DOMINICAL REVISTA # 1487
4.3.2012
EL HERALDO
Fotomontaje Ronny Pérez
De matices y pasiones
Valóresele o despréciesele, Hugo Chávez no pasa inadvertido. CHÁVEZ SALVÓ LA REVOLUCIÓN DE CASTRO | Jon Lee Anderson | 04 MI POBRE HERMANO RICO | Ignacio Consuegra | 09
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ÍNDICE SECCIONES 03 Opinión, por Joaquín Mattos Omar
La seducción del Comandante
Lo tildan de vulgar y grosero. Para sus seguidores es espontáneo, sin libretos. Para nuestro columnista habitual, Chávez Frías es un ‘pop star’. Más allá de su misión política, las estrellas le rinden pleitesía. 04 Entrevista, por Jon Lee Anderson
“Chávez salvó a Castro”
Cuando Chávez irrumpe con fortaleza, en Cuba la revolución se diluía. 06 Reportaje, por Adlai Stevenson Samper
Frente a frente
La ex Miss Mundo venezolana Pilin León controvierte con Juan Ruiz, quien encarna a Chávez en el Carnaval y lo sigue ideológicamente. 09 Puntos de vista, por Ignacio Consuegra B.
Poder, excesos y escasez
La corrupción, el aumento de la inseguridad y la delincuencia se suman a un panorama de contradicciones sociales en la vecina república venezolana, que pasó de la opulencia y el despilfarro al desabastecimiento.
Incertidumbre Lleva trece años construyendo el autodenominado proceso socialista bolivariano, y ahora con la meta personal de derrotar el cáncer, Hugo Chávez Frías se enfrenta también en estos momentos a un nuevo rival: Henrique Capriles, quien aspira a ocupar su silla del Palacio de Miraflores. Una pausa en la vida convulsionada de este líder desafiante, atrabiliario, lenguaraz, combativo, para analizar sus múltiples fascinantes matices políticos y personales.
11 Análisis, por Jorge Martínez
Arte y cultura, a medias
El Ministerio de Cultura fue desmontado para dar paso a la Misión Cultura, y muchos artistas han ofertado su talento y pensamiento. 14 Opinión, por Álvaro Suescún Toledo
Inspirado en H. Dieterich Steffan La Revolución Bolivariana tiene como pilar la tesis del alemán Heinz Dieterich Steffan, radicado actualmente en México.
REVISTA DOMINICAL # 1487 | dominical@elheraldo.com.co Director Consejero
Juan B. Fernández Renowitzky Editor General
Ernesto McCausland Sojo Jefe de Redacción
Rosario Borrero
Escriben en este número
Edición, Selección de Textos e Imágenes
Ignacio Consuegra Bolívar Jon Lee Anderson Jorge Martínez Joaquín Mattos Adlai Stevenson Samper Álvaro Suescún Toledo
martha.guarin@elheraldo.com.co
Gerente
Elaine Abuchaibe Auad
Martha Guarín R.
Imágenes: Ap, EFE, Archivo EL HERALDO, Ignacio ‘Monokuko’ Consuegra. Thinkstock, Internet, Alonso Ocando, Laurafarina y Christian Mercado. En portada: Hugo Rafael Chávez Frías, según fotomontaje de Ronny Pérez.
Director de Arte
Fabián Cárdenas
fabian.cardenas@elheraldo.com.co
Contraportada: Caricatura de Omar Figueroa —Turcios—.
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LA LETRA Y LA HERIDA
P
or estos días, en Pittsburgh (Pennsylvania), el director del Museo Andy Warhol declaró que si el artista estadounidense viviera todavía, “estaría fascinado con celebridades como Lindsay Lohan o Lady Gaga (…), porque le seducía el mundo de los famosos y su lado más oscuro”. Pues bien: yo me permito agregar que otra celebridad que le habría atraído sería Hugo Chávez, que también ocupa un sitial en el lado oscuro de la fama planetaria. Hasta me arriesgo a decir que habría realizado un retrato del Presidente venezolano para enriquecer la serie de la que hacen parte los de Marilyn Monroe, Liz Taylor, Mao Tse Tung y Lenin, que para él, indistintamente de sus oficios, tenían el mismo valor: eran íconos de la cultura de masas, o, como hubiera dicho hoy día, eran “íconos mediáticos”. En ese orden de ideas, cabe decir, pues, que Chávez es una de las primeras y grandes estrellas pop del siglo XXI. Aparte de Fidel Castro, es el gobernante latinoamericano con mayor notoriedad mundial, salvo que Fidel es una estrella que se apaga y Chávez —para seguir con Warhol— está en pleno gozo de sus 15 minutos de fama. Baste recordar que, durante dos años consecutivos (2005 y 2006), la revista Time le otorgó membresía en el club de los personajes más influyentes del mundo; que figuras también célebres como Diego Maradona y los cineastas norteamericanos Sean Penn, Danny Glover, Kevin Spacey y Oliver Stone lo han ido a visitar a Caracas para expresarle en persona su admiración; y que el último de los mencionados realizó ademásun documentallaudatorio sobre él, Al sur de la frontera, que fue estrenado en 2009 en el muy prestigioso Festival de Cine de Venecia, por cuya alfombra roja desfiló Chávez como si fuera otra estrella del séptimo arte y donde fue asediado por los fotógrafos y ovacionado por el público. Esta capacidad de seducción pública del caudillo barinés no se debe a su larga permanencia
Es espontáneo, su ordinariez, así como su gracia son naturales. Ya lo dijo Gabo: “es un típico producto de la cultura popular venezolana”. Imágenes tomadas de Internet.
