DE LA RELACION SUCINTA AL MEMORIAL: LINARES Y JAEN , DOS VISIONES SOBRE LA BATALLA DE BAILEN _______________________________________________ _ Fernando Fernández Chacón
INTRODUCCION . El objeto de esta breve comunicación es básicamente, hacer llegar el fruto de una investigación paralela al estudio sobre los Intendentes de Jaén y Linares durante la Guerra de Independencia; tarea realizada con la inestimable colaboración del equipo de voluntarios de nuestro Archivo Municipal. Una vez pergeñadas las fuentes documentales, acompañadas del análisis y lectura de los documentos originales; se completó dicho trabajo, con la transcripción completa del documento hallado, para luego sacar a la luz nuestras investigaciones sobre un tema “tan dado a patriotismos y retórica localistas”, pero cargado de una necesaria clarificación histórica y en justa medida, encaminada al reconocimiento que se merece por la participación activa, del pueblo de Linares antes, durante y después de la Guerra de Independencia. Tras realizar las sucesivas comprobaciones y cotejar los documentos originales con lo dicho e interpretado por otros insignes historiadores linarenses, fue lo que nos movió por la vía de difundir los documentos originales donde se citaba en forma de Memorial de lo acontecido tres años después- el papel jugado por los linarenses y la Villa en la consecución de la victoria en Bailén y la definitiva expulsión de las tropas francesas.
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Una vez comparadas las fuentes analizadas con otras similares como “La Relación Sucinta”- referida a Jaén- , llegamos a la conclusión que el sencillo relato que describía los hechos, era de una singular relevancia , merecedor de ser difundido en los foros oficiales y numerosos actos programados con motivo del “Bicentenario de la Batalla” .Por tal motivo creímos conveniente que fuese presentado como documento inédito en el Congreso Internacional de Bailén, Jornadas de Historia de los Amigos de la Económica de Linares y en las del “28 de Febrero”; para finalizar en el 2008, con las organizadas por los Amigos del Archivo Diocesano de Jaén. Partimos de la premisa de un trabajo previo realizado por otros historiadores que consistió básicamente en releer lo “ya conocido” y apuntadas en esbozos, sin citas precisas del documento original, aludiendo a los hechos acontecidos recogidas en la obra de Federico Ramírez y del insigne cronista Sánchez Caballero en su discurso de ingreso como Consejero en el Instituto de Estudios Giennenses. Hemos podido deducir que lo expuesto en dicho discurso, fue extraído de esta fuente principal y no de transmisión oral de testigos como se apuntaba en obra del insigne linarense Federico Ramírez. Los historiadores locales han realizado un ímprobo esfuerzo por reconstruir con “sus palabras” la historia de este municipio, contando en ocasiones con escasos soportes documentales, y sin que sirva de crítica, con una más que probable limitación y aptitud metodológica, aportando datos que contradicen o desdibujan la doctrina que se ha podido constatar y nosotros documentar, deteniéndose en lo anecdótico y sin recurrir a la oportuna contextualización y uso de otras 2
fuentes bibliográficas. A este respecto venimos a complementar con esta investigación, los retazos u apuntes de las crónicas locales y darle un sentido global al hecho histórico, sin caer en repetir lo ya sabido o dicho, sin patrioterismos localistas, tan frecuentes en la historiografía provincia sobre este y temas similares; pero en justa medida, queremos hacer valer con la presentación de este documento, la significativa representatividad de las gentes del Linares en los años comprendidos en la contienda, consignados a largo de la narración. Por otra parte, hemos creído conveniente, deslindar en dos partes nuestra conferencia. Por un lado, acompañar el texto extraído de las Actas municipales de 1815 donde el Intendente de Jaén recababa a los pueblos informes de la participación activa durante la invasión del “pérfido francés”, con las pistas ya iniciadas por otros documentos similares como el titulado en Jaén “Relación sucinta de los hechos acontecidos con la Invasión”. Con estas matizaciones, pasamos pues a exponer el fruto de nuestro trabajo al que se sumaron amigos colaboradores del archivo y amantes de la historia local, los cuales con sus aportaciones, ayudaron a poder delimitar con exactitud, los espacios donde se movieron los hechos aquí descritos. En la lectura literal del relato fiel, invitamos a que cada cual interprete en su justa medida lo que significó dentro del conjunto de la historiografia y relatos sobre la Batalla, la presencia de Linares en los hechos históricos citados, omitidos en la crónica provincial- creemos no deliberadamente a sabiendas de lo relatado en la obra Apuntes de Federico Ramírez, pero que a partir de la difusión de este Memorial, esperamos que sean tenido en cuenta en futuros eventos relacionados con dicha gesta.
