El Poder de la cruz Conversando con alguien muy querido llegamos a esta pregunta: ¿Por qué algunas personas que estudian la Biblia, y oran, nunca llegan al conocimiento de la Salvación? ¿Qué es lo que les impide ver las maravillas del Reino de Dios? Y esto es de vital importancia, muchos estudian las escrituras, se hacen eruditos en la Palabra, la citan de memoria, y aun llegan a hacer largos estudios, pero ellos mismos se dan cuenta que algo no está bien, que algo falta, y no pueden decir exactamente que es. Generalmente, en este tipo de situaciones, hay un gran esfuerzo de la persona, aunque no siempre es así, pero se dan cuenta que no tiene esa paz, no pueden decir que escuchan la voz del Espíritu Santo hablando directamente a sus vidas. ¿Qué es lo que impide en estos casos llegar a conocer la verdad? La respuesta es muy simple, pero muy poderosa. Esta respuesta a llegado a transformar el mundo en su momento, ha transformado vidas, ha traído libertad al que la recibe. La respuesta está en que la entrada a cualquier tesoro del Reino de los cielos es Jesús. Jesús es la puerta. La obra que Jesús hace, es la puerta a cualquier otra revelación, manifestación, o riqueza del Reino de los cielos. Sin la revelación de la obra de Jesús, el Cristo, no podremos entender absolutamente nada de todo lo demás del Reino de los cielos. Es aquí donde debemos dedicar nuestro tiempo, a predicar la obra de Cristo. Cristo, Jesús, murió por nuestros pecados(1Co 15:3). Esto ha sido predicado desde hace dos mil años, pero... ¿Por qué es tan difícil recibir esto en el corazón? Para recibir esto, primero tienes que admitir que has pecado, que tu vida no está bien, está en PECADO. Tenemos que admitir, que nuestra vida está en pecado, cuando estamos sin Cristo, y creer que Jesús, murió por mis pecados. Quisiera que