Meridiano gastronomico

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Edici贸n No. 1 07-Diciembre-2014 Editorial TOMACO S.A.S.

Ferran Adri谩

Entrevista al mejor chef del mundo


Cae en la tentaci贸n


El inconfundible sabor raizal _ Los Mรกs Raros _ Los Chenfs Twitteros _ Latinos en la cocina _ Ferran Adriรก _ Los Tomates de McCalister _


sabora

El inconfundi Carmen Cupidan Álvarez es un ícono de la gastronomía típica sanandresana. Cocina Semana estuvo con ella y conoció a qué sabe su vida. A lo lejos se ve venir a Carmen. Antes, Bartolo -su ayudante- ha dejado en su puesto parte de los ocho maletines cargados de comida que trajo hasta allí en una de esas carretillas que utilizan los constructores. Su hijo, Dexter, llegó minutos antes para empezar a montar una extensa mesa de unos cinco metros.

Esta podría ser la historia de la cocina sanandresana, tan diversa y rica como los 300.000 km2 de agua que rodean la isla. O podría ser la historia del rondón, un poderoso plato campesino preparado en paila y a campo abierto, a base de leche de coco, cabeza de pescado, cola de cerdo y caracol, entre otros. O también podría ser un relato sobre las afamadas tajadas fritas del bread fruit o pan de fruta, un alimento que tiene la apariencia de una piña deshidratada, pero sabe a yuca y plátano verde, tan importante en la dieta de los habitantes de la isla y acompañante infaltable en sus platos típicos.

Sin embargo, la protagonista de esta historia es Carmen. Ella, con su delantal de cuadros azules, se sienta firme detrás de la mesa donde ofrece una muestra representativa de la gastronomía del archipiélago. Son las 12.30 m. aproximadamente, poco a poco, esta morena va sacando los diferentes recipientes repletos de sabor caribeño y los empieza a ubicar de manera organizada hasta llenar el espacio con más de 20 vasijas donde están sus preparaciones.

Su menú: ceviche, empanadas de carne, cangrejo, pescado, pollo, langosta o camarón; cangrejo relleno, albóndigas de pescado, salpicón de pescado desmenuzado con leche de coco y verduras, barracuda frita; y, para el final, torta de piña, de ron con pasas, vainilla o coco rayado. También ofrece unas arepas que hace con la harina de maíz sobrante de las empanadas. “Los pelados le dieron el nombre de ‘tora tora’; según ellos si no se baja con algo, uno se atora”, cuenta


r

ible

aizal

entre risas. Un día esta matrona decidió no trabajarle a nadie y le puso ‘sal y pi-mienta’ a su vida con el reto de montar su propio negocio. “Me dije: ‘Voy a trabajar por mí misma’ ”, afirma, y sin que nadie le enseñara a cocinar comenzó a vender platos típicos de la isla, justo frente al mar, con una vista privilegiada y envidiable. Sobre la Avenida Colombia, Carmen ha pasado sus últimos 38 años, trabajando de lunes a domingo de 12.30 m. a 9.00 p.m. Su jornada empieza a las 7.00 a.m. Cuatro personas le ayudan a cocinar y cada una se encarga de algo diferente, ya sea picar o rellenar. A las 11.00 a.m. está lista para la segunda parte del día. No ha terminado de montar su puesto y comienzan las primeras ventas del día. Ya es hora del almuerzo, así que una bandeja compuesta de pescado, arroz de coco y ensalada, que vale 17.000 pesos, es la primera compra. Los comensales se acomodan en sillas ‘rimax’ y ella les pide que se ubiquen a los lados de la mesa y no al frente, para que no obstaculicen el paso de la clientela.

El ceviche mixto le hace ‘ojitos’ a los transeúntes y más de uno cae y prueba una porción generosa de este manjar acompañado de galletas de soda y una menta para darle punto final. A Carmen se le acercan turistas curiosos a indagar sobre las delicias que vende y algunos simplemente llegan para preguntarle dónde queda la Casa de la Cultura. Como reza el dicho “en casa de herrero, azadón de palo”. Esta nativa confiesa que está ‘hasta el cuello’ de las comidas que prepara. Lo suyo es el arroz con pollo, el rondón, la comida china; y en su casa la que cocina es una de sus hijas. A sus 59 años, tiene tres hijos hombres, tres mujeres, y cinco nietos, a quienes les deja el mayor de sus tesoros: la herencia viva de una cultura gastronómica raizal con más de tres décadas de sabores.