Chávez, ‘pop star’ Por Joaquín Mattos Omar
en el poder y a que, por tanto, ello lo haya mantenido por largos años expuesto a la atención de los medios de comunicación, pues nuestra época da cuenta de otros mandatarios con mucho más tiempo en calidad de tales que han sido por completo ignorados por las luces de la fama: así, por ejemplo, Ben Alí y Hosni Mubarak, que fueron presidentes de Túnez y de Egipto, respectivamente, el primero durante 23 años y el segundo por casi 30 años, y de quienes el mundo solo vino a acordarse a raíz de sus estrepitosas caídas a principios de 2011. Así que la seducción del comandante bolivariano va por otro lado. Sus detractores dicen que es vulgar y grosero. Y lo es porque sus maneras no se ajustan a la actuación libreteada ni al severo protocolo a los que se someten por regla general los jefes de Estado, cuyos actos y palabras son celosamente vigilados por expertos asesores de imagen. No: Chávez es espontáneo; su ordinariez, así como su gracia, que también la tiene, son absolutamente naturales. Ya lo dijo García Márquez después de entrevistarlo poco antes de su posesión en 1999: “Es un típico producto de la cultura popular venezolana”. Perohayundetalle:suvulgaridad ha hecho que otros poderosos también ‘pelen el cobre’, incluido alguien que se supone debe ser la decencia y la distinción en pasta, como el Rey de España, que en plena sesión oficial de una cumbre de estadistas salió con el desplante ordinario de decirle a su homólogo: “¿Por qué no te callas?”.
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ENTREVISTA
“Chávez salvó la revolución de Castro” Entrevista en PBS
¿
Cómo empezó la Amistad Chávez-Castro? R Yo iba y venía de Cuba en los 90 cuando la amistad entre Fidel Castro y Hugo Chávez floreció. Fui testigo de uno de los más importantes viajes de Chávez a La Habana —creo que fue en el 2000— cuando fui invitado a una charla en la Universidad de La Habana. Y por únicamente la segunda vez que puedo recordar en todos los años en que he estado yendo a Cuba, vi a Fidel y a su hermano Raúl juntos en el mismo recinto, así como al resto de los miembros del Politburó. Chávez fue tratado como el huésped más importante, casi tanto como al Papa, que había visitado a Cuba el año anterior. Y durante una hora y media, en este estrecho recinto de la universidad, todos ellos escucharon a Chávez hablar sobre sus planes, sus esperanzas hacia una unión revolucionaria en las Américas, hacia un nuevo tipo de relación entre países en vías de desarrollo y los grandes poderes del mundo. No hablaba de socialismo todavía, pero estaba claro que se inclinaba hacia un alineamiento con la Cuba de Castro. Estamos hablando de muchos años antes de que se declarara socialista y anunciara que quería crear el socialismo del siglo XXI. Fue, quizá, el primer reconocimiento público de que estos dos eran como padre e hijo, absolutamente amaban la mutua compañía. Nadie había visto a Fidel tan feliz en años, todo el mundo en La Habana lo comentaba. Y probablemente Fidel se decía a sí mismo: “¿Dónde estaba este chico cuando lo necesité hace 30 años? —rico en
Antes de que se conociera que el Comandante padecía de cáncer, el reconocido periodista Jon Lee Anderson, quien ha elaborado perfiles sobre el presidente venezolano, analizó la interdependencia entre este y el líder castrista. Mural en una calle de La Habana. EFE
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“Chávez salvó la revolución de Castro”
petróleo, dispuesto a construir una revolución y a convertir a Venezuela en un aliado de la Cuba revolucionaria?” P ¿Cuál fue la influencia de Fidel? R Estaba claro que Chávez lo veía como un mentor, una especie de alma gemela filosófica, alguien a quien admiraba como un niño admira a su héroe. Hay una exuberancia en Chávez que es inusual para un jefe de Estado. A veces uno tiene la sensación de que es como una historieta, con chicos que se ven a sí mismos como héroes de aventuras épicas, de heroísmo, de conquista. Y ese es el lenguaje que maneja Chávez. ¿Y quién más que Fidel Castro parece haber nacido en ese tipo de páginas de una historieta? Fidel es una figura mitológica que todavía vive entre nosotros. No hay otro jefe de estado como él. Y Chávez esencialmente ha salvado la revolución de Fidel justo en la víspera de su muerte. Me explico: Fidel puede desvanecerse tranquilamente en medio de la noche, sabiendo que mientras Chávez esté vivo, Cuba estará bien. P ¿Cómo ha sido Chávez influenciado por Castro?.
R A veces se me viene a la cabeza la idea de que Chávez, muy conscientemente, pretende emular el modelo cubano en la construcción de su estado revolucionario. Por supuesto, ambos han llegado de maneras diferentes. Cuba llegó a ser un país comunista, un estado socialista, entre las administraciones de Eisenhower y Kennedy, en medio de la guerra fría. Chávez ha llegado al poder a través de elecciones y una serie de referendos que lo han reafirmado y le han otorgado poderes arrolladores en su país. No llegó al poder a punta de bala. No fue una revolución sangrienta y por lo tanto el ascenso de Chávez no desató un éxodo de las viejas clases —los lacayos imperialistas de que él tanto habla— la clase media, los terratenientes, los nombres de negocios. Este es un modelo muy curioso, donde Chávez habla —en términos muy radicales— de construir un estado socialista sobre la nación más americanizada de América Latina, con economía de petróleo, cultura de consumismo y una clase media orientada hacia el consumo, al punto de que va a los centros comerciales como ninguna en el continente. Se trata de un experimento muy curioso. Pero ha habido momentos en los cuales Chávez parece haber tomado literalmente una página de los libros de historia cubana para anunciar socialismo. Fidel hizo esto justo cuando los aviones de Estados Unidos bombardeaban La Habana en la invasión de Bahía Cochinos. Y Chávez lo anunció cuando los precios del petróleo aumentaban y su país experimentaba una bonanza de riqueza petrolera, dando a entender que tenía con qué financiar una revolución. Chávez anunció que sería socialista y que juntos los venezolanos construirían un socialismo. Algo muy interesante, pues hasta ese momento, 2005, no había hablado de socialismo, al igual que Fidel, en su momento, no había hablado de socialismo. Ambos líderes llegaron al poder, uno violentamente, uno pacíficamente, y se acomodaron con
el viejo régimen, y gradualmente intensificaron la retórica. En el caso de Fidel, los Estados Unidos salieron voluntariamente del juego y le permitieron romper las relaciones. Los Estados Unidos, contrariamente a lo que sería con Chávez, optó por quedarse callado, no jugar el juego. Parece una clara estrategia de Chávez no cometer los mismos errores que Estados Unidos cometió con Cuba. Está también la construcción de un partido unitario, lo cual es muy similar. Incluso, tiene la misma sigla que el partido unitario cubano que precedió la revolución en los 60. Existe la nación de la vieja amenaza por parte del “Imperio”, los Estados Unidos, lo que parece justificar la necesidad de Chávez de construir un gran ejército y una milicia ciudadana para defender la soberanía nacional contra la agresión imperialista. Y todo ello se parece mucho a la vivencia de los últimos años, en las relaciones Cuba-Estados Unidos.