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El estudio breve pero inédito, ha destapado los “grandes olvidados de todas las batallas que es el pueblo llano y los patriotas voluntarios. Es a ellos, personificados en las dos ciudades y las gentes que tanto en Linares como Jaén y sus pueblos, a los que queremos dedicarle en este año del Bicentenario un cumplido homenaje como a tantos patriotas anónimos, que al no ser citados por sus nombres y si el de los militares, son merecedores de ser citados por su valentía y esfuerzo al suministrar al dotar con víveres y atención a los heridos, consiguiendo llevar a buen fin las estrategias y logísticas militares a un primer orden de la victoria final. Sería la culminación de lo viene a definir Artola como “Guerra permanente en todos los frentes y todos los momentos”, en los que estaban los planes ofensivos basados en la utilización simultánea de todos los recursos de que el país y sus los pueblos podían disponen en aquel momento.
Vista de Linares a finales s.XVIII-Cuadro en Fernán Núñez-
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PANORAMA SOCIOECONÓMICO PROVINCIAL Bien empezaríamos en esta primera parte por enmarcar Linares, Jaén y España tras la invasión de tropas en 1808, hecho conocido desde Madrid y difundido por los pueblos hasta la Intendencia de Jaén y la Villa de Linares. Llegan estas noticias dentro de un panorama de crisis finisecular en lo económico, impuestos y empobrecimiento de las villas y pobreza extrema tenían sumidas las tierras pese al reformismo borbónico finisecular. Desde los pósitos vacíos, hasta la extracción del mineral paralizada en Linares no iba a ser menos dicha crisis. Con menos de 5000 almas, se enfrentaba la villa con un panorama de privaciones reflejado tanto en las Actas Municipales como en los libros de Cuentas. En ellos no se habla más que de demoras del pago de rentas al Intendente Provincial y de las necesidades de reconducir la falta de fondos por pérdida de su término, a resulta de la creación de las Nuevas Poblaciones; o del acopio de grano y bienes de primera necesidad, para hacer frente a necesidades básicas y cubrir gastos a costa de los esquilmados propios (Véase en el Anexo final). En palabras del historiador Josep Fontana se podría resumir con más concreción este panorama prebélico: “Un país entre hambrunas y revueltas como problemas más acuciantes de la España de 1808, no por la familia real, ni las crisis política de la monarquía, ni siquiera del imperio, sino del propios país. En España a principios de siglo con 11 millones , vivía solo un seis por ciento en las ocho ciudades importantes, el resto estaba en el medio rural. Los problemas más transcendentales del país eran, por consiguiente, los que afectaban a esta masa mayoritaria 5
de los campesinos, que no suelen aparecer en los relatos de historia más que en momentos puntales y casi siempre como víctimas: hambrunas o rebeldías”. En el caso de Linares las minas de concesión Real, aportaban una excepcionalidad dentro del reparto por sectores de empleados en el mundo rural. Se añadía a la problemática de las tierras de “manos muertas” los bienes de propiedad comunal de los pueblos llamados “propios” y las sucesivas pérdidas del término como consecuencia de la cesión a las Nuevas Poblaciones. Linares y sus bienes comunales, han sido reducidos en 1808 a su mínima expresión, dejando algunas dehesas que rodean la villa y de cuyo sustento y arriendo no se beneficiaban más que los cabildos, que administran para cumplir con las puntuales contribuciones- a petición del Intendente de la provincia- el cual reclamaba una parte del beneficios, sobre otros impuestos como: aguardiente, sal entre otros que suma un 20 por 100 de los recursos obtenidos en el cobro.” Ni las reformas ilustradas ni los catastros e informes del Memorial Ajustado de Campomanes encomendado a los Intendente, dan fe de riqueza en la Villa de Linares, muy al contrario se le exige por doble partida: agraria y minera y atender a las villas colindantes como las Nuevas Poblaciones. Crisis finisecular añadida a las plagas de langosta, fiebre amarilla y malas cosechas.” La trilogía” que hacía que no despegara la demografía provincial. Un estado incapaz pese a reglamentos y ordenes reformadoras que no consigue mantener el orden y revueltas y el bandolerismo . Casos como el expresado por Pedro Agustín de Girón el cual contaba allá por 1808:
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“El caso del marqués de Grañina que, a pesar de llevar una escolta de dieciséis hombres, fue completamente saqueado cerca de la aldea de Guarromán”. A juicio del historiador Josep Fontana concluye en su estudio del periodo al decirnos “Lo que parece claro, tomando en cuenta el conjunto de estos datos anteriormente expuesto, es que el sistema político y social vigente en al monarquía española en 1808 no fue destruido por la invasión francesa, sino que su hundimiento fue el efecto de una implosión, el resultado inevitable de un proceso de degeneración que se había acelerado en las décadas finales del siglo XVIII”. Y esto es lo que dijeron con toda claridad, en 1808, los miembros de una comisión de jefes militares españoles a quienes Fernando VII encargó que escribiesen una historia oficial de la Guerra de Independencia, al describir la situación del país con estas palabras “en mayo de 1808 ni teníamos naves, ni ejércitos, ni armas, ni tesoro, ni crédito, ni fronteras, ni gobierno, ni existencia política”.
