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CALLEJEANDO

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RESEÑA

RESEÑA

Fotografía cortesía de Luis Bruzón

EL PERIODISMO ETNOGRÁFICO DE LUIS BRUZÓN Viajero buscando transmitir la realidad

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Por: Gloria Castro, Manuel Herrera Navarro y Meybell Lewis

El quehacer antropológico es un algo que desde los principios de su existencia, a finales del siglo XIX, se ha caracterizado por ser una labor de viaje y descubrimiento dentro de la diversidad humana de nuestra especie.

La antropología implica necesariamente el retomar aportes de otras áreas, otras ciencias y otras perspectivas para alcanzar realmente su visión holística. A su vez, esta retribuye complementándolas y nutriéndolas. Dado que los diálogos interdisciplinares realmente son construidos a partir de vivencias; creemos que la mejor forma de acercarnos al tema es a través de la visión de personas que han construido este enfoque.

Luis Bruzón, que es a quien se confiere el honor de relatar su testimonio en el presente artículo, ha desarrollado gran cantidad de trabajo profesional vinculado con la antropología, sin partir necesariamente de un saber académico de formación pero sí de vasta experiencia en campo.

A continuación, se presenta parte de lo que es su propia historia de vida y de cómo es que desde un enfoque comunicativo se ha ido desarrollando cierto tipo de trabajo vinculado estrechamente con lo que es la antropología.

Desde el momento 0 hasta el minuto 8:20 (por ahí…)

Yo soy Luis Bruzón Delgado. Soy madrileño. Yo creo que siempre tuve una vocación por los viajes, siempre me llamaba la atención las culturas, otras latitudes del mundo. También me gustaba la imagen, la fotografía y me gustaba ver los documentales de viajes.

Mi padre era profesor de fotografía, me dio algunas nociones, me gustaba proyectar las películas que hacíamos en plan casero (pues antes todo era en cine, sin soporte fílmico, no había video).

Después del colegio, en la universidad, me metí en periodismo. La verdad es que no sabía si estudiar imagen, cine… al

final estudié periodismo, complementé con temas de imagen, pero yo tenía la idea de no ser periodista convencional.

Pronto me salió la oportunidad, un poco sin quererla (o más bien sin buscarla), en el mundo de la cooperación al desarrollo. Bien joven salí de España, 23 años. Mi primera experiencia fue en el Norte de Argentina, tuve una pasantía en un canal de televisión regional (digamos territorial) de la provincia de Santiago del Estero, eso fue en el año 90...; y en el 91 me seleccionaron para un programa de cooperación de jóvenes (“Jóvenes Cooperantes”), yo me apunté, lo leí en el periódico, me seleccionaron y me mandaron a Costa Rica.

Era un proyecto en la Universidad para la Paz. Había una productora de vídeo, que se llamaba Centro Gandhi de Comunicación, y yo me integré como guionista, y periodista... ahí estuve seis meses, porque el contrato era improrrogable, pero como había estado antes en Argentina, la idea era seguir ahí, no devolverme a España.

Y entonces me fui enganchando con proyectos de cooperación, uno de ellos DEMUCA, era un programa de la cooperación española dedicado al fortalecimiento de la gestión de los gobiernos locales de Centroamérica, como una manera de rehacer o de reconstruir los estados nacionales centroamericanos que habían quedado en buena parte desarticulados como consecuencia de la guerra civil que se dio en muchos países.

A partir de la firma de los acuerdos de paz, ya se van generando estas estrategias de intervención de la cooperación española, se crea DEMUCA... y luego volví a España y salió la oportunidad de trabajar en un proyecto que empezaba, que inició en la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de Iberoamérica, 1992 en Madrid, que sigue existiendo. Se llama Asociación de las Televisiones Educativas y Culturales Iberoamericanas (ATEI).

Empecé a trabajar, la sede era en Madrid y luego pasé a la agencia EFE. Tuve relación con el tema de los medios de comunicación, pero siempre de alguna manera estaba vinculado a Latinoamérica porque, como ya había estado en Centroamérica y en Suramérica también, lo echaba de menos.

