Relatos de autorreferencia
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DECI-DEPU 26 “Relatos de autorreferencia, desde la revista Deci-depu como medio de creación contemporánea” 2020 Grupo de Investigacion en arte contemporaneo L´h Semillero de Investigacion DECI-DEPU Director: Oscar Salamanca Comité editorial Oscar Salamanca Gladys Mendez Mulet Sean Igor Acosta
Colaboran con este número: Semillero Deci-depu Daniel Orrego, Juan Ospina, Katherine Vargas, Manuela Valencia, Mauricio López, Natalia Gómez. Participantes convocatoria Soy yo en pandemia Ana Pobo, Andrea García, Angela Atuesta, Antonio Ledesma, Cristhian Camilo Ortiz, Ender rodriguez, Fabiola Alarcón, Guadalupe Rosas, Hector Canonge, Juan Baena, Juliana Ramirez, Laura Echeverri Giraldo, Mari Menez, Miguel Angel Gonzalez, Oscar Salamanca y Lorenzo Salamanca, Sara Ortiz, Pamela Victoria Martínez Aviléz, Virginia Aristizabal Parra, Ximena Goner y Felipe Pava.
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Contacto http://deci-depu.blogspot.com salamanca@utp.edu.co Impresion
Excepción de responsabilidad: Las imågenes publicadas no dan fe del pensamiento del comite editorial, del grupo L´h y del semillero Deci-depu.
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Introducción En el medio artístico, tanto local como foráneo, la subjetividad aparece como una tendencia que involucra al ser dentro de procesos de búsquedas interiores, dichas inmersiones se manifiestan como estrategias autobiográficas o bien como representaciones mediadas por la identidad. El ser, convulso, nostálgico e íntimamente revolucionario se ha revelado con una preocupación por los problemas de afectación provenientes de su contexto, de esta manera, se entiende que la crisis de la subjetividad sometida a las tensiones del medio usa el campo de las artes como un estandarte de reflexión. Para estudiar y visibilizar problemáticas identitarias la presente indagación se apoya en el paradigma del arte contemporáneo, si por contemporaneidad asumimos todo aquello que participa y da cuenta de una intención de vida compartida desde lo ideológico y vivencial, donde la condición de cambio es la única permanencia en un escenario sin precedentes para las búsquedas individuales, podemos reconocer que en nuestra época se ha instalado el ser como escenario máximo de indagación.
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Es importante por lo anterior evidenciar la autorreferencialidad a partir de procesos de creación desde un medio editorial que vincule escenarios de análisis artísticos actuales. La presente propuesta trata de aglutinar en una publicación los diferentes planteamientos que surgen dentro de las dinámicas propias del semillero Deci-depu y de algunos trabajos de investigación creación desarrollados en el marco de la Maestría en Estética y Creación de la Universidad Tecnológica de Pereira; con la inclusión, además, de los resultados de la curaduría del Salón Traslude 2019 a cargo del grupo L´h, de la alcaldía de Pereira. Desarrollamos un esfuerzo de investigación creación que logre presentar cómo la autorreferencia nos ha posibilitado decantar nuestros intereses latentes desde diversos cuestionamientos, con el ánimo de enriquecer y expandir el territorio de la producción artística, sirviendo de referencia teórico-práctica para nuevos procesos de formación, ya que con cada enfoque proveniente de los participantes se abren nuevas perspectivas de relación, desde donde se pueden analizar cambios en el campo específico de las artes; ya sea desde la educación, la producción personal o la generación de contenidos colectivos.