Foto cedida por : Ramón Soler
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Con esta introducción y panorama desolador, el Jaén del tránsito del Antiguo al Nuevo Régimen, ya anunciaba la crisis que se avecinaba a esta provincia eminentemente agraria. De ella han dado cuenta numerosos artículos sobre la Crónica de retraso en el Jaén de principios del siglo sirvan como botón de muestra, el Informe dado por el Intendente Olavide sobre la vida de los Jornaleros base para la reforma y Ley Agraria de Campomanes y Jovellanos, por no ampliar y extendernos en detalles de la crisis a finales del XVIII. Pasamos pues por alto datos interesantes recogidos en las obras generales del periodo o citas precisas de la bibliografía provincial sobre la agricultura en Jaén. Véanse los numerosos artículos sobre esta temática, que completan tantos Congresos y Jornadas de la Historia de Jaén. EL DOCUMENTO Y SU SIGNIFICACION Si quisiera remarcar desde un principio, que el origen de este documento inédito que hoy presentamos, aparece en las Actas Municipales al regreso de Fernando VII y obedece al empeño de saber de forma clara la “participación activa” de los municipios en la Guerra de Independencia. No solo para la concesión de los Premios Patrióticos. De la más conocida con el título de “Relación Sucinta de la G. Independencia” escrita en la capital, no se conocía otro caso tan detallado como el de Jaén. El por eso que confrontados los dos documentos aparecidos en 1815 años posteriores a la Guerra, dan pie por partida doble a constatar el exceso de una crónica patriótica “exagerada” en determinadas villas andaluzas, que necesitan ser contrapesadas con otras, como en el caso de Linares para ver fielmente la participación real. 8
Queda como anecdotario a la respuesta al Intendente provincial en la búsqueda de gestas y hechos patrióticos para ser recompensados en años posteriores con lotes de tierra a patriotas durante el Trienio Liberal o tantos reconocimientos reales a los Cabildos como los ya anunciados expedientes para conceder con cargos y honores y lotes de tierras de los propios y arbitrios; pero a la luz de la lectura de las Actas y la redacción elaborada por personajes representativos como lo era los dos curas párrocos ( S. Ildefonso y Santa María de Linares), relatan con su lenguaje sencillo propio de la época y con los fines anteriormente dichos, cargados barroquismos y comentarios moralizantes; hechos ocultos de los verdaderos protagonistas, en los que no son los militares los únicos hacedores de victorias, sino el pueblo el que nos refleja la “otra historia de los seres anónimos” descrita por testigos sin nombre y que a la luz de lo expuesto, no cabe duda del valor y heroísmo conseguido sin ser militares. Paso pues sin más dilación, a leer el escrito remitido por el consistorio de en Diciembre de 1815, un año antes de la Relación Sucinta que fue en Agosto de 1816.Estaba firmado por el cura párroco Luís Valenzuela y el nuevo corregidor y regidores, sin la presencia del anterior alcalde Álvarez Loaysa que por ser tildado de afrancesado cesaría en el cargo al regreso del rey. El texto transcrito en su integridad dice así: MEMORIAL DE 1815 SOBRE LOS HECHOS ACONTECIDOS DURANTE LA GUERRRA DE INDEPENDENCIA EN LA VILLA DE LINARES en Respuesta al Real Decreto de 21 de JULIO DE 1815 de Fernando VII AM de Linares, Actas Capitulares, cab. de 25 diciembre de 1815, s.f
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“Relación circunstanciada de los hechos heroicos y vencimiento a los leales con que los habitantes de la Villa de Linares del Reino de Jaén ha comportado durante la dominación enemiga que el Ayuntamiento y Pleno de la misma con asistencia de su cura párroco de eleva a la soberana noticia de S.M. que D.G. en cumplimiento del Real Decreto de Julio de 1815. Apenas conocido el Pueblo de Linares los pérfidos proyectos con que el Perturbador del mundo había ocupado con sus huestes devastadoras la Capital y muchas Provincias de la Península, cuando de acuerdo común por su adorado Rey y por su Patria apelaba el favorable momento de una alarma contra el usurpador par acudir donde una reunión organizada llamaría a sus habitantes, y aunque esto sucedió tan pronto como deseaba no por esto dejó de señalar como prueba, bien significante su heroico carácter. Ocupados ya los puntos a la Real Carolina y nueva población a Guarromán distante una legua de esta villa por el ejército del Mariscal Dupont, unas grandes guardias y partidas de descubierta ; llegaban frecuentemente al pueblo y solían ocupar todos sus caminos, avisó desde Córdoba el General español D. Pedro Agustín Echavarri, que estando como estaba decidido hacer frentre al enemigo en los confines de aquella capital, y careciendo de balas para municionar la poca tropa y paisanaje que se le había reunido, esperaba de este Justicia y Ayuntamiento, que supuesto que en este pueblo se fabricaba por cuenta del Rey este artículo, se le remitiesen a la posible brevedad, las arrobas que fuesen bastantes a llenar su objeto. Árdua, peligrosa y sumamente arriesgada era a la sazón la ejecución