Repensando GAIA: la educación y el ambiente Elaborado por: Horacio A, Núñez T.-eco2proyectos Teniendo como marco los procesos preparatorios para la COP20 y en lo inmediato la realización del VI Congreso Iberoamericano de Educación Ambiental, he intentado rescatar algunos de los conceptos que sustentan mi comportamiento frente a la problemática socio ambiental contemporánea y en particular mi día a día en nuestras ciudades y su territorio. El pretexto es aportar a la construcción de una declaración del evento, que incorpore la temática de la gestión de riesgos de desastres como parte de una visión y enfoque de la educación ambiental formal y no formal, hasta ahora en mi modesto entender ésta última: comunitaria. A decir de Ramón Folch, la educación ambiental configura modelos de conducta en base a valores, es a partir de ésta definición que he ido validando mi trabajo como un ejercicio de aprendizaje y experimentando, mediante proyectos de desarrollo mi aproximación hacia la comprensión y transformación de la problemática socio ambiental contemporánea y en lo que a mi corresponde en los ámbitos local, regional y nacional. El reto de aportar en la formulación de unos lineamientos base para un espacio de debate de tal trascendencia y cuyo objetivo es: aportar a la sustentabilidad de la vida y en la construcción de una ciudadanía ambiental a partir de las experiencias y propuestas de educación ambiental formal y comunitaria en Iberoamérica; me obligó a revisar los principales avances de éste proceso. Los últimos congresos realizados en Brasil y Argentina, con los lemas: acción colectiva y, intentan avanzar hacia ese lema de educarnos juntos para la sustentabilidad de la vida. La mirada parcial de las sistematizaciones de ambos espacios de reflexión coincide en el análisis de los paradigmas del crecimiento. Enrique Leff, uno de los ponentes de mayor relevancia en estos eventos habla de: resinificar la sustentabilidad, mediante una reflexión poética sobre paradigmas, epistemología y utopías realizables. Se trata de decodificar la racionalidad económica dominante de un mundo insostenible, instrumental e institucionalizado; mediante un diálogo de saberes. El análisis de la crisis ambiental no solo se centra en el diagnóstico sino también en los elementos que constituyen la base de lo nuevo, tal como la autonomía de las culturas. Partiendo desde
preguntas como: ¿qué debemos enseñar?, o ¿dentro de qué concepción del ambiente vamos a educar?...para ser arquitectos de nuestro propio destino. Se presenta una discusión epistemológica (entendida como el estudio crítico del conocimiento científico o la teoría misma) sobre la educación ambiental y la educación para el desarrollo sostenible, en la perspectiva de definir una racionalidad ambiental, una educación que promueva un modo de vida compatible con la sustentabilidad global. Se trata de romper con la inercia económica y tecnológica que configura un escenario de crisis socio ambiental, pobreza, marginalidad, desigualdad, erosión del patrimonio natural y cultural de las naciones y culturas, cambio climático y conflictos; en un mundo caracterizado por una modernidad irreflexiva que propugna la individualización progresiva y una educación entendida como aparato ideológico del estado para mantener el status quo. Se identifica la crisis ambiental como una crisis civilizatoria, una crisis causada por la hegemonía de un paradigma cartesiano, caracterizado por la disociación entre sociedad y naturaleza; a través de la aplicación de un paradigma mecanicista de la economía (progreso sin límites), orientado hacia el dominio o explotación de la naturaleza sin considerar sus externalidades. Frente a ello se trataría de buscar la productividad ecológica de los territorios, restableciendo los vínculos entre lo natural y cultural, aproximándose a una racionalidad ética mediante el diálogo de saberes. Se trata de romper con un mundo unitario monocorde y reconocer y convivir con un mundo diverso; porque una de las mayores riquezas con que cuenta la humanidad es su diversidad cultural. Para el caso peruano, se presenta una aparente dicotomía institucional liderada por el MIMAN en contraposición con el MINEDU, los mismos que estarían tratando de establecer la hegemonía de un enfoque de educación ambiental entendida como un medio de reconstituir una nueva racionalidad con un pensamiento de sustentabilidad ambiental, y por otro lado un modo de pensar el mundo o el desarrollo sostenible como una adaptación del modelo hegemónico (neoliberal) y la racionalidad económica actual; a través de la instrumentalización del estado y las políticas públicas. En el contexto actual y como antesala de la COP2O, aparentemente se postergará la discusión de fondo que cuestiona el modelo y la necesidad de crear una nueva racionalidad para la transformación civilizatoria y la renovación de un conocimiento que restablezca la unidad cultura y naturaleza: el buen vivir en la cosmovisión indígena o una ética ambiental en la sociedad contemporánea. Sin embargo es evidente que los discursos evidencian el liderazgo potencial de América Latina, dada la diversidad de recursos naturales y culturales, la identidad de sus territorios, así como las experiencia y procesos de pensar y actuar de otra manera y confrontar la racionalidad existente; los modos de producción y consumo; en un contexto de crisis socio ambiental y cambio climático. Esperemos que éste Congreso Iberoamericano de Educación Ambiental nos permita acercarnos a una nueva forma de entender y actuar frente a nuestra realidad.