no llevaba

—Yo nunca he ido a la de Guadalajara, le

dinero y que sólo tenía lo justo para el regreso

respondió el hombre delgado

a mi casa. Me decepcioné, después de todo a que vas a la Feria si no es a comprar por lo menos un libro que te llamé la atención y yo no tenía con que comprarlo. Decidí irme. Ya en la salida, volví a pasar por los stands de Selector, SM, Alfaguara, Océano, Larousse, entre otros. Había más gente que entraba que

—Es insuficiente el espacio, ya somos mucha gente y todo lo bonito que tiene se desmorona por eso, concluyó el hombre regordete. Después de eso, volví al sol que quemaba, los carros que no te dejaban pasar, cláxones que sonaban por todas partes, la estatua de “El


Caballito” en reparación, el señor que pintaba con gises de colores la imagen de un azteca levantando a su amada (Popocatépetl e Iztaccíhuatl), el clima caluroso de la gente, las personas que regalaban revistas a quien pasaba, las miradas de algunos y la indiferencia de otras. Caminé hacia el metro Bellas Artes para dirigirme a descansar de todo el alboroto de aquella Feria.


UNA NOCHE DE PALMAS El sacerdote estaba por comenzar, junto

“Hoy comenzaremos a dar la misa

con otras personas preparaba los altares y

sobre un acontecimiento importante en la

los discursos que iban a dar cada uno. Las

vida de Jesús, cuando él dio la vida por

personas llegaban. Cada una se sentaba en

nosotros y otras personas lo traicionaron

los bancos de madera color chocolate. El

por miedo o simplemente por dinero”,

interior de la iglesia estaba pintado de

comenzó el padre para después reiterar

color rosa pastel. Con un ventilador en

que las injusticias, las falsas acusaciones

cada pasillo para cuando el calor de la

y sentencias condenatorias continúan en

gente fuera incesante, figuras religiosas

estos tiempos, pero que Jesús siempre

de santos y vírgenes decoraban una parte

estará ahí para darnos cuenta de nuestros

del recinto. Al frente un Cristo se

errores, además de estar presentes en

levantaba con sus manos abiertas y una

nuestros pensamientos y nosotros en los

cruz detrás de él. De la cabeza surgía

de él.

pintura roja como la sangre que una vez brotó de él por pagar por los pecados de las personas.

Comenzó con la lectura de uno de los pasajes de la Biblia. Todos los asistentes prestaban

Inició la misa; el comienzo de la

escuchaban

las

atención. Sólo se

palabras

del

padre

liturgia para Semana Santa, una parte

relatando aquel versículo. Las personas

fundamental

septenario.

que se encontraban en el recinto estaban

Personas de todas las edades estaban

sentadas. Escuchaban con atención todo

acomodadas en sus bancos. La mayoría

lo que el padre relataba de la Biblia,

de ellas llevaba ramos de diferentes

aquellos salmos que eran de importancia

técnicas de creación, unos asemejaban

en esa ocasión y que cada año se cuentan.

una cruz con más plantas que la típica

En algunas ocasiones, los asistentes se

palma, otros llevaban ésta entretejida con

levantaban, se arrodillaban y en el espacio

otras plantas que asemejaban una cruz.

que el padre dejaba al final de cada

Los colores iban de un verde oscuro a un

oración en coro decían: “Dios mío, Dios

amarillo más claro.

mío, ¿por qué me has abandonado?”, que

de

aquel

era parte de la lectura.


Luego, el padre dio paso a la

momento en que se narró la historia de

segunda lectura en la que se relata cómo

Jesús, cómo había sido traicionado por

es que Jesús “no hizo alarde de su

Judas, otros lo negaron por su trabajo y

categoría de Dios; al contrario, se despojó

otros lo desconocieron por temor a lo que

de su rango y tomó la condición de

pasara con sus vidas, aun así Jesús ya lo

esclavo, pasando por uno de tantos. Y así,

sabía y los perdonó, fue así como se

actuando como un hombre cualquiera, se

sacrificó por todos aquellos pecadores

rebajó hasta someterse incluso a la

que están en la tierra.

muerte, y una muerte de cruz”, decía el padre, mientras leía fragmentos de la Biblia.

Después de conocer la historia del por qué es importante la Semana Santa, el padre invitó a que todos los asistentes se

Los asistentes eran de todas las

dieran la paz. Todas las personas se

edades. Los niños ya comenzaban a

pararon de sus asientos y veían a sus

aburrirse, se desesperaban, uno que otro

lados. En ocasiones, eran desconocidos,

bebé lloraba y los papás los iban a calmar.

personas que se daban fuertemente la

Otros escuchaban atentamente en silencio

mano. Fuera quien fuera. No existía algún

la misa, todo lo que el padre decía y

inconveniente ese día en darle la mano a

rememoraba a favor de Cristo. La gente

un extraño. Otras personas a su lado

se

tenían

mostraba seria, con su ramo en la

a

su

familia.

Sonreían,

se

mano, algunos cuando se paraban lo

bendecían y decían: “la paz esté con

dejaban recostado en sus asientos.

usted”. No habían caras largas, solo

En la siguiente parte de la misa, algunas

de

se

Después de dar la paz, los

encontraban en el recinto religioso, el

asistentes rezaron un padre nuestro, de

ayudante del padre y un voluntario

nuevo en coro, con tranquilidad, sin nada

participaron en la

misa, aclamando

de preocupaciones como si el recinto

diálogos como si fuera una obra de teatro.

religioso albergara dentro de él una fuerza

La participación de los asistentes se

que hacía que las personas estuvieran más

entonaba

tranquilas. Luego, el padre invitó a las

en

las

personas

forma

de

que

alegría.

coro,

unos

terminaban antes que otros. Fue en ese

personas

a

comulgar.

Desde

niños


pequeños hasta ancianos, en orden, se acercaron a donde estaba el padre que en sus brazos traía una copa de donde sacaba obleas blancas pequeñas, mejor conocidas como ostias. Se dieron los avisos de las siguientes misas. Una señora de estatura baja, obesa, cabello chino color café pasó por todas las bancas para que las personas presentes dieran el diezmo a la iglesia. Al final, cuando concluyó la misa el padre invitó a los presentes a que se acomodaran en orden para poder bendecir las palmas. Las personas ordenadamente se dividieron en dos lados, unos iban hacia la salida de la iglesia y otros a la parte de enfrente donde se encontraba el padre con agua bendita y pasaba de un lado a otro regándola en los ramos de quienes se encontraban ahí.



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