de esta empresa por que las partidas enemigas ocupaban alternativamente y en horas desconocidas los caminos que salen de la población. Bien conocían las autoridades que una vez aprehendida la remesa de balas por cualesquiera descubierta enemiga los conductores y las autoridades que habían hecho la entrega, tenían sacrificados al odio extranjero y el pueblo entregado a las llamas o saqueadas cuando menos las casas de sus vecinos. Pero no por esto se intimida ni vacilaba un momento en el partido que debe tomar; así es que entre las tinieblas de la noche y por veredas ocultas logró remitir a aquel general 217 arrobas de balas como vistos los asientos de esta Administración de Plomos de que usó para el ataque a los Puentes de Alcolea. Con los mismos peligros se remitieron después a las gargantas de Sierra Morena y sitio de Despeñaperros, ya diferentes convoyes de cartuchos que la Junta de Gobierno creada en Jaén dirigía a los patriotas que intentaban en vano impedir la reunión del General Vedel con las tropas de Dupont que ocupaban a Córdoba, y ya todos los víveres y municiones que por sus jefes se pidieron en diferentes épocas a Linares. Pero cuando se manifestó más a las claras el noble ardimiento de este vecindario, fue la tarde del 16 de julio de 1808. La División del General Vedel ocupaba a Bailén distante dos leguas cortas. En la madrugada de este día sorprendiendo el pueblo por una gruesa columna enemiga, no pudo menos de avisar oportunamente a el Conde de Valdecañas, comandante español que se hallaba en Baeza con una mediana reunión de tropa y paisanaje para que si intentaba venir a desalojar al enemigo, estuviese cierto que el pueblo solo esperaba este momento para Unírsele por la buena causa. Así pués, se verificó porque dejándose ver a las dos de aquella tarde, este comandante con su gente por el sitio “ Los Gordales” al momento todo el pueblo se conmueve. A los primeros fusilazos , hombres, niños, eclesiásticos, religiosos y hasta las mujeres: todos por lo general se reunen a la tropa con palos, otros con piedras, otros conduciendo cargas de agua y muchos y muchas llevando cántaros ala hombro para dar de beber a nuestros soldados extraordinariamente
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acosados del excesivo calor. Al fin los franceses huyeron vergonzosamente y de los nuestros hubo algunos muertos y no pocos gravemente heridos, que conducidos al convento Hospital de San Juan de Dios o atendidos en casas particulares fueron con tanto esmero curados y socorridos que el comandante Valdecañas no pudo menos de escribir desde Baeza una expresiva carta de gracias por su acentuado patriotismo. No fueron menos significantes las pruebas que dio el pueblo en el día 19 del mismo mes en que sucedió la memorable jornada de Bailén. Aunque la División del General Vedel ocupaba los puntos de Guarromán y de Matacabras y sus grandes guardias avanzaban hasta un cuarto de legua de este pueblo, no por esto dejaron de remitirse en aquel mismo día grandes porciones de víveres; ya a las tropas del S. General Reding y ya a la pequeña División en las cordilleras de Baños mandaba el General D. Juan de la Cruz Murgeon; debiendo notarse por cualquiera que tenga conocimiento del terreno que ni una ni otra remesa pudo hacerse sin comprometerse a inminente riesgo de pasar por medio de las partidas avanzadas del enemigo. Por esta razón y por la entusiasmada acogida de tuviesen en el pueblo los heridos en aquella brillante acción, merecieron sus vecinos que personalmente el General Reding les diera las gracias iguales a las que por carta desde Baeza prodigó el General Cruz. Consumada esta grande obra, la mayor parte del ejército español pasó por esta Villa para acantonarse en las ciudades de Baeza y Úbeda, y en los días de su tránsito, hubo alguno que sostuvo el pueblo con mayor placer más de 17.000 hombres. En esta época se instaló a expensas del vecindario un hospital militar que realmente pudo llamarse ”Hospital de la Sangre”, por que en el fueron curados casi todos los heridos de aquella batalla afortunada. Aún no bien se comenzaba a respirar el aire apacible de la libertad, cuando nuevos peligros obligaron a esta provincia a organizar batallones. Con este objeto fueron creados el nuevo regimiento Bailén y otros cuerpos. Para vestirlos fue preciso abrir una suscripción en todos los pueblos, y Linares sobresalió en este artículos remitiendo a la capital más de 800 camisas de buen lienzo y bien acabadas. Consta del recibo que se trajo el Comisionado Conductor y de una bien exquisita carta de gracias que la Junta de Gobierno remitió a esta Justicia y cura párroco. Ocupada segunda vez la capital del Reino por las falanges del Tirano que el mismo comandaba en persona las reliquias del ejército español fueron progresivamente reuniéndose en las gargantas de Sierra Morena y por consecuencia natural este pueblo fue ocupado de grandes cuerpos de infantería y caballería que sostuvo mucho tiempo. Guarnecidos y fortificados ya los puntos de Despeñaperros , fue preciso crear en Linares un amplísimo Hospital Militar; Pero como la