La historia de mi vida Te busco en los recuerdos, extiendo mis manos en el pensamiento, solo estaba, cuando sufrí, cuando el llanto llenó el alma. Cuando el orgullo y la soberbia cubrían el pensamiento. Mi soledad era empujada por mi maldad, ansias de sensaciones escondidas, encubiertas en la hipocresía, exaltadas por el yo, hiriendo sin consideración. Y la autoestima desapareció, todo era permitido, el orgullo se sentó en el alma, “yo lo puedo todo”. A los débiles devore, de ellos me burle, No hubo piedad, ni aun de la familia. Quien daría un centavo por ese individuo, “No merece vivir”, engendro del infierno. Pareciera que pinto al diablo, Pero ese, ese era yo. Y cuando mas caído estaba, en angustia, El Señor, extendió su mano, a ese individuo. “Cree en mi y recibirás la vida, haré otro de ti, te limpiaré”
Quisiera decir algo bueno, pero la verdad es que ni aun aquí hubo nobleza en mi, tomé de la mano del Señor, pensando: “Usaré lo que sirva, yo sé” Doy gracias a Jesús, por haber tenido amor, por no dejarme en mi inmundicia; aun cuando fui un soberbio; una y otra vez me levanto en medio de mi maldad. Y fue entonces que llore en su presencia, Y lo pude ver, Rey soberano, Señor eterno; me arrepentí de mi gran maldad, tu luz Rey Santo, en tu luz quiero habitar. Pero su gracia no se quedo ahí conmigo, lavo mis ojos, me mostró secretos, abrió mis oídos, hablo maravillas a mis oídos, puso su mano sobre mi y me bendijo. Rey, Rey Santo, mi alma tiene sed de ti, del Señor, del Rey de toda la tierra. Permíteme habitar en tu presencia por la eternidad. Obra en mi vida tu misericordia como hasta ahora, y llévame a habitar en tu presencia. A todo el que escucha, venga y beba del agua de la vida, dice el Señor, el Señor se deja encontrar de todo el que lo busca. No digas: “he pecado mucho”,
te limpiara, pondrá tu parte entre sus hijos; te revestirá de justicia, veraz cosas que nunca has visto, y tu corazón explotara de felicidad. El Señor quiere la salvación, la felicidad de todos. ¿Quieres tu tener la vida? Henry Padilla Londoño