Anexo 6. ¿Cómo y con qué se evalúa? Si ahora hiciéramos reminiscencias de cómo y con qué nos evaluaron en nuestra vida estudiantil, los recuerdos se verían matizados de una serie de percepciones positivas en unos casos y negativas en otros. Sea cual fuese la realidad, lo cierto es que en el futuro ejercicio profesional la evaluación será el pan nuestro del día, a veces como un proceso formal o a su vez informal. Es la razón por la que en este acápite se revisará algunas maneras de evaluar. Desde esta primera perspectiva, la evaluación se reviste de un traje considerablemente delicado, en la medida que la «dimensión juzgadora es, en efecto, lo más relevante de la evaluación, pero también delicado y conflictivo; tanto, que mucha gente lo lleva mal» (Trello, 2016), por el hecho de que la humanidad es compleja e incierta, puesto que trastoca la susceptibilidad. Es así como el educador ha de procurar que la valoración sea un acto justo y humano; justo en cuanto “a cada quien lo que le corresponda” y humana porque sugiere una suerte de “acompañamiento y apoyo” en la gran travesía del aprendizaje. La interrogante que se va a responder es ¿cómo y con qué evaluar? La respuesta no es nada fácil, pues depende de otras interrogantes ¿qué concepción se tiene?, ¿qué, para qué, qué rol y qué tipología se va a asumir? La conceptualización por la que se pretende transitar no es otra que la expresada por Tenbrink (1981) «Evaluación es el proceso de obtener información y usarla para formar juicios de valor que a su vez se utilizarán en la toma de decisiones» (Ministerio de Educación, 2005, p. 34) y el resultado de aprendizaje se convierte en el objeto a valorar. En fin, en este breve contexto empírico y teórico, la incógnita que se busca develar corresponde a la primera acción de la evaluación “recopilar información” ¿cómo y de qué manera? La respuesta obvia es mediante técnicas e instrumentos. El punto de partida es la precisión del significado de técnica e instrumento. La técnica según la Real Academia Española (2018) define como el «Conjunto de procedimientos y recursos de que se sirve una ciencia o un arte», las ciencias de la educación, a decir cómo evaluar; por la observación, la entrevista, la encuesta o la prueba. En tanto, el instrumento es un «Objeto fabricado, relativamente sencillo, con el que se puede realizar una actividad» o sea el con qué evaluar, hace referencia a la herramienta, soporte o utensilio para registrar la información. Técnicas e instrumentos de evaluación Las técnicas e instrumentos dentro del campo de la evaluación son «de forma genérica cualquier técnica, instrumento, situación, recurso o procedimiento que se utilice para obtener información sobre el desarrollo de los procesos de aprendizaje y de enseñanza» (Castillo y Cabrerizo, 2010, p. 327). Ahora bien, el uso de una herramienta u otra depende del objeto, de la función, la finalidad y tipología de la evaluación; estos elementos se trabajarán de manera subordinada, por el momento es de interés visualizar las diversas técnicas e instrumentos que existen en el ámbito pedagógico en general y didáctico en particular. Las técnicas en términos de Castillo y Cabrerizo (2010) relaciona con procedimientos o estrategias para la recopilación de información; las de mayor uso en el ámbito de la educación son la observación, entrevista, encuesta y prueba. Estas se concretan por medio de una «herramienta específica, un recurso concreto, o un material estructurado que se aplica para recoger información» (p. 328). Observación. Es la técnica de percepción y registro de información del objeto de evaluación con el uso de los sentidos; es útil sobre todo para las habilidades y destrezas de carácter procedimental y actitudinal. Los datos observados se registran por medio de listas, registros, rúbricas y escalas. El educador utiliza la observación de manera formal e informal cuando «no es posible acceder a través Sexto ciclo Docente: Héctor Neto