Evo Morales, presidente de Bolivia; Chávez y Raúl Castro. En la otra foto, Hugo Rafael toma nota de las recomendaciones de Fidel Castro, en la clínica de La Habana.
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REPORTAJE
Las vueltas de Hugo Rafael en Barranquilla Por Adlai Stevenson Samper
Juan Ruiz con su disfraz.
E
l encuentro de Pilin León y Juan Ruiz, dos antagonistas sobre el chavismo y el inmediato destino de Venezuela, ocurre en la actual Barranquilla, ciudad en donde la huella venezolana ha tenido fuerte presencia histórica y cultural. Sin entrar en prolijas enunciaciones al respecto, se recuerda a las familias Dieppa y Fuenmayor, a Emigdio Velazco y sus empresa disquera, la notable influencia de los músicos venezolanos en nuestra cultura sonora y el exilio por estas arenosas tierras de los expresidentes y fundadores del partido Alianza Democrática (Adeco) Raúl Leoni y Rómulo Betancourt; fundando este último aquí, en 1930, los partidos Alianza Unionista de la GranColombiayAlianza Revolucionaria de Izquierdas. Algo de ese agradecimiento político se percibe en la decisión del montaje del proyecto industrial Monómeros Colombo Venezolanos en esta ciudad. Carmen Josefina Pilin León es una venezolana conocida por su participación en el concurso Miss Mundo en Londres en 1981,
Reportaje con dos antagonistas de la situación política de Venezuela que viven en Barranquilla. La ex Miss Mundo venezolana Pilin León y Juan Ruiz, quien caracteriza a Chávez en el Carnaval.
en donde resultó triunfadora. Muy conocida en su país, casada y con tres hijos, columnista de EL HERALDO, residenciada en Barranquilla, como uno de los tantos venezolanos que han resuelto ubicarse con su familia, y como varias empresas ante las arremetidas de las políticas chavistas sobre libertad empresarial y propiedad privada. Es una firme convencida de que su país marcha hacia una verdadera hecatombe, de la que señala sus consecuencias más visibles: desabastecimiento en productos de la canasta familiar, incompetencia en el manejo del estado y sus empresas —como Petróleos de Venezuela, más conocida por su sigla de PDVSA—, y una aterradora inseguridad que carcome todos los ámbitos de la vida cotidiana. “No pasa una semana”, dice, “en que algún miembro de la familia haya sido asaltado para quitarle un celular, un carro o su casa. El manojo de llaves de mi apartamento en Caracas, en un piso 15, pesa más de medio kilo”. Terrible situación para una economía que en los últimos diez años ha percibido por ingresos petroleros la exorbitante suma de $500.000 millones de dólares. En el otro lado, defendiendo a capa y espada las tesis revolucionarias de Chávez, personificándolo con un popular disfraz en el Carnaval
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Las vueltas de Hugo Chávez en Barranquilla de Barranquilla, Juan Ruiz. Un auténtico luchador de estas tierras que tiene una empresa pequeña de servicios turísticos, y que confiesa sin ambages que lo suyo no es de clon ni asunto de carnaval. No señor. Lo de él viene desde sus días de estudiante en Santa Marta, en el fragor de las luchas estudiantiles y de agitación obrera y de un decidido compromiso con las causas de la integración latinoamericana, con Chávez a la cabeza, seguido por Cuba, país que se merece la ayuda de Venezuela ante la agresión gringa con su bloqueo económico. Juan, además, tiene libros y documentos sobre Chávez, quedándole incluso como reflejo de su caracterización carnavalera ese tonito de jodón de barriada popular caribeña, que es una de las marcas características del Comandante en sus largos discursos. ParaJuan,enVenezuelasiempre ha habido inseguridad, señalando que antes había un tráfico de carros robados que partía desde allá, refutado por Pilín que, de un modo gráfico, indica que la verja en la casa de su niñez tenía un metro de altura y se podía brincar de un salto. “Ahora no”, exclama con énfasis, “pues mide más de dos metros, y encima hay que colocarle alambrado”. Son las consecuencias del despertar de un país que vivía mecido en un sueño confortable, alimentado por los gringos, que se llevaban el petróleo casi regalado y mandaban de vuelta carros y bienes de consumo, explica Juan. Con unos períodos de inmensa riqueza tras el fortalecimiento de la Organización de Países Exportadores de Petróleo –OPEP–, como sucedió en el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez, donde la prosperidad era visible en la construcción de altos rascacielos y malls gigantescos repletos de artículos importados de todo el mundo. Era la época, señala Pilin, que al venezolano en Miami le decían “El tabarato dame uno”, por la capacidad económica del bolívar. Justo en ese momento es cuando empieza el no muy agradable despertar del sueño. Según Pilin,
“dentro del país esta situación marcaba una diferencia cada vez más grande entre los muy ricos y los muy pobres. Veníamos de unos fracasos presidenciales muy marcados. Había un descontento nacional y mucha corrupción con la falta de distribución equitativa. En el segundo periodo de Pérez el precio del petróleo no estaba muy bueno y se tomaron unas medidas económicas que resultaron impopulares. Se confiaron en una popularidad inacabable del líder. Y ese país, ahora más maduro e inteligente, le reclamó el desacierto”. La sombra de caudillos históricos como Juan Vicente Gómez
El ‘Chávez barranquillero’ y Pilin León, columnista de EL HERALDO. Fotos Christian Mercado
—con 27 años en el poder— y el general golpista Marcos Pérez Jiménez empieza nuevamente a asomarse en el panorama con otros rostros y consignas. El descontento popular en las barriadas populares se proyecta sobre el establecimiento político. Falta solo que aparezca el ‘iluminado’ para que cambie los paradigmas de los viejos y desgastados partidos políticos Adeco y Copeyanos con un cruento golpe de estado fracasado de Chávez que, según Pilin, “aunque el gobierno quiere pintarlo de hazaña patria, fue una verdadera mortandad de personal adscrito a Venezolana de Televisión —uno de los epicentros del golpe— y de soldados que salían a la calle a combatir sin saber exactamente a quién”. El proceso estaba cantado, según Juan Ruiz. Se veía venir después de tanto derroche, explotación y robo. “Todos esos expresidentes como Lusinchi, Caldera, Pérez y Herrera le entregaron el país a los Estados Unidos; Venezuela parecía la panacea mundial y la cosa bonita porque regalaban el petróleo. Eso era lo que hacían esos gobiernos. Nunca uno de esos gobiernos le puso el barril de petróleo a precios razonables”. Ya con Chávez en el poder, tras sus victorias
En su rol de Miss Mundo 1981.
