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Elena Rodríguez Ramos
Tecnología eólica
ELENA RODRÍGUEZ RAMOS Ingeniera y arquitecta técnica e ingeniera de Edificación; máster en Gestión de empresas e internacionalización, y Project management. Trabajó en varios proyectos de arquitectura de construcción en España y otros países de Europa. En México, desde hace ocho años se ha desempeñado en el campo de las energías renovables intermitentes, solar y eólica.
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Hace más de 10 años existen instalaciones productivas de energía eólica en México; 68 parques en operación en 14 estados representan, aproximadamente, 8.6% de la capacidad instalada.
La perspectiva es buena. Concurren diversos factores: los compromisos de reducciones ante el cambio climático, la realidad de que México es uno de los países con mejores recursos disponibles –además muy distribuido– y una evolución constante en el descenso del precio por megavatios instalados que implica la energía eólica desde su inicio.
Por último, si se atiende en particular el impacto, se advertirán dos puntos fundamentales: la reducción de emisiones conseguida hasta la fecha y la creación de empleos.
Al hablar de la actualidad y de la perspectiva, es sabido que en los últimos años han sido menos los proyectos que han entrado en operación; en 2019 se contabilizan 1.2 GW; en 2020, un poquito más de 0.5 GW en el país. Respecto de las energías renovables (en el caso de la eólica, intermitente), en México en particular, la energía eólica llegó a un crecimiento sostenido, el cual se ha ralentizado en estos dos últimos años. Especialistas en lo referente a la perspectiva para el periodo 2021-2025 consideran que México continuará como uno de los jugadores principales para lograr el gran objetivo de crecimiento de energía eólica que tiene América Latina.
Aparte de los posibles compromisos de reducción de emisiones de CO2 en los planos nacional o internacional, también parte de la sociedad demanda con fuerza energías más limpias. Tienen la misma demanda empresas privadas y grandes consumidores de energía que se atreven a ser el motor de esta reactivación. Además, México cuenta con muchos proyectos en cartera dispuesto a emprender y con muy buenos puntos para instalarlos. Esperamos ver este cambio.
Respecto al impacto de la energía eólica en México, según datos de la Asociación Mexicana de Energía Eólica, hasta marzo de 2021 se habían invertido más de 13 mil millones de dólares en la economía mexicana. Los principales receptores son los estados de Oaxaca, Tamaulipas y Nuevo León. A su vez, 14 estados cuentan con instalaciones eólicas que han generado empleos directos distribuidos en las áreas de operación y mantenimiento, labores de construcción y actividades de manufactura.
Esto es muy representativo, porque México ha creado un soporte para la energía eólica de fabricación, de proveedores y de suministro, lo cual facilita mucho la gestión o la creación de nuevos parques eólicos.
En el tema medio ambiental, en México se genera bastante energía limpia al año, aunque aún hay mucho camino que recorrer. En el caso de la energía eólica, el equivalente es similar al consumo de 14 millones de hogares mexicanos; se ha evitado dispersar en la atmósfera 12.2 millones de toneladas de CO2, lo que equivaldría a retirar 13 millones de autos del parque vehicular.
Esto se relaciona en forma estrecha con el siguiente punto: la incidencia en el cambio climático. En este momento se sabe que el mundo experimenta un punto de cambio. La realidad del cambio climático ya ha sido probada, por lo que se pide a las sociedades, las naciones, las empresas, a todos los estratos, que se tomen medidas encaminadas a mitigar sus efectos y luego revertirlos.
En noviembre de 2021, António Guterres, secretario general de la ONU, expresó:
“Hoy nos enfrentamos a momentos de la verdad, las emisiones de energía representan alrededor del 25% del total de emisiones de gases de efecto invernadero, por lo tanto, tenemos un imperativo, limitar el cambio climático, invertir en energía limpia y asequible para todos, mejorar el bienestar de miles de millones de personas, además de la creación de empleos e inclusión de los objetivos de desarrollo sostenible, es la solución más importante para evitar una catástrofe climática.”
Las energías limpias están consideradas como el principal factor de cambio que se debe considerar en el ámbito global como solución a los retos que nos enfrentado el cambio climático.
La energía eólica está considerada en las estrategias de la Agencia Internacional de Energía y la de Energía Renovable. Ambas entidades sostienen que en los próximos años lo ideal sería multiplicar por 3 el uso de energía eólica en el mundo. En la actualidad hay 750 kilovatios instalados, pero sería indispensable triplicar tal cantidad instalada para enfrentar con éxito las consecuencias de los gases de efecto invernadero.
México debería involucrarse en estas actividades, sobre todo considerando el buen recurso que tiene y la industria y el sector desarrollado con los que ya cuenta; es decir, nuestro país que no empezaría de cero, es una gran oportunidad. También porque hoy el mayor potencial de descarbonización de cualquier fuente de energía renovable lo tiene la energía eólica.
Se ha trabajado mucho en perfeccionar un ciclo industrial con muy baja huella de carbono y reducidos costos de producción. Si bien se habla de energías limpias, porque el recurso es inagotable, limpio y no genera emisiones, en la producción de