comunicación de este necesario proyecto cuando no hay edificio proporcionado ni camas ni utensilios de cocina y faltan operarios que puedan servir este delicado establecimiento sin embargo todo se ejecutó en Linares acaso con mayor perfección porque para proporcionar edificio se rompieron tabiques y aún paredes maestras de las casas contiguas al Convento de S. Juan de Dios: Los vecinos a porfía por la solicitud y esmero de las autoridades proveyeron el incipiente Hospital de camas y de todos los utensilios necesarios a sus servicio y el clero de esta única iglesia parroquial, ofreció servir gratuitamente como efectivamente sirvió por espacio de tres meses todas las plazas de un hospital militar bien organizado desempeñando su cura párroco las funciones de contralva y los demás individuos de esta corporación eclesiástica los oficios de comisarios de entradas, guardarropa, cabos de sala, enfermeros, despenseros etc…
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hasta que sin solicitarlo, apenas de haberse contagiado algunas calenturas hospitalaria, fueron (relevados?) con notable sentimiento suyo y mayor todavía de los militares que yacían en él. El 20 de enero de 1810 fueron forzados los puntos de Despeñaperros, y la mañana del 21, inundado este pueblo con más de 12.000 fieras que mandaron el General Desoyes, al que se agregó aquella noche aciaga, otra División del General Sebastián. Inútil es referir las catástrofes de desolación que sobrevivieron en aquel día y aquella noche funesta; basta indicar a el intento que auque los primeros momentos de turbación las autoridades y el vecindario se olvidaron de si mismos y de sus propiedades que fueron miserablemente arrolladas no por esto pudieron olvidar el decoro que se merece la casa de Dios, y así que la primera súplica al Jefe francés fue pedirle una guardia par esta iglesia parroquial y otra para el monasterio de las religiosas dominicas que hay en el con cura piadosa prevención uno y otro templo fueron respetados. Infinito fue el número de prisioneros españoles que en aquella noche y siguiente día recobraron su libertad por medio de los paisanos del pueblo disfrazando a unos, abriendo puertas secretas a otros, conservando en rincones ocultos de su casa a otros y siendo guías y conductores de otros. En Linares por su situación local punto de apoyo para el Camino Real, y de tránsito continuo para las ciudades de Baeza, Úbeda y Cazorla y por esta razón tuvo siempre una crecida y numerosa guarnición sufriendo las cargas pesadas de alojamientos, bagajes, requisiciones, tala de sus montes, siega de sus mieses, matorrales para forraje a los caballos , con los demás síntomas de devastación que formaban el carácter distintivo del ejército enemigo, pero no por esto faltó un solo día el pasto espiritual en esta basta feligresía, ni dejaron de celebrarse con solemnidad posible la fiesta del Corpus todos los años, el Rosario en público de nuestra Señora todas las noches y las procesiones de Semana Santa, con todos los demás ejercicios de que en tiempos serenos son de costumbre en ellas. Acaso podrán pocos pueblos de la Península gloriarse como Linares de que en todo el tiempo de la Revolución no se haya ajusticiado en su recinto a español alguno. No es esto decir que faltasen hechos heroicos, inseparables compañeros de las más exquisita lealtad y a los que El Intruso daba el nombre de grandes delitos que este vecindario estuvo siempre tan en su opinión que ni uno siquiera se degradó con el vilipendioso carácter de declaración de esta victoria a todo el común de vecinos la aprehensión que el Jefe Francés hizo por casualidad de siete personas del pueblo a quienes entre los cordeles de las camas, encontró escopetas y fusiles cargados con bala, después de haberse recogidos ejemplarmente todas las armas del vecindario y aunque estos infelices no gozaban de la mejor opinión entre las gentes, no por eso pudo encontrar el enemigo una persona que testificase contra cualquiera de ellos, antes por el contrario las autoridades, y los principales no solo prodigaron sus intereses para salvar estas vidas, sino que se obligaron por instrumento público a responder de la conducta de cada uno por cuyo medio a fin se logró su libertad. Buenos testigos pueden ser los jefes españoles D. Cayetano de la Quadra, D. Antonio Porta, D. Bernardo Márquez y otros subalternos de las partidas de guerrilla que circundaban en el suelo de que la Justicia y otras personas mantuvieron siempre correspondencia abierta con ellos, noticiándolos hasta del enemigo. Nada hay a la verdad del heroico en este procedimiento, pero ni lo hay en que teniendo todos noticia de esta comunicación peligrosa no hubiesen entre tantos un alma baja que intentase siquiera delatar la correspondencia y por último aunque en Linares como en otros pueblos se confiscaron los bienes a las comunidades religiosas y
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de los exponiéndolos en pública subasta como bienes que llamaban Nacionales, no por esto hubo una personal sola que comprase un palmo de tierra ni otra finca de esta procedencia.
