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El fracaso y su impacto en la imagen
Por: Angélica M. Flores Rivera, Mentora en imagen y desarrollo personal consciente angelica-flores.com
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La Real Academia Española define el fracaso como un suceso lastimoso, inopinado y funesto. Otros diccionarios lo definen como el resultado adverso en una cosa que se esperaba sucediese bien, y en la mayoría de los contextos se asocia con fallos y errores en procesos o proyectos de índole profesional.
Sin embargo, la sensación de fracaso también se puede experimentar en otros aspectos de tu vida, incluyendo aquellos que involucran algún tipo de esfuerzo por el cuidado y bienestar de tu imagen personal.
Tu imagen es la herramienta más genuina que tienes para comunicar quién eres en esencia, cuáles son tus fortalezas, qué te distingue, entre otras cosas. Cuidarla implica estar más consciente de cuáles son tus necesidades, tus gustos o preferencias, y también implica aprender a regalarte lo que mereces para cultivarte de adentro hacia afuera.
Esto conlleva hacer un compromiso contigo para tomar decisiones y hacer elecciones constantemente que te acerquen a tus objetivos. En ocasiones, puedes llegar a sentir que no todo avanza con la rapidez que quieres o que tus esfuerzos no están teniendo los resultados que esperabas. Es totalmente válido y parte del proceso. Aprender a cuidar tu imagen es un camino de autodescubrimiento y sanación que puede ser muy distinto para cada persona. No hay garantía de éxito o fracaso para nadie, pero en ese camino puedes tener resultados muy positivos, y otros incómodos o indeseados. Aquí es donde probablemente se presenta esa sensación de fracaso que genera conflictos internos y una serie de emociones complejas.
Un camino de autodescubrimiento
El filósofo Epicteto y algunos libros de autoayuda señalan que lo importante no es lo que nos sucede, sino cómo lo afrontamos. Así que, es imprescindible que hagas una pausa y evalúes cómo estás percibiendo el éxito o el fracaso de tus elecciones y esfuerzos, qué decisiones te están acercando o alejando de la imagen que deseas manifestar y cómo puedes continuar tu camino de autodescubrimiento de una manera más saludable.
¿Qué es y cómo se ve el fracaso para ti?
Te invito a reflexionar sobre esa pregunta, pues cada persona puede percibir distinto el fracaso y, por lo tanto, no todos vivirán esa sensación de la misma manera en sus respectivos contextos.
Ahora bien, considerando las definiciones que ya conocemos sobre el fracaso, y enfocándonos en el aspecto del cuidado y el bienestar de la imagen, hay ciertos factores que pueden influir, directa o indirectamente, en los resultados que obtenemos en cada etapa del proceso de autodescubrimiento.
• Dialogo interno. ¿Qué te dices frente al espejo? ¿Qué conversaciones tienes contigo en diversos momentos del día? La mayoría de las veces no te dices palabras muy amorosas, respetuosas ni compasivas. Cuando le das demasiada importancia o atención a esos diálogos, comienzan a generarse emociones de tristeza, coraje o frustración y esto, a su vez, da paso a la falta de motivación, baja autoestima, estrés, mal humor o ansiedad, llevándote a desarrollar una percepción poco saludable sobre ti.
El fracaso como herramienta
A pesar de que podemos tener una percepción muy negativa sobre el fracaso, te invito a utilizarlo como una herramienta, más que como un motivo de frustración, miedo o insuficiencia.
• Creencias limitantes.
Los pensamientos que tienes acerca de ti y lo que puedes o no lograr, sumados a la educación que recibiste o las experiencias de vida que has tenido, van construyendo creencias limitantes que pueden llevarte a sabotear tu proceso de autodescubrimiento, impactando el amor propio de diversas maneras.
• Falta de confianza.
Como consecuencia de los diálogos internos poco amorosos y la autocrítica que estos involucran, se genera la desconfianza, tanto en tu potencial como en tu capacidad para manifestar lo que mereces, incluyendo una imagen saludable, equilibrada y consciente. Esa falta de confianza, además, desencadena la sensación de insuficiencia, la cual te hace sucumbir en la comparación tóxica con otras personas y sus procesos. Para evitar o disminuir el impacto de estos factores en el bienestar de tu imagen es importante que hagas el espacio para conectar contigo, sentir todas tus emociones, escuchar con atención plena lo que quieren decirte y utilizar esa información para atender tus necesidades amorosa y pacientemente.
Cuidar la imagen y cultivar su bienestar es un proceso que requiere paciencia, y que además tiene su propio ritmo. Utiliza los resultados incómodos o indeseados que vas teniendo en tu camino como una herramienta para seguir amándote y descubriendo más de ti. Explora lo que te funciona, lo que te gusta o lo que te hace bien, y descarta lo que no resuena contigo. Antes de adentrarte en el cuidado de tu imagen, suelta las expectativas idealistas. Establece objetivos y metas realistas, y libérate del apego a los resultados para que puedas disfrutar del proceso. Lo que llamamos fracaso en realidad es una oportunidad para aprender, mejorarnos y evolucionar. Déjalo estar y confía.