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Las vueltas de Hugo Chávez en Barranquilla
electorales, se formó una aguda polarización entre la población venezolana que afectaba incluso el interior del núcleo familiar. El discurso bolivariano comenzaba a crecer en todos los ámbitos de la vida de ese país, provocando radicalizaciones que desembocaban en paros generales e intentos de remoción de Chávez a través de la presión económica y mediática. Una de estas parálisis afectó en el año 2002 la médula de la economía regida por la industria petrolera, controlada por la estatal empresa PDVSA. Su flota de tanqueros, cuatro en total, llevaba el nombre de las venezolanas poseedoras de la coronas universales de la belleza: Maritza Sayalero, Susana Duijm, Bárbara Palacios y Pilin León. Este último buque es el símbolo del paro, pues se ancla en uno de los canales de acceso al lago de Maracaibo impidiendo la salida del petróleo, mientras PDVSA es intervenida por el Estado, removida su cúpula y se aborda con un comando suicida; pues, según Pilin, el barco con su nombre “transportaba material altamente inflamable” y cualquier roce de metal podía hacerlo explotar. A ella no le gustó esta acción, que alimentó sus resquemores
“Ojalá no se te ocurra acercarte a Chávez en plan de asesor. Eres más radical que él”, le dice Pilin al Chávez barranquillero. con el ideario chavista, ripostando Hugo Rafael —como lo llama familiarmente Juan Ruiz—, con el decreto que le cambiaba “oficialmente” los nombres a los tanqueros, pasándolos de reinas de belleza a heroínas revolucionarias. Así, de llamarse Pilin León pasó a Negra Matea. “El cambio de nombre no me mortificó”, resume Pilin sobre el episodio, pero “sí me indignó el desmantelamiento de PDVSA, una empresa modelo en su ramo en el mundo, botando a gente cualificada, colocando en la indigencia a muchas familias. A los ingenieros cesantes les tocó vender arepas en sus casas para poder mantener sus hogares. Una verdadera locura, como la vez que pintaron los tanques gigantescos de petróleo de rojo bolivariano sin saber que este color aumenta su temperatura interna, con riesgo de explosión”. Las explicaciones del Chávez barranquillero, son diametralmente diferentes. “Se trató de la recuperación para el Estado
de una empresa que estaba en manos de personajes ligados a la élite y al gran capital petrolero internacional. No creo en esos agoreros que dicen que PDVSA está destruido. Por el contrario, es un gigante fortalecido. Se lo robaban. Calladitos. Ninguno decía nada. Una cosa es venderle petróleo a Estados Unidos y otra regalarlo. Y de esta empresa dependen el país y la revolución bolivariana”. Pero son tiempos pasados y ahora Chávez enfrenta varios retos, uno de ellos el de una sólida oposición, por vez primera unificada, y el creciente deterioro de su propia salud, minada por un cáncer que parece no darle tregua en sus luchas antiimperialistas, obligándolo a ausencias en hospitales habaneros mientras todo el mundo cavila sobre el inmediato destino de Venezuela. “Para mí, Chávez es un innato líder, un caudillo en su estilo —que los hay buenos o malos, como Hitler y Gandhi—, pero, más allá de ese hecho, sinceramente deseo que
se mejore en su enfermedad. Mi padre murió de ella y sé lo dolorosa y desgastante que es”. Juan Ruiz está seguro, al igual que Chávez que invoca a la Virgen de Coromoto y a los espíritus tutelares de la gran sabana, que el Comandante de la revolución bolivariana y del Alba saldrá fortalecido de este percance minúsculo de su destino histórico, y ridiculiza a la oposición venezolana que solo logró sacar “tres milloncitos de votos para 6 candidatos, lideradas por un tal Capriles, un ilustre desconocido, pues yo solo conozco a Renato, el líder de la orquesta Los Melódicos”. En cambio, para Pilin, esta es una verdadera hazaña internacional para unas elecciones primarias que proyectan desde ya una auténtica y digna batalla para el brioso Hugo Rafael, aquejado por sus dolencias de salud y de poder. Ruiz, que conoce de la importancia de la real integración de América Latina, invita con suma cortesía a Pilin a una vuelta rumbera en su turística Chiva de Juan y Pilin; con suma gracia, solo atina a decirle a manera de despedida: “Ojalá que no se te ocurra acercarte al verdadero Chávez en plan de asesor internacionalista: tú eres mucho más radical que él!”
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S
i bien es cierto que para estos días el tema de moda en Venezuela no son las elecciones, sino la salud de Chávez, lo cierto es que se avecinan los comicios electorales más trascendentales de los últimos años. Y es que la hermana república rompe los esquemas de América Latina: un país polarizado, cargado de contradicciones (que arrastran una historia de opulencia y dictaduras de toda índole), mas parece una nación de otras latitudes. Algunos analistas latinoamericanos –en virtud del “excesivo despilfarro de recursos, en un mar de riquezas inconmensurables”, que poco se han visto reflejados en su desarrollo– han expresado su desconcierto endilgándole el apelativo de “Pobre país rico”. Sin embargo hoy, libre de prevenciones, y en virtud de que estoy casado con una venezolana (con la cual, junto a nuestros tres hijos, hemos vivido largas temporadas allí), deseo expresar mis propias apreciaciones sobre ese bello país que vio nacer al Libertador Simón Bolívar. En la no muy lejana década del ochenta, la primera impresión que tuve al visitarlo fue la de un país con una portentosa infraestructura e ínfulas de nación desarrollada. Amplias avenidas, modernos rascacielos y puentes que desafían sus cuencas hídricas contrastaban con la bucólica imagen de nuestro país, que apenas empezaba a mejorar con asfalto sus antiguos caminos
MI POBRE HERMANO RICO Por Ignacio Consuegra Bolívar
Por haber vivido en ese país, el autor de este artículo ha sido testigo de una época de opulencia, despilfarro y escasez en Venezuela.