á

Los

m s Siete restaurantes que han sido catalogados como los más curiosos. Uno atendido por monos y otro por lindas y sexys enfermeras, son tan solo un ejemplo.

i r o m i a ot

Ny

El concepto de este restaurante ubicado en Nueva York, se centra en comer sushi sobre modelos. Nyotaimori es la práctica japonesa de presentar comida, sobre el cuerpo desnudo de una mujer. Y en este restaurante se exalta esta tradición tanto en hombres como en mujeres.

Si visita el lugar, usted mismo podrá escoger el modelo sobre el cual quiere que se le sirva el menú.


R

aros Alguna vez pensó en qué se sentiría ser atendido por animales. Pues este restaurante clásico japonés es el lugar indicado para vivir esa experiencia. Los camareros son dos monos, Yat-Chan, quien se encarga de las bebidas, y FukuChan, encargado de las servilletas.

Kayabukiya Tavern


Heart Attack Grill También conocido como ‘ataque al corazón’. Este es un restaurante en el que se premia el sobrepeso y en el que el personal que atiende está compuesto por unas preciosas jóvenes vestidas de enfermeras. Es un hospital para comer y ser premiados por los excesos. A la entrada hay sillas de ruedas para recibir a los exclusivos comensales, pero lo más sorprendente es que quienes pasen por la báscula y pesen más de 160 kg pueden comer y beber lo que quieran sin pagar ni un solo peso. Y si surgen emergencias, cuenta con una ambulancia disponible todo el tiempo. Está ubicado en Arizona, Estados Unidos. Si viaja, recuerde que las hamburguesas recomendadas son Bypass simple, doble, triple o cuádruple.


Madrid tiene un rincón muy al estilo de los años 50. Se trata de la cadena de restaurantes Peggy Sue’s, que tiene una ambientación de película para los que piensan que todo tiempo pasado fue mejor. Cuenta con alternativas como hamburguesas y pizzas, con nombres alusivos a los personajes más famosos de la época, en cine, música, baile y danza.


Para ser un celebrity chef ya no es suficiente tener un restaurante exitoso, conducir un programa de televisión o estar entre los best Sellers de la industria editorial. Ahora también se juega en las redes sociales, y entre ellas, es Twitter donde se miden los pesos pesados. Cada vez más chefs postean en 140 caracteres micro recetas, tips y hasta qué van a comer en la cena. De todos ellos, éstos son los que más seguidores tienen:

1. Jamie Oliver Con 1.068.784 seguidores, el joven cocinero inglés con cara de ángel es el que se lleva la torta. A través de su cuenta, el conductor de “Food Revolution” continúa la cruzada que se propone en sus programas: la alimentación sana. Postea recetas fáciles y trucos para llevar una dieta equilibrada. Hoy circula una petición online para apoyar un proyecto que busca mejorar los hábitos alimenticios en las escuelas inglesas. @jamieoliver

2. Anthony Bourdain El conductor de “No Reservations”, uno de los mejores programas gastronómicos de la televisión norteamericana, es seguido por 346.165 personas. Su Twitter es literalmente un viaje culinario a los lugares más recónditos del planeta. Cuando no publica las fotos de los platos más obscenos que probó, polemiza con otros chefs o responde las preguntas de sus fanáticos. @ANTHONYBOURDAlN


Los Chefs

3. Paula Deen La cocinera sureña ha twitteado 1472 veces para sus 332.292 seguidores, que no se pierden ni una de sus tradicionales y grasosas recetas. La mayoría de sus tweets son una especie de auto promoción de su programa, página de internet, libro de recetas y revistas. Inexplicablemente, suma fanáticos incondicionales. @Paula_Deen

5. Bobby Flay Es la máxima estrella del canal Food Network y tiene casi un cuarto de millón de seguidores en Twitter. Dueño y chef ejecutivo de 10 restaurantes en Estados Unidos, Flay postea el menú de cada local, dónde va a comer esta noche, qué pedirá y hasta una foto del plato. También promociona su nuevo programa y te adelanta sus decisiones como parte del jurado de “Food Network Star”. @bflay

4. Gordon Ramsay 270.826 usuarios reciben instantáneamente las críticas incisivas del controvertido Gordon Ramsay. Al igual que en su reality show, “Hell’s Kitchen”, el chef con el peor carácter de la televisión hace competir a sus seguidores para ver cuál de ellos logra la mejor foto de un pastel de merengue y postea emisiones pasadas. Para mostrar un costado humano, también sube fotos de su familia. @GordonRamsay01


Latinos en la Cocina S

on mundialmente reconocidos los chefs oriundos de países europeos como España, Francia e Italia. Pero existe una parte de la cocina mundial que solo los locales la conocen, la cocina latina es muy apetecida en los hoteles y restaurantes norteamericanos, por su diversidad de sabores y texturas. A continuación Meridiano Gastronómico hará una breve presentación de los chefs más importantes de esta región llena de culturas gastronómicas tan diversas..


