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IA y docencia

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Fin del dinero

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Debe tener

Según la Real Academia Española (RAE), la inteligencia artificial se define como: “Disciplina científica que se ocupa de crear programas informáticos que ejecutan operaciones comparables a las que realiza la mente humana, como el aprendizaje o el razonamiento lógico” (Real Academia Española, 2023).

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Con base en la definición anterior y los años dedicados a la docencia en niveles medio y superior, no se puede evitar sentir un poco de temor, ya que la literatura arroja aspectos positivos de la incorporación de la inteligencia artificial a la práctica de la enseñanzaaprendizaje, tales como adaptarse a los cambios, el autoaprendizaje (al ritmo de cada estudiante y de forma automática), al respecto, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura señala que:

El despliegue de las tecnologías de la IA en la educación debe tener como objetivo la mejora de las capacidades humanas y la protección de los derechos humanos con miras a una colaboración eficaz entre humanos y máquinas en la vida, el aprendizaje y el trabajo, así como en favor del desarrollo sostenible (UNESCO, 2021).

Sin embargo, no todo es positivo a primera vista. En párrafos anteriores mencioné el temor de incorporar tecnología artificial en la enseñanza diaria. No tengo ninguna duda de que la única solución viable es asumir la responsabilidad y el compromiso moral con nuestra labor docente, debemos mantener un acercamiento humano con los estudiantes, evitando y minimizando la falta de interacción entre ellos, y garantizando que puedan resolver problemas de la vida cotidiana y desarrollar habilidades sociales y emocionales.

Personalmente, no considero factible que la labor docente se automatice por completo. No se pueden establecer patrones definitivos cuando se trabaja con seres humanos, como nuestros estudiantes. Sin embargo, sí es posible y necesario que los docentes incorporemos la inteligencia artificial en nuestra práctica diaria, haciéndola parte del desarrollo de los estudiantes y no un sustituto de sus capacidades. Debe ser vista como una herramienta que utilizarán de manera responsable para su crecimiento en la vida cotidiana.

Como ejemplo de lo anterior, los docentes podemos evaluar y proporcionar retroalimentación automatizada en cada trabajo. No obstante, personalizar estas actividades según las características de cada grupo o estudiante contribuirá al crecimiento del alumnado. Podemos combinar o incorporar la inteligencia artificial al núcleo tradicional que requiere la labor de todo maestro.

Referencias:

UNESCO.ORG. (2021). La Inteligencia Artificial en la Educación. UNESCO. https://es.unesco.org/themes/tic-educacion/inteligencia-artificial Real Academia Española, (2014). Inteligencia Artificial. RAE. Recuperado el 2 de julio, 2023 de https://dle.rae.es/inteligencia

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