PUNTOS DE VISTA
de herradura. Para ese entonces, quienes recorrían la hermana república comentaban lo placentero que resultaba visitar un país con altos y variados niveles de consumo, y donde los vehículos de más alta gama del mundo hacían parte de su paisaje urbano. Sin embargo, para mi asombro, la gente se dedicaba a quejarse de un pasado no muy lejano donde el dólar estuvo casi a la par de la moneda venezolana. Y las damas de la alta sociedad se daban el lujo de desplazarse en la mañana hasta las más importantes ciudades de la Florida a “hacer mercado” y regresar en la tarde a sus hogares, mientras en una humilde casa de cartón y lata un flamante Cadillac de pocos años de uso hacía las veces de monumental escultura. Y claro, en una sociedad con tantos privilegios y apariencias, y donde el gobierno asumía con subsidios una gran cantidad de bienes y servicios, se hacía evidente una contemplativa actitud de sus habitantes, que vieron mermada su capacidad de sacrificio y superación. “La educación –como bien lo anotó a su debido tiempo el connotado intelectual Arturo Uslar Pietri– no estaba a la altura de los acontecimientos”. Y hasta mostró su preocupación prospectiva expresando: “Hay que sembrar el petróleo para el bien de las futuras generaciones”. Recomendación que por supuesto no fue acogida, como tampoco fueron exitosas
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PUNTOS DE VISTA sus incursiones políticas, siendo derrotado en sus aspiraciones presidenciales. A mí, particularmente me llamaba la atención que mientras en nuestro país asesinaban a líderes jóvenes como Luis Carlos Galán, en Venezuela, como si se hubiera diezmado una generación de relevo, expresidentes enedadavanzadacomo Carlos Andrés Pérez y Rafael Caldera repetían su segundo mandato en el Palacio de Miraflores. Y bien, como es sabido ahora, en los últimos tiempos han imperado trasnochadas posturas radicales, en medio de medidas populistas y lenguaje poco ortodoxo del controvertido militar Hugo Chávez, quien lleva más de una década haciendo uso del poder y de sus excesos. Por eso ahora cabe preguntarse: ¿Han sido provechosos los últimos años para el vecino país? O sencillamente, ¿desde la distancia no es aconsejable opinar? Pues bien, lo primero sería reafirmar la apreciación de uno de los biógrafos del Libertador, que mostrando su preocupación por los avatares del poder expresó: …“los militares no podían ser buenos gobernantes en virtud de su formación”. Y quizás, las largas permanencias por parte de los mandatarios en el poder cercenan las oportunidades y el liderazgo de las nuevas generaciones. Pero además, lo paradójico es que mientras en el mundo las economías afianzadas exclusivamente en la riqueza muestran deficiencias, en la era del conocimiento, la hermana república de Venezuela sigue recostada al balancín de sus pozos petroleros, como si se tratara de un recurso natural inagotable y sin rival.
Por lo pronto, deseo expresar con asombro que, así como fui testigo de la opulencia y el despilfarro en la sociedad de consumo más voraz de América Latina, también he visto con desolación los anaqueles vacíos y la carencia de productos básicos. Todo esto acompañado de alarmantes índices de corrupción; y el aumento desaforado de la inseguridad y la delincuencia. Entonces, con nostalgia recuerdo que la primera vez que visité a Maracaibo arribé en un jet de Avianca, que solo tardó diez minutos después de haber decolado del aeropuerto Ernesto Cortissoz de Barranquilla. Posteriormente, junto a mi familia lo realizaba en
“Toda esta charlatanería de la integración latinoamericana y el pensamiento bolivariano no es más que una carreta envuelta en celofanes de demagogia”.
un avión pequeño que tardaba alrededor de una hora, y desde donde se apreciaban espectaculares imágenes de los blancos nevados del pico Bolívar de la Sierra Nevada de Santa Marta. Hoy, para infortunio nuestro, para viajar al hermano país existen dos opciones: desplazarse a Panamá o Bogotá, para en la noche arribar al destino final; o, en su defecto, como solemos hacerlo ahora (con menor frecuencia, por supuesto) optar por la vía terrestre, y exponerse al poco grato paso de la frontera más agreste y deshumanizada que he conocido en país alguno. Y luego, abordar una trocha semiasfaltada, donde los militares se movilizan en tanques de guerra, semejando una calle cualquiera del convulsionado Medio Oriente. Y como si fuera poco, resistir estrictas requisas que solo son comparables con el ingreso de los carteles de la droga en la frontera de los países consumidores. Así, pues, valdría la pena reflexionar que, mientras los grupos armados al margen de la ley desconocen nuestras fronteras, toda la charlatanería de la integración latinoamericana y el pensamiento bolivariano pareciera ser una ‘carreta’ envuelta en celofanes de demagogia. Por esto, afianzados en el pensamiento latinoamericanista del insigne venezolano Andrés Bello, seguimos pensando que “América Latina tiene un solo camino: su propio camino”. Y que, basados en nuestras propias realidades, debemos darnos la tarea de concebir una estrategia integradora (como lo ha ido logrando el continente europeo), fundamentada en un modelo de desarrollo auténtico que permita fortalecer nuestras potencialidades y minimizar las diferencias. Y, por supuesto, vigorizar nuestros esfuerzos en el fortalecimiento de la educación, la cultura y el conocimiento, propiciando la participación ciudadana para la mejor escogencia de nuestros dirigentes en las contiendas electorales. “Cada pueblo tiene el gobierno que se merece”, expresó alguien con acierto desde algún rincón del mundo.
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Arte y Cultura
Mural del artista venezolano Ender Cepeda.