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Es un proyecto curatorial creado por el profesor y artista Oscar Salamanca, con el propósito de ofrecer a la comunidad de la Universidad Tecnológica de Pereira y la ciudadanía en general, un espacio de encuentro con obras de arte realizadas por artistas locales, nacionales e internacionales. Comenzó su desarrollo el 23 de noviembre de 2012 en el salón de la Maestría en Estética y Creación de la U.T.P. El 13 de abril de 2014 se traslada a la biblioteca Jorge Roa Martínez acondicionado con dispositivos de iluminación y montaje especiales para la exhibición de obras de arte bidimensionales y tridimensionales. A partir del éxi-
to obtenido con el formato de exhibición y sus contenidos, el 1 de febrero de 2016 se inaugura otra sede del Muro Líquido en el Centro comercial Pereira Plaza cuya curaduría y organización la asume la Maestría en Estética y Creación. La actividad curatorial de los dos espacios del Muro líquido se articulan como proyectos de extensión e investigación inscritos en la Vicerrectoría de Investigación, innovación y Extensión de la Universidad. Debido a la pandemia se activa desde el 20 de octubre de 2020 el blog muroliquido.blogspot.com para llevar a cabo exposiciones virtuales en sintonía con las exposiciones presenciales.
Antropoceno El arte como objeto de conocimiento es innatamente autorreferencial, pues el autor implica su subjetividad en la observación que realiza y es al mismo tiempo constituyente de la creación. En esta propuesta visual donde por medio de la pintura autorretratista se representa alegóricamente el momento histórico del antropoceno encarnado en la imagen del cyborg, expresa que la iden-
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tidad humana se ha hecho con tantas tecnologías para expandir las posibilidades de su experiencia que los objetos instrumentales que utiliza, los modelos sociales y los territorios que recorre se han vuelto una extensión de su cuerpo, es así cómo la ciudad y varias de las dinámicas que allí ocurren se vuelven parte de la identidad del sujeto cyborg. Al reconocer que la sociedad es una extensión
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del cuerpo y que la obra a través del autorretrato expone alegóricamente el modelo tecnificado de sociedad actual, ocurre un proceso de retroalimentación donde dicho sujeto representa a la sociedad y la sociedad representa al sujeto, aquí es donde la propuesta enfoca su autorreferencialidad. Según Brian Cantwell en su libro Variedades de autorreferencia el significado de cualquier sistema de representación no está solamente determinado por las estructuras que lo configuran, propiedades lógicas o lingüísticas, sino también por hechos circunstanciales como las representaciones individuales y colectivas que ocurren en el globo donde esos sistemas de representación están insertados, estas variaciones circunstanciales de los sistemas de representación permiten reconocer que “la autorreferencia debe tener alguna conexión con la plena participación en el mundo” (Cantwell p,3). Por otra parte Adrian Padrier en Arte y Autorreferencialidad: ge-
nealogía Kantiana del concepto nos presenta en el primer capítulo El concepto de autorreferencialidad artística aquí Padrier expresa que la autorreferencia es un panorama complejo de analizar, la primera es que posee conceptos en variados campos del saber, en 1987 Stephen J Bartlett diferenció hasta 24 de estos campos entre los que incluyó el de las artes, en la misma esfera que la música, la literatura y el humor; el enfoque histórico que se le ha dado a la autorreferencia ha sido de orden lingüístico y ha sido ampliamente estudiado desde la década de los 80’s, Padrier citando a Battler dice que este concepto ha sido restringido a “problemas suscitados a sistemas formales.” (2019 p,5) En el arte contemporáneo ha habido un incremento en las prácticas de la autorreferencialidad, siendo estas cada vez más autorreflexivas y autotélicas, a través de los medios de información estas estrategias se han ampliado aún más.
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Pavimento Definición imaginaria, (pavi- hombre, mento- casa, mi abuelo, mi representación de casa).