Sobre la “Relación Sucinta” de los hechos acontecidos en Jaén capital tanto en el Documento original que se recoge en Actas Municipales de 1816, como la transcripción realizada y publicada por el cronista Cazabán en Don Lope de Sosa en el año 1914; encontramos bastantes similitudes y paralelismos que ratifican los hechos descritos. Por un lado: en el formato y estilo del mismo tipo de documento enviado al Intendente de Provincia una vez restaurado el absolutismo. Sus caracteres precisos son un curiosos y detallado anecdotario de gestas de hombres y mujeres sin nombre que son solapados en pro de aquellos militares y personalidades municipales- citadas con sus nombres- que nos llevan a pensar en el interés con vistas a recibir “premios patrióticos” o evitar ser tildados de afrancesados; así como el uso vocablos y retóricas de marcado índole religiosa como apelando frecuentemente a la providencia divina. Estos dos tipos de documentos redactados a modo Memorial para ser remitidos por el Intendente al al Rey con los fines anteriormente expresados, cumpliendo por el mandato real, pretenden en sus objetivos: dar cumplimiento al Real Decreto de Julio de 1815 y a la petición expresa del Intendente Provincial don Vicente Jaudenes sucesor del anterior Manuel Asprer protagonista de la contienda. Sus palabras eran “Entre su justificado acatamiento a dar cuenta de los hechos heroicos los firmantes y el cura párroco en el caso de Linares y se remita original al caballero Intendente de esta Provincia a los fines que se manifiesta este Decreto”.
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En el caso de las Actas de Jaén( A.C. 19 Julio de 1816, insertas sin foliar), transcritas luego en la Revista Don.Lope de Sosa con el dicho título un año después en 1816, que se iniciaba con estas palabras: “ esta sucinta relación, es solo un leve bosquejo de lo más notable que ha ocurrido en esta ciudad, desde nuestro amado Soberano fue arrebatado fraudulentamente del trono de sus mayores, hasta que nos vimos libres del poder de los Napoleones. Muchas personas de este vecindario, vocales que fueron de la Junta Superior de esta Provincia, prestaron servicios muy considerables a favor de la justa causa. Pero habiéndose hecho particular mención de ellos en el informe, que el ilustre Ayuntamiento de esta capital tiene a S.M. de los servicios de la dicha Superior Junta, no se expresan aquí. Lo que va dicho es muy suficiente para demostrar la Religión, Lealtad y Patriotismo de este vecindario , y cuanto ha padecido en el tiempo del gobierno intruso.” Es bajo el título de “Relación Sucinta” inserta y transcrita en el libro de Actas con fecha 19 de Julio un año después 1816; tenemos una cronología de actuaciones patrióticas de ambas ciudades pero con una concatenación circunstanciada de hechos cronológicamente coincidentes con lo acontecido desde el 30 de mayo al 17 de septiembre de 1812. No se trata pues en esta breve comunicación de poner en una balanza quién puso más, corresponde a los historiadores estrictamente presentar ambos documentos paralelos en el tiempo-con vocabulario original y retórica patriótica-, inserta en expresiones de alto sentimiento de orgullo, por haber realizado gestas encomiables y merecedoras de ser presentadas al rey por la vía de su representante en la provincia: El Intendente.