La cultura bolivariana, fragmento panorámico Por Jorge Martínez*
“Desarrollar la cultura en las sociedades contemporáneas multiculturales y densamente interconectadas no puede consistir en privilegiar una tradición ni simplemente preservar un conjunto de tradiciones unificadas por un Estado como ‘Cultura Nacional”. Néstor García Canclini
E
l particular interés por el Proyecto Cultural Bolivariano nos remite a Hugo Chávez Frías y entrar en un universo de complejos tópicos que al lector pudieran parecer anecdóticos, pintorescos; existe un poco de todo eso si tomamos en
consideración que estamos ante un personaje con características particulares. Hugo Chávez es un presidente cantante, beisbolista, militar, ideólogo, político y el de las ocurrencias insólitas, basta recordar sus propuestas para dejar la pobreza sin caer en el
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ANÁLISIS capitalismo imperial, propuestas como los cultivos hidropónicos, los gallineros verticales, el trueque como moneda nacional, las areperas populares y todo tipo de misiones que se le ocurren como en estado de iluminación o vigilia mientras realiza sus programas dominicales Aló Presidente, es por eso que sabemos de Misión Barrio Adentro, los Mercales (mercados populares), Misión Amor, Misión los Niños de la Calle, Misión Róbinson y Misión Cultura, entre otras. El líder de un país es el hombre que representa sus valores, que sugiere y atiende las necesidades de todos los sectores en una sociedad divergente en todos los ámbitos, políticos, económicos, culturales, ideológicos, convoca y suma esfuerzos en pro del desarrollo, de alcanzar objetivos, y es el que diseña y planea las políticas culturales públicas que deben ser concertadas con los actores que han venido realizando la cultura en el país, es obvio que habrá cambios en el pensamiento político, pero es allí en donde el diseño de la red cultural del país debe alejarse del dogma, del radicalismo, y tener una visión posmoderna y global, ecléctica y abierta a cambios, igual que en las artes deben establecerse relaciones multidisciplinares en aras de un proyecto cultural idóneo. Para un país, política e intelecto son caras de una misma moneda, la primera desarrolla países en todos sus órdenes de producción y la segunda desarrolla –valga la redundancia– el intelecto, la educación, la cultura, la conciencia ciudadana, y ambas deberán sentarse a planificar cómo será esa política de desarrollo cultural para un país. En Venezuela existen referentes del pasado de intelectuales políticos como: Arturo Uslar Pietri, Simón Alberto Consalvi, Luis Beltrán Pietro Figueroa y Ramón J. Velázquez, entre otros. Desde los inicios de su gobierno, la cultura ha sido un problema a resolver; aunque la Revolución Bolivariana tiene intelectuales en su entorno es difícil desarrollar un trabajo personal, autónomo,
visionario, mientras todo pase por el cedazo de Hugo Chávez Frías. Ahora bien, la revolución ha tenido sus aciertos a medias en materia cultural de no ser por la pregnancia ideológica de todo lo que se proyecta, las políticas culturales de gobierno casi siempre responden a determinados intereses y visiones del mundo, en consecuencia si existe un gobierno socialista, de este tenor serán las políticas y acciones sobre la cultura, según Chávez, gobierna el pueblo encarnado en él. La verdad es que en el gobierno nada se hace sin que opine el presidente. “Chávez dice que la única manera de acabar con la pobreza es repartiendo el poder a los pobres, a los más necesitados, al pueblo, hay que confiar en la sabiduría del pueblo, ¿ de dónde salen todos los artistas, todos los hacedores?, ¿no son acaso expresiones del pueblo?, ¿no es hacia ellos adonde hay que ir?”. En materia cultural, Hugo Chávez hereda una institucionalidad cultural estructurada que satisface las necesidades del país hasta el momento de su llegada al poder. Todo esto lógicamente fue desmontado y se crea el Ministerio de la Cultura, que da paso a la Misión Cultura, sustentada sobre las bases del proceso revolucionario; desde un Aló Presidente le dirá a Farruco Sesto, ministro de Cultura en ese momento: “Estamos en deuda con la cultura del país”, y a decir verdad esta deuda no ha sido saldada todavía. El proyecto bolivariano actual en materia cultural se sustenta sobre 8 áreas: Política Editorial, Artes de la Imagen y el Espacio, Cine y Audiovisual, Red de Bibliotecas, Artes Escénicas y Musicales, Patrimonio, Conac y Misión Cultura. Cuando digo que Chávez hereda instituciones estructuradas es tomando como base la existencia de la Red de Bibliotecas Públicas y la Biblioteca Nacional, aporte realizado por Virginia Betancourt, hija de Rómulo Betancourt, uno de los pilares de la democracia venezolana; o el complejo cultural Teresa Carreño, construido en democracia en la IV República,
como suele llamarlos. En el caso del área de las Artes de la Imagen y el Espacio, todo el trabajo desarrollado por Sofía Imber al frente del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, que sirvió de referente en el modelo de crecimiento en museos más pequeños como el de Maracay, en el Estado Aragua, que perseguía la excelencia de Sofía Imber, al igual que otros museos. Es lamentable que actualmente no existan políticas acordes con los desarrollos de las prácticas artísticas contemporáneas en Venezuela. En el área de Artes Escénicas y Musicales fue positivo la continuidad del proyecto iniciado hacia el año 1974 en manos del Maestro José Antonio Abreu, al frente del Sistema Nacional de Orquestas Infantiles y Juveniles. Este proyecto hoy goza de pres-