Fue cuando se me ocurrió establecer un vínculo más estrecho con Costa Rica, a raíz de que me interesé por Talamanca. Fue un poco casual, fue a través de conocer en España al cineasta Jurgen Ureña, que estaba muy sensibilizado con el tema de Talamanca. Nos pusimos hablar, y yo pasaba mis veranos en un pueblo madrileño llamado Talamanca, luego ya nos pusimos a investigar y descubrimos que la Talamanca de aquí se llama así por ese pueblecito.

Luego a partir de ahí, nos pusimos a soñar… (Particularmente yo) nos pusimos a investigar con indígenas, y profesores de la universidad como Alí Gar cía. Hicimos un viaje bastante interesante antropológico a Ta lamanca, a partir de ahí luego yo me puse a escribir... me puse a hacer algunas cosas altruistas, que me metieron en la dinámi ca de Latinoamérica, de la cultura, de los pueblos indígenas (es algo que siempre me había gustado). Hicimos un herma namiento para exposiciones de fotos en Costa Rica y en España, conferencias… una serie de ac tividades y yo terminé publicando un libro aquí en Costa Rica, Se llama el Tigre de Agua.

En el año 2002 se dio la oportunidad de volver a Costa Rica, de volver a DEMUCA, ya convertida en Fundación. No era una decisión fácil porque yo quería volver pero estaba en España. Al final me viene para acá. Y han pasado 15 años desde esa decisión.

He estado trabajando en proyectos de cooperación en Centroamérica, República Dominicana. 5 de esos 15 años han sido en Guatemala, cuando estuve en un proyecto de la Unión Europea, y también aproveché para conocer la cultura diversa de ese país, con un enfoque de comunicación, pero siempre intentando dar el sesgo educativo y cultural, esto lo he complementado con un avance académico, saqué maestría, luego un doctorado...

Digamos que la labor profesional se ha conjugado con la académica. Eso ha permitido avanzar conceptualmente, no quedarnos diciendo siempre lo mismo, siempre intentando lo mismo, sino intentando abrir brechas: abrir espacios hacia dónde va la comunicación... y luego, ya se han abierto aristas interesantes. Como la conexión con la UNESCO, la conexión con la CECC SICA, con las Universidades... yo creo que el balance en general es positivo. He podido recorrer la región centroamericana con ese sesgo cultural, realizar documentales audiovisuales, escribir algún que otro libro también. Ese es en líneas generales mi perfil profesional/académico.

Sobre su trabajo con las comunidades, ¿cómo es el acercamiento?

El acercamiento no es un tema fácil. Sobre todo cuando uno le pone el ojo a algo/ y quiere indagar, quiere describir, quiere conocer primero, y quiere transmitir después. Entonces ahí uno realiza una labor muy unilateral. La decisión la toma uno, como cuando ocurrió lo de Talamanca, entonces los talamanqueños indígenas no están esperando que uno tome esa decisión de ir.

Después, el acercamiento nunca es fácil, porque ya mucha gente ha ido ahí a las comunidades indígenas y ellos tienen desconfianza, tienen cierto recelo desde los procesos de conquista. Mi obsesión por ir al campo es porque creo que hay cosas que hay que contar, que no se conocen que hay que tangibilizar de alguna manera por medio de video, audio o texto.

Yo me acerco primero sin cámaras y sin libretas. Yo voy a hablar siempre por las buenas. Siempre hay un informante clave, un informante intermediario, nunca es fácil pero a través de él me acerco a la comunidad. Se da un acercamiento paulatino y posteriormente la idea es intentar hacerles ver que ellos son parte del producto, de la producción en sí, que no sean solamente las personas entrevistadas; las personas que están ahí los sujetos que van a ser motivo de análisis, de descripción, de interpretación, sino que son parte de la construcción colectiva. Pero en cualquier caso siempre en función del contexto objeto de análisis.

Fácil o difícil, el acercamiento se hará de alguna u otra manera pero creo que la ética se ha de

imponer. Pero eso no es fácil tampoco, se tiene que dar en función del contexto.