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Es el texto sobre lo acaecido en Linares- menos conocidoen el que voy a detenerme más, no obviando la coincidencia de fechas próximas en ambas ciudades, con las noticias que llegaban de la Corte descritas tras la lectura de las referidas en las Actas Capitulares de los cabildos de 30 de Mayo y 2 de Junio, donde en ambas ciudades, las asambleas de notables y regidores, asumen las riendas del poder, en forma de Junta de Gobierno y Seguridad local. Las penurias, saqueos y muertes en las sucesivas entradas de tropas- fuera del relato aséptico sin entrar en detalles-, dejan entrever la difíciles etapas por las que pasaran ambas localidades a tenor del relato fiel de dichas memorias. Tanto para Linares como para Jaén, contarán con la suerte de los insignes cronistas como Federico Ramírez y Cazabán y de estas obras podemos ampliar otros capítulos sobre detalles de “cantidades de hombres, víveres y dinero que aportaron antes y durante la contienda; como del montante total de las requisas verificadas algunas y expuestas en el Anexo que se adjunta al final. Se trataría finalmente que a tenor de lo expuesto y recogiendo las palabras de López Pérez al describir a Linares como “encrucijada de la contienda para ambos ejército”, se constate tras la lectura y documentalmente, el papel jugado por los linarenses- menos conocido y no citado por la bibliografía específica- y que a resulta de este Memorial de Linares en su versión integra, pueda en adelante ser reconocido objetivamente, el papel activo jugado, no solo en lo logístico, sino en víveres y mantenimiento del ejercito. Sirva de ejemplo ilustrativo de los datos que aportan el legajo-Anexo final-, donde que refiere y presenta los requerimientos de vivieres en los 15
meses posteriores a la Batalla, de pueblos de Jaén como comparativos con otros pueblos de lo realmente los escritos recogen su principal aportación al ejército. Por otro lado, se hace necesaria una serie de consideraciones historiográficas sobre la verdadera significación que supuso en la consecución de la victoria en la Batalla de Bailén el relato de lo acontecido en “Los Gordales” su significación podría ser decisiva a resultas de lo que Francisco Acosta nos dice en su interesante artículo sobre la dimensión táctica después de la retirada precipitada de tropas de Bailén hacia Despechaperrosclave en la estrategia final-, y nos corrobora con estas palabras : “ La explicación de semejante proceder hay que buscarla en la errónea creencia de que parte del ejército español se dirigía a Despeñaperros a cortar la retirada a las tropas francesas(…).La idea se fundaba en los avistamientos y encuentros que algunos contingentes franceses habían tenido con tropas españolas(…) .Sino las divisiones del general Reding que había actuado en Mengíbar, y un par de columnas volantes, integradas en gran parte por voluntarios, al mando de los coroneles Valdecañas Juan de la Cruz Mourgeón cuya misión era hostigar y distraer los flancos franceses, sin contarse entre sus órdenes cerrar paso montañoso alguno.” .Con esta concatenación de factores, llegamos a comprender que pudo suponer el choque en Linares y su trascendencia para el cambio de orientación de la Batalla. De la obra del historiador De Haro, emanan pistas para la reflexión crítica y a modo de conclusión que podría servirnos par justificar con tantos “Memoriales, memorias y anales de gestas patrióticas y batallas cuestionables pero de necesario conocimiento de la gesta de los olvidados,
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como contrapartida a tantas crónicas oficiales de marcado estilo militaristas. Finalmente, esta comunicación viene acompañada de una referencia precisa de la bibliografía de reciente actualidad como son: las VII Actas del Congreso Internacional de la Batalla, así como las últimos legajos aparecidos en el Archivo Municipal de Linares -Anexo final -; así como, aquellas obras más significativas que recogen trabajos con motivo de la celebración del Bicentenario de esta efeméride. Es a resulta de las numerosas celebraciones que a nivel provincial han venido celebrando este hito histórico a lo largo del 2008 , las que nos han facilitado y se han prodigado en forma de publicaciones, en difundir estos sencillos relatos que destapan hitos de la historia local, hasta la fecha poco conocidos como el caso de Linares.
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BIBLIOGRAFIA-selección consultada-
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VILLAS Y FANEGAS DE CEBADA RACIONES DE PAN CIUDADES Jabalquinto 63,3 3.135 Villargordo 71,6 93 Torres 74,7 Jodar 196,8 795 Lupión 71,6 4.454 Canena 140,7 6.392 Torreperogil 304,9 10.932 Rus 225,11 4.986 Sabiote 338,3 11.586 Bejíjar 207 968 Ibros 225,3 4.386 Jaén 505,2 Totales 2.424 48.529 ANEXO I RELACION DETALLADA DE LAS CONTRIBUCIONES EN VIVERES a la 3ª División del Ejército de Andalucía ( Abril a Mayo 1809) (Archivo Histórico Municipal de Linares, leg.0033/11)
LINARES APORTACIONES DESGLOSADAS EN LOS PERIODOS COMPRENDIDOS ENTRE: Julio a Septiembre de 1808 1.193
22.343
A los que se añadirán 2.659 * _________________________________________________________________ TOTALES 3.852 fanegas 22.343 raciones de pan Por lo que si la fanega era equivalente aproximado a 35,2 Kg x 3852 fanegas, cantidad que aportó Linares según aparece en el AHML, en este periodo, asciende al total de : 135.590,4 Kg. de cebada. Se procederá a la compra en este periodo a particulares(*) de cebada consignados entre otros a regidores ilustres como : Martín de Zambrana entre otros.