tigio nacional e internacional, es modelo a seguir en algunos países desarrollados, apoyados en la imagen del joven director Gustavo Dudamel, y es una de las pocas cartas de presentación en materia cultural. En materia de Cine y AudioVisual, el presidente Chávez inauguró uno de los mejores proyectos culturales de gobierno: la Villa del Cine, en donde Román Chalbaud produjo El Caracazo. La Villa del Cine estimuló la producción audiovisual, y fueron los jóvenes grabadores, directores y productores los convocados y apoyados en la distribución de sus producciones. La plataforma de Política Editorial es un proyecto con muchas posibilidades, de no estar mediado por la ideología de gobierno en muchas de sus producciones, la
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La cultura bolivariana, fragmento panorámico
“La ideología de Chávez permea la cultura general en Venezuela, tras la construcción de un proyecto homogéneo de cultura revolucionaria”
Fundación Editorial El Perro y la Rana edita varias colecciones como: la serie Laberinto de Pensamiento y Crítica, serie Clases de Escritura Musical, serie Libro Libre, de amplio espectro; serie Entredichos de creación artística y la colección Armando Reverón, de creación de artistas plásticos tanto nacionales como extranjeros. Actualmente las publicaciones en general han bajado, hay que reconocer que la revolución ha dado continuidad a proyectos exitosos del pasado como son Monte Ávila Editores, la Revista Imagen, Revista Nacional de Cultura, la Biblioteca Ayacucho y el Concurso Internacional de Novela Rómulo Gallegos, ganado en el pasado por Gabriel García Márquez. El proyecto cultural bolivariano en las artes plásticas, adscrito
al área de Artes de la Imagen y el Espacio, ha sido de escasos resultados y franco retroceso si miramos el desarrollo de las prácticas artísticas contemporáneas de manera global. Muchos artistas en general no comparten la ideología revolucionaria en el arte, como consecuencia el gran evento El Certamen Mayor de las Artes y las Letras no fue del todo exitoso al tratar de inventariar el estado del arte venezolano en ese momento ( 2003), hay que decir que fue un evento inclusivo de todos los artistas. La MegaExposición, como se denominó, abrazó 73 museos en todo el país, y como eje central, la ciudad de Caracas.FarrucoSesto,ministrode Cultura,diría“…fuealgomagnífico, sin precedentes, un gran invento con carácter de epopeya”, solo que los artistas ya tenían posiciones encontradas en relación con el proyecto totalitario cultural, por lo que la epopeya no fue completa en las Mega-Exposiciones I y II como política cultural de las Artes Visuales. En síntesis, debo decir que el aspecto cultural y organizacional es orden, disciplina, creación insertada socialmente en nuestra personalidad, y mediante este estado accesamos a una conciencia superior y comprendemos la historia; si se desconoce la historia no tendremos pasado para mirar el presente y proyectar el futuro. Muchosvenezolanoshanofertado su talento y pensamiento al Estado, desviándose de todo lo que puede construirse desde un punto de vista cultural divergente pero incluyente, global y postmoderno. En este texto, de manera panorámica, como es natural, se bosquejan algunos tópicos del proyecto cultural de lo que Hugo Chávez llama el Socialismo del Siglo XXI. Quedaron áreas sin dibujar, pero hay que decir que la ideología de Chávez permea la cultural en general en Venezuela, traslaconstruccióndeunproyecto homogéneo de cultura revolucionaria; no en vano los artistas del diseño gráfico se pronunciaron en contra de la eliminación de las imágenes corporativas (logotipos y símbolos) de 35 instituciones culturales, material artístico
contenedor en parte del desarrollo gráfico del país, para ser unificadas en uno solo. Quizás de las artes, la música –puede decirse– se mantiene autónoma; en estos tiempos es difícil hacer panfletos musicales (no hablo de la música protesta de los 60 y 70, eso es otra cosa). El proyecto cultural venezolano es político, trata políticas culturales desde la ideología del Socialismo del Siglo XXI, en donde el factor dinero del país juega un papel importante en la construcción de un sistema político, pero Venezuela también tiene una historia en las artes, las letras, esto ha sido posible por el liderazgo cultural de la IV República, que ha sido desplazado, llevado al exilio voluntario o al conformismo personal esperando mejores tiempos, pero sin renunciar a sus expectativas de cambio. La cultura es diversidad, libertad deexpresión,arraigoypertenencia social, equilibrio de pluralidad en democracia; eventos culturales se suceden muchos y en todas las áreas dirigidas al pueblo, a la revolución, a la ideología política, pero cabe preguntarse ¿culturalmente se está consolidando el desarrollo del país y su gente?, ¿sus artistas por qué no son conocidos lo suficiente en el exterior? La verdad es para reflexionar, y como reza el adagio popular, el único artista genio y figura hasta la sepultura de estos tiempos en Venezuela que rebasa fronteras se llama Hugo Rafael Chávez Frías, presidente de la República Bolivariana de Venezuela y su Socialismo del Siglo XXI.
*Artista Visual, con Maestría en Historia y Teoría del Arte – Universidad Nacional de Colombia– Bogotá *Bibliografía Rubén Wisotzki, ‘El pueblo es la cultura’, Editorial El Perro y la Rana, Caracas, 2006. Néstor García Canclini, “Todos tienen cultura: ¿Quiénes pueden desarrollarla?”, conferencia sobre cultura y desarrollo, Banco Interamericano de Desarrollo, Washington, 2005.