José Ramón Castillo Nació en México, y comenzó sus estudios en el ramo de la gastronomía en el Centro Culinario Ambrosía. Más tarde se especializó en L´Ecole Gastronomique Ritz Escoffier de París, y en la Escuela Universitaria de Hostelería y Turismo de Sant Pol, Barcelona.

Dentro de sus maximos logros se encuentran: - Fundar la chocolateria QueBo! en Mexico. - Premio Absoluto en el Campeonato Joven Cocinero de Catalunya. - Titulo de “Máximo Exponente del Cacao Mexicano y Maestro Chocolatero”. nombrado por la SAGARPA. Actualmente se esta desempeñando como presentador de programas especializados en la elaboración de platillos a base de Chocolate.

Twitter: @joseracastillo Instagram: joseracastillo



Abascal

Paulin

Nacida en México DF en 1972, Paulina encontró su vocación a los 7 años, cuando comenzó a hornear en su casa delicias para los suyos, inspirada por su abuela, chef autodidacta y artífice de grandes banquetes familiares. Allí descubrió que la pastelería es un acto de amor. Una vez licenciada en Hotelería en su país, partió a Francia, Bélgica y España a perfeccionar su técnica, lo cual permitió ejecutar con excelencia sus preparaciones y explorar nuevos horizontes creativos. Así, su labor marcó una nueva tendencia en cuanto a decoración y combinación de sabores en pastelería, llegando a trabajar para las personalidades más destacadas de México, y creando su propia línea de pastelería fina y artesanal para la célebre cadena mexicana Trico. A lo largo de toda su trayectoria participó de manera constante en la asesoría y formación de nuevas generaciones de pasteleros. Recientemente ha editado su libro “Larousse de los postres con el toque mexicano de Paulina Abascal”, que contó con rotundo éxito de venta. Su destacada labor es reconocida por colegas de su país y

del exterior: fue la primera chef pastelera miembro del Vatel Club de México, formó parte de la selección nacional para la Copa Mundial de Pastelería y, en 2005, ingresó a la célebre Academia Culinaria de Francia. En 2008 recibió, además, el Premio a la Excelencia Universal. No resulta extraño que se la considere una de las diez chefs más importantes de México. Desde el año 2006 Paulina es una destacada figura de elgourmet.com, llevando a millones de hogares aquello que fue un sueño de la infancia: agasajar a nuestros seres queridos con lo mejor de cada uno. Desde sus principios con el canal de televisión especializado en cocina y buen vivir, se ha dado a conocer gracias a la preparación de productos dulces. “Dulces Besos” y “Postres para regalar” son programas que han creado una fama y han elevado el nombre de Paulina Abascal hasta donde se encuentra actualmente.

Twitter: @Paulina_Abascal Instagram: paulinabascal


Lambertini

Pedro

sobre todo casero, fueron suficientes para unirse a este proyecto, que hoy cuenta con 3 locales en las zonas más exclusivas de Buenos Aires.

Nació en 1983 en la ciudad de Córdoba, cursó sus estudios en el Colegio Alemán de Córdoba que continuó en Buenos Aires en la Asociación Cultural Pestalozzi, y concluyó su educación en Alemania. Allí tuvo la oportunidad de viajar por Europa y conocer diferentes países, vinculando la relación entre la comida y las diferentes culturas. Dada su temprana vocación por la cocina comenzó a dar sus primeros pasos en la cocina a la corta edad de 11 años, cocinando para familiares y amigos, más tarde elaborando tortas para negocios exclusivos. A los 18 años, concluidos sus estudios secundarios, estudió con el Gato Dumas, mientras que comenzó su experiencia laboral en lugares referentes como el hotel Caesar (junto a Germán Martitegui y Beatriz Chomnalez), Sucre (junto a Fernando Trocca), y Bar Uriarte, por más de tres años. Al mismo tiempo inició un proyecto de cocina propia con servicios de pastelería gourmet, proveyendo a bares y restaurantes exclusivos. En el año 2006, mientras trabajaba en un restaurante tailandés de Puerto Madero como chef patissier, conoció a Michael Legge quien le propuso abrir un negocio que pudiera reunir un mercado y un restaurante con productos naturales y orgánicos. La idea de unir los conceptos de sano, gourmet, accesible, informal, fresco y