Fotógrafos, antropólogos, comunicadores que no son partidarios de eso, ellos van sin avisar y empiezan a disparar la cámara sin decir nada y yo no soy partidario de ello porque de acuerdo a la ética, deben saber de alguna manera lo que se hará. Debe existir una aceptación que está por un lado sustentada en una autoridad individual colectiva política, pero que también para ellos probablemente es una autoridad espiritual. Entonces, es muy importante para ellos contar con la aprobación de las autoridades espirituales, porque, si no, ellos son los culpables o responsables de un hecho mal causado.

Todo esto que usted nos cuenta se parece mucho al trabajo antropológico ¿en qué aspectos siente usted que se diferencia o que es similar la labor que usted está realizando con estas comunidades a la que podría hacer alguien de antropología?

Bueno, yo soy partidario de la etnografía. Me gusta usar esa palabra porque es una labor que realizan todos los seres humanos independientemente de su disciplina. La comunicación, para mí, es importante que sea una labor etnográfica, porque de lo contrario, no tiene mucho sentido. Durante algunos años estuve trabajando en la agencia EFE y no salía

de la redacción, contaba lo que me transmitían las noticias que salían por el teletipo pero el que escribió el teletipo estaba allí en el lugar de los hechos. Entonces yo realmente no tenía acceso a la fuente primaria; así que no tenía mucho sentido.

Para mí, la comunicación y el periodismo son etnográficos, descriptivos, interpretativos…, Yo soy comunicador y soy partidario de lo que es realizar etnografía desde la comunicación, lo cual no es hacer Antropología exactamente, pero sí nutrirse de la aportación de la antropología. No es comunicación versus antropología, es una comunicación que se fundamenta en la antropología.

Son puntos que se mantienen en campos comunes y que no tienen que estar enfrentados; todos tienen que basarse en un principio ético de acercamiento, de tratamiento esenciales a la verdad aunque siempre habrá una subjetividad y también hay una subjetividad por parte del medio por quién capta la realidad. Es decir, hay una subjetividad mediática, en eso coincidimos.

¿En qué se diferencia uno y otro?

Bueno, como comunicador yo no consideré necesario estudiar la carrera antropológica para hacer etnografía, pero sí tengo que nutrirme de los aportes de la sociología, y de los principios básicos de la antropología; pero en el fondo soy

un viajero buscando transmitir la realidad y de ahí realizar después ciertas estrategias para transmitir la inclusión del contexto y de los objetivos que se persiguen cuando se pretende realizar algunas prácticas. Trabajar para una construcción colectiva hacia una mediación cultural social.

Yo no soy partidario de un comunicador que haga solo etnografía estudiando sólo la carrera básica de formación periodística. Tiene que ampliar la mirada y buscar los discursos narrativos de la alteridad.

Tiene que ampliar la mirada hacia todos los pensadores que en América Latina han contribuido forjando una identidad de la comunicación para la transformación social. Eso creo que es lo que el comunicador que hace etnografía tiene que aprender, tiene que ampliar la mirada periodística porque al final no hay una mirada muy segura, y puede caer en el sensacionalismo y protagonismo de los periodistas en lugar de centrar la atención en las propias comunidades.

¿Qué le puede aportar la comunicación a la antropología? ¿De qué nos deberíamos nutrir nosotros?

Bueno yo creo que también se debe ampliar la mirada, ya que hay antropólogos que defienden todavía el uso de los medios tecnológicos sólo con fines an

tropológicos de análisis de comportamiento humano. Dependen más de la cámara observacional, una cámara en la que tienen que mirar como un ojo omnipotente a una mosca en la pared, y que sobre la base de lo que ahí sale se ve el comportamiento humano, pero la antropología se nutre de la comunicación al plantear discursos narrativos diferentes, en donde la creatividad también forme parte de la antropología. La creatividad comunicativa-discursiva dicho de alguna manera como el cine.