La imagen que yo tenía de mi abuelo era un idilio de lo que mi abuela vio en él. La casa no era algo material, la casa está inmersa en nosotros. Cuando mi abuelo se casó, no sólo construyó una casa, tampoco un hogar, construyó sólo una imagen autobiográfica de un sentimiento unísono. Cuando uno de nosotros crecía, se construía una parte de la casa, y así. Creí, que cuando murió Antonio, mi abuelo se había convertido en un terreno, en un pedazo de cemento, pintura, ventanas y puertas. Un cuerpo que no respira, un cuerpo moldeado y sosegado. Quise saber después, qué significaba para él lo que construyó para nosotros. Pero la misma casa, en retazos resquebrajados, a lo que mi abuela Rosa, nombra por ruinas, me respondieron. Mi abuela lo supo todo el tiempo, por eso nos
decía que remodelarla sería perder a Antonio otra vez, después callaba y se iba. Apenas ahora comprendo cada suceso. A Antonio lo mataron por buscar financiar un hogar a toda costa, ¿acaso podía hacer otra cosa?, pues, sí en ese entonces, las familias vivían de la guerra. No desistir de una idea que, hacia parte de él, denotaría una guerra dentro de sí. La familia de mi abuelo, fue una lámina, una pieza, que fortaleció un sentimiento de hogar, que no sólo es una edificación arquitectónica, es una vibración en conjunto con sus miembros, que se florecerán y permitirán mantenerse en sintonía. A pesar del tiempo, la casa sigue siendo un recuerdo de mi abuelo, mi lado más sensible, ese lado en que auto referencio, y mi abuelo la parte más onírica que llevo inmersa en el lado izquierdo de mi pecho.
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En la bruma Aquí se aborda la existencia como un espejismo que toma forma entre las sombras, entre siluetas distintas que van creando una imagen a la que llamamos realidad; todo esto se presenta a través de una propuesta que hace trascendente lo intrascendente, por medio de este trabajo a través de trazos rápidos y de paisajes elaborados, evoca la memoria del autor, momentos que lo han marcado, pero han quedado en la bruma del pasado; es así como si se radiara la existencia misma del autor, y se configurara a través de sombras sus avatares de vida, aquellas vivencias ocultas que impactan el alma. La autorreferencia hace hincapié en una torsión para el hallazgo de la esencia fuera del ser, como una experiencia extracorporal, pero esta torsión vuelve sobre sí misma, para hallarse como una expe-
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riencia fuera de sí, a partir del yo, como una dicotomía contradictoria que nos lleva a las bases mismas del sentido de la existencia, tal como lo aborda Luis Álvarez Falcón en sus reflexiones sobre lo autorreferencial en el arte; llevándonos a vernos a sí mismos como seres etéreos, como la bruma: impalpable, lejana, nostálgica, misteriosa, quizás tétrica pero en definitiva muchas veces bella, como si hiciésemos de nosotros un paisaje nublado, donde solo se vislumbran formas y se capta una esencia superflua, porque como la bruma, no la podemos atrapar y es efímera, un instante en el tiempo
misma refleja en los seres: Gustos exiguos, recuerdos lejanos y vivencias cotidianas, que no plasman una realidad sino que abren una ventana a lo profundo y somos abordados nosotros mismos como si fuera el estudio del otro, de un prójimo aprehendido en nuestro ser; de repente nos vemos lanzados al acometimiento de la comprensión del prójimo que ha suscitado durante siglos acalorados debates, la comprensión de la otredad expresada en un ser extracorpóreo que asimos en nuestras mentes como si conociésemos profundamente, cuando por otro lado dudamos y analizamos la naturaleza de nuestro ser.