“Creo que la base de la buena cocina son las ideas, quizás mucho más que las técnicas. Combinar y saber parar, es mejor que llenar un plato de ingredientes. En definitiva, la buena cocina es combinar creativamente los mejores ingredientes naturales y orgánicos, frescos y con toques distintos para sorprender”. Esta es el espíritu de la cocina de Pedro Lambertini. En junio de 2011 se estrenó “UNO Único, Na-

tural y Orgánico”, su primer programa de televisión en la señal de elgourmet.com, dedicado a elaborar sobe todo productos de pastelería y panadería integral, utilizando distintos tipos de cereales, semillas y granos para lograr productos ricos, nutritivos y novedosos. Actualmente, Pedro es chef ejecutivo de Natural deli, ofrece asesoramientos a restaurants y brinda clases de cocina. Twitter: @PedroLambertini Facebook: Chef Pedro Lambertini


Jorge Rausch Economista de la Universidad de los Andes y de la Universidad de Barllan, en Israel. Mientras estudiaba dicha carrera, descubrió su pasión por la cocina, entró, entonces, en la Tante Marie School of Cookery, en Inglaterra. Ha trabajado con los mejores chefs del mundo, como el inglés Raymond Blanc, y ha estado en los mejores restaurantes. En el año 2006, el crítico gastronómico Kendon McDonald lo nombró como el mejor chef de dicho año.

Mark Mark Rausch Estudió Administración Hotelera en el Externado de Colombia y cocina en The Pacific Institute of Culinary Arts, en Canadá, en donde trabajo en los mejores restaurantes de Vancuver. Allí descubrió su pasión por la pastelería, trabajando durante tres años con el reconocido chef Jean Pierre Sánchez, en el Hotel Delta Pinacle. Actualmente maneja su propio negocio, Rausch Patissierie, y es administrador hotelero de la Universidad Externado de Colombia.


Ferran

El chef español habló de cocina, de sus preferencias, de su nuevo proyecto y dio consejos. Aceitunas líquidas, caviar de melón, espuma de humo, sopa de turrón salado, cerveza de espárragos. Algunos creyeron loco a Ferran Adrià por inventar esas y otras mil ochocientos y pico recetas que servía a su antojo en su casa de comida de la playa de Roses, muy cerca de Barcelona (España). Otros, en cambio, no han dejado de llamarlo loco por haber cerrado las puertas de El Bulli, varias veces calificado como el mejor restaurante del mundo, siempre a reventar, y en donde había que reservar con varios meses de anticipación. Cuerdo o loco, lo suyo ha sido la curiosidad convertida en motor de una nueva cocina en la que hay mucho de laboratorio y quizás mucho de arte, aunque Adrià rinda más homenajes a Pasteur que a Picasso. De Adrià han dicho que desarrolló la cocina molecular y que inventó técnicas como las que permiten convertir en espuma un alimento, pero a él parece molestarle esa necedad de los críticos de poner siempre un nombre, de encontrar una casilla en el armario de las clasificaciones. Lo suyo es una necesidad de cambiar permanentemente, de crear, de mirar la vida desde la cocina, de sumar sentidos, de buscar emociones con los alimentos, de reinventarse. Por eso, aunque ahora no se puede ir a comer a El Bulli, Adrià sigue investigando y sigue enseñando. Por cierto, estará en el país entre el 15 y el 17 de abril, en el Campus Colombias, hablando de su valiosa experiencia, que también ha dado pie para una película que vendrá y para un enorme banco de información gastronómica: la Bullipedia.