Cuando surgen los primeros antropólogos visuales, surgen desde dos tendencias, unas desde el cine y otros desde la antropología. Entonces los antropólogos decían que no se puede usar un objeto para captar la realidad.

Sin embargo, el cineasta dice que siempre habrá una subjetividad del autor, una subjetividad de cómo colocas la cámara, de la cámara, y del contexto de todo lo que usemos. Utilicemos todas esas partes para formular una narración creativa.

Transmitir una intencionalidad para que haya diversas inter pretaciones, diversas construcciones, y que se van a repetir entre los factores porque no hay una verdad absoluta.

De todas formas, tensiones en tre lo que es verdad, ficción, o realidad siguen existiendo, el debate no está acabado, porque al final todos nos comunicamos.

La característica de la comunicación es que todos y todas somos corresponsales, o corresponsables, y comunicadores. Y como personas que somos corresponsables, somos responsables de la comunicación, todos hacemos, todos, este ejercicio de comunicación; todos manejamos las redes sociales, todos tomamos fotos y las mandamos, todos estamos viendo videos en la vida cotidiana.

No todos somos antropólogos, pero sí somos comunicadores, entonces ¿por qué no incorporar las posibilidades que hay entre lo que la comunicación ofrece a la antropología?

Como digo, son dos campos que juegan mucho en común y que no son antagónicos.

¿Cómo son los procesos participativos, cómo es la devolución?

Bueno yo tengo la experiencia con el sur de Costa Rica. Un programa de la UNESCO que se llamaba “Juventud, Patrimonio y Turismo (JPT)’’, para poner el valor a los cuatro sitios cacicales con esferas de piedra declarados patrimonio mundial. Entonces intervine de manera que la comunicación estratégica acompañara el proceso. Diseñé un modelo tridimensional de la comunicación (basado en información, interlocución y pedagogía) y finalmente hicimos unos trabajos audiovisuales participativos, donde las comunidades participaron en la realización de los guiones, en la puesta de escena, haciendo de actores, etc.

Esa devolución fue riquísima y emocionante. Digo la palabra emocionante no por rimbombante, sino porque genera emociones y las emociones son movilizadoras de la acción, las emociones juegan un papel incluso más importante que la razón según la neurociencia; y las emociones fueron así de tal forma que propiciaron elementos movilizadores para la resignificación de sus patrones simbólicos en el territorio, es decir, de todo lo que es el patrimonio, que hasta entonces eran adornos prácticamente, las esferas y todo lo demás. A partir de ahí el objetivo era movilizar todo un discurso colectivo, una reapropiación de ese patrimonio y su puesta en valor, con el fin último de generar emprendimientos productivos para el turismo autosostenible y, en consecuencia, oportunidades de empleo.

Definitivamente muy interesante generar la oportunidad de investigar su propio patrimonio, enseñarles a realizar gestión cultural e incorporar un abordaje de la comunicación con vocación transformadora. Para mí la devolución fue muy rica y satisfactoria para todas las partes, no solamente para la comunidad, sino también para las instituciones gubernamentales, el Museo Nacional (ente rector de la gestión de estos sitios arqueológicos), las instancias educativas que están ahí. Creo que fue positivo y alentador.

Reflexiones de Cierre

Luis Bruzón también reconoce que no siempre ha tenido suerte. Ha habido comunidades que no han estado de acuerdo en participar en los proyectos, e incluso admite que aunque acepten trabajar, nunca habrá un acceso total a la información. Según dice, hay un límite que aún no puede traspasar, lo cual es parte de cualquier cultura que tenga cierta diferencia en cuanto a códigos de comportamiento y de pensamiento.

Fue enfático en intentar siempre llegar a consensos y reconocer el papel de la comunicación para poder realizar un desarrollo realmente sostenible, que respete las culturas y la identidad de los pueblos no sólo por ley, sino porque necesariamente se establezcan condiciones de un diálogo igualitario y que busque realmente soluciones satisfactorias para todos. considera necesario incorporar el sesgo educativo en las interven ciones, dado que es importante cuando se hace comunicación para la transformación social. Se deben buscar metodologías que busquen la participación de la gente, donde sean ellos quienes expliquen su cultura y que sean significantes para sus códigos.