A través de paisajes espectrales se aborda el sentimiento de vastedad e insignificancia que la existencia
Este otro se asume a través de la premisa de que el hombre contiene el sentido de su existencia a tra-
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vés del servicio al prójimo, ya que es por medio de este servicio que asumimos el título de un rol social, así como asumimos la realización de nuestras vidas, entre otras actuaciones cotidianas; entonces el autor acomete a la comprensión de esta dicotomía contradictoria por medio del arte como arma: como el individuo se enfrenta a esclarecerse entre la bruma del recuerdo, se halla en servicio del presente, y compila todo para darle sentido a su realidad y a partir de su realidad concederle un sentido a la existencia personal, así en cada acto se conoce un pedacito del alma y hay una esencia inalienable que reflota en cada ocasión para recordarnos, nuestra isla personal, constituyendo al arte es una exhalación del alma, un estado inerte que se plasma en suspiros a los que llamamos obras
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“Morir Es un arte,como todo. Yo lo hago extraordinariamente bien. Tan bien que parece el infierno. Tan bien que me parece real. Lo mío, supongo, es como un llamado" Los días se perciben en una rutina interminable en la que ya no sé si es hora de desayunar o almorzar. Donde el respirar aire por la ventana siento que me enferma. El diálogo conmigo misma y quienes me rodean cada día es más distante e insoportable. Ya no puedo huir del espejo porque estoy confinada en
estas cuatro paredes. Las barreras entre la ficción y la realidad se empiezan a romper –como mis músculos– pararme de la cama supone un grito de dolor. Físico y ontológico. Diez kilos menos desde que comenzó todo y parches en la cabeza sin pelo. Mirar las noticias supone ir corriendo al baño a vomitar por la ansiedad. Me estoy muriendo. El miedo hace que los monstruos salgan y la casa se cae a pedazos. Me escondo en cada rincón porque no quiero que la muerte me encuentre. ¿A dónde se huye cuando no hay lugar seguro? Aparecen los recuerdos, de días pasados donde
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no era un problema el abrazar o beber de la misma botella. Donde se amaba más porque tocándose y en las buenas siempre es fácil. Y ahí está mi reflejo abandonado por mí y los otros devolviéndome la mirada. Empiezo a pudrirme. Las moscas se acercan y la imagen que devuelve el agua de la ducha comienza a deformarse, a tener los ojos cada vez más enterrados en los huesos de la cara. Soy irritante e imposible. Preferirían no estar aquí los seres con los que convivo y volver cuando el duelo haya pasado. El corazón está seco y retorcido, como el resto del
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cuerpo. Me atormenta lo que se fue y no volverá a ser. Veo mi vida pasar por delante y me arrepiento de haber entregado tanto, porque me quedé sin nada. Un calambre recorre mi espalda de nuevo. Grito de dolor. Vómito. Vómito. Sólo quedan desechos, piel colgante y reproches. En otra realidad las cosas no serían así, pero no existe más que esta. Lo acepto, dejo de resistirme y fallezco. Como lo hacemos decenas de veces. Pero morir, sólo significa que una nueva versión de nosotros está por surgir.
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Seriales La fuerza de un cuerpo en el asedio al hoy, al mañana y al nunca, invade las fuerzas del yo en el silencio que consume y transgrede la identidad, saturándola, confundiéndola y desgarrando los tejidos que algún sastre tejió en el olvido. Es allí que nos comprendemos como ser-i-es, cuando adaptamos nuestra voz a la palabra sellada sobre el mármol y nos re-conocemos sobre los actores del ayer.
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Las voces que transitan no son más que ecos, y nuestros pasos sólo limpian las huellas de un incógnito. Allí, mientras en el ágora se deconstruye el mármol, quienes escuchan renacen para esculpir sus lápidas. En esta propuesta audiovisual, se indaga sobre el poder, las huellas, las voces y el mármol que las hace hablar, se re-conoce al ser como primitivo en su esencia y su relación con el otro. Allí, en la auto-referencia desde el otro, nos reconocemos como humanos y reafirmamos nuestra condición de existencia para crear a partir de nosotros mismos, a partir del ser. (Rebeca Pardo. 2012)
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Silencio
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Ultraviolence
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Jardín de artista Es uno de los productos de investigación-creación con mayor antigüedad del grupo L’H. Creado en el año 2007 a partir del encerramiento de una instalación titulada “Barricadas floridas” con la cual el grupo fue seleccionado en el Salón Regional “Ejes imaginarios” y el 41 Salón Nacional de artistas Urgente del Ministerio de Cultura de Colombia. El encerramiento de la instalación ubicada en la zona verde de la Facultad de Bellas
jardin
Artes y Humanidades, hizo posible que las plantas crecieran hasta construir un verdadero refugio para especies de flora y fauna. Desde entonces el jardín florecido y cuidado ha servido de plataforma para desarrollar diversos proyectos curatoriales en formatos tradicionales y experimentales, presentados por artistas locales, nacionales e internacionales. Se activan exposiciones tanto físicas como virtuales en el blog jardindeartista.blogspot. com como proyecto de extensión del Departamento de Humanidades.
