El autismo y las bacterias
Escrito por Geannette Soto Ilustrado por Hawi CastaĂąeda
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El autismo y las bacterias
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Y llegó Juancho a su casa ese día, gritando. - ¡Mami, ma! ¡Mamita! ¿Adiviná qué? Su mamá sorprendida, contesta: - ¿Qué es la locura que te traés, Juancho? Tu primer día de clases y venís tan emocionado. ¿Qué ha pasado? - ¡Ay, mamita! En mi clase tenemos un compañero que también tiene autismo, como Manuel, como mi hermanito. Él de veras que no es el único, como me explicó papá aquel día. - ¡Ah! ¿En serio? ¿Y cómo es? -Un poco diferente a Manuel… a veces.
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Me recordó a Manuel hace un tiempo...tenía muchos problemas de la panza. Antes de que empezara su tratamiento nuevo que le ayuda a las bacterias de su intestino . -Mamá, ¿cómo es que se llama este trastorno? No me recuerdo. -Trastorno del espectro autista, o TEA y recibe ese nombre porque las personas tienen comportamientos diferentes como no prestar atención cuando le hablan, presentar ciertas conductas repetitivas, tener un propio idioma, digamos. 6
-Mamá, me gustaría poder explicarle a mi clase y a mi maestra que ahora hay una terapia que puede ayudar, la de los probióticos y dieta que ayudaron Manuel a sentirse mejor. Tenemos presentación de un tema especial y hablar del transtorno del espectro autista sería muy interesante. -Me parece genial—, respondió su mamá. Yo te ayudaré con todo gusto. Así que los padres y el niño se dispusieron a estudiar sobre el tema para preparar a Juancho en esta tarea. Decidieron hacer una presentación con imágenes llamativas. Juancho estudió muy bien el material, pues quería compartir con su clase todo lo que sabía.
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Llegó el día esperado y Juancho se paró en frente de su grupo. Así empezó: -En el mundo hay muchas personas con el trastorno del espectro autista, o TEA. Pensarán que no es así, pero lo es. Yo tengo un hermanito con autismo —prosiguió Juancho— y en esta escuela también tenemos un compañerito con autismo. Lo que los hace diferentes son algunos comportamientos. Por ejemplo, las personas con autismo tienen dificultades para tratar a la gente y comunicarse, muestran conductas repetitivas, les cuesta seguir rutinas. También tienen muchos problemas digestivos y les gusta comer solo ciertas cosas poco nutritivas. Para los doctores es difícil diagnosticarlo, pues hay que esperar hasta más o menos los dos años para que se sepa de verdad si lo tiene. 8
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Como yo tengo la suerte de que mi mamá es científica, ella se ha dedicado a leer mucho y a conversar con gente que ha estudiado sobre el tema. Entonces me explicó que se ha encontrado que existe una conexión entre el intestino y el cerebro, de modo que si el intestino está bien el cerebro también va a funcionar bien. Para que el intestino esté bien, tiene que haber una comunidad de millones de bacterias de hasta mil tipos diferentes: el microbioma intestinal, muy importantes para la salud.
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Esas bacterias son buenas en su mayoría y viven en simbiosis con el hospedador, o sea, nosotros. Ellas trabajan en el intestino metabolizando lo que comemos, luchan contra otras bacterias patógenas, o sea, malas, que nos enferman, y ayudan al sistema inmunológico. Y nosotros somos responsables de cuidarlas al comer bien, con alimentos muy diferentes en color y con fibra, así como el arcoiris:
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tomate
naranja
lechuga
sandĂa
frijoles
ÂĄde todos los colores que se imaginen! 13
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María, quien estaba muy atenta porque le parecía este un tema muy extraño, levantó la mano y preguntó: -¿Qué quiere decir simbiosis? -Quiere decir que tanto las bacterias como cada uno de nosotros nos beneficiamos. Ellas viven dentro de nosotros, entonces digamos como que nos cuidan y protegen. Pero para eso debemos consumir todo tipo de alimentos. -Bueno…mi mamá me contó que ahora se han dado cuenta, con los estudios que han hecho, que las personas con autismo tienen un microbioma intestinal distinto, con menos tipos de bacterias y eso los hace sentir muy mal físicamente. 15
Por eso cuando los doctores les cambian la dieta aumentando el consumo de prebióticos como frutas y verduras y probióticos como el yogur o en cápsulas que tienen bacterias de diferentes tipos, han visto que esto les ha ayudado a mejorar en su estreñimiento o diarreas, problemas que ellos sufren casi todos los días. Y eso los hace sentir mejor cada día y así es como mi hermano ha mejorado en su comunicación con la familia y puede dormir mejor. Yo me alegro por estos estudios que han ayudado a mi hermano y que pueden ayudar a muchos otros niños con TEA. Los compañeros de clase estaban muy entusiasmados cuando oyeron que el nuevo amiguito podría mejorar un día con una dieta especial y aplaudieron a Juancho por tan magnífica charla.
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Este cuento es parte de proyecto BIOTEA: Trastorno en el espectro autista (TEA) en Costa Rica: estudio desde la perspectiva del microbioma gastrointestinal y el metabolismo. San José, Costa Rica, 2020. Para más información contactar a la investigadora Rebeca Campos Sánchez rebeca.campos@ucr.ac.cr, 25112294
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