Al momento de la realización de la entrevista, se encontraba trabajando en un proyecto aquí en la Fundación DEMUCA que está orientado a fortalecer las capacidades municipales para la investigación y mitigación del cambio climático en la región que se le conoce como El Trifinio (el punto de unión de las fronteras de Guatemala, Honduras y El Salvador) con el fin de establecer condiciones para el cambio climático, tomando en cuenta el riesgo medioambiental; buscando así el manejo de los efectos de éste y considerando, además, que la región centroamericana es una de las zonas que más ha estado sufriendo tales cambios y que en dichas comunidades existen condiciones de pobreza que requieren atención.

A este investigador se le identificó como un ferviente defensor de las culturas y de su promoción espe cialmente antropológica, porque no se reconoce que hay un des conocimiento al interior de cada país y es un gran potencial del que todos los centroamericanos de berían estar orgullosos. Por esto,

Si quiere explorar acerca de la labor de Luis Bruzón, puede revisar los libros “Entre Caobas y Flamboayanes” y “Latidos del Tiempo”, disponibles en http:// www.culturacentroamericana.info

ENTREVISTA

“TENEMOS QUE DAR UN PASO IMPORTANTE A UNA PARTICIPACIÓN AMPLIADA” Fotografía por: Rimai Sojo

Entrevista con Mario Zúñiga, actual director de la Escuela de Antropología

Por: Kasia Luján y Rimai Sojo

En una tarde de café, el jueves 26 de abril nos reunimos en la soda de Farmacia con el actual director de la Escuela de Antropología, Marío Zuñiga, quien asumió este cargo el segundo semestre del 2017. Conversamos sobre el panorama general de la Escuela, hacia dónde se está perfilando la línea de trabajo y cómo va esa articulación de una Escuela que invite a una participación entre estudiantes, docentes y administrativos con énfasis en la comunicación, hacia adentro y hacia afuera.

Un semestre en la dirección ¿Qué panorama encontró?

La Dra. Silvia Salgado dejó una escuela muy ordenada. Las compañeras administrativas tienen una noción muy clara de sus funciones y del reparto. Tengo una visión bastante positiva de la escuela que encontré, sobre la cual se pueden construir muchos proyectos e iniciativas de futuro.

Del profesorado encontré una enorme iniciativa de apoyo hacia la labor de organización y de la dirección. Es importante para ir ahondando en este sentimiento de una escuela que crece en conjunto y globalmente. De la organización estudiantil tengo una visión de apoyo hacia lo que se ha generado, los vasos comunicantes con la asociación han sido positivos.

¿Cómo estuvo ese arranque? del tema menudo de cómo se organiza la escuela. Ya es momento de pensar en iniciativas más arriesgadas.

Conté con mucha ayuda pero fue un proceso muy difícil, todavía lo es. Que la escuela funcione es un esfuerzo de mucha gente simultáneo y la función de la dirección es coordinar los esfuerzos, para de ahí generar iniciativas propias. Esto implica pensar muchas cosas al mismo tiempo, e ir resolviendo muchas cosillas que de repente a uno no lo dejan dormir bien. Pero se han ido resolviendo.

Es un comienzo cansado, pero satisfactorio; yo estoy conten to con cómo se distribuyeron, los cursos este primer semes tre 2018 y me he ido enterando

¿Hacia dónde apuntamos estos cuatro años después de este proceso de familiarización?

Ir generando procesos donde la gente se sienta cada vez más parte de la escuela; estudiantes, administrativos y docentes. Que se apropien cada vez más, que logremos un clima de convivencia, en busca de una comunidad educativa donde los diferentes proyectos, las nociones de antropología, las diversas metodologías, las iniciativas de investigación y acción social convivan y tengan apoyo para desarrollar sus procesos. Esa es mi imagen objetivo.

¿Cómo está el trabajo con respecto al perfil de salida?