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La culpa de la nuemonía por corona virus es mía Ese pensamiento no me ha dejado de perseguir durante estas noches pasadas y mientras trato de conciliar el sueño con imágenes inocentes exentas de situaciones agresivas, se interponen como flashes, momentos surreales donde intento justificar de alguna manera mi comportamiento, quizá porque en el fondo sea cierto. Tengo que dejar de escribir escuchando esa canción de Bob Dylan, ya no soporto la letra cancina preguntando ¿cómo se siente?, mejor, ¿cómo me siento? A nadie deben darle un nobel por preguntar cosas existencialistas, ya que termina uno por confundir éticas estéticas con rigores inmunológicos. Intento, sin embargo, continuar el hilo de las ideas apegándome a una serie de circunstancias que fueron apareciendo y que ahora debo presentar ante ustedes como causales vertiginosas de la crisis mundial
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que atravesamos y de la cual no hay más responsable que yo mismo. Si alguien puede encontrar a Dylan le ruego el favor de comentarle que no la estoy pasando bien, porque no logro saber cómo me siento y además me parece muy tenaz verlo en fotofija en ese video de Youtube, como si uno pudiera simplemente jugar a hacerse la estatua, alguien sin errores, mientras va circulando la música. La solución, no me queda otra, es minimizar esa pantalla para encorvarme, aún más, dentro de un teclado que traiciona cada
Propu p
una de mis ideas. Por más que me encorvo y ¡cuidado! Tengo consciencia que me estoy encorvando mucho ya que antes podía recuperar una postura de la columna en la cual no me fuera a quedar jorobado, pero con 52 años, cuesta enderezarse y eso que no hemos tocado el tema de las gafas, otro factor de agache, incluso chistoso. Si, me siento jorobado, ayer mientras hacía una pintura inmoderna me di cuenta de la incómoda posición al pintar, parado, con una bue-
uesta imagen pendiente
na altura del cuadro frente a mí, gracias a lo escualizable del diseño del caballete de paisaje, pero no lo suficiente porque los detalles, en medio de mi presbicia, me fuerzan a acercarme para mirar por encima de los lentes, he aquí lo chistoso del párrafo anterior. Ya van dos intentos por comenzar mi relato confesional sobre la terrible culpa que no me deja vivir, por el maldito y ahora infantilizado Covid 19. Creo yo que si buena parte de los colombianos no se toman en serio las medidas de autoaislamiento obligatorio es por el nombre, este simplificado, del virus. Una amiga china me lo hizo saber, me dijo que si nosotros comenzamos por nombrar el virus desde la palabra neumonía y luego aquello de la figura de una corona para terminar en el virus, pues tendríamos instalado en el subconsciente la forma en que vamos a morir si nos contagiamos. Pero luego viene lo del Covid 19, un nombre parecido al de un personaje de algún comic con superpoderes pero ligth, eso sí, amigable (covicito o como lo adoptó el artista pereirano James
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Llanos, covitianidad) y no este infierno de cosa que no termina de reencaucharse. Como dije antes, van dos intentos por comenzar a describir las circunstancias que me llevan hoy a aceptar la culpa por la pandemia, pero justo cuando ya me decido a comenzar deviene el fracaso. Si quiero escribir bien lo justo es que escuche en modo privado una música neutra, entonces voy a la página de Youtube, busco un video largo con arias femeninas, ese que dice arias famosas, es increíble. Escucho la primera ópera y de inmediato pienso el por qué me gustan las mujeres cantantes y no tanto las performatividades masculinas. Ya ven ustedes que un pensamiento así termina por arruinar el inicio de un relato tan importante tratándose de una confesión. No puedo comenzar mi texto escribiendo “en tal año yo tal cosa” porque en el acto se me mete una nota aguda por demás melancólica y como todos sabemos es más importante la vida que el arte. El segundo intento no deja de ser decepcionante porque cuando ya
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tengo toda la atención en el texto olvidándome de las mujeres cantantes y la enfermedad contemporánea de la idea fija, pienso: no sé
si sea académico escribir un listado de señales recibidas y no tenidas en cuenta, razón por la cual el mundo terminó metido en semejante lio.