1. ¿Qué sabor lo devuelve a la infancia? La tortilla de alcachofas de mi madre. 2. ¿Qué es lo más extraño que ha preparado? Nunca he cocinado para intentar lograr algo extraño; siempre he cocinado con el objetivo de aportar algo técnico y conceptual a la cocina y de emocionar a los clientes. 3. ¿Cuándo supo que lo suyo era la cocina? Cuando empecé a leer libros clásicos de culinaria.. Tendría unos 20 años. 4. ¿Cuál fue el consejo más valioso que le dieron durante su formación de cocinero? Más que consejo, diría que el ejemplo más valioso que he tenido en la vida ha sido el de mis padres, que me demostraron que a base de ilusión, esfuerzo y trabajo se pueden conseguir muchas cosas. 5. ¿Qué les diría a los que quieren ser cocineros? Que deben amar la cocina. La cocina es una disciplina maravillosa, pero es muy dura. Hay que sentir pasión por ella. 6. ¿Alguna recomendación a la hora de ir al mercado? Lo importante es que el producto sea fresco y de calidad. Es mejor una sardina fresca que una langosta congelada. 7. ¿Qué le gusta comer los domingos? Me gusta todo excepto el pimiento. Y tengo predilección por el marisco y el jamón ibérico Joselito. 8. ¿Cómo nació la idea de la Bullipedia? Empezó porque necesitábamos ordenar toda la información que habíamos generado en El Bulli Restaurante para la puesta a punto de contenidos de elBulliFoundation. Poco a poco nos dimos


Adriá

cuenta de que si no teníamos ordenada la alta cocina europea desde sus inicios, esta ordenación sería incompleta. Supimos que era una tarea ingente, pero nos apasionó la idea y decidimos llevarla a cabo. 9. ¿Qué será lo más sabroso que se encontrará en ella? Conocimiento. 10. ¿Cuáles son sus películas favoritas? Sobre todo las de acción. Apocalypse Now es una de mis predilectas. 11. Una escena de cocina en el cine que recuerde de manera especial. En Ratatouille, cuando el inspector se come la ratatouille y se emociona. 12. Además de la cocina, ¿qué otros géneros del arte lo han tentado? Soy cocinero, y soy consciente de mis limitaciones. Me encantan el cine, la música, el teatro, la pintura. Lo que me gusta es ir a un concierto, al cine o a un museo y admirar la obra de los artistas; no intentar practicar su arte. 13. ¿En qué lugares del mundo están sus cocinas favoritas? En Francia, en Perú, en Japón y en China. 14. ¿Cuál es el libro que más veces ha leído? El práctico, un libro donde se explican las bases de la alta cocina francesa. 15. Un adjetivo para España y otro para Barcelona. Para España, inconformista. Para Barcelona, plural y abierta al mundo.


Los tomates de McCalister

Un joven capitalino abandonó su ajetreada oficina para trabajar en el campo, y ofrecer a los restaurantes de Bogotá, tomates exóticos, traídos desde Italia, sin modificaciones.

La luz del día golpea suavemente sobre los blancos invernaderos que protegen rosas y gerberas de exportación. Allí, entre delicados cuidados, se encuentra un cultivo artesanal de 15 variedades de tomates, donde los comunes chontos y los de larga duración no tienen cabida.

raron de algunos de los invernaderos, y comenzó el experimento.

Quería, en primer lugar, hacer las cosas por el derecho: que el fruto creciera de la forma más natural posible, sin pesticidas, abonos artificiales u otro químico. Bajo este concepto La idea de cultivar tomates en una granja que durante casi surgió la empresa Garden Gourmet, con 15 de los 24 tipos 40 años se ha dedicado a la floricultura, surgió en la cabeza que originalmente pensó en comercializar. de Alberto McAllister. Este joven bogotano, egresado de la El primer reto de McAllister fue hacerle entender a los coFacultad de Administración de Empresas de la Universidad de cineros de varios restaurantes capitalinos que sus platos con los Andes, hasta hace un par de años se dedicaba a la consultomate podían ser más variados de lo que parecían, y que su toría empresarial. creatividad para innovar en las preparaciones se vería benefiDecidió dejar la oficina para irse al campo y meterse de lleno ciada con esta diversidad. Y los convenció. en el negocio familiar que, en ese momento, era solo de flores. El segundo fue que comprendieran que, por el método de Pero sus planes dieron un giro. Un día, mientras comía con crecimiento, sus productos poseían ciertos ‘defectos’ natusu mamá en un restaurante en Italia, se percató de que allá los rales que no tienen los que han sido modifica-dos genétomates tenían gran variedad de sabores y que no solo eran ticamente –como costras–, pero que mantenían su sabor rojos. En su mente inquieta de emprendedor se encendió el intacto. También lo logró. bombillo y decidió empezar a investigar sobre el fruto que Esos ‘defectos’, las formas imperfectas y las diferentes tonacomía. Fue así como comenzó a cultivar en Timaná (Colomlidades de los colores, sin intervención y traídos al mundo bia) 24 variedades diferentes a las que se consumen usualtal como fueron paridos por la madre tierra, son quizá el mente en el país. ‘Exóticas’, las llamó. mayor encanto que ha hecho que sus tomates, desde hace Su condición a la hora de importar las semillas desde Italia, un año, sean despachados casi a diario y servidos en las meera que fuesen tradicionales y sin modificaciones genéticas. sas de los más exigentes comensales bogotanos. Entonces, tomates de diferentes tamaños y colores se apode-