Comenzamos a trabajar inten - sivamente con la Comisión de Docencia desde el año pasado, con más fuerza este año. He - mos estado en coordinación con el Centro de Evaluación Académica y el representante estudiantil en la Comisión de Docencia que es Julián Cruz, quien ha tenido un protagonis - mo importante en el proceso.

Este semestre (primer ciclo 2018) vamos a comenzar a de - sarrollar algunas consultas de la fase inicial de la creación de un perfil de salida. La idea es que primero generemos al - gunas discusiones a nivel do- cente, sobre las características que tiene nuestra disciplina y posteriormente, hacer una dis - cusión ampliada con emplea- dores y estudiantes sobre el ca- rácter del mercado de trabajo. Estamos en ese proceso.

¿La participación estudiantil?

En este momento, hay proyectos de estudiantes que llegan a la di- rección, además de las iniciativas estudiantiles de la Vicerrectoría de Acción Social; en este momento está en esa dimensión. Además de la participación común de estudiantes en asistencias, entre otras labores. Tenemos que dar un paso importante a una partici- pación más ampliada.

Al leer “Más Escuela” es indispensable pensar en un trabajo articulado entre estudiantes y escuela. ¿Cómo se piensan construir esos canales de comunicación a lo interno?

Tuvimos una reunión larga con la Junta Directiva de la Aso - ciación de Estudiantes [2017- 2018]. Después de eso, nos comunicamos eventualmen - te, pero no estamos generan- do un vínculo más fluido. Es importante que retomamos el contacto para generar esos ca - nales de comunicación. Si bien deben ser motivados desde la escuela, parten del diálogo es - cuela-representación estudian- til. Hay una excelente relación, pero esos canales deben surgir del contacto más fluido y sería bueno reactivar las reuniones.

Se habla de asambleas generales ampliadas y medios de comunicación digital. ¿Qué estrategias se están elaborando ante esto?

Hicimos la primera asamblea ampliada en diciembre del año pasado, con profesores interi - nos, profesores con propiedad, representación estudiantil. Ahí surgió la idea, de hacer una reunión o asamblea de la dirección con estudiantes en general. Por el momento se quedó ahí, en una idea, pero en el momento que la asocia - ción quiera activar una inicia- tiva de este tipo podríamos echarla andar.

En cuanto a medios digitales hemos estado trabajando en la página web, resultó ser un pro - ceso más burocratizado de lo que pensábamos. Ya tiene otro rostro, otras imágenes y en este momento Cristian Monte - negro con horas asistente está trabajando de cabeza, tanto la página web, como la página de Facebook, para ir haciendo un flujo de información efectivo. Desde allí atendemos cosas atinentes a matrícula, infor - mación general y eventos o actividades públicas.

La discusión en este momen - to, es crear esa noción de qué comunicar y cómo comunicar - lo, que estamos trabajado con el apoyo de la profesora Paula León, la Escuela de Comuni - cación y el proyecto La Esta- ción. La idea es ampliar esa cantidad de información. Yo esperaría que en los próximos meses veamos resultados cla - ros de esta iniciativa.

¿Hay una comisión de comunicación en la escuela?

No existe como comisión, pero tenemos una reunión pe - riódica y estamos participan- do estas cuatro personas que mencioné. ¿Cómo se piensan construir esos canales de comunicación a lo interno? que es desde el estudiantado que surge, y que se apoya en lo que se necesite.

Yo veo que sí existe la nece - sidad y el interés, la instancia más adecuada para hacer esa convocatoria, es la asocia - ción de estudiantes. Tenemos muchos estudiantes, entonces ¿cómo hacemos? es decir, ¿de qué forma ideamos una mane - ra de hacer un espacio de co- municación efectivo? Es algo que debe de surgir con el diá - logo asociación-dirección.

Se propone vincular a estudiantes en los cursos prácticos de la carrera, con la Vicerrectoría de Acción Social ¿Cómo se buscan generar estos puentes y aumentar dentro y fuera de las aulas estos proyectos dirigidos a estudiantes?

En este momento todavía no tengo una ruta a través de la cual podamos hacer esa vincu - lación. Pero sí me parece una vinculación estratégica.

