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Cómo volver a ser mujer en toda esencia

Por Celia Pérez

Cómo volver a ser mujer en toda esencia

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En los últimos años, se ha producido un movimiento muy marcado sobre el feminismo y lo que conlleva, pero creo que esto ha sucedido para entender lo que es la esencia de la mujer. Un verdadero feminismo debe respetar, comprender y asumir esa esencia o será una ideología.

Cada una de nosotras debe encontrar su desarrollo y realización en aquello que considere importante, sin ser juzgada por ello.

Las mujeres hemos recibido, a lo largo de la historia, muchas creencias socio culturales de lo que significa ser mujer, la publicidad está plagada de estereotipos que reflejan imágenes de cuerpos y de vidas imposibles que no se corresponden con la realidad.

Construimos personajes, nos dejamos la piel en cumplir con unas exigencias externas y nos perdemos en ese laberinto, sin saber que lo único que falta en la ecuación somos nosotras y lo que realmente queremos hacer, desde nuestra verdadera esencia más allá de la opinión de los demás.

Muchas, para bien, nos hemos insertado en el mundo laboral y de la empresa y hemos tenido que trabajar muy duro hasta caer en la autoexigencia para buscar ese lugar en el mundo. Hemos ido compaginando todos los

Construimos personajes, nos dejamos la piel en cumplir con unas exigencias externas y nos perdemos en ese laberinto.

roles para ser a la vez madre, trabajadora, ama de casa, compañera, esposa, sin dejar de ser mujer.

Te hago esta reflexión : Ese rol que has adquirido, ¿te hace realmente feliz o sientes que tienes que compensar los años de injusticia y de esta forma demostrar lo mucho que vales?

“Tenemos el poder de cambiar el mundo”

Cuando como mujeres sellemos nuestro poder, nuestra energía creativa y salgamos al mundo con la seguridad y confianza de estar alineadas con nuestro ser, se producirá ese cambio necesario.

“El centésimo mono” es un relato que inspiró a los activistas antinucleares a seguir hacia adelante. Ellos creyeron firmemente en el mensaje y la moraleja de ese cuento basado en la teoría de la Resonancia Mórfica del biólogo Rupert Sheldrake, que postula que la conducta de una especie cambia cuando las modificaciones dentro de ella alcanzan un nivel crítico, es decir, cuando se manifiestan en un número exacto de sujetos; a raíz de ellos, el comportamiento y los hábitos de la especie entera experimentan una transformación.

El centésimo mono nos alienta a la esperanza de que cuando un número decisivo de personas transforme su actitud o su comportamiento, la cultura en su totalidad se transformará.

Ese es mi sueño, saber que una de nosotras representa ese mono que producirá esa transformación. Necesitamos un cambio, una forma de estar en la vida desde el amor y dejar de vivir en el sufrimiento de la lucha. Para eso es necesario un equivalente de mujeres que estemos dispuestas a dar un paso al frente y marcar la diferencia.

No se trata de que ahora tengamos que abandonar quienes somos y convertirnos en quien sabe dios… Se trata de que dejemos salir esa esencia que hemos guardado en nuestro interior. Se trata de reconectar con nuestro propio poder personal y dejar que se exprese nuestra autenticidad. Es acoplar la vida exterior con nuestro mundo interior.

No necesitamos pensar en cambiar de un día para otro, sino enfocarnos en evolucionar paulatinamente y en espiral ascendente hacia nuestro más alto bien.

No necesitamos pensar en cambiar de un día para otro, sino enfocarnos en evolucionar paulatinamente y en espiral ascendente hacia nuestro más alto bien.

Una cosa es nuestra esencia y otra, la identidad que tenemos de quien nos hemos creído que somos. Hemos creado muchas estrategias mentales e incorporado creencias equivocadas sobre el mundo, de los demás y de nosotras mismas.

Tenemos una capacidad colectiva como mujeres, de crear estrategias para producir grandes cambios socioculturales y dejar de intentar encajar en los estándares que marca la sociedad, regida por el régimen del patriarcado sobre nuestro deber ser femenino el que, en la mayoría de los casos, no encaja con nuestros propios deseos personales.

Durante veinte años, viví en primera persona tener que estar en la lucha de cumplir unos estándares para estar a la altura de lo que marcaba esta sociedad. De esta forma, me desconecté de mis necesidades y me volqué más en las ajenas para así, obtener el tan preciado reconocimiento. Pero, ¿realmente merece la pena entregar los mejores años de nuestra vida a esta causa, separándonos de nuestra esencia?

Afortunadamente para mí, he podido redescubrirme y aseguro que la mayor satisfacción que podemos obtener, es la de dedicar tiempo a cuidarnos, a nuestros hobbies, al amor, a nuestros amigos, a disfrutar, a dejar de tomarnos la vida tan en serio y, sobre todo, a quitarnos esa presión de sobre-exigencia.

Desarrollemos ideas o negocios para aportar valor a esta sociedad sintiéndonos libres y plenas, quitándonos la carga de tener que demostrar nada a nadie.

El empoderamiento real llega cuando realmente realizamos el proceso de conocernos a nosotras mismas, de romper nuestras barreras internas, de amar nuestros cuerpos tal y como son y, lo más importante, cuando reconectamos con nuestro corazón y nuestra verdadera esencia.

Conectémonos con lo que somos de verdad, fijemos nuestras metas personales y hagámoslas compatibles con los retos profesionales. Cuando conectamos con nuestra esencia y creamos desde ese lugar cualquier proyecto o negocio, tendremos una vía de desarrollo personal y el éxito estará garantizado. ¿Aceptas el reto?

Celia Pérez

Fundadora de Changemakers, Conferenciante y Coach.

www.celiaperez.es www.Mujeresqueseaman.com

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