Pero ¿cómo hacerlo sin aburrir al lector? y sobre todo cuidando la veracidad de los hechos con un estilo inteligente, docto. En medio de los intentos desafortunados me dije que lo mejor era decir las cosas directamente sin tanto miramiento, pero ¿ y si se enfadan las personas que voy a relacionar? No es muy prudente hablar con nombres propios. A ver qué hago. Todo comenzó con la sugerencia del jefe Juan Manuel quién nos incitó a escribir en calidad de profesores de Humanidades nuestra posición y aporte, voces para interpretar la gravedad y compromiso de lo que pensamos el tema civilitatorio. ¡Uff! me salió una explicación grandilocuente, la cosa era más sencilla que eso: No ser invitados de piedra, reflexionar. Conste que yo estaba muy tranquilo antes de esta propuesta, en parte porque yo estoy haciendo cosas, cumpliendo con los proyectos de extensión que se puedan, culminando mi proyecto de investigación y siendo artista en internet, único espacio infraburgues que me deja publicar dibujos diaristas gratuita-
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mente, aunque sé que eso no me llevará a ninguna parte. También estaba tranquilo porque había leído un texto que hablaba sobre la importancia del arte para salir de épocas duras para la humanidad, prueba de ello la expectativa que tiene la sociedad por lo que vayamos a hacer los artistas, cuáles serán las respuestas, cómo nos sorprenderán. La figura esperada desde el mundo del arte es la del acróbata y no lo digo yo, sino la fuerza de los acontecimientos. El acróbata aparece en la cuerda floja a una altura considerable donde trata de hacer sus malabarismos mientras se mantiene desafiando la gravedad. El arte y los artistas aparecen en medio de su diferenciación ética con obras de interpretación y salida. Ellos y sus obras nos proponen una mirada en vertical, hacia arriba, lo cual desafía, la tendencia social de mirar hacia abajo, desafiando ese cansancio por soportar las cosas que ocurren sin poder hacer nada o casi nada, el artista, como el político sí pueden hacer cosas. Varios profesores compartieron
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Propuesta imagen pendiente
análisis y exigencias de cambio, diría yo, urgentes. Unos nos seducen en la transformación por influencia del enemigo, otros analizan la escena con la perspectiva utópica de la revolución y otros, quizá en un tono más maternal proponen nichos de protección y de refugio. Difícil era y sigue siéndolo saber qué decir sin pecar de suspicacias líquidas wuhanianas o voces proféticas. No obstante lo anterior, pensar en escribir detonó en mi la culpa. Otra señal inequívoca para tomar la decisión de confesar ante ustedes mi enervada angustia, me llegó con los gritos del beato Rigoberto. Este ex eremita frustrado, notablemente cansado de mi actitud esteta y
de creación mal recibida, denunció faltas al rigor y vicios relacionales en mi desempeño académico-artístico. El beato algo debió de haberse pillado en mi mirada, no digo en ese momento tencionante, sino en el pasado. Recuerdo la jornada de investigación del año pasado, allí me dediqué por horas a advertir al auditorio acerca del descubrimiento de un extraño y peligro virus en la China, capaz de destruir la humanidad. En medio de mi disertación percibí que llegaba entre las sombras un señor vestido de camiseta y gorra oscura, apresuradamente se sentó en las butacas del auditorio dónde uno se cree invisible. Al verlo supe que tenía que aguzar
mi pensamiento para evitar decir tanta bobada, pero siempre suelen escaparse en el discurso sin guiones, maneras de hablar o de hilar propia de seres extraños que cohabitamos y de los cuales dan cuenta los otros cuando ya no estamos. El regaño que me dedicó el beato únicamente se puede comparar al que recibió el pobre finado de Ernesto Cardenal por parte del papa Juan Pablo Segundo, con la diferencia que nunca, escúchese bien, nunca, el papa viajero le recriminó cansancio alguno. Ahora es justo que descansemos de mi relato para momentos de mejor recordación. Esta historia continuará…..