Creciendo a lo natural En los invernaderos se puede oler lo natural, lo saludable. Nada cercano al fuerte hedor de los productos fertilizantes; y es que su proceso de cultivo está diseñado para que así sea. El primer paso es la germinación de las semillas; se hace de forma manual sobre unos platos, con la misma sutileza que se emplea para la germinación de las flores. Cuando sale el diminuto tallo verde, se pasa a un vaso plástico y de allí, cuando la raíz ha crecido lo suficiente y está preparada para dar fruto, es trasplantada, bien sea a una maceta negra importada desde Europa, que tiene un sistema de drenaje especial; o al suelo, donde la raíz puede alcanzar hasta dos metros de profundidad. En este cultivo, las plantas son ordenadas para que crezcan hacia arriba. Paralelo al tallo, se pone una estaca o este se amarra delicadamente con un hilo hacia un colgadero. Así se maximiza el espacio y su crecimiento puede ser controlado, los frutos no se enredan ni crecen en el piso, sino que maduran colgados, como en un árbol.

Lo importante, cuenta McAllister, es ver el amarillo de las flores y el follaje verde. Parte del follaje que no tiene buena apariencia, se retira para que los nutrientes lleguen al fruto. Así, si se mira detenidamente, se pueden ver diminutos pelitos alrededor del tomate, que indican, según comenta el experto, que la planta está feliz y, cuando una planta está plena, tiene mayor producción y es de mejor calidad. Los invernaderos cuentan con sistemas de ventilación automatizados para mantener la temperatura en los niveles adecuados. Si sube de 27 °C, se encienden y se evita que se pierda la cosecha, pues, aunque “el tomate es de tierra caliente, a medida que sube el piso térmico pierde productividad y gana calidad”, asegura Jaime Moreno, una de las manos laboriosas que se dedica al cuidado del cultivo. Antes de llegar a esta parte, algunas plantas son escogidas para pasar por un área de experimentación que estuvo cerra-


da durante mucho tiempo y que revivió cuando McAllister decidió adentrarse en el mundo de las hortalizas. Allí se prueban los métodos de cultivos, el compostaje y la forma de combatir las plagas a partir de biopreparados. Utilizan compuestos con ajo, por ejemplo, para repeler los insectos: “El olor es tan fuerte que ni siquiera se atreven a acercarse”, cuenta McAllister. Así mismo, reutilizan el agua lluvia y los CD viejos son empleados para espantar a los pájaros, que se asustan al ver su reflejo en la superficie del disco. El abono no es más que el compostaje que se obtiene del follaje restante de las plantas, de las que, están seguros, no tiene residuos químicos. “Lo que no quiero es hacer más daño ni a la tierra ni al mismo hombre, porque todos los químicos que se le aplican a las plantas terminamos consumiéndolos nosotros”, dice el bogotano, mientras toma en sus manos un tomate cherry negro, uno de los productos que ha causado sensación en los pedidos y que, cuando entra al paladar, se siente ácido al principio y dulce al final. Para él, cuando se logra superar el tema del color, se disfruta de este tomate en todo su esplendor.

Hay restaurantes que se han arriesgado con sus frutos y han logrado crear, incluso, una sopa de tomates de dos colores, y por supuesto, de dos sabores. Un placer para los sentidos. A las 10.00 a.m. el Sol en la Sabana ha alcanzado su máximo esplendor; el amarillo, naranja, morado, negro y el clásico rojo de los tomates relucen entre el follaje como luces de un árbol de Navidad.

Dos o tres horas más tarde estarán servidos, seguramente, en un sabroso plato en la ciudad.




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