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COMPARACIONES Y EQUIVALENCIAS de los Víveres entre Linares y Dña. Mencía-Córdoba-. La fanega de cereal se media con un recipiente que tenía una capacidad de 55,5 litros. Si se media cebada, el peso de esa fanega eran: 35, 243 Kg (70 libras).Lógicamente esto era aproximado, pues dependía de la raspa que tuviese el grano y la localidad .A modo comparativo con la villa Doña Mencía en Córdoba de 3.448 habitantes(según censo recogido en 1811), cuyo peso y medida de la fanega era de 32.2 Kg. en ese mismo año, aportó al ejercito destacado en Arjona un total aproximado de : 700 fanegas de cebada y 15740 raciones de pan de peso(la ración de 24 onzas cada una), según recoge César Sánchez en la obra Doña Mencía en la Historia.Dicha requisa se hacía acompañada del escrito: “ El 9 de julio desde Arjonilla, donde acababa de llegar el Excmo. Sr. Don Francísco Xavier Castaños, se pide bajo la amenaza de enviar tropa armada para sacarlo a la fuerza.” Datos recogidos de la obra de César Sánchez: Doña Mencía en la Historia, Doña Mencía, 2004, págs. 48-49.
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RELACION DETALLADA DE LAS CONTRIBUCIONES EN VIVERES a la 3ª División del Ejército de Andalucía ( Abril a Mayo 1809)
VILLAS Y CIUDADES Jabalquinto Villargordo Torres Jodar Lupión Canena Torreperogil Rus Sabiote Bejíjar Ibros Jaén Totales
FANEGAS DE CEBADA 63,3 71,6 74,7 196,8 71,6 140,7 304,9 225,11 338,3 207 225,3 505,2 2.424
RACIONES DE PAN 3.135 93 795 4.454 6.392 10.932 4.986 11.586 968 4.386 48.529
APORTACIONES DESBLOSADAS EN LOS PERIODOS COMPRENDIDOS ENTRE: Julio a Septiembre de 1808 LINARES
1.193
22.34
Nota: Se procederá a la comprar en este periodo a Particulares de Cebada
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APORTACIONES DE LINARES : ANTES-DURANTE Y DESPUES DE LA BATALLA Por encontrarse en una zona de paso y encrucijada de los dos ejércitos, y a tenor de lo expuesto en los documentos. escritos de la época junto con el Memorial de 1815, hemos podido resumirlo en los siguientes datos: Antes: -Al general Echavarri se le envían 217 arrobas de balas para hacer frente en Alcolea -Envío de hombres a los puestos de Sierra Morena a petición del Intendente de La Carolina. -En el enfrentamiento de los “Gordales”: Se cambia de estrategia y produce una huida a Guarromán del destacamento que volvía de Menjíbar- por miedo a que se corte el paso de Sierra Morena desde Linares con Villacañas-.Creemos que este choque fue decisivo he hizo que los franceses se retiraran, dando pie a facilitar la entrada de las tropas de Reding a Bailén. - Se atiende a heridos en el Hospital de S. J. Dios tras el choque. Durante: -Envio de víveres y municiones a las tropas española. Véase en el Anexo final. Después: -Dar atención médica a los heridos en la batalla creando dos Hospitales de sangre en el Convento de S. J. Dios y el Santuario Virgen de Linarejos. -Recibe agradecimiento personal del héroe de la batalla : Reding y los jefes militares Cruz Mourgeón y Villacañas con una ceremonia en la ermita de la Patrona. -Vestir un batallón con 800 camisas -Alojamiento de ambos ejércitos que suman la cantidad de 17.000 soldados que pasaron por la villa -Además de los citados en el Memorial: víveres, bagajes, alimentación ganado, tropas etc.( Véase en el anexo final del artículo) . -Pago de rescate de rehenes y multa de 1000 pares de zapatos por no jurar fidelidad al rey. -Atender a los guerrilleros de Bernardo Márquez con fondos públicos (9.000 reales), camisas y monturas de armas. -Y siempre asistiendo con balas, pólvora y munición a lo largo de la contienda desde la Real Fábrica. Nota: Para más detalles sobre el periodo, puede consultarse también la Relación detallada que Federico Ramírez hace en su obra “Apuntes” sobre el capítulo de la Guerra de la Independencia , sobre todo, en las páginas 276-277. Por todo ello, se puede constatar a la luz de los documentos y bibliografía específica, el significativo papel jugado por el pueblo de Linares en la contribución a la victoria, dentro de la estrategia llevada a cabo por el ejercito español para la consecución de la definitiva derrota y expulsión del ejército francés. Fernando Fernández Chacón- profesor-investigado que presentó en el Congreso Internacional sobre la Batalla- 2008- este trabajo.
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