Soy yo en pandemia Como un ejercicio de convocatoria internacional, el grupo de investigación L´H con el apoyo del semillero Deci-depu se interesó por estudiar imágenes que respondieran de manera crítica al proceso de autoaislamiento al cual nos so-
metimos para prevenir el contagio frente a la pandemia global. El resultado ahora lo presentamos publicado en la edición número 26 de la revista Deci-depu, donde cada creador seleccionado participa con una imagen y un texto reflexivo.
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Los objetos de casa tambiĂŠn merece la pena fotografiarlos
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Si me pierdo en el encierro, tendrĂŠ que buscar luz estable, sostenerme, aferrarme.
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La incertidumbre es una sensaciรณn que me nubla y me enreda la vista y el pensamiento.
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Nos estรก pasando a todos Desnudo, lleno de cosas en la cabeza, sentado en la oscuridad en mi banco preferido, soy la inmovilidad del tacto que al mundo nos toca y nos infecta.
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La quietud agudiza el movimiento agitado de la materia viviente, encapsulada en pieles mutantes que se proyectan, multiplicando su reflejo hacia montones de miradas expectantes y curiosas que observan al ĂĄrbol ramificarse.
Esta pieza de fotomontaje hĂbrida un cuerpo ALTerado, automoldeado deliberadamente hasta afectar su organicidad y deconstruir su corporalidad para transitar al artificio averiado, compuesto de herramientas inĂştiles y en desuso.
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Es un retrato de confinado desencuentro entre mis salvajes maneras de mostrarme y la posibilidad de evaporarme en el retrato fotogrĂĄfico viviendo el mĂĄs perturbador momento no sĂŠ a quĂŠ carajos tiempo soy un esperpento.
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Líneas que me constituyen, líneas como trama, líneas como signos, líneas como identidad, líneas como señales del paso del tiempo encontradas sin buscar.
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Los sonidos de la creaciรณn Quieren manifestarse, son un paisaje que estรก en mi cabeza, que ante un nuevo tiempo, se tiene que recrear.
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Hector Canonge NUEVOS RUMBOS Performance Art para Video, 4min, Nueva York, EUA, Abril 2020. Fotomontaje Caí enfermo de COVID19 en Nueva York a finales de marzo. Después de casi un mes de batallar el virus, realicé este trabajo. Nuevos Rumbos es una obra de Performance Art para video que refleja mi persona bajo la incertidumbre de vivir en aislamiento y cuarentena a causa de la pandemia. Escribí el siguiente texto que fue incluido durante la edición del video. notas… qué al caer en la distancia, huyen de las manos mientras discursos incoherentes prometen la salvación de las penas a quien busco? a quien quiero? - se pregunta - solo hay silencio el eco seco de las lágrimas se ahoga en los sueños y se conforma con los pocos recuerdos.
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Refugio El acto de fotografiar para mi es liberador ya que me deja exteriorizar lo que siento, en esta fotografía puntualmente trato la ansiedad que siento al estar encerrado, el mundo se me pone patas arriba y siento que no puedo más; me frustra saber que estoy perdiendo parte del mundo por tener que estar encerrado y básicamente esto fue lo que me llevó a esta obra.
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Entropía
nace de la necesidad de una búsqueda interna, del querer autoreconocerse y re-encontrarme a través de la fotografía. Para esta hago el uso del autorretrato, en donde por medio de este permito dejar en evidencia a través del performances ese desorden y caos que habita en mi interior o en mi sistema y de cómo este va cam-
Me quedé atrapada en un contar de días, me refugié donde no me buscarían y salí en partes inconexas.