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OPINIÓN
El socialismo chavista del Siglo XXI, balance a favor Por Álvaro Suescún Toledo*
C
hávez aparenta la serenidad del deber cumplido, detrás de esa cara abotagada por el fantasma de un cáncer que los especialistas no definen aún, pero que se especula acabará en menos de dos años con su vida, con sus ideales y, de paso, con su movimiento revolucionario. Con un discurso bastante elaborado y, sobre todo, con una intrepidez a toda prueba, fue escalando los peldaños que lo distanciaban del solio presidencial hasta asumirlo en febrero de 1999. Para ello debió superar una larga campaña que será recordada por
los enfrentamientos continuos en un país fragmentado. En las urnas, el 57% de los votantes estuvo a su favor, la cifra porcentual más alta en los anteriores 40 años, casi todos gente del común, una gran masa de inconformes que se fue haciendo muchedumbre salida de sus límites entre tantos abusos. Las ganancias de la riqueza mineral que ostentaban los venezolanos había sido acumulada sin pudores en las cuentas bancarias de una clase política tradicional que manejaba para su beneficio y con poca discreción el erario público, en la misma medida que lo hacía una amangualada dirigencia empresarial que derrochaba en lujos el producto de la desbordada renta petrolera. Fue contra esa defectuosa alianza que los venezolanos votaron, de eso hace ya trece años. Con su postulación para un nuevo período, Chávez anuncia que tiene cuerda y le sobran ganas de completar veinte años en el poder, o más, si su cuerpo aguanta. Tiene en contra una revitalizada oposición, unida alrededor de un solo candidato que en muchas cosas parece ser un reflejo de su propia imagen, y
un organismo debilitado que hace mella en una fortaleza puesta a prueba en otras ocasiones. Se prepara haciendo derroches en intensas jornadas de trabajo social en las que incluye prolongados consejos de gobierno, reuniones de largo trajín con sus asesores, coloquiales sesiones con sus electores, y uno que otro partido de béisbol, su preferido entre todos los deportes. Ahora debe sacar tiempo para viajar a Cuba, donde disipan el efecto de sus células cancerígenas, su peor y más constante enemigo, el único que pareciera tener a la vista en sus aspiraciones de continuar mandando en Venezuela. Su historia como protagonista le viene de cerca. Forjado en el ideario de Simón Bolívar, en la Academia Militar llegó al grado de Teniente Coronel. En 1982 creó un ejército que hizo su juramento al pie de un árbol simbólico, en el poblado de Guere. Con ese respaldo, Chávez, a todo riesgo, lideró la rebeldía contra un ordenamiento social inmerso en la corrupción y la injusticia. El 4 de febrero de 1992 se atrincheró en el Museo Histórico de La Planicie, en un malogrado intento por derrocar al presidente Carlos Andrés Pérez. Además del fracaso, dos años de cárcel le costó esta travesura. Al cancelar su osadía, Chávez –que tiene una memoria portentosa y es un gran analista– paralizó a una teleaudiencia nerviosa y exultante con un discurso memora-
ble que lo puso en el primer escalón de una fragorosa campaña electoral, en medio de la más intensa crisis económica y social que el país recuerde. Desde entonces se ha empecinado en hacer alardes de su gran audacia, consolidando la llamada Revolución Bolivariana, a la que poco a poco ha añadido otros ingredientes de mayor y más agudo contenido ideológico, basado en el Socialismo del Siglo XXI. Fue en el V Foro Social Mundial, realizado en el 2005 en Portoalegre, Brazil, una vez culminado su primer período presidencial, donde Chávez anunció la adopción para su país de un modelo de desarrollo que toma aliento en las tesis de Heinz Dieterich Steffan. Este mexicano, nacido alemán, se inspira en un renovado concepto económico con fundamento en las teorías marxistas actualizadas. En cuatro ejes está el sustento del Socialismo del Siglo XXI: el protagonismo de las organizaciones de base, la democracia participativa, el desarrollo regional y la economía de las equivalencias, todos ellos nutren el activismo político de los venezolanos y siembran la esperanza en los menos favorecidos. Hugo Chávez, caracterizado por asestar contundentes golpes de audacia, es un gran calculador que sabe hacer sus apuestas. De esa manera incorporó a su esquema de macroeconomía los avances en materia de experiencias socialistas del siglo pasado en otros países. Revalorizados,
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Compró las deudas de Argentina y Ecuador, para disminuir el pago de intereses al FMI y el Banco Mundial.
El socialismo chavista del Siglo XXI, balance a favor
esos esquemas sirven a su propósito de construcción de una sociedad libre de la explotación de la riqueza colectiva y la del hombre por el hombre, pilares del sistema capitalista. Sus logros internos son para tener en cuenta. La evolución del empleo continúa marchando en dirección a la consolidación de los sectores productivos de la economía venezolana, registrando las cifras más altas en el menor tiempo entre todos los países americanos. En contraste con lo que ha ocurrido en los últimos años en otros países, en Venezuela al cierre del año anterior se evidenció una reducción significativa del desempleo, de modo que la tasa de desocupación se ubicó en 6,2%, datos certificados por la OEA y que, junto a los índices de reducción de la pobreza general y de la extrema pobreza, representan los niveles más importantes para América Latina. Así mismo son para destacar los esfuerzos para democratizar la ciencia y la tecnología, con grandes aportes a la investigación, como componentes de la inversión social.
Al cierre del año anterior, se evidenció una reducción del desempleo. La baja tasa de desocupación de 6.2% fue certificada por la OEA.
A nivel externo, su comportamiento es compatible con las mismas tesis de unidad entre débiles para fortalecer sus esperanzas de integración continental. Sus enemigos son las multinacionales, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, a estas organizaciones económicas atribuye la responsabilidad de la asfixiante situación en la que se encuentran la mayor parte de los países pobres. De la creciente deuda externa, Chávez habla a sus homólogos en América Latina, es una marcada obsesión, y para confrontarla no tiene medidas. Eso explica por qué, con fondos del tesoro nacional venezolano, compró bonos de las deudas de Argentina y de Ecuador, refinanciándoles su pago y disminuyendo ostensiblemente los intereses.
De ahí su gran interés por el fortalecimiento del Mercado Común del Sur de América –Mercosur– para alcanzar, en los países que lo integran, mayor poder negociador en los mercados internacionales, acelerar el crecimiento económico, así como aprovechar ventajas comparativas en la especialidad productiva, en las economías de escala y en sus complementos comerciales. De la misma manera avanza la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba), un plan de integración continental concebido por el gobierno venezolano con el apoyo de Cuba, que aplica la solidaridad como instrumento para transformar la región, adelantando proyectos conjuntos en obtención y distribución de energía, educación y salud, desarrollo industrial
y producción de alimentos, alternativas en la lucha contra la pobreza y la exclusión social que buscan compensar las asimetrías entre los países que han suscrito esta alianza. Chávez, bautizado en la religión católica, fue confirmado con un escapulario que pende sobre su pecho a manera de símbolo de un gran fervor que ostenta convencido. A ese relicario encomienda su salud de la misma manera intensa con que encomienda la superación del escollo de esta etapa de transición que él ha denominado Democracia Revolucionaria, antes de lograr el socialismo de sus sueños. Utopía rediseñada o no, el pueblo venezolano marcha al lado de este pintoresco Comandante que lidera en el Continente la lucha por una soberanía plena, por el disfrute absoluto del goce de la vida y de sus libertades, y por la justicia social, reivindicaciones consagradas en el legado histórico de Simón Bolívar.
*Escritor alvarosuescun@telecom.com.co
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CONTRAESCAPE
Caricatura de Omar Figueroa –Turcios–, colombiano radicado en España.