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ENTRENAMIENTO & SALUD: Puede la crononutrición reducir el riesgo cardiovascular?

La alimentación es un importante factor de riesgo de enfermedad cardiovascular. Qué y cuánto comes influye en la aparición de ciertas enfermedades, como la obesidad, que modifican el riesgo cardiovascular.

Pero ahora, comenzamos a tener en cuenta el momento en que comemos, conocido como crononutrición, es decir, comer en sintonía con el reloj biológico del organismo.

Un nuevo estudio con más de 100.000 participantes sugiere que hacer la primera o la última comida más tarde está asociado a un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.

"La crononutrición dice que debemos comer cuando nuestros órganos están listos para recibir el alimento, es decir, comer durante el día y dormir por la noche, según nuestro reloj biológico.

Un estudio reciente publicado en la revista Nature Communications, sugiere que tomar la primera o la última comida más tarde se asocia con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.

Cada vez que comemos, hay una entrada de energía y nutrientes en el cuerpo en muy poco tiempo, y el cuerpo necesita estar preparado para absorber, metabolizar y distribuir estos nutrientes

Pero por la noche, el páncreas, el hígado y el sistema digestivo descansan; además, las células beta del páncreas se recuperan durante este período.

Si esto no ocurre, puede afectar al metabolismo y a los órganos", explicó a Univadis España la investigadora Marta Garaulet Aza.

Es profesora de Fisiología y Bases Fisiológicas de la Nutrición de la Universidad de Murcia, en España, y una de las mayores especialistas en crononutrición.

Cuando las personas comen en un momento inapropiado o en un momento en que el organismo no está listo para recibir alimentos, se produce la cronodisrupción: "Esto significa que hay grasa en la sangre cuando no debería haber, porque el organismo no está listo para hacer su metabolismo y, por lo tanto, lo deposita en las arterias.

Desayunar y cenar temprano?

Un estudio reciente publicado en la revista Nature Communications sugiere que tomar la primera o la última comida más tarde se asocia con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.

En concreto, cada hora adicional para el horario de la última comida se asoció con un aumento del 8% del riesgo de enfermedad cerebrovascular.

Más concretamente, una última comida después de las 21 horas, en comparación con una última comida antes de las 20 horas, se asoció con un riesgo un 28% mayor de enfermedad cerebrovascular.

El equipo examinó los datos de 103.389 participantes sin enfermedad cardiovascular de la cohorte francesa NutriNetSanté (79% de los cuales eran mujeres, con una edad media de 42 años) seguidos entre 2009 y 2021 para estudiar las asociaciones entre los patrones de ingesta alimentaria y las enfermedades cardiovasculares.

"Este es un estudio observacional de voluntarios que se inscribieron en línea y proporcionaron información sobre lo que comían y a qué horas del día, si tenían alguna enfermedad, si hacían ejercicio... y sus datos de salud se compararon con los del sistema nacional de salud Francés.

Hemos visto que los que desayunan después de las 9 horas, en comparación con los participantes que desayunan antes de las 8 horas, tienen un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, y lo mismo ocurre con la última comida.

Es decir, los que cenan después de las 21 horas tienen un mayor riesgo de enfermedad cerebrovascular que los que cenan antes de las 20 horas".

"Si cenamos demasiado tarde, nuestro reloj biológico cambiará, ya que estará recibiendo señales para permanecer activo cuando debería estar descansando.

Por lo tanto, lo ideal es desayunar a las 8 horas y cenar antes de las 20 horas, para que haya un ayuno nocturno de unas 13 horas".

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