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biando y se va transformando en el proceso. Le denominó entropía porque es ese primer paso con el cual comenzó a medir el desorden que habita dentro de mi y de cómo comienza este viaje de encuentro en el que es necesario el movimiento y el desenrollamiento de los pensamientos para luego generar un orden.
Prohibido hacer el amor en cuarentena En este tiempo me impregno de todos aquellos que se encuentran separados, en países distintos o en ciudades diferentes, pero sin tener el encuentro, esos besos a los que estamos acostumbrados. Es prohibido hacer el amor en cuarentena, los amantes solo lo hacen de lejos, viviendo en un
estado de Alzhéimer generalizado. No le temo a la muerte, le temo al olvido, que no me recuerden, terminar como un silbido de anciano marinero, en las vivencias que escondo cuando pinto día y noche, quítenme los colores, pero no los recuerdos porque sin ellos me pierdo.
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Propagación Tiempos de control, delimitación, necropolítica, militarización y debilitamiento de las masas.
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Fotoperformance, segundas pieles humanas tras el miedo de ser totalmente animal humano
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Individuación Los elementos: Aire, en el cielo, fuego en mi cabello unido con los árboles secos, símbolo de resiliencia, tierra el pasto, mi consciencia, y agua; todos intrínsecos para mi equilibrio. Mi máscara, en la que se escuda mi persona, con la que los otros me perciben. El cuervo es mi sombra, la profundidad de mi alma,
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debilidades emocionales e innegable acompañante. La paloma es mi esperanza, mi manera de resistir en momentos de dificultades. Las ataduras de espinas significan el momento por el cual estamos atravesando, mi sufrimiento, la falta de libertad. Por último, la caracola es mi base espiritual.
Coleóptera Estos momentos de crisis me tomaron por sorpresa, mis planes, mis proyectos, mis metas, se vieron interrumpidos por un cambio abrupto en el mundo, un cambio que convirtió mis días eufóricos y atareados, en días de extrema calma que he odiado por tantos años, pues traen de nuevo mis
nostalgias y mi soledad que ocultaba con una vida acelerada. Me quiebro de a pocos en este nuevo mundo que me trae miedos, angustias, que me prohíbe estar y ser como más quisiera en este momento, que me quita el amor por lo que hago y mi persistencia por seguir respirando.
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Sentidos CON-FIN: Privilegio en el exilio, expresiรณn de futuro, A(no)-MIENTO, la mente en libertad.
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“Ser” Punto, línea y plano, aguja, hilo y nudo. Así se va construyendo la imagen de dos seres que están alejados en alguna medida de modelos implementados y canonizados y a la vez alejados por la distancia física de la ciudad, que implica un nuevo reto para creación colectiva. La permanente cercanía de los cuerpos que efectivamente se experimentaba en la cotidianidad ha
sido fracturada, pero los cuerpos en el encierro se han permitido despojarse de la máscara. Volver a ser, a sentir, a desear, a extrañar la armonía de las y los otros. Esta sensibilidad del cuerpo nos hace unir la vida con el arte, esta creación es una muestra del reconocimiento propio y de la y el otro, es una muestra del “Amor en los tiempos de cuarentena”.
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En el año 2006, gracias a la experiencia de pintura al aire libre propuesta por el profesor Salamanca para conectar intereses frente a nociones de paisaje, naturaleza y práctica artística, un grupo de personas cautivadas por compartir un espacio de autodisciplina pictórica, comienzan a reunirse semanalmente. De forma constante el grupo fue consolidándose hasta adoptar el nombre de los inmodernos. Dicho nombre nos ubica como deudores irónicos de movimientos vanguardistas en clara oposición al intelectualismo postmarxista del arte de hoy. Debido a la crisis
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humanitaria generada por el contagio del Covid 19, las actividades expositivas del jardín de artista migraron al formato remoto, amparadas en convocatorias regulares donde se invita al público en general a compartir creaciones artísticas y estéticas en el blog inmodernos.blogspot. com como proyecto de extensión del Departamento de Humanidades.
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