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El factor humano en las empresas

Por José Manuel Salazar Espinoza*

Uno de los capitales más importantes al interior de una empresa, que en la actualidad es muy poco valorado.

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La empresa es la unidad económica de producción o distribución de bienes y servicios que tiene como finalidad la satisfacción de necesidades; esta es la definición de la Ley Federal del Trabajo en su artículo 16. Sin embargo, una empresa va más allá, ya que produce riqueza al generar ganancias para los dueños o accionistas, genera el 72 por ciento de los empleos formales en México y la actividad económica del país.

Por otra parte, las empresas se clasifican de acuerdo a su magnitud o tamaño en micro, pequeñas, medianas, y grandes, respectivamente. Las PYMES (pequeñas y medianas) representan el 99.8 por ciento de las unidades económicas del país, lo cual se traduce en 4.9 millones de empresas de acuerdo con los datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) del censo económico en 2019.

El bienestar social y el desarrollo económico de México están ligados a este sector indudablemente. Gracias a su trabajo diario las personas pueden tener una mayor calidad de vida, acceso a educación, vivienda, finanzas sanas, así como oportunidad de incluso emprender, viajar, y prepararse para un mundo competitivo y globalizado.

Hace algunos años las generaciones tenían otro ritmo y forma de vida. El trabajar representaba una gran oportunidad y el empleado (ahora colaborador) desarrollaba antigüedad y lealtad en donde el trabajo fuerte y la estrecha brecha de opciones eran una forma de operatividad. A esto se le sumaba un enfoque en el trabajo, en la producción, en pocas opciones de crecimiento para muchos, y el conformismo de pocos accesos. Sin embargo los tiempos cambiaron, la globalización, la tecnología y la digitalización transformaron a las nuevas generaciones.

Ilustración: L.D. Rodolfo Cota Martínez.

Las PYMES forman parte de un ecosistema con grandes retos. La tasa de mortalidad es alta ya que el 70 por ciento cierran antes de llegar a los dos años de operación según la revista Forbes México, y solamente el 7 por ciento llega a su tercer año de operaciones. Aunado a esto, de acuerdo con datos de Inegi 1 millón 10 mil 857 tuvieron que cerrar de mayo 2019 a septiembre 2020, a raíz de la crisis sanitaria generada por el COVID-19.

Algunos de los retos determinantes en el desarrollo de las mismas son la implementación de tecnología, el desarrollo de habilidades y retención del talento, y la innovación en modelos de negocios, productos, y servicios, así como los procesos de operación de acuerdo al Global SME Pulse 2019.

Por otra parte, de acuerdo con el estudio The business reality check 2018 realizado por American Express, los líderes empresariales expresaron que los desafíos que enfrentan son la seguridad cibernética, ritmo en el cambio tecnológico, y modificaciones en la demanda del cliente.

Ante estos desafíos la estrategia es trabajar en la competitividad de cada una de las unidades económicas y para esto se requiere tener un diagnóstico claro de las prioridades para escalar e implementar estrategias y medidas de acción.

Actualmente llevar una empresa al éxito se vuelve un arte y uno de los factores determinantes son los colaboradores, ya que gracias a su esfuerzo, dedicación, y profesionalismo, se cumplen metas, se logran resultados, y eso se traduce en posicionamiento, acceso a nuevos mercados, ventas, calidad, y crecimiento. Los colaboradores son la cara de la organización y aportan valor a través de su talento, tareas, creatividad, acciones, propuestas, e innovaciones.

Por otra parte, las empresas tienen la obligación de invertir en su personal para lograr ser competitivas sostenidamente, ya que al contar con un equipo con capacidades desarrolladas, las tareas que se realicen serán más eficientes cumpliendo y sobrepasando los objetivos propuestos inicialmente.

Alguno de los retos que tienen es mejorar la productividad a través de una cultura de cambio e implementación de sistemas, alinear al personal con los objetivos y metas de tal forma que se logre una sinergia y un verdadero trabajo colaborativo.

Ilustración: L.D. Rodolfo Cota Martínez.

El impacto que tiene el talento humano en las organizaciones es determinante, prueba de ello es que en 2004 Harvard Business Review señaló que las habilidades y talentos de la fuerza laboral de una empresa constituyen un activo intangible, y que tales activos “valen mucho más para muchas compañías que sus activos tangibles”.

Otro caso similar es el servicio y la experiencia del cliente, en donde se debe contar con colaboradores con las habilidades, conocimientos, y herramientas necesarias para generar lealtad en ellos.

Su importancia se ratifica con la afirmación realizada por la consultora estadounidense Walker: para el 2020 la experiencia del cliente superará el precio del producto. Estamos a mediados de 2021 y esto es algo que se ha vuelto tendencia.

“los desafíos que enfrentan son la seguridad cibernética, ritmo en el cambio tecnológico, y modificaciones en la demanda del cliente”

El bienestar del factor humano se vuelve un tema prioritario y es gracias a la formación y capacitación constante que las personas adquieren nuevas herramientas, desarrollan nuevas habilidades y capacidades que repercuten directamente en su productividad.

Por lo mencionado anteriormente se recomienda lo siguiente:

• Enfoque en tus colaboradores. Es decir, si tratas a tus colaboradores como a tus clientes internos y haces todo lo posible para que sea una verdadera experiencia, lograrás su lealtad y las personas leales hacemos todo por quienes nos brindan oportunidades. Esto se logra a través de un liderazgo enfocado en las personas y detectando sus necesidades. Todos tenemos necesidades y a través del acercamiento, la comunicación, y el interés podrás darte cuenta de lo que requieren.

• Cultura organizacional de colaboración. Las estructuras rígidas han cambiado y actualmente los colaboradores son quienes realmente padecen las deficiencias organizacionales por lo cual el poder delegar, hacerlos

Ilustración: L.D. Rodolfo Cota Martínez.

partícipes y que tengan la facultad de proponer cambios para lograr una mayor productividad puede ser una alternativa la cual logrará un mayor empoderamiento. Cabe destacar que esto es posible con equipos colaborativos integrados y con un grado de madurez.

• Flexibilidad. Los cambios y los desafíos están presentes cada día y se puede tener equipos de trabajo muy diversos por su formación, intereses, edad, y cultura. Si bien se puede pensar que es un obstáculo hacia la operación diaria de la empresa, también representa una oportunidad de transformación y de adaptación a una nueva forma de trabajo. Para lograr esta flexibilidad se deberá trabajar en los puntos anteriores.

*Docente de las licenciaturas en Comercio Internacional y Aduanas, Administración y Desarrollo Empresarial, y Mercadotecnia de Universidad Xochicalco campus Ensenada.

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