Me parece que en la última con - vocatoria de iniciativas estu- diantiles, otra vez, estudiantes de antropología ganaron una buena cantidad de proyectos. Y creo, que esa tendencia hay que saber apoyarla, de la ma - nera más decidida. Pero sobre todo reconocer su gestación desde la iniciativa estudiantil, ¿Cómo está la comunicación hacia el exterior? En “Más Escuela” se habla de consejos, charlas, más jornadas, pero este enfocado más a un vínculo con otros centros académicos a nivel nacional e internacional. Con eso en cuenta, ¿se tiene pensado plantear una ampliación de voces y trabajos, que lleguen a grupos que no se mueven tanto en círculos académicos, pensando en un público más general?

La Escuela ya dialoga con mu - chos grupos fuera de la aca- demia. La enseñanza de la an- tropología pasa por escuchar y dar lugar a lo que tienen que decir grupos con razonamien - tos diferentes al académico, como campesinos, indígenas, sectores populares. En este sentido es vital el contacto con comunidades que se hace en los cursos de Métodos de Investigación o Práctica de In - vestigación, tanto en antropo- logía social como en arqueolo- gía, o en los cursos de Gestión de la Investigación y la Acción Social. Las formas de ampliar esta comunicación y estas vo - ces son un reto de primer or- den para la Escuela.

RESEÑA

Por: Kasia Luján y Hawi Castañeda

En febrero del 2018, algunos integrantes de la Revista U-suré realizamos una visita al Consejo de Mayores Iriria Jtechö Wakpa del Territorio Iriria Bribri Sá Ká (conocido como Cabagra), ubicado en Buenos Aires, Puntarenas. En esa visita, además de hacer entrega de la primera edición de la Revista, entrevistamos a sus miembros para conocer el proceso de construcción del U-surë, que para entonces estaba empezando. Asimismo, estuvimos presentes en la inauguración del U-surë, el 3 de julio del 2018, y por ello, queremos contar lo que aconteció.

Fotografías por: Hawi Castañeda

U-SURË DI YEKÊ Inauguración del U-Surë en Cabagra

El 7 de abril de 1967 se crea la Dirección Nacional de Desarrollo de la Comunidad (DINADECO) mediante la Ley 3859, la cual genera formas de organización establecidas por el Estado por medio de las Asociaciones de Desarrollo Integral. Sin embargo, para los territorios indígenas no se consultó si existían formas tradicionales de gobierno. Y, estas Asociaciones de Desarrollo Integral representan una forma de organización institucionalizada que surge de la meseta central con las Juntas Progresistas y que el Estado ha impuesto en todo el país mediante la citada ley.

Maximiliano Torres, miembro actual del Consejo de Mayores Iriria Jtechö Wakpa, indica que: “Nuestros antepasados tenían su propia gobernabilidad. Nosotros, Consejo de Mayores, lo retomamos del 2011 para acá, y la lucha que llevamos ahorita es llevar la autonomía de cómo nuestros antepasados vivían” (Comunicación personal, 17 de febrero, 2018).

Marcos Torres Delgado recuerda cómo se vivía antes y lo que la intromisión de los si kuas (no indígenas) causó en el territorio:

“Yo conozco antes de carreteras, puentes, no había carretera del Brujo. Conozco toda la historia. Antes era pura montaña. Vivíamos todos los clanes. No hay montañas hoy en día. Cuando entró el blanco no consultó con el pueblo: ¿Es lícito o no es lí cito comprar la tierra? Por esa causa estamos margina dos. Hoy en día no podemos trabajar, antes teníamos a dónde pescar, a dónde comer. Yo me crecí con la carne sil vestre. Tenemos 45 años de no ver cultivos, todos son po treros, no hay producción”. (Comunicación personal, 17 de febrero, 2018)

El pueblo bribri tiene su pro pia justicia, su propia gobernabilidad y está conformada por okompa, bicakla, tsirutami, awápa y usekla, los cuales son autoridades tradicionales y es

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