El Grupo de Orígenes, que José Lezama Lima gustaba denominar “un taller renacentista”, imanta a toda una generación literaria y una época. El estudio de su obra a la luz de una concepción más contemporánea de la Modernidad y el Modernismo, nos sirve para explicar la evolución de la literatura en el siglo XX y sus interacciones con la modernidad hispánica y la modernidad anglosajona.
En el nuevo contexto histórico de la Cuba de la década de 1990 Orígenes es canonizado por el establishment como experiencia enriquecedora, descolonizadora y reafirmadora de la identidad nacional. Contradictoriamente, los jóvenes intelectuales que pretendían superar a la generación del ochenta (una parte de la cual reivindicó a Orígenes), niegan a la generación liderada por Lezama, exceptuando a Virgilio Piñera, “la oscura cabeza negadora” del origenismo, en cuya vida y obra aprecian un modelo de conducta cuestionador del nacionalismo.