BUENOS AIRES REVISTA
La ruta de Borges en Buenos Aires
Elizabeth Lagresa-González
Es el escritor argentino más reconocido en el mundo, y uno de los autores más destacados del siglo XX.
Foto acreditada a: https://turismo.buenosaires.gob.ar El escritor argentino más reconocido en el mundo, y uno de los autores más destacados del siglo XX, nació en pleno centro de la Ciudad de Buenos Aires en 1899. Al poco tiempo su familia se mudó al barrio de Palermo, donde vivió gran parte de su infancia. Su estadía en Europa con su familia entre 1914 y 1921, para tratar la enfermedad de su padre, le permitió entrar en contacto con las vanguardias europeas y publicar en 1923, ya regresado a Buenos Aires, su primer libro de poemas, “Fervor de Buenos Aires”. Su prolífica obra, rica en ensayos breves, cuentos y poemas (se lo recuerda particularmente por sus libros de cuentos, como “Ficciones” y “El Aleph”, entre muchos otros), mereció el Premio Internacional de Literatura en 1961, compartido con el escritor irlandés Samuel Beckett, y el Premio Cervantes en 1980. Falleció en Ginebra, Suiza, en 1986. La recorrida por los lugares emblemáticos de la ciudad en la vida de Borges se inicia por el lugar donde se encontraba su Solar Natal, ubicado en la calle Tucumán 840. Si bien la vivienda ya no existe, allí hay una placa que la recuerda. Sigue por la Plaza San Martín y el departamento de la calle Maipú 994, 6° B, donde se mudó el escritor en 1944 y fue su residencia durante las décadas siguientes, así como la vecina Librería La Ciudad (en la Galería del Este), que frecuentaba regularmente. Cerca de allí se encuentra la antigua sede de la Facultad de Filosofía y Letras (Viamonte 340), en la que Borges fue profesor de Literatura Inglesa a partir de 1956.
Estatua en la Recoleta de los escritores Jorge luis Borges y Adolfo Bioy Casares. Caminando hacia el sur por las calles Reconquista y, tras cruzar la Plaza de Mayo, Defensa, se puede llegar hasta el lugar donde funcionaba la antigua sede de la Biblioteca Nacional (México 564), de la que Borges fue director durante 18 años. El circuito sigue hacia el barrio de Boedo, ya que allí se encuentra la Biblioteca Municipal Miguel Cané, reconocida por ser el primer lugar en el que se empleó el escritor y que conserva su escritorio y sus elementos de trabajo. Luego conviene dirigirse hacia Palermo, uno de los barrios que más influyó en la obra de Borges, para conocer la Casa de su infancia (ubicada en la calle Borges 2135), la Casa de Evaristo Carriego (Honduras 3784), donde se familiarizó con el mundo del arrabal y de los guapos (que atraviesa toda su obra) y el Museo Xul Solar, dedicado al pintor, uno de sus grandes amigos. El vecino Jardín Japonés recuerda también la admiración que profesaba el escritor por la cultura japonesa.
El destino final de esta recorrida es el barrio de Recoleta, donde se encuentran algunas viviendas que habitó Borges: en la calle Quintana 222 (en 1924) y 263 (entre 1943 y 1946), y en la Avenida Pueyrredón 2190, 5° piso (entre 1929 y 1939). Y para terminar, la Fundación Internacional Jorge Luis Borges (Anchorena 1660), creada por su viuda María Kodama y que alberga una colección de objetos que pertenecieron al autor.
Una experiencia excepcional. El Teatro Colón en la ciudad de Buenos Aires
David Yagüe González
Tras su restauración a inicios del siglo XXI, el teatro Colón sigue siendo uno de los teatros líricos más importantes del mundo. Reconocido como uno de los cinco teatros líricos más importantes del mundo por su acústica junto con La Scala de Milán o el teatro Bolshoi de Moscú, la arquitectura majestuosa del Teatro Colón sigue dejando sin aliento a todo aquel que lo visita. Desde su fundación en 1889 ha sido uno de los teatros más importantes para la consagración de figuras del canto y el ballet como Mijail Barishnikov, Manuel de Falla o María Callas, entre otros. La historia de este edificio es muy rica e interesante. Aunque su primera piedra se puso en el lugar que ahora ocupa el 25 de mayo de 1890 con la intención de inaugurarse el 12 de octubre de 1892, conmemorando el cuarto centenario de la llegada de los españoles al nuevo mundo, no será hasta 25 de mayo de 1908 que se inaugure con la ópera de Giusseppe Verdi Aida. La arquitectura de este teatro y su particular estilo hacen que el teatro Colón sobresalga entre las casas de la ópera de otras grandes ciudades. El edificio mezcla gran cantidad de estílos arquitectónicos, característica común en una obra de tal envergadura a principios del siglo XX, mantiene a su vez las más rígidas normas para la perfecta sonorización del mismo, siguiendo las normas del teatro italiano y francés. Es más, uno de los elementos más originales del teatro Colón es que dentro del mismo se encuentran los talleres para la confección de vestuario, telones y elementos escenográficos dentro del mismo. Foto acreditada a: www.arquitecturacritica.com.ar
Al entrar al mismo, el espectador se da cuenta que este no es un teatro común. La escalinata de mármol de Carrara, con sus inmensas columnas y estatuas que lo flanquean, hacen que el espectador se prepare para una experiencia inigualable. Y esto se confirma una vez se entra en el salón principal del teatro, cuya forma de herradura y su cúpula con pinturas del artista francés Marcel Jambon, hacen que la audiencia se prepare para experimentar uno de los grandes teatros de la ópera y el ballet mundial. La cúpula representa a Apolo, dios griego de las bellas artes y la música, junto con las musas – cuyas estatuas se pueden ver también el la entrada. Los cómodos sillones de terciopelo y los palcos alrededor del patio de butacas hacen de este lugar un instante majestuoso en la vida del agraciado.
Foto acreditada a David Yagüe González
Aun así, la historia de este teatro no ha sido fácil recientemente. En el 2001 comenzaron los trabajos de restauración del edificio que probaron a ser difíciles, con sorpresas que retrasaron su apertura y que hicieron más complicada la labor de los restauradores, llevando al cierre del teatro en el 2006 para la reforma de algunas de sus partes más difíciles, como reforzar la estructura del edificio, la limpieza de lugares que habían sido olvidados o la labor minuciosa de restauración de la ornamentación del salón principal y sus asientos. El teatro Colón siempre ha tenido un lugar imporante en la cultura de la ciudad de Buenos Aires y de los porteños. Gracias a este espacio, músicos, cantantes de ópera y bailarines han visitado la ciudad rioplantense, dado que la acústica del teatro lo hacen ideal para la muestra de espectáculos de diversa índole. Es más, programas como el actual ciclo de Interpretes Argentinos, hacen que el acceso a la cultura por parte de las masas sea gratis los domingos en la mañana. No sólo eso, sino que la cultura popular también ha sido representada en el teatro Colón, dado que sus historia ha estado vinculada en múltiples a la del tango, teniendo espectáculos del mismo en diferentes momentos de su historia. Todo esto hace del teatro Colón un lugar único para el visitante de Buenos Aires, un lugar donde alta cultura y cultura popular se encuentran, siendo asequibles para todo tipo de bolsillos. El teatro se encuentra en la estación de Subte Tribunales, dado que la entrada principal se encuentra en la calle Cerrito 628.
Foto acreditada a: www.